SARTRE: POLÍTICA, FILOSOFÍA Y GRUPALIDAD Aspectos de la ‘Crítica de la razón dialéctica’ I ‘Conversaciones con Sartre’ (1) es un libro de entrevistas que le hacen a Jean- Paul Sartre, entre 1970 y 1974. Son una especie de repaso y balance de toda su obra y lo que hizo con su vida. Habla desde sus primeros escritos literarios (la novela ‘La nausea’, el de cuentos ‘El muro’), sus ensayos flosófcos infuenciado por la fenomenología de Husserl, la aparición de ‘El ser y la nada’ que escribió estando en cautverio y que editó en 1943, durante la ocupación de los nazis en Francia. Es interesante entender su vida por etapas. Antes de la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación y lo que sucederá después de la guerra y la liberación de Francia en 1944. Una de sus mejores biográfas Annie Cohen- Solal (2) plantea la tesis de la relación entre sus obras flosófcas y los acontecimientos polítcos por los que atravesaba. ‘El ser y la nada’ era una respuesta a la muerte precoz de un grupo de la resistencia (3); ‘Cahiers pour una morale’, lo escribe entre 1947/48 (no se edita hasta 1982) (4), respondería a las difcultades que tenía en el partdo que había creado como una tercera opción al partdo comunista francés y a la derecha nacionalista agrupada alrededor del General de Gaulle, apenas concluyó la guerra. Y fnalmente ‘Crítca de la razón dialéctca’, que lo elabora a fnes de la década del 50 y sale en 1960; era después de romper con sus ‘compañeros de ruta’ comunistas entre 1952- 1956. Explicarlo por etapas es una forma de ver si hay contradicciones en el Sartre flósofo de la libertad. Pero también servirá para entender ‘la serialidad’ en la construcción de nuevos conceptos de los grupos que desarrolló en los dos tomos de la ‘Crítca’. Cuando concluyó la guerra, junto a otros intelectuales y sus ex alumnos (donde fue profesor de escuelas antes de la guerra), crea ‘LES TEMPS MODERNS’, que venía a reemplazar otras revistas literarias que habían sido colaboracionistas durante la ocupación. La gente necesitaba nuevas voces. El éxito fue inmediato. A su vez un opúsculo ttulado ‘El existencialismo es un humanismo’, era una forma más simple de divulgar qué decían las 770 páginas de ‘El ser y la nada / Ensayo de ontología fenomenológica’. Una obra de teatro (‘Las moscas’, representada durante la ocupación), las tres novelas agrupadas con el ttulo: ‘Los caminos de la libertad’, lo catapultan a la fama. Viaja a EEUU en 1946, como corresponsal para el diario Combat (lo postuló Albert Camus, quien dirigió el diario desde la resistencia). Luego de escribir varias notas, trae una obra de teatro- con lo que había visto en el sur de EEUU- ‘La mujerzuela respetuosa’ (‘La putain respectueuse’) sobre el racismo. En New York, como en París tuvieron muchísimas representaciones. Sartre comenzaba a ocupar de nuevo en la tradición francesa y europea lo que Zolá había hecho con el ‘Yo acuso’. Los intelectuales eran tenidos en cuenta. Entre 1946 y 1952, Sartre era atacado por los comunistas franceses y otros intelectuales europeos (Georg Lukacs, lo llamaba ‘la hiena’). Su obra de teatro ‘Las manos sucias’ (donde plantea un problema moral de los militantes, tan actual) generaba polémicas entre las izquierdas. ¿Por qué Sartre se acercó en ese período a sus ‘compañeros de ruta’?, por muchas
razones explica en estas entrevistas. La guerra de Corea y la intervención de las dos potencias (la URSS y EEUU), la muerte de Stalin en 1953 (que generaba un ‘deshielo’ y una especie de apertura), la detención de Henry Martn, un marinero (que pertenecía al partdo comunista) que se negó a ir a reprimir en la zona de indochina (donde se va a iniciar la guerra de Vietnam unos años después), regiones que en eran colonias francesas. El partdo comunista francés (PCF) representaba a la clase trabajadora francesa y en ese tempo- escribía- las clase medias miraban el modelo norteamericano con el salvataje de dólares del Plan Marshall y la aprobación de bases militares (lo que iba a ser la futura OTAN). Pero lo que más angustaba esa década del 50, era la creencia que vendría una tercera guerra mundial, con el inicio de la ‘guerra fría’, y que Francia sería ocupada por los rusos. La pregunta que se hacía muchos de los intelectuales de izquierda, era: ¿qué harían?. Sartre decía que no huiría. Este debate está en mucha de la literatura de ese tempo. La pelea con Camus, Merleau- Ponty, Aron, Malraux, tenía algo de esto. Viajó por diversas ciudades de la URSS, estuvo en el Congreso por la Paz en Viena, junto a Picasso, Aragon,Brecht y los latnoamericanos, Pablo Neruda y Jorge Amado. En 1955 visita China que ya desde 1948 había hecho su revolución con Mao tse Tung. Produce poco por ese tempo, novelas que no concluye, y en ‘LES TEMPS’ edita ‘Los comunistas y la paz’ y ‘El fantasma de Stalin’. Los tanques rusos invaden Budapest en 1956 y Sartre ya deja de ser un ‘compañero de ruta’; comienzan otra vez los ataques del PCF, cuando los empieza denunciar. Denuncia no solo la ocupación (como lo volverán a hacer los tanques rusos en Checoslovaquia en 1968) sino la cobardía del PCF al arrodillarse ante Moscú, diferente a lo que hacía el PC italiano o el de Yugoeslavia. Por ese tempo estalla, lo que conoceríamos como ‘la guerra de Argelia’. Esta era una colonia desde 1824 del imperio francés. Africa, Asia, Latnoamérica, todos esos contnentes comenzaban a despertar. En la década del 60, está en Cuba (donde se encuentra con Fidel castro y el ‘Che’ Guevara), Brasil (donde se queda tres meses, como una forma de protegerlo, ya que había tenido atentados en París, por la OASmilitares de ultradercha- que se había levantado en Argelia) (5), Japón. Su obra había empezado a traducirse a varios idiomas.
II ‘Crítica de la razón dialectica’ no solo tuvo repercusión en la lengua francesa, sino en el mundo anglosajón. Ronald Laing y David Cooper (6) son dos psiquiatras- que luego serán conocidos como integrantes de LA ANTIPSIQUIATRÍA- que en Inglaterra, toman conceptos de la filosofía Sartre. En el libro ‘Razón y violencia’ Sartre les prologa: “Creo también que no se puede estudiar ni curar una neurosis sin un respeto fundamental por la persona del paciente, sin un esfuerzo constante por captar la situación básica y por revivirla, sin un proceso que trate de encontrar la respuesta de la persona a esa situación, y pienso- como ustedes, segun me pareceque la enfermedad mental es la salida que el organismo libre, en su unidad total, inventa para poder vivir una situación no vivible. Por ese motivo considero altamente meritorias sus investigaciones, en particular el estudio que intentan del medio familiar tomado como grupo y como serie, y estoy convencidos de que sus esfuerzos
contribuyen a acercarnos al momento en que la psiquiatría será por fin humana”. De esta manera agradecía a los psiquiatras, el haber comprendido la ‘Crítica’. Lo hacían desde un enfoque ‘existencial’, fenomenológico y grupal. En la tercera parte del libro: ‘Del grupo a la historia’ Ronald Laing analiza el proceso de grupo busca responder en lo inteligible y lo ininteligible: ‘se pueden ver cismas y esclerosis, supervivencia inútiles, desgarramientos y desgastes locales, estratificaciones, homostasis, tendencias de grupos, conflicto de roles y funciones, es a lo que están sometidos los miembros de un grupo y lo forjan por medio de la praxis y lo hacen en y por el acto mismo en que se someten a ella, en la medida que la soportan’. Pero agrega el autor que la libertad es la conquista de la alienación (7). Sartre hablaba de ‘juramento y terror’, era lo que había pactado el grupo. Sobre esto Laing enuncia: 1) la unidad del grupo le llega desde afuera por los otros, y con esta primera forma de unidad el grupo existe como un otro, 2) en la interioridad del grupo, el movimiento de la reciprocidad mediada constituye la unidad de la comunidad práctica como una destotalización perpetua engendrada por el movimiento totalizador, 3) la experiencia dialéctica como totalización: el nivel de lo concreto, el lugar de la historia. Hay que aclarar que Laing venía de estudiar a fines de los ’50, la ‘locura’ de las familias y de como se psicotizaban o cómo incorporaban a sus hijos en su propia psicosis (‘Cordura, locura y familia’ es un libro de Laing junto a Esterson, sobre familia de esquizofrénicos). La línea inglesa tenía con fuerte influencia del psicoanálisis kleiniano, que continuó Bion con todo su trabajo en grupos. Cooper trabajará en su gran experiencia antipsiquiátrica conocida como ‘Villa 21’ (una comunidad terapéutica para esquizofrénicos, donde se abolieron todas las formas de violencia) y Laing, ya había creado ‘Kingsey Hall’, donde terapeutas y pacientes convivian en el mismo lugar. Por su formación en Tavistock Clinic (donde se enseñaba psicoanálisis) sabía distinguir entre el psicoanalísis del yo (la línea oficial de la Asociación Psicoanálitica Internacional) y el ‘psicoanálisis existencial’, que ya postulaba Sartre en sus obras de filosofía existencialista. Es interesante marcar estas corrientes por como en la Francia de Jacques Lacan con su ‘retorno a Freud’ (a fines de los ’50), junto al nacimiento de ‘Las estructuras elementales del parentesco’de Levi- Strauss, Roland Barthes (desde la linguística y la semiótica), y ‘Para leer el capital’ de Louis Althusser, generan un nuevo movimiento que lo denominan estructuralismo. Para algunos observadores coinciden la llegada del estructuralismo con el retorno del General de Gaulle al gobierno, que concluye en mayo del 68 (por las revueltas universitarias). La influencia de Lacan permitirá también generar toda la corriente de Didier Anzieu y Rene Kaes, en los conceptos de ‘fantasma’, ‘transferencia’ e ‘inconciente grupal’. III José Bleger (integrante de la Asociación Psicoanalítica Argentina en los ’60) fue crítico de la idea de serialidad, porque no pudo explicar que el proceso grupal es un proceso dialéctico y de su totalización (la idea de la totalidad en movimiento). Para Sartre el
grupo se constituye contra la serie. Al estar en constante tensión un grupo tiende a volver a la serie (si partimos que un grupo tiene una vida efímera). El mejor ejemplo que analizan sobre esta concepción de los grupos la he leido en las entrevistas citadas; explican el ‘ejemplo del autobus’: el grupo expresa una subjetividad creativa al desplegar su libertad intencional. Una manera de responder a cómo se vive en una sociedad atomizada. Para ello plantea el ‘grupo de fusión’ en acto. ‘Una serie de personas está esperando un autobús en una parada, los micros que pasan no se detienen. Deciden parar uno de ellos y le piden a quien maneja el micro que los vaya acercando para el lugar donde viven. Toman el control del colectivo’. Aquí dejaron de ser seriados y pasan al acto de grupo, luego de abandonarlo se vuelve seriado; pero ya permanecerá alterado, afectado al estado de las cosas. Sartre en ‘Crítica’ cita innumerables ejemplos de la historia: los parisinos que tomaron la Bastilla, la comuna de París, los marinos amotinados del Kronstadt, el pueblo de Petrogrado al apoderarse del Palacio de Invierno, los estudiantes de la revolución cultural, los estudiantes parisinos de mayo del 68. En Buenos Aires, se está volviendo a escribir sobre estos dos grandes pensadores Sartre y Lacan desde la filosofía y el psicoanálisis. Falta desarrollar más aún todo lo que buscó en sus estudios sobre existencialismo y marxismo. A la luz de los grupos, nuestro país es una de la pocas capitales lacanianas (la otra es Barcelona y Paris), y también ha tenido sartreanos del mundo de la literatura y la filosofía (Arias, Masotta, los hermanos Viñas, Sebrelli, Piglia, Feinman) en los ’50 y ’60. Actualmente Sartre está volviendo a ser analizado desde paralelos del psicoanálisis ‘existencial’ y lacaniano ( o tal vez milleriano), pero ese análisis queda en lo fenomenólogico y lo ontológico. Aún lo dialéctico (como filosofía del marxismo), la historia, la libertad, no se ha profundizado. Esta última observación tiene que ver con la construcción de su obra en ‘proyecto’. En la trilogia de ‘Los caminos de la libertad’ decía: “Quiero escribir una novela sobre la libertad. Retratar los caminos que debimos tomar algunas personas y algunos grupos sociales entre 1938 y 1944, los años de la Segunda Guerra Mundial”. Esa es una mirada ‘grupalista’. Ya no es solo un sujeto- sujetado. Es el individuo en situación. Determinada generación de psicólogos (sociales, institucionalistas, de las universidades, de grupos de estudio), puede hacer tambien su balance de lo que ha sucedido con sus ‘grupos sociales’ y su ‘compromiso’ (como una moral de la libertad) con la salud mental, con los acontecimientos políticos y sociales de estos treinta años de democracia (por citar algo en una línea de tiempo directa). ¿Qué ha sucedido con los sindicatos, las asociaciones profesionales, los hospitales públicos, las cooperativas en estas tres décadas? ¿Cuál será su devenir? ¿cuáles deberan ser las nuevas formas de intervención ante tanta gente que vive en la alienación? Carlos Liendro
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NOTAS: (1) John Gerassi. ‘Conversaciones con Sartre’. Gerassi por pedido de Bertrand Russell, invita a Sartre a formar parte del Tribunal contra la guerra de Vietnam. Uno se impresiona por todo el interés que tenía por lo que estaba sucediendo en Latinoamérica (especialmente por la caída de Salvador Allende en Chile) y lo que pasaba entre Palestina e Israel. (2) ‘Sartre 1905- 1980’. Annie Cohen- Solal. (3) Sartre fue movilizado como soldado durante la guerra. Queda detenido cuando son derrotados. En este tiempo empieza a elaborar nuevas ideas sobre su concepto de la libertad que plasmará en obras de teatro, ensayos, guiones de cine, novelas. Escapa de su cautiverio y pasa a integrar un grupo de la resistencia francesa. (4) ‘Cahiers pour une morale’. 1982. Edición revisada por Arlette Elkaim- Sartre (hija adoptiva y albacea). Según él mismo parte de esas ideas de una moral aparecieron en ‘Critica de la razón dialéctica’, pero nunca pudo concluir una gran teoría de la ‘moral’ como la que escribió Kant, en lo que Sartre se debatía entre el existencialismo y el marxismo. (5) OAS. Era una organización de militares franceses que estaban en contra de una Argelia libre. Torturaban, organizaban atentados, secuestraban militantes argelinos. Cuando pasan a la clandestinidad, muchos de ellos vienen a La Argentina. Hoy se sabe que han sido los maestros de los militares argentinos durante la última dictadura. (6) En el viaje a China, Simone de Beauvoir acompañó a Sartre, escribió ‘La larga marcha’. Allí comenta que viajan con un psiquiatra sudafricano: era David Cooper. (7) ‘Existencialismo y marxismo’, es un capítulo de la ‘Critica’, donde en la edición española, aparece también ‘Cuestiones de método’.