Un actor para todas las pantallas

18 sept. 2012 - ra los músicos de rock, quienes hasta no hace ... para una futura publicación.ß. El rock también tiene memoria libros. ... el brasileño le puso.
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martes 18 de septiembre de 2012

Cage, en eL CoLón

CarLInhos brown

emotivo homenaje al compositor en el foyer del teatro |

el brasileño le puso carnaval al movistar free music; también se lucieron los café tacuba | PágIna 3

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El rock también tiene memoria

Juan Minujín

Un actor para todas las pantallas

libros. Las “leyendas” del rock cuentan su pasado en formato best seller

Protagoniza Dos más dos, la película argentina más vista por estos días, y el unitario Tiempos compulsivos en TV; pasado mañana sumará otro film, El cielo elegido natalia Trzenko LA NACION

Puede que sea una coincidencia, combinada con el tesón de un director, envuelta en una serie de casualidades y rematada por las dificultades que implica estrenar una película hecha a pulmón. Puede que el azar tenga mucho que ver con el hecho de que pasado mañana habrá dos películas en cartel protagonizadas por Juan Minujín, que coinciden con su participación en el elenco del unitario Tiempos compulsivos y su aparición –en rotación permanente en los canales de música– en el videoclip de la canción “La vuelta al mundo”, de Calle 13, dirigido por Juan José Campanella. Continúa en la página 2

Del teatro al cine y la TV, el actor interpreta a un cura en conflicto en el film que se estrena este jueves

CLásICa

la magia de vengerov abono bicentenario. intérpretes:

Maxim Vengerov (violín) y

Roustem Saitkoulov (piano). pro grama: Partita Nº 2 para violín solo,

BWV 1004, de Bach; Sonata (dúo) para violín y piano op 162 D 574, de Schubert; Sonata para violín y pia-

no Nº 9 op 47 Kreutzer, de Beethoven. sala : Teatro Colón. ★★★★★ excelente

C

ualquier calificativo aplicado al comentario del recital que protagonizó Maxim Vengerov el pasado viernes en el Colón, carece de significado o es insuficiente e insignificante. Ni siquiera es catalogable como un violinista que pertenece a una escuela u otra. Los viejos oyentes que escucharon violinistas a lo largo de estos últimos setenta años, sólo podrán reconocerle un antecedente en David Oistraj. No hubo otro que tocara como aquél. No hay otro que toque como Vengerov. Cuando Yehudi Menuhim viajó a la ex Unión Soviética para entrevistarse, escuchar y pedir que Stalin permitiera salir a Oistraj para dar recitales en Londres, dijo que una de las cosas que más le inte-

resaban era averiguar de dónde sacaba el ruso su sonido. Oistraj le prestó su violín, Menuhim tocó en él, pero el fascinante sonido no salió. Entonces comprobó que el sonido de Oistraj no estaba en su violín; estaba en él. El viernes, sobre el escenario del Colón, se reprodujo este milagro. Vengerov empezó con la Segunda partita de Bach para violín solo y cuando terminó con la Chacona, el público, antes de aplaudir, largó una exclamación, una especie de desahogo, después de casi media hora de tensión musical, con la respiración contenida. Su versión tuvo algo que aparece escasamente en los recitales: carácter y sentido. Esto es, estilo. Consiguió que la gente no pensara en él sino en Bach y en quien había creado esa maravilla que él estaba tocando. Luego, con la colaboración de un memorable pianista de primerísimo nivel, tocó un dúo de Schubert que raramente figura en programas violinísticos. Fue un Schubert vivo y el vuelo que le dio Vengerov no se puede atribuir solamente a su técnica de virtuoso ni al dominio soberbio de los medios mecánicos. Continúa en la página 2

Foto: eduardo carrera/aFv

“Siempre estoy trabajando en ellas”, fue la lacónica respuesta que le dio Bob Dylan al periodista de la Rolling Stone cuando éste le preguntó en qué habían quedado los volúmenes dos y tres de sus memorias, prometidos hace ya dos años por la editorial Simon & Schuster (que publicó el primer volumen, Crónicas, en 2004). En la entrevista exclusiva que la edición norteamericana de la revista publicó en la portada de su último número, el músico de 71 años reveló también que tenía casi terminados los capítulos referidos a las grabaciones de los discos The Freewheelin’ Bob Dylan (1963) y Another Side of Bob Dylan (1964). “Toda la primera parte de Crónicas supuestamente iba a estar basada en algún disco viejo, quizás Another Side of Bob Dylan, en algún momento de 1960. Iba a utilizar eso para luego ir hacia el futuro. Bueno, lo que pasó fue que me quedé allí. Cuando empecé a escribir sobre los primeros años en Nueva York, lo encontré extremadamente interesante”, explicó. En la última década, las memorias han sido un beneficioso negocio para los músicos de rock, quienes hasta no hace mucho preferían no ventilar de primera mano su pasado. Pero los tiempos cambian y Vida, las memorias por las que Keith Richards recibió un adelanto de 7 millones de dólares, vendió más copias que la sumatoria de todos sus discos solistas. En un mes, otras dos grandes figuras del rock llegarán a las librerías con sus autobiografías: Neil Young (Waging Heavy Peace) y Pete Townshend (Who I Am), mientras artistas como Yoko Ono, Jerry Lee Lewis y Robbie Robertson, entre otros, se encuentran escribiendo las suyas para una futura publicación.ß