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niños maltratados por medio de acciones verbales y psicológicas que ... El maltrato infantil se define como: “toda forma de perjuicio, o abuso físico o mental,.
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VIOLENCIA DOMÉSTICA

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Blanca Romero La familia tradicional se organiza en jerarquías de poder desiguales entre los hombres y las mujeres. Tal desigualdad proviene de la interpretación biológica entre los sexos que otorga superioridad al hombre. La familia transmite a sus integrantes los elementos ideológicos, los sentimientos y las normas que en un momento determinado se pueden distorsionar y concluir en una violencia generada al interior de la familia, empezando con una violencia sutil como la de hacer sentir inferiores a los niños porque se tiene la creencia de que ellos deben obedecer a todo lo que digan los adultos; este tipo de violencia pasa por diversas etapas hasta llegar a la violencia económica, emocional, física y sexual. La violencia doméstica también está relacionada con los niños maltratados por medio de acciones verbales y psicológicas que pueden ser cometidas tanto por hombres como por mujeres. Múltiples definiciones de violencia doméstica coinciden que es todo acto de poder u omisión, recurrente, intencional y cíclico, dirigido a dominar, someter, controlar, condicionar, amenazar, intimidar, atemorizar, abandonar y/o agredir en forma verbal, psicoemocional, física, sexual y/o económica, cometido por alguno de los integrantes de grupo familiar contra otro. FORMAS DE VIOLENCIA DOMÉSTICA:  Violencia física: Comprende desde una escala de conductas que van desde un empujón o un pellizco hasta la producción de lesiones graves que pueden conducir a la pérdida de órganos corporales o a la muerte paulatina o inmediata de la persona y vive la violencia (mujer y niños).  Violencia sexual: Cuando se obliga a otra persona a realizar conductas sexuales no deseadas, se la hostiga o denigra sexualmente, se critica su forma de tener relaciones o se la compara con otras personas de manera degradante.  Violencia emocional o psicológica: Las formas más comunes de abuso psicológico son: criticar el cuerpo permanentemente o las ideas de la otra persona, compararla con otras personas, cuestionar todo lo que hace y cómo lo hace, burlas de ella, ignorarla, hacerle falsas acusaciones, resaltar sus defectos, ignorar sus necesidades afectivas, mostrarse indiferente a sus estados de ánimo, ponerle nombres despectivos.  Violencia social: Se refiere a las conductas que provocan daño psicológico: descalificar a la otra persona y restarle autoridad frente a los hijos y/o la familia de origen o a las personas que ella quiere, aislarla socialmente impidiéndole tener contacto con familiares y amigos, descalificarla o ignorarla en público, se hostil con sus amistades, romper cosas del hogar, hacerle desaparecer o romper objetos queridos, lastimar o matar a sus mascotas, etc.  Violencia económica: Excluir a la otra persona de la toma de decisiones financieras, controlar sus gastos y las compras, no darle suficiente dinero, ocultarle información acerca de sus ingresos. CONSECUENCIAS: La violencia produce reacciones diferentes en las personas violentadas, de acuerdo con el grado de intensidad y su duración, las habilidades para afrontarla, sus propios recursos, su personalidad y el apoyo social que reciba. Ansiedad: Ansiedad extrema, sobresalto y repuestas de alerta permanentes. Sensación continúa de temor, un estado de hiper vigilancia e irritabilidad y dificultades de

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Blanca Romero concentración, trastornos de sueño, pesadillas, y pensamientos obsesivos con el maltrato y el maltratador. Depresión, pérdida de autoestima y sentimientos de culpa: La mujer se responsabiliza de la conducta de su pareja y a toda costa intenta cambiar las culpas del maltratador. Al no lograrlo desarrolla sentimientos de culpa y fracaso, para evitar la violencia miente, encubre al agresor, soporta el maltrato de los hijos en silencio. En la medida que la violencia se incrementa se desarrollan síntomas depresivos como la apatía, indefensión y desesperanza. Altera su forma de pensar haciéndola sentir incapaz de buscar ayuda, de proteger a sus hijos y a sí misma o de tomar cualquier otra medida de prevención. Aislamiento social: La vergüenza social y los límites establecidos por el maltratador para evitar el contacto con la familia provocan una dependencia de la mujer hacia su pareja, lo que le hace sentir más vulnerable ante la sociedad y se vuelve crónico el miedo a enfrentarse a un futuro que percibe como incierto y peligroso. Trastornos psicosomáticos: Dolores de cabeza, pérdida del cabello y del apetito, ansiedad crónica, fatiga, problemas intestinales y desórdenes alimenticios, entre otros malestares. QUÉ HACER ANTE UNA SITUACIÓN DE VIOLENCIA DOMÉSTICA: Escuchar con interés lo ocurrido creando un clima de comprensión. Facilitar la expresión de pensamientos, sentimientos y emociones. Transmitir calma, confianza y protección. Proveer información sobre los recursos sociales, económicos, psicológicos. Buscar solución a problemas inmediatos. Brindar protección. Aconsejar la denuncia para contribuir al restablecimiento de una sensación de control. Motivar la adopción y medidas que brinden estabilidad emocional y la recuperación del control de la propia vida lo más pronto posible. Responsabilizar sólo al maltratador de las consecuencias de su conducta. Insistir en la necesidad de cambio como una meta alcanzable. Siempre proporcionar apoyo y protección a la víctima y/o a sus hijos. Facilitar la separación física entre los miembros de la pareja. Acercarse a las redes de apoyo. MALTRATO INFANTIL El maltrato infantil se define como: “toda forma de perjuicio, o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, al niño por parte de sus padres, o representantes legales, o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo” (Pezzoti, 2002:26) El abuso físico se refiere a los daños físicos inflingidos a un niño por alguna persona responsable de su cuidado. No es necesario que los daños sean inflingidos de manera intencional. El abuso psicológico: Son actitudes que van dirigidas a dañar la integridad emocional del menor, entre estas se encuentran todo tipo de manifestaciones verbales y

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Blanca Romero gestuales que humillan y degradan al menor, lo que le genera sentimientos de desvalorización, baja estima e inseguridad personal, entre otros. Los expertos señalan cinco categorías: rechazar, aislar, aterrorizar, ignorar y corromper. Negligencia: Es el descuido intencional del niño al que se le niegan los cuidados y los elementos indispensables para su crecimiento y desarrollo como alimentación y atención médica. Detección: hematomas en antebrazos, como consecuencia de actitudes defensivas, heridas sobreinfectadas, quemaduras, dientes rotos, rasguños, caída del cabello, encías desgarradas, fracturas. Aspecto descuidado, triste, indiferente, asustadizo, o el temor que muestra ante la presencia de los adultos; enfermedades recurrentes. CONSECUENCIAS DEL MALTRATO INFANTIL: Dificultades para el desempeño escolar, el autocontrol, la valoración de su propia imagen y el establecimiento de relaciones sociales, baja autoestima y depresión. A largo plazo presentan el riesgo de alcoholismo y drogadicción. Dificultad para establecer amistad con pares, escasa capacidad para establecer vínculos sociales, pobres habilidades de conocimiento y lenguaje, desconfianza de otros, complacencia excesiva con figuras de autoridad y tendencia a la violencia para resolver sus conflictos, a largo plazo padecer enfermedades mentales, delincuencia, desempleo y abandono del hogar. Pesadillas, conductas autodestructivas, desórdenes del sueño o alimenticios, afectos negativos o planos, pasividad, autoimagen negativa e incapacidad para progresar. BUEN TRATO Favorecer la comunicación y el diálogo, a través de: mantener contacto visual con el menor “me interesa lo que dices”, comentar: “te estoy escuchando”, alentarlo a continuar, evitar obstáculos que puedan impedir escuchar, dar señales de espera, hacer un paréntesis: “Dame cinco minutos y te atiendo”, hacer preguntas pertinentes y oportunas que permitan comprender mejor el mensaje. El reconocimiento bien brindado permite un cambio de conducta y facilita el aprendizaje, se puede lograr a través de estimular todos los aspectos positivos del menor, con frases: “¡Bravo!”, “Lo hiciste muy bien!”, “Tú puedes”, “¡Qué buen trabajo!”, “Tienes limpio tu lugar, que bien!!!”. La firmeza genera seguridad y estabilidad, transmite la idea de confiabilidad y estructura, límites y consistencia. La serenidad proporciona tranquilidad, no se sienten amenazados por la autoridad, les provoca obedecer, sienten qué es formativa y genera respeto. Ser coherente: se enseña más con lo que se hace que con lo que se dice. Ser positivo: Dirigir la regla hacia la conducta positiva al poner reglas como: Comer en el comedor, hacer las tareas antes de salir a jugar. Emplear la asertividad en la comunicación al ser directo, honesto, considerado, adecuado, congruente y firme.

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