Siete Prácticas Exitosas de las Mejores Organizaciones por Sebastián Molgaray * Analizando compañías regionales, pequeñas y grandes, identifico siete conductas que siguen sistemáticamente las empresas que obtienen importantes resultados económicos y que cumplen su misión más allá de las ganancias, esto es: buenos productos, buena imagen y crecimiento a largo plazo. A continuación enumero las siete prácticas que siguen las mejores organizaciones:
1. Contratación Selectiva Para lograr contratar a las mejores personas, es importante que la organización tenga una gran cartera de solicitudes de empleo y generar las condiciones para que siempre haya postulantes disponibles. Si están claras las destrezas y los atributos necesarios, es más fácil identificar a los mejores postulantes. Es preferible contratar en base a las habilidades y actitudes básicas que en las destrezas técnicas específicas, ya que las últimas pueden adquirirse con mayor facilidad dentro de la empresa; una condición necesaria para el reclutamiento en estas compañías es que la persona encaje perfectamente con los valores y cultura de la organización. En la contratación selectiva, los procesos de selección son largos procurando lograr los siguientes beneficios:
Garantizar que los finalistas han sido seleccionados con cuidado. Garantizar que los seleccionados se comprometerán, ya que si se han querido someter a largas pruebas es porque están interesados en la empresa y el puesto. Los seleccionados se sienten miembros de un equipo de elite, y por lo tanto resultan profundamente motivados.
La contratación selectiva es el inicio del equipo de trabajo que llevará adelante los objetivos de la organización con éxito.
2. Retribución más Alta en Función de Desempeño En fórmulas como la participación en ganancias o en el capital se consigue que los miembros de los equipos se identifiquen con la organización, y comprometan sus mejores esfuerzos para el logro de los objetivos. Una remuneración más alta en función del desempeño puede tomar la forma de participación en las ganancias o beneficios. La remuneración por adquirir nuevas destrezas impulsa a las personas a adquirirlas y así el personal es más flexible. La remuneración en función del desempeño promueve una forma justa de retribuir los esfuerzos de las personas, aumenta la motivación del personal y complementa la “Contratación selectiva” favoreciendo que los mejores puedan desarrollarse y se nivele hacia arriba el perfil de los equipos de trabajo.
3. Formación Intensiva y Capacitación Permanente La formación es una inversión y como tal requiere ser calculada. Las empresas que tienen éxito, tienen programas de capacitación y formación en las herramientas y áreas claves del negocio. La formación se centra en muchos casos en destrezas específicas, más que en competencias generalistas y cultura organizativa. Estas últimas son buscadas principalmente en los procesos de selección y contratación. Con esta práctica se logra que los mejores sean cada vez mejores y se generan acciones en el presente que impactarán en el crecimiento futuro.
4. Seguridad en el Empleo Despedir supone un costo para las empresas que han gastado mucho dinero seleccionando gente, formándola y desarrollándola. Los despidos ponen en la calle activos estratégicos importantes de los que se hace cargo la competencia. La política de la seguridad en el empleo conduce a una selección más cuidadosa y a contratar a poca gente para hacer más trabajo evitando así tomar la costosa decisión de despedir gente, que es beneficiosa a corto plazo, pero costosa a largo plazo. La seguridad en el empleo no significa que se tenga que retener a la persona que no trabaja con eficacia. Seguridad en el empleo quiere decir que no se pone a nadie en la calle por una recesión económica, o errores estratégicos de la alta dirección. Lo importante de esta práctica para el éxito es que genera confianza. Y la confianza, probablemente, sea el mayor factor de éxito organizacional a largo plazo.
5. Equipos Autodirigidos y Descentralización en la Toma de Decisiones Los equipos de trabajo tienen varias ventajas en lo referente al éxito organizacional; una de ellas es que los equipos aumentan la satisfacción individual en el trabajo, otra ventaja es que sustituye el control jerárquico del trabajo por un trabajo entre iguales, por ejemplo en el caso de obreros se controlan ellos mismos, se disminuye el ausentismo (los demás no quieren que uno falte) y se aumenta el sentido de responsabilidad: la suma de todos estos factores conducen a más iniciativa y a más esfuerzo. Adicionalmente, los equipos permiten que los empleados expongan sus ideas, y así consiguen mejores y más creativas soluciones a los problemas. Aplicando técnicas de creatividad o simplemente dialogando profundamente sobre los temas a solucionar.
6. Reducción de Barreras y Diferencias por Status La premisa fundamental de los sistemas de dirección de alto rendimiento es que la organización tiene mejoras cuando consiguen ideas, destrezas y esfuerzos de su parte. Pero la gente no se siente confortable cuando existen distinciones de status que separan a los individuos o los grupos y que hacen que algunos se sientan minusvalorados. La reducción de diferencias de status hace que las comunicaciones sean abiertas; una forma es la disminución de las diferencias salariales, otra forma es la existencia de un sistema de incentivos.
7. Difusión de la Información Financiera y de Rendimiento Dar información al personal sobre los aspectos financieros, estratégicos u operativos ayuda a que las personas sepan si están trabajando bien o mal y aumenta la autoconfianza de la gente. El sistema de difusión de la información financiera y de rendimiento implica que todos en la empresa conocen que su trabajo afecta al rendimiento general y en qué medida, que todo el personal reciba información detallada semanal y que todos reciban formación para entender e interpretar los números. Si bien estas siete prácticas no son determinantes para lograr el éxito en ventas, operaciones o marketing en una organización, son el cimiento con el cual las mejores empresas planifican sus acciones comerciales, operativas y técnicas que les permiten ser, simplemente, los mejores en sus actividades empresarias.
* Sebastián Molgaray Sebastián Molgaray es Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad de Morón y especialista en entrepreneurship. Trabajó 15 años en empresas de Telecomunicaciones y desde 2005 dirige su propia empresa de productos electrónicos orientados al público masivo.