“Siempre toqué en marcas importantes”

17 mar. 2010 - quizá me dispersé en muchas cosas en vez de hacer la mía. Además, al estar acostumbrado desde pendejo a tocar en marcas importantes, en.
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Espectáculos

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Miércoles 17 de marzo de 2010

MUSICA POPULAR Fabián “Zorrito” Quintiero: otra vez junto a Charly García

“Siempre toqué en marcas importantes” Continuación de la Pág. 1, Col. 6

ARCHIVO

Hilda, Charly, el “Zorrito” y García López

en algún punto, me haya perjudicado en el momento de emprender un proyecto propio”. Luego de una hora de charla en la que recordó lo difícil que fueron los primeros días tras la internación de Charly, de su tratamiento, de su recuperación y de los shows que ofrecerá García hoy y pasado mañana, en el Luna Park; luego de dialogar cómodamente de cocina, de fútbol, de rock y de televisión, Fabián Quintiero –desde hace tiempo conocido como “Zorrito” o “Zorro”– se anima a pensar su pasado. “Toqué con mucha gente –sostiene–, pero no tengo... ehhh, cómo decirlo... no tengo acciones de algún negocio que me permita vivir solamente de la música”. –¿Por qué? –A ver, repasemos: con Soda Stereo fui siempre un músico invitado, jamás iba a entrar al trío. El trío era hermético, para la imagen y para el negocio. Ellos lo tuvieron en claro y me lo transmitieron. Por eso también decidí irme a tocar con Charly. Además, quería aprender y cambiar, pero bueno, con Charly... las acciones las tiene él. Y si bien con los Ratones tuve una situación más de banda, yo me sumé a un grupo ya consagrado, no era mi historia. –¿Nunca te lo propusiste? –Yo creo que el hecho de no cantar me limitó bastante y reconozco que quizá me dispersé en muchas cosas en vez de hacer la mía. Además, al estar acostumbrado desde pendejo a tocar en marcas importantes, en escenarios grande y todo a lo grande, quizás haya sido difícil para mí tener que salir con la mía y arrancar de abajo. Cuando pude haber hecho algo, después de grabar el Unplugged con Charly, hice televisión (el programa Gustock, en MTV), abrí un bar (el primero de muchos, el Soul Café) y son cosas de las que también estoy muy orgulloso. Quizá no hice un disco, pero hice un restaurante que fue un lugar de encuentro para los rockeros. No toqué con Spinetta, pero el Flaco viene a comer a mi restaurante y me dice: “Ese pulpo que hacés no existe, me inspira”. Y yo me vuelvo loco, no te voy a decir que sea como tocar con él, pero para mí es un honor y estoy contento. Esa es mi parte italiana, a la que le gusta comer y agasajar al amigo con una buena comida.

El regreso En 2008, sin planes musicales a la vista, Charly García lo volvió a llamar para que se sumara al “operativo retorno”, tras seis meses de internación. “Creo que me llamó a mí porque sabía hacer el trabajo de tecladista de Charly, porque lo había hecho, porque me gusta hacerlo. Tocar todos esos arreglos y esas armonías es un lindo laburo como tecladista.” –En todo este tiempo, ¿qué fue lo más difícil de esta nueva etapa junto a Charly? –Lo más difícil fue al principio, la primera vez que fui a la clínica; entrar a un lugar donde pasás por tres puertas y las cierran con llave detrás

Ayer y hoy, los tres enfermeros de Charly

Charly García y su nueva banda, luego del primer concierto en Lima, Perú ARCHIVO

El Luna Park, un clásico del rock argentino

FEDERICO LOPEZ CLARO

El “Zorrito” fue el primero al que llamó Charly para volver a los escenarios

“Charly está más entusiasmado en viajar que en grabar. Y está bien que así sea. Se merece un descanso después de 40 años regalándonos canciones”

tuyo, ¿entendés? Y cuando entré, Charly estaba en una pieza con rejas. Yo le llevé un teclado y quizá también ese hecho signifique mucho para entender por qué hoy estoy con él: le llevé un teclado que usaba en la época que tocaba con él y unos auriculares. Charly me abrazó, lo abracé y no nos dijimos nada. Lo primero que dijo fue: “Enchufalo”. Se puso los auriculares y empezó a tocar. Ahí me mostró parte del tema “Deberías saber por qué”. Fue un momento emocionalmente difícil. Después todo se acomodó y creo que aporté lo mío de la mejor manera que

podía: armando un set de teclados que suena como él quiere. –¿Van a grabar temas nuevos? –Ya grabamos cosas en Luján, pero bueno, él habla de un disco nuevo porque sabe que es parte de lo que hace un artista. No es fácil, él mismo dice que es difícil porque tiene un standard muy alto de composición y no va a hacer cualquier cosa. Por eso no creo que grabar un disco sea lo más inmediato. Charly está más entusiasmado en viajar, que en grabar. Y está bien que así sea. Se merece un descanso después de 40 años regalándonos canciones.

El “Zorrito” dice que en los shows del Luna Park “se va a poder mostrar completo el cuento que habíamos ideado para Vélez”, que no se pudo ver debido a la tormenta. “Habíamos trabajado mucho para ese concierto. Hicimos 70 ensayos antes, incluyendo algunos con la puesta que finalmente no se pudo hacer. Por eso creo que con estos shows vamos a cerrar el círculo.” –¿Cómo está García? –El ahora más que nunca es el director de la orquesta. Por cómo está en esta etapa de su vida, más tranquilo, menos eléctrico, digamos, va mucho de director. Incluso durante un tema hace un ademán de director de orquesta que me parece que lo pinta muy bien en este momento. Ahora escucha todo y nos dice qué es lo que quiere. Antes cada uno hacía lo que quería, porque Charly estaba en su propio viaje, pero ahora te escucha... Igual, es terco como él solo. Cuando tiene una idea es muy difícil que cambie de opinión. Con lo cual, lo que quiero decir también es que nosotros estamos bajo sus órdenes y no al revés, como muchos piensan. No se hace nada que él no quiera. Ni cosas del negocio ni la lista de temas ni los arreglos ni las ideas del show. Bueno, es Charly García y se impone. Tiene con qué ser terco.

–¿Después de estos conciertos, cuál será el próximo paso? –Hay que ir despacio, él todavía está bajo tratamiento. No lo dejó ni se rebeló y eso también es nuevo para él. En el pasado ha probado tratamientos y se rebeló. Ahora, en la intimidad, jamás me dijo “sacame de acá, no quiero más esto”. Es un tipo grande, de 58 años, y se dio cuenta de que tuvo ciertos excesos. Dejó la joda por completo, está con su pareja, va al cine, hace natación y llega al ensayo antes que nosotros. La verdad, no sé cómo sigue la historia. Lo único que te puedo decir es que estos conciertos son muy importantes para él. –¿Y para vos? –A mí lo que me mueve es que será la primera vez que toque en el Luna con Charly, un lugar en donde lo fui a ver muchísimas veces como público. De hecho, cuando tocamos el año pasado yo prefería hacer cuatro shows en el Luna que uno solo en Vélez. El estadio es eyaculación precoz. Yo me quedo toda la vida con ir cuatro veces al Luna, estacionar el auto, bajar a los camarines, cambiarme, escuchar a la gente cuando se apagan las luces, subir, tocar, terminar e irme a comer una pizza por Corrientes. Eso es un clásico del rock argentino.

“El primer día estuve solo con Charly y comenzamos a ver qué era lo que quería hacer después de la internación en la clínica; al otro día llegó el “Negro” García López y al día siguiente se sumó Hilda [Lizarazu]. Revisamos los temas, limpiamos los originales y lo ayudamos en todo lo que podíamos”, recuerda Quintiero sobre los orígenes de esta nueva banda, que acompaña a García desde mediados del año pasado. –¿Y cómo funciona el ensamble con el trío de músicos chilenos? –Charly siempre quiso juntar esas dos situaciones: la banda con la que tocó antes de la internación [Kiuge Hayashida en guitarra, Carlos González en bajo y Tonio Silva Peña en batería] y nosotros, que habíamos sido la banda con la que más años tocó. Yo al principio no lo veía, pero Charly siempre defendió la idea de juntarnos. Son dos bandas mezcladas, distintas, que sólo Charly puede dirigir juntas. –¿Cuáles son las mayores diferencias entre este reencuentro y aquella primera formación de Los Enfermeros, de 1986? –En esa época yo recién empezaba, tenía 20 años y tocar con él era todo ilusión, aprendizaje total. También era una época en que nos veíamos mucho más fuera del escenario, íbamos mucho a su casa, íbamos a comer, salíamos todas las noches, íbamos a Prix D’ami, curtíamos más juntos la vida en general. Hoy las cosas son distintas, estamos más grandes y cada uno puede tener su historia aparte. Además, aunque lo sigo respetando como siempre, ya no le tengo el miedo que le tenía en aquellos años. Cuando arranqué, su palabra era lo único que valía. Por ahí tenía que salir con alguien, ir al cine o lo que sea y no te dejaba ir del ensayo. Nadie se animaba a decirle nada, ni se discutía. Ahora te escucha más. Además, otra diferencia importante es que en aquella época estaba [Fernando] Samalea. A todos nos hubiera gustado que él tocara la batería, pero ya estaba comprometido con Cerati. PARA AGENDAR

Charly García, en su primer concierto del año en Capital Federal. Luna Park, Corrientes y Bouchard. Hoy y pasado mañana, a las 22. Entradas, desde $ 90.

CINE Estrenos

Estreno de mañana: Número 9, de Shane Acker

La salvación en un muñeco de trapo

Esta semana. Siete novedades: romance, acción, un film de animación y una producción nacional

El director Shane Acker habla de su film de animación, una fábula apocalíptica producida por Tim Burton

El libro de los secretos (EE.UU.) De los hermanos Hughes. Con Denzel Washington y Gary Oldman. En una tierra sin civilización ni ley, un hombre busca la paz.

Por Natalia Trzenko De la Redacción de LA NACION La animación, sea tradicional, digital y todas las técnicas intermedias o relacionadas, es muchas veces sinónimo de película infantil. Claro que hay excepciones. Tantas que ya parecen más la regla que su ruptura. De Pixar y sus historias profundas, adultas, enmascaradas en puro entretenimiento para toda la familia, a los detallados y espirituales films creados por Hiyao Miyazaki (El viaje de Chihiro) y películas como El extraño mundo de Jack y El cadáver de la novia de Tim Burton, los dibujos pueden ser mucho más que el estreno para las vacaciones de invierno. Y en ese mismo grupo está Número 9, la película producida por Burton que Distribution Company presenta esta semana en la cartelera local. “Me parece que esta historia puede ser vista a muchos niveles. Por un lado tiene bastante del puro entretenimiento de los films de Ray Harryhausen y su animación stopmotion, y luego también hay otras capas que son más oscuras en términos narrativos. Quise hacer una película que le hable a los adolescentes de 13 o 14 años que todavía se entusiasman por estos muñecos fantásticos que viven en un mundo extraño que incentiva la imaginación”, dice Shane Acker, el director y creador de Número 9, vía telefónica a LA NACION. Esos muñecos a los que se refiere el realizador son los protagonis-

Los personajes del film viven en un mundo arrasado por un cataclismo en el que intentan sobrevivir sin perder lo que los hace sentir

Nueve combate a unas espantosas máquinas

FOTOS DE DISTRIBUTION COMPANY

tas de un relato que ocurre en un mundo arrasado, posapocalíptico, en el que no parecen quedar más seres vivos que un puñado de muñecos de trapo perseguidos por unas máquinas monstruosas. Originado en un cortometraje animado que consiguió premios en los festivales de su género y hasta una nominación al Oscar, el film cuenta con un héroe intrépido, el 9 del título, que no conoce nada de su origen ni porqué está aparentemente solo en esa tierra tan inhóspita. Como el monstruo de Frankenstein pero mucho más tierno, 9 no sabe o no recuerda nada de su propia creación. Hasta que se encuentra con otros de su ¿especie? “Los protagonistas son criaturas mecánicas con espíritu humano. Son

como títeres que cobran vida gracias a la inyección de un espíritu humano. Antes los llamaba simplemente muñecos de trapo pero alguien en algún momento empezó a utilizar el término stitchpunk en la relación a la película así que ahora los llamamos criaturas Stitchpunk”, explica Acker haciendo referencia a una nueva rama del género steampunk cuyos relatos estaban ambientados en la era del carbón y el vapor de la revolución industrial. Su idea para la ambientación nació de la fantasía de un mundo victoriano destruido por algún evento bélico que lo dejó atrapado en el tiempo de las máquinas y sin llegar nunca a lo digital. “Es una realidad alternativa, un

mundo retrofuturista. Se trata de un pasado posible, no nuestro pasado pero uno que podría haber sido. Quería que la película transcurriera en un posible período entreguerras, muy oscuro para la humanidad, ese punto en el que pudimos haber perdido todo, especialmente nuestras almas. Así, los hombres son responsables de su propia desaparición y su última esperanza son estas criaturas que representan la sensibilidad y las emociones perdidas”, se entusiasma.

Un sueño cumplido Tanto en su espíritu por momentos melancólico y siempre sensible, las criaturas recuerdan mucho al universo creativo de Tim Burton. Y la re-

lación no es casual. Es que al tiempo de ampliar el cortometraje a un largo, Acker consiguió presentarle su idea al director de El joven manos de tijera. Un sueño cumplido aunque haya tenido que hacerlo por teléfono. “Alguna gente que lo conocía pensó que Burton sería el padrino y mentor ideal para este proyecto así que me puso a trabajar en la expansión de la historia y cuando me pareció que estaba lista hicimos una presentación telefónica. Al final de esa conversación él dijo que quería involucrarse como productor y eso puso todo en marca”, recuerda el director que creó un personaje, esencial para el desarrollo de la aventura, que hasta se parece un poco a Burton. “Es un homenaje para él porque primero que nada esa criatura es un artista que se expresa a través de sus dibujos, que es consciente de la desintegración de su mundo y expresa eso de manera muy fuerte. Tiene el pelo alocado de Burton y hasta su ropa tiene rayas como muchos de los primeros personajes que él hizo en su época como animador”, termina Acker, el creador de ese bello y desolado universo paralelo en el que la salvación es un muñeco de trapo con corazón de reloj antiguo y alma muy humana.

Un sueño posible (EE.UU.) De John Lee Hanckock. Con Sandra Bullock y Quinton Aaron. Un joven afroamericano es adoptado por una familia blanca que lo ayuda a cumplir con su potencial.

Están todos bien (EE.UU.) De Kirk Jones. Con Robert De Niro y Drew Barrymore. Un funcionario rural jubilado desea reunir a sus cinco hijos.

Paco (Argentina) De Diego Rafecas. Con Tomás Fonzi, Norma Aleandro y Esther Goris. Ver nota aparte.

El pescador y su mujer (Alemania) De Doris Dörrie. Con Alexandra Maria Lara y Otto März. Dos veterinarios alemanes conocen en Japón a una compatriota con la que vivirán una serie de situaciones amorosas.

Número 9 (EE.UU.) Film de animación de Shane Acker. Ver nota aparte.

Los últimos días de Emma Blank (Holanda) De Alex van Warmerdam. Con Annet Malherbe y Gene Bervoets. Ver nota aparte.

Más información. Mirá los avances de las películas en www.lanacion.com.ar