Una hermana menor, silvestre y sin complejos —Menorca

14 sept. 2014 - movimiento slow. Las piedras y el viento no es alto, pero es el .... del club Marítimo. el mozo le pon- drá un babero, un plato con agua y limón ...
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8 | TURISMO

| Domingo 14 De septiembre De 2014

NOTA DE TAPA A Cala Macarelleta, una de las playas más bonitas de la isla, se llega a pie desde Macarella

fotos corbis

Una hermana menor, silvestre y sin complejos —Menorca españa. Es la menos famosa de las islas Baleares, pero la

que tiene mejor fama. El Caribe del Mediterráneo atesora playas, yacimientos arqueológicos, cocina y tradiciones en estado puro Textos Ana Schlimovich

M

enorca–.¿a qué huele? a hinojo”, dice Isabel y corta una ramita de esta planta silvestre para que huela de cerca. Menorca, esta isla de 701 km2, la más septentrional de las Baleares, tiene fragancia propia, una mezcla de hinojo, manzanilla, ruda, acebuche –el antecesor del olivo– y alcaparras, que trepan indómitas por la muralla más antigua de ciutadella, la ciudad de la nobleza, y cosechan al final de la primavera. Isabel es la guía y es tan menorquina como sus zapatos, las famosas menorquinas, avarcas o abarcas, que usaban los campesinos y se hacen con piel de vaca o cerdo y suela de caucho de neumáticos usados. Hay llaveros con abarcas en las tiendas de suvenires y avarcas en infinidad de colores y estampados en las zapaterías de Menorca. La fabricación de calzado, quesos y bijouterie se tornó el principal sustento de la población a inicios del siglo XX. así como la ganadería lo fue para las familias nobles, dueñas de las tierras que repartió el rey alfonso III de aragón, cuando reconquistó la isla de los musulmanes, a fines del siglo XIII. con una industria sólida y tierras productivas, a nadie se le ocurría vender sus propiedades, como pasó en Mallorca o Ibiza. Los menorquines son muy arraigados y por eso la isla de la generación de Isabel es muy parecida a la de su abuela. apenas el 2% de este territorio de 53 kilómetros de ancho y 19 de alto está edificado; el resto, silvestre como el hinojo y las alcaparras. También ayudó que este lugar, con 95 mil habitantes, haya sido el último reducto republicano de la Guerra civil. Mientras se promovían inversiones por parte del gobierno en otros lugares afines con su ideología, Menorca fue quedando rezagada de la urbanización. recién en los años 70 algunas de esas familias nobles empezaron a vender terrenos con playa. a fines de la década, con el turismo a tope, se hizo una planificación gigantesca con torres frente al mar y un parque natural con lago deportivo –para el que había que dinamitar algunas calas–, pero la crisis del golfo frenó las inversiones y Menorca se salvó de parecerse a Benidorm, ciudad costera de alicante. Por entonces surgió el grupo ecologista GoB, que consiguió involucrar a la ciudadanía y al gobierno para cambiar las leyes y proteger la isla. en 1993 fue la única de las Baleares que llegó preparada para ser reserva de la Biosfera. el golpe de suerte, las crisis del pasado y la oportunidad de observar los errores de los otros y hacer diferente. en las próximas dos décadas el paso firme lo va a dar el movimiento slow. Las piedras y el viento no es alto, pero es el más alto de

Ciutadella, la capital, antigua y aristocrática

La vida acuática: casi todo mira al mar, como en el pueblo de Fornells Menorca: monte Toro, desde 1558 lugar sagrado y la primera torre vigía de la isla. en la cumbre hay un monasterio con una Virgen que tiene un toro a sus pies; un jardín con plantas carnosas; muchas antenas y un café, con buen café, buena vista y unas pastitas de avellana de revolear los ojos. Desde la cima, a 358 metros, se ven los pueblos Fornells y es Mercadal; el verde de los campos y la casa de Joan Manuel Serrat, que es una de las blancas, con árboles alrededor. nadie sabe bien dónde viven los famosos, porque de eso se trata, de que no se sepa. También hay un cristo de brazos abiertos al que le cayó un rayo en la mano, igual que al de río de Janeiro. Y el nombre del monte puede tener que ver con el toro que custodiaba la montaña y guió a unos monjes hasta la gruta donde estaba la imagen de la Virgen María, o con la conquista musulmana, en 903, ya que los árabes lo llamaron monte de al Tor. Isabel cuenta sobre las construcciones megalíticas de la edad de Bronce. Los periodistas anotamos con la boca llena de pastitas. Hay más de 1500 yacimientos arqueológicos catalogados, incluidas las Taulas, tres piedras que forman una mesa. La mesa de los gigantes, dice la leyenda. Los otros monumentos prehistóricos, las navetas y Talaiots, también están en Mallorca e Ibiza, pero las Taulas son exclusivas de Menorca. el viento tramontana sopla moderado, porque cuando sopla fuerte hay que andar con piedras en los bolsillos para no volarse. como hizo

Hay mucho por hacer, probar y recorrer En los viajes siempre hay que hacer esto y aquello, no hay que perderse los imperdibles y hay que disfrutar los paraísos. Y en esta isla, que no es tan grande, hay que mucho. Porque la abrazan 130 calas y el Camí de Cavalls, un sendero ancestral de 185 km que los más deportistas recorren al trote, en bicicleta o a caballo. De las calas hay que conocer hasta la más chiquita, Caló Blanc o la cala de los enamorados; le dicen así porque cuando hay arena apenas cabe una pareja. Todo lo que tenga que ver con el mar, hay: regatas de maxis y de barcos antiguos, buceo, kayak, stand up paddle y windsurf. Y como las fiestas de Sant Joan en Ciutadella, que se celebran el 23 y 24 de junio, cuando los caballe-

nuestra guía con un grupo de jubilados durante una excursión a Favaritz, un paisaje que parece lunar, de roca negra, donde está uno de los siete faros de la isla. el tramontana es viento norte y a veces alcanza los 120 km por hora. Y hacia allá vamos, al norte. Pasamos por Fornells, una ciudad construida por los españoles en el siglo XVII, a la que el rey, antes de abdicar, iba a comer caldereta de langosta al restaurante es Plá. La caldereta es el plato más famoso y caro de Menorca, unos 70 euros, y Fornells uno de sus ocho ayuntamientos. Tierra adentro hay caminos angostos rodeados de paredes secas, unos muros hechos con piedras

ros payés siguen un estricto protocolo de origen medieval, montados en sus caballos. Ciutadella es la antigua y aristocrática capital de Menorca, declarada monumento histórico artístico nacional, y hay que recorrer la ensenada de su puerto y la plaza de Born, corazón de la ciudad, marcado por un obelisco en memoria del ataque turco que casi acabó con todos y todo, en 1558; hay que entrar al Museo Nacional para entender la intrincada sucesión de poderes en la isla; hay que estrenar las abarcas merodeando por las iglesias, las casas palacio y la catedral. No hay que pedir pomada si se quiere tomar gin con limonada en Ciutadella, porque así sólo la llaman en Maó, y las dos ciudades son más rivales que el Barça y Real Madrid. Hay que cambiar las eles por las eses para entender los nombres en ese dialecto catalán que es el menorquín. Y sobre todo hay que ser fuerte y decidido para no perder el vuelo de vuelta. ß

apiladas, típicos de las Baleares. Hay arbustos con forma de bandera apuntando al sur. Los curvó el tramontana cargado de sal marina, que llega desenfrenado por la ausencia de montañas. Hay colinas, vacas frisonas –de las que deriva la raza Holando argentino–, fardos de heno y llegamos a Binimel-là, el tramo litoral virgen más grande de la isla. aquí, las rocas son rojizas y tienen forma de corales, y lo fueron. Hace 400 millones de años este suelo estaba en las profundidades del mar. ahora, el fondo del océano se posa sobre las playas en forma de posidonia, una planta marina endémica del Mediterráneo que además de evitar la erosión constata que el

agua es de alta calidad. Y lo más alto que hay en Menorca es la calidad. A fuego lento rehogue una cebolla, cinco dientes de ajo y un pimiento verde. agregue un kilo de tomates maduros en pedacitos, sal, perejil, un litro de agua. caliente sin hervir. Sirva con higos frescos y pan de sopa. es oliaigua amb figues, uno de los platos más tradicionales de Menorca. Simple y delicioso, dos constantes de la gastronomía de esta tierra que asegura haber inventado la mayonesa o mahonesa, que viene de Mahón, capital de Menorca. La leyenda dice que en 1756, cuando las tropas francesas quitaron el mando a los

ingleses, el duque de richelieu, el capitán, deambulando por las calles de Mahón a altas horas de la noche entró en una posada y pidió para comer. como a esa hora no quedaba nada, el mesonero improvisó una salsa uniendo yema de huevo con aceite de oliva. al duque le encantó la salsa mahonesa y cuando volvió a Francia contó la receta en la corte y así se introdujo en la cocina internacional. a la hora del vermut haga como los locales y vaya a la plaza San Pedro 11, en ciutadella. Pida un Martini Izaguirre solo o con soda, o una cerveza menorquina, Sa Forastera, y mejillones al vapor o vieiras, o boquerones en vinagre, o tortilla española y chorizos al vino, y después veremos qué hacer con el colesterol. Pero ahora no, ahora hay que probar la sobrasada, el embutido suvenir de Menorca, de color rojo, hecha con carne de cerdos que campean en el 98% del territorio sin construir. Y los quesos, tiernos, semicurados, curados, con denominación de origen, milenarios, irresistibles, cómalos todos y pida que algunos se los envasen al vacío; algunos no, varios; pague exceso de equipaje, no importa, porque al volver es lo que más se extraña. ah, los quesos de Menorca son como las pastitas y la caldereta, hacen revolear los ojos con cada bocado. Si está en Mahón, coma la caldereta de langosta en Jágaro, al lado del club Marítimo. el mozo le pondrá un babero, un plato con agua y limón, y las herramientas: una pinza y un pincho para extraer la carne de las patas. También le servirá una, dos, tres veces, hasta que no quede langosta ni sopa. Y usted lo mirará agradecido, extasiado casi, con el babero lleno de salpicones rojos, porque la caldereta lleva mucho tomate. Y el mozo, que conoce esa expresión, dirá estoy contento porque siempre es igual. Da gusto servir. Y sonreirán. en Mahón o Maó, también hay que probar la pomada, que es como se le llama al gin con limonada y en general viene granizada. el gin, un destilado del enebro, se fabrica en Mahón y cuenta Isabel que la pomada nació así: había un señor al que le gustaba tomar gin, pero a su mujer no le gustaba tanto que él tomara, así que el hombre empezó a mezclarlo con limonada y cuando su mujer lo veía, él decía que estaba bebiendo su pomada, una limonada espumosa. Binibeca es la réplica de un pueblo de pescadores, al sur de Mahón. Un laberinto de casas blancas con paredes redondeadas, construido en 1972, que visitan todos los turistas. en la entrada hay un bar mínimo donde venden tragos y helados. Pida el creación 57, un bombón helado relleno con vainilla, café y canela, bizcocho al licor y crocante de almendra fabricado por la familia Sintes, los artesanos del dulce en Menorca. Y con un dejo de licor en la boca vaya hasta el ayuntamiento de es Mercadal, cerca del monte Toro, a cenar al Molí d’es racó, un restaurante que desde hace 36 años funciona en un molino de hace tres siglos. Mejillones al horno, berenjenas rellenas a la menorquina, calamares a la romana, pan con aceite y quesos, de cabra de oveja, de vaca. ah, los quesos de Menorca. Y además el vino, celeste roble, de ribera del Duero. enseguida, lenguado a la plancha, cordero al horno, carne estofada con setas menorquinas, porciones generosas que no caben en la mesa, ni en uno, pero de las que no queda nada. El plan conquistador Puede tratarse de una luna de miel, una reconciliación, de revivir la chispa o del primer viaje en pareja. como sea, el plan funciona. Levántense a la hora que les dé la