economía | 3
| Domingo 19 De octubre De 2014
página tres
la semana que pasó
martes y miércoles
La inflación no se desacelera
El índice de inflación que dio a conocer el martes el Congreso se ubicó en 2,48 por ciento para el mes de septiembre. Con la suba del mes pasado, la inflación anual alcanzó 41,06%. El miércoles fue el turno del Indec. Según datos oficiales, el índice de precios al consumidor aumentó 1,4% en el mismo período, la mitad de las estimaciones privadas
miércoles
Informalidad laboral
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la informalidad laboral afecta a 46,8% de los trabajadores en la Argentina, y a 61,6% si se considera el segmento de jóvenes de entre 15 y 24 años. El trabajo fue elaborado con datos del Indec que corresponden a 2013. Unos 7,2 millones de personas trabajan sin derechos de la seguridad social
ÁLTER ECO Sebastián Campanario PArA lA nACIOn
Un casting para encontrar a los “emperdedores” s
obre el final de la quinta temporada de la serie humorística Seinfeld, George Constanza, un fracasado serial neurótico que personifica el actor Jason Alexander, decide que, dado que hasta ese momento todo le salió mal, comenzará a hacer exactamente lo contrario de lo que haría habitualmente: comer lo opuesto, tener la actitud 180 grados distinta frente a las mujeres, etcétera. En “El opuesto”, un capítulo de la quinta temporada de la serie (1994), el éxito comienza a fluir para Constanza, aunque, como es habitual, las cosas no terminan bien. ¿Hay algún fracasado sistemático, un George Constanza en el mundo del emprendedorismo? ¿Alguien a quien todo le salga mal? Al parecer, hay miles, pero sus historias casi no llegan a los medios. “El ambiente del emprendedorismo es un ejemplo perfecto de lo que nassim Taleb, el autor de El cisne negro, llama “evidencia silenciosa”, explica el abogado, emprendedor, fundador del Instituto Baikal y organizador de las charlas TEXxrioDelaPlata Emiliano Chamorro, “toda la evidencia que sale a la luz es de historias de éxito, de Google, de Facebook, y ello lleva a una falsa percepción de riesgo por parte, sobre todo, de los jóvenes, que llegan convencidos de que armar una startup exitosa es más fácil de lo que realmente es”. Chamorro da clases y mentorea a emprendedores en la Facultad de Ingeniería de la UBA. “A nivel internacional, la tasa de éxito de las startups oscila entre el 10 y el 20%. En
el ámbito local, creo que menos de uno de cada diez llega a buen puerto”, sostiene. Consultado acerca del error más común, Chamorro destaca que los emprendedores argentinos tienden a “querer inventar todo desde cero”, sin tener en cuenta avances que se hicieron en el exterior y que pueden servir como base. En el otro extremo, aparecen proyectos de copias de la última iniciativa-furor en los Estados Unidos, pero con poco valor agregado: “Un ejemplo típico: con el boom de Facebook acá hubo decenas de ideas para hacer una red social de nicho”, explica. Conscientes de la falsa percepción de riesgo que puede cimentar el exceso de historias de éxito en este ámbito, un grupo de empresarios se propuso traer a Buenos Aires el concepto de “Fuckup nights”, un evento en el que se cuentan sólo casos de fracasos y que hace dos semanas tuvo su segunda edición. “Vivimos en una ciudad donde el emprededorismo está creciendo y teníamos esta sensación de que lo venía haciendo con valores un poco equivocados, muy exitistas y más conectados con el fin que con el camino que hay que transitar para llegar a las metas”, cuenta a la nacion Daniela Gutman, responsable de gestión de eventos para emprendedores de la Maquinita, un espacio de coworking de Palermo que organizó las Fuckup nights, junto con el centro de emprendedores de la Udesa. “En los grandes eventos para emprendedores, la palabra la suelen tener los «triunfadores», que desde el escenario cuentan sus grandes conquistas como si en el
camino esas personas que hoy admiramos no hubieran tenido obstáculos o fracasos. nosotros vemos al fracaso como un eje de aprendizaje y sabemos que hablar de él no sólo transmite valores, sino que quiebra paradigmas establecidos, les damos la palabra a los que se cayeron y se levantaron, ya que no sólo brindan una mirada más realista, sino una mucho más inspiradora”, dice Gutman. las Fuckup nights se inventaron en México en 2012 y se hacen en Medellín, París, San Sebastián y Bombay. Por ellas, dicen los organizadores, ya pasaron “más de 100 fracasados”, aunque la consigna es un poco engañosa: no son verdaderos “George Constanza del emprendedorismo”, sino personas exitosas que en algún momento de sus carreras tuvieron que superar obstáculos. En las últimas semanas, aparecieron notas muy interesantes sobre el lado B del mundo de las startups. El semanario inglés The Economist publicó “emprendedores anónimos”, con las penas de este sector. “Está de moda romantizar a los emprendedores. los profesores de las escuelas de negocios alaban sus modelos disruptivos, los políticos los adulan por ser creadores de riqueza, y las revistas sacan a richard Branson en su casa del lago de Como. Pero la realidad puede ser tan romántica como un chicle de vidrio: cero seguridad laboral, ansiedad con el dinero propio de ludópatas crónicos y vida social de ermitaños”, sostiene la nota, que cita a empresarios famosos contando cómo su vida familiar desapareció, pasaron años durmiendo
en un colchón en la oficina y comiendo fideos, y su salud se deterioró. Un estudio de la Universidad de Washington en St. louis comprobó que, diez años después de dejar la universidad, los ingresos promedio de quienes se dedicaron a escalar en la vida corporativa eran un 35% superiores a los de quienes eligieron el cuentapropismo. Otro artículo que causó furor fue publicado en Medium (sitio online) por el empresario Ali Mese: “Cómo abandonar mi empleo corporativo por mi sueño de startup arruinó mi vida” tuvo cientos de miles de lecturas en su primer día. Allí Mese recomienda tener en cuenta, antes de embar-
carse en este tipo de viajes, que el dinero se acaba mucho antes de lo previsto, que las presiones familiares son intensas y que hay que contar con una pareja comprensiva. Y cita la máxima de lory Greiner: “los emprendedores están dispuestos a trabajar 80 horas por semana para evitar tener que trabajar 40 horas por semana”. Años atrás, la especialista en marketing, periodista y directora técnica de fútbol Kiwi Sainz escribió una columna en una revista dominical sobre los “emperdedores”, para lo cual se inscribió en un taller de gestión empresarial, una suerte de terapia de grupo para microemprendedores. la nota bien podría haber sido el guión
de un acto de stand up, con un chiste en cada línea, ideal para George Constanza. Muchos de los compañeros de Kiwi en el curso eran cuentapropistas a la fuerza, obligados a empezar de nuevo luego de haber sido despedidos con una indemnización. “¿Vos te pensás que a mí me gusta ser independiente? ¿Sabés las ganas que tengo de tener un jefe”?, le confesaba uno que se había pasado tres meses recorriendo los caniles de las plazas para convencer a paseadores de perros de que distribuyeran su comida para mascotas, “Fichás, hueveás, chateás, te vas. Eso es un buen laburo.”ß
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