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REFLEXIONES SOBRE EL ESPACIO PÚBLICO. EL CASO DE LAS CIUDADES INTERMEDIAS Carmen BELLET SANFELIU

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1 - EL ESPACIO PÚBLICO Y LA NUEVA CIUDAD El espacio público es multidimensional pudiéndose definir de muchas formas según pongamos nuestra mirada en sus formas (espacio libre, espacio abierto, espacios transición), en su naturaleza (régimen de propiedad, tipo de gestión), en los usos y funciones que allí se desarrollan (espacio para el colectivo, común, compartido), o en el tipo de relaciones que se establecen (espacio de la presentación y representación, democracia, protesta, fiesta, etc.). Espacios con dimensiones muy diversas pero casi todas ellas relacionadas con un aspecto: el lugar de la expresión y representación social, civil y colectiva, el espacio democrático por excelencia, el espacio común. Quizás sean estos mismos aspectos, el espacio común para la expresión y representación ciudadana, el que lleve a algunos autores a afirmar con rotundidad que son los espacios públicos en su diversidad los que hacen ciudad. La ciudad es el espacio público, afirma el geógrafo Jordi BORJA (2003), idea que Oriol BOHIGAS transforma en un comentario más rotundo si cabe: el espacio público es la ciudad (BOHIGAS, 2004). Por ello, todas aquellas transformaciones que ha ido sufriendo la misma ciudad, la sociedad y la urbanidad en general han tenido un claro impacto en el espacio público, incidiendo en buena parte de sus dimensiones y llegando incluso, para algunos, a poner en crisis la misma idea de espacio público (SENNETT, R., 1972). La crisis de la ciudad y la urbanidad es también la crisis del espacio público y de la urbanidad, y viceversa, la crisis del espacio público es también la crisis de la ciudad y de la urbanidad, o al menos la crisis de aquello que hemos venido entendiendo por espacio público, ciudad y urbanidad (INNERARITY, D. 2006).

2 - LAS DIMENSIONES DEL ESPACIO PÚBLICO 2.1 - LA DIMENSIÓN COLECTIVA Y CÍVICA DEL ESPACIO PÚBLICO: El espacio público es por definición un espacio plural, flexible y democrático donde se organiza la experiencia social. Que permite y favorece el intercambio y la interactuación, entre individuos y colectivos. Es un espacio donde pueden confluir (que no necesariamente entenderse) la diferencia y la diversidad. Un espacio donde se entremezclan también las escalas individuales y las colectivas. Desde la sociología suele definirse el espacio público como “un espacio de sociabilidad problemática donde deben coexistir todo un mundo de extraños” (LOFLAND, L.,1973). El carácter problemático del espacio público le viene dado por la imposibilidad de definir ese 1

Licenciada en Geografía e Historia, y doctora en Geografía humana; obtenidos ambos en en la Universidad de Barcelona; además de Postgrado en Gestión Urbana en la Universidad Politécnica de Cataluña. Labora en el Departamento de Geografía y Sociología de la Universidad de Lérida, España. Ha participado en numerosos proyectos de investigación y desarrollo nacionales e internacionales y en diversos congresos y publicaciones, entre las que sobresalen 34 libros,,13 de los cuales de su total autoría. [email protected] 1

espacio de forma absoluta y delimitada. Al ser este un espacio que se construye socialmente y estar en continuo proceso de producción. Como espacio plural y como espacio de producción social éste es también un lugar donde se construyen normas elementales de convivencia (quizás nunca escritas) de sociabilidad y pacto cívico. Normas escasamente estructuradas y más bien informales. Por ello es también el espacio que acoge las transgresiones, donde se hacen más patentes las rupturas, donde algunos tratan de expresar y presentar otras visiones, otros códigos y actitudes. Como apunta DELGADO “no es que la calle esté libre de vigilancias políticas o de control social, pero si que estas formas de fiscalización son más débiles y las posibilidades de trasgresión, desobediencia o deserción son siempre mayores”. (DELGADO, M, 2004, pp.22). Bajo esta dimensión cívica quizás deberíamos definir el espacio público como el espacio de lo común, de la cultura y política común, espacio del interés general o donde se sucede y expresa (se hace público) aquello que debería interesar a todos. La interpretación de lo que hoy es de interés común e interés general puede ayudarnos a resolver el tradicional dilema entre la unidad y la diferencia, entre lo universal y lo diverso.

2.2 - LA DIMENSIÓN SIMBÓLICA Y REPRESENTATIVA: Como lugar de expresión y representación ciudadana el espacio público es el principal espacio político de la ciudad. El escenario de las manifestaciones del poder pero también de la expresión y manifestación ciudadana con muestras de apoyo o rechazo contra aquello que se establece o acontece. Espacio reivindicativo y de la manifestación pública por excelencia. De hecho toda muestra de apoyo o repulsión a un acto o idea se desarrolla en el espacio público. El lugar al que todos pueden acceder, donde todos pueden actuar libremente y que se usa como escenario de expresión, reafirmación y representación. La función de representación y expresión otorga a estos espacios un carácter plenamente simbólico, lleno de significados y significantes para el individuo, los grupos y el colectivo. A través de los nombres de los lugares, de los monumentos o edificios que los rodean, de su propia forma/configuración, o de los elementos escultóricos ornamentales o vegetales, se evocan conexiones con hechos históricos que estimulan el sentimiento de pertenencia a un grupo o colectivo. Y es a través de esta dimensión simbólica y representativa que algunos de los espacios públicos se convierten en referentes urbanos y territoriales. Los espacios donde se expresan, se configuran, construyen y modifican las identidades de los grupos y colectivos urbanos. Al respecto BORJA apunta que puede considerarse un espacio cultural “por ser un elemento fundamental de la construcción de lugares significativos, por marcar simbólicamente el territorio, por generar y transmitir memoria colectiva, es el espacio que contiene el tiempo histórico” (BORJA, J., 2003, pp.4). Es esta, como veremos una de las dimensiones que más conflictos presenta en la actualidad ya que con una sociedad cada vez más plural y heterogénea cabe la pregunta de que significados y símbolos debe presentar el espacio público, pregunta a la que INNERARITY responde con lo siguiente: “las identidades pueden entenderse como una realidad flexible y que lo mejor de las culturas, lo que más eficazmente las defiende frente a su propia esterilización, es el encuentro y la traducción” (INNERARITY, 2006, pp. 27). Facilitar pues el encuentro y el entendimiento entre culturas e identidades para ser una de las claves. 2.3 - LA DIMENSIÓN FUNCIONAL 2

El espacio público es el espacio multifuncional por excelencia: el espacio de los flujos, del descanso, del encuentro, del des-encuentro, de la manifestación política, de la representación social, etc. Aunque quizás sea la función de transición entre tiempos y espacios aquello que más caracteriza el uso y la mayoría de las funciones que acoge. “Las prácticas sociales que tienen lugar en la calle aparecen como dependientes de la movilidad, del desplazamiento, la inestabilidad, el nomadismo y la intersticialidad” comenta el profesor DELGADO (DELGADO, M., 2004, pp. 22). Espacios “intermedios” más dinámicos y menos rígidos que los que por ejemplo utilizamos para alojarnos o trabajar, espacios que utilizamos entretiempos. Las diferentes partes y tiempos del día se distribuyen en esferas privadas y públicas cuyo balance y formas adquieren pesos muy diferentes según sea la cultura o sociedad. Se trata del espacio urbano más diverso e imprevisible donde todo puede suceder, es en cierto modo un espacio por “producir”, cuyas funciones y apropiaciones las irá construyendo y definiendo el usuario. De hecho la existencia de alguna forma de vida pública es un requisito indispensable para el desarrollo de los espacios públicos ya que estos reflejan los valores y características de la sociedad (CARR, S, et alt., 1992). Y en ello radica la gran diferencia con los espacios colectivos de carácter privado. Las diferencias no responden tanto a términos formales sino más bien al conjunto de actividades que soportan y activan esos espacios. Espacios que se definen por el uso y las actividades que el individuo/grupo/colectivo hace, y pueden hacer, en ellos.

2.4 - LA DIMENSIÓN FÍSICA Y URBANÍSTICA En su dimensión física podríamos definir espacio público como aquel espacio que es abierto a todos, accesible y multifuncional. Espacios a los que cualquiera puede acceder libremente y donde pueden realizarse actividades individuales o de grupo. (CHELKOFF, G., 1992). La accesibilidad es uno de los aspectos más importantes en la dimensión física y urbanística. Un espacio puede definirse como espacio abierto a todos y accesible cuando puede accederse a él sin dificultades, cuando no existen barreras físicas-simbólicas o psicológicas, que lo impidan y cuando este espacio es visible (CARR, S, et alt., 1992; LYNCH, K., 1981). Sin embargo el propio diseño y gestión de los espacios públicos ha conllevado la inclusión de barreras y obstáculos físicos que impiden o favorecen ciertas movilidades e itinerarios, que potencian o niegan la visibilidad y que seleccionan a los usuarios. A los obstáculos físicos de le añaden un conjunto de filtros (reglas, normas o convenciones) cuyo objetivo es la regulación de un espacio de vocación plural: un espacio complejo que hay organizar/controlar/regular. (LOW, S and SMITH, N, 2006) Otro de los aspectos que hemos destacado es el de la multifuncionalidad, espacios que puedan satisfacer los deseos (individuales-colectivos) de todos. Espacios compartidos con libertad de uso y acción, como apunta LYNCH (1981). Presentan además una gran capacidad para cualificar/ recualificar el espacio urbano. La intervención sobre el espacio público deviene un poderoso instrumento de dinamización en la práctica urbanística por su capacidad de generar centralidad física, social y económica. Ello les confiere una enorme capacidad para articular las diferentes piezas urbanas y territoriales, ordenando, como ya hemos comentado los ritmos y los tiempos y haciendo posible su funcionamiento general. Tal como comenta Michael SORKIN estos espacios son los que confieren sentido y razón al conjunto, son “los espacios intermedios, las conexiones que dan sentido a las formas”. (SORKIN, M.1992, pp. 10)

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3 - EL ESPACIO PÚBLICO EN CUESTIÓN: ¿CRISIS, QUE CRISIS? Las dimensiones que acabamos de presentar se basan pero en una concepción tradicional de aquello que es el espacio público que las características de la sociedad actual vienen a cuestionar. Por un lado, la tradicional distinción entre lo privado y lo público, diferenciación básica para la definición de uno y otro, se ha convertido en algo precario, ya inservible, sin que este demasiado claro que categoría debería ocupar su lugar (INNERARITY, 2006, pp. 17). El espacio público refleja y cristaliza los cambios socioeconómicos, políticos y culturales más generales, los mismos cambios que se suceden en el espacio urbano. Y son estos cambios los que han desdibujado y puesto en crisis aspectos de la tradicional concepción de espacio público, pero nunca el espacio público en sí. El llamado declive del espacio público no es tan homogéneo y universal como la literatura y academia parecen sugerir (SENNETT, 1978). Bajo diagnósticos y puntos de vista diferentes se han ido presentado, básicamente académicas, visiones un tanto decadentes del espacio público: la invasión de lo privado sobre lo público y los consecuentes procesos de privatización (SENNETT, 1978; ARENDT, 1993); los procesos de mercantilización y fragmentación del espacio urbano (SORKIN, 2004; LOW, S. and SMITH, N, 2006), la burocratización y dominación que tiene lugar en el espacio público (HABERMAS, 1962). Daniel INNERARITY apunta que la mayoría de las visiones decadentes del espacio público reflejan de hecho “la desafección hacia la política, la degeneración de la opinión pública, la burocratización y tecnificación de la política, la dejación de los deberes de la ciudadanía” (INNERARITY, D., 2006, pp. 20). La mayoría de estas reflexiones procedentes desde la filosofía, sociología y ciencias políticas, que suelen incidir sobre la esfera pública (ciudadanía, representatividad, identidad, cultura, política, gobernabilidad) pero no sobre la “espacialidad” (LOW, S.; SMITH, N., 2006). El análisis sobre la espacialidad del fenómeno puede generar otro tipo de visión, como la que aporta el geógrafo Jordi BORJA que afirma de forma tajante que el espacio público no está ni mucho menos en crisis (BORJA, 2004). Así, lo demuestran: el sobre consumo de que son objeto muchos de estos espacios, la gran demanda social que generan y su continua renovación/reurbanización. Estos hechos demuestran su dinamismo y actualidad. Buena parte de las visiones que resaltan la crisis del espacio público hacen referencia sobre todo a la pérdida de los aspectos contenidos en las dos primeras dimensiones: la dimensión cívica y la dimensión simbólica/representativa, cuya crisis incide también en la funcionalidad y en la dimensión urbanística. Bajo estas visiones críticas subyacen las tensiones que conlleva el hecho de ser un espacio de sociabilidad problemática (el rechazo a otros usuarios o usos que se suceden en un espacio de vocación plural, visiones y percepciones parciales de grupos concretos, etc.) y las tensiones que genera la disolución de las esferas doméstica/social – privado/público (ARENDT, H, 1993). El espacio pierde el carácter de mediación y ya no presenta ni representa aquello que es común, aquello que es colectivo. El espacio es así banalizado, ya que pierde su carácter de mediación e intercambio y se limita a convertirse en escenario, “donde el acontecimiento está por encima del argumento, el espectáculo sobre el debate, la dramaturgia sobre la comunicación, la imagen sobre la palabra”, (INNERARITY, D, 2006, pp. 20). El espacio público se convierte así en espacio soporte o escenario de las reclamaciones privadas o en espacio puramente mercantilizado. Las tendencias generales hacia la privatización, la mercantilización de esos espacios y la fortificación, en busca de la ansiada seguridad, producen a su vez cambios notables en el uso, forma y función de los espacios públicos que inciden en la perdida de la diversidad formal y 4

funcional. La presión por convertir muchos de esos lugares en lugares de super consumo para el nuevo consumidor global (cuando no el conjunto de la misma ciudad) incide en la progresiva uniformidad y super especialización de los espacios públicos (SORKIN, M., 2004). La dominación de lo social, del mundo de la producción y del consumo, incide en el uso que hacemos del espacio público, donde procedemos con los automatismos propios de la esfera de la producción y del consumo (ARENDT, H, 1993). Otro conjunto de problemas tiene que ver con la configuración del mundo global y de una sociedad multicultural que viene a poner en crisis la representatividad y función de comunicación tradicionalmente asignada al espacio público. El espacio público ya no es solamente el lugar de comunicación de cada sociedad con ella misma, sino también el lugar de comunicación de sociedades diferentes y distantes entre si. El uso extensivo del territorio, el aumento de la movilidad personal y la sociedad multicultural plantean un nuevo reto a la dimensión simbólica-representativa de muchos de esos espacios ya que entran en crisis los valores o imágenes a transmitir. Como apunta el geógrafo Francisco MUÑOZ “pueden plantearse situaciones nuevas como la crisis de la monumentalización, del arte público, o incluso de procesos de resignificación espacial a cargo de nuevos colectivos usuarios del espacio público” (MUÑOZ, F, 2004, pp. 35) El espacio público (espacio de la expresión y representación social, civil y colectiva, el espacio democrático por excelencia) ya no es el único soporte de la vida colectiva. Espacios cerrados/abiertos de carácter privado (los centros comerciales, clubes sociales, nuevas áreas de ocio, etc.), los nodos de comunicación y transporte (aeropuertos, las estaciones, etc.), pero también internet, son también hoy espacios-soporte de la vida ciudadana y la vida colectiva. La demanda y uso de espacios demuestra que la razón de ser del espacio público no está en crisis, pero si su conceptualización y formalización. El debilitamiento del sentido de lo común y el fortalecimiento de la demanda individual, los procesos de mercantilización y privatización, la crisis de representatividad y la fragmentación son algunas de las cuestiones más relevantes a las que se enfronta actualmente la urbanidad, la ciudad y el devenir del espacio público. 4 - EL ESPACIO PÚBLICO EN LA CIUDAD INTERMEDIA 4.1 - EL PROGRAMA CIMES Como espacio de mediación, el espacio público cristaliza buena parte de las características e ideosincrasias de la sociedad que acoge. El análisis del espacio público de diferentes ciudades del mundo nos ofrece así no solo la oportunidad de conocer otros lugares sino también la posibilidad de aprender algo sobre las diferentes sociedades que construyen, transforman y utilizan esos espacios. El espacio de la “mediación” social por excelencia, se convertirse así en uno de los protagonistas del estudio de las ciudades intermedias. En ello se ha centrado buena parte del trabajo de la tercera fase del programa CIMES (Ciudades intermedias y urbanización mundial) que pretendía reflexionar sobre los espacios de intermediación, lugares donde se producen los procesos de intercambio. La mayor parte de la información que desarrollamos en esta parte procede del análisis de los resultados de una encuesta que nuestros colaboradores realizaban sobre la ciudad que representan. A través de la encuesta se pretendía responder a las siguientes cuestiones:

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. ¿Qué es aquello que se entiende por espacio público en diferentes contextos y como se caracteriza en cada caso? . ¿Son realmente los espacios públicos, espacios estructurantes de la ciudad? . ¿Cuáles son los espacios públicos más concurridos, como funciona el uso de esos espacios y que funciones acogen? . ¿Cuáles son los proyectos de intervención más importantes sobre los espacios públicos? La encuesta requería del colaborador dos tareas concretas: realizar una descripción general de la red de los espacios libres públicos de la ciudad (jardines, ramblas, parques, plazas, ejes urbanos, ejes peatonales, zocos, etc.) y describir con detalle uno de ellos que debía de elegirse en función de ciertos criterios: por ser uno de los más característicos de la ciudad, por su peso histórico y/o representativo, o por ser uno de los espacios más “utilizados” de la ciudad. Se recibieron en la dirección del programa 30 encuestas en total realizadas por varios de los colaboradores del programa CIMES ( 2). El siguiente cuadro recoge los puntos que debían de desarrollarse extensamente para cada una de las ciudades. 1 - Descripción general de los espacios libres públicos de la ciudad (jardines, ramblas, parques, plazas, ejes urbanos, ejes peatonales, zocos, etc.).. 1.1 - Intentar realizar una tipología, con nombres de los espacios y con breve descripción. 1.2 - Intentar localizar sobre un plano los espacios citados 1.3 - Analizar la posible existencia de redes o articulación de esos espacios públicos. 2

- Descripción y análisis de uno de los espacios libres más frecuentados por la población. 2.1 - Descripción formal del espacio: . localización y descripción general del área donde se ubica y su relación con el conjunto de la estructura urbana, . esquema de su estructura en planta, . descripción de los elementos que configuran su paisaje: elementos monumentales, mobiliario urbano 2.2 - Descripción funcional: Funciones que acoge el entorno y actividades que se desarrollan en el espacio. 2.3 - Los ritmos del espacio: descripción del volumen y características de los usuarios a lo largo de un día laborable y un día festivo. 2.4 - Evolución histórica del espacio: de su configuración, de su transformación, de los proyectos y actuaciones urbanísticas que se han desarrollado, etc. 2.5 - Acompañar análisis de 3 fotografías: una del espacio en general (puede ser una fotografía aérea); una de alguno de los detalles que más cualifiquen o identifiquen ese espacio (algunos de sus elementos monumentales, una escultura, un elemento del mobiliario, etc.), la tercera con cierto nivel de ambientación o acto festivo.

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- Las encuestas fueron respondidas por los colaboradores de las siguientes ciudades: ciudades catalanas (Vic, Granollers, Reus, Terrassa, Sabadell, Olot, Balaguer, Perpignan i Platja d’Aró), Nador (Marruecos), Mostar (Bosnia-Herzegovina), Antakya (Turquia), Franca (Brasil), Rio Grande (Brasil), Trinidad (Cuba), Manizales (Colombia), San Salvador (El Salvador), Resistencia (Argentina), Bellavista (Argentina), Trípoli (Líbano), El Jadida (Marruecos), Las Palmas (España), Warangal (India), Göteborg (Suecia), Shiraz (Irán), Lárissa (Grecia), La Plata (Argentina), Trelew (Argentina), Nakano (Japón), Izmir (Turquía).

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4.2 – EL ESPACIO PÚBLICO: UN CONCEPTO EN EXPANSIÓN Los trabajos realizados por los colaboradores del programa muestran de forma clara lo que podríamos llamar la expansión de aquello que entendemos como espacio público. Una expansión que incide, en primer lugar, en la propia definición del término que tiende a diluirse en la más grande acepción de espacio colectivo: espacios naturales, espacios productivos, etc. Mientras, y en segundo lugar, se produce una consideración territorial mucho más amplia de las clásicas visiones que tendían a considerar el espacio público como aquel espacio comprendido en las áreas urbanas consolidadas. La visión más urbana se expande así abrazando ahora espacios que se extienden más allá: parques naturales, cementerios, parques y zonas agrícolas, ríos y canales de regadío, etc. El espacio público, como hace la propia idea de ciudad, sobrepasa la escala de la ciudad e invade la escala territorial. La visión más fragmentada y limitada tiende, de esta manera a ceder paso a una visión más sistémica y territorial. La ampliación conceptual y la territorial provocan cambios importantes en las categorías que se establecían para el análisis del espacio público. Los elementos citados en las encuestas amplían las tipologías más clásicas (plazas, bosques, parques, jardines, paseos-ejes) mostrando la introducción de nuevos paradigmas en el urbanismo y en las nuevas formas de entender y leer la ciudad. La irrupción del paradigma ecológico incide en una apreciación/revalorización de los espacios libres, de interés o carácter natural. Varias son las ciudades que citan entre sus espacios públicos diversos espacios hidrográficos: frentes de agua, paseos marítimos e incluso playas. El tratamiento de frentes de agua y espacios hidrográficos ha sido objeto de un buen número de proyectos en las ciudades intermedias de la red CIMES durante los últimos años, como ya había sido destacado en la segunda fase del programa (BELLET, C.; LLOP, J.Ma., 2003, pp. 34). Las intervenciones sobre estos espacios, a los que luego también haremos referencia, suelen ir más allá de la estricta regulación de cauces o la protección y defensa contra avenidas. En la mayoría de los proyectos se adivina un objetivo más amplio: el de recuperar esos lugares como espacios urbanos, integrarlos a la estructura urbana y a la vida doméstica como zonas de uso cotidiano-ciudadano. Un buen ejemplo de ello es la cita de Balaguer (España) que destaca como uno de los espacios públicos más concurridos de la ciudad el “Parque de la Transegre”. El río Segre, espacio barrera entre las áreas de consolidación histórica y las áreas de nuevo crecimiento de ensanche de primeros y mediados del XX, es objeto de intervención a mediados de los años 80 convirtiendo parte del cauce del río, el tramo más urbano, en un espacio/parque lineal donde realizar diversos actos colectivos. El ejemplo aportado por el colaborador de Las Palmas (España) es aún más ilustrativo. El elemento que cita, la playa de las Canteras, es un magnifico escenario natural que acoge a lo largo de sus 3.100 metros usos muy diversos. La playa no es tan solo uno de los espacios públicos más concurridos de las Palmas sino que además, con las funciones turísticas que acoge, se convierte en uno de los elementos fundamentales para la base económica de la ciudad. Las Canteras, es también un ecosistema natural único cuyos valores medioambientales tratan de protegerse a la vez que utilizarse como espacio educador. Visiones similares son las aportadas por los colaboradores de Trípoli (Beirut), al citar la cornisa marítima y el viejo puerto como uno de los espacios públicos más concurridos y dinámicos de la ciudad, o el caso de Nador (Marruecos) donde se cita también el borde marítimo de la Laguna. Espacios públicos donde se mezclan de forma generosa las funciones de mediación: económicas, sociales y culturales.

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Cuando las ciudades citas los espacios hidrográficos se intuye ya la ampliación territorial de la idea de espacio público a la que antes hacíamos referencia. Las ciudades intermedias reconocen el valor sistémico de esos espacios. El valor, comprensión y tratamiento de los espacios hidrográficos difícilmente puede realizarse sin referirse a una escala territorial, y ello ocurre así por la dimensión sistémica de los elementos hidrográficos. Tan solo atendiendo a esta dimensión sistémica y territorial puede conseguirse una intervención equilibrada sobre esos espacios. Algo parecido sucede con las citas de áreas naturales o parques agrícolas, más allá del espacio urbano consolidado, que son incluidos por los colaboradores como espacios públicos. Áreas de interés natural, espacios productivos agrícolas son contemplados como espacios que aportan valor: ecológico, paisajístico y de gran interés social, histórico y cultural en la mayoría de contextos. La mayoría de los colaboradores se refieren a este tipo de espacios con el nombre de espacios abiertos o espacios libres. La valoración e interés social y colectivo de alguno de los espacios citados va más allá incluso del régimen de propiedad. Este es el caso, por ejemplo, del colaborador de Trípoli (Líbano) que cita las “Orangeries”, fincas de naranjos de estatus privado que son utilizadas por los priopietarios, sus familiares y amigos los días de fiesta y los fines de semana para la realización de encuentros y “picnics”. En definitiva, desde las citas parece reclamarse, por un lado, una visión más amplia y flexible de aquello que entendemos por espacio público, y por otro, se reclama atender a la visión sistémica. La defensa que se realiza en la práctica totalidad de los documentos del espacio público es fuerte e intensa pese a reconocer, también, la mayoría de ellos y en diferentes contextos que existen indicios para hablar de crisis del espacio público. 4.3 – LA CRISIS DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS EN LAS CIUDADES INTERMEDIAS 4. 4 – EL ESPACIO DE Y PARA LOS USOS COLECTIVOS: USOS Y FUNCIONES DEL ESPACIO PÚBLICO El espacio público acoge una gran diversidad de funciones y usos que son de hecho lo que nos permite definir ese espacio como espacio público. Son los usos y el valor o reconocimiento que realiza y otorga el colectivo los que realmente definen la condición del espacio como público. Los colaboradores de La Plata van incluso más allá apuntando que “es el uso el que define el espacio como espacio público”.

Las funciones y usos que se citan son numerosas “Cada espacio libre tiene su público y su momento”, apunta el colaborador de Sabadell (España). Canchas y áreas deportivas San Salvador Mercados y áreas vivas de comercio urbano: Tripoli, Larissa, el Firalet de Olot (España) o la plaza medieval del Mercadal en Balaguer (España).

. Espacio público espacio democratico-espacio de la represemtación del poder 8

En Argentina, todas las plazas principales del país por orden del gobierno Nacional son designadas como Plaza Libertad, situación muy frecuente en la América Latina

Ciudad de lugares y no simple espacio de flujos. BORJA. Diversitat, d’usos i funcions. El peso excesivo de los flujos, espacios del movimiento y para el movimiento. Espacio público, lugar en el que pasar y estar. El funcionalismo predominante en el urbanismo moderno descalificó pronto el espacio público al asignarle usos específicos. En unos casos se confundió con la vialidad, en otros se sometió a las necesidades del orden público. BORJA El espacio público supone pues dominio público, uso social colectivo y multifuncionalidad. BORJA

4. 5 - LA CAPACIDAD ESTRUCTURANTE DEL ESPACIO PÚBLICO . Elementos que construyen ciudad “la calle es el lugar donde suceden las cosas” dicho popular La Plata . A nivell formal: espacios accesibles, plurifuncionales, que cualifican el entorno. - Valors patrimonials (edificis històrics i monumentals, elements de tipus vegetal/natural eucaliptus de Rio Grande (mes de 200 anys), . Espacios residuales y fragmentados Trelew - Espacios que no han sido incorporados a la vida de la ciudad, . Poca articulación entre los espacios públicos de la ciudad. Construir verdaderos sistemas de espacios libres y públicos, Pla especial dels espais lliures de la ciudad de Lleida Proyectar con una visión sistemíca capaz de estructurar los espacios concretos. La ciudad de Olot (España) apunta, por ejemplo, la necesidad de crear una estructura verde continua entre los diferentes espacios verdes de la ciudad a través de los espacios naturales de suelo que el Plan clasifica como no urbanizable. La idea es de hecho crear una ciudad-parque continua y estructurada a trvés de corredores que se abre a las areas no urbanizadas de su territorio. Articulación entre los espacios, es tan solo aparente, interconectados por un nexo aparente: los viales. San Salvador Nakano – la vía histórica/el camino histórico (history trial), la ciudad ha convertido calles secundarias y traseras en calles peatonales que articulan algunos de los espacios de mayor valor histórico de la ciudad. Esas mismas vías peatonales permiten la articulación de los diferentes barrios residenciales de la ciudad y acogen funciones y servicios básicos 4.6 - LA CAPACIDAD PROYECTUAL DEL ESPACIO PÚBLICO El trabajo sobre espacios libres parece ser otra de las prioridades de las ciudades intermedias. Se citan 106 proyectos relacionados con esta materia que representan el 14,3% del total. La mejora, revitalización o nueva dotación de plazas y parques han sido proyectos que en los últimos años se han ejecutado con gran intensidad. Aunque las características de estos proyectos sean muy amplias, buena parte de ellos parecen dirigirse a crear espacios cívicos 9

bastante versátiles, que combinan los espacios de descanso y encuentro con los de juego y con la posibilidad de acoger actos colectivos. Sorprende además la gran mención de intervenciones referidas a la creación, mejora o recuperación de parques y espacios verdes para la ciudad, proyectos que, a veces, responden a la implementación de reflexiones más amplias sobre sistemas de espacios libres públicos como, por ejemplo, los mencionados en varias ciudades españolas: sistema de parques en la ribera del río Ebro en Zaragoza (España) o el jardín del Turia en València (España). La requalificación de los espacios públicos - . Elementos que cualifican los espacios: monumentales, escultóricos, naturales….La millora en els espais públics per a recuperar els centres histórics de les ciutats. -

El espacio público, como la ciudad, se abre al territorio cirdundante…a través de los ejes, rios, parques, huertos, los hilos y espacios que cosen

El espacio libre y público, los espacios que crean, hacen ciudad En muchas de las aportaciones de los colaboradores se apunta el mayor interés que ha habido, en general en la inversión y recualificación de algunos espacios públicos, valor positivo que suele acompañarse de alguna que otra crítica. Mercantilització de l’espai, Cultura i espai bé de canvi . Revalorització dels espais que poden ser objecte de consum o d’interés per a la inversió privada. 4.7 - APUNTES PARA EL TRABAJO SOBRE EL ESPACIO PÚBLICO De los trabajos realizados por los colaboradores de las ciudades y los seminarios monográficos dedicados al tema podríamos extraer los siguientes apuntes para el trabajo futuro sobre los espacios públicos: -

Cualificación-espacios híbridos

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Construcción de espacios complejos, que permitan la mixtura (confort, deleite, …CARR)

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Articulación de los espacios públicos urbanos-territoriales / naturales-artificiales, La inclusión de los espacios agrarios productivos ….el espacio abierto

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Los espacios estructurantes de la ordenación territorial

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Abertura de esos espacios al territorio y el cambio de escala.

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Inclusión/valorización de espacios naturales y del paisaje

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Accesibilidad, valor fundamental

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Participación ciudadana en el diseño y transformación de los espacios públicos

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La intervención sobre estos espacios: proyectos dinamizadores y estratégicos

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Ciudades y colaboradores del programa CIMES en su tercera y cuarta fase (2004-2008): Vic (España) – Granollers (España) – Reus (España) – Terrassa (España) – Sabadell (España) – Olot (España) – Balaguer (España) – Sra. Montserrat GINÉ Platja d’Aró (España) – Perpignan (Francia) – Nador (Marruecos) – Sra. Salima OUCHEN Mostar (Bosnia-Herzegovina) Antakya (Turquia) – Deniz EMIR Franca (Brasil) Rio Grande (Brasil) Trinidad (Cuba) Manizales (Colombia) San Salvador (El Salvador) – Sra. Marielos ARLÉN – Mario LUNGO Resistencia (Argentina), Bellavista (Argentina), Trípoli (Líbano), El Jadida (Marruecos), Las Palmas (España), Warangal (India), Göteborg (Suecia), Shiraz (Irán), Lárissa (Grecia), La Plata (Argentina), Trelew (Argentina), Nakano (Japón), Izmir (Turquía).

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