P REPARING FOR THE C ONSECRATION OF THE A RCHDIOCESE OF S AN F RANCISCO TO THE I MMACULATE H EART OF M ARY Part 10 THE LULL IN THE HOSTILITIES continued into June. On the 13th of the month, the children returned at midday to the Cova da Iria to receive the second promised apparition of the Lady. About fifty people joined with them to witness the event. It was the great feast of St. Anthony of Padua, greatly celebrated in Portugal, where he was born. In Portugal, the feast of St. Anthony is the feast of children because of his devotion to the Child Jesus. Lucia’s parents had hoped that the St. Anthony festivities would distract her from her appointment with the Lady from Heaven, but Lucia was faithful. The Heart of Mary, Peterskirche, Vienna, Austria, by Leopold Kupelwieser (1796-1862)
Lucia tells us what happened: “After having said the rosary with Jacinta and Francisco and other people who were present, we saw again the reflection of light nearing us, (we used to say it was lightning), and following, Our Lady on the holm oak as in May. ‘Please tell me, Madam, what it is that you want of me?’
‘I want you to come here on the thirteenth of next month. I want you to continue saying the Rosary every day. And after each one of the mysteries, my children, I want you to pray in this way: O my Jesus, forgive us our sins, save us from the fire of hell. Take all souls to heaven, especially those who are most in need. I want you to learn to read and write, and later I will tell you what else I want of you.’ Stained glass, Our Lady of Fatima Chapel, Pequannock, New Jersey
‘Will you take us to heaven?’ ‘Yes, I shall take Jacinta and Francisco soon, but you will remain a little longer, since Jesus wishes you to make me known and loved on earth. He wishes also for you to establish devotion in the world to my Immaculate Heart.’ ‘Must I remain in the world alone?’ ‘Not alone, my child, and you must not be sad. I will be with you always, and my Immaculate Heart will be your comfort and the way which will lead you to God.’ The moment she said the last words, opening her hands, She transmitted to us, for the second time, the reflection of that intense light. In it we felt we were submerged in God. Jacinta and Francisco seemed to be in that part of the light which was rising to Heaven, and I in the part spreading over the earth. In front of the palm of Our Lady's right hand was a heart encircled with thorns which appeared to pierce it. We understood it was the Immaculate Heart of Mary offended by the sins of mankind, craving reparation.” †
LA CALMA EN LAS HOSTILIDADES continuó hasta Junio. El 13 del mes, los niños regresaron al mediodía a la Cova da Iria para recibir la segunda promesa de la aparición de la Señora. Alrededor de cincuenta personas se unieron a ellos para presenciar el evento. Era la gran fiesta de San Antonio de Padua, muy celebrada en Portugal, donde el nació. En Portugal, la fiesta de San Antonio es la fiesta de los niños por su devoción al Niño Jesús. Los padres de Lucía habían esperado que las festividades de San Antonio la distrajeran de su cita con la Señora del Cielo, pero Lucía era fiel. Lucía nos cuenta lo que pasó: "Después de haber dicho el rosario con Jacinta y Francisco y otras personas que estaban presentes, volvimos a ver el reflejo de la luz que nos acercaba (dijimos que era relámpago), y siguiendo a Nuestra Señora en el encino como en mayo. ‘-Por favor, dígame, señora, ¿qué es lo que quiere de mí?’ ‘Quiero que vengas aquí el día trece del próximo mes. Quiero que continúes diciendo el Rosario todos los días. Y después de cada uno de los misterios, hijos míos, quiero que recen de esta manera: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, sálvanos del fuego del infierno. Lleva todas las almas al cielo, especialmente a los más necesitados. Quiero que aprendan a leer ya escribir, y luego Yo les diré que más quiero de ustedes.’ ‘¿Nos llevará al cielo?’ ‘-Sí, me llevare a Jacinta y Francisco pronto, pero permanecerás un poco más de tiempo, ya que Jesús quiere que tú me des a conocer y que me en la tierra. Él también desea que ustedes establezcan devoción en el mundo a mi Inmaculado Corazón. ' ‘¿Debo permanecer solo en el mundo?’ ‘No estás sola, hija mía, y no debes estar triste. Yo estaré siempre contigo, y mi Inmaculado Corazón será tu consuelo y el camino que te conducirá a Dios.’ En ese momento en que dijo las últimas palabras, abriendo sus manos, Ella nos transmitió, por segunda vez, el reflejo de esa luz tan intensa. En ella sentíamos que estábamos sumergidos en Dios. Jacinta y Francisco parecían estar en esa parte de la luz que se elevaba al Cielo, y yo en la parte que se extendía sobre la tierra. En frente a la palma de la mano derecha de Nuestra Señora había un corazón rodeado de espinas que parecían perforarla. Entendimos que fue el Inmaculado Corazón de María ofendido por los pecados de la humanidad, ansiando la reparación”. †