Valor de las noticias y principios de comunicación ... - unesdoc - Unesco

en Jartum, 1971; de Mauritania, en Nuakchott, ene- ro de 1975; de Qatar, en Doha, mayo de 1975; de. Kuwait, en Kuwait, 1976; de los Emiratos Arabes,.
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Valor de las Noticias y Principios de Comunicación Intercultural Por Alcino Louis D a Costa Yehia Aboubakr Pran Chopra Fernando Reyes Matta

ISBN 92-3-301697-8 Edición francesa 92-3-201697-4 Edición inglesa 92-3-101697-0 Publicado en 1981 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura 7, plaœ de Fontenoy, 75700 Paris (France) Compuesto e impreso en los talleresde la Unesco 0Unesa, 1981

Indice

Página Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Nuevas opciones para la selección de noticias de los paises africanos por Alcino Louis D a Costa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Hacia un intercambio intracultural de informaciones en los países árabes por Yehia Aboubakr. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Los criterios de valorización de las noticias en Asia: ¿Barrera o puente? por Pran Chopra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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El concepto de noticia en América Latina: valores dominantes y perspectivas de cambio por Fernando Reyes Matta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Capítulo I Capítulo II

Capitulo III

Capítulo IV

Introducción

¿Será utópico intentar un acercamiento -por m o desto que sea- entre las diferentes tesis que se enfrentan en relación con el tema de la comunicación internacional? Al terminar la lectura de los estudios que componen este volumen uno se siente tentado a concluir, con tristeza, que todo intento de mejorar la comunicación entre las diferentes culturas no es sino una dulce ensonación de un idealista. Podríamos resumir -sin caricaturizar las apenas- de la siguiente manera las respuestas llegadas de las cuatro regiones en desarrollo yque cohstituyen los estudios contenidos en la presente obra: "Mucho lo sentimos, pero ése no es problem a nuestro; déjennos primero mejorar la comunicación en el seno de nuestra propia cultura". Y aun a ese nivel, las tesis que se nos proponen son tímidas e inciertas. Sin embargo, sería equivocado dejarse llevar por el desaliento. E n esos análisis hay aspectos optimistas. Quizás sea de lamentar que en ellos no se haya seguido una pauta común que permitiera las comparaciones. Pero, por lo menos, se desprenden ciertos aspectos concretos y -lo que es aún m á s interesante- ciertas convergencias. L a primera observación importante es que las corrientes de información están determinadas y orientadas, en mucho mayor grado, en primer lugar, por !os vínculos histórico-culturales -comprendidos los resultantes de la colonización-y, en Último término, por las comunidades de intereses que por la proximidad geográfica. Ello no es sorprendente, pero sí hay algo que, a primera vista, puede parecer chocante. Así, vemos que menos del 207'0 de las informaciones de los diarios sudamericanos se destina a la América Latina, y que la prensa senegalesa se interesa m á s por una crisis ministerial de escasa importancia en Francia o en la República Federal de Alemania que por unas elecciones generales en Gambia o enla Costa de Marfil. Pero, en fin de cuentas, Len nombre de qué principios se propondría un cambio radical en tales relaciones? ¿Por qué habrá de interesarse un país m á s en quien el azar ha designado com o vecinos que en quienes son amigos lejanos?

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E n cuanto al principio mismo del desarrollo de la comunicación internacional, nadie lo pone en duda, por lo menos abiertamente. Sin embargo, la elección de medios, de temas, de ejes, de proporciones pertenece a la esfera de la libertad,tanto individual como colectiva. E n este terreno, toda norma internacional sería arbitraria. Lo esencial es que en todas partes existe interés por el mundo exterior, interés que se debe amplificar ydiversificar. Esa es la base sobre la que deberíamos buscar un nuevo equilibrio en los intercambios de información; no disminuyendo aquellos flujos de comunicación que pueden parecer poco importantes relativamzt? pero que, por lo menos, tienen un gran mérito: el de existir yde haber provocado el examen de conciencia que ha llevado a los pueblos a exigir un nuevo orden m u n dial, Dicho eso, ¿qué podemos reprochar alos intercambios de informaciones? Las respuestas a tal pregunta contenidas en los estudios aquí recogidos pueden agruparse en dos niveles de la comunicación: el de las agencias y el de los grandes medios. Durante mucho tiempo se ha acusado sistemáticamente a las agencias internacionales. Movidas ya fuera por la ignorancia o ya por una cierta parcialidad, esas agencias -se ha dicho- daban una imagen falsa del Tercer Mundo, la imagen m i s m a que sus clientes esperaban recibir. Hoy, esas críticas se han matizado más, pero también resultan mejor fundamentadas. El mercado internacional de las informaciones está monopolizado por cinco agencias internacionales de prensa, cuatro de las cuales pertenecen al mundo occidental y tienen sus oficinas centrales en países industrializados, donde se encuentran concentradas las empresas de prensa, de radiodifusión y de televisión. Desde un punto de vista económico, eso es natural: es en esos países donde se encuentran los clientes solventes. Pero la información no es una mercancía como las demás: es un bien cultural, complejo, frágil y en ocasiones, peligroso: Para satisfacer las necesidades de un mercado extranjero, un fabricante 5

de automóviles puede, sin dificultad, añadir a los modelos que construye para el mercado nacional un filtro de gases o un aclimatizador. Pero hasta ahora no se ha conseguido poner a punto un "modelo para la exportación" de los despachos de las agencias de noticias. Cabría argüir que no hay varias verdades sobre un mismo hecho, y que lo que sirve para la BBC debe también servir para l'Humanité, como lo que sirve para la radio de Bangladesh también servirá para el diario El Moudjahid. Pero eso no es cierto. E n primer lugar, la selección de las noticias es diferente: no interesan los mismos acontecimientos en Londres y en Argel, y mucho menos en Bogotá y en Tamanrasset. Además, toda comunicación es subjetiva pues emana de un emisor de carne y hueso. Por muchos esfuerzos que realice un periodista de agencia por ser objetivo, en su expresión participa todo su bagaje cultural. Supuesta la m i s m a capacidad profesional, un norteamericano y un zambiano no redactarán el mismo despacho. Cuando se trata de grandes acontecimientos mundiales, eso no es m u y grave. D e la gran cantidad de despachos recibidos, los redactores de los medios de información podrán sacar una información adecuada a su público. Aunque será necesario que hagan un serio esfuerzo de comprensión y que redacten con tacto. Por lo que se refiere a las noticias corrientes del mundo occidental, es ya algo m á s difícil. LO que se subraya son los detalles que interesan al público de la región en que se ha producido el acontecimiento, pudiendo omitirse simplemente todo lo que puede interesar en otros lugares. Pero la cosa se hace realmente grave cuando se trata del Tercer Mundo, ya que el público de la región y aun del país mismo en que ha tenido lugar el suceso va a recibir una información preparada para lectores, radioyentes y telespectadores extranjeros que, como es natural se interesan m u y poco por esa región o ese país. Debemos, en este punto, hacer referencia al estudio citado por Fernando Reyes Matta: "UP1 informe a los latinoamericanos de una América Latina que no es la que éstos viven, pero que terminan por creer por la fuerza comunicativa que la Agencia tiene". ¿Conviene poner remedio a tal estado de cosas? Una gran agencia del Tercer Mundo no satisfaría las necesidades específicas mejor que las

agencias ya existentes,y costaría m u y cara. Las agencias regionales pueden complementar la labor de las mundiales, pero nada más. P o r consiguiente, las soluciones a plazo previsible, deben proceder de los medios de comunicación social. Pues, a fin de cuentas, esos medios son jurídicamente responsables por las informaciones que publican. E n tanto que clientes de las agencias, deben exigir de éstas lo que necesitan. E n cuanto al resto, a ellos corresponde elaborar la información que desean transmitir a su público. Son ellos los que aplican los criterios determinantes en la selección de noticias y ellos quienes dan forma a los mensajes, ¿Cuáles son esos criterios? C o m o bien seliala Alcino da Costa, los medios obedecen, en proporciones variables, a imperativos de tres tipos: unos, dictados por los gobiernos; otros, propios de cada Órgano de información y en los que interviene su concepción m i s m a de la comunicación; y los terceros -fundamentales, ya que son expresión de las necesidades-, los que impone el público. D e ahí se sigue que, aunque las fuentes de noticias sean poco m á s o menos las mismas, los medios de información no se parecen entre sí. Lo que quiere decir que todo -o casi todo- es posible. Y que los mejores medios de comunicación social son los que se dejan guiar por la demanda de su público. O m á s exactamente: que los mejores medios son aquéllos cuyos dirigentes y periodistas tienen m á s clara conciencia de la función de la comunicación en las sociedades modernas. E n definitiva, los periódicos y otros Órganos son, en su conjunto, el reflejo de una civilización. Expresan la mentalidad de ésta a traves de un prisma m á s o menos deformador. Y a se encuentren en el Tercer Mundo o en mundo industrializado de la Europa occidental, de la oriental, o de América del Norte, la imagen deformada de la sociedad a que pertenecen es un hecho. También es otro hecho que esos medios tropiezan con mayores limitaci ones y dificultades en el Tercer Mundo. L o cual ae debe, como va a verse, a causas extenas, pero también internas. Para actuar de m a nera directa sobre éstas e indirecta sobre aquéllas, para extirpar el mal de su entorno será necesaria considerable competencia profesional yno menor valor. Una y otro están ahí. Philippe Gaillard

Los puntos de vista que figuran en este trabajo pertenecen a sus autores y no representan forzosamente los criterios de la Unesco.

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Capítulo I

Nuevas opciones para la selección de noticias de los países africanos Por Alcino Louis D a Costa, Director de Afrique Nouvelle Dakar

I.

Prefacio -

Este trabajo se ha preparado a base de las realidades hoy vigentes en los medios de información africanos. E n tal contexto, se funda, primordialmente, el examen del contenido de Órganos oficiales de prensa o m u y próximos al poder gubernamental: esto es, esencialmente los diarios, las agencias de prensa y las emisoras de radio y televisión. Tal elección refleja la situación actualmente reinante en Africa occidental y central, en particular, donde la información está casi totalmente controlada por el aparato estatal, de manera m á s o menos rigurosa, según el país de que se trate y el medio utilizado. A ese propósito, conviene notar que las autoridades prestan m u y especial atención a los mensajes transmitidos por la radio y la televisión, cuyo considerable impacto sobre las poblaciones está ampliamente comprobado. L a prensa de propiedad privada, representada por m u y escasas publicaciones, tiene generalmente carácter confesional, sindical, de entretenimiento o clandestino, con la excepción del Senegal, de Alto Volta y de Nigeria, donde una cierta libertad de expresión ha permitido el desarrollo de Órganos no estatales. Esa prensa privada merece, por otra parte, una consideración especial dado que atrae sin cesar un número creciente de lectores. El presente estudio es resultado somero de una investigación de varios meses de duración sobre los diarios siguientes: Fraternité-Matin (Costa de Marfil), L e Soleil (Senegal), Essor (Mali), Togo-Presse (Togo), Chaab (Mauritania), Horoya (Guinea), Ehuzu (Benin), L'Action (Túnez), L e Sahel (Niger), El Moudjahid (Argelia), servateur (Alto Volta), Etumba (Congo), Standard -(Ghana), L'Union (GabÓn), Cameroon Tribune (Camerun), The Independent (Nigeria), L a Semaine africaine (AfricaCentral-Brazzaville), Afrique Nouvelle (Africa Occidental Dakar), Carrefour africain (Alto Volta) 1). Nuestras investigaciones han englobado también los programas

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de las estaciones siguientes: Dakar, Bamako, Conakry (Voix de la Révolution), Abidjan, Livreville, Yaundé, Lomé, CotonÚ y Nuakchott.

II. Criterios de selección de noticias por las agencias y los Órganos de información en los países africanos Todos nuestros Estados practican una cierta politica de información, aun en los casos en que no se encuentra expresamente definida. Dicha política se manifiesta en una actitud constante cara a los sucesos nacionales o internacionales, actitud que se apoya en criterios precisos. .l.

Noticias internacionales destinadas al ámbito nacional

El criterio primordial que determina la selección es resultado de una opción política general en Africa que llamaremos la seguridad psico-política y que consiste en favorecer las informaciones tranquilizadoras procedentes de los países con los que se mantienen relaciones particularmente estrechas. Dicho criterio se aplicó, por ejemplo, durante las últimas elecciones francesas; varias estaciones de radio del Africa francoparlante consagraron emisiones especiales a este tema, y los diarios rivalizaron en sus esfuerzos de imaginación para saludar la victoria de la mayoría presidencial. U n triunfo de las izquierdas hubiera sido, sin duda alguna, presentado de otra manera m á s somera. P o r eso, no es exagerado decir que, en este momento preciso, la simple lectura de la prensa africana hubiera podido instruir a todo observador sobre el estado y el nivel de las relaciones entre Francia y cada uno de los Estados africanos.

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LOSperiódicos de propiedad privada aparecen subrayados. 7

E n nombre de ese mismo criterio, las informaciones que se estimen negativas políticamente no serán admitidas. E n efecto, ningún régimen africano está dispuesto a permitir que los Órganos estatales de información difundan noticias que puedan inquietar a la población; se trata, sobre todo, de evitar todo trauma que pudiese perturbar la credibilidad de las opciones nacionales y suscitar reacciones inconvenientes. Esa necesidad de seguridad psico-política es lo que explica que Ehuzu o Togo-Presse sean m u y discretos sobre la apertura democrática que experimenta el Alto Volta: los regfmenes militares de CotonÚ y de L o m é están aún m u y lejos de iniciar el mismo proceso que el General Lamizana. Así, Fraternité-Matin se ha referido m u y brevemente en sus columnas a las elecciones senegalesas organizadas sobre una base pluripartidista, para no sugerir ideas a la población de la Costa de Marfil. E n mayo de 1968, durante la agitación sindical y universitaria que sacudió Dakar, la Agence de Presse Sénégalaise censuraba sistemáticamente toda información exterior que se refiriese a las manifestaciones estudiantiles. L a radio de Ghana, aunque interesada en todo lo que concierna al cacao, se guardara m u y bien de anunciar el aumento del precio de compra a los cultivadores de la Costa de Marfil decidida por el Gobierno de Abidjan. E n los países africanos que han decidido seguir la vía marxista-leninista, tanto la prensa como la radio y la televisión guardan silencio sobre los procesos de los disidentes soviéticos. Del mismo modo, los Órganos de los Estados que apoyan la constitución de una fuerza armada interafricana no mencionan jamás las reacciones de los gobiernos opuestos a dicho proyecto. El segundo criterio, próximo al primero y con el cual se confunde algunas veces es el de la comunidad de intereses. E n este caso se trata de dar prioridad a los acontecimientos positivos que afectan a los países con los que se comparten los mism o s intereses políticos, económicos, culturales O ideolÓgicos. Una rapida mirada a la prensa africana permitirá cosechar numerosos ejemplos. Ehuzu abre ampliamente sus columnas a la actualidad angoleña, malgache, congolesa y argelina, en razón de las afinidades ideológicas entre CotonÚ, Luanda, Tananarive, Brazzaville y Argel. Los éxitos econÓmicos de Costa de Marfil hallan eco favorable en l'Union puesto que GabÓn ha optado por el mismo liberalismo que el del Gobierno de Abidjan. L a prensa marroquí no había dedicado nunca tanto espacio a las noticias de Mauritania hasta la decisión de Rabat y de Nuakchott de repartirse el Sahara occidental, en tanto que el Algérie Presse Service consagra numerosas informaciones a las actividades del Frente Polisario. El mismo criterio actúa en el caso de los Ó r ganos de Togo, m u y sensibles a las informaciones procedentes de Nigeria dado que los Generales Eyadema y Obasanjo son los promotores de la Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental.

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Podrían multiplicarse al infinitolos ejemplos de que los medios de comunicaciónde los países africanostienen m u y en cuenta a los otros Estados con ellos asociados dentro de una misma organización. Esto se aplica igualmente a sus alianzas fuera del continente: Etumba celebra a plena página la fiesta nacional cubana; Chaab no desperdicia ocasión para hablar de la Arabia Saudita y de Kuwait, los dos principales suministradores de fondos para Mauritania; la televisión senegalesa consagra to dos los días varios minutos de su diario a la actualidad francesa. Se observa que, para la selección de informaciones, la comunidad de intereses representa un papel m á s importante que la proximidad geográfica. Los límites de tal orientación están impuestos por un tercer criterio: los imperativos de la política nacional, ya sean de carácter permanente o coyuntural. E n tal contexto, la selección debe responder a la necesidad de legitimar o de reforzar las posiciones de los gobiernos. Así, la decisión de Dakar de ayudar militarmente a Zaire en el conflicto del Shaba ha ido acampanada automaticamente del notable aumento del volumen de las noticias zairenses difundidas por los Órganos senegaleses. Dado que los militares de Njadema consideran que Libia es un elemento perturbador, la Agence de presse tchadienne ha recogido en detalle las declaraciones del Presidente Bongo condenando la política de Gadhafi. L a radio de Abidjan ha insistido no poco sobre la violación de los derechos humanos en la Unión Soviética debido a que los imperativos de la política nacional marfilense exigen impedir la infiltración del comunismo en el país. Toda dificultad que afecte a un país con el que haya un conflicto se despliega en cuatro o cinco columnas de la primera pagina, pero sólo si una dificultad idéntica no afecta a uno mismo. Cuando se derriba un avión en el Sahara, Moudjahid aprovecha la ocasión para a m plificar los ataques contra las intervenciones de París en Africa, exaltar el valor de los combatientes saharis y reafirmar la justicia del punto de vista argelino. E n ocasión de la retirada de GabÓn de "Air Afrique", el diario Cameroon Tribune se precipitó a dar la noticia añadiendo detalles que legitimaban la decisión del Camerun, país que había abandonado esa companía cinco alios antes. E n resumen, la noticia internacional se difunde prioritariamente cuando es tranquilizadora desde un punto de vista político,corresponde a un imperativo nacional y procede de un país con el que se está relacionado de una manera o de otra. Existe un Último criterio que refleja la preocupación de todo Estado africano de no permanecer al margen del curso de la historia. Esta relacionado, en primer lugar, con las resoluciones comunes con miras a combatir el apartheid y el racismo,sostener los movimientos de liberación, fomentar la cooperación y promover el desarrollo. E n segundo lugar, se trata de participar en la actualidad mundial. Los records de Rono, las

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grandes innovaciones quirÚr gic as, los descubri mientos científicos, las grandes concentraciones tales como los Juegos Olímpicos o el campeonato del mundo de fútbol encuentran lugares de honor en los boletines informativos. 2.

Noticias nacionales destinadas al ámbito nacional

Encontramos aquí los tres primeros criterios ya mencionados, pero influidos aún en mayor medida por la preocupación de los poderes públicos de producir una buena imagen de SUS actividades, de su gestión. Así, las noticias relativas a las actividades del Jefe del Estado, del Gobierno y del partido en el poder recibirán tratamiento privilegiado. E s raro, por ejemplo, ver un numero de L'Action sin una fotografía en primera página del Presidente Bourguiba. Los regímenes africanos son m u y golosos de publicidad. P o r m u y distintas que sean sus decisiones o su popularidad, tienen en común la voluntad permanente de probar que emplean todas sus energías en trabajar en beneficio del pueblo. E n eso se encuentran bien servidos ya que es característico de los Órganos gubernamentales de información caer con gran facilidad en la propaganda; su culto es, a veces, excesivo, sobre todo cuando no se dejan oír otras voces que pudieran decir algo distinto. Radio Conakry abruma a sus oyentes, hasta dos o tres veces en un mismo día, con la retransmisión de los discurscs íntegros del Presidente guineo, que pueden durar una o das horas. Cuando los Órganos del partido se reúnen, los debates se transmiten en directo durante toda la duración de la reunión, quedando así eliminadas de las ondas todas las demás informaciones. A continuación, la prensa reproduce enteros todos los discursos pronunciados por las personalidades del régimen y todos los informes presentados. E n ciertos países está prohibido resumir las alocuciones de los ministros. Los acontecimientos de las regiones y provincias quedan relegados a un segundo plano y sólo aparecen en los Órganos de información en tanto que actividades de los gobernadores y prefectos. L a capital es, en primer lugar, la privilegiada. Las regiones pasan de nuevo a primer plano cuando se trata de señalar las realizaciones socioeconómicas del gobierno. L'Essor publica regularmente una página consagrada a las actividades económicas dirigidas por las autoridades malienses: seminarios sobre el desarrollo, presentación de proyectos en todos sus detalles, visitas de ministros a las empresas estatales,firma de convenios de financiación, etc. L e Sahel destaca marcadamente la explotación de los recursos mineros en el Niger, los programas de desarrollo rural, los viajes de los ministros en las zonas donde se llevan a cabo las grandes obras de ordenamiento hidro-agrícola.

C o m o hemos visto en el caso de las noticias internacionales, se concede prioridad a las informaciones tranquilizadoras que justifican las medi das gubernamentales. Ese criterio se extiende asimismo a los sucesos que pueden contribuir a ofrecer una imagen favorable del país: por ejemplo, las reuniones internacionales que tienen lugar en el territorio nacional, los éxitos de los ciudadanos del país que residen en el extranjero. L'Action ha dado gran resonancia a la buena actuación de los futbolistas tunecinos en Argentina; L e Soleil consagró hace años su primera página a los brillantes resultados en Francia de una senegalesa alumna de la Escuela Politécnica. E n ocasión de la elección de Eteki NSboumoua para el cargo de Secretario General de la OUA, la radio de Yaundé comentó ese hecho durante varios días. L a victoria en Ghana del equipo Hafia, de Conakry, en la copa de Africa de los clubs campeones de fútbol, ocupó el primer lugar durante siete ediciones del diario hablado de la Voix de la Révolution. Las actividades no gubernamentales que favorecen a las autoridades reciben asimismo extenso tratamiento, sobre todo cuando el gobierno se halla asociado a ellas. Tal es el caso de los congresos sindicales en los que se votan resoluciones en apoyo del gobierno, o de las asambleas religiosas en las que se dan votos de gracias al Presidente de la República por el interés que ha mostrado. No podemos concluir este capítulo sin pasar revista, aunque sólo sea con fines de comparación, alos criterios adoptados por los Órganos de información no estatales. Los diarios de oposición (muy raros) toman sistemáticamente una posición contraria a la del gobierno. Su criterio principal es la defensa de sus opiniones; para ello se esfuerzan por probar mediante noticias inquietantes la mala situación del país. E n apoyo de sus tesis buscan en las informaciones internacionales todo aquello que pueda contribuir a justificar su actitud. Los demás periódicos de propiedad privada se apartan asimismo de la posición gubernamental y difunden informaciones que interesan al público porque se refieren directamente a cuestiones que lo afectan. The Standard ha tenido grandes éxitos con sus reportajes y encuestas sobre la situación económica de Ghana; este semanario se ha hecho eco de las preocupaciones de los ghaneses nacidas del descenso del valor real de los ingresos, de la desvalorización de la moneda nacional y del progresivo deterioro de las relaciones entre el régim e n militar y las masas. Durante ese tiempo,los diarios de Estado o próximos al poder encomian sin cesar "las visitas triunfales a las provixias" del Jefe del Estado, quien se vio obligado a dimitir poco después. L'Observateur, diario de UagadugÚ, respeta los criterios de la comunidad de intereses y de los imperativos de la política nacional. Sin embargo, sus informaciones son m u y críticas, sobre todo dado que abre sus columnas a los lectores y no teme publicar opiniones contrarias a las de los dirigentes del país.

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Se hablara de criterio comercial. Sin duda, pero ello también entraña que los Órganos responden a las auténticas preocupaciones de sus lectores.

III. Criterios de selección de noticias nacionales por las agencias africanas de información para su difusión en los otros países africanos No nos extenderemos indebidamente sobre este tem a ya que existen m u y escasos corresponsales de las agencias africanas de información en Africa occidental y central. Pero es posible basarse en el funcionamiento del "pool" o consorcio de los no alineados para deducir ciertos criterios. Las agencias nacionales africanas hacen llegar al "pool" las noticias ajustándose a los imperativos definidos en el capítulo anterior; esas noticias comprenden sobre todo: las declaraciones oficiales del Jefe del Estado o del gobierno, las conclusiones de las reuniones internacionales celebradas en el país, los elementos -con datos numéricosde las operaciones económicas favorables, las grandes concentraciones populares organizadas desde el poder, las manifestaciones de cooperación con otros Estados, las visitas de delegaciones extranjeras y los éxitos deportivos. E n resumen, el criterio imperante es el de crear una imagen favorable. Por lo que a los raros corresponsales de las agencias africanas se refiere, éstos seleccionan las noticias del país en que residen en función de las relaciones existentes entre ese país y el suyo propio. E n general, tienen en cuenta la seguridad psico-política y la comunidad de intereses; pero, de manera creciente, los periodistas de "la nueva escuela" buscan la objetividad, tratan de profundizar sus investigaciones y hacen uso de ciertos sucesos del día. "Cubren" sistemáticamente todos los acontecimientos importantes de la actualidad nacional; exploran igualmente otras esferas de actividad gubernamental. Sin embargo, su margen de maniobra continúa siendo limitado ya que los gobiernos africanos muestran poca tolerancia res pecto de los periodistas africanos que sacan a luz sus errores y debilidades o dan publicidad a las manifestaciones hostiles a su autoridad. Si examinamos el contenido de publicaciones periódicas africanas, sin limitarnos a un país preciso y cubriendo una extensa zona geográfica, hallaremos que los criterios aplicados son diferentes. El caso de Afrique Nouvelle es un ejemplo característico. Este semanario juzga los sucesos por referencia a su impacto sobre las realidades y preocupaciones del país. Así, al presentar las conclusiones de un congreso de un partido, señala, sin duda, las grandes opciones políticas, pero desarrolla m á s extensamente las decisiones tomadas para resolver los problemas. Ese deseo de objetividad domina sobre los otros criterios aplicados por los órganos estatales; la preocupación de Afrique Nouvelle no es tranquilizar al lector sino decirle lo que realmente sucede y ofrecerle los

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elementos de análisis de una determinada situación. Poseedora de una visión m a s global de la política africana, esa revista relata las diferentes experiencias favorables sin tener en cuenta la orientación ideológica de los países; al mismo tiempo fomenta la cooperación y procura hallar en los coriflictos entre Estados africanos posibilidades de un retorno ala normalidad. Para eso,el criterio m a s Útil es el equilibrio, juntamente con la verdad. Precisamente este respeto de la verdad ha hecho que Afrique Nouvelle sea uno de los raros Órganos que ha publicado una información sobre las violaciones de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial, en tanto que el silencio reina en todas partes. Y cuando ese semanario menciona la justa reivindicación de los países del Tercer Mundo por un nuevo orden económico internacional, exige al mismo tiempo un nuevo orden nacional, ilustrando con ejemplos el abismo que existe entre los pobres y los ricos en un mismo país.

IV. L a evaluación, en el contexto de los criterios de los países africanos, de las noticias suministradas por las agencias internacionales a los medios de información africanos Las agencias internacionales de prensa suministran a los Órganos africanos gran cantidad de noticias de valor y calidad m u y desiguales. Ese servicio es objeto de críticas en todas partes y es una de las causas m á s importantes de reivindicación del Tercer Mundo en el debate sobre el nuevo orden internacional en la esfera de la información. Sin embargo, la evaluación de las noticias difundidas por esas agencias internacionales no puede aplicarse igualmente al conjunto de los medios de información. Hay ciertos aspectos que casi todos los usuarios africanos consideran positivos: Las informaciones son transmitidas con una rapidez que permite conocer la actualidad casi al minuto; Las informaciones "cubren''el conjunto del continente, aunque no todos los Estados reciben el mismo tratamiento; a falta de agencias regionales africanas capaces de recoger informaciones en toda Africayde difundirlas a todos sus países la labor de las agencias internacionales se aprecia en buena medida; Las grandes conferencias internacionales que tienen lugar en Africa reciben crecida atención y son objeto de servicios especiales (por ejemplo: las conferencias cumbre de la OUA y de los organismos interafricanos y las manifestaciones deportivas continentales); lo mismo puede decirse respecto de la participación de africanos en acontecimientos que tienen lugar fuera del continente, aunque el volumen de estas informaciones sea m á s reducido; Las agencias internacionales, que dis ponen de buenos archivos, pueden hacer m u y Útiles referencias retrospectivas y dar precisiones que

los Órganos africanos no podrían procurarse de otro modo; Las agencias proponen toda una gama de informaciones m u y diversificadas sobre las esferas esenciales: política, economía, sociedad, cultura, deporte. D e todos modos, conviene justipreciar las noticias suministradas. E n efecto, Agence France Presse yReuter, que se reparten actualmente el mercado africano de la información,se benefic;= de las relaciones establecidas en el curso de la historia entre Franciayla Gran Bretasia,por u;ia parte, y los Estados africanos por otra. Eso les otorga un cierto poder,en la medida en que percibimos la casi totalidad de los acontecimientos mundiales a través de las noticias que esas agencias nos proporcionan. Ellas tienen su propia escala de valores y los mensajes que hasta nosotros llegan no son imparciales sino que reflejan una visión de los hechos en función de los intereses propios de esas empresas. Si examinamos el servicio de AFP destinado a Africa veremos que ciertos países que tienen especiales relaciones con Francia están privilegiados (criterio de la comunidad de intereses). E s indudable que hay que tener en cuenta la personalidad, representatividad e importancia de esos países en cuanto tales; pero su elección m i s m a depende de una decisión al m á s elevado nivel. Así, el volumen y la frecuencia de las informaciones sobre el Senegal, la Costa de Marfil y GabÓn no son de manera alguna comparables con las breves y epicódicas noticias sobre Benin, Burundi, Alto Volta y Rwanda, por ejemplo. Del mismo modo, Reuter "cubrirá" mejor la actualidad en Nigeria y Ghana que en Gambia o Sierra Leona. Las noticias destinadas a los medios de información africanos se seleccionan en razón de las preocupaciones de los centros de decisión (París o Londres). El alza del precio del cacao en la bolsa de Londres irá automáticamente seguido de una serie de despachos sobre la situación de la producción de ese cultivo en los principales países exportadores. El descubrimiento de nuevos yacimientos de mineral en un Estado va acompañado rápidamente de un nuevo despertar del interés por ese Estado, especialmente si se puede ocupar en 61 un lugar. E n efecto, las grandes agencias internacionales, ya sean del Oeste o del Este, se comportan todas como estructuras transnacionales del poder, en tanto que monopolizan la corriente de informaciones y que hay que acudir obligatoriamente a ellas para obtener una visión global de lo que sucede en el mundo. Aunque difusa, se halla omnipresente la imagen favorable de los países y las sociedades -cuando no de las ideologías- que representan las agencias internacionales. Eso explica por que A F P , por ejemplo, dedica numerosos despachos a la ayuda suministrada por Francia o por el Mercado C o m ú n a los países africanos; del mismo modo, subrayará los detalles de toda realización en la

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que hayan participado empresas e instituciones financieras occidentales, en tanto que otra obra, de no menos importancia pero debida a la ayuda de un Estado perteneciente a un sistema diferente, recibirá apenas mención. Además, los éxitos obtenidos en diversas esferas por los países en que tienen representación las agencias internacionales son encomiados por éstas en tal grado que parecen hacer burla del sentido del equilibrio. Finalmente, se les impone como valores universales. El objetivo comercial exige producir informaciones que se salgan de lo acostumbrado. Encontramos aquí, de nuevo, el deseo de explotar lo sensacional, lo insólito, lo caricaturesco. Y como ese género gusta, se llega hasta la burla y el desprecio, a tal punto que, a veces, las agencias condenan al silencio acontecimientos importantes en la vida de las naciones, llevando a su zaga gran número de Órganos africanos. Los medios gubernamentales de información de los países "cubiertos'' por las agencias internacionales están suficientemente satisfechos en la medida en que el servicio suministrado les permite ajustarse a sus criterios de selección; así, pueden difundir infor maciones positivas sobre los países amigos,tienen material (especialmenteelegido) para exaltar las virtudes de los "hermanos mayores" o para criticar a quienes les sean desfavorables. Dan igualmente muestras de un gran mimetismo. E s curioso comprobar la gran semejanza que existe, en el numero de un mismo día, entre las páginas de información internacional del Soleil, FraternitéMatin, Sahel, Togo-Presse y l'Union; varías noticias se publican tales como las ha transmitido

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AFP. L a actitud de los directores de la prensa no oficial es diferente. Cierto es que los que dan prioridad al éxito comercial del periódico seleccionarán ante todo las noticias que hieren la imaginación, presentadas con títulos sensacionalistas, y pondrán en candelerolas informacionesinsólitas. Procurarán también mostrar los aspectos ocultos de un suceso, siempre con el propósito de ganarse lectores y, por consiguiente, de convertirse en un medio m á s interesante para la publicidad. Los otros órganos no oficiales que procuran dar una información no sólo seria y objetiva sino también constructiva que pueda movilizar a los lectores hacia la consecución de objetivos nobles tales como la amistad entre los pueblos, el estímulo del desarrollo, la edificación nacional, la unidad africana, la defensa de los derechos humanos, sospecharán que las agencias internacionales intentan imponerles un modelo de sociedad. Esa prensa no gubernamental reconoce, sin embargo, que las agencias levantan el velo que cubre ciertos hechos que el poder quisiera ocultar. Pero, al lado de ese aspecto positivo, i hay tantas noticias tendenciosas y cargadas de subjetivismo ! Así,por ejemplo, la amplificación desmesurada de sucesos o incidentes aislados, la presentación de "estados 11

de ánimo" (cuestión del Shaba) en detrimento de la exposición objetiva de hechos, la insistencia en legitimar ciertos actos, la tendencia a querer ensalzar siempre el tipo de sociedad que la agencia representa, son todos factores que conducen a la distorsión de las informaciones. Y,en lo que concierne a Africa, las agencias internacionales dan una imagen imprecisa ydesdibujada, cuando no a menudo negativa. Limitarse a poner de relieve Únicamente las catástrofes ylos fracasos equivale, sin duda, a negar los esfuerzos realizados en numerosos sectores, a pesar de los pasos en falso yde las imperfecciones. Dar al menor malentendido la amplitud de un conflicto en ciernes, agitar en todas las ocasiones el espantapájaros del tribalismo, aprovechar cualquier declaración desafortunada para anunciar un choque, todo elio revela, cuando m e nos, un comportamiento inquietante. Ciertos medios de información sospechan que las agencias internacionales ''manipulan" los acontecimientos. Durante la gran crisis del petróleo se lanzó una verdadera campaña para separar los africanos de los árabes, quienes buscalan su solidaridad. Las agencias han jugado a dos paños: por un lado han señalado las cargas aplastantes -y m u y reales- que van a pesar sobre las economías africanas yfrenar la ejecución de sus programas de desarrollo; por otro, han perseguido a los magnates del petróleo en todos los grandes casinos y elegantes palaces de Europa y América para mostrar cómo derrochaban el oro mientras las poblaciones africanas no tenían asegurada una comida diaria. L a campaña ha estado tan perfectamente orquestada en los países industrializados que ha provocado un sentimiento de racismo antiárabe. L o que m á s se ha deplorado ha sido la distorsión de la información. Las agencias internacionales han exagerado esos derroches, que no era sino obra de un ínfimo puñado de privilegiados jeques; pero no han dicho que las ganancias del petróleo han vuelto a los bolsillos de los hombres de negocios occidentales que venden a los árabes,fábricas, equipo, hoteles, automóviles, etc. El estimulante aguijonazo que para la economía arabe han significado los petrodólares ha beneficiado a las empresas europeas yamèricanas que han podido así realizar no pocos "negocios del siglo". V. Influencias que determinan los criterios de selección de las noticias a nivel de la jefatura -- de redacción Por lo que se refiere a los Órganos de información gubernamentales, la principal influencia es la del ministerio del que depende el Órgano. L a personalidad del jefe de ese departamento, el grado de su politicismo y las funciones que ejerce en el seno de su partido son los factores determinantes a nivel de la jefatura de redacción. Los ministros de la información ejercen un control previo sobre las noticias que se van a difundir por la radio o la 12

televisión; a veces insisten en conocer los titulares m á s importantes preparados para la emisión del diario. Otra influencia es resultado de la coyuntura. En un clima de tensión interna se impone a las redacciones una vigilancia mayor. Durante la agresión del 22 de noviembre de 1970 contra Guinea, los periodistas de la Voix de la Révolution no quisieron correr riesgo alguno: las declaraciones del Presidente de la República y las manifestaciones de apoyo a su régimen constituían el menú cotidiano del boletín informativo; m á s tarde se añadió la retransmisión del juicio contra los acusados, la destitución de ciertas personalidades y las medidas tomadas por el Buró Político del Partido para acelerar las averiguaciones. Además, los jefes de redacción de los Órganos gubernamentales están acostumbrados a recibir instrucciones, cuando no son ellos mismos quienes las solicitan. Aunque conocen perfectamente los criterios de selección en vigor, reciben instrucciones especiales de su superior jerárquico directo o de la cima misma (entiéndase la Presidencia de la República o el Comité Supremo del Partido) cada vez que sea necesario insistir sobre una información o, por el contrario, callarse la boca. L a tercera influencia es el director del Órgano en cuestión. Según su competencia profesional, su personalidad y las atribuciones que le hayan sido dadas, imprimirá un estilo y un método de trabajo a la redacción. D e todos modos, el Redactor-Jefe también ejerce su influencia en función de su formación, sus inclinaciones políticas y su concepción de la manera de informar al público; también pesan su sentido crítico, la influencia de su medio social, SU conciencia profesional y sus inclinaciones personales. No deben dejarse en silencio las presiones financieras. E n m u y numerosos países africanos, la condición jurídica y profesional del periodista no está definida; a menudo se le considera como un funcionario, pero sin las ventajas de éste y con un sueldo que no dice relación con su situación S O cial. Entonces, cuando se le tienta, aceptará ponerse al servicio de quien m á s ofrezca. Así, la inauguración de una pequeña fábrica recibirá m á s espacio que otras informaciones de mayor importancia; la elección de un hombre de negocios, poseedor de poderosos medios, para la presidencia de cualquier confraternidad recibirá la atención del diario, sin faltar la concebida fotografía. Tales prácticas exceden muchas veces el marco de las informaciones nacionales para extenderse al ámbito internacional. Las embajadas se las ingenian siempre para tener "amigos" bien situados en la radio, la televisión y los diarios. E n los Órganos no oficiales se tropieza con otras influencias: las de los anunciantes que no retroceden ante el chantaje para hacer suprimir una información desfavorable; la del público, bastante determinante en la medida en que constituye la base de la fuerza de los Órganos privados de

información. Desde el referendum organizado en noviembre de 1977 en el Alto Volta, Afrique Nouvelle ha sufrido tales presiones por parte de sus lectores que se ha visto obligada a dedicar tres páginas (como promedio) por m e s a la actualidad altovoltaica. Evidentemente, los despachos referentes al Alto Volta son objeto de particular cuidado en la redacción de ese semanario. El mismo caso se ofrece respecto de los lectores deportivos de Fraternité-Matin (que es, sin embargo, Órgano gubernamental) hasta el punto que ese diario marfilense no deja nunca de enviar un corresponsal a las manifestaciones deportivas continentales e internacionales. E n general, las influencias son resultado del clima político del país, del ambiente psicológico que reina en la redacción, del marco de expresión definido por el Estado, de la formación del periodista, de su origen étnico, sus creencias religiosas y opiniones políticas y de los temas y asuntos que le interesan. No hay que olvidar tampoco las condiciones de trabajo, las posibilidades de acceso a la información y de acopio de noticias. LOSperiodistas africanos muestran cada día m a s la tendencia a procurar comportarse como verdaderos profesionales; suenan en emular algunos grandes nombres de la prensa, la radio y la televisión de prestigio internacional, dejándose a veces llevar de cierto mimetismo no siempre condenable. L a influencia que ejerce el público merece algunas precisiones. Depende, primeramente de la posibilidad de expresión permitida a la opinión pÚblica. Una vez reconocido ese derecho, se observa en las cartas que los radioyentes envían a las emisoras la necesidad de recibir explicaciones sobre ciertos sucesos y un deseo de análisis que permita abordar desde todos los puntos de vista un problem a y adoptar una actitud. El público radioyente -no debe olvidarse- se nutre de otras fuentes sin gastos suplementarios; el gran éxito del transistor es que forma gentes m á s y m á s informadas y por consiguiente capaces de determinar los criterios de selección que deberán o no respetarse. E n cuanto a los lectores de periódicos, representan una proporción minoritaria, pero influyente, de la población. Depositarios de un cierto saber y capaces de hacer publicar sus observaciones, son, en general, escuchados. Estimulados por el interés comercial, los Órganos de la prensa no pueden ignorar las necesidades de información de quienes garantizan su propia existencia. Sin embargo, es cierto que una tal actitud no se impone necesariamente a los medios estatales de información, cuya razón de ser responde a otras necesidades. Finalmente, aunque no llegue a poner enteramente en tela de juicio los criterios de selección de las noticias, el público constituye un factor que se tiene en cuenta a nivel de la dirección de la redacción; no necesariamente en lo que se refiere a la selección de todas las informaciones, pero sí, por lo menos, en cuanto a su formulación y presentación.

VI. L a percepción de esos criterios por el público Los usuarios de los medios oficiales de información tienen tan plena conciencia de los criterios que determinan la selección de los acontecimientos que se les comunica que hacen todo lo posible por diversificar sus fuentes informativas. E s raro que un lector no procure leer artículos publicados en dos o tres periódicos distintos. Los límites de esta tendencia son necesariamente de índole política (prohibición de la libre circulación de la prensa) o financieros (insuficiente poder adquisitivo). Incluso cuando aprueba las medidas gubernamentales, el publico siente ciertas dudas después del impacto inicial sobre SU espíritu de una información. Está convencido de que los Órganos gubernamentales presentarán siempre los hechos -sobre todo los ocurridos en el propio país- desde un punto de vista favorable; adivina la existencia de un mecanismo de castración, aunque no consiga situarlo con precisión. D e ahí el sentimiento de frustración intelectual que le lieva a orientarse hacia la prensa de propiedad privada, cuando existe, o la prensa extranjera, cuando la puede obtener. "No dicen todo", se le oye a menudo repetir. Ese leitmotiv unánimemente repetido es clara sefial de que el público tiene conciencia de los criterios que se aplican para la selección. Tanto m á s cuanto que puede comprobarlos y evaluarlos por referencia a otros medios de información. Los lectores, los radioyentes y los telespectadores gozan de no pocas ocasiones de comparar los criterios aplicados por los Órganos oficiales, por un lado, y por la prensa independiente, por otro, que se beneficia de ello para aumentar su público. E n el Senegal cuando el primer partido legal de oposición celebró su congreso, la radiodifusora nacional se limitó a anunciar m u y brevemente el acontecimiento, igual que el Soleil, que subrayó el escaso número de militantes presentes. Pero cuando Afrique Nouvelle puso a la venta un número en cuya portada aparecía una hermosa fotografía en gran tamaño del líder del partido de oposición, la edición se agotó rápidamente. E n el interior, el artículo y las ilustraciones daban a conocer a los lectores una formación política estructurada y disciplinada. El público comprendió m u y bien que el nuevo partido molestaba al Gobierno y a los dirigentes en el poder. Y tuvo sobre todo confirmación de que los medios de información oficiales favorecían ciertas noticias y suprimían otras. Invariablemente, cuando el hombre de la calle percibe la ausencia del camión de reportajes de la televisión en un gran encuentro deportivo sabe que el Gobierno o el Partido en el poder organizan ese mismo día una manifestación. L a actitud frente a la información general es asimismo constante: el público marfilense sabe que las autoridades de Abidján darán siempre prioridad a las noticias políticas francesas y reacciona 13

contra ello cada día m á s pues sabe que los acontecimientos que relata la prensa o presenta la televisión tienden a legitimar el sistema de alianza y a mostrar el poderío de un socio privilegiado. Conocedor de las opciones del Gobierno, de los imperativos de la política nacional y de los grupos de intereses, el publico está en condiciones de formarse una opinión. Los campesinos, aunque en su mayoría analfabetos, son capaces de juicio y de ejercer su sentido crítico. A ese propósito, las transmisiones de la radio rural de UagadugÚ muestran aspectos interesantes de los juicios emitidos por los trabajadores de la tierra sobre ciertas relaciones económicas entre el Alto Volta y sus asociados; y cuando el Órgano oficial ofrece una explicación poco satisfactoria, los interlocutores insisten en sus críticas, aunque excusando el comportamieilto del moderador: "Comprendem o s m u y bien que Vd. no pueda decir otra cosa,ya que el Gobierno lo ha decidido así, pero.. .'I. El público no se deja engañar; sabe que el papel de los medios gubernamentales de información consiste en "manipularlo" y en perpetuar las ideas preconcebidas que deben llevarle a que apoye a las autoridades.

VIT. Medidas necesarias en materia de selección de informaciones Plantear el problema de las medidas necesarias equivale a reevaluar los criterios hoy en vigor. Difícil será vencer el pronunciado deseo de los gobiernos de ejercer un monopolio sobre la información que llega al público. Difícil, pero no imposible. E n efecto, el aumento del número de periodistas debidamente formados, los vientos de apertura democrática que soplan actualmente en diversas regiones del continente, la necesidad de entablar un diálogo con los países industrializados para negociar un nuevo orden internacional en la esfera de la información, y la exigencia cada día m á s evidente de la opinión pública para que se le reconozca el derecho a la información representan otros tantos factores favorables para un cambio de hábitos y una concepción m á s dinamica de la función de los Órganos oficiales de información. A eso puede añadirse la presión del mundo exterior en lo que se refiere a los derechos humanos. E n un tal contexto parecen imponerse ciertas medidas que podrían formularse de la siguiente manera: No difundir jamás noticias falsas; Favorecer la difusión de las noticias que contribuyen a un mejor conocimiento del resto del mundo y a una mejor comprensión de las situaciones; Eliminar todo lo que pueda atizar rencores, disensiones, conflictos y odios raciales o religiosos; Suprimir las informaciones que provocan gratuitamente el descrédito de países o de dirigentes;

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- Mostrar mayor rigor y objetividad no pasando por alto el contexto de los acontecimientos; Ensalzar las manifestaciones de cooperación y de amistad entre Estados africanos dentro de la Óptica de la unidad del continente; - Hacer m á s frecuente mención de los esfuerzos de desarrollo en los diferentes países, destacando las experiencias positivas; Realizar una selección geográficade manera que se aumente el volumen de las informaciones africanas difundidas por los Órganos de prensa. L a medida m á s dinámica consistirá en el envio de corresponsales especiales a los Estados africanos cada vez que se desarrolle en ellos un acontecimiento importante. E n un plano m á s práctic0,los periodistas africanos debieran estudiar la elaboración de un código deontológico específico para el continente, el cual sería sometido a la aprobación de los gobiernos, de los directores de los medios de información e incluso -¿por qué no? de la OUA. Tal iniciativa serviría para armonizar las normas de profesión y moralizar la política de la información, sin m e noscabar por ello la soberanía de los Estados. L a aplicación de esas medidas exige un requisito previo: la formación de los periodistas en la Óptica de las realidades, aspiraciones y objetivos del continente. Se trata de promover el sentido de responsabilidad y el sentido crítico; se trata, sobre todo, de reconocer que la información, tiene una función m á s social que comercial. U n Último imperativo, en fin: trabajar por la paz, por la dignidad humana. Esas dos facetas de un mismo concepto resumen bastante bien los valores morales que deben actuar en la selección de las informaciones. Dado que los medios de comunicación social condicionan el conjunto de las relaciones entre los pueblos, postulan un juicio equilibrado, sobre todo cuando los avances tecnológicos ponen a su disposición instrumentos temibles, capaces de provocar las peores catástrofes si se los maneja sin la debida ponderación. Dos órganos de información realizan un experimento tendiente a desarrollar la información en su región; nos referimos a los semanarios Afrique Nouvelle y la Semaine Africaine, publicados res pectivamente, en Dakar y Brazzaville. El examen de su contenido conduce a la convicción de que una evolución de los Órganos africanos hacia un mejoramiento de la información es m u y posible. E n efecto, sus artículos recogen la actualidad en gran número de Estados africanos; insisten siempre sobre el aspecto humano de los acontecimientos, colocándolos en su contexto histórico y terminando siempre en una nota esperanzadora, aunque se trate de situaciones conflictivas. T a m bién se desarrolla extensamente, se celebra y estimula la evolución de la cooperación entre los países africanos, aportando cifras como prueba. Al situarse así en la perspectiva de una mayor

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solidaridad africana -requisito previo para la unidad del continente- esos dos semanarios subrayan la semejanza de las situaciones en los diversos E.+ tados y la necesidad de acuerdos para resolver los grandes problemas tales como los de la alimentación, la educación y el desarrollo económico. E n el plano de la política internacional hacen hincapié en la comunidad de destino del genero humano, concepto que milita en favor del diálogo, que es, a su vez, el mejor medio de abordar con éxito las grandes controversias en que se hallan enzarzados los países industrializados y el Tercer Mundo. La selección de noticias que hacen esos dos Órganos procura tener en cuenta la identidad cultural del público al que van dirigidas, lo que se traduce en la eliminación en las informaciones suministradas por las agencias internacionales de todas las alteraciones deformadoras y tëndenciosas. Esa labor requiere gran objetividad, sin

duda alguna, m a s sobre todo una vigilancia y una crítica aguda de los criterios generalmente vigentes. Sin embargo, los resultados que obtienen Afrique Nouvell? y la Semaine Africaine son bien modestos; las dificultades son numerosas, tanto m á s cuanto que de lo que se trata es de conseguir una transformación de ciertas actitudes mentales, con todas las resistencias que tal cosa entrana. E n resumen,alcanzar una mejor comunicación entre culturas diferentes es labor de mucho tiempo. Hay hábitos que transformar y valores establecidos que desplazar. Para conseguir tal transición se necesita valentía, perseveranciay tiempo; también tomar decisiones dolorosas. Y una gran integridad intelectual. El objetivo de tal empresa bien merece que nos lancemos a ella, con humildad y resignación ya que no faltarán ni las dificultades ni los conflictos, ni las incomprensiones.

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Capítulo II Hacia un intercambio intracultural de informaciones en los países árabes Por

Yehia Aboubakr Director de los Servicios de Información Liga de los Estados Arabes EI Cairo

I.

Introducción

Durante los catorce siglos pasados, las tendencias culturales de Asia occidental y del Norte de Africa, derivadas -pero con nuevo impulso y renacida vitalidad- de civilizaciones m á s antiguas, han madurado sin interrupción y configurado una compleja y refinada personalidad. Esa región, habitada por gentes a un tiempo árabes y afroasiáticas, ha presenciado cataclismos históricos y experimentado videncias de triunfos comunes acompaliadas de tanto en tanto por un común padecer sufrido y dominado con ánimo indomable. El hecho de que la población de esa región tenga como idioma el árabe y pertenezca predominantemente a la fe islámica no es el único factor que ha contribuido a una cierta medida de homogeneidad claramente evidente y superadora de las fronteras que dividen la región. También han influido otros factores socioeconómicos y socioculturales para dar a esta identidad su unidad y SU diversidad. El presente estudio es obra de un equipo de especialistas e investigadores en la esfera de la comunicación y tiene el propósito de explorar de nuevo la relación existente entre las características nacionales de la cultura árabe y las posibilidades de un efectivo y fructífero intercambio dentro de esa región y entre ella y otras partes del mundo. Tal intercambio debe por necesidad contemplarse en relación con los decisivos progresos tecnológicos en el campo de la comunicación, y dentro del contexto de la urgente necesidad y la incesante demanda de un "nuevo orden en la esfera de la información". Los datos de que hoy se dispone sobre el desequilibrio en el flujo de informaciones y los intentos de desmembramiento de la nación arabe son aterradores y conducen a confusión, pero nosotros estimamos, sin embargo, que un estudio de los valores subyacentes de la información y de los principios y variables de la comunicación intercultural puede servir para encarar algunos de los problemas básicos de la comunicación en esa parte del mundo. Los resultados de dicho estudio 16

pueden ayudar a descubrir posibilidades para promover un saludable y Útil intercambio que, a su vez, puede servir para acelerar el proceso de desarrollo y promover la causa de la comprensión y la cooperación internacionales. Existen ya abundantes estudios sobre los "cancerberos" (gatekeepers)que vigilan el tráfico de noticias y sobre los criterios de valoración de la información, pero las generalizaciones basadas en tales estudios pueden conducir a error, particularmente al considerar una región de tan opulento patrimonio cultural y de carácter tan Único en lo que se refiere a sus afinidades y contradicciones intrínsecas. C o m o este estudio ha de m o s trar, la comunicación en esta zona puede tener que cruzar fronteras, pero nunca es intercultural en un sentido comparable, por ejemplo, al de la comunicación entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, e incluso entre las nacionalidades de esta Última. Las organizaciones regionales han recomendado siempre la coordinación de las políticas de información1), ydesdehaceya unos dos decenios existen dentro del marco de la Liga de los Estados Arabes los mecanismos necesarios para esa coordinación. Los medios.de información en muchos países árabes -en realidad en todos elloshan participado en diferente medida pero de decidida manera en el proceso de intercomunicación árabe. Al mismo tiempo, numerosas formas de comunicación intercultural -por ejemplo entre la región y otras "culturas" del mundo- están teniendo definitivamente profunda influencia en la vida y pensamiento de los habitantes del mundo árabe. E s por consiguiente imperativo que los m e dios de comunicación social y los planificadores de las políticas de información de los paises árabes tengan el m á s hondo conocimiento posible de las actitudes y sistemas de valores de esta región, así como de las posibilidades de cambio, enfocando su visión hacia las fuerzas que interactúan para crear las condiciones propias al intercambio ycon debida consideración de las barreras existentes. Este estudio tratara de los criterios de valoración de la noticia en tanto que guías para

seleccionar las noticias nacionales e internacionales y determinar la circulación de las mismas en el ámbito de la región y entre los países de ésta y el resto del mundo. Esperamos que este trabajo pueda ser de utilidad para evaluar las variables pertinentes que constituyen un marco válido para la interacción, y no menos para extender las posibilidades del intercambio de noticias en la región y crear las condiciones favorables, basadas en el conocimiento de las realidades, para una adecuada comunicación internacional intra e intercultural. Para los fines de este estudio se ha examinado la configuración de la circulación de noticias en la región durante la semana del 26 de noviembre ai 2 de diciembre de 1977. Los ejemplos elegidos ofrecen, a pesar de todas las limitaciones metodológicas, una muestra representativa de la prensa de los países arabes e incluyen también dos periódicos no pertenecientes a la región: International Herald Tribune y L e Monde. -También se han examinado las noticias transmitidas por la red de televisión m á s importante de la región, las cuales resultaron, de manera significativa, ser casi idénticas a las noticias transmitidas por el servicio de radio asociado a dicha red 2). También se ha estudiado el servicio ofrecido por las agencias internacionales y árabes en relación con las noticias de y para el extranjero consideradas tanto desde un punto de vista nacional como regional. Además, los resultados se han comparado con las conclusiones de otro estudio obra del autor de News Values and Socio-Economic Priorities 3) y con un estudio del DI.. Gehan Rachty titulado Foreign News in Nine Arab Countries 4).

II. U n caso Único de unidad y diversidad Históricamente, lo que hoy llamamos el "mundo árabe" 5) ha sido durante milenios escenario de continua interacción en la que han intervenido todas las sociedades y naciones que existían en el vasto territorio afroasiático que se extiende desde el Océano Atlántico hasta Persia y el Océano Indico, y desde Turquía y el Mediterráneo en el norte hasta el Sahara africano y las fuentes del Nilo en el sur. Entre esas sociedades y naciones se desarrollaron algunas de las civilizaciones m á s antiguas hoy conocidas. Las m á s famosas florecieron en Egipto, Cartago, Fenicia, Mesopotamia ye1 Yemen. Esas civilizaciones se hallaban ya bien establecidas y algunas de ellas habían ya declinado siglos antes del advenimiento del Islam, que es el acontecimiento sobresaliente que marcó el nacimiento de la nación arabe tal como hoy la conocemos. El Islam ha sido también la fuerza suprema en el desarrollo de su cultura e identidad. L a extensión del Islam por esta vasta región civilizada inició la formulación de la unidad socio cultural de la recién nacida nación árabe de forma sin paralelo en las otras naciones y sociedades

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islámicas de Asia y Africa que carecían de la mism a unidad sociocultural mediterránea. Los contextos sociales heredados de las civilizaciones preislámicas dieron origen a varias tendencias culturales bajo la cupula protectora del Islam. Las sociedades de la Península Arábiga, Mesopotamia, Siria, Egipto y el Norte de Africa desarrollaron una tendencia hacia la metamorfosis bajo la influencia de la nueva religión y fueron aptas para establecer una nueva homogeneidad social y cultural capaz de una larga continuidad. Esa m e tamorfosis sumergió la estructura social de 10s pueblos que ocupaban esos territorios y que se desplazaban continuamente, sin obstáculo ni fronteras, impedimentos que sólo surgieron en una fase posterior de su historia. E n el curso de tal transformación no tenía mayor importancia el que esas sociedades hubiesen sido agrícolas, c o m o en el valle del Nilo y en Mesopotamia, o tribales, COm o en la Península Arábiga y en partes de Africa del Norte. El hecho de que muchas de ellas habían vivido protegidas por poderosos regímenes centralizados facilitó la recepción de la nueva religión. Otras sociedades que adoptaron el Islam compartieron con aquéllas muchos de los rasgos sociales y culturales que caracterizan esa religión, pero rechazaron su total asimilación en ciertos aspectos de la vida, entre otros los referentes al idioma, la alimentación y el vestido, debido a una profundamente enraizada conciencia de su identidad nacional. Esas sociedades desarrollaron una a modo de personalidad doble. Existían semejanzas y disparidades,ylos hiatos culturales se abrían o cerraban en función de factores socioeconómicos y socioculturaies que estimulaban la homogeneidad o, por el contrario, el aislamiento parcial. L o que llegó a ser el ámbito árabe dentro del Imperio Islámico -esto es, Asia occidental y el norte de Africa- permaneció m a s o menos homogéneo ydesarrolló una notable identidad árabe en total consonancia con su identidad islámica. El excepcional espectro, enraizado en la historia, de las sociedades y naciones que vinieron a formar la nación árabe bajo la acción catalizadora del Islam representó un papel decisivo en la cristalización de esa unidad homogénea en su contienda civilizacional y cultural contra fuerzas extraïías que adoptaron diferentes formas a lo largo de la historia. Esta lucha común hizo m á s profunda la conciencia de unidad cultural árabe, hasta el punto que dicha unidad es hoy tema común y perenne en los diversos aspectos -social, instituciond, económico, político y cultural- de la existencia en todos los países árabes. E n este punto es importante citar un pasajede las recomendaciones de una de las conferencias de los Ministros árabes de educación 6) que refleja m u y bien esos sentimientos: "A través de la historia, la nación árabe ha sido siempre una nación. El pueblo árabe posee una tierra, un ambiente, una cultura,una lengua y

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una historia Únicas, así como una voluntad común e intereses comunes. El nacionalismo árabe es la realidad humana, cultural, social e histórica de la nación árabe, así como las ideas, principios y objetivos que emanan de esa realidad y expresan su pensamiento. "La nación tiene un mensaje humano y cultural manifiesto a lo largo de los siglos de historia árabe. Ese mensaje ha contribuido en gran medida al progreso, desarrollo y construcción de la civilización hümana. "Hoy la nación árabe ha iniciado una nueva era en la que aspira a hacer realidad un renacimiento cuyo objetivo es la unidad, la liberación interna y externa y la creaciónde una civilización basada en los hechos de su propia existencia, pero dependiente del legado de su pasado, de su presente y de sus aspiraciones futuras. .. una civilización cuyo desarrollo implique el progreso científico y tecnológico y que contribuya directamente a las diferentes esferas de la civilización humana." Sobre ese telón de fondo, caracterizado por la homogeneidad y la aspiración a la unidad, no se puede menos de discernir una caracten'stica distintiva de la cultura árabe: su diversidad, evidente a lo largo de toda su historia. Dos razones principales -entre otras- explican este fenómeno. Primera, la cultura árabe es un factor unificador en un vasto territorio, que presenta variaciones locales en numerosos aspectos de la vida cotidiana y en las actitudes hacia la civilización. Segunda, la cultura árabe es y sigue siendo m u y receptiva respecto de las otras culturas, por las que está hondamente influenciada. Se ha hallado siempre en un estado de interacción con otras culturas. E n los puntos de contacto con las culturas del este y del oeste, esta interacción se hace m á s intensa y renueva su vitalidad. Por un lado, la cultura árabe se fundó sobre los sólidos cimientos de viejas civilizaciones. P o r otro, interactuó con otras culturas con las que se puso en contacto por razones geográficas, comerciales, económicas, políticas e incluso militares. El resultado fue el desarrollo en ciertos territorios de la región de entidades culturales subregionales, cada una de ellas caracterizada por cierta originalidad profunda o ciertas influencias interculturales. Con todo, la cultura árabe continuó conservando su identidad y sus principales caracteríkticas. L a aparición de diversidades internas dentro del marco general de unidad no destruyó la homogeneidad cultural sino m á s bien enriqueció y aiiadió colorido a la vida cultural de los árabes. Toda comunicación que tenga lugar en el interior de este vasto territorio es m a s intracultural que intercultural, pero, con todo, sigue estando gobernada por variables que emanan de la citada diversidad.

III. Algunas características de los medios de información 1.

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Antecedentes históricos

a) Medios de comunicación impresos Laimprenta no se extendió por el mundo árabe hasta el siglo XVIII. Laprimera prensa comenzó afuncionar en Aleppo (Siria)en fecha desconocida, y la segunda se instaló en el Libano en 1733. Hastapricipiosdel siglo XIX ambas fueron utilizadas principalmente para la impresión de libros religiosos 7). La primera prensa existente en Egipto fue instalada en 1789 por NapoleÓn Bonaparte, quien la trajo consigo durante su c a m p a m en esas zonas. Tenía caracteres latinos, griegos y árabes, y se utilizaba para imprimir los decretos y Órdenes del díadel futuro Emperador; también se usó para publicar dos revistas francesas y el primer periódico árabe, "Al Tanbeeh", en 1800. El siguiente periódico árabe en Egipto y en todo el resto del mundo árabe fue "Al Waqaie Al Rasmeia" ("Crónica Oficial"), que vio la luz en 1828. El tercero, "Al Moubashir", publicado por las autoridades francesas, esta vez en Argel, nació en 1847. Desde entonces, en el mundo árabe se ha producido una notable proliferación de periódicos publicados por los árabes mismos. Esa actividad halló su inspiración en móviles nacionales ysociales m á s bien que en motivos comerciales. D e ahí el papelque ha representado la prensa nacionalista de los movimientos de liberación contra la intervención y la ocupación extranjeras en diversas partes de la región. El elevado porcentaje de analfabetismo fue y continúa siendo uno de los obstáculos m a s poderosos que restringen la circulación de periódicos en el mundo árabe, aparte de los problemas de transporte. Esos dos factores negativos han servido para crear una mayor dependencia del público respecto de los medios electrónicos de información. b) Radio y televisión L a radio se introdujo en seis países arabes en los años 20 y 30: en Argelia (1925), Egipto (1926), Marruecos (1928), Iraq (1936), Libano (1937) y Túnez (1938). E n los años 40 se introdujo en el Sudan (1940), Somalia (1943) y Arabia Saudita (1949). E n los anos 50 y 60 los restantes Estados árabes iniciaron sus servicios de radio. L a televisión se inició en tres Estados árabes en los años 50: Argelia (1956). Iraq (1956)y Liíbano (1959). E n los años 60 comenzó en Egipto (1960). Siria (isso), Kuwait (1961), Marruecos y Sudán (1962),la República Popular Democrática del Yemen (1964), Arabia Saudita (1965)y Túnez (1966). E n el resto de los Estados árcbes se introdujo durante los años 70, con excepción de Somalia y Mauritania. Desgraciadamente, no es posible dar cifras exactas del número de receptores de radio y televisión en uso en los países árabes ya que en la mayoría de ellos no se aplica un sistema de licencias y en muchos casos no existen estadísticas.

Los servicios de radio alcanzan todo el territorio nacional en todos los Estados árabes y las emisiones de muchos de ellos llegan m á s allá de sus fronteras. Por lo que a la televisión se refiere, el alcance de las emisoras y la distribución de receptores varía de país a país, pero es evidente que ese medio se concentra en las zonas urbanas. c) Agencias de noticias E n la actualidad casi todos los paises arabes tienen su propia agencia de prensa que, nor4rnalmente, suministran informaciones a los medios de comuoicación de masas y a ciertos paises árabes vecinos. Cada una de esas agencias posee sus correr; ponsales propios u oficinas en algunos países árabes que son de particular interés, aparte de los corresponsales u oficinas en otros países extranjeros de importancia. E n algunos casos las agencias árabes actúan como distribuidoras en el plano local de alguna agencia internacional o asimismo árabe. L a agencia que m á s oficinas, corresponsales y representaciones de otras agencias posee es la Middle-East News Agency (MENA), fundada en El Cairo en febrero de 1956 con el objetivo de funcionar como agencia de noticias en el ámbito regional. L a Iraqi News Agency (INA),segunda en la región, se estableció en Bagdad en noviembre de 1956. L a Magreb Agence Presse (MAP)se fundó en Rabaten 1959. Durante los años 60 surgieron otras seis agencias árabes: Agence Tunis-AfriquePresse (TAP), enero de 1961; National News Agency, Libano, agosto de 1961; Algerie Presse Service (APS), diciembre de 1961; Arab Revolutionary News Agency (SANA),1966; Jordan News Agency, Jordania, 1969; y finalmente S A B A A , agencia de informaciones del Yemen Septentrional, 1969. E n los años 70 surgieron las restantes agencias árabes de noticias: de Arabia Saudita, en Riyadh, 1970; de Aden, en Aden, 1970; del Sudán, en Jartum, 1971; de Mauritania,en Nuakchott, enero de 1975; de Qatar, en Doha, mayo de 1975; de Kuwait, en Kuwait, 1976; de los Emiratos Arabes, en Abu Dahbi, 1976, y finalmente en Palestina (WAFA), en Beirut, junio de 1977. 2.

Características principal-

Con escasas excepciones, en la mayoría de los paises árabes la radio y la televisión son de propiedad estatal y funcionan como cualquier otro departamento de la administración pública. Tal situación resulta de ciertas consideraciones básicas: primera, la profunda influencia de la radio y la televisión sobre las sociedades árabes, que se caracterizan en la mayoría de los casos, como antes se ha indicado, por un elevado índice de analfabetismo y la inexistencia de otras posibilidades de recreo e información; segunda, la función que la

radio y la televisión pueden ejercer en el proceso de desarrollo social y económico. El carácter estatal de la radio y la televisión no contradice, en opinión de numerosos planificadores de la política de comunicación de la región, el principio del libre flujo de informaciones, ni el de la comunicación bilateral. Los gobiernos están obligados a administrar esos organismos con un profundo sentido de responsabilidad social, respetando, en ausencia de otros motivos, los dos principios mencionados. Son, desde un punto de vista profesional, la,base de la confianza del público y de su credibilidad. E n la mayoría de los paises árabes los gobiernos aportan los fondos necesarios para los servicios de radio y televisión. M u y pocos permiten la transmisión de anuncios comerciales en los programas. Con el advenimiento de la televisión, sin embargo, resulta evidente la necesidad de este apoyo comercial, por lo que en un número de países arabes se permite la propaganda comercial en la televisión. L a situación es diferente en el caso de la prensa. Existen paralelamente sistemas de propiedad estatal o semiestatal y de propiedad privadade los Órganos de prensa, pero el control del gobierno, con diversos grados de intensidad, es evidente en muchos casos. Muy pocas organizaciones árabes de prensa funcionan como empresas comerciales. Naturalmente, dependen de los ingresos de la publicidad, en tanto que una de sus principales fuentes de recursos, pero ello no significa un elemento determinante. Por consiguiente no se puede decir que los anunciantes sean un factor importante de presión. E n cuanto a las agencias árabes de noticias, dependen en gran medida de subvenciones estatales, además de los limitados ingresos procedentes de los suscriptores al servicio. Las emisoras y los distribuidores de prensa de los países árabes están m á s interesados en los públicos y lectores que residen en las zonas urbanas ya sea porque es m á s difícil o ya porque es menos costoso llegar hasta ellos. Así, los habitantes de las zonas rurales se hallan desventajados. Esas redes están también m u y centralizadas y en ellas apenas hay participación de elementos provinciales o locales. Una profunda preferencia por la uniformidad junto con una dudosa fe en la autonomía provincial han llevado a muchos gobiernos y organizaciones arabes de prensa de propiedad privada a concentrarse en las capitales y a desarrollar sus actividades y servicios dentro de un sistema marcadamente centralizado. Si bien esta tendencia ha afectado el desarrollo regional y local, ha servido asimismo al proceso de integración y contribuido a la aparición de pautas culturales uniformes en los países árabes. Esta tendencia hacia la centralización en el interior de los sistemas de los países árabes

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individuales es también evidente en la expansiónde los servicios de radio y en la circulación de laprerisa. El ideal de todo periódico O estación de radio de cualquier país árabe es extenderse desde ese punto central y alcanzar a la entera población del mundo árabe. Ese es uno de los motivos del uso de una lingua franca universalmente aceptada -el arabe clásico- as; como del interés mostrado por las cuestiones de alcance regional, acortándose de ese modo distancias entre los intereses locales y los nacionales. Esta situación Única da cierta relatividad a la evidente centralización. E n cada país el sistema se halla fuertemente centralizado y ofrece escasas posibilidades para las iniciativas de las provincias. Pero, al mismo tiempo, cada uno de esos centros aspira a ser el centro de un ámbito m á s amplio y el punto focal de una entidad mayor. Con 21 de tales centros y casi un número igual de instalaciones puestas por los distintos países a disposicion de la Organización de Liberación de Palestina para sus servicios de información, la pluralidad de ceritros de comunicación social contrarresta eficazmente la tendencia hacia la centralización y crea un equilibrio de poder informativo, dando además a cada país la doble función de Estado soberano independiente y de parte integrante de una entidad superior.

IV. Base fundamental de los criterios Uno de los principales problemas que se les plantean a los redactores de la sección de noticias en casi todos los países arabes es el relacionado con la función de "cancerbero" antes mencionada: seleccionar las noticias que pueden o no pasar, lo cual plantea la cuestión de los criterios que para ello deben aplicarse. Si preguntáramos a un redactor del boletín de noticias de una estación imaginaria de radio o de televisión en una de las capitales del mundo árabe las siguientes preguntas, sus contestaciones arrojarían cierta luz sobre el problema de la definición adecuada de dichos criterios. 1. A pesar de la existencia de acontecimientos extranjeros importantes, ¿deben los Órganos de información prestar m á s atención a los sucesos nacionales? 2. A pesar de la existencia de acontecimientos portantes en otros países árabes, ¿deben esos Órganos prestar m á s atención a la actualidad nacional? 3. ¿Qué es mejor: saber mucho sobre una cosa o poco sobre muchas? 4. ¿Vale la pena que el hombre medio de la calle desaproveche el tiempo leyendo u oyendo noticias de paises extranjeros distantes? 5. ¿Vale la pena que esa persona desaproveche el tiempo con noticias de otros países árabes? L a adaptación de esas preguntas al contexto de la información en el ámbito árabe tiene por objeto concentrarse en un problema de prioridades basadas en consideracionesnacionales o regionales. H e m o s

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subrapdo los epítetos "importante", "extranjero", "medio" y "distante" para hacer hincapié en que el interés de la persona media es lo que busca despertar todo informador tanto a nivel nacional como regional. Cierto es que en muchos casos el interés de las personas eminentes o de los gobernantes es de decisiva importancia, pero, como regla general, el lector, radioyente o espectador de TV es la presa en la que siempre piensa el informador. Para nuestro objetivo será m u y Útil trazar el perfil regional o local de la persona media. Si llegamos a determinar qué es lo que hace de Ahmad un árabe o de Mohamed un egipcio, nuestro problem a habrá quedado resuelto en gran parte. Pero la respuesta no es tan fácil. Las características de un árabe o de un egipcio están tan íntimamente entrelazadas que es casi imposible dar una definición clara, especialmente si también buscamos una definición del ser sirio o marroquí. Si decimos que nuestro sujeto habla árabe y tiene una tez olivácea, nos aproximamos a una descripción general. Pero si decimos que habla árabe con acento egipcio -que es lo que los egipcios llaman hablar árabe sin acerito- y lleva consigo cinco mil años de civilización agrícola junto a las dificultades de una nación en desarrollo en el moderno sentido económico y social del concepto "desarrollo", entonces nos hallam o s relativamente cerca del perfil de un egipcio. Nuestro propósito aquí no es delinear en detalle un carácter o una fisionomía sino citar un ejemplo de similaridades y desemejanzas entre los pueblos de la región árabe o, como prefiere decir el árabe medio, de la nación arabe. Esos pueblos, formados por los ciudadanos de los Estados árabes, hacen frente a problemas comunes, que son, en verdad, comunes a todas las naciones en desarrollo: la pobreza, el analfabetismo y la transición de una era colonial a un nuevo orden mundial. Tienen también en común ciertas características. aspiraciones y prioridades socioeconómicas. Otra posibilidad es clasificar a los países árabes en grupos, m a s bien que tratarlos como entidades individuales. L a clasificación puede basarse en consideraciones geográficas o geopolíticas Útiles para los fines de comunicación en tanto que se refieren a los factores locales o de proximidad. E n tal clasificación, un grupo podría ser el formado por los países árabes del norte de Africa: Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Otro grupo sería el del valle del Nilo: Egipto y el Sudan. El tercer grupo africano podría ser el del este de ese continente: Djibouti y Somalia. Los países árabes asiáticos pueden agruparse asimismo. El levante comprendería Siria, Libano, Jordania y Palestina, en tanto que el flanco oriental estaría formado por el Golfo y la Península: Iraq, Kuwait, Bahrein, Qatar, los Emiratos Arabes Unidos, O m á n , Arabia Saudita, la República Arabe del Yemen y el Y e m e n D e m o crático. Otra clasificación de especial importancia en relación con los problemas del intercambio de noticias podría basarse en criterios ideológicos O políticos; en tanto que una tercera clasificación

podría establecerse a base del ingreso por habitante o del producto nacional bruto. El árabe medio es el agregado de todos esos factores históricos, geográficos, económicos, étnicos e ideológicos. Otro término que hemos subrayado en nuestras cinco preguntas es "importante". L a importancia es también algo relativo. Pero en este contexto significa la relación directa con los principales intereses del ciudadano "medio", la conexión con sus fuerzas situacionales. Llegamos así a la tercera palabra subrayada: ''extranjero'',que preferimos tratar conjuntamente con "distante", dentro del mismo contexto. D e nuevo en este punto hemos de decidir si las noticias o los sucesos que acaecen en los países árabes deben considerarse "extranjeros", regionales o domésticos. Debemos preguntarnos si las distancias reales medidas en kilómetros cuentan realmente para determinar la proximidad, o para decidir que "distante" sólo significa "fuera del m u n do árabe", y que los acontecimientos que tienen lugar en cualquier parte de ese mundo suceden en la casa vecina. Esta no es cuestión propia para un juicio arbitrario, y toda simplificación puede llevarnos a consecuencias erróneas. Otros factores que debemos tomar en consideración son las condiciones socioeconómicas y culturales relacionadas con la recepción de noticias del exterior de origen regional (esto es, árabe)o enteramente extranjero diseminadas por los Órganos de información. Esos factores incluyen tanto los valores sociales y las creencias religiosas com o las ideologías políticas. P o r la m i s m a razón habrá que incluir las diferencias de los estratos sociales y culturales, tales como la educación, el grado de alfabetización y las afiliaciones clasistas o tribales, así como las situaciones resultantes de los estilos de vida en el desierto, en el campo o en las ciudades, diferencias que pueden relacionarse con las oportunidades económicas. E n Último lugar -aunque no en orden de importancia- de esta larga lista de variantes se halla el acceso en el pasado o en el presente a otras culturas y el grado de identificación con los contextos vitales de otros pueblos y la comprensión de los mismos. L a Última palabra subrayada es el verbo "desaprovechar". L a cuestión que aquí se plantea es la de hasta qué punto un redactor de noticias, o cualquiera de las personas que componen la larga serie de "cancerberos", tiene derecho a decidir lo que sea o no sea desaprovechar el tiempo. Esta pregunta no se propone para favorecer la tendencia a juzgar el valor de una noticia a base de criterios exclusivamente utilitarios, ya que no todos los lectores y públicos insisten en contabilizar los "valores materiales''o la utilidad que para ellos resulta de las informaciones que reciben. Algunos miran la televisión o leen el periódico sólo para pasar el tiempo. Pero aprovechar o desaprovechar el tiempo es ciertamente un elemento que hay que considerar al atribuir un valor a ese tiempo que se aprovecha o se desaprovecha.

Las líneas principales de las corrientes de circulación de informaciones internacionales o interárabes en la región parecen estar trazadas,adem á s de siguiendo otros criterios, a base de orientaciones nacidas del espectro político predominante en esta parte del mundo. Por "internacional" entendemos la circulación de noticias entre la región-yel resto del mundo; y en todas direcciones tal circulación está sujeta a consideraciones políticas, tanto de orden estratégico como táctico. Las barreras políticas, las desconfianzas y el temor a las propagandas subversivas son lo que explica la existencia de no pocos sistemas de censura. El problema del Oriente Medio -o, en otras palabras, la cuestión de Palestina o conflicto arabo-israelí- es una de las mayores preocupaciones de la región. Se trata de una cuestión de paz o de guerra, aunque durante algún tiempo la situación no ha sido ni de paz ni de guerra. Afecta a la vida de la entera población, y en cualquier punto del mundo árabe se considera como el problema m á s importante. Los Estados árabes exigen unánimemente la retirada de Israel de todos los territorios árabes ocupados y el reconocimiento y materialización de los derechos inalienables del pueblo palestino en conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas. Para todos los árabes se trata de una cuestión de principio; los gobiernos de los distintos Estados árabes pueden diferir entre sí y criticarse acerbamente, llegando en sus políticas informativas a posiciones m u y duras y lanzándose campañas de hostilidad psicológica. Pero su preocupación esencial continúa siendo la política de Israel. Es en relación con tal conflicto como se juzga a menudo el valor de las noticias, y el intercambio de éstas se dificulta o estimula en función del mismo. Una lista que recogiese las influencias internas y externas y las fuerzas que determinan los criterios de selección de las informaciones en los países árabes debe contener los siguientes factores: El nacionalismo árabe y sus nociones afines de unidad, progreso, democracia, socialismo, libertad de elección y revolución; L a lucha continua contra las fuerzas neocolonialistas y el conflicto con Israel; El nuevo orden económico mundial; L a religión como factor dominante en el modo de vida islámico; El petróleo y su precio; el petróleo como palanca política y económica; Los problemas nacionales e internacionales relacionados con la alimentación; El desarrollo; Las reformas sociales y administrativas,incluida la lucha contra la corrupción y la burocracia; LOSderechos de la mujer; L a planificación familiar; L a ciencia y la tecnología; LOStabús y supersticiones individuales o colectivos.

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Esa lista puede ser de gran utilidad para determinar las categorías de noticias y las direcciones principales de las corrientes informativas. E n el capítulo siguiente se presenta una panorámica general de las corrientes de circulación e intercambio de noticias basada en la motivación que subyace a esas fuerzas e influencias.

V.

El intercambio en la esfera de la información y los valores de las noticias

U n estudio de los mecanismos existentes para el flujo e intercambio de informaciones entre los países de la región árabe y entre ésta como un todo y el resto del mundo ha conducido al establecimiento de ciertos hechos que en determinada medida se correlacionan con los resultados obtenidos por otros investigadores en este campo. Los datos que a continuación se recogen son resultado de un estudio que ha englobado todas las noticias publicadas durante una semana (26 de noviembre a 2 de diciembre de 1977). Al examinar las informaciones publicadas en cinco grandes diarios de la región: (Al-Nahar (Libano), Al-Ahram (Egipto), Al-Baath (Siria), Oqaz (Arabia Saudita) y Al-Siyasa (Kuwait)) hallamos un promedio diario de 30 noticias no nacionales en cada periódico. L a cifra m á s elevada de un día fue 63; la m á s baja, 9; el promedio de cada día durante la semana entera varió entre 18 y 50 noticias. Una media numérica obtenida dividiendo el total de noticias publicadas primero por 5 y luego por 7 no da una idea suficientede la variedad de detalies que caracterizan el tratamientode las informaciones en cada país de la región, pero sí indica de manera general una determinada configuración a la que se ajusta laprensa de la región en su conjunto. Del indicado promedio diario de 30 noticias no nacionales, aproximadamente 3 trataban de cuestiones internas de otro país árabe. Diez noticias diarias por periódico se dedican a problemas mundiales relacionadas con la política de la región, en tanto que la cifra m á s elevada de 14 corresponde al promedio de noticias políticas de índole regional. Las categorías socioeconómi ca y sociocultural alcanzan una media de 3 diarias, desigualmente distribuidas entre noticias económicas, científicas, de arte, educación, crímenes, desastres y de carácter general. E n cuanto a la distribución geográfica, un promedio de 11 noticias no nacionales procedía del interior de la región y una media de 9 de fuera de ella. Las i0 restantes tenían carácter mixto: o bien contenían elementos relacionados conjuntamente con el interior y el exterior de la región o bien eran de procedencia no identificable. El promedio diario de informacionespresentadas en el circuito de televisión seleccionadopara este estudio fue de 31. El mínimo diario fue de 18y el máximo de 46, dependiendo de la longitud de las noticias presentadas. U n promedio de 17 eran noticias locales,4 regionalesy 10 de fuera de la región.

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D e esta encuesta parece deducirse que el criterio aplicado no era simplemente el interés en las noticias locales, en comparación con las regionales, sino además la disponibilidad de las noticias y el continuo flujo de las mismas. Esto explica por qué las informaciones de fuera de la región eran m á s numerosas que las de otros países de la región. Las principales fuentes que suministraban informaciones durante 24 horas los siete días de la semana eran los servicios internacionales, que facilitaban noticias de todo el mundo y aun una parte considerable de la información sobre la región. Los servicios internacionales pueden permitirse la competición,.en tanto que las agencias regionales de noticias hacen todo lo que pueden con ofrecer un servicio de segunda clase para satisfacer los requisitos de los clientes. Entre esos requisitos se hallan los criterios de aceptabilidad, a los que afectan numerosos factores,algunos de eilos ideológicos, que contrarrestan, el factor de proximidad que, de otra manera, hubiera sido decisivo en favor de las informaciones regionales. E n un intento de categorizar las noticias transmitidas por esta red de TV, el anteriormente mencionado promedio de 31 incluía 26 de evidente indole política. Este interés regional por la política, centrado generalmente en una cuestión importante de ámbito regional -por ejemplo, la situación en el Medio Oriente-, es característico de todos los medios de comunicación social y ha sido la causa de que el intercambio de informaciones en la región se halle limitado en gran parte a ese tema particular que, paradójicamente, es m u y delicado y sujeto a criterios de aceptabilidad mucho m a s complejos que los directamente relacionados con el "libre flujo de las informaciones". Este fenómeno es idéntico en casi todas las zonas de la región. L a categoría siguiente en orden de prioridad y frecuencia la componen las informaciones económicas, con una media de dos noticias, seguidas de las culturales, también con una media de dos COmunicados. Las noticias de carácter general, los deportes y los crímenes muestran un promedio de menos de una por día. E n efecto, esas tres categorías juntas representan una media de una diaria. Si bien se concede lógicamente prioridad a las noticias nacionales, lo que aumenta la proporción de esa información, uno de los aspectos que favorece la utilización de noticias procedentes de fuera de la región a expensas de las regionales es la superioridad técnica de las primeras que muchas veces permite encajarlas en un espacio apropiado al contexto de la noticia. Por otra parte, hay a veces dificultades de idioma, y la necesidad de hacer largas traducciones limita la selección por la sala de redacción de textos informativos no procedentes de las regiones de idioma árabe. Entre las razones para desechar noticias se encuentran: falta de tiempo o llegada tardía del despacho para que prepare el texto la redacción; tema ya tratado el día anterior;noticia demasiado

violenta o repulsiva; propaganda del terrorismo; noticia excesivamente "sexy"; propaganda política extranjera; subversión; noticia tediosa O trivial; ofensa a los sentimientos religiosos; información contraria a la moral y los valores espirituales. Respecto a la cuestión de la aceptabilidad o inaceptabilidad de los temas relacionados con el sexo o la violencia, la propaganda política y los valores espirituales y moraies, se preveía un extenso margen de relatividad, como efectivamente resultó ser realmente el caso. El extenso espectro culturalyreligioso de la región perm'te variadas reacciones y juicios, en tanto que la corriente general de valores es m a s o menos conservadora. Muchas cosas que se consideran conservadoras en un país pueden juzgarse progresivas en otro, y una frase o una situación totalmente inocentes según el criterio de los "cancerberos" o los públicos de un país pueden resultar m u y ofensivos en otro, aunque los fundamentos culturales generales son los mismos. Por lo que al tratamiento de la actualidad de la región en los órganos extranjeros se refiere, hemos seleccionado los diarios "Le Monde" e "International Herald Tribune", aunque esta muestra esta m u y lejos de ser representativa de las tendencias existentes en todo el mundo. Pero por lo menos da una indicación de las líneas generales. Dificultades de orden material nos han impedido realizar una encuesta de hábito mundial, pero es posible que en el futuro se lleven a cabo estudios complementarios. E n "International Herald Tribune" apareció un promedio diario de cuatro informaciones extensas sobre la región árabe que tratan principalmente de la "situación en el Oriente Medio". L a mayor parte de esas noticias tenían unmarcado carácter político. Una o dos presentaban aspectos económicos, aunque el interés principal, aun en ese reducido número, era evidentemente político. Sólo dos sueltos publicados durante la semana de observaciones podrían clasificarse como exclusivamente de índole económica y los dos eran m u y breves y aparecían incluidos en la sección comercial del diario. Durante esa semana se publicó un suplemento especial en dos partes sobre los Emiratos Arabes Unidos, el cual contenía informes especiales, evidentemente relacionados con publicidad pagada, que mostraban una orientación económica, pero con ciertos toques sociales y culturales. Algunos de esos artículos trataban de la modernización, la urbanización, las mujeres, la educación, el ocio y el deporte. Muchas de las informaciones publicadas -un total de ocho durante la semana- eran artículos del "New York Times", y cuatro estaban firmados por corresponsales. El resto procedía de las agencias UPI, AP y Reuters, en ese orden, o se indicaban como "despachos telegráficos". Ninguno procedía de una agencia árabe. E n "Le Monde" observamos un promedio de ocho informaciones largas relativas a la región

árabe. El interés principal era asimismo político, aunque algunos artículos podrían clasificarse com o de interés general o revelaban una orientación socioeconómica o sociocultural. Uno de ellos trataba de las políticas informativas de un país árabe. Generalmente, el tema dominante era la "situación en el Oriente Medio", pero también recibían atención al mismo tiempo las noticias de países árabes con m á s estrechas relaciones culturales con Francia. Sólo en una ocasión procedía el material de AP, UP1 y Reuter, pero mencionando también AFP como fuente colectiva. L a mayor parte del resto se dividía en partes iguales entre AFP y los corresponsales especiales. E n un caso se citaba Radio A m m á n como fuente, y una noticia procedía de la Agencia Libia de Noticias y otra de la Prensa Arabe del Magreb. Evidentemente, esos dos periódicos no tropezaban con el problema de disponer de informaciones ya que está claro que pueden utilizar todas o casi todas las fuentes de noticias de la región. P e ro la mayor parte del material informativo de que se disponía durante esa semana debió de haber sido dado de lado para dejar lugar a las noticias sobre los sucesos políticos m á s importantes suministrados casi exclusivamente por enviados especiales y/o las agencias internacionales: 10s "gigantes" norteamericanos en el caso del "Herald Tribune" y AFP en el de "Le Monde". El problema en este caso no es el de insuficiente información, ya que ambos diarios publicaron extensas noticias sobre los acontecimientos políticos de la semana. Pero esos periódicos aplicaron los criterios de una cultura a las informaciones procedentes de otra. Así vemos que los artículos publicados por "Le Monde" sobre dos países árabes con estrechas afinidades culturales con Francia no trataban de los sucesos m á s importantes ocurridos en la región, si excluimos las noticias importantes de primera página sobre la situación en el Medio Oriente, que tenían prioridad universal en tanto que acontecimientos políticos. E n una perspectiva regional, los temas tratados eran de importancia secundaria. Pero desde un punto de vista francés sí ofrecía interés informativo. Otro artículo, referente a los coptos de Egipto, redactado por un corresponsal especial, recibió amplio espacio, aunque el mismo tema, si hubiera sido tratado por el corresponsal de un periódico de la región habría recibido mucha menos atención, de haber recibido alguna. El interés en ese tema es algo poco afín al conjunto de valores de la región y puede crear cierto grado de rechazo. Por otra parte, ese tema encaja favorablemente en el marco cultural de otro pueblo con una experiencia que da a esos problemas cierto atractivo. De la misma manera, las noticias publicadas por el "Herald Tribune" sobre el Golfo de Suez y el empréstido a la Sonatrach (la compañía nacional petrolera de Argelia) son de especial interés para SUS lectores, sean o no norteamericanos, que 23

principalmente prestan especial atención a las cuestiones comerciales. E n un estudio sobre las noticias extranjeras en nueve países árabes 8) que pueden considerarse representativos de toda la región, los datos recogidos durante cinco días, desde el 5 al 15 de diciembre de 1977, indicaron que el porcentaje de informaciones sobre Estados árabes era m á s elevado que el de las noticias de cualquier otra zona. Ese estudio también reveló que, en los casos en los que las relaciones económicas eran intensas y donde existía congruencia de intereses políticos, se incrementaba el flujo de informaciones. Confirm ó asimismo el gran uso que se hacía de las agencias occidentales de noticias. Otra indicación consistió en que el porcentaje de "noticias duras'' (militares, políticas y económicas)era m á s eievado que el de las "blandas" (científicas, educacionales, de interés general, accidentes y delincuencia), y que el porcentaje de noticias "negativas'' (sucesos desagradables) era m a s alto que el de las "positivas" (reportajes sobre progreso,etc.). Los resultados de un estudio anterior 9) realizado en 1977 (17 a 24 de junio) mostraron que,después de las noticias sobre presidentes, reyes y acontecimientos políticos nacionales, las siguientes 15 categorías eran las m á s publicadas (en el orden indicado) por los medios de comunicación social: Desarrollo económico Vivienda Garantías sociales y políticas para obreros y campesinos Educación Servicios sociales Deportes Suministros de agua y energía Recuperación de tierras desertices Control de la natalidad Servicios sanitarios Delincuencia Urbanización Transferencia de tecnología Acontecimientos religiosos Derechos de la mujer Eso significa que, aparte otras variables que pueden cambiar la distribución de las noticias publicadas, hay categorías de las mismas que no hallan obstáculos para su circulación entre los países de la región o su transmisión desde fuera de la misma. Hacia fines de 1977, cuando el presente estudio se hallaba en curso, se produjo un acontecimiento extraordinario que obligó a los medios de información de la región y del resto del mundo a dar un ejemplo Único de auténtica comunicación intercultural. L a ocasión fue la visita del Presidente Sadat a Jerusalén. El temporal e improvisado levantamiento de barreras constituyó un caso de comunicación intercultural de profundas consecuencias, sorprendentemente establecida m e diante consentimiento mutuo, y no a través de 24

fronteras sino de líneas de "alto el fuego" y a pesar de una guerra que ha durado treinta anos. L a tecnología de la comunicación se hallaba además a mano para ofrecer los medios y canales necesarios y vencer todas las dificultades una vez tomada la decisión de orden político. Quedan por evaluar los valores que a las noticias atribuían mentalmente los informadores de ambos lados, así como las medidas en que satisficieron las expectaciones de los públicos en sus respectivas esferas. "The Jerusalem Post" citó a un corresponsal de El Cairo que describía la atmósfera reinante de sensación diciendo que parecía como si se desmoronasen las barreras levantadas hacía decenios 10). M á s tarde esa atmósfera se nubló debido a circunstancias políticas, y se necesitará que pase mucho tiempo antes de que podamos analizar adecuadamente los efectos reales. Numerosos informadores de la región árabe tienen plena conciencia de la directa relación existente entre los valores de las noticias que ellos aplican y las prioridades socioeconómicas y politicas segÚn las ha definido claramente el consenso nacional. Los cambios que han producido la liberación nacional y los ingresos del petróleo se han casi integrado en sus propios sistemas de valores, los cuales poseen raíces profundamente adentradas en la tradición. Estiman que un desarrollo económico acelerado acompañado de una intensa transferencia de tecnología (o de acceso a la misma), así como de medidas para promover la justicia social representan el Único remedio de las lacras económicas y sociales de la región. L a m a yoría de ellos, si bien apoyan la continuada lucha en pro de la liberación de los territorios arabes ocupados y de los derechos del pueblo palestino están, sin embargo, convencidos de que el restablecimiento de la paz en el Oriente Medio es requisito previo de los deseados cambios socioeconómicos li). E n este respecto no hay una evidente divergencia entre sus sistemas de valores y los de su público. L a divergencia sobre las bases ideológicas existe en muchos casos, especialmente entre los periodistas e informadores de un país y el público de otro. Esto produce a veces un fallo en la comunicación debido a una diferencia en los sistemas contextuales o a la falta de credibilidad. E n algunos casos, los informadores se dirigen a los públicos del otro lado de las fronteras, y aun a los de su propio país, sinlas necesarias investigaciones y estudios previos sobre los sistemas de valores de estos, sobre sus esperanzas y cambios situacionales. Este enfoque "ciego': o el hecho de que los informadores se sientan excesivamente seguros de su público, crea un abismo que acentúa la acusada diferencia entre el sistema de valores de un "propagandista" y el del público al que se dirige. Se trata aqui de algo m a s que de un caso de malos modales. E s un obstáculo ético básico que no puede ser salvado por m u y grande que sea la

homogeneidad cultural o la ingeniosidad técnológica. Cuando se trata de propaganda y de guerra psicológica, los canales naturales de comunicación se bloquean y el intercambio de noticias, incluso dentro de una misma cultura, queda gravemente afectado. L a animosidad así creada arroja su sombra sobre otros intercambios m á s inocentes y conduce finalmente a casos de "discomunicación". Las explicaciones, en una fase posterior, resultan m u y difíciles para los informadores. Los ministros árabes de información, conscientes de este hecho, han adoptado un Código Deontológico Arabe formulado especialmente para evitar tales situaciones y promover una comunicación responsabilizada en el seno de la región árabe por medio del intercambio de informaciones 12). Si bien la presentación sin inhibiciones es un ideal, la valía de las noticias continúa sometida a diversos criterios. Las diferencias entre los mism o s se acortan cuando existen fundamentos culturales comunes y se ensancha cuando divergen las características culturales. E n un extremo de la línea o circuito de comunicación, los informadores inician el proceso, en tanto que se supone que el público se halla en el otro extremo, pero no necesariamente formado de receptores pasivos. A escala local, cuando la comunicación no tiene que atravesar fronteras, los respectivos contextos referenciales del informador y del público están m u y próximos, pero aun así se producen a veces ciertas divergencias. Si el informador adopta el papel de guardián o tutor y toma un aire de superioridad ante su publico, se equivoca si espera que éste lo contempla desde un plano inferior. Tal actitud es extremadamente ofensiva para los públicos árabes. El liderazgo cultural es m u y estimado por las masas pero sólo cuando existe un terreno cultural común que mantenga las relaciones intactas. El caso es diferente cuando la comunicación tiene que cruzar fronteras. Ahora bien, en cualquier país que recibe la información, la principal pregunta podría ser: "¿Cómo hacen los jefes de redacción de "otros" países árabes la selección de noticias? 'I P o r otra parte el redactor que la envía podría también preguntarse: "¿Qué espera el publico en general de "otrostfpaises árabes? '' Las respuestas a ambas preguntas surgen de las intenciones de los informadores o de lo que sus públicos piensan que son sus intenciones. Aparte las consideraciones de orden ideológico, los sistemas de valores no son necesariamente idénticos; pero sí son principalmente conservadores y sienten un especial respeto por la tradición y un hondo amor por los antepasados. Al mismo tiempo, contienen un elemento de aspiración por el progreso y la justicia social. Esto tiene también su origen en los valores en que se basa el Islam. Sin ser chauvinistas, los árabes se sienten ofendidos si se m e nosprecia el nacionalismo árabe. Al mismo tiempo sienten una considerable admiración por la cultura europea.

E n algunos casos, las exageraciones de los informadores son patentes y resultan en incomprensiones y, en la mayoría de los casos, en malentendidos. Muchas veces, los juicios basados en valores subjetivos influyen en la selección de las noticias, y ello resulta en cierta censura irracional, aunque el mismo factor puede influir en la recepción que a dichas noticias da el público. Entre los distintos países árabes se observan ligeras variaciones de criterio, las cuales se observan también entre los subgrupos de la región árabe. L a sensibilidad ideológica, que alcanza caracteres de alergia, es observable cuando realizamos nuestras clasificaciones según criterios ideológicos. Cuando la ordenación se hace según principios económicos, descubrimos variaciones entre las sociedades cuya base de vida es el comercio o la agricultura, una combinación de ésta y de la industria, o -con inusitado lujo- de las ganancias derivadas del petróleo. Los sistemas de valores difieren, pero se originan principalmente en una misma fuente. El contacto con otras culturas produce un efecto similar a la inoculación, que afecta hasta el idioma y produce un dialecto distinto o una lengua vernácula. U n grave error que puede hacerse en el proceso de comunicación es tomar a burla la lengua árabe. No lo perdonará nunca el público de que se trate, y puede llegar a crear una barrera infranqueable. Para un efectivo y satisfactorio intercambio de informaciones, los que en esa tarea intervienen tienen que tener sumo cuidado en armonizar claramente el sistema de valores del público a que se dirigen con el suyo propio.

VI. Conclusiones: los canales existentes

y en formAciÓn para el intercambio de informaciones E n el proceso de información, las posibilidades de intercambio de informaciones y de efectiva comunicación se hallan en proceso de crecimiento en la región árabe. Si hablamos de "noticias del extranjero" y no queremos decir con ello simplemente noticias no nacionales -yaprocedan de otros países en la región o de fuera de ella- no podemos dejar de observar que,como dice Tiihonen,en lo que a la sociedad se refiere, el aumento de interés por las noticias extranjeras parece ser parte de ese proceso de modernización. E n el plano individual, cuanto m á s modernizado esté el individuo y menos sufra de alienación m á s interesado se mostrará por las noticias extranjeras13). Pero este interés por la información del extranjero sólo podrá desarrollarse si existen canales apropiados para el intercambio. C o m o asegura L. John Martin, la general igualación cultural iniciada por el cine recibir6 un marcado impulso cuando los satélites de retransmisión radien los sucesos mundiales a la pequeña pantalla que la televisión abre en los hogares de todo el planeta14). Y si eso se aplica al mundo 25

entero, icuánto m á s a la región árabe donde un número infinito de características culturales es común en sus diversos Estados, y donde se han venido produciendo intensos contactos tanto entre sus diferentes pueblos como entre ellos y el resto del mundo ! El empleo de las avanzadas tecnologías de la comunicación, incluida la espacial, se está desarrollando m u y rápidamente debido al creciente poder y riqueza de la región y a la necesidad sentida por sus gobiernos de contar con m á s efectivos sistemas de información. Cuando los expertos de comunicación, reunidos bajo los auspicios de la Liga de los Estados Arabes en 1964, hablaron de una red de emisoras de radio árabes, la viabilidad tam to financiera como política de tal empresa quedaba fuera de las posibilidades de los gobiernos interesados. Ahora, los gobiernos árabes proyectan lanzar un satélite de comunicaciones propio en 1980, y se ha desarrollado ya una red subregional de televisión 5). Se está proyectando un banco de datos árabe, y se ha puesto a prueba satisfactoriamente la mancomunación de servicios en casi todas las esferas de las comunicaciones, incluido un consorcio para la transmisión radial y televisiva de las Olimpiadas de Montreal y la Copa Mundial de Fútbol en Argentina. Por medio de negociaciones dentro del marco de la Federación de Agencias Arabes de Noticias, se ha evaluado la efectividad de las agencias regionales y ''nacionales"en comparación con las de un "pool" que pusiera todos los recursos así c o m binados al servicio de todos los Órganos de información de los países árabes. También se ha proyectado un "pool" similar para los países no alineados. Pero en el caso de las agencias árabes de noticias esta idea es m á s realizable dado que sólo se usa un idioma y existen ya las instalaciones y servicios para ese consorcio. D e nuevo nos hallam o s ante una posibilidad de hacer converger los valores informativos por medio de las labores COjuntas del "pool", dejando las contradicciones y divergencias, cuando existan, a las actividades de las agencias individuales. Y a se han celebrado dos conferencias de las agencias árabes y europeas, y se proyecta reunir una tercera en Viena en marzo de 1979. El intercambio de informaciones será uno de los principales temas de discusión con el propósito de crear nuevos canales de intercomunicación. Otra esfera de cooperación mediante la que se intenta promover el intercambio de noticias está siendo objeto de estudio por las organizaciones profesionales de periodistas. L a Unión de Periodistas Arabes realiza una labor m u y valiosa de capacitación de periodistas de todos los países árabes. E n el curso de esa formación comparten experiencias e intercambian ideas sobre normas y niveles de calidad. Además, dicha Unión se preocupa de la libertad de la prensa en todos los países árabes, en el sentido de garantizar el acceso

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de todos los periodistas árabes en esta región a las fuentes informativas. L a Unión de Radiodifusoras de los Estados Arabes (ASBU)no sólo se ocupa de la coordinación y la cooperación entre las estaciones de radio y televisión afiliadas sino que además participa directamente en los intercambios de noticias por medio de sus centros de intercambio de programas de televisión en tres subregiones del mundo arabe. E n seminarios y cursos prácticos se estudia la labor de intercambio y se proyectan actividades adicionales de este tipo. El trabajo de esta organización se está desarrollando para incluir la cooperación con la Unión de Radios y Televisiones Nacionales de Africa (URTNA)y, la Unión de Radiodifusoras de Asia (ABU). Y a se ha establecido un enlace vía satélite con la Unión de Radiodifusoras Europeas (EBU)y, a través de ésta, con la Organización Internacional de Radio y Televisión (OIRTI. Todas esas organizaciones ofrecen una tribuna para la discusión de los principios y sistemas de valores comunes, incluidos los establecidos en el Código Deontológico Arabe en la esfera de la Información, procurando así salvar las distancias que, en opinión de algunos profesionales de la información, son sólo transitorias y ajenas al carácter de la cultura arabe. U n satisfactorio intercambio de noticias, si se realiza teniendo debidamente en cuenta la variedad de circunstancias locales, puede conducir ai Óptimo aprovechamiento de la tecnología avanzada de la comunicación. E n primer lugar entre las consideraciones de orden local, regional e incluso internacional se halla el hecho de que la comunicación unidireccional ha dejado hoy de existir. El nuevo orden mundial en la esfera de la comunicación exige el libre, equilibrado y adecuado flujo de la información. Dentro de ese marco deberá garantizarse tanto el derecho a informar como a ser informado. El flujo bidireccional de la información podría basarse en un sistema de intercambio bien organizado y de alta competencia profesional, especialmente cuando va dirigido a una región que, tanto emotiva com o objetivamente, considera tal intercambio m á s bien como un hecho intracultural que intercultural. Notas 1. 2. 3.

4.

Resoluciones aprobadas por el Consejo de Ministros Arabes de Información,1964-1977. Servicios egipcios de televisión y radio. Yehia Aboubakr, "News Values and SocioEconomic Priorities" presented at the Annual Conference of the International Institute of Communication, Washington D. C.,11 a 15 de septiembre de 1977. Gehan Rachty, "Foreign News in Nine Arab Countries': paper presented at the Conference on International News Media at the Developing World, El Cairo, 2 a 5 de abril de 1978.

Siempre nos hemos opuesto al concepto de un mundo árabe separado culturalmente del resto del mundo, pero aquí usamos el término precavidamente sin atribuirle ese significado. 6. Tercera Conferencia de Ministros Arabes de Educación, Kuwait, 1968. 7. Press Directory, Arab Centre for Information Studies on Population, Development and Construction, Cairo (1976). 8. Rachty, op. cit., p. 16. 9. Aboubakr, 9. c i & , p. 6. 10. The Jerusalem Post, Jerusalem (December 5, 5.

---1977).

11. Aboubakr, 2. cit., p. 8. 12. Resolución aprobada por el Consejo de Ministros Arabes de Información, Túnez, julio, 1977. 13. Pertii Tiihonen, "Regional Differentiation and Interest in Foreign News", memoria presentada en el Symposium on Mass Media and International Understanding, Ljubljana, 1968. 14. L. John Martin, "Prospects for International Communicationl'in Heinz Dietrich Fischer and John MerriU.. International and Intercultural Communication, New York, Hosting House-76. 15. "Maghrevision" en el norte de Africa y "Khalijvision" en la subregión oriental. I

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Capítulo III

Los criterios de valorización de las noticias en Asia: ¿Barrera o puente? Por Pran Chopra Press Foundation of Asia Kuala Lumpur

I.

Introducción ---

Tanto el tema m i s m o como las circunstancias se han combinado para dar al presente estudio un carácter m u y subjetivo. El tema obliga a que, en su mayor parte, este trabajo no sea sino la elaboración de un punto de vista personal. Y allí donde hubiera podido ser de otra manera, las circunstancias han intervenido. D e todos modos, los "valores" no son materia apropiada para mediciones científicas. Y los valores que aplica un periodista para "conducir" las noticias mundiales hasta el periódico que leemos al desayunar son todavía mucho menos censurables. E n su triple carácter de "repórter", redactor de noticias y redactor-jefe, el periodista se enfrenta con innumeros acontecimientos durante las 24 horas del día, y pasan por sus manos innumerables mensajes sobre los mismos. D e ese montón selecciona algunos, aplicando sus propios criterios personales, y los hace imprimir en un trozo de papel de cuyo destino final no tiene la menor idea. Su público es m u y variado y, en su mayoría, incógnito para él. Y, sin embargo, el periodista se esfuerza por tender el puente m a s corto y m á s amplio posible entre los acontecimientos y ese pÚblico. A lo m á s a que puede aspirar es a llegar instintivamente hasta él, en la esperanza de que su propia preferencia por ciertos acontecimientos a expensas de otros coincida con la del lector. P e ro en los Últimos tiempos, el periodista ha comenzado a preocuparse menos por cómo realmente las preferencias de sus lectores y m á s por cómo deben ser. Aun en los países en que el periodismo está m u y desarrollado la prensa sólo ha realizado esfuerzos esporádicos para estudiar en detalle las preferencias de sus lectores. E n otros países esos esfuerzos han sido aún menores. Pero tanto en unos como en otros países han sido todan'a m e nos los intentos de investigar las actitudes del periodista mismo. Este ejerce su profesión en pÚblico, presenta su mercancía ante los ojos de todos en un grado sólo superado por un artista de cine.

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Y, sin embargo, la noción que un observador pueda formarse de la manera cómo el periodista ejerce sus opciones continúa siendo una noción m u y subjetiva. Uno de los m á s recientes y encomiables intentos de tal tipo de estudio es la obra The News People: A Sociological Portrait, emprendida conjuntamente por Johnstone, Slawski y B o w m a n y publicada en 1976 por la University of Illinois Press. E n las páginas que siguen citaré a menudo ese trabajo, si bien ya desde el principio esos autores confiesan que "aunque presentamos "datos concretos'' sobre los periodistas en estilo escueto de hechos y cifras, también somos conscientes de que ha sido nuestro propio juicio subjetivo quien ha dictado qué hechos señalar, cuanta importancia atribuir a cada uno y cómo interpretarlos". Los autores ailaden que tienen plena conciencia de que según "ciertas personas de experiencia periodística.. . es totalmente imposible un análisis sociológico objetivo de los periodistas". Existe una esfera en la que hubiera sido posible tal análisis objetivo y cuantitativo, y yo m a n tengo la esperanza de que algún día se realizará. Valdría la pena comprobar - m á s profunda y sistematicamente de lo que hasta ahora se ha hechoqué proporción del material informativo que llega hasta un periódico asiático, a) tiene su origen en Asia; b) es de pluma asiática; c) ambos a) y b); y d) qué sucede a ese material cuando llega al periódico. Esos datos sugerirían interesantes posibilidades para el análisis complementario de una cuestión que en los Últimos tiempos ha preocupado a muchos asiáticos, referente asimismo a los periódicos de Asia: ¿por qué no tienen carácter m a s marcadamente asiático en lo que concierne a su contenido y a los valores informativos? ¿Desea el personal asiático y los lectores asiáticos que los periódicos y otros medios de información de Asia sean m á s asiáticos de lo que son? ¿Pueden serlo? ¿Reside la facultad de hacerlos m a s asiáticos m á s bien en nacionales de ese continente que en ciertas personas a las que ciertos asiáticos tienden a

culpar por el contenido y los valores informativos actuales de los medios de comunicación en Asia? L a investigación de tales datos exige m á s tiempo y la labor de m á s personas que la que hem o s podido dedicar al presente estudio. Yo he seguido lo que algunos considerarán un procedimiento al revés. E n vez de identificar primeramente los valores de los periodistas asiáticos -el término "valores" se considera que significa algo m á s que el valor de las noticias-y luego explicarlas en términos de su contexto asiático, he estudiado primero dicho contexto con cierta extensión y luego explicado cómo, en mi opinión, han surgido de 61 los valores identificables. E n primer lugar he intentado brevemente aclarar la cuestión de si los valores de un periodista influyen sobre su labor y -en la medida en que así es- qué ha venido sucediendo en el periodismo occidental. Después, y ya menos brevemente, he procurado considerar la cultura en cuyo seno labora el periodista en Asia y el impacto de la mism a sobre los valores de éste. Luego, y de nuevo brevemente, he planteado el problema de hasta qué punto los criterios y juicios del periodista asiático se asemejan o difieren de los del occidental. Esas reflexiones han conducido a ciertas consideraciones sobre las futuras posibilidades. E n diversos puntos de esa ruta he considerado también la queja oída frecuentemente estos días de que la atención que Asia recibe de las agencias internacionales de noticias (que denomino "occidentales" porque las m á s importantes de ellas lo son) es insuficiente. El flujo de noticias internacionales hacia Asia, desde Asia y en el interior de Asia se encuentra principalmente en manos de las m a s importantes agencias occidentales. Naturalmente, los juicios y criterios de los periodistas asiáticos sólo importan en la medida en que se les permite operar. No tiene sentido investigar los valores que aplican a la labor informativa los periodistas de países en los que las leyes y reglamentos limitan rigurosamente su libertad de relatar y publicar. Mucho m á s interesante sería estudiar en esos países el cómo y el por qué de esas leyes y reglamentos. Pero eso cae fuera de nuestro trabajo. Los criterios referidos están también moldeados, naturalmente, por los gustos y preferencias del público, por las influencias que ejercen los propietarios de los Órganos de información y por los intereses publicitarios, por la distribución demográfica de Órganos y de su público, por la tecnología de las comunicaciones, el nivel de dfabetización y el nivel económico, y por otros mdtiples factores. Esto es lo que nos ha tentado a caer en el un tanto vago tema de la cultura y la comunicación en Asia, y en el espinoso pero esencial estudio preliminar de si podemos hablar en puridad de verdad de valores asiáticos. Si esta introducción hace sospechar al lector de que en un trabajo tan breve como el nuestro sólo

se puede prestar m u y superficial atención a un tem a tan vasto, el lector no se equivoca. II.

Los valores en proceso de cambio

U n tiempo hubo en que un periodista se consideraría insultado si se le preguntara si adoptaba "actitudes" respecto de las noticias y si tenía "valores" que le guiaran en esas actitudes. E n aquellos días i cuán m á s sencillos! los "hechos" eran ''hechos", y cuando se informaba sobre ellos se convertían en noticias si lograban interesar a un número suficiente de personas. El redactor-jefe podía lanzar venablos. Articulistas de menos categoría hasta podían presentar sus reflexiones. Pero el "repórter" no hacía m á s que informar: no era un analizador, ni un intérprete, ni un comentarista. Su habilidad consistía en presentar un espejo ante los ''sucesos", llegar a ellos lo m á s rápidamente posible y conservar su espejo limpio de toda verborrea y anacolutos. No se le pedía que fuera un investigador que husmea y levanta la liebre por sí solo. Husmear significa seleccionar olores basándose en una práctica de discriminación, y de ahí no hay m á s que un breve paso a sentirse involucrado personalmente en el suceso, por lo menos en un plano intelectual aunque también acaso emotivo. Cuanto m a s intenso el husmeo m á s hondo el sentirse afectado, en tanto que -como se creía entonces- el informador no debe participar: sólo ser eficaz e imparcial. Esa era tuvo su fin hace 20 Ó 30 años, cuando en muchos países occidentales y m á s especialmente en Norteamérica lo que empezó a buscarse era un "periodismo socialmente responsable", por citar una frase de The News People. O un "periodismo participanteI I--_, frase citada en esa obra y tomada

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de The'Press and Foreign Policy, de Bernhard Cohen. El "periodismo participante" -estoy seguro de que alguien lo ha llamado despectivamente "periodismo parcial"- ha provocado numerosos pleitos y controversias que el anterior estilo de "espejo" no causó nunca. L a razón de ello es sencilla: en tanto que los hechos son hechos mientras no se los deforme, lo que para uno son valores, y aun valores encomiables, para otro pueden ser sólo prejuicios y parcialidades; cuando los aplica a una cultura un informador procedente de otra distinta esos valores son la causa a la que se atribuyen las supuestas distorsiones. Cierto es que m u y a menudo pueden ser verdad que los "valores" son sólo un pretexto para las parcialidades. Esta dificultad de mirar por encima de la barrera cultural se encuentra no sólo cuando el informador procede de un país distinto del que es objeto de sus informaciones. También se halla en el interior de los países mismos. El ímpetu que mueve la prensa de las minorías en todos los países es la creencia de esas minorías de que la prensa de las mayorías no las trata con imparcialidad, y sólo raramente -en el supuesto de que 29

alguna vez suceda- dejan de ser sospechosas para la mayoría las credenciales de la prensa de las minorías. Las minorías no sólo creen que únicamente su propia prensa -o, por lo menos, los informadores que en ella escriben- pueden procurarles a ellas mismas o a otros, informaciones imparciales sobre tales minorías. También estima que sólo esa prensa, o esos informadores,pueden ofrecerles información imparcial sobre las mayorías del mundo. Las mayorías, en justa correspondencia,piensan lo mismo respecto de las minorías y de SU prensa, creándose con ello una situación conflictiva tanto m á s rápidamente si el choque no se produce entre dos países o entre dos culturas sino entre dos países de diferentes culturas, y aún m á s si esos paises se encuentran en dos continentes distintos. El conflicto crece todavía m á s velozmente tan pronto como el periodismo pasa de ser una función neutral a una participante, de informar sobre las cosas como son a intentar moldearlas en lo que los Órganos de información creen que deben ser. Tal confrontación agudiza la cuestión, ya de por sí espinosa, de quién posee o controla la prem sa de un país o los canales de información mundial, cuál sea su influencia sobre lo que poseen o controlan, y si algo debe o puede hacerse respecto de todo ello. Si la función de la prensa no es m e ramente informar sobre las cosas como son sino intentar moldearlas en lo que se cree que deben ser, entonces resulta cuestión m u y importante la de quién afloja la bolsa. ¿A quién corresponde hacer los juicios de valor cuando ' lA elige sobre lo que va a informar -y de qué manera- entre los millones de cosas que suceden en el mundo cada hora y cada minuto? Walter Gibber escribió un artículo al que dio el título "Las noticias son lo que los periodistas deciden que sean noticias". Kenneth Stewart ha ido m á s lejos y dio a su libro el titulo francamente egotista de "La noticia la hacemos nosotros". ¿Quién o qué hace o moldea los juicios sobre los que se basan las decisiones de los Stewarts de hacer de algo una noticia? L a búsqueda de respuestas a tales preguntas no es fácil. Y lo es aún menos cuando otros factores comienzan a influir en la práctica de la valoración de las noticias. Ejemplo notable es la información sobre China. Los periodistas japoneses tuvieron la franqueza de admitir hace algunos alios que no daban ninguna información desfavorable sobre China por temor de que, de otro modo, expulsaran de Pekin a sus representantes. L a información norteamericana sobre China cambió radicalmente de ser desfavorable, hasta los Últimos alios 60, a ser favorables después de esa fecha, que fue justo cuando se produjo un viraje en la política oficial de los Estados Unidos respecto de China. L a importancia de tal factor en el flujo de informaciones internacionales recibe gran impulso merced al predominio de las agencias occidentales 30

en la red informativa del mundo. Se ha estimado que el 90% del flujo mundial de informaciones, tanto en palabras como en imágenes, se halla en m a nos de cuatro agencias: Reuter's, AP,UP1 y AFP. L a propiedad y control de las cuatro reside en los países industrialmente avanzados del Occidente, situación que levanta gran resentimiento en países que estuvieron o piensan que aún están bajo el dominio colonial o semicolonial del Occidente. Las agencias pueden asegurar -como en efecto lo hacen- que quien las posee o controla no es factor importante siempre y cuando continúen informando verazmente sobre los acontecimientos según ellas los ven. Pero aparte de la cuestión de los valores subjetivos y de su influjo sobre lo que uno decide ver y cuál sea la manera m á s honrada de verlo, esas mismas agencias no aceptarían tal razonamiento si fueran ellas las receptoras de las noticias. Si el 90% del flujo de informaciones en todo el mundo se encontrara en manos de agencias cuya propiedad y control perteneciese a un puñado de países asiáticos, las agencias y los países occidentales tomarían m u y pronto medidas contra tal situación, sin tener en cuenta la calidad o la veracidad de las informaciones que recibieran. Pero, además, el periodismo participante ha planteado difíciles problemas en el seno del periodismo nacional no menos que en el del internacional. "¿Quién paga? I I Se convierte en una pregunta capciosa en los países en desarrollo dado que el proceso de desarrollo debe también entrañar c a m bios importantes en el equilibrio del poder económico dentro de cada uno de esos países. Esos cambios pueden o no ser del gusto de quienes poseen la prensa del país; y esa prensa es una de las tribunas desde la que -por lo menos en los países democráticos- deberán decidirse, o cuando menos debatirse, las cuestiones planteadas por dichos cambios. E n esta controversia, ¿concede la propiedad de la prensa a esos propietarios una ventaja especial al abogar por sus propias preferencias? ¿Hasta qué punto utilizan, deben utilizar o debe permitirse que utilicen talventaja? ¿Hacen uso de ella abiertamente o de manera insidiosa, y cuál es el efecto de uno u otro tipo de argumentación? Si por m e dio de la propiedad de la prensa los propietarios de la misma pueden ejercer considerable influencia sobre el resultado de tal debate, ide qué m a nera influye tal hecho sobre el estatuto de la prensa en tanto que institución social en opinión de aquéllos que no participan en la propiedad y control de tai prensa?

III. El gobierno y los Órganos de información L a aparición del "periodismo participante''ha venido a complicar, m á s que otra cosa, las relaciones entre los gobiernos y los Órganos informativos, especialmente la prensa, en los países en los que ni el gobierno ha conseguido establecer un pleno control sobre esos medios ni éstos proteger

plenamente su libertad contra los abusos de los gobiernos. Esas relaciones son objeto de una de las controversias m á s enconadas hoy día en la esfera de la información. A los 1.300 periodistas encuestados en The News People se les preguntó cuáles eran, en su opinión las funciones "de extrema importancia" de la prensa. Sólo el 3970 de ellos incluyó en tal categoría la función de "concentrarse en las noticias interesantes para el público m á s amplio posible". El 5670incluyó la función de "hacer llegar al público la información lo m á s rápidamente posible". Pero el 6170incluyó el "análisis de interpretación de complejos problemas". Y m á s de las tres cuartas partes (el 7 5,8700)incluyeron "la investigación de las afirmaciones de éxito y de las declaraciones de los gobiernos". Eso es lo que ha impulsado a la prensa hacia una posición que muchos gobiernos describen com o "la actitud de oposición de la prensa'', y m u chos periodistas califican de "función de dogo vigilante". E s también lo que ha llevado a muchos gobiernos democráticamente elegidos, y a otros, a preguntarse qué electores han dado sus votos a ese celoso guardador y qué mandato ha recibido en comparación con el que el pueblo ha otorgado al gobierno en el momento de las elecciones. ¿Quién es el dueño, quién alimenta a ese sabueso,y quién le enseïía a elegir las pistas que debe investigar? Si el gobierno del día, a quien el pueblo ha elegido y conferido un mandato en unas elecciones auténticamente libres, se halla en un lado en esta disputa y la prensa en el opuesto, ¿qué derechos tiene entonces ese gobierno, en tanto que representante del pueblo que lo eligió, frente a los del ese "cuarto estado", por citar una frase surgida en circunstancias bastante diferentes? ¿Qué sucederá si la propiedad de la prensa pasa a manos de minorías aún m á s restringidas que las que hoy la detentan? ¿Continuarán conservando los mismos derechos en tanto que "cuarto estado''? ¿Deberán intervenir los gobiernos para impedir la concentración de tal propiedad en m u y pocas manos? E n caso afirmativo, ¿cuáles han de ser los límites de esa propiedad y quién los ha de imponer? Todas esas preguntas se formulan con insistencia en los países en que se ha producido una divergencia en la dirección tomada por una política de orientación popular, por un lado, y la que, por otro, siguen quienes poseen y controlan los órganos de información -y m á s en particular la prensa-, esto es, en los países donde una política de carácter popular ha seguido una inclinación de signo general izquierdista, en tanto que la propiedad de la prensa se ha concentrado m á s y m a s en círculos financieros privados. E n los paises m á s democráticos de ese tipo se han realizado esfuerzos para diversificar la propiedad de la prensa de modo que la posibilidad de controlar una considerable fracción del capital deje de ser requisito indispensable para que un grupo social pueda disponer de una tribuna desde la que presentar su punto de vista,

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Pero hasta ahora esos esfuerzos han sido flacos, y los resultados escasos. Una razón de ello estriba en que los esfuerzos implican una intervención gubernamental en uno u otro sentido,y aun aquéllos que desean la diversificación consideran que una intervención del gobierno equivale a pedir a un gato que guarde el canario. Esto fue lo que hizo fracasar los esfuerzos realizados en la India a principios de los ailos 70 para diversificar la propiedad de la prensa, aunque es precisamente la India donde dicha diversificación es m á s necesaria. Así, los recientes cambios en la escala de valores mediante la cual el periodismo moderno dirige su rumbo se ha convertido en una llave que puede abrir el arca donde se hallan encerradas toda una serie de cuestiones que cabrá así airear, entre ellas la de si el periodismo "asiático" es demasiado "occidental" en sus valores y si puede hacerse m á s asiático. Pero tal pregunta es sólo una petición de principio, pues ¿existe realmente un periodismo aparte de en un sentido puramente geográfico de ser el periodismo que se practica en esa parte que en un atlas lleva el n o m bre de Asia? ¿Hay un carácter "asiático" que distinga ciertas cosas de las que no lo son? ¿Y hay una realidad llamada Asia, si no es en este sentido tan limitado?

IV. Asia es un universo Asia vive en un universo propio. Esto significados cosas. L a primera, que Asia es tan diversaycompleja como un universo, y suficientemente extensa para serlo. L a segunda, que se distingue de otros universos; que hay cosas que diferencian la experiencia asiática de otras experiencias. Ambos significados deben tenerse en cuenta cuando consideremos cualquier aspecto de la experiencia asiática. Tan erróneo sería pensar que Asia no tiene nada distintivo, debido simplemente a su gran diversidad y numerosas contradicciones, como pensar que todo en Asia es distinto y que esa distinción permea todas las realidades asiáticas. Las cosas de Asia son asiáticas, pero sólo hasta cierto punto. Esto se aplica a los valores de la información no menos que a todo lo demás, al flujo de la información desde Asia y en su interior, y a las diversas barreras, tangibles e intangibles, que a un mismo tiempo restringen y permiten ese flujo. Una de las barreras que frecuentemente regula el flujo de las noticias en Asia, como en otros lugares, puede decirse que es el "valor de venta''; en Asia, eso también tiene un doble significado: venta de las noticias que interesan a la mayoría de los lectores y que, por eso mismo, hacen al periódico que las publica interesante para los anunciantes que quieran vender sus productos. Al lado de esa barrera hay en Asia otra que puede denominarse "interés público": no simplemente lo que interesará al público sino también lo que debe interesarle, lo que es en interés suyo que conozca,según el buen juicio del periodista. 31

También en Asia, lo mismo que en Europa, esas dos barreras son repentinamente reemplazadas por otra, que se levanta sólo en las fronteras que rodean a ciertos países, barrera que no regula el flujo de información segun lo que interesa a la mayoría de los lectores, sino según criterios totalmente diferentes de lo que el resto del mundo entiende por noticias o por valores de la información. Esta barrera puede denominarse "política del Estado", lo que significa la política practicada en ese momento en relación con lo que debe decirse, cuándo, a quién y por quién, por qué medios, y si debe ajustarse y en qué medida a los hechos. También en Asia, como en Europa, casi el mismo número de personas, proporcionalmente, viven a uno y otro lado de esa barrera, que no está erigida por los comunistas exclusivamente. Uno pudiera extender al infinito esta lista de "También en Asia.. .'I, ya que hay una infinidad de semejanzas entre las maneras en que Asia ve las noticias sobre sí m i s m a y sobre el mundo y las maneras en que el mundo ve las noticias de sí mism o y de Asia.

V. L a cultura de la comunicación Una vez hecho el aserto de que el carácter diferencial no es la entera verdad sobre la experiencia asiática de lo que sea una noticia, podemos ocuparnos con la conciencia m á s tranquila de esa pardiferente y de los te de tal experiencia que factores que así la hacen. Resultará entonces m á s fácil comprender su impacto sobre la percepción por el lector asiatico de aquello de que se le inform a y de las vías por las que un periodista asiatico decide sobre qué debe informar y cómo. Clasificaré esas diferencias en dos categorías m u y amplias y generales. E n la primera incluiré algunos aspectos culturales del periodismo y de los periodistas asiáticos y de lo que cabe denominar la cultura de la comunicación en Asia. E n la segunda se encontrarán algunos aspectos fisicos, geográficos y objetivos. A continuación desglosaré cada categoría en algunos componentes. Los aspectos que forman la primera categoría pueden dividirse en dos grupos diferentes: un grupo A relativo a la cultura, y un grupo B a las circunstancias sociopolíticas en las que los periodis tas y los medios de información se han desarrollado en Asia. A. 1 E n Asia la proporción de personas que reciben y leen noticias en un lenguaje que no es ni su idioma materno ni la lengua nacional es mucho m á s elevada que en ningún otro continente. A. 2 M á s asiáticos leen y reciben noticias en inglés que en ningún otro idioma no asiático; m á s asiáticos reciben en inglés la información que el resto del mundo de lengua materna no inglesa. A. 3 El número de periodistas asiáticos que han recibido su educación en lo que de manera general puede llamarse una corriente cultural occidental (y en tal sentido no asiática) es mayor que

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el de periodistas occidentales que han recibido la suya en lo que remotamente pudiera llamarse una corriente cultural asiática. A. 4 E n muchos países asiáticos -y apenas en algún país no asiático (o no africano)- los medios de información en inglés y los periodistas que COmúnmente se expresan en ese idioma ocupan una posición m á s prominente en los círculos periodísticos que aquéllos cuyo vehículo de expresión es el idioma local o nacional. E n el pasado esto también se aplicaba al francés y al holandés en los países gobernados por Francia y los Países Bajos. A. 5 El anterior factor es reflejo de otro: en muchos países asiáticos (y africanos), pero apenas en ningún país de habla no inglesa, las personas que hablan bien el inglés y se expresan habitualmente en esa lengua, ya sean médicos, abogados, pedagogos u hombres de negocios, ejercen una influencia en sus comunidades que excede en mucho a la que correspondería a su número o proporción dentro de la población. Forman la base sobre la que descansa de manera general, la prominente posición de los medios de información y los periodistas que utilizan el inglés. Esa base se amplía aún más, naturalmente, como resultado de la accesibilidad al ámbito internacional que facilita a esos medios y periodistas el idioma inglés. A. 6 E n la mayoría de los países asiáticos que han estado bajo el dominio colonial occidental,las clases de alto nivel de educación -especialmente la clase media urbana educada en la corriente intelectual liberal occidental- intervinieron a fondo en los procesos políticos -ya fuera como agitadores o como negociadores- que condujeron a la independencia respecto del dominio colonial. A. 7 C o m o esas clases formaban también el público principal del periódico diario, la prensa en esos países adquirió: a) un interés por la política a expensas de las cuestiones económicas, de los aspectos humanos de los problemas sociales, y de las cuestiones de arte y literatura; b) una tendencia a concederse a sí m i s m a gran importancia, a considerarse menos como un vehículo de esparcimiento con un porcentaje de materiales educativos y m a s como el guía y la tribuna de la opinión pública en relación con los problemas nacionales de importancia; y c) un creciente interés por lo que antes hemos descrito c o m o la función de can vigilante, interés que inicialmente se enraizó debido a que muchos periódicos asiáticos, eran, en realidad, vehículos de agitación contra las autoridades coloniales extranjeras y que luego continuó tomando cuerpo por las mismas razones que en la prensa occidental, y en parte, bajo la influencia de esa prensa. Corresponde incluir los siguientes aspectos en el segundo grupo: B. 1 E n Asia los gobiernos poseen o controlan la radio y la televisión en mayor grado que la prensa. B.2 E n los países asiáticos no comunistas los gobiernos poseen o controlan la radio y la

televisión en mayor grado que en los países occidentales no comunistas, especialmente en los de habla inglesa. B.3 E n muchos países asiáticos no comunistas (los comunistas no tienen importancia en este contexto) se ha establecido un importante vínculo entre las entidades financieras, por un lado, y, por otro, la propiedad y control de los medios de información no poseidos o controlados por el Estado, los partidos políticos o las instituciones afiliadas a éstos. B. 4 U n aspecto especial de B.3 (particularmente en los países antes sometidos al dominio británico) es que el citado Vinculo es m á s evidente en el caso de la prensa m á s importante en lengua extranjera (principalmente en inglés), que, aparte de ser m á s influyente, como se ha dicho en A. 4, estuvo en su día poseída o controlada por intereses m u y próximos a los poderes imperiales occidentales y al declararse la independencia vino a caer bajo el control o la posesión de grupos financieros indígenas. Los principales intereses financieros de los nuevos propietarios no se hallan en esos periódicos sino en otras empresas comerciales. Pero los periódicos sirven de poderosa tribuna para abogar en favor de unas doctrinas económicas y un sistema operativo altamente favorable a esos grupos financieros. B.5 E n m á s países asiáticos comunistas que en países occidentales no comunistas, y especialmente en los países asiáticos que fueron antes colonias británicas, la irrupción de las masas en la política se produjo antes que la aparición de los medios de comunicación de masas, y los partidos políticos nacionalistas adquirieron masas de seguidores antes que los Órganos de información adquirieran masas de público. B.6 Este Último factor ha facilitado a los gobiernos democráticamente elegidos en Asia una autoridad política de base m á s amplia que los gobiernos liberales occidentales del siglo XIX podían reivindicar cuando se esforzaban por oponerse a la creciente decisión con que la prensa, en su evolución hacia convertirse en el "cuarto estado", comenzaba a investigar "las afirmaciones y declaraciones del gobierno". B.7 E n algunos países asiáticos formalmente democráticos sólo se dispone de medios m u y imperfectos para juzgar si el gobierno cuenta efectivamente con todo el apoyo popular que pretende tener. Pero en muchos de ellos, la autoridad efectiva del gobierno cuenta con el apoyo oficioso de lo que pudiera llamarse una actitud de docilidad en grandes sectores de la población: una resistencia a poner en tela de juicio la autoridad establecida o el orden de precedencia social en el que se basa dicha autoridad. B.8 L a intervención gubernamental en n o m bre del desarrollo, especialmente para corregir desequilibrios socioeconómicos, es m á s generalmente aceptada -aunque no necesariamente m á s ampliamente practicada- en los países asiáticos

no comunistas que en los occidentales no comunistas,aun cuando puede incidir sobre el entero espectro de las actividadesy ''derechos''socioeconómicos. B.9 Allí donde se practica con frecuencia tal intervención, aunque sea fuera de todo marco ideológico, se desarrolla una confrontación expresa o implícita entre el gobierno, por un lado, y los m e dios de información poseídos o controlados según se ha escrito en B.3 y B.4, por otro, excepto donde los intereses que poseen o controlan esos m e dios se benefician de la dicha intervención. B,10 Debido en parte a esta confrontación, o preparándose para la misma, en tantos países asiáticos no comunistas los gobiernos han mantenido firmemente bajo su control la radio y la televisión, persiguiendo así en parte contrarrestar y contener las actividades de la prensa y, en parte, naturalmente, poseer bajo su control un vehículo para propagar las políticas y programas que el gobierno considere favorables a los intereses del país, especialmente en las esferas socioeconómicas.

VI. L a demografía de las comunicaciones Todos estos aspectos del hecho diferencial de Asia pertenecen, a mi juicio, a lo que, de manera algo imprecisa, he descrito como una "categoria cultural". Pasaré ahora a la categoría de aspectos que, con similar imprecisión, he descrito antes como I I fisicos, 4 geográficos y objetivos". C.1 El aspecto m á s importante de Asia en esta categoría es el predominio de barreras -físicas y de otros Órdenes- entre los países asiáticos, barreras que han obstaculizado considerablemente el paso de las personas de unos países a otros. El país asiático de mayor progreso, el Japón; el segundo m á s floreciente, Singapur; el tercero de máxima densidad demográfica, Indonesia están todos separados entre sí y del resto del continente asiático por el mar. Se puede añadir a la lista Filipinas, que es entre todos los asiáticos el país menos ligado a las tradiciones y que podría haber actuado de catalizador de los cambios culturales en otros países de Asia si hubiera tenido suficientes contactos humanos con ellos. Esto deja a Coreadel Sur como la Única entre las economías vivaces y en rápida modernización en Asia, hasta que llegamos a Irán,unido a sus vecinos asiáticos por una frontera algo extensa. Pero tanto el Irán como Corea del Sur nos recuerdan no poco, como también la India,PakistányBangladesh, que las barreras geográficas no son las Únicas que han separado a unos países asiáticos de otros. E s asombroso, pero cierto, que la sola frontera realmente activa en toda Asia -pacíficamente activa, quiero decir- es el estrecho camino de escollera que une Singapur a Malasia, y que esos países se encuentran entre los m á s pequenos y menos poblados del continente. M u y en segundo lugar viene la angosta arteria -carretera y rail de una sola vía- entre Tailandia meridional y la costa occidental de la península de Malasia. 33

Esta insuficiencia de trafico a través de las fronteras de Asia ejerce un profundo efecto sobre la percepción por los asiáticos de las cuestiones que afectan a su continente. H a hecho imposible una percepción asiática común, en el sentido en que se puede hablar de una percepción común europea, norteamericana o latinoamericana. No quiere ello decir que no haya un sentimiento de comunidad asiática, y mucho menos que exista un "consenso" continental en esos otros lugares. Pero en Europa y en las Américas hay una conciencia general com ú n e intereses comunes en relación con numerosos problemas comunes, lo que permea al menos regiones y subregiones que encierran muchos países, aunque tal vez no se extienda a todo el continente. E n Asia, esa conciencia y ese interés no van m á s allá del país vecino, o quizás del vecino del vecino. Aún no existen siquiera percepciones regionales que se extiendan a través de cinco o seis países, con la animosa excepción de ASEAN, en la medida en que es una excepción. Aun el interés por el vecino es infrecuente, esporádico y vivo sólo en el caso de algunos problemas comunes (y aun entonces, la mayor parte de las veces se trata de antagonismos). Tal situación ha ayudado a perpetuar -y. en cierta medida, ha sido, a su vez, por ello perpetuada- lo que, de otro modo, se hubiera convertido ya en lastre abandonado de la historia de Asia: la continuación del desproporcionado interés que los asiáticos sienten por los asuntos y trivialidades de Europa y América y que van m á s allá de lo que justifica la importancia que Europa y América tienen en el mundo de hoy. Ese interés afirmó sus raíces durante el periodo de tutelaje colonialydesde entonces ha sido alimentado por las relaciones económicas: la mayoría de las naciones asiáticas tienen relaciones económicas m á s estrechas con países no asiáticos que con los de su propio continente, de lo que también es responsable, en parte, SU pasado colonial. Pero el interés de que hablábamos también ha hallado alimento en la inexistencia de un interés opuesto por las cuestiones asiáticas, que es mucho menor que lo que justificaría la importancia que tiene Asia hoy en la escena mundial. C.2 L a segunda característica distintiva de Asia es el predominio de las ciudades. Esto parecerá extrano en un continente en el que la población urbana representa una fracción del total mucho m á s baja que en cualquier otro continente, con la excepción de Africa. Pero las masas rurales de Asia gozan del dudoso privilegio de que, en c o m paración con la proporción demográfica que representan, tienen menor influencia en la marcha de los asuntos de su país, consumen una proporción menor de la riqueza nacional y ocupan un menor número de puestos de efectiva autoridad dentro de las jerarquías del poder que: a) las fracciones correspondientes de la población en Norteamérica y Sudamérica y en Europa; b) lo que su número 34

justificaría; y c) lo que justificaría SU aportación a la creación de riqueza en el continente. Lo opuesto es cierto respecto de las principales ciudades de Asia. Dominan el campo de una manera que la mayoría de las ciudades occidentales ni siquiera intentarían. E n política, en economía y principalmente en el consumo de riqueza, Bangkok domina el resto de Tailandia: Manila, las Filipinas; Tokio, el Japón. Y ello en un grado muchísimo m á s desproporcionado en relación con su población comparada con la total que lo que se observa en situaciones similares en la mayoría de los países de otros continentes.

VII. Asia y las agencias occidentales

LOScriterios aplicados por los periodistas asiáticos para decidir lo que debe ser noticia y, por COsiguiente, imprimirse se derivan, en gran medida, de todo el anterior conjunto de influencias asiáticas -ya sean culturales, sociopolíticas, geográficas o demográficas- y de su interrelación con diversas influencias occidentales, especialmente con las del periodismo occidental, liberal y democrático, no menos que lade1 pariente pobre de éste, el llamado periodismo popular. Mucho de lo que distingue o desfigura el rostro del periodismo asiático puede atribuirse a una o m á s de esas influencias, modificadas por condiciones particulares a cada país, a cada periódico e incluso a cada periodista. Naturalmente,es imposible señalar dónde terminan las influencias occidentales y empiezan las asiáticas o locales. Ni los aristarcos ni los admiradores del periodismo en Asia son siempre capaces de distinguir los aspectos occidentales de los asiáticos en aquello que condenan o alaban. P o r ejemplo, la tendencia a exagerar, o supersimplificar o a deformar las cosas no es un vicio del periodismo asiático o del occidental, o una infección que éste ha contagiado a aquél, como se asegura a veces. E s algo que se ha desarrollado como parte de la general malformación de los medios de comunicación de masas. L o mismo puede decirse de la tendencia de muchos periodistas a dramatizar o sensacionalizar la noticia, a subrayar los desastres y los fracasos m á s bien que los hechos favorables, a consumir tiempo o espacio en lo que puede cosquillear fugazmente al lector a costa de lo que tiene una importancia m a s duradera en los asuntos de los h o m bres y las naciones. Esas distorsiones o malfunciones se observan tanto en las noticias que del occidente envían al Asia las agencias occidentales como en las que del Asia envían dichas agencias al occidente. Cierto es que hay algo particularmente asiático en la pobreza con que los Órganos de información de Asia tratan las noticias de su propio continente. Pero la culpa no recae enteramente sobre las agencias occidentales. L a mayoría de las que funcionan en Asia facilitan a sus clientes asiáticos muchas m á s noticias que las que éstos desean

utilizar. En realidad, no pocos Órganos occidentales publican m á s noticias asiáticas procedentes de esas agencias que los clientes de las mismas en Asia. Ejemplos notables de ello durante el pasado decenio son la guerra del Viet N a m , la "revolución cultural" en China y la lucha por el poder tras la muerte de Mao, y la economía japonesa. L a explicación reside, al menos en parte, en los criterios de selección y de valoración de las noticias que aplican los órganos asiáticos mismos, y en mínim a parte en la falta de recursos que éstos a veces alegan. Las agencias occidentales son también resporr sables en un determinado respecto. Ven el Asia -principalmente-y el Occidente -enteramente-a través de un prisma occidental y forman una imagen destinada a los públicos occidentales. Además, una proporción abrumadora de su flujo de noticias es de origen occidental. Esto tiene considerable efecto sobre el atosigado redactor-jefe que en la redacción de su periódico, en una capital asiática, ya próximo al cierre de la edición, aprovecha lo que tiene m á s a mano, esté suficientemente bien escrito y no necesite muchas correcciones, cosa que no sucedr m u y a menudo con los sueltosde sus propios reporteros. Pero no tiene apenas sentido culpar a las agencias occidentales de tal estado de cosas. Ellas trabajan para sus clientes, y sus clientes son principalmente los medios de información occidentales, no los asiáticos. No sólo son aquéllos mucho m á s numerosos que éstos sino que, además, de ellos procede la mayor parte de los ingresos de las agencias. Quien paga, manda. Puesto que se hallan en Asia, las agencias occidentales también pueden enviar noticias asiáticas a sus clientes asiáticos, y hasta llegan a tratar un acontecimiento de Asia m á s extensamente que lo que necesitan hacer para sus clientes occidentales. Para esta función pueden m u y bien preferir emplear redactores locales a nivel de principiantes. Pero su obligación primordial en Asia es informar sobre Asia al mundo no asiático y para ello deben hacer la noticia lo suficientemente sabrosa y digestible, sencilla pero con el necesario condimento. L o cual es también cierto de los Órganos asiáticos que cuentan con medios propios suficientes para decidir por sí mismos lo que han de publicar. P o r ejemplo, los órganos japoneses nunca emplean en los países asiáticos periodistas locales como corresponsales, excepto quizás como "informadores": o bien envían periodistas japoneses o bien usan los servicios de las agencias occidentales. Los Órganos de otros países asiáticos, por ejemplo la India, hacen lo mismo; donde pueden, envían su propio personal, que transmite informaciones exclusivamente para los lectores de su país; donde no, utilizan las agencias occidentales. Tai sistema se debe, en parte, alos países asiáticos mismos. Muchos de ellos restringen tan severamente el funcionamiento-y, por consiguiente,

la credibilidad- de su propia prensa y de sus periodistas que los Órganos extranjeros, incluidos los de los países asiáticos, prefieren no hacer uso de ellos. Pero aun si no fuera así, los órganos m á s florecientes de cada país seguirían prefiriendo enviar sus propios corresponsales a otros países en la medida de lo posible; no sólo los medios de información no asiáticos preferirían enviar sus propios corresponsales a los principales países de Asia, sino también los medios asiáticos 10 harían a los países para ellos prioritarios. Y ello es porque estiman, quizás no siempre con razón, que una información resultará m á s comprensible si la escribe alguien de la m i s m a nacionalidad del público a que va dirigida. Existen razones similares para la preponderancia del material informativo de origen occidental en los servicios asiáticos de las agencias occidentales. No sólo la mayor parte de los clientes de éstas se hallan en el mundo occidental sino que la mayor parte de su red de corresponsales se encuentra también allí, debido a que es allí precisamente donde los clientes m á s numerosos y remunerativos piden m á s noticias m á s ampliamente tratadas. Una abrumadora proporción de la producción de las agencias occidentales se origina o relaciona con los países industrialmente avanzados de Europa Occidental y América del Norte. Este problema ha ganado en gravedad en los Últimos tiempos. Durante los pasados años ha ido disminuyendo el interés de los medios occidentales de información por las cuestiones asiáticas. Descendió algunos grados al finalizar la guerra del Viet N a m , y varios m á s cuando cesaron las rivalidades por la sucesión de Mao. Los medios asiáticos no hacen mucho para 11e nar tal vacío. E n primer lugar, esos medios, con excepción de los japoneses, no se esfuerzan por desarrollar sus servicios de información fuera de sus propios países. E n segundo, en la medida que tal hacen, se preocupan m á s por desarrollar esos servicios en el Occidente que en los países de Asia. El Japón es buen ejemplo de ambos aspectos. Los medios norteamericanos de información tienen el doble de corresponsales extranjeros en el Japón que los medios de toda Asia, y Japón tiene m á s corresponsales en Nueva York y en Washington que en el Asia entera. Los costos son realmente un obstáculo para que la información sobre Asia se encargue a corresponsales asiáticos. Pero otras dificultades, son por lo menos tan importantes. Debido a las restricciones que se les aplica en muchos países de Asia, los corresponsales extranjeros, sean o no asiáticos, son hoy tan escasos en tantos de esos países que cualquier acto internacional que tenga lugar en Asia recibe mucha menos atención que si se celebrase en el mundo occidental. Esto es cierto no sólo de la información que se envía fuera de Asia sino también de la que se publica en el continente, ya que los Órganos asiáticos no pueden 35

''cubrir''un suceso fuera de su país sino en la m e dida en que las agencias occidentales lo "cubren" por ellos, y esas agencias han disminuido considerablemente su presupuesto para la obtención de información en Asia. Si existiera una agencia asiática de información suficientemente poderosa, no adscrita a ningún país por lo que al capital o al personal se refiere pero identificada en ambos respectos con la región de Asia en su conjunto, actuaría sin duda a manera de ojos y oídos de Asia para informar a los pueblos asiáticos. El volumen de su producción no dependería del grado de interés de los pÚblicos occidentales por las cuestiones asiáticas sino del de los asiáticos por las suyas propias. Y la "densidad" de la información no estaría determinada por la capacidad de un público occidental medio de comprender las cuestiones y problemas de Asia sino por la capacidad de un público asiático. Pero ¿se conseguiría mediante el establecimiento de una tal agencia que los medios asiáticos de comunicación social fueran m á s asiáticos en lo que al contenido de sus informaciones, a sus valores y a sus actitudes se refiere? ¿Hasta qué punto? ¿Cuándo? Las respuestas dependen primordialmente del grado de interés que los Órganos de información y los periodistas asiáticos sientan por las cuestiones de Asia: de qué grado de interés sientan hoy, de hasta qué punto se les puede convencer de que cultiven tal interés, y de si existen en Asia condiciones que los estimulen a cultivarlo.

VIII. Asia en el periodismo asiático Las agencias occidentales de noticias dan una explicación irrebatible de las actuales características de sus servicios a los suscriptores asiáticos. Dicen que esos clientes no parecen querer otra cosa m u y diferente. E n tanto que agencias -añadensu obligación es suministrar a los clientes lo que éstos quieren. No pueden imponer al cliente la opinión de otros sobre el valor de las noticias. Mucho mejor sería que los asiáticos tuvieran sobre Asia conocimientos m a s exactos que los que poseen; también sería de desear que los asiáticos y los no asiáticos tuvieran una visión m á s equilibrada unos de otros. Pero corresponde a otros -educadores, historiadores, reformadores,periodistas reformistas- mejorar el gusto de los periódicos asiáticos. Entre tanto, las agencias deben continuar ofreciendo la mercancía que se vende bien. Ese es el argumento de las agencias occidentales. ¿Hasta qué punto es certero? ¿En qué grado interpretan correctamente las agencias occidentales las preferencias de sus clientes? Y lo que es m á s importante, ¿hasta qué punto aciertan los periódicos -y otros medios de información- en su evaluación de las preferencias de su público? No existe un intercambio sistemático de opiniones entre las agencias occidentales como grupo 36

y sus clientes también como grupo, y es dudoso que en una negociación individual un periódico asiático, por importante que sea, consiga obtener a un precio que pueda pagar un servicio que se ajuste a su propia opinión de lo que debe tener de asiático tal servicio. Quizás, además, la agencia, por m u y buena voluntad que en ello pusiese, sería incapaz de ajustar su servicio a los deseos del cliente. ¿Pero hay acaso indicación alguna de que el cliente desee un servicio distinto, con un sesgo asiático que lo caracterice? "Ninguna", responde el personal y los ejecutivos de las agencias occidentales con las que he tenido ocasión de discutir el tema de este artículo. Están de acuerdo en que el volumen de información sobre Asia aumenta lentamente en los Órganos asiáticos, pero insisten en que sus clientes asiáticos continúan rechazando una gran proporción de las noticias asiáticas que reciben, incluidos los artículos que contienen análisis detallados. Por otra parte, las informaciones sobre acontecimientos europeos y americanos son m á s extensas y regulares. Los estudios sobre el contenido de los periódicos asiáticos son m u y escasos yno se ha publicado información alguna que permita la comparación entre lo que reciben y lo que rechazan. Por consiguiente,la afirmaciónde las agencias no puede contrastarse con ninguna precisión. Pero queda confirmada mediante un muestre0 aleatorio del material enviado por agencias occidentales y del uso hecho del mismo por periódicos de lengua inglesa en Malasia y Tailandia y por los servicios de radio de Malasia, Tailandia y Singapur. D e nuevo en este caso no es posible decir si esos medios publican una proporción m á s elevada de las noticias asiáticas o de las asiáticas que reciben. También sería necesario en esto un análisis sistematico. Pero aun si se hace mayor uso de las noticias sobre Asia, el argumento de las agencias seguiría siendo válido: que los Órganos de información asiáticos podrían incluir m á s noticias sobre Asia si hicieran m á s uso de las que las agencias les envían, y que las razones de que así no lo hagan no tiene nada que ver con los métodos de funcionamiento de las agencias occidentales sino con los criterios y juicios que los medios de información asiáticos aplican al material informativo que se les envía.

IX. Criterios a s i á t e L a mayoría de las influencias que pesan sobre los criterios que aplican los periodistas asiáticos son en verdad tales que impiden el desarrollo del interés por las cuestiones asiáticas entre los medios de comunicación social de numerosos países de Asia. L a influencia del lenguaje en que algunos de los periodistas m á s eminentes y de los Órganos m á s importantes realizan su trabajo, y el prestigio de ese idioma en los círculos que los rodean

(véase A. 1, A. 2, A. 4 y A. 5), la educación y formación de numerosos periodistas (A,3), los vínculos históricos de muchos países de Asia con Europa Occidental y América, los nexos económicos contemporáneos, y el continuo efecto de esas relaciones sobre los intereses que controlan numerosos medios de información asiáticos (B.3, B. 4), el m u y escaso tráfico entre numerosos paises de Asia (C.1) y la manera en que esto impide el desarrollo del interés por los temas asiáticos, y la concentración de los Órganos de información en las ciudades y sus efectos sobre las actitudes de dichos Órganos, todos esos factores se han combinado para que los medios de comunicación social asiáticos y su personal se hayan vuelto de espaldas unos a otros para dirigir los ojos hacia los horizontes occidentaies, brillantes y lejanos. Es posible que tal orientación de Órganos y personal no refleje exactamente las actuales preferencias de su público, justo como es también posible que las agencias occidentales no interpreten correctamente los deseos de los periodistas asiáticos cuando les atribuyen una orientación occidental tan marcada como la que ellos suponen. E n efecto, algunos periodistas occidentales que conocen Asia creen que los públicos de ese continente se hallan ahora m á s maduros que nunca para una "asiatización" del contenido de las informaciones que reciben. Probablemente es cierto que, como quiera que se desarrollen las preferencias del público en el futuro, hasta ahora se han desarrollado generalmente en la dirección que justifica el presente perfil del contenido de los principales periódicos de las ciudades. Esto queda demostrado no sólo por deducción basada en la similaridad de los criterios que aplican los principales periódicos para la selección de noticias y otras informaciones -excepto en lo que se refiere a las consecuencias de las limitaciones impuestas por los gobiernos,las cuales varían considerablemente de unos países a otros-, sino también por la similaridad de sus entornos urbanos, que influyen marcadamente tanto en los que escriben como en los que leen los periódicos de las ciudades. El predominio de la ciudad en la cultura y la demografía de las comunicaciones en Asia (C.2) tiene influencia sobre el contenido de los periódicos de tres maneras diferentes. Primera, los periódicos asiáticos se publican, circulan y consiguen sus ingresos publicitarios en las ciudades importantes en una medida desproporcionadaym u y en exceso de la correspondiente a la proporción de esas poblaciones respecto de la total del país, Segunda, la mayoría de las ciudades que sirven de centros para la publicación de periódicos en Asia son puertos de m a r y, por consiguiente, m á s abiertos hacia el exterior que lo que por lo común son las ciudades tierra adentro. Tercera, una sección desproporcionada de la intelectualidad de cada país vive en esas ciudades. Eso hace que la prensa asiática tenga tan marcado carácter urbano,

no sólo en lo que a su circulación se refiere sino también en sus preocupaciones, que muestran el sesgo característico de las poblaciones urbanas, y especialmente los prejuicios de las clases medias urbanas. E s probable que sea también así en los países no asiáticos. Su prensa está asimismo orientada hacia la ciudad y refleja los sesgos de los sectores m á s prósperos de la población urbana. Pero en Asia tal hecho tiene particular importancia debido a que las clases medias urbanas contienen una proporción m u y elevada en relación con el promedio nacional de personas que se han educado en el occidente y m á s en particular en el seno de la corriente cultural de idioma inglés. Esas personas sienten, como por consiguiente la prensa asiática, un interés por los problemas y asuntos occidentales mucho mayor que la prensa occidental siente por los asiáticos.

X. L a evaluación de las noticias nacionales L a selección de las noticias del propio país se encuentra también marcadamente influida por los antecedentes económicos, culturales y demográficos de los medios de comunicación social y de los periodistas asiáticos. E n efecto, los criterios que gobiernan la selección de noticias internacionales y nacionales muestran un claro parentesco entre sí, como era de esperar dado que emanan de la m i s m a configuración de valores. Las informaciones políticas son, en ambos casos, m á s numerosas que las económicas (A.6), y del mismo modo que las informaciones económicas del extranjero, en la medida en que se publican, prestan mucha m á s atención a los países industrialmente desarrollados que a los países en desarrollo, las referentes al propio país insisten sobre todo en las cuestiones urbanas e industriales y se hallan generalmente orientadas hacia los círculos financieros; la agricultura y las zonas rurales reciben escasa atención. L a razón para ello en ambos casos es el fuerte anclaje en las ciudades de la prensa asiática. Los redactores y administradores de los periódicos son de origen urbano (A.l, A. 5). Los propietarios y accionistas pertenecen a los círculos financieros, industriales y comerciales urbanos (B.3, B.4). Los anunciantes, ya sean nacionales o extranjeros y ya promuevan la venta de bienes de consumo O de capital, también miran hacia la ciudad, pues es alli donde se concentra el consumo. Las escasas informaciones de carácter agrícola están también enfocadas desde el punto de vista del consumidor urbano y, hasta cierto punto, del vendedor urbano de los productos. P o r consiguiente, la mayoría de las noticias se refieren a los precios y suministros de productos alimenticios o de materias primas para la industria, siempre en cuanto afectan a los intereses del consumidor, no a los del productor. Los problemas de éste y de 37

su hábitat reciben mucha menos atención, y si la reciben es para tratar de insumos necesarios para la producción agrícola tales como la maquinaria, los fertilizantes y el transporte, en cuyo suministro las finanzas y la administración urbanas representan un papel mucho m á s importante que las correspondientes rurales. E n varios países asiáticos, los medios electrónicos de información, por ser propiedad del Estado, dependen mucho menos de los anunciantes; además, un porcentaje de su público mucho mayar que en el caso de la prensa vive en las zonas rurales. Eso los libera en mayor medida de las limitaciones impuestas por la demografía, los COStos de distribución, las características del sistema de propiedad y las influencias de los anunciantes, factores todos que favorecen la orientación urbana de la prensa. E n consecuencia, dichos medios electrónicos prestan mayor atención a los intereses rurales. Pero las diferencias son menos marcadas que lo que era de esperar, ya que si bien- el voto rural puede ser decisivo para elegir a un gobierno, esos votantes siguen estando gobernados por gentes de la ciudad. U n funcionario nacido en una aldea pierde su mentalidad de campesino cuando asciende por el escalafón administrativo. Por lo tanto, en este respecto, los medios electrónicos de propiedad estatal no son tan diferentes de la prensa de propiedad privada. E n lo que m á s se diferencia la radio y la televisión de la prensa privada es en el tratamiento de las informaciones políticas, y, como era de esperar, esa diferencia es m á s marcada en los países en que la prensa ejerce m á s concienzudamente su función de vigilancia y en que el gobierno utiliza m á s decididamente sus medios de información COm o a r m a de defensa (B.9, B.10). El público de los medios urbanos asiáticos ha mostrado siempre un señalado interés por la política. Y siempre ha habido una marcada tendencia a usar esos medios como vehículo de persuasión, exhortacióny movilización política. E n ese combate,losgobiernos han hecho uso de la radioyla televisión con mayor descaro, subrayando actitudes de didactismo partidista, que el que los propietarios de la prensa han puesto de manifiesto, aunque no han dejado de hacerlo también en medida considerable, especialmente allí donde la política y la propaganda gubernamentales se han orientado en una dirección izquierdista y los círculos financieros propietarios de la prensa se han sentido a m e nazados por tales tendencias. Entre esos dos grupos de medios de comunicación social -los estatales y los privados, cada uno en procura de aplicar sus propios valores,sus propios criterios, a una tarea que se esfuerzan por realizar seriamente- existe otro tercer grupo que ha reducido todos los valores y todos los criterios a una fórmula única y sencilla: el puro éxito comercial. Ese grupo elige aquéllo que se vende, ni m á s ni menos, llegando en ello hasta donde le 38

permite la ley y aun a veces intentando hallar la trampa que le permita conquistar nuevos territo rios, principalmente en la esfera de la obscenidad, nunca en el terreno de las cuestiones de conciencia: la conciencia no tiene m u y buen aire en un bikini. Esos periódicos nunca protestan en aquellas cuestiones que preocupan a las conciencias políticas; la mayoría de ellos consideran que es un deber patriótico anticiparse a los deseos del gobierno de modo que ni por inadvertencia se pueda ofender a ese gobierno o poner en duda la infalibilidad de su sabiduría. El propósito de tal prensa no es definir y defender los límites propios de la libertad de prensa sino medir la profundidad del bolsillo de sus lectores. Trata a éstos c o m o simples consumidores, no como ciudadanos, lo que significa un salto atrás, a los primeros tiempos de la prensa norteamericana cuando los periódicos publicaban las noticias del día sólo para conseguir lectores para sus páginas de publicidad. E n proporción con el total de la prensa impresa,esas publicaciones son bastante numerosas, especialmente en los países de reciente prosperidad económica,prosperidad basada no en una producción industrial sino de materias primas,de modo que el consumo individual diario contiene un elevado porcentaje de importaciones; y esos periódicos han desarrollado considerable habilidad para atraer hacia sí parte de ese consumo. Son capaces de vender una crema para broncear la piel a una belleza negra. E n tal sentido tienen una importante función comercialyalcanzan unaintensidad de ventas inimaginable. Pero ese éxito oculta una tragedia. L a tragedia de muchos periódicos que bien quisieran ocuparse de cuestiones serias de una manera seria pero que no osan hacerlo en el clima cultural predominante en la esfera de la comunicación de m a sas, con su marcado énfasis de deferencia hacia la autoridad (B.6, B.7); en cambio esos periódicos sucumben a la opuesta tentación del éxito comer cial. No es mera coincidencia que esa prensa de orientación comercial haya florecido principalmente en los países asiáticos en que al lado de la actual prosperidad existe una restricción de la libertad de la prensa. Pero su influencia sobre el futuro de la prensa sigue en aumento.

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XI. ¿Cuál es el límite de la asiatización? Si es cierto que los valores y criterios de la prensa y otros medios asiáticos de información son resultado de influencias culturales y demográficas tan profundamente enraizadas como hemos visto antes, ¿podemos esperar que se produzcan c a m bios en fecha temprana? Al parecer, no haygrandes esperanzas de ello. Las ciudades no van a perder su predominio uno de estos días, ni tampoco las clases medias urbanas educadas en una cultura occidental, ni las agencias occidentales de noticias, ni el mercado internacional de la información.

Pero, en realidad, la situación no se presenta tan imposible para un cambio. Está ya y continuará cambiando. L a cuestión es: ¿qué clase de c a m bio? ¿En qué dirección? ¿Será en favor de una prensa mejor? L a clave se encuentra en la credibilidad que merecen los medios de información,y la clave de esa credibilidad se halla en manos de los gobiernos. El futuro depende de tres factores: 1. E n lo pronto que los periodistas asiáticos, y en teoria algunas agencias de noticias auténticamente asiáticas, comiencen a representar un papel prominente en un efectivo intercambio de informaciones entre países asiáticos. Esto depende primordialmente de la medida en que los periodistas asiáticos conserven su credibilidad, la recobren allí donde la hayan perdido, o la establezcan donde no la han tenido nunca. Credibilidad a juicio de otros países asiáticos y de los países fuera del continente a los que Asia estima que la información que sobre ella se envíe debe serlo por asiáticos. 2. E n la medida en que los medios de comunicación social de un país asiático conserven, recobren o establezcan su credibilidad en ese país en tanto que presentadores o vehículos de información seria y fidedigna de sucesos importantes, sin las limitaciones impuestas por los estrechos intereses de los propietarios o los aun m á s rígidos frenos de la política informativa gubernamental. 3. E n lo pronto que puedan los Órganos de información asiáticos liberarse de los presentes sistemas de propiedad de los mismos y de ubicación geográfica y convertirse en auténticos medios de comunicación social, con un régimen de propiedad y un espectro de lectores suficientemente diverso, amplio y geográficamente disperso, de modo que esos medios, en su conjunto, puedan reflejar la sociedad como un todo y no sólo los sectores urbanos y m á s prósperos. L a solución de esas incognitas depende enteramente de los gobiernos en aquellos países en los que la opinión pública no es suficientemente poderosa para apoyar los esfuerzos de los Órganos de información por proteger su propia credibilidad,o en los que esos órganos no son lo suficientemente fuertes para realizar ese esfuerzo aun en el caso de que la opinión pública estuviese dispuesta a apoyarlos. Pero también en otros países tienen los gobiernos un importante papel que representar para la solución de esas incógnitas. Las tres cuestiones mencionadas se hallan relacionadas entre sí, pero aquí, por ser así m á s conveniente, las estudiaremos una por una. L a penuria de noticias sobre Asia en el tráfico mundial de informaciones, y la clase de noticias de que se trata, han sido objeto de preocupación de muchas personas, especialmente como parte del problema m á s amplio de la calidad y cantidad de las noticias de los países del Tercer Murr do. Se vislumbran algunas posibilidades de solución en forma de esfuerzos de algunos y de expresiones de comprensión de otros.

El Vicepresidente de United Press International parece haber preguntado, en un momento de sorprendida c o m pr ensión : "Concedo sin vacilación que los países no alineados del Tercer Mundo tiene algo de razón cuando dice que las noticias sobre los mismos pueden hallarse deformadas -sea o no intencionadamente- cuando proceden de un obser vador extranjero y se filtran a través de una de las agencias internacionales, ¿pero qué otra posibili dad les queda a los dirigentes del Tercer Mundo? I' Esos dirigentes han delineado recientemente una solución -un consorcio de los países no alineadosque han presentado, con retóricas de m u y diversa calidad, como el Nuevo Orden en la esfera de la Información, complemento del Nuevo Orden Económico por el que han venido combatiendo por intermedio de la UNCTAD. L a lógica de tal propuesta es simple y tiene dos facetas: si las agencias internacionales occidentales no facilitan suficientes noticias de Asia a los públicos asiáticos, que sean las agencias de noticias de los países asiáticos las que lo hagan intercambiándose sus fondos informativos. E n segundo lugar, si los corresponsales occidentales no pueden presentar una imagen justa del Asia a los lectores no asiáticos, que sean los periodistas asiáticos quienes lo hagan. ¿Pero cómo podrán las agencias asiáticas de noticias intercambiar sus informaciones y esperar que éstas sean aceptadas a menos que gocen de credibilidad en quien ha de recibirlas? Mediante la mancomunación de recursos y la participación en los costos, las agencias asiáticas pueden conseguir ofrecer información sobre los acontecimientos del mundo a los públicos asiáticos; y cuando se hayan establecido firmemente en esa función podrán extenderla a la información del mundo sobre Asia. Los periodistas asiáticos, si son o se sospecha que sean sólo voceros de sus gobiernos nunca verán impresas sus crónicas o, si se las imprime, nunca serán creídas. Esta es una situación eternamente sin salida. Por otra parte, si las agencias m á s importantes de prensa de los países asiáticos tienen y demuestran tener un grado razonable de integridad profesional y de libertad para informar sobre los acontecimientos tal como ellas los ven, pueden iniciar ya sus esfuerzos para ganarse una reputación fuera de sus propios países. Evidentemente, será necesario incrementar su competencia profesional; informar a un país sobre otro no es lo mismo que informarlo sobre sí propio, como se supuso cuando el intercambio de noticias se limitaba a enviar por correo aéreo fajos de noticias redactadas para el consumo interno. Pero esa capacidad profesional será creada por la función misma. Existe hoy un reconocimiento general de que la actual información sobre Asia es inadecuada y desequilibrada, y de que, para que mejore, Asia debe cesar de "ser vista con los ojos de un observador foráneo y sus acontecimientos filtrados a

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través de una de las agencias internacionales de prensa". Se reconoce también, en parte, el hecho de que hoy existe en Asia y en el Tercer Mundo,un nuevo sistema de valores -por no hablar de un punto de vista- que exige ser presentado m á s adecuadamente de lo que hoy está en el tráfico mundial de informaciones, y que ello se puede conseguir si ese tráfico se "asiatiza" en mayor medida, lo que viene a significar una mayor proporción de noticias sobre Asia presentadas por mentes asiáticas. Pero lo que dificulta ese resultado m á s que ninguna otra cosa es la sospecha -poderosa fuera de Asia y que no puede descuidarse en este continente- de que cuando se habla de "asiatizar" el flujo de noticias de Asia lo que realmente se quiere decír es su "oficialización"; lo que se propugna es un mayor control de los gobiernos sobre la ya escasa medida de libertad de que goza ese flujo informativo en Asia. Muchos gobiernos asiáticos dan pábulo a tal sospecha cuando aseguran que la libertad de la prensa y su función de can vigilante son nociones importadas del occidente, extranjeras e inaplicables al mundo de valores asiáticos. Y a sea que los inconvenientes del sistema de propiedad de la prensa se hayan de salvar liberando a ésta de las garras de los círculos financieros que ahora la controlan, o ya poniendo obstáculos a la futura expansión de ese dominio u ofreciendo oportunidades de lanzar publicaciones a los menos privilegiados económicamente, la intervención de la sociedad es inevitable, lo que, en efecto, significa la intervención del Estado. El control oficial sobre los medios de información no puede, naturalmente aflojarse, sin la cooperación del gobierno. Pero también en este terreno hay indicaciones esperanzadoras de que existe una conciencia de ese problema, y el momento de intentar su solución puede adelantarse considerablemente si todos los gobiernos de Asia aprovechan la presente oportunidad de confirmar su buena fe suprimiendo todos los impedimentos que dificultan la credibilidad de esos medios en sus propios países. Donde el progreso será m á s lento es en la corrección de la poderosa orientación urbana de los medios de información. Se trata de un problema de hondas raíces heredado de un proceso histórico. Su solución será lenta -si la tiene- y sólo en tanto que parte de un proceso de amplias transformaciones socioeconómicas. P o r fortuna, muchos gobiernos comienzan ya a prestar atención a esta cuestión. Es, por consiguiente, posible esperar una disminución -cuando no una desaparición- del efecto limitante que la influencia de las ciudades tiene sobre la función de masificación de la información que corresponde a los medios de comunicación de masas en Asia y sobre su eficacia en tanto que vehículos de información. L a presencia de influencias occidentales se debilita.y la de las enraizadas en Asia se vigoriza según nos alejamos de las ciudades y m á s especialmente de las clases media y media superior urbanas y nos aproximamos a las masas rurales, 40

que constituyen la gran mayoría de la población en casi todos los países asiáticos. No quiere esto decir que esos públicos se hallen m á s interesados en Asia que en el occidente. Y aún menos que se hallen m a s interesados en Asia que el personal mismo de los medios de información. D e hecho, es m á s probable que sus intereses estén íntimamente ligados a su entorno inmediato que lo están los de las clases medias urbanas, relativamente mejor educadas. Pero no sienten una predisposición innata por las cuestiones occidentales en preferencia a las asiáticas, y, en la medida en que los medios de comunicación sean capaces de estimular su interés por los problemas internacionales, puede despertarse en ellos un interés por los asuntos asiáticos m á s fácilmente que en aquéllos que tienen esa predisposición adquirida. Pero para que tal interés surja será necesario informarles sobre Asia por conducto de mentes asiáticas, por lo menos, ya que no de las de los periodistas de sus propios países; y los vínculos que indudablemente existen entre su horizonte ylos horizontes asiáticos habrán de ser iluminados con el mismo talento y arte con que los periodistas occidentales han dado relieve a sus propios horizontes. Malasia nos ofrece un interesante ejemplo de las posibilidades existentes. Casi la mitad de su población se compone de malasios, el 40% son chinos y un 10% desciende de los inmigrantes procedentes del subcontinente indio, quienes en su m a yoría hablan el idioma tamil. Pero el periódico m á s importante, floreciente y voluminoso se publica en inglés y hasta hace m u y pocos años pertenecía y estaba controlado por los intereses británicos. E n la mayoría de los periódicos de cualquier lengua -ya sea inglés, tamil, malayo o chino- las noticias del occidente constituyen la parte m a s importante de la sección del extranjero. Pero en ningún periódico alcanzan la proporción que tienen en éste. Del resto de las noticias del extranjero, la prensa en malayo recoge principalmente las del Asia islámica, dado que esa religión tiene cierta influencia entre los malasios; la prensa tamil tom a informaciones de India, especialmente del sur, donde predomina ese idioma; y la prensa china prefiere las noticias de China, Hong Kong, Taiwan y Singapur. Estos tres casos ilustran la influencia de los vínculos étnicos o religiosos, no asiáticos, pero muestran también que puede despertarse el interés por otras regiones que no sean el occidente, siempre que se den o se puedan crear las condiciones apropiadas. Esto presupone la consciente formación de un especial sentido de orientación del público. Las agencias occidentales no consideranque tal esfuerzo forme parte de sus funciones; a mi juicio no se las puede criticar por ello. Pero los periodistas asiáticos sí deben sentirse obligados, ante sí mism o s y ante sus lectores asiáticos, a ayudar a arrojar suficiente luz sobre Asia. Sus aportaciones al

periodismo asiatico y su importancia en el seno del mismo crecerán en la medida en que Asia se convierta en tema de interés para los Órganos asiáticos de información. Nadie aboga por que los públicos de Asia se interesen menos en los países no asiáticos; por SU propia importancia en la escena mundial, y ciertamente también en la escena asiática, numerosos acontecimientos y problemas no asiáticos continuarán atraFndo la atención de Asia. Pero no debe continuar recibiendo una atención desproporcionada; ni deben los temas de Asia recibir en los Órganos asiáticos menos atención de la que merecen. El interés por los asuntos de Asia no aumentara entre los públicos asiáticos (y no asiáticos) hasta tanto que los asuntos de Asia sean presentados en mayor cantidad ymejor calidad que lo son

hasta ahora. Pero cuando lo sean, el interés del público por ellos crecerá. El interés que han despertado en el público de los países pertenecientes a ASEAN las cuestiones relacionadas con esa organización es buena prueba de elio; ese interés creció rápidamente como consecuencia de las informaciones sobre la misma. Lo propio puede suceder con Asia: cuando reciba m á s atención, el público leerá m a s sobre ella, siempre que lo que se escriba merezca credibilidad y muestre talento. Corresponderá entonces a las agencias internacionales decidir si quieren ajus tarse a las nuevas prioridades del periodismo asiático o continuar siendo de interés para los medios de comunicación social asiáticos Únicamente en tanto que suministradores de noticias del occidente.

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Capítulo IV

EI concepto de noticia en América Latina: valores dominantes y perspectivas de cambio Por Fernando Reyes Matta Director, División de Estudios de la Comunicación, ILET, México

I.

Introducción

El estudio de los valores de las noticias en América Latina toca una cuestión todavía no analizada en profundidad: las motivaciones políticas, culturales y sociales que gravitan sobre quienes seleccionan la información. Desde hace 10 años se han hecho avances importantes en el estudio de los flujos informativos, tanto desde la región com o hacia ella. Se han señalado las agencias de noticias m á s influyentes; se ha estudiado el c o m portamiento de la prensa extranjera -especialmente norteamericana- frente a ciertos acontecimientos latinoamericanos; se han definido las tendencias informativas de los principales periódicos de la región; se han comparado los flujos informativos entre América Latina y Estados Unidos; y se han indicado las categorías informativas dominantes en los medios y agencias. Sin embargo, aún no se han estudiado con profundidad los diversos factores que determinan las escalas de valores con los cuales se mide la realidad para darle determinado tratamiento en tanto que noticia. El intento de definir el "por qué" de las motivaciones que permiten a los "gatekeepers" elegir ciertos hechos y darles categoria de noticias, y dejando otros de lado, requiere considerar el m a r co ofrecido por la realidad latinoamericana, por la estructura socioeconómica y por la solución de funcionamiento que dentro de tal estructura tienen los medios de comunicación. Quién define lo que es noticia es un sector especializado dentro de la sociedad,el cual, en n o m bre de ésta, califica Los hechos, los selecciona, los ordena, los interpreta y los entrega procesados en determinada jerarquía. Ese sector especializado está integrado por los periodistas, por los funcionarios gubernamentales de la información y por los empresarios de los diversos m e dios de comunicación. Ellos ejercen una función social, aunque no parece haber conciencia de esto. Debido a las características del sistema de comunicación dentro de América Latina 42

-sustentado en las leyes de la libre empresa- esa tarea no es ejercida tanto en nombre de los demás, del resto de la sociedad, como en nombre de los interesados inmediatos de la entidad que se dedica al negocio de la difusión de información. Sin embargo, el ejercicio de esta función social resulta condicionado por el hecho de que los sistemas de comunicación imperantes en América Latina se sustentan casi exclusivamente sobre el criterio de la libre empresa como norma Óptima y superior de organización. D e esta manera, los medios de comunicación resultan incorporados a la lógica económica de la maximización de utilidades a través de los mecanismos del mercado, y su función social deja de contemplar las conveniencias culturales del conjunto de la sociedad para limitarse a la satisfacción de los intereses inmediatos de las entidades dedicadas al negocio de la información. El sector especializado en la producción de informaciones responde a estos intereses inmediatos antes que a sus responsabilidades frente al resto de la sociedad. Esta es una de las cuestiones centrales dentro del contexto latinoamericano respecto a los valores de las noticias. L a calificación de la actualidad está m u y influenciada por la estructura de la propiedad y del papel que los medios de comunicación representan como portavoces de un sector dentro de la sociedad. Especialmente, en la llamada "gran prensa" se puede reconocer su adhesión a determinada escuela de calificación de las noticias que tiene sus raíces en la competencia informativa de fines del siglo pasado en Nueva York. Las batallas de Pulitzer y Hearst, disputándose un mercado donde el periódico sólo valía un penique y en que la publicidad era la gran fuente de ingresos, crearon tales deformaciones respecto al valor de la información y a la calificación de la actualidad que dejaron su huelia hasta ahora, no obstante una recuperación de un criterio m á s responsable en las primeras décadas de este siglo. Pero, como en toda interpretación del carácter de ciertas ideas y valores, es necesario

analizar su origen y desarrollo. Cualquier estudio de la prensa latinoamericana de medidados del siglo pasado en adelante muestra que el desarrollo de la información se entendió originalmente en América Latina como una vertiente de opinión. Las páginas estaban destinadas al debate de ideas, a los artículos de interpretación de la realidad y a la presentación de posiciones políticas frente al desarrollo de los nuevos países. Cuando la prensa neoyorquina se enfrascaba en la batalla por los grandes titulares, buscando el impacto de la atracción masiva, en América Latina seguía predominando un estilo periodístico que inter,taba dar una descripción de los hechos y una interpretación en lenguaje vivo, punzante y convincente. Los grandes escritores latinoamericanos tuvieron en la tarea periodística un campo ineludible para sus vocaciones literarias y políticas. Continuaba, de este modo, la tradición inaugurada por el nacimiento de la prensa latinoamericana, a fines del siglo XVIII, cuando la idea de la nacionalidad y la voluntad independista se fraguaron justamente a través de la aparición de los primeros periódicos, los mismos que rindieron un eficiente servicio a las guerras emancipadoras. Sin embargo, la influencia de una estructura económica, unida a la creciente dependencia informativa internacional hicieron que poco a poco el concepto de la tarea informativa fuera cambiando. Y con ella cambió el concepto de la noticia. América Latina, desde el gran acuerdo entre agencias de noticias firmado poco después de 1870, estuvo bajo la total dependencia de la agencia francesa Havas. F u e casi medio siglo de influencia que sólo vino a romperse en 1920 cuando la United Press (hoy UPI) logró su primer acuerdo con el diario "La Prensa", de Buenos Aires. Durante todo ese proceso, ya fuera por la brevedad exigida imperiosamente por el cable, o por la evolución de la noticia que se registraba en las grandes metrópolis mediante la síntesis de los titulares, el análisis de la actualidad va evolucionando. L a búsqueda de la noticia está determinada por los factores nuevos que han surgido: un mercado que espera, la necesidad de informaciones impactantes, un creciente interés por la velocidad y la inmediatez de la noticia que se entrega. Esta dimensión se acrecienta a medida que las agencias de noticias norteamericanas aumentan su presencia en América Latinal). Hacia los años 30 el mundo de la información en América Latina muestra la presencia de los diarios y de un nuevo agente: la radio. L a radio, concebida también como empresa privada tendrá en el contexto latinoamericano la misión de ratificar un concepto de noticia. Aportará la dimensión de la rapidez, de la síntesis, del sonido informativo haciendo que los supuestos valores de objetividad existentes en torno de las noticias difundidas adquieran cada vez mayor credibilidad. Ahí están los hechos, la voz que los cuenta, el sonido que ratifica. Las grandes tragedias

son determinantes históricas en las cuales la radio latinoamericana se muestra entera como un medio de proximidad con las masas. Los terremotos se oyen, los llantos conmueven, los gritos se multiplican en miles de receptores. Son experiencias que vinieron a dar respaldo absoluto de dredibilidad al mensaje radiodifundido. Pero ade más, las noticias que transmitía la radio eran similares a las publicadas por los periódicos o m u chas veces leídas en éstos, lo cual hizo que se impusiera paulatinamente el concepto que de la noticia tenía la industria periodística. E n 1940 era tal el nivel de drama existente en el mundo que la concepción informativa latinoamericana encontraba suficientes pruebas de que las categorías dominantes de noticias eran váli das. L o concreto, lo inmediato, el acontecimiento y sus actores, los datos m á s atractivos y dramáticos: ahí estaba la fórmula. Además, la tecnología había aportado suficientes elementos para que los cables informativos llegaran prontos con la tragedia de un mundo que se precipitaba hacia la Segunda Guerra Mundial. Tal experiencia histórica vinculaba el fenómeno de la información exclusivamente a una tarea profesional. Los hechos y los periodistas era la dualidad considerada como Única en el origen de una noticia. No había conciencia de la influencia que en la descripción de la realidad, en la selección de la misma, en la designación d e protagonistas tenia la estructura empresarial de los medios, sus vinculaciones economicopolíticas y sus relaciones con un sistema económico irternacional que era el germen de la expansión transnacional de postguerra. E n la medida en que se configuró una concepción de noticia -sustentada en el dramatismo de los hechos, en la entrega pronta y en un lenguaje ágil- los medios se fueron alejando m á s de una misión interpretativa de la realidad. Esa misión quedó relegada a la interpretación subyacente en la selección cotidiana de los acontecimientos, dando a unos el carácter de noticia y a otros no. Pero también allí hubo distorsión, porque esa selección se fue haciendo -y cada vez con m á s habilidad profesional en función de la potencialidad mercantil de los hechos narrados. C o m o consecuencia, el dominio de los hechos negativos sobre los positivos en el campo de la noticia se convirtió en una dimensión inevitable del quehacer periodístico. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial domina plenamente la concepción de noticia impuesta al continente por los grandes consorcios de la información. Y cuando el conflicto mundial concluye, al producirse los debates sobre los derechos humanos y definirse el derecho de la información en el artículo 19 de la Carta, aparece respaldado ese concepto de las noticias enraizado en las concepciones del liberalismo. Entre la cincuentena de países que votan la carta de la N a ciones Unidas, hay veinte latinoamericanos. Se promueve el concepto del libre flujo de la

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información y se produce la expansión de las agencias United Press y Associated Press hacia América Latina. E n torno a los debates de la libertad de prensa, se ve ratificada la valoración de las noticias generada en el interior de una estructura empresarial con determinadas conductas profesionales. L a tecnología pronto agregará la radiofoto, la transmisión vía satélite y la presencia de la TV como instrumentos ratificadores de la "objetividad" de la noticia. Los hechos se ven, se escuchan, se hacen prójimos. Los hechos hacen noticias. Las noticias son inmediatas, punzantes, atractivas, impactantes. Al comienzo de los años sesenta todo el quehacer periodistic0 latinoamericano está perm eado por tales concepciones del papel de la información, de su influencia en la sociedad y de las características que un determinado hecho debe alcanzar para adquirir la dimensión de noticia. Las consecuencias que tal fenómeno tienen alcanzan tales dimensiones que algunos intentan una interpretación crítica. Con toda validez puede aplicarse en ese momento a la realidad latinoamericana el análisis que Theodore Peterson había publicado en 1956, en Estados Unidos, en relación con las críticas emergentes a los medios de comunicación: "i) L o s medios de comunicación de masas han manejado un enorme poder para alcanzar sus propios fines. Los propietarios han propalado sus propias opiniones, en especial las políticas y las económicas, a expensas de los puntos de vista contrarios. ii) Los medios de comunicación de masas han estado subordinados a la gran empresa y a veces han permitido que los anunciantes controlaran la politica y el contenido editorial. iii) Los medios de comunicación de masas se han opuesto al cambio social. iv) Los medios de comunicación de masas a menudo han prestado m á s atención a lo superficial y a lo sensacional en sus reportajes sobre los acontecimientos humanos que a lo que es significativo, y sus entretenimientos han sido a menudo insustanciales. v) Los medios de comunicación de masas han puesto en peligro la moral pública. vi) Los medios de comunicación de masas han invadido la vida privada de las personas sin causa justa. vii) Los medios de comunicación de masas están controlados por una clase socioeconómica -en términos vagos, "la clase empresarial''y el acceso a los medios resulta difícil para el recién llegado; por consiguiente, se po;2)en peligro el mercado libre y abierto de ideas . Sin embargo, no obstante la visualización de los vicios que la aplicación de la concepción liberal estaba teniendo en la "industria informativa", las nociones de las noticias siguieron en pie. Dentro de la realidad latinoamericana no se registraron cambios en la búsqueda de la noticia. Persistieron los valores de.lanoticia descritos tanto en 44

los flujos difundidos por las agencias informativas como en las conductas de selección de los medios. Las diversas investigaciones sobre comunicación realizadas como consecuencia del mayor interés por estos temas en América Latina desde el comienzo de los años setenta, han ratificado tal situación. D e igual manera han dado pie para la formulación de preguntas m u y específicas. ¿Hasta dónde tienen legitimidad y pueden persistir esos valores dentro de la actual realidad sociopolitica del continente? ¿En qué medida los valores predominantes de las noticias son contrarios a los procesos de desarrollo en beneficio de grandes mayorías postergadas de la región? Bajo el supuesto de considerar a la información como un proceso creciente de educación alternativa, ¿cómo puede aceptarse una concepción de noticia que busca lo excepcional, lo anecdótico, lo negativo, lo anormal, lo impaciente? ¿En qué medida las conductas profesionales dominantes son una respuesta válida a los requerimientos de los procesos comunicativos contemporáneos? 6 0 son sólo la consecuencia de un m o delo enraizado en fórmulas publicitarias que se siguen aceptando debido a la incapacidad de su cuestionamiento? Estas y otras preguntas no pueden hallarse ausentes al intentarse un análisis del concepto de noticia en el contexto de la realidad latinoamericana.

II. Fórmulas para la noticia Todo profesional de la información latinoamericana se encontró en sus comienzos con la fórmula que le daría la posibilidad de describir una noticia: qué, quién, cómo, dónde y por qué. Pero si bien la fórmula heredada del periodismo norteamericano daba un cierto instrumental para describir la actualidad, no permitió superar otra cuestión previa: ¿cómo reconocer la noticia? Esta ha sido una interrogante sólo parcialmente respondida en el desarrollo conceptual del periodismo. Están las afirmaciones de los viejos periodistas, que buscan fórmulas gráficas y no m u y ortodoxas de definición, p e m probablemente las m á s conocidas en el ámbito profesional latinoamericano. Hay quienes repiten la manida frase del hombre que muerde a un perro. Otros, recuerdan la definición de Arthur MacEwen, elegido por William R. Hearst como primer director del San Francisco Examiner"": "Noticia es odo lo que hace exclamar a un lector ¡caray!" . También están aquéllas que proponen una descripción ambigua, pero atractiva: "la noticia es como el hambre, no se puede describir bien, pero la reconoces perfectamente cuando viene I'. D e las muchas definiciones existentes sobre "noticia" pueden sacarse ciertos denominadores

s

comunes que nos permiten intentar una definición global: a) es un hecho nuevo o inédito, b) con un presunto interés general, c) con personas y escenarios definibles, d) inserto en un desarrollo histórico e) y dado a conocer bajo una interpretación determinada. Esta definición no es exactamente concordante con aquellos enfoques que tienen m á s influencia en la formación profesional de los periodistas latinoamericanos. El siguiente es uno de los textos típicos que dan marcos de orientación conceptual, sobre todo en las políticas formativas predominantes en las 200 escuelas de periodismo latinoamericano. "¿Cuáles son las cualidades intrínsecas que hacen que un evento se convierta en noticia, de acuerdo con aquéllas que se ajustan a la definición tradicional? U n examen de las respuestas típicas dadas, revela un notable acuerdo sobre dos: kportancia e interés potencial. L a mayoría de las listas de valores de la noticia y de elementos del interés del lector en libros de textos están construidas sobre el supuesto tácito de que estas cualidades son reales y vitales. Los valores de una noticia sobre las que hay acuerdo general son: 1) actualidad; 2) proximidad; 3) importancia; 4) consecuencia; 5) interés humano. Los elementos del interés del lector pueden resurnirse en los siguientes: i) interés personal; 2) simpatía; 3) rareza; 4) progresos; 5) guerras; 6) ''suspense"; 7) sexo; 8) edad; 9) animales. E n un sentido amplio, si un evento tiene uno o m á s de estos valores en tanto que noticia, se supone que es importante; si tiene uno o m á s elementos de interés para el lector, tiene interés pontencialI i4). L a cuestión de la definición de lo que es "noticia" y la aplicación de un concepto de alcance social sobre la misma no parece haber sido una inquietud predominante en los sectores profesionales latinoamericanos. Hay un gran respeto al "instinto periodístico". Tal norma, surgida bajo la práctica de los profesionales empíricos, no ha sido cambiada por las nuevas generaciones incorporadas al quehacer de la información y procedentes de las escuelas de comunicación o de periodism o , como lo demuestra el texto antes citado. Por el contrario, tanto en esas escuelas como en la práctica de los periodistas "académicos" se ha tendido a ratificar la concepción dominante de noticia. D e hecho, los nuevos profesionales que intentan encontrar modelos alternativos para la información se estrellan con los valores aceptados en los medios, donde no hay tiempo -se dice- para una reflexión destinada a revisar esos valores. L a mayoría termina por volver la espalda a las inquietudes que pudieron surgir durante un periodo estudiantil, para aceptar como válidas las viejas reglas del juego que dominan el mercado informativo. Entre otra6 razones, tal fenómeno se produce porque la pirámide jerárquica en la que

se realiza la acción periodística es rígida y, aunque no lo parezca, de una disciplina fuerte, O se está dentro del sistema o se está fuera. Tal vez sea éste uno de los instrumentos fundamentales que mantiene vigente el concepto predominante de valor de la noticia en la actualidad. T o m e m o s , para ilustrar esta proposición, la aplicación que corrientemente se hace de algunas de las preguntas clásicas que dan forma a la noticia: qué, quién, cuándo, dónde. i.

'Qué

es el "qué?

L a presencia de este pronombre interrogativo en la construcción de la noticia, implica un proceso de selección entre el total de los hechos que form a n la actualidad. Las conductas profesionales vigentes demuestran que la escala de valoración en la aplicación del "qué sucede''o "qué pasa", otorga respuestas que se entrelazan con un enfoque donde lo latinoamericano es visto bajo perspectivas periodísticas externas. Estas perspectivas han llegado a establecer áreas temáticas predominantes, las mismas que, a través de su reiterada y preferencial presencia en los mensajes informativos, inducen una particular y deformante visión de la realidad y de la historia. Elementos a menudo superficiales y anecdóticos -y siempre inconexos- de la vida social son convertidos en eje central de la misma, mientras que las cuestiones vinculadas con el desarrollo social, con aspectos educacionales, con el desarrollo tecnológico, con la participación de sectores marginados no constituyen noticia. N o entran en la categoría de los "qué" importantes. Si bien se dice que noticia es "un hecho nuevo o inédito", lo concreto es que tal dimensión es aceptada dentro de un flujo que mantiene una estructura cultural-ideológica. Los acontecimientos disfuncionales al sistema difícilmente logran convertirse en noticia. Y si elio pasa, la presentación del hecho está notablemente cargada de estereotipos descalificadores. Así, nos encontramos con una escala de acontecimientos definidos por una valoración de las noticias construida en torno a un determinado "qué". L a consecuencia m á s grave del predominio de ciertas valoraciones profesionales restringidas es que conforman un hombre latinoamericano también con visión restringida de la actualidad y, como consecuencia, de la historia que le corresponde vivir. 2.

El "quién" y la superestructura

Una de las prácticas m á s nocivas en la búsqueda de la noticia dentro de la situación latinoamericana es una creciente tendencia "superestructuralis ta" en la visión y calificación de los hechos. Los periodistas buscan la noticia en la antesala institucional, en la antesala ministerial o presidencial. Alli esperan a los voceros del sistema, y cuando las autoridades hablan hay noticia. Progresivamente

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se ha ido creando una retórica informativa de tipo declarativo, que remite el retrato de los acontecimientos a las aseveraciones de determinadas personalidades. Subyace a esta práctica,una actitud profundamente autoritaria y paternalista. El lenguaje oficial sustituye a la creativjdad periodística, y el personaje oficial a las personas y grupos que conforman la base de la sociedad. L a creación de las llamadas "fuentes de información" ha creado un fenómeno de dependencia que disminuye progresivamente las capacidades profesionales. L a acción en conjunto de los reporteros -primera instancia del proceso de calificaciónha deteriorado el afán de búsqueda y de interpretación periodística. Posiblemente sea en la realidad latinoamericana donde la aplicación del modelo de periodismo tomado de ciertos países occidentales se vea menos logrado, por las distorsiones impuestas en la aplicación de un sistema Ilperiodístico industrial". Esas prácticas superestructurales que ubican a la noticia allí donde la autoridad se encuentra se han visto reforzadas por la influencia de las oficinas de relaciones públicas. Tales entidades se han convertido en presencias de mediatización, que sólo orientan el quehacer periodístico dando determinados materiales de "fondo", sino que adem á s manipulan la dosificación de declaraciones y presentaciones de la autoridad. E n la medida en que la noticia es construida en torno a los personajes de la superestructura, la influencia de las oficinas de relaciones públicas es altamente significativa en la definición del total informativo que los medios entregan. 3.

El "cuándo" y el "dónde" sin contexto

Estos dos componentes en la estructura de una noticia aparecen a menudo tratados superficialmente en la cobertura informativa dada a la realidad latinoamericana, tanto por las agencias internacionales como por los medios locales. "Cuándo" implica un momento, una instancia en el devenir de un desarrollo histórico. Hay precedentes y consecuencias. "Dónde" envuelve la imagen de un escenario, no sólo definible por sí mismo, sino por el eje de sitios que se interrelacionan, que mutuamente definen un todo mayor que aquél dado por el "dónde" de una noticia. A m b a s aproximaciones tienen presencia relativa en la versión informativa de la región. Se produce con frecuencia el fenómeno de la descontextualización de la noticia. Hay descontextualización histórica porque los hechos son presentados mediante una mecánica verbal que busca ratificar "el ahora". L o actual es lo inmediato, lo sin historia. L a complicidad entre la técnica informativa impuesta y el mito sobre la noticia que los receptores prefieren provoca sumas de hechos que aparecen y desaparecen en el flujo informativo sin que se precisen sus raíces previas ni se definan 46

sus consecuencias. Lisboa, Viet N a m , Congo, son nombres que estuvieron presentes en ese flujo construido con los valores tradicionales de la información. Nombres que entran con la celeridad definida como componente ineludible de la noticia y desaparecen bajo el supuesto de crisis superadas, cuyo valor como noticia ya no tiene vigencia. Santo Domingo, es un ejemplo elocuente dentro de la realidad latinoamericana. D e acuerdo a los cánones de la informacio periodística, los países tienen historia a ratos . L a "atomización" de la realidad resulta ser una práctica constante como consecuencia de la forma ligera con que se aplican el "cuándo" ,y el "dónde" en las dimensiones informativas latinoamericanas. Hay sumas de hechos que generan la contaminación informativa que termina por crear una insensibilidad creciente frente a la realidad contemporánea. El manejo industrial de la información lleva a la producción de noticiarios radiales con informes cada hora, además de los informativos de televisión y de periódicos con dos o tres ediciones. Cada uno es una posibilidad no sólo informativa sino también -y especialmentepublicitaria. Este es una aspecto clave de la cuestión dentro del contexto latinoamericano en que se desenvuelven los medios. Mientras m á s noticias se comunican al público, m á s hay posibilidades de transmitir publicidad en torno de tales noticias. El mayor flujo informativo tiene una relación directa con los cálculos industriales de los "mass media". L a consecuencia es que las demandas de una comunicación mercantil obliga a transmitir mayores volúmenes de noticias. No hay selección ni interpretación. Hay, principalmente, una entrega heterogénea de un mosaico informativo. Bajo tal inundación, y especialmente debido al predomonio de "lo actual", la descontextualización aumenta. Este fenómeno es m á s evidente si se consideran los medios de comunicación no de manera aislada sino en la interrelación motivadora que tienen entre sí. L a radio tiene una alta influencia en la definición cotidiana de lo que va adquiriendo carácter de noticia, revierte como marco determinante hacia la televisión, que otorga imagen y sonido a lo significativo del dia, mientras que la prensa lo recoge como documento que a su vez viene a ratificar la tendencia dominante de "lo que es noticia". E s un círculo dinámico, cerrado, donde la estructura funcional que los medios tienen en la realidad latinoamericana demuestra su solidez para sostener un sistema de información y una concepción de la noticia.

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III. El fluio de noticias hacia América Latina

Un gran porcentaje de la información publicada en América Latina está producido y procesado por las grandes agencias transnacionales de noticias. C o m o ya hemos señalado en otro trabajo6), tan

sólo la UP1 y la A P cubren respectivamente el 3970 y el 217'0 de la información recibida por los principales diarios latinoamericanos, y casi el 6011, del total de los cables informativos internacionales recibidos en el continente. El resto del porcentaje lo cubren las grandes agencias europeas, dejando sólo un porcentaje insignificante del total del flujo

informativo para ser cubierto por las agencias de países del Tercer Mundo7). Díaz Rangel, en su análisis de los diarios de un día, nos da el siguiente cuadro, por el cual vemos el origen de la información cablegráfica en diferentes periódicos latinoamericanos:

Origen de la información cablegráfica Agencias (cm. x col)

uPI -

El Universal

507

AP -

El Nacional

-

54 5

El Tiempo

83

92

322

-

Excelsior

-

455

Novedades

102

295

El Espectador

Diario de Noticias

94

-

Reuter

AFP

-

209

-

-

-

150 85

109

138

-

Ansa

-

Otras 69 14

-

-

23

15

15

94

-

140

-

35 18

O Globo

124

125

El Comercio (Q.)

54 O

-

L a Nación

-

186

L a Prensa

544

-

-

El Comercio (L.)

22 7

-

57

63

El Mercurio

244

220

58

110

217

-

-

-

114

69

30

1.273

87

426

L a Mañana

2.783

2.135

L a situación descrita en el cuadro debe ser comprendida en un contexto m á s amplio de dependencia. El precario desarrollo económico de la región ha redundado, en el campo de la información, en una escasez de capitales y recursos para poder consolidar un aparato infraestructura1 suficiente como para resultar competitivo y enfrentarse satisfactoriamente al andamiaje informativo construido por las grandes agencias transnacionales de noticias. C o m o señala Eleazar Diaz Rangel, "ningún diario mantiene -en el caso de Venezuelacorresponsales permanentes, ni siquiera en algún país vecino", y esto puede hacerse casi textualmente extensivo al resto de los países del subcontinentea). Sin embargo, reducir el problema a la escueta insuficiencia económica de la región significaría no sólo parcializarlo sino descontextualizar y desplazar el foco del problema. L a industrialización que han sufrido los países llamados grandes dentro del área: Argentina, Brasil.y México, y

115

40

61

-

30

3

-

152

en menor grado Chile, Venezuela y Colombia, ha generado un proceso de modernización que se ha reflejado en buena medida en el área de servicios destinados al consumo de los sectores m e dios, en los cuales se ubica la información y las comunicaciones. D e esta manera, sería factible que, al menos, los países mencionados fueran capaces de instalar un servicio informativo propio, apto para proveer a sus periódicos la información necesaria. Sin embargo, esto no ocurre debido a las profundas deformaciones históricas forjadas en la concepción misma de cuál sea el sentido de la información de la prensa latinoamericana. Com o señalamos anteriormente, la subordinación con respecto a los países centrales, la maximización de las ganancias y la universalización del sentido industrial del periodismo, se han constituido en variables que han conformado el esquema informativo prevaleciente. E n este sentido, podemos advertir que los periódicos latinoamericanos no se encuentran 47

imposibilitados de desarrollar sus propias fuentes, sino que no forma parte de sus objetivos la modificación de la estructura y concepciones prevalecientes en la prensa. El constante bombardeo de noticias concebidas en el marco tradicional, y el flujo de noticias concebidas en concordancia con los intereses transnacionales y los países centrales han producido una inercia en los encargados del quehacer periodístico, especialmente en aquéllos responsables del proceso de selección en el interior de los periódicos. El esquema "liberal" prevaleciente en los m e dios latinoamericanos tiene su explicación a doble nivel. Por un lado, la gran mayoría de ellos se han organizado en forma monopólica y están controlados por sectores empresariales de la sociedad, históricamente empeñados en justificar y consolidar un sistema de predominio. A este respecto, señala Elsy Bonilla de Ramos, "las características de los monopolios extranjeros de información sólo se reproducen internamente en el país en la medida en que existen monopolios nacionales de información que les dan cabida y vía libre a las relaciones internas de inf~rmación"~), Por otro lado, la conformación de toda la estructura profesional está profundamente arraigada en la práctica que ha prevalecido a lo largo de estos años, la cual determina una profunda imbricación con los valores trasplantados por los medios informativos de los países dominantes. Existe una tácita aceptación por parte de los periodistas de la región de que los acontecimiento del centro son m á s importantes que aquéllos de los países periféricos. El estudio de Díaz Range1 sobre las conductas valorativas de la noticia en un día de julio de 1965 demostró como en los jefes de la sección de cables de los periódicos del continente existe una formación cultural que los lleva a reconocer ciertos centros mundiales como centros históricos de la actualidad; en su selección ratifican el dominio del centro sobre los países de la periferia. Tal pauta de valorización no ha sido modificada con el pasar de los años. Así, doce años más tarde, lo comprueba la investigación que realizam o s sobre la cobertura que dieron los periódicos del continente a la independencia de Suriname.

Ningún país del continente envió corresponsales de sus periódicos a cubrir este hecho y sólo algunos periódicos difundieron el cable preparato rio de la UP1 con información general. El día 26 de noviembre de 1977, día que se formalizó la independencia, ningún diario consideró la noticia digna de primera línea. "O Estado", de Brasil, le concedió una nota interior de 3 columnas, con una importancia sin lugar a dudas menor que el robo de una joyería en Nueva York. Los demás periódicos latinoamericanos estudiados, de una u otra forma, tuvieron igual conducta. Aquí se dan ejemplos al respecto que ilustran sobre los grados de interés. L a Prensa (Argentina): Información UPI, a 2 columnas interior. El Diario (Bolivia): Información AP, minimizada a 6 crns., aunque en primera página inferior. Se le da la misma importancia que a un incendio en Tijuana (México), donde ardieron 20 viviendas. Excélsior (México): Publica en su primera página la misma radiofoto antes citada de la AP. E n el interior, buena síntesis informativa, pero sobre la base de Reuter, AFP y AP. E s el Único periódico que señala los aspectos tercermundistas del discurso del Premier Henk Arron. L a Prensa (Nicaragua): N o hay información. L a Crítica (Panamá): No hay información. L a Prensa (Perú): Información interior, UPI y AFP~O). Los periódicos, por lo demás, no sólo no dieron el relieve necesario al acontecimiento, sino que transcribieron los despachos de las agencias tal cual, reflejando de esta manera el enfoque negativo de las agencias de noticias,que augurabannegras tormentas raciales, implicando tácitamente que era un pueblo incapacitado para gobernarse solo, y ratificando su tendencia a subrayar la importancia de un acontecimiento en su aspecto de negatividad. Los conflictos raciales eventuales tenían sin lugar a duda m á s capacidad de compatibilidad en el mercado de la noticia que la importancia estratégica del país por ser el tercer productor mundial de bauxita. E n general, podemos resumir tal situación en el siguiente cuadro:

-

-

-

~

L a Prensa (Argentina) El Imparcial (Guatemala) L a Prensa (Nicaragua) L a Nación (Costa Rica) L a Prensa (Perú) El Día (Uruguay) Crítica (Panamá)

* 48

~

Agencia usada

Columna/ crns.

u PI uPI

56 38

Reuter Latin

uPI uPI uPI uPI

27 27 24 20 15

NQ de columnas

3 2

5 1 4 1

3

E n qué páginas 2 1

3 25

15 2 2

Estudio realizado en 1977 "ElEncandilamiento Informativo de la América Latina", publicado en el Nuevo Orden Internacional, ILET,México, 1977.

Tal desvalorización de la importancia regional no rige exclusivamente para la América Latina, sino que puede aplicarse a todos los países del Tercer Mundo, a los que en general se les mira con los mismos ojos que las agencias, de manera despreocupada y anecdótica. Así señala Díaz Rangel, al constatar que el 29 de julio de 1965 los periódicos venezolanos reprodujeron el cable a AFP en el que señalaban "Los combates de una en Nigeria. Ese ejemtribu negra y un gorila"'') plo ratifica al lector latinoamericano que aquello que acontece en los paises "no occidentales" incluyendo inconscientemente el suyo- es necesariamente primitivo, oscuro, peligroso o.,cuando m e nos, pintoresco. El desbalance de la información regional es dramático, como lo demuestra el cuadro que elaboramos con el material recopilado de los días 24, 25, 26 y 27 de noviembre de 1975 en 16 periódicos latinoamericanos importantes. Debemos señalar, como lo hicimos en su momento, que la importancia de Europa Occidental está magnificada por la coronación de Juan Carlos en España y las consiguientes manifestaciones en Madrid en contra de Pinochet, presente en tal acto, al igual que la crisis politica en Lisboa. Europa Occidental Estados Unidos América Latina Medio Oriente Africa-Arabes N. Africa-Sudáfrica Asia

ONU-CEPAL Europa Socialista

9.264 cms. 4.636 I' 4.479 I t 1.579 I t 806 836 531 701

40,570 20,270 19,67'0 6,970

'I

3,5% 3,670 2,370

II

3,070

I'

U n solo pais, Estados Unidos ocupa el 20,270 de la información. Si expresamos el fenómeno en términos de porcentaje de la población mundial, el panorama resultaría aún m á s significativo. Asia, sin lugar a dudas la región del mundo donde se concentra el mayor número de seres humanos, no merece m á s que el 3,670 de la información, confirmando al lector de Caracas o Buenos Aires, que es un continente lejano e inalcanzable. U n ejemplo significativo de la subordinación de los valores de los paises del subcontinente a aquéllos de los países c.entrales y a las noticias que de ellos provienen, se evidenció en la cobertura de que fueron objeto las declaraciones procedentes de las Naciones Unidas, el dia 23 de noviembre de 1975, con respecto a la mercantilizaciÓn y sentido de lucro que hoy dia invaden la industria farmacéutica. El cable de AFP, en toda su extensión, aludía específicamente a lo inútil de la mayoria de los productos en el mercado, particularizando m á s adelante que, en Brasil, un estudio había revelado que se vendían 14.000 medicamentos, de los cuales sólo 116 fueron considerados fundamentales y sólo 52 básicos12).

L o s periódicos latinoamericanos no recibieron sólo el cable de France Press. También la A P y Prensa Latina transmitieron la información. Sin embargo, salvo en México -y en tono m e nor- la información fue ignorada. Los medios consideraron tal información como carente de valor de noticia, dando m á s relieve a una exposición de la novel fotógrafa Caroline Kennedy que a la salud de millones de seres humanos, sujetos a las consecuencias de la comercialización de la medicina. Todo lo anterior es consecuencia de la forma en que tanto las agencias como los periódicos validan la persistencia del esquema tradicional de información en la prensa del subcontinente. C o m o Al Hester ha dicho, los "gatekeepers" locales mandan a los despachos en Nueva York aquello que creen es deseado en la oficina central, donde a su vez despachan hacia la América Latina, aquellas noticias ue los periódicos habitualmente "consumen"137. Esta serie de presupuestos cul-. mina en la actitud ratificadora de los medios locales, quienes se empeñan en proveer a sus lectores de las noticias que éstos previamente esperan leer. C o m o señala agudamente Héctor Schmucler en su análisis de "La Opinión" de Buenos Aires, "la información lo tranquiliza, puesto que el diario con el que se identifica, ratifica permanentemente lo certero de su visión, la cual se refuerza al ser reproducida en la estructura del periÓdicotfl4). M á s adelante añade: "una encuesta demostró cómo, en sus primeros meses de existencia, "La Opinión" generó una dependencia semejante a la que el paciente establece con su analista; los días lunes, en que el diario no aparece (al igual que su modelo "Le Monde") se producía una ansiedad en sus lectores, quienes perdían la racionalidad del mundo exterior"' 5). L o anterior produce un circulo cerrado de ratificacionesen donde los presupuestos se confirman, basados en el supuesto de que la demanda es libre. Dentro de la concepción liberal que hemos señalado se forjó el actual modelo informativo: el individuo natural y libremente selecciona y demanda aquello que necesita, olvidando que, en realidad, el medio ambiente produce un condicionamiento de las necesidades. D e tal manera el círculo se cierra. L o anteriormente observado respecto al quehacer de las agencias predominantes de noticias, puede describirse de la siguiente manera: a) L a realidad está compuesta por una multiplicidad de hechos. Algunos de estos hechos son seleccionados como material informativo por los reporteros de los medios nacionales, conforme a los criterios y valores dominantes, que han sido rectores en su quehacer periodístico. b) Las agencias transnacionales de noticias recaban la información de los medios nacionales y, por medio de sus encargados de las oficinas locales, seleccionan, conforme a lo que tradicionalmente les es solicitado por la oficina

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regional-centralde Nueva York. C o m o señala un corresponsal anónimo de la A P : "mis esfuerzos hasta el momento han sido mínimos para tratar de corregir los criterios de selección de los encargados de la oficina de Nueva York; no creo que a ellos les interese tal cosa, a menos que yo introdujera una pizca de creatividad. Y aun así, todavía caigo en las nociones preconcebidas de lo que se desea1116) . c) Las oficinas centrales, provistas del m a terial preseleccionado por sus propios delegados se empeñan en la tarea de enviar a sus clientes -los periodistas del área- el material supuestamente demandado por ellos, que coincide sistemáticamente con aquél que los medios están acostumbrados a recibir y se ajusta perfectamente con los valores dominantes dentro de los cuales se organizó el quehacer periodistico en el continente. Por otro lado, al recibir los medios locales la información cablegráfica de aquello que originalmente ellos destacaron, se produce el círculo de ratificaciones' 7). d) El público confirma el quehacer periodístico imperante al demandar aquella informacih a la que se le ha acostumbrado a consumir. L o anterior nos lleva ineludiblemente a calibrar la gravedad del problema actual. Este rebasa con mucho las soluciones a nivel económico. L a respuesta no estriba en la simple y mecánica "nacionalización de los medios, de sus fuentes y de sus programas, pues la concepción de valor de noticia que actualmente prima en los medios está impregnada y conformada por un concepto mercantil e industrial de la información. C o m o dice Mattelart al respecto "no es suprimiendo los programas de origen extranjero, especialmente estadounidense, y sólo a merced de esta medida, com o resolveremos cabalmente la cuestión de la dependencia cultural. U n programa chilenizado puede reproducir la misma trama ideológica y, por lo tanto, padecer de modo camuflado del mism o vicio que el material foráneolIl8). ES necesaria entonces, una labor conjunta y larga de los responsables del quehacer informativo, tanto a nivel empírico como a nivel teórico, quienes, e m peñados en la consecución de un nuevo orden en la información, logren ver criticamente las deformaciones inherentes al sector y puedan proponer medidas factibles de implantar. L a falta de análisis del problema y la búsqueda de soluciones parciales ha redundado en muchas ocasiones en pobres resultados en las iniciativas a nivel regional. L a Agencia Latin, es una muestra contundente de lo anterior. F u e fundada por 13 de los principales diarios de la América Latina con el propósito de asegurar a estos países un servicio informativo completo y concordante con las necesidades de la región, Sin embargo, la realidad fue otra. Si bien la intención era proporcionar a los medios latinoamericanos un servicio alternativo, éste se implementó siguiendo los

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esquemas y valores propuestos por las agencias transnacionales de noticias.

IV. Flujos de noticias hacia el exterior de América Latina D e la misma forma que las noticias circulantes en América Latina provienen especialmente de UP1 y AP, aquéllas que se difunden por el mundo son transmitidas por las mismas agencias. Esa cobertura se hace a base de los criterios que las agencias han usado para definir el concepto de noticia, el cual se ha introducido en la región deter m inando aquellas noti cias t rans mitidas hacia otros paises del mundo y de la región. El ex Presidente de Venezuela Rafael Caldera expresó su opinión con respecto a lo anter' ante el Club Nacional de Prensa en Washington : "Tal vez la frase, 'ninguna noticia es buena noticia' se ha convertido en 'buenasnoticias no son noticias'. Unicamente los incidentes m á s deplorables, sean éstos causados por la naturaleza o el hombre, reciben atención prominente en los medios de comunicación (de los Estados Unidos); poco o nada menciona sobre los logros literarios o científicos; poco se dice sobre los esfuerzos del hombre para dominar a la naturaleza y colocarla a su servicio; poco se dice sobre los logros sociales y la defensa en contra de los peligros que amenazan nuestra paz y nuestro desarrollo. Es mucho m á s fácil presentar al latinoamericano CO m o vecino desordenado y difícil, incapaz de lograr aquellos objetivos que otros han alcanzado en los campos económicos y tecnológicos"20). Estas declaraciones sintetizan lúcidamente la profundidad del problema; un enfoque ratificador de estas palabras surge del estudio realizado por Al Hester en el cual hizo una jerarquización de aquellos tem a s que dentro de este concepto de noticia tenían mayor impacto en las decisiones de los "gatekeepers" de las oficinas centrales de las agencias de información, y como consecuencia, en los flujos predominantes de noticias en América Latina. Un cuadro de esa jerarquización es ilustrativo al respecto.

Elf

Percepciones de los corresponsales de la

AP del intérés de los directores de periódicos en las noticias sobre América LatinaL1) Categorías de temas

Rango

. Noticias relacionadas directamente con intereses de los Estados Unidos .Revoluciones, golpes de Estado . Catástrofes naturales, desastres . Crímenes y actos de violencia .Noticias del Gobierno y de la política nacional

130

2,o 3,o 4,o 5,5*

Categorías de temas Relaciones exteriores

A ccidentes Noticias y articulos de interés humano Negocios, economía, trabajo Deportes Desarrollo de América Latina Religión Educación Ciencia/Medicina Agricultura Artes y esparcimientos )L

Rango 5,5 7,o 8,O 930 10, o 11, o 12, o 13,5* 13, 5% 15, O 16, O

L o s números indican el lugar jerarquizado de los intereses; cuando hay dos temas con el m i s m o rango se ponen los dos y se salta el número siguiente.

C o m o refleja el cuadro, el flujo de información transmitido desde América Latina, presenta deformaciones de la realidad. Existe una sobrevalorización de las noticias relacionadas con los Estados Unidos, las revoluciones, la violencia y el crimen, y una subvaloración de las noticias referentes al desarrollo, a los eventos culturales, de ciencia o de educación. A ese respecto, el actual Presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, expresó quejas similares en un discurso ante la Sociedad Interamericana de Prensa en octubre de 1974. "LOS latinoamericanos tenemos justas razones para quejarnos porque somos una región subinformada, en el mundo desarrollado. L a gran prensa de los grandes países no da a conocer nuestras realidades, nuestras luchas,nuestros propósitos, y en muchas oportunidades se nos ignora a pesar de que .. estamos luchando. .. El enfoque por las agencias transnacionales de noticias de la realidad latinoamericana está determinado por una visión en la que predominan generalmente los intereses norteamericanos en relación con la realidad continental, y en que los he.chos aparecen fuera de contexto. Por ejemplo, Markham23) asegura: "se ha convertido en una verdad evidente decir que se necesita una revolución para que América Latina aparezca en las noticias". Otro investigador que realiza un análisis sobre la imagen de América Latina en la prensa de los Estados Unidos, Whitaker, llega a la conclusión de que la información que aparece "se concentra en lo que eì turista debe ver, comer, beber o comprar, o relata las incomodidades de vivir y viajar en América ~atina"24. E n un trabajo del Centro para el Estudio de Instituciones Democráticas, publicado en 1962, sobre las noticias de Latinoamérica y su cobertura

por la UPI, la A P y el N e w York Times se señalaban las siguientes conclusiones: "A través de los años, el lector norteamericano ha recibido una imagen ocasional de lo que es Latinoamérica basada en informaciones de catástrofes, guerras, saqueos, piraterías e inestabilidades políticas. Aparte de este primer destello de violencias, pocos esfuerzos se han realizado para explicar a ese lector las causas de los sucesos o para familiarizarlo con las personalidades en ellos involucradas ... El desequilibrio en el flujo de noticias procedentes de América Latina, en comparación con el flujo que viene de otras partes del mundo en la actualidad, produce una continua distorsión de perspectiva^"^^). Quince años m á s tarde la situación ha sido valorada con similares palabras. Según Jany W. Knudson hay una constante en la prensa norteamericana: "Los gobiernos en Latinoamérica pueden cambiar continuamente, pero una cosa se mantiene constante en la prensa norteamericana: una evidente hostilidad implacable respecto del c a m bio social en cualquier parte de la región, vaya éste acompañado o no por la violencia". Los corresponsales y jefes de información, generalmente originarios de los países industrializados, han procesado las noticias latinoamericanas según lIsuII escuela de concepción de la noticia y este estilo de tratamiento de la realidad ha afectado también a los periodistas latinoamericanos. Si bien cuatro quintas partes de las informaciones enviadas desde la región hacia el exterior son redactadas por latinoamericanos, el concepto de noticias asimilado por éstos tiene un origen externo a la realidad continental. Sin e m bargo, tal concepción ha ido condicionando a los receptores de la información, preparándolos para recibir sólo cierta expresión informativa. E n la medida en que el sentido crítico de los receptores se ha desarrollado poco, éstos carecen de defensas frente a un proceso informativo que los envuelve y les da sólo una visión de la historia en la que están insertos. Esto es crítico en la m e dida en que el receptor no tiene otra posibilidad sino creer en los hechos, especialmente cuando éstos suceden lejos de sus realidad inmediata. Rafael Roncagliolo ha definido así tal situación: "En esta materia cabe introducir .una suerte de ley, en la cual la información tiene m á s credibilidad cuanto m á s alejada está de la experiencia social del receptor. Esta comprobación hace particularmente importante y grave el papel de la información internacional, ya que en este caso el receptor no dispone de los mecanismos de control de veracidad y verosimilitud que su experiencia social le proporciona cuando se trata de la información L a consecuencia de tal fenómeno es que tanto los medios de comunicación como las agencias de noticias insisten en un sistema de valores de la información, asegurando que eso es lo que quiere el público.

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E n una encuesta realizada por Hester, un jefe de cables latinoamericano que desea permanecer anónimo dice: "La información sobre América Latina debe encajar en ciertas nociones preconcebidas por los lectores y los editores antes de que tenga alguna posibilidad de usarse. Los terremotos son casi siempre utilizados, como también otros desastres naturales, accidentes, o revoluciones ... Además existen otros sucesos triviales del tipo de "intereses humanos" que distraen a algunos lectores. A éstos les gusta decir: I' oh, qué interesantes y graciosas estas gentecitas de piel oscura! Una de las consecuencias críticas del enfoque dado por las agencias y medios que cubren la realidad latinoamericana es el hecho de que esa información, tratada de acuerdo a valores extranjeros de la noticia, no tiene una circulación importante en los paises industrializados, sino m á s bien entre los países latinoamericanos. Entre uno y otro pais latinoamericano hay un flujo informativo que es el resultado de la apreciación hecha sobre la realidad continental por sensibilidades externas a la dinámica del subdesarrollo. Existen dos casos que ilustran significativamente esa aproximación y las consecuencias que tiene para conducir a un enfoque parcial de los hechos. Uno es el estudio "América Latina y la UPI: errores y omisiones desde México"28) de Fernando Reyes Matta; el otro es "Las agencias internacionales de noticias y un proceso de información alternativa" de Elsy Bonilla de Ramosa9). Este Último es un estudio sobre cómo las agencias de noticias de los Estados Unidos trataron la reunión de la UNCTAD III, celebrada en Santiago de Chile en 1972. L a prensa de Colombia, que no envió reporteros a esa reunión, basó su cobertura de la misma en las noticias recibidas de las agencias, utilizando principalmente los cables de la A P y de la UPI. El otro trabajo analiza la conducta de la UP1 durante la reunión celebrada en febrero de 1974 entre los Ministros de Relaciones Exteriores de América Latina y el Secretario de Estado, Henry Kissinger. L a mayor parte de la información que la UP1 envió desde la reunión fue utilizada por los diarios latinoamericanos, aunque fue un caso m u y claro de cobertura parcial e interesada. Por ello, en el trabajo citado se decía: "UP1 selecciona la información de América Latina según su criterio de intereses coincidente con una estructura de dominación. UP1 informa a los latinoamericanos de una América Latina que no es la que éstos viven, pero que terminan por creer por la fuerza comunicativa que la Agencia tiene". E s un hecho evidente que las agencias transnacionales de noticias dominan el flujo informativo en la región latinoamericana, distorsionando sistemáticamente, por medio de la selección y manejo de la información, la imagen del mundo exterior que se presenta a los latinoamericanos.

-

-

52

Juan Somavía, en su reflexión en torno a las agencias transnacionales de noticias, hace una calificación de las diversas formas que toma la distorsión. "La distorsión de la noticia ha pasado a ser un recurso sistemático de la información noticiosa internacional. L a distorsión no supone necesariamente una falsa presentación de los hechos, sino una selección arbitraria y una valoración intencionada de la realidad. Esta distorsión tiene diversas formas de expresión: a) sobredimensionar hechos sin trascendencia real. L o anecdótico, lo irrelevante, lo considerado "folklórico" en los paises del centro, se incorpora a la transmisión dándoles una caracteris tica de acontecimiento nacional que nunca tuvieron; b) juntar hechos aislados que se presentan como un todo, sin que el "todo" exista realmente (hacer noticia). Una suma de realidades parciales se presentan de tal manera que aparecen configurando una verdad total; c) la distorsión por "implicaciones", que consiste en presentar hechos reales de tal manera que sus consecuencias implícitas sean favorables a los interesados del sistema transnacional. E n eso consiste el resaltar los aspectos negativos de acontecimientos ocurridos en países progresis tas o el minimizar sus logros, así como el extenderse largamente en las bondades de los instrumentos afines al sistema, tales como las empresas transnacionales; d) la distorsión precondicionadora de hechos. Determinados acontecimientos que tienen una dimensión específica, son presentados de tal manera que crean temores o inquietudes infundadas, con el propósito de condicionar la futura actuación de personas, empresas, grupos sociales o gobiernos; e) la distorsión se manifiesta también en el silenciamiento de situaciones que han dejado de interesar a los países de origen de las agencias"30). L a práctica informativa en América Latina puede registrar múltiples ejemplos de cada una de estas categorías. E s esa realidad, fuerte por su evidencia, la que ha provocado todo el movimiento por cambiar tal situación que tanto en América Latina como en el resto del Tercer Mundo, agita hoy el debate sobre las politicas de la información.

-

-

V . Perspectivas para el cambio

El debate que en los Últimos cinco años viene teniendo lugar con particular intensidad en el plano internacional sobre los flujos de información y su influencia sobre el desequilibrio del conocimiento entre los países toca, de una u otra manera, la cuestión de los valores de la noticia. Las propuestas para desarrollar medios alternativos de comunicación en los cuales se refleje no sólo el pensamiento de los países del centro, sino también de

la periferia, con sus modelos sociopolíticos y SUS marcos culturales diferentes, requiere una concepción distinta de la noticia que se fundamente no sólo en aspiraciones documentales para el efecto de los mensajes, sino, sobre todo, en aspiraciones educativas para el efecto de la información que transmiten. Los debates que han tenido lugar en el marco de la Unesco son un antecedente fundamental al respecto. E n el plano latinoamericano, la Conferencia sobre Políticas de Comunicación, celebrada en San José de Costa Rica en julio de 1976, ofrece un marco conceptual para la reformulación de los valores de la noticia en el desarrollo de politicias nacionales de comunicación que no sólo consideren las posibilidades de acción amplia de los medios, sino también el acceso y participación de los receptores de la información en los distintos niveles de la actividad informativa. P a ralelamente, los debates desarrollados en la Conferencia General de la Unesco en Nairobi (octubrenoviembre de 1976) son otro antecedente para la búsqueda de valores de la noticia alternativos y para la reformulación de conductas profesionales, especialmente si se tiene en cuenta lo que fue la cobertura informativa que las agencias internacionales de noticias de mayor influencia en la región dieron a distintas conferencias. Desde la Conferencia de Argel (septiembrede 1973), el movimiento de los países no alineados está promoviendo la cruzada en pro de una nueva dimensión para la información internacional. Bajo el intento de "descolonizar la información", se ha puesto en marcha un proceso que ha tenido expresiones políticas (Conferencia de Ministros de Información de Nueva Delhi y Conferencia de Jefes de Estado de Sri Lanka) y profesionales (pool de agencias de noticias de los no alineados). E n las distintas reuniones de las agencias de información vinculadas al Tercer Mundo se ha reiterado el afán de desarrollar formas alternativas de información. L a "otra noticia" es ia nueva meta: ia que da a conocer los esfuerzos de los pueblos del Tercer Mundo por alcanzar un desarrollo independiente, endógeno y participativo en la comunidad internacional. Igualmente, se pretende entregar la dimensión informativa de sus proyectos de cambio y de las justificaciones politicas y sociales de los mismos, dándolos a conocer desde una perspectiva amplia y comprensiva m á s bien que desde una posición cuestionadora, comoha sido la conducta habitual en estos casos de las grandes agencias internacionales de noticias. E n el marco latinoamericano se pueden constatar algunos esfuerzos profesionales significativos en este aspecto. Las agencias de noticias EFE, Prensa Latina, e Inter Press Service, desde distintos ángulos, han tratado de ofrecer un enfoque distinto de la realidad latinoamericana y de su actual desarrollo. Dentro de este contexto, es necesario tratar de precisar cuáles pudieran ser las acciones

específicas tendientes a buscar una r eformulaciÓn de los valores de la noticia vigentes en América Latina. Proponemos algunos: 1. Pasar del actual estudio de la influencia de la estructura empresarial en los valores de la noticia, al desarrollo de fórmulas mediante las cuales se despliegue la relación entre la empresa y la acción profesional. E n otras palabras, intentar definir las diversas formas empresariales que puede tomar la tarea informativa (empresa privada, de autogestión, corporativa, empresa pública descentralizada, empresa estatal, etc.) y las distintas formas autónomas que puede tomar el tratamiento y transmisión de la información sobre la actualidad, procurándose que el público comprenda las realidades y conozca los antecedentes. 2. Reconocer que la objetividad periodística es un mito, y junto con ello utilizar los avances conceptuales que, tanto en el mundo industrializado como en el Tercer Mundo, se han hecho sobre las conductas en la labor informativa, para desarrollar definiciones m á s realistas que consideren la cuestión de la interpretación como una de las tareas fundamentales del quehacer periodístico: "Interpretar, desde el punto de vista periodístico, consiste en buscar el sentido a los hechos noticiosos que llegan en forma aislada, Situarlos en un contexto, darles un sentido y entregárselo al lector no especializado. Por exigencia profesional,además, esta interpretación debe tratar de prescindir de opiniones personales, debe basarse en hechos concretos y en opiniones responsables, y que sean pertinentes y debe ser presentada en forma amena y atractiva", según ha definido el problema un periodista chileno3I). 3. Relacionada con el planteamiento anterior se halla la necesidad de abrirse a los flujos informativos que se apoyen en el mayor número posible de alternativas, que se utilicen diversas fuentes y que, en consecuencia, el proceso de transmisión de la información responda a un intento de explicar los hechos m á s que de producir sensaciones con ellos. Y a se han dado algunos pasos en este sentido, especialmente en el campo de la información internacional. Ciertos esfuerzos c o m o los del diario 'La Opinión" de Buenos Aires en su etapa inicial, "O Estado" de Sao Paulo, "Excelsior" y "ElDía" de México son antecedentes de lo que se puede conseguir mediante la utilización de múltiples fuentes de información, pero manteniendo el criterio de que la entrega de un texto informativo al público es la consecuencia de una interpretación amplia y equilibrada que un profesional de la información hace de todos los recursos de que ha dispuesto para dar cuenta de un hecho. E n oposición a lo antes dicho, está la conducta negativa de aquellos medios que se adhieren al mensaje unidireccional de una sola agencia (ejemplos: "ElImparcial" de Guatemala, "La Prensa" de Buenos Aires) o que, disponiendo de dos o tres fuentes de información, se limitan a reproducir textualmente los envíos de éstas. 53

4. El cambio de las conductas profesionales requiere un esfuerzo en profundidad de toma de conciencia, a nivel de los directores, jefes de redacción y reporteros en general, de que los antiguos criterios valorativos de la noticia no sirven para dar una visión acertada de los procesos de desarrollo existentes en el marco latinoamericano y, en general, en el llamado Tercer Mundo. Hay suficientes pruebas aportadas por los sectores académicos, que deben ser transferidas al sector profesional, con el objetivo no tanto de descalificación de lo hecho hasta ahora sino de revisión para buscar otros modelos posibles de noticia y de tratamiento de la noticia. Esta cuestión tiene aspectos de carácter subjetivo: vencer el miedo del profesional de poner en tela de juicio el papel que se cumple dentro de la sociedad e intentar asumir un papel con un carácter diferente. Los instrumentos para lograr este cambio son múltiples y necesitan el esfuerzo de las eiitidades académicas y políticas en el plano nacional e internacional; de la reunión de sectores políticos, periodísticos, académicos, y de instituciones sociales juntamente; de la difusión intensa tanto del pensamiento crítico, frente a los actuales valores de la noticia, como frente a sus modelos alternativos. Pero, sobre todo, se requiere experimentar ampliamente con formas de noticias que den atractivo y dinamismo a las cuestiones de carácter social, que tradicionalmente no se han considerado objeto de información. 5. L o dicho en el punto anterior, subraya la importancia de la revisión de otro de los supuestos en los que se apoya la valoración actual de las noticias y cuya validez sólo es respaldada con razones de consumo: la difusión de aquellas noticias que el público quiere. Los cambios de propuestas noticias pasan por ciertas formas de consulta y experimentación con grupos sociales de diverso carácter que trabajan en esta búsqueda de valores alternativos. Por encima de corrientes ideológicas y de modos diferentes de desarrollo, es fundamental dar un papel al receptor de la información en todo el proceso de cambio que se está gestando. Esto, por cierto, tiene proyecciones que van m á s allá de la exclusiva redefinición de los valores de la información. E n la media en que los medios -tanto en su nivel empresarial como profesionalse abran a un diálogo multidireccional con aquellos sectores de la sociedad con los cuales están vinculados, será posible encontrar referencias Útiles sobre la validez de esos valores actuales y la dimensión de los cambios posibles. 6. L a participación de los receptores de la información en el proceso de búsqueda de otros criterios de valoración de las noticias plantea una cuestión también central dentro del proceso de reformulación del entero fenómeno de la comunicación en la sociedad contemporánea: la educación para la comunicación. Actualmentelos problemas relativos a los medios de comunicación sólo son tratados en el marco específico de las escuelas de

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periodismo y comunicación, donde, en gran medida, se ratifican las conductas y valores periodísticos que han caracterizado hasta ahora el desarrollo de esta profesión en el marco latinoamericano. Los avances conceptuales desarrollados en escuelas de sociología o centros similares, aunque a veces físicamente estén próximos a las escuelas de periodismo y comunicación, no parecen haber logrado hasta ahora un flujo de mutua influencia, sino m á s bien una creciente disparidad analítica. E n cualquier caso, ese debate y esa posibilidad de interpretar lo que la comunicación significa hoy en América Latina no es parte de la formación de toda la sociedad. Esta es una de las metas básicas para el proceso de cambio en el fenómeno de la comunicación. El desarrollo del tema de la comunicación social dentro del curriculum normal de la enseñanza constituye un aporte fundamental para la generación de una visión crítica, frente al fenómeno de la comunicación, para la gestación de una capacidad de interpretación, de acceso y de participación en este hecho y, en suma, para que la acción que los medios de información ìlevan a cabo en nombre de la sociedad lo hagan en el marco de una conciencia social clara de lo que esos medios deben aportar, y no la expresión simplemente por las vías del consumo pasivo. Detrás de todos los puntos antes enunciados está el criterio centrai con que creemos conve niente abordar el problema de los criterios de valoración vigentes y sus posibilidades de cambio: un proceso de acción conjunto entre los niveles profesionales encargados de procesar y producir el mensaje informativo, y los niveles sociales a los cuales llega ese mensaje, como antecedente para su propia toma de conciencia, respecto del marco histórico en que viven. Hacer parte vital del debate el hecho de que la noticia no es principalmente un producto de mercado, sino que es en esencia el antecedente con el cual el individuo se orienta en la toma de sus decisiones.

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PUBLICACIONES DE LA UNESCO: AGENTES GENERALES DE VENTA (lista abreviada) Alemania (República Federal de) Antillas Holandesas Argelia Argentina Bolivia Brasil Colombia Costa Rica Cuba Chile República Dominicana Ecuador

El Salvador Espaüa

Estados Unidos de América Filipinas Francia Guatemala

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