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Víctor Feld, Mónica Waisman La humanización de la medicina Revista del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, vol. 19, núm. 4, 2000, pp. 146-147, Hospital Materno Infantil Ramón Sardá Argentina Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=91219401
Revista del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, ISSN (Versión impresa): 1514-9838
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Editorial
LA HUMANIZACIÓN DE LA MEDICINA e ha denominado humanismo a un movimiento
usuarios, quienes en realidad se ven perjudicados
intelectual que se desarrolló en Italia en el siglo
por ese bloqueo del acceso al médico de niños.
XV, caracterizado por un retorno a la cultura greco-
Tampoco por carencia de recurso humano, ya que
latina. Este movimiento permitió un florecimiento
en nuestro país existe número y distribución ade-
de la capacidad física e intelectual de los hombres,
cuada de pediatras para atender a la enorme mayo-
seguros del propio valor humano, en la antítesis de
ría de niños y adolescentes. El cambio se promueve
lo que fue el oscuro hombre medieval. Hablar de
sólo para bajar costos.
S
humanismo es hablar del hombre en sí por encima de las cosas. Llevado al terreno de la salud, significa
o expuesto nos plantea dudas en cuanto a si las
priorizar en un país la protección del potencial
L
humano, sin el cual ningún desarrollo es posible.
función del progreso social y humano. Quienes des-
transformaciones que nos proponen serán en
de la función pública proclaman: “la salud es un hora bien, el hombre no es un símbolo abstrac-
derecho de todos”, deben actuar en consecuencia.
to, sino encarnación concreta en la reproduc-
Deben garantizar el acceso a la atención de la salud
ción de los bienes de la sociedad. La salvaguarda de
a quien la necesite, independientemente de su con-
ese capital primordial, tanto en el aspecto físico
dición racial, social, económica o cultural. Estaría-
como espiritual, debe ser objetivo impostergable de
mos frente a un gran peligro si, por el contrario, lo
las transformaciones encaradas en el terreno socio-
que se prioriza es la mercantilización de la salud y
económico de cualquier país. No estaremos capaci-
los beneficios a ultranza de quien invierte o financia,
tados para prosperar, ni siquiera para subsistir
a expensas del interés social.
A
como nación, si no se garantiza, como criterio humanístico y como garantía principal de reproducción
a lucha por humanizar la atención de la salud va
de la riqueza, una adecuada asistencia sanitaria
L
para el conjunto de la población.
nes adecuadas de trabajo para los profesionales y
indisolublemente unida a garantizar condicio-
todo el equipo de salud. Estas condiciones también n los últimos años se han producido modifica-
tienden a deshumanizarse. Los trabajadores de la
ciones en los procesos que comprometen la
Salud de la Ciudad de Buenos Aires carecemos de
relación salud-enfermedad, médico-paciente, y con
cobertura específica frente a los riesgos del trabajo
ello, en los criterios de oferta y demanda de estos
toda vez que nuestro empleador no se encuadra en
derechos. Para muestra basta un botón. La Socie-
la normativa vigente. No se conoce la existencia de
dad Argentina de Pediatría y también algunos de sus
servicios de salud laboral en los términos de la ley
socios, han denunciado el intento de reemplazar el
Nº 19.587 o el convenio 161 de la OIT. Tampoco se
papel del médico pediatra por generalistas, tanto en
tiene noticias de la existencia de medidas tendien-
la atención programada como en los sistemas de
tes a promover y proteger la salud de los trabajado-
urgencias domiciliarias. No por necesidad de los
res (vigilancia de la salud, vigilancia del medio am-
E
• 146 • Rev. Hosp. Mat. Inf. Ramón Sardá 2000, 19 (4)
biente de trabajo, educación para la salud, etc.).
alejamiento de este binomio como producto de
Luego de años de actividad, el no asegurar las con-
múltiples factores entre los que podemos conside-
diciones apropiadas de trabajo debilita los compro-
rar: menor tiempo material dedicado a la consulta,
misos que el trabajador asume con la institución y
deterioro en las remuneraciones profesionales,
resiente la calidad de la prestación.
multiplicidad de funciones, multiplicidad de empleos profesionales, pérdida de la estabilidad en el
L
a información y la actitud solidaria entre los
trabajo por parte del profesional y del paciente,
trabajadores de la salud pueden contribuir a
dificultad en el acceso a la atención etc.
disminuir el impacto del problema. Asimismo, resulta imprescindible que nuestro empleador brinde a
s evidente que la lista es parcial y simplemente
sus trabajadores la cobertura que la ley exige. La
E
conformación de servicios de salud laboral, debida-
mento actual. Pero revela los riesgos actuales de
mente institucionalizados y dotados, podrá ser el
olvidar que la salud pública es prioritariamente un
instrumento idóneo para la universalidad de la co-
bien social. Asegurar los objetivos humanistas que
bertura: “Se trata de ganarse la vida trabajando, no
la misma debe plasmar, es mantener en alto los
de perderla en el intento...” (Dr. Héctor Nieto)·*
objetivos que, ya en el siglo XV, muchos hombres
ejemplificadora de algunos elementos del mo-
reinvindicaron en su ambición de participar de una
E
n este número de la Revista dedicado a la huma-
sociedad mejor.
nización, no podemos dejar de referirnos a otro
sombrío rasgo de la realidad: el quiebre en la rela-
Dr. Victor Feld
ción médico-paciente. Hay un creciente proceso de
Dra. Mónica Waisman
* Dr. Héctor Nieto. Médico laboralista del Hospital Piñero del GCBA.
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