MINISTERIOS
Las madres
orantes
Un grupo de mujeres combina tecnología y oración para pedir el alivio de los que sufren.
El rosario y la oración frente al Santísimo une a madres y esposas, que acuden los martes a la Iglesia de San Juan Diego, para pedir por los enfermos y afectados por el sufrimiento. FOTOS: ESPECIAL PARA RC/ BEN TORRES
María Guadalupe Rocha, habla a otras madres acerca del poder de la oración para sanar y consolar al que sufre.
Por VIOLETA ROCHA
ESPECIAL PARA REVISTA CATÓLICA
DALLAS—Todos los martes al medio día un grupo de feligresas de la parroquia de San Juan Diego, se reúnen frente al Santísimo. Algunas llegan solas, otras se presentan con sus niños, algunos de brazos o durmiendo en carriolas. Todas tienen algo en común: son madres y vienen a orar juntas por las necesidades y el sufrimiento del prójimo. “Seguimos la Palabra de Nuestro Señor que nos dijo: ‘donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos’”, dijo Vicky Cueto, que a principios de este año comenzó este enlace de madres. “Nos encomendamos a nuestra Madre Santísima y le pedimos que ella lleve nuestra oración al Padre”.
PERSEVERAR POR LA VIRTUD La dinámica de este, que
María Guadalupe Rocha, de las Madres Orantes, reza el rosario el martes 18 de agosto en compañía de otras mujeres que integran el grupo en la parroquia de San Juan Diego. empezó como un pequeño ministerio y hoy reúne a unas 60 mujeres, también se apoya en la oración en casa, y en la propagación de cadenas de oración a través de aplicaciones para teléfonos inteligentes como Whatasap. Cada madre tiene un cirio en su hogar, el cual bendicen juntas en la parroquia y cuando saben de la necesidad de alguien,
rezan el rosario y encienden el cirio en sus hogares. En más de una ocasión han sabido por quién rezar gracias a redes sociales, noticias de prensa o mensajes de texto. Luego las mujeres llevan la petición ante el Santísimo. A principios de agosto las madres orantes se enfocaron en el caso de una mujer que perdió a su esposo e hijo mayor en un
accidente de tránsito, cuando regresaba de Dallas a Houston. Se trata de Brenda Palacios quien resultó seriamente lesionada en una pierna. Su hijo de cuatro años, Alfredo, sufrió parálisis cerebral a causa del accidente. “Estamos orando por el niño y por ella”, dijo María Guadalupe Rocha, que junto a sus seis hijos tomó tiempo para rezar y visitar a Palacios en el hospital. “Es muy duro ver el sufrimiento tan fuerte de esta madre. Vamos al Santísimo pidiendo por ella y a la hora de la Comunión”. La catequista Lupita Cueto, hermana de Vicky, dijo que “rezar el rosario es ir a perseverar y pedirle a Dios las virtudes de María”. “La fe que tenemos nos invita a usar las herramientas que nos da nuestra Iglesia”. “¡Tenemos devociones que nos enseñan tanto! y debemos usarlas en comunidad”. Violeta Rocha es colaboradora freelance de Revista Católica.
REVISTA CATÓLICA • SEPTIEMBRE 2015