TRES DÍAS DE LITERATURA. El seminario “Tres días con Coetzee” fue propuesto y dirigido por la Universidad Central de Bogotá, donde básicamente se hizo la presentación del escritor sudafricano: Jhon Maxwell Coetzee, Premio Nobel de Literatura en el año 2003. Durante este seminario, se realizaron seis sesiones de ponencias, en las cuales se propusieron diferentes textos, y así mismo, se debatieron asuntos con relación a las obras de J.M Coetzee, y el manejo de sus temas con respecto a su ética. En la conferencia inaugural, y como apertura del seminario, J.M Coetzee, en medio de su seriedad, presenta un texto literario inédito: “La anciana y los gatos”, un cuento que después de muchas revisiones sigue sin ser publicado. En este texto, J.M Coetzee propone un diálogo en un pueblo llamado San Juan, en España, entre una señora que recoge gatos porque de alguna forma siente que son los únicos que la acompañan, y un niño llamado Jhon, recién llegado de la ciudad; durante el diálogo, discuten principalmente el tema de la cara y el alma en los gatos, afirmando la anciana que los gatos no tienen cara, que los únicos que tienen cara somos los seres humanos. Además, luego le expone al niño otra idea, diciendo que así mismo, los gatos no tienen alma porque no la reflejan en sus ojos. Por otro lado, Jhon, escucha atentamente a la anciana, pero después le surgen preguntas, inquietudes, inseguridades, y por ende la contradice, oponiéndose a muchos de los argumentos que plantea su madre, la anciana. A pesar de tantas contradicciones, pude notar que Jhon cree en su madre, en lo que le dice, sólo que quiere resolver todas sus dudas, quiere escuchar todo lo que su madre tiene por decirle sobre un tema quizá no tan común como lo es un gato, su cara y su alma. Ahora bien, considero sobre el tema de los gatos, que aunque quizá ellos no reflejen su alma en los ojos (bien como lo decía la anciana en el texto), para mí, la reflejan en su comportamiento, en su ser, en su cuerpo; es decir, y a mi consideración, los gatos sí tienen alma y lo reflejan de la misma forma que el ser humano. Esto lo digo porque los gatos, aunque no son seres racionales, sino seres intuitivos, que se relacionan con la naturaleza como respuesta a situaciones concretas; como nosotros (los seres humanos), dan una respuesta por necesidad y sobre todo trabajan en sinergia, mutualismo y cooperación. Pero, para ir más allá del asunto, ¿Qué es el alma? Bien podrían decir algunas personas que es una parte del hombre, aquello que lo hace sentir y entender, constituyendo su esencia humana. También podríamos ponernos en la posición de que es una energía, y para mí, este concepto es aún más conveniente, sobre todo a la hora de decir que los animales tienen esa energía, esa alma que los mantiene con vida y les permite sentir, para que a través de esto logren actuar, sin importar que lo hagan de una forma intuitiva y no racional. Paso ahora, a otro asunto tratado durante el seminario: “Yo soy yo: un grito de libertad desde la palabra”, donde exponen algunos personajes como Magna, protagonista de “En medio de ninguna parte”. Óscar Emilio Alfonso Talero resaltó algo que personalmente
considero muy interesante “(…) Magna es un personaje esclavo, libre en su monólogo. Maldice haber aprendido a leer, pero bendice que ese leer le enseñó a escribir para ser libre, para apuntar cada instante de su vida, cada momento que la hace tomar conciencia de su ser, de lo que ella significa como mujer. (…) Magna ha hecho de su lenguaje natural un arte verbal, únicamente con el fin de transformarlo en su propio lenguaje, secundario, lenguaje del alma, el arte de la narración literaria. Así las cosas, la escritura de Magna es un fluir satisfactorio de su conciencia hacia su mundo exterior para explicar la vida y romper de esa manera lo que podría considerarse esclavitud. (…)”, esto me interesó demasiado, sobre todo al tener en cuenta la clase “Leer y escribir, arte y oficio”, porque considero que este fragmento explica correctamente cómo ese oficio de leer y escribir, para Magna, se convierten en un arte para la escritura. Logré retomar esto y relacionarlo con muchas cosas que hemos hablado durante clase, dejándome muy claro cómo se convierten la escritura y la lectura en arte y oficio. Además, esta parte de su ponencia me marcó mucho durante el segundo día del seminario, debido a que, aunque ya hice la lectura del libro, no había tenido en cuenta este punto de vista, y creo que ese era uno de los propósitos fundamentales del seminario, que al escuchar al otro en su opinión, en su posición frente a esa lectura que hizo, fuéramos capaces de recibir aquello con lo que más estábamos de acuerdo, de tomarlo y aceptarlo, o no, según lo consideremos. Por otro lado, ponencias como las de Jorge Iván Parra, Iván Gómez Muñoz y Jairo Restrepo, me resultaron igualmente interesantes; por ejemplo, en “La obra de J.M Coetzee, un catálogo de desgracias”, Jorge Iván Parra, afirma desde un principio que a Coetzee le interesa la literatura y no la fama, algo que considero digno de un escritor, debido a que él debe escribir por gusto y por pasión, según sus intereses, mas no para encontrar aprecio y superioridad en la sociedad. Además, dice que en el libro “Infancia”, J.M Coetzee narra en tercera persona, que tiene muy malas relaciones con su padre, y con su madre, una relación calmada, basada en el control y miedo a la soledad; afirma que es por eso que Coetzee es tan serio y parece bravo. “(…) El ambiente en que se educa al niño Jhon Maxwell Coetzee es el de la intolerancia racial, política y sobre todo religiosa, detecta problemas de identidad y tiende siempre más hacia la cultura inglesa que a la afrikáner y por ende a expresarse más en ingles que en afrikáner (…)”, es decir, Jhon es testigo de la oposición entre estas dos culturas impuestas en Sudáfrica, y el desprecio de las mismas por la raza de color. Ahora, reconozcamos a Iván Gómez Muñoz, con su texto “Coetzee es el otro: alteridad en una propuesta clasificatoria de la obra de J.M Coetzee”, donde considera un poco el tema de la pureza, y afirmando en ésta: “Es necesario el arte para contemplar la verdad”, esta frase generó en mí cierto impacto, debido a que él logra mostrarnos un significado quizá más profundo de la verdad, de aquella verdad que nos quiere mostrar el escritor en su libro, y así mismo, diciéndonos de alguna forma que no debemos ser lectores mediocres, que debemos aprender a sentir el arte de la escritura para lograr entender y contemplar
aquella verdad. Además, Iván Gómez, finaliza diciendo que en sus textos, Coetzee resume su vida como si fuera otra persona diferente, y en algunos de sus textos reflexionando sobre sí mismo al vivir fuera de Sudáfrica. Procedo ahora, al texto “El escritor y su devenir en lo narrado. El ámbito femenino en la obra de Coetzee”, de Jairo Restrepo Galeano, en el cual, una de sus frases más impactantes fue: “Ciertamente la muerte puede ser el último gran enemigo de la escritura, pero también es el enemigo de la muerte”, la elegí porque me llamó la atención el hecho de que él logre darle tanta importancia a la escritura, esa importancia que merece, afirmando que si la muerte logra acabar con la escritura, también podría acabar con sí misma. Luego expone en general las cuatro novelas de J.M Coetzee, en las cuales sus personajes principales son mujeres: “En medio de ninguna parte”, “La edad de hierro”, “Elizabeth Costello” y “Foe”, afirmando que en cada uno de ellos, Coetzee deviene en la mujer, se sumerge en la sensibilidad, los gustos, los sentimientos, la voluntad de la misma; no encarna al mundo femenino que narra sino que se mete en la piel. Ninguna de las cuatro novelas suena falsa, “Escribe en, de y desde la mujer. Se enclava en el cuerpo y espíritu femenino” dice Jairo Restrepo en medio de su serenidad. Pero al mismo tiempo, menciona que son mujeres de carácter, duras, analíticas, críticas, voluntariosas, cada narradora entra en el lenguaje, narrando y jugando con éste. Con lo dicho hasta ahora, podemos observar que durante el seminario se resalta a J.M Coetzee cómo un escritor arriesgado, capaz de sobresalir por sus excelentes obras literarias, encontrando una forma de expresarse, y así sobresaliendo de la particularidad, notable en sus ensayos y textos en general; llamando a esto “La ironía del reseñador”. Falta ahora un punto esencial durante el seminario, la conferencia de clausura: “Contra la censura”. Donde J.M Coetzee critica los sistemas de censura durante la lectura de un discurso inédito, en donde a partir de ejemplos, muestra su inconformidad hacia éstos desde su experiencia con respecto al régimen del Apartheid. Además, expone cómo el Apartheid se convirtió en un fenómeno histórico, debido a la censura de escritores en Sudáfrica. En su conclusión, J.M Coetzee critica a los sistemas actuales de censura, considerándolos perniciosos para la libre creación de ideas y pensamientos. Ahora bien, ya que el Apartheid fue un fenómeno histórico, con discriminación no sólo racial, sino además, político, económico y social, logró convertirse en algo que marca la historia y sobre todo de Sudáfrica, ya que es notable - como lo dice Coetzee -, la falta de tolerancia y de alguna forma, convirtiéndose en desprestigio y rechazo hacia buenos escritores, de vocación, que lo único que desean es expresarse a través de un texto sin ningún impedimento hacia su trabajo, es decir que, como todos, pretenden ser escuchados y valorados en una sociedad que podría ser tan cruel consigo, pero al mismo tiempo tan pasiva y callada ante las injusticias.
Para finalizar, quiero decir, y a mi consideración, que el escritor John Maxwell Coetzee, presenta un registro de textos y ensayos demasiado útiles y convenientes, donde expone sus temas no de la misma forma, sino jugando con el lenguaje y apropiándose adecuadamente de éste. Es por eso que sus textos suenan tan propios y correctos, él logra entrar en el personaje, y nos transfiere así, esos sentimientos y emociones que desea transmitir por medio de este complicado mundo de la escritura, que sin duda, vale totalmente la pena. Por: Angie Daniela Gualteros Campo.