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Lo miramos y solo nos preguntamos por qué los niños tienen que ... De ahora en adelante cada vez que veamos a un niño, recordemos el valor que el.
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Una mirada a los niños Artículo escrito por: Eva Basurto ObreroFiel.com usa este artículo con permiso A ver si te ha pasado: Siempre cada domingo me resulta muy agradable ver cómo es que los hermanos se saludan unos a otros y algo que me ha llamado mucho la atención durante años ha sido darme cuenta que al saludarnos mostramos un mínimo interés por el niño que se encuentra a un lado, realmente no lo tomamos en cuenta aunque está ahí. Saludamos al hermano y no es hasta que el niño interrumpe que nos damos cuenta de su presencia. Lo miramos y solo nos preguntamos por qué los niños tienen que ser tan maleducados e interrumpir a cada momento. Lo callamos, le sonreímos y tan solo lo ignoramos retomando nuestra plática de “adultos”. ¿Por qué los ignoramos? o ¿Por qué mostramos tan poco interés por los niños? ¿Será acaso que nunca nos ponemos a pensar en el gran valor de un niño, o que para nosotros no son más que personitas que no tienen ningún valor y que por más que nos esforcemos porque entiendan, seguirán siendo niños y su capacidad de entendimiento no será suficiente? Pues tenemos un concepto muy erróneo y una forma de pensar muy limitada. Ellos son el futuro de un país y cuánto más el de la iglesia; son los que más adelante serán lideres de nuestro país, pastores de nuestras iglesias y realmente esperamos que sean mejores que nosotros, pero ¿cómo lo serán si desde pequeños no les dedicamos un poco de tiempo? Ellos son personas que, aunque no lo creamos, aprenden de todo lo que ven y cada circunstancia es un ejemplo de vida y de testimonio. Por tal motivo debemos mostrarles interés y preocuparnos por sus necesidades siendo un ejemplo para ellos de buenos modales, y la mejor manera de empezar es saludándoles, dándoles un poco de nuestro tiempo para demostrarles que ellos son igual de importantes que el hermano al que estamos saludando. Claro, algo que no debemos olvidar es el gran valor que estos tienen delante de Dios. Jesús mismo les dio su lugar, siendo para ellos un ejemplo de amor, y lo podemos ver en las Escrituras en Mateo 19:13-15 y Marcos 10:13-16. En ambos pasajes se narra una encantadora y tierna escena de nuestro Señor Jesucristo al lado de unos niños, demostrando su interés y su bendición muy especial hacia estos, pero también nos podemos dar cuenta del poco valor que los niños tenían para las demás personas. Los discípulos querían alejar a los niños que habían sido llevados para recibir la bendición de Jesús porque para ellos el Señor no tenia tiempo para los niños, pero el Señor les reprendió y les hizo ver el valor de estos niños al decirles que de ellos era el reino de Dios. Dios ama a todos por igual, tanto niños como adultos y para él ambos son muy importantes. Cabe mencionar que el Señor diseñó cada etapa de la vida muy diferente, pero a la vez con la misma importancia delante de él. La niñez es una etapa que muchas personas hacen menos, pero que Dios diseñó con un toque muy especial, un toque de inocencia que hace a los niños susceptibles a la Palabra y el amor de Dios. De esta manera Jesús trato de hacerles ver esto a sus discípulos dándoles a los niños el mismo lugar que a los adultos. Los niños son personas que aprenden y ponen en práctica. Si nos dedicamos a ser un buen ejemplo para ellos desde pequeños, ellos crecerán de manera que sean jóvenes y adultos que llevan vidas dedicadas a Dios. De ahora en adelante cada vez que veamos a un niño, recordemos el valor que el Señor les ha dado y tomemos el tiempo para saludarlos y platicar un poco con ellos, ya que ellos también necesitan un poco de atención haciéndoles sentirse importantes

al ver que las personas los saludan y se toman el tiempo para platicar con ellos. Seamos capaces de darles una mirada a los niños y no solo una mirada, sino también un poco de nuestro tiempo. ObreroFiel.com- Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.