Un tránsito por los mapas mentales

utilidades, cómo se realizan técnicamente y qué herramientas de software tenemos a nuestra disposición .... escritos y haya que borrar y rehacer. ... la idea de una asociación casi libre y personal causada por factores no explicados. ..... WIKIPEDIA: http://es.wikipedia.org/wiki/Mapa_mental (última consulta: julio de 2012).
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Un tránsito por los

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¿Qué es un mapa mental? Los mapas mentales1 son, en una primera definición descriptiva, diagramas que a través de textos e imágenes representan y organizan un abanico de conceptos e ideas alrededor de un tema central que oficia de punto de partida. Como sucede con otras formas de representación gráfica, no pueden ser solo definidos como una expresión visual de la información, si no que, desde los fundamentos de su creación y según sus usos, pueden ser herramientas de modelización y comunicación de conocimiento y de desarrollo cognitivo. El creador de los mapas mentales, el psicólogo británico Tony Buzan (http://es.wikipedia.org/wiki/Tony_Buzan), manifiesta en su libro How to Mind Map (2002) que es un “método de análisis que permite organizar los pensamientos y aprovechar al máximo las capacidades mentales”. Entonces, en cuanto herramienta que presenta estos dos aspectos (herramienta de representación de conocimiento y de desarrollo cognitivo) que, sin duda, tienen su complejidad, haremos el intento en estas páginas de explicar qué son los mapas mentales, en qué se diferencian de otras técnicas de representación gráfico-espacial del conocimiento, cuáles son sus utilidades, cómo se realizan técnicamente y qué herramientas de software tenemos a nuestra disposición para elaborarlos.

¿Cómo se realizan? Como se ve en la imagen que está a continuación, la idea de diseño de un mapa mental consiste en partir de una idea central y desde allí radiar, en forma exhaustiva y a través de ramas, todos los conceptos que encontremos y pensemos que se relacionan con ella; estos conceptos o ideas son agrupados en ideas clave y jerarquizados ubicando más cerca de la idea central las ideas más importantes o abarcativas y más lejos los conceptos secundarios y terciarios.

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También llamados “telarañas” o “mapas de ideas”. Si bien “mapa mental” es una marca registrada, usamos esta denominación por ser el nombre más difundido e impuesto.

Tal vez la primera impresión que podemos tener es considerar en qué medida una estructura de este tipo, con un nodo central y con ramas que se van abriendo desde él se parece a un mapa. El autor, en el libro citado, lo equipara con la representación de calles de una ciudad, pero la falta general de interconexiones pone en cuestión esa comparación. Igualmente, si interpretamos la idea de mapa como la de “representación de un territorio”, podríamos considerar que el término “mapa” es aceptable para mostrar una disposición de ideas en un plano.

Además de en su diseño estructural, las diversas guías destinadas a explicar cómo se realizan los mapas mentales hacen hincapié en que es central en la idea de su elaboración que desde el diseño visual el mapa sea atractivo, que presente imágenes, colores y flechas, que se destaquen visualmente los conceptos de mayor jerarquía, etcétera. Estos dos aspectos se conjugan, entonces, con los dos conceptos centrales en los que Tony Buzan apoya su propuesta: “asociación e imaginación”; es decir, aquellos procesos mentales en los que considera que se sustenta una elaboración eficaz de un mapa mental como herramienta del pensamiento. Entonces, si bien un mapa mental parte de un concepto o idea central y desde allí se van desprendiendo conceptos relacionados –en mayor y menor grado, y en forma jerárquica y clasificada–, no siempre se trata de descomponer el elemento central en sus partes de forma analítica (aunque, sin duda, es uno de los usos más frecuentes). Naturalmente, un mapa mental puede ser usado simplemente para descomponer un elemento en sus partes específicas yendo de lo molecular a lo atómico, y también puede usarse para separar los diferentes aspectos o partes de un sistema para analizarlo. Esto es perfectamente válido y muchos ejemplos que se pueden encontrar en internet van en este sentido. Pero lo que aporta en forma reiterada su autor es que el mapa mental, desde sus aspectos “descontracturantes” que buscan romper con la rigidez de pensamiento, a la hora de ser elaborado debería implicar una apertura mental acerca de qué elementos se incluyen en él. Por ello, recomienda para su elaboración partir de una tormenta o lluvia de ideas que genere, en principio, un número de términos que no pasen por el filtro de la autocensura; se parte del hecho de que si aparecen esas ideas, alguna conexión tenemos establecida. Luego, claro, llegará el turno de reflexionar sobre ellas, ver su relevancia, reconsiderar los objetivos acerca de la construcción del mapa, y desde allí tener finalmente en cuenta esas ideas o eliminarlas para no hacer confuso el mapa ni que quede de una amplitud inmanejable.

Habría que decir aquí, entonces, que si bien se pueden hacer mapas mentales para diferentes fines, no habría que olvidar que su objetivo inicial es ser una herramienta para la creatividad, para romper esquemas, para liberar ideas que evidentemente tenemos en la memoria a largo plazo –si optamos por usar términos de la psicología cognitiva–. Y cabe decir que no se trata de guardar fidelidad al creador de los mapas o de trabajar desde un paradigma libertario o mezclarlo con ribetes new age (como, de hecho, suele hacer su autor); se trata sobre todo –al menos para nosotros– de que el ejercicio casi catártico de liberar ideas obliga luego a un interesantísimo esfuerzo cognitivo de autoevaluación acerca de “por qué” surgieron en nuestra mente, de reflexión selectiva para ver con qué ideas nos quedamos o no según su pertinencia, relevancia y objetivos y cómo clasificamos, jerarquizamos y relacionamos esos conceptos e ideas. De otra forma, partiendo de la idea central y pensando luego prolijamente en categorías, subcategorías y finalmente llenando esas “cajas”, es probable que el mapa resulte solo un reflejo de las ideas conscientes, del saber cristalizado, que sea entonces solo una herramienta de representación –lo que de todos modos no estaría mal– y no se aproveche como herramienta de desarrollo cognitivo.

Pasos y tips para la elaboración de mapas mentales Tony Buzan y otros propulsores de la herramienta proponen una serie de pasos y premisas para realizar los mapas. Hacemos aquí una síntesis de ellos manteniendo el tono comunicacional que suelen presentar: 1. Dibuje en el centro de una hoja una imagen con una etiqueta de la idea acerca de la que tratará el mapa. En el centro de la hoja porque eso permite extenderse en todas las direcciones, y una imagen porque potencia la imaginación y se convierte en un centro de atención e interés.

2. Reflexione libremente sobre ese concepto anticipando mentalmente qué aspectos lo componen o cree que se relacionan con él. Olvídese de definiciones y largas frases, concéntrese en conceptos breves y sus imágenes. 3. Partiendo de la imagen, irradie hacia el exterior las ideas más importantes y abarcativas conectándolas con líneas y ramas curvas. Las palabras clave deben ir sobre las ramas y cada una puede tener un color diferente. Las

ramas curvas y asimétricas son mejores que las rectas porque son más atractivas y capturan la atención con mayor facilidad.

4. De estas palabras clave desprenda otras ideas asociadas, y de estas, otras menos generales uniéndolas con líneas curvas cada vez más finas a medida que se aleje del centro ya que esto ayuda a la representación y memorización. Opcionalmente, puede ordenar las ideas principales de acuerdo con el sentido horario o colocando números. 5. Utilice una sola palabra clave por línea porque los núcleos individuales de palabras clave proporcionan más flexibilidad al mapa. Cada palabra clave o imagen tiene un efecto multiplicador y contiene en sí misma un amplio abanico de asociaciones y conexiones. Las frases apagan ese efecto multiplicador. 6. Haga el mapa utilizando muchos colores e imágenes para que sea más divertido y fresco.

Algunos de estos tips están pensados para llevar adelante el mapa en papel. La gran ventaja en los softwares que vamos a ver es que la tarea mental puede flexibilizarse mucho más al no tener que pensar primero los conceptos más generales, luego los intermedios y finalmente los conceptos específicos. Esto último es hacer un poco rígido el proceso y es engorroso porque es probable que durante el proceso se nos ocurran otros conceptos generales o conceptos que engloben otros ya escritos y haya que borrar y rehacer. De otra manera, con un software tenemos la libertad de –como dice Tony Buzan– cerrar los ojos, pensar en la palabra central y luego registrar todas las ideas que se nos vayan ocurriendo, que vayamos “imaginando” precisamente a través de imágenes mentales que se nos representan por algún tipo de “asociación”. Volcando los conceptos en el mapa como se vayan representando en nuestra mente, podremos luego moverlos de lugar, cambiarlos de jerarquía, organizarlos en categorías, eliminarlos, etcétera.

Usos de los mapas mentales En cuanto a sus posibles usos y sus ventajas prácticas, varios de los sitios y textos dedicados a los mapas mentales los presentan como una herramienta no solo apta para la representación de conocimiento y como elemento para generar ideas, sino que van mucho más allá y los promocionan

como una herramienta “revolucionaria” para modificar las capacidades cognitivas del ser humano, tanto en los aspectos intelectuales como creativos. Cabe decir aquí que el concepto “mapa mental” es una marca registrada por su creador, Tony Buzan, y que existe un mercado alrededor de los mapas mentales; por lo tanto, creemos imprescindible considerar esto a la hora de leer las descripciones de esta herramienta en la web. Según Wikipedia: “Un mapa mental […] se utiliza para la generación, visualización estructura, y clasificación taxonómica de las ideas, y como ayuda interna para el estudio, planificación, organización, resolución de problemas, toma de decisiones y escritura”. Nos parece una buena descripción en cuanto a sus utilidades reales, ya sea para usos áulicos como para otros usos personales.

Críticas, ventajas y particularidades Ya que las utilidades antes planteadas pueden también aparecer en el momento de describir otras formas de representación visual de la información y, como ya dijimos, encontraremos ciertas exageraciones en sus ventajas; creemos que puede resultar útil marcar las particularidades, ventajas y limitaciones teóricas y prácticas de esta herramienta. 1. Dijimos que, para Tony Buzan, uno de los fundamentos teóricos del aprendizaje es la asociación; para él, el pensamiento funciona a través de ideas asociadas y el mapa plasma visualmente esas asociaciones. Ahora bien, lo que sucede desde la teoría es que Buzan no explica ni los mecanismos aso ciativos ni las reglas del pensamiento superior para organizar las ideas asociadas; de esta manera, da la idea de una asociación casi libre y personal causada por factores no explicados. Del mismo modo, si bien el mapa mental muestra ideas o conceptos conectados, no da cuenta de qué tipo de vínculo asociativo se presenta entre una y otra idea como sí muestran, por ejemplo, los mapas conceptuales y los mapas de conocimiento. Esto trae aparejado un posible problema ya que el motivo por el cual el sujeto ubica determinado concepto en una categoría depende de sí mismo y puede no ser útil para otras personas. De hecho, podrán hacerse diferentes lecturas e interpretaciones de un mismo mapa mental. 2. Otra crítica desde lo teórico se puede aplicar a la idea de “irradiación”. Buzan vincula esa idea con lo neuronal, con una célula que desde un centro lleva las señales a las delgadas dendritas, pero obvia decir que las neuronas se entrelazan en una red o malla. El pensamiento se basa en estructuras, no en una sucesión de sistemas radiantes que van de un pensamiento general y globalizador a sus partes, o a una serie desjerarquizada de conceptos clave relacionados. Pero más allá de esta objeción que se plantea a los fundamentos teóricos y a la idea-slogan de que “los mapas mentales son la representación del pensamiento”, creemos que sin duda sirven para una tarea de análisis o de recuento de elementos o factores alrededor de una cuestión. Y si bien no ofrecen una visión sistémica del problema porque no presentan mayores interrelaciones que las de inclusión de unas ideas en otras, esto último tiene su valor y utilidad.

3. Entonces, un mapa mental ordena y clasifica separando lo importante de lo trivial mediante un ejercicio obligado de organización y jerarquización; no busca explicar un tema o área de conocimiento, pero sirve como base para ello. Y un plus que ofrece es que no presenta esas funciones mencionadas de un modo lineal y monótono, sino que, al plantear una visualización radiada, globalizadora, con imágenes, colores y pistas visuales, puede ayudar a que su lectura final contribuya a un mejor entendimiento o, al menos, a una memorización más efectiva. 4. A veces se dice también que el mapa mental es “una herramienta de planificación”. Antes de proseguir, veamos este ejemplo que se presenta como una ayuda para organizar un viaje a Venecia. Mirémoslo con atención:

Sin duda, aquí están aflorando ideas y es probable que esa visualización nos ayude a organizar y planificar, pero ¿es realmente un recurso para la planificación? Planificar supone organizar recursos y tiempos estableciendo una secuencia de actuaciones, pero si prestamos atención al mapa anterior, podemos comprobar que estas características no están presentes. Por ejemplo: sabemos que las agencias de viaje, sean reales o virtuales, organizan paquetes turísticos en los que la contratación conjunta de transporte y alojamiento supone un ahorro de precio, pero ¿cómo reflejamos esta relación entre ambos campos de ideas si la técnica de mapas mentales no permite establecer relaciones entre ideas pertenecientes a diferentes ramas? Por seguir con el transporte, ya que estamos planificando, ¿no tendríamos que contemplar el tipo de transporte que utilizaremos para los desplazamientos entre el lugar de alojamiento y los sitios de entretenimiento a los que acudiremos? Desde el punto de vista de la planificación, ¿no sería importante considerar un campo referente a los gastos, en el que habría que incluir ideas que ahora se encuentran en otras ramas? Como dijimos, los mapas mentales aquí pueden servir para “listar” una serie de elementos, pero sin listas lineales, de una manera que permita recordar tal vez más fácilmente en qué debemos pensar luego para planificar el viaje. Al no aportar relaciones más que de inclusión (no hay causas y

efectos, no hay orden cronológico, no hay prioridades), solo se convertiría en una base para la organización y planificación real –aunque una base importante–. 5. Los mapas mentales, por el bajo nivel de restricciones formales para su elaboración, son un instrumento bueno y sencillo para tomar notas al graficar rápidamente y en forma improvisada. Por eso mismo, suelen ser muy personales.

Los mapas mentales en el aula La sección anterior trató de señalar cuáles pueden ser las utilidades reales que tienen los mapas mentales y cómo se puede aprovechar esta herramienta tan difundida, pero también propone reflexionar acerca de cierto discurso poco crítico que existe sobre ellos. Vamos a centrarnos, de acuerdo con las características señaladas, en sus posibilidades de cara al trabajo docente. 1. Pensándolos como una herramienta didáctica para el docente, no podremos considerarlos como elemento autónomo de portación de contenidos para que el alumno los interprete por su cuenta. Su carácter fuertemente subjetivo hace que pierdan legibilidad cuando se hace una lectura diferida ya que muchos enlaces y símbolos demandarán seguramente una explicación o ampliación. 2. En todo caso, tendrán una cierta utilidad como acompañamiento de una exposición o explicación, ya sea construyéndolos en el momento o recorriendo uno ya elaborado, mientras no se pierda de vista que su fuerte subjetividad condicionará mucho su validez. 3. Muy diferente, y justamente por la misma característica de subjetividad, es cuando se plantean como herramienta de estudio y organización personal para cada uno de los alumnos y alumnas. 4. Posiblemente, la situación en la que más rentabilidad se les puede sacar sea al inicio de un tema para detectar los preconceptos de un grupo de estudiantes. Un mapa mental elaborado colectivamente mediante un proceso de discusión grupal puede brindarle al docente orientaciones muy útiles sobre aquellos aspectos en los que deberá incidir para lograr aprendizajes significativos. 5. Y dentro del campo de los preconceptos individuales y grupales puede ser, dependiendo de las disciplinas, un recurso para hacer aflorar valores y actitudes que configuran lo que se denomina “currículum oculto”. Gracias a esta detección, se podrá orientar el trabajo educativo sobre aspectos tales como la xenofobia y el racismo, la desigualdad de género, la violencia, el consumismo, etcétera. 6. Cerrando esta lista de posibilidades, y en relación con lo planteado en el punto 4, los mapas mentales podrían ser una herramienta útil en una fase de evaluación. Más que como herramienta “objetiva” como visualizador del enriquecimiento conceptual que se haya producido tras trabajar sobre un tema: la comparación del mapa mental grupal final con el de detección de preconceptos puede mostrar si se ha producido un enriquecimiento que pueda imputarse a las tareas realizadas. Los invitamos entonces a que experimenten con ellos, saquen sus conclusiones y vean en qué situaciones y contextos les son de mayor utilidad. Veamos, finalmente, el siguiente mapa mental acerca de los mapas mentales, que plantea sus características según sus difusores:

¿Y los mapas de ideas? Ante el auge del tema de los diagramas para la visualización de la información, que lleva a que muchos profesionales de diversos campos escriban en la Web sobre el tema, y sumando las traducciones terminológicas ad hoc del idioma inglés (del que deriva la mayoría de estos conceptos), hay una gran confusión acerca de las similitudes y diferencias entre algunos tipos de representación visual. Y si encontramos errores de denominación en formatos ya más instituidos y con creadores identificados, como es el caso de los mapas conceptuales y los mapas mentales, mucho más se da en formas gráficas menos usadas, como son los casos de los mapas de ideas, telarañas, mapas semánticos y redes semánticas, entre otras. No es nuestra intención aquí solucionar confusión alguna, solamente queremos alertar de esta Babel en el campo de los visualizadores gráficos, y luego, a partir de la búsqueda en internet que hemos hecho y respetando a autores más acreditados, tomar una postura y trazar una línea separadora entre los diferentes esquemas para así poder tener –al menos con ustedes– un acuerdo de interpretaciones. Vayamos a ello.

Como dijimos antes, los mapas mentales han sido denominados en algunos espacios latinoamericanos2 como telarañas, tal vez para evitar el uso de una denominación con copyright como lo es la de “Mapas mentales” y algún tipo de reclamo cuando se trate de un uso comercial del término. Comprendido esto, hay que decir que tal vez “telaraña” no sea el término más feliz ya que no representa visualmente una equivalencia entre una tela de araña y lo que vimos como mapa mental; si bien ambas formas son radiales, la segunda no presenta una interconexión entre las ramas.

≠ Otra denominación usada para nombrar los mapas mentales es mapa de ideas (ver http://www.mapadeideas.com/). Y, en este caso, la expresión parece ser más acorde con lo que se puede ver plasmado visualmente y con el concepto de elaboración. Claro que, en esta diversidad, websites como Eduteka (www.eduteka.org) presentan los mapas de ideas como representaciones similares a los mapas mentales con la diferencia de que no se parte de un concepto central y no hay una jerarquización; entonces, se trata de una interconexión libre entre ideas sin mayor formalización o pautas a seguir. De todas maneras, en la generalidad y a partir de la fuerza de los usos sociales concretos, los mapas de ideas actúan como sinónimo de los mapas mentales, y en particular nos parece una buena denominación y de uso obligatorio si queremos incluirlo en una publicación o curso comercial para saltear el debido pago de regalías al autor por la marca “Mapas mentales”. Finalizamos aquí la recorrida por este laberinto de espejos. Sin duda, quedan más en el tapete, como mapas o redes semánticas (Pearson y Johnson), mapas cognitivos (Tolman y Lynch), mapas del pensamiento (Hyerle), mapas de conocimiento (Dansereau), etc., pero optamos por mostrar los más difundidos y los más factibles para usar en clase dejando de lado, sobre todo, aquellos de realización más formalizada y, por ende, más compleja.

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Eduteka, “Módulo de aprendizaje visual”. Disponible en: http://www.eduteka.org/modulos/4/99 (última consulta: julio de 2012).

Software para la elaboración de mapas mentales XMIND: HTTP://WWW.XMIND.NET Programa gratuito (open source3 y multiplataforma4) superior en estética y opciones al conocido FreeMind. Permite confeccionar: mapas de ideas, gestión de reuniones, organigramas, gestión de proyectos, calendario personal, etc., y sobre todo está pensado para crear mapas mentales. Su uso no es complejo, pero lleva un poco de tiempo dominarlo completamente. Ayuda que está en español. Permite exportar los mapas a varios formatos, tanto como imagen o pdf, e importar y exportar en formatos de otros programas como FreeMind y MindManager. También se pueden subir al sitio de Xmind para compartirlos si se crea una cuenta de usuario.

EDRAW MIND MAP: WWW.EDRAWSOFT.COM/FREEMIND.PHP Este software es una versión gratuita de otro programa de la misma empresa mucho más completo. Igualmente, este da muchísimas posibilidades porque tiene variadas y extensas librerías de formas y cliparts que harán muy sencilla la elaboración de diagramas de flujo, de causa-efecto, organigramas y mapas mentales. En este caso, no es multiplataforma y solo funciona en sistemas MS Windows. Si bien está en inglés, su uso es muy sencillo por su clara interfaz, similar a la del Office 2007. Simplemente hay que arrastrar los elementos al espacio de dibujo y luego agregarles texto, conectores, elegir entre una gran variedad de estilos visuales, etcétera. 3

Se denominan Open Source los programas que ponen a disposición de otros usuarios el código fuente para que pueda ser revisado y modificado para añadir nuevas funcionalidades. No se deben confundir con los programas Freeware que son gratuitos, pero en los que no se puede ver el código fuente. Aunque uno no sepa programar, que un programa sea Open Source es una garantía de que no contendrá virus o código malicioso ya que, al estar el código a la vista, otros programadores lo descubrirían inmediatamente y se daría la voz de alarma. En el caso de los programas Freeware, sí podrían contener código malicioso, pero no se puede saber porque el código fuente no se puede consultar. Por tanto, si en algún momento tienen que elegir entre dos programas con funciones similares, siempre será más seguro que elijan el que sea Open Source. 4 Un software es multiplataforma cuando existen versiones que permiten usarlo en cualquiera de los sistemas operativos más extendidos: MS Windows, Mac OSX o GNU/Linux.

También se puede exportar el diagrama a una amplia variedad de formatos, como jpg, png, gif, pdf, svg, etcétera. Un gran programa, completo y gratuito. MINDOMO: HTTP://WWW.MINDOMO.COM/ES/ Este es un software casi específico para realizar mapas mentales y uno de los sugeridos para realizar las prácticas porque su uso es sencillo y está en español. Por supuesto, contarán con un tutorial específico destinado a explicar su uso. Existen dos versiones de Mindomo, una versión Desktop o de Escritorio, que significa que se puede instalar en la computadora, que es completamente multiplataforma ya que hay versiones para Windows, Mac OSX, Linux y también para iOS y Android.5 También cuenta con una versión para usar on line, es decir, que hay que estar conectado a internet para usarlo. Se pueden grabar los mapas en el sitio de la empresa y compartirlos con otros usuarios, ya sea para que solo los vean o para que los modifiquen.

En este enlace verán un ejemplo de mapa online e interactivo hecho con Mindomo: http://goo.gl/V1CJT

MINDMEISTER: HTTP://WWW.MINDMEISTER.COM/ES Herramienta muy versátil y en español para realizar mapas mentales on line. No cuenta con versión de escritorio, pero sí con aplicaciones para iOS y Android. Si bien hay versiones Pro o Full (pagas) para usar on line, la gratuita es muy completa. Al igual que con Mindomo, hay que registrarse o crear una cuenta, aunque también permite acceder con nombre de usuario de Facebook o cuenta de Google.

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Sistemas operativos de iPad-iPhone y de varias marcas de tablets y smartphones.

Tiene plantillas o templates para iniciar desde allí los mapas; también, una abundante galería de cliparts para ilustrar los mapas y además, se pueden subir imágenes propias o alguna que esté en internet mediante su URL. Sumado a eso, se pueden agregar links a sitios de internet y adjuntar archivos. Permite compartir los mapas y trabajar colaborativamente con ellos. También, exportarlos como imágenes (jpg, png, gif, etc.), pdf y en formatos estándar como los de Freemind y Mindmeister (que, a su vez, puede importar). Una buena herramienta, aunque la interfaz a veces es poco clara para encontrar todas las opciones que presenta.

Bibliografía de referencia • BUZAN, Tony (2004), Cómo crear mapas mentales, Barcelona, Ed. Urano. • CAMPOS ARENAS, Agustín (2005), Mapas conceptuales, mapas mentales y otras formas de representación del conocimiento, Bogotá, Editorial Magisterio.

• DIPUTACIÓN FORAL

GUIPÚZCOA (2011), Curso Básico de Mapas Mentales. Disponible en: http://cursomapasmentales.igipuzkoa.net/ (última consulta: julio de 2012). DE

Sitios web

• WIKIPEDIA: http://es.wikipedia.org/wiki/Mapa_mental (última consulta: julio de 2012). • SEMINARIO TALLER MAPAS MENTALES: http://www.mapasmentales.org/ (última consulta: julio de 2012). • MAPADEIDEAS.COM: http://www.mapadeideas.com/ (última consulta: julio de 2012). • EDUTEKA: http://www.eduteka.org/modulos/4/99. Publicado el 1º de marzo de 2007 (última consulta: julio de 2012).

Autor: Equipo TIC del Instituto Nacional de Formación Docente Cómo citar este texto: Equipo TIC del Instituto Nacional de Formación Docente (2012), “Material de lectura: Un tránsito por los mapas mentales”, Especialización docente de nivel superior en educación y TIC, Buenos Aires, Ministerio de Educación de la Nación.