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Aún después de la independencia, la predicación del Evan- gelio siguió ...... jaron a los Shuar a árganizarse y a dar comienzo a la que pronto (1964) será la.
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De esta recolección de datos a veces he sacado conclusiones. pcro rni ¡rrintcr propósito ha sido el de documentar, para que. quien lea, pueda tirnllarse pers,rttrtlmente la idea más completa posible. Es por cste nlotivo clue las notas son particul.rrrnente abundantes.

En estos tiempos la actividad de los misioneros viene siendo fuertenietltc colitcstada. Ncr se trata de oponer a la literatura crítica una literatura apologética. sitto tlc ofrecer una docuntentlción lo más completa posible. por(lue a nlenudc¡ los crilicos de las misiones se limitan a repetir estereotipos v atlrnlaciones iie segunda mano. l:stando así las cosas. el problema prioritario es el de informar r ofrecer docuntcl¡lt;s. que permitan la formulación de un juicio completo.

La tarea no ha sido iácil, también porque, antes de consultar nrinuciosamente los textos, ha sido necesario recogerlos y' ordenarlos, es decir constituir el archivo histtrrico que no existía conro tal.

La cliliculted proviene tanrbién del hecho c¡ue los ¡nisioneros. especialmcrttc salesianos,no han tenido una política misionera oficial, constante y unitaria, sino iluc siernpre han dejado un rnargen muy amplio al espontaneísmo, la iniciative perscnli y cierta improvisación. Los misioneros buscan hacer adeptos, a quienes ülculcan cierta mentaliLlad r orsanizan de cierta inanera. lo c¡ue se llarna hoy "fundar una Iglesia Lrrcal". Toda esta ¡enrática la he dejado a un lado, limitándome, por así decirlo. al lspecto secular de la acción aculturante que la presencia misionera ha implantado en meclio cle los Shuar. Es decir: de nri trabajo he excluido intencionalmente todo análisis de los nlétodos y contenidos de la catequesis. por tratarse de un argumento tan amplio que puede ser el argumento de otro estudio.

En los últimos a¡ios, bajo la presión de factores externos. las líneas de la actividad misionera han cambiado en profundidad y se han diversificado, hasta dar lugar a tensiones no pequeñas. típicas de todo proceso de mutación. Este f'enónreno merecc ser estudiado en sus causas.

El misionero eS un agente de aculturación intencional, es decir, un elemento consciente de cambio. Ilasta las últimas décadas. no había sufrido grandes conflicttts internos, porque su rniciativa se basaba en un presupuesto axiomático: el tllandato de Cristo de ir -"' hacer discípulos. El convencimiento de la unicidad de la cultu¡a era muy arraigado en é1. como en todos los europeos, que hasta épocas cercanas han tenido la serella seguridad de su superioridad cultural. Con estas premisas los sacrificir,rs personales, aún más duros, eran afrontados con entusiasmo y sin vacilaciones, porque las motivaciones y" ias rlretas eran transparentes. Para el misionero, el único universo legítimo era el bfulico cristiano, desde el cual él juzgaba y. eventualmcnte. condenaba. 6

L_a

corromvisión teológica cattilica, (lue n() considcra la naturaleza totalrnente

más tolerantes

piila. sino sk>ni zables" 43.

Una vez más todo quedó en palabras. En 1978 las graves tensiones raciales de y Africa del Sur, que hacr'an prever éxodos masivos de blancos, indujeron

Rodhesia

nuev¡rmente a hablar de las tierr¿s amazónicas'aacías". Pero se trataba sólo de voces, que además debrhn venir de fuera del Ecuador. [¿s autoridades se cuidaron mucho de tocar públicamente el tema, sabiendo que chocarían con la firme oposición de ia opinión pública.

b. L¡ coloniz¡ción nacion¡l En cambio la colonización de criollos se fue abriendo üImpo hasta imponerse, porque respondía a las necesidades de miles de ecuatorianos pobres. Especialmente en el Sur del País la situación económica iba agravándose. El aumento demográfico chocaba con la estructura inquebrantable del latifundio: entonces la población excedente comenzó a emigrar hacia la Costa, donde había sido vencida la ñebre amarilia y el auge caCaotero ofrecía la posibüdad de trabajo y de mejoramiento económico. Otra porci¿n, más pequeña, se dirigr'a hacia el Oriente, temido aún como tierra "de fieras y áe salvajes". Sin una garantía de asistencia inicial, muy pocos se habrían aventurado por aquellas tierras. Fue lo que ofreció la Misión Salesiana. El repunte de la actividad misionera en el Vicariato, a raíz del regreso de Mons. Costamagna y más luego porel impulso del nuevo Vicario Mons. Comín, s€ caracteriza exactamente por la decidida promoción de la inmigración coionizadora. Esta causa fue abrazada como prioritaria por varios misioneros, como el Padre Albino del Curto, que desde 19l 7 dedicó toda su 110

vida a la construcción del camino dc herradura que une ia Sierra con ivléndez, verdadera arteri¿ p,or la cuai fluyó ia población'¿z.uaya hacia el Oriente "Desde los últimcs re'Juctos civilizados Jei Pan, en 19l7 se Jsba contienzoala aperturd tle urw arteria pma estrechar ei corazón tle la burbarie con La civilíza' ción. Con la ayttda de ,\lons. Saniago Cosramagna, que dio paro esto los prime' ros 400 sucres, .v con el apolto de la Sociedad de Estudíos Históricos de Cuenco v del General Ribqdeneira. los cuuies abtuvieron del (jobierno un socotro anual de cinco mil su(:res, ditsse mano u! camino PAN--IIAN'DEZ" 44 .

Ei Obispo de la ciudad, Manuei Ma. Espurosa Polit. fue r-rno iie los más entusiastas t'au¡ores de la idea. Hav uni alocución sui'a dei l4:\¡'19i- .;rre expresa la visión cuencans del avance hacia Oriente, de una rranera que dificilmente podría ser más cabal.

"Crrsi tcdas lat pra';incfus interiores del l'.cuatlor tienen su propia región oriental, como ¡truJo de resema, diremt;s Lst', paro w propio fttfitrtt: esa es la tiena pro¡netüJu, dc¡nde se denamqr(i ei exceso Je ia poblacictn t¡tie li.a Je cultivar conventaja su sueio virgen y ¡ecundo, en vez del solar andinu cosi egota'Co, y avanzando de etapa en etap6, irui a surcar las rtbs navegables que le dan acceso ql Océano y pongon en contücto con todo el universo (...). Ya nos ímaginamos ver el feno carril trasandino ascendiendo desde el Gol¡b de Gua-vaquíi a Cuenca, y de esto ciudad prolongrindose por Paute, Méndez v el Sandago hasrc el embqrcadero de fulorona, desde eionde, en vapores fluviales, se pudiera salir hasta el Pord y la embccqdurq del Amazonqs ( ... ). Nuestra región or¡ental wbqndina ( ... ) es el pa{s del ponenir para los qzua))os. hitrma cabalnrcnte el Vicariato .lpostólico de Méndez v Guaiaquiza, dande hay campo olgado para un millón de habitantes (...). Id alld hiios rnuy arnqdos en el Señor, que no encontrriis en vuestros pequeños peguiales el sustento necesaria pera l"a vida; id slló, co¡no varones de bruzo robusto y corazón valeroso, Jbrmdos una nuer)a hered¿d en tierras baWías tan lecundas como la Costa y con meior clima, sin los peligros tle alma y cuerpo que en ella os acechen. En el Oriente seréis vosotras los que fundéis una colonia azuat-a, ¿ntimamente unida con vuestro temtño solariego, sin desarraiguos de él; ocuparéis la heredad que os hu señaledo la I'rovidencia e impediréis que vecinos codiciosos y audaces v6r,an ü uwrptirosla l'aya pues pobkirul.ose poco a poco el Sud-Oriente del Ecttador, con inmigración de gente ya civilizala: y por la fuerza naturul de las cosas, la indomable mza irbara, deponiendo il atavismo de salvaie crueldad y venganza, consewondo sus cualidades de fuerza, altivez y valor, se mezciani paiatinamente con las razas blancas y Colari; y ast'la Patria común Ce tocios .se engrandeceni con nuevas poblaciones inteligentes y activas, que gultrden y exploten su rico patrimonio: y la lglesia Católica podrti contar con millones de nuevos hiios, v formard para ellos, allende la codillera, uru nueva Dióce' sis, mtis grande que la de Cuenca. He alli el frurc en perspectiva de lss misiones, con tal que se les preste el apoyo eficaz .t oporntno que han menester" 45.

ut

hacía portavoz de todas estas inquietudes 46. las mayores personalidades azuayas exaltaban las iniciativa: colonizadoras con tonos de epopeya 47 y en las principales ciudades del País surgían Juntas y Comités Orientalistas, para mantener vivo y propagar el interés por el Oriente 48.

l,a prensa

se

Este fervor generalizado se debía también a la preocupación cada día- más grande por la cuestión fronteriza: era importante civilizar a los nativos, era necesario proporcionar tierras a los campesinos serranos, pero. por encima de todo, era urgente asegurar las fronteras, porque se volvía cada día más tangible la presencia peruana en tierras que el Ecuador habri siempre consideraCo suvas. Poco a poco los dos primeros ob' jetivos. fueron subordinados al fin princrpal de toda iniciativa: la denfensa de las fronteras. Sin esta defensa también los dos primeros habrían sido anulados. La política relativa a las misioncs pasaba también por allí. Esta mentalidad predominantemente patriótica fue asumida por el padre Elías Brito y caracterizó su actividad anolladora. Según su manera de ve¡. ias misiones podían bri¡