Un espectácUlo de la natURaleza

De cer- ca, de lejos, desde arriba, desde abajo, incluso desde adentro. Los más audaces se animan a embarcarse en un gomón para ser bautizados debajo de ...
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Un espectáculo de la naturaleza En medio de la verde jungla misionera, las Cataratas del Iguazú se imponen como un destino imperdible para cualquier tipo de viajero. Una aventura que fascina desde todos los puntos de vista.

Fotos: Prensa Iguazú Argentina

Se sabe que las Cataratas del Iguazú son uno de los fenómenos naturales más importantes del mundo. Pero ir a verlas en persona es una experiencia más espectacular de lo que uno pudiera imaginar. Por su inmensidad, la cantidad de agua que fluye incesantemente, la fuerza de su caudal expresada en el sonido y la blancura envolvente de la espuma, acercarse puede ser hipnotizante. Todos los ángulos regalan una postal. De cerca, de lejos, desde arriba, desde abajo, incluso desde adentro. Los más audaces se animan a embarcarse en un gomón para ser bautizados debajo de las cascadas. Salen empapados pero alucinados a la vez. Y de marco, todo el verde de la selva misionera, con sus mariposas, aves y otros animales silvestres que se cruzan por los senderos.

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En el lado argentino, las cataratas están ubicadas dentro del Parque Nacional Iguazú, un área preservada en el extremo norte de la provincia de Misiones, en plena selva. Conforman un sistema de 275 saltos de agua ubicados a 17 kilómetros de la desembocadura del Río Iguazú en las aguas del Río Paraná, donde se encuentran las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay. Se puede llegar en avión al aeropuerto de la ciudad de Puerto Iguazú, y desde allí al parque en transporte público desde la terminal, en remís o en auto particular o alquilado, ya que el parque cuenta con estacionamiento. ¿Por dónde comenzar? Hay varios circuitos. Todo depende del tiempo del que se disponga, aunque siempre conviene ir temprano por la mañana porque el parque cierra a las 5 de

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CURIOSIDADES - La presencia humana en la región se remonta a 10.000 años atrás, según indican restos de elementos como vasijas que se han encontrado a orillas del río. - El primer europeo que llegó a las Cataratas fue Alvar Núñez Cabeza de Vaca en 1542. Luego se establecieron los jesuitas hasta que la corona española los expulsó. - En 1934 se creó por ley el Parque Nacional Iguazú, con 67.720 hectáreas protegidas. la tarde. Sin lugar a dudas, lo que nadie quiere perderse es la Garganta del Diablo. Este recorrido, que tiene una duración de 2 horas, comienza en la estación del Tren de la Selva. Después del trayecto en tren, hay que caminar por una pasarela de 1 kilómetro hacia adentro del río, que es totalmente segura y apta para silla de ruedas. Esta caminata termina en un balcón con un mirador insuperable, frente a la Garganta del Diablo, con sus 80 metros de altura. Ahora, si uno va con tiempo, tal vez sea mejor dejarla para el final. El circuito inferior es una invitación a internarse en la selva durante una hora y media para observar las distintas cascadas a sus pies. La cercanía es tal que, por momentos, pareciera que el agua se nos va a caer encima. Los primeros en aparecer son los saltos Dos Hermanas, Chico y Ramírez, y por último el Salto Bosetti. En el segundo tramo, bordeando el río, se puede ver la Isla San Martín y embarcarse en una lancha para ir a visitarla. Y en el tercer tramo, pasando unas escaleras, se pueden ver los saltos Alvar Nuñez, Elenita y Lanusse, hasta llegar al punto de partida en Plaza Dos Hermanas. El circuito superior también dura 90 minutos pero como su nombre lo indica, la vista es desde arriba. El itinerario a través de pasarelas planas recorre los filos de las caídas de agua, lo que permite una vista vertical y en altura de las rompientes para llegar hasta el salto San Martín y los islotes del Iguazú Superior. Todos sus tramos son muy accesibles. El primero comienza con una sucesión de balcones miradores: Salto Dos Hermanas, Chico, Ramírez, Bossetti, Adán y Eva y Bernabé Méndez. En el segundo tramo, un brazo de pasarelas cruza el Río Iguazú Superior y llega hasta el borde del Salto San

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- En 1984 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). - En 2011 fueron declaradas Maravilla Natural del Mundo en una votación mundial organizada por New Seven Wonders. - En 2013 la UNESCO galardonó al Parque como Valor Universal Excepcional.

como La Ventana desde donde se pueden ver la Garganta del Diablo y los saltos brasileños.

Martín. Es el mirador con la mejor visión panorámica de todo el parque y puede verse la orilla brasileña. El tercero concluye el circuito por pasarelas que recorren los islotes del río casi a la altura de los árboles. Para quienes buscan aventura, el recorrido por la isla San Martín es un desafío de pleno contacto con la naturaleza y de esfuerzo físico durante dos horas. El embarcadero es en una playita de arena en la que se puede tomar sol. Una vez en el agua se cruza el Río Iguazú Inferior hasta llegar a la isla. Subiendo una escalera se accede al sendero que termina en un balcón frente al espectacular salto San Martín, el segundo más importante del sistema. También hay una formación geológica conocida

Del otro lado del río En Brasil, el Parque Nacional do Iguaçú fue creado en 1939. Tiene 185.262,5 hectáreas y protege una riquísima biodiversidad con especies de fauna y flora como el puma, yacaré overo, loro vinoso, gavilán real, entre muchas otras. Por esta razón, sumado al paisaje de singular belleza escénica de las Cataratas, fue declarado Sitio de Patrimonio Mundial Natural por la UNESCO en 1986. Muchos aseguran que del lado brasileño las cataratas se ven como una postal. Sin embargo, hay unas cuantas diferencias más en comparación con el lado argentino. En primer lugar, el recorrido es más corto. Puede hacerse en medio día mientras que el otro lleva un día entero o dos. La accesibilidad es otro punto a tener en cuenta. En este parque hay menos caminos y demandan un menor nivel de esfuerzo físico, por lo que es más adecuado para personas mayores o con movilidad reducida. Y

en lugar del antiguo trencito, hay buses con aire acondicionado y con audio-guía en varios idiomas. Si bien hay varias paradas antes de llegar a la Garganta del Diablo, el atractivo principal, se puede optar entre bajar a explorarlas a la ida o a la vuelta, y volver a subir en cualquiera de las paradas. Volvamos a la postal. La senda de las cataratas ofrece una visión panorámica del conjunto de saltos de agua desde distintos miradores durante el recorrido. En los más próximos, desde abajo, el acercamiento es tal que conviene llevar pilotos y proteger con fundas las cámaras y teléfonos móviles para no arruinarlos. Contemplar su inmensidad desde cerca es tan impactante que bien vale la pena empaparse. Son paredes blancas de 80 metros que caen con fuerza sin parar. Los días de sol incluso pueden verse varios arcoíris. El caudal medio anual del Río Iguazú en esta área es de 1.413 metros cúbicos por segundo, aunque en octubre puede llegar hasta 2.506. Para verlas desde arriba, el parque tiene una torre con ascensor de vidrio que permite un buen acercamiento. Antes de emprender el viaje a cualquiera de los dos parques, es recomendable llevar una mochila con agua para hidratarse, protección solar, repelente de insectos, gorra, además de calzado cómodo y lentes de sol. Es importante tener cuidado con el cuatí. Este animal se acerca por los alimentos y puede llegar a morder o rasguñar y transmitir la rabia humana. Y para quienes quieren más aventuras, se puede visitar el Parques Das Aves, que alberga más de 1.000 clases de aves tropicales de distintos colores de las cuatro regiones de Brasil. También hay safaris o expediciones por la selva en los dos sectores, y paseos nocturnos en catamarán a la luz de la luna.

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