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Universidad Nacional Autónoma de México. México. ¿Cómo citar? ..... Larsgaard, eds. Binghamton, New York: The Haworth Information Press, 2003. 182 p.
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Rodríguez García, Ariel Alejandro Sobre la catalogación y la actividad de los metadatos: aproximaciones a su coexistencia en la era del acceso Biblioteca Universitaria, Vol. 11, Núm. 1, enero-junio, 2008, pp. 31-39 Universidad Nacional Autónoma de México México Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=28512651005

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www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Sobre la catalogación y la actividad de los metadatos:

aproximaciones a su coexistencia en la era del acceso

Ariel Alejandro Rodríguez García*

Resumen

Abstract

La coexistencia de la catalogación y la actividad de los metadatos en la era del acceso a la información es interpretada desde la perspectiva de los problemas de descripción que tienen los recursos electrónicos y las entidades de información digital. No son propuestas independientes ni excluyentes una de otra. Se llega a la conclusión de que ambas pueden utilizarse al mismo tiempo debido a que cada una crea un registro de datos que el usuario puede emplear para navegar en un sistema de información con fines de buscar, identificar, seleccionar y obtener la entidad de información que necesita.

The coexistence of traditional cataloging and the activities of metadata in the information access age is interpreted from the perspective of the problems for electronic resources and the digital information entities. Both proposals are not independent or even exclusive. The conclusion is that both proposals may be mutually used at the same time since each one creates a surro­gate record that the user can use to navigate in the information retrieval systems just to search, identify, select and obtain the information entity that one needs.

Palabras clave: catalogación tradicional, recursos electrónicos, entidades de información digital, metadatos.

Keywords: traditional cataloging, electronic resource, digital information entities, metadata.

Introducción

E

n este trabajo se manifiesta que la catalogación ha cambiado significativamente para renovar sus procesos y productos con el propósito de emplear más las Tecnologías de la Información y Comunicación (tic). Por ejemplo, se ha observado que los cambios están permitiendo, entre otros asuntos, actualizar los principios y códigos de catalogación y la incorporación de esquemas de descripción basados en lo que se ha denominado en la bibliotecología como la actividad de los metadatos. El contexto que sirve como marco para ubicar los cambios en la catalogación es el que Rifkin ha denominado como la era del acceso, la cual señala que “llega con un nuevo tipo de seres humanos. Los jóvenes de la nueva era se encuentran muy cómodos dirigiendo negocios y desarrollando su actividad social en los mundos del comercio electrónico y el ciberespacio[...] Las personas del siglo xxi se perciben a sí mismas tanto como nodos insertos en una red de intereses compartidos * Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía (enba), Calzada Ticomán 645, Col. Santa María Ticomán, 07330 México, D.F., México. Correo electrónico: [email protected]

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como agentes autónomos en un mundo darwiniano de supervivencia competitiva.” 1

se comenzó a producir una diferencia significativa en tradiciones bibliográficas.

En igual forma se plantea que la catalogación, la cual surgió hace más de 150 años, con tradiciones bibliográficas que en su momento ayudaron a crear y desarrollar diversas normativas que apoyaron la unificación y normalización bibliográfica, hoy está siendo intrincada por la introducción de los metadatos, como lo señala Pasch: “en principio, se pensó que seguir con las mismas herramientas de catalogación era aconsejable,”2 pero a raíz de la aparición de los recursos electrónicos, la información digital y el uso excesivo de las tic,

En lo tocante a los metadatos, se señala que no es un tema nuevo en la bibliotecología, puesto que el término fue acuñado en la década de los sesentas por Myers con el propósito de referirse a la descripción de un conjunto de datos. Actualmente referirse a lo que son los metadatos es con el firme propósito de significar algo tan sencillo pero a la vez complejo que está relacionado con la estructura y los datos de los recursos (entidades) que permiten describir, explicar, identificar, usar y recuperar los contenidos en lo que varios autores, como Taylor,3 han denominado como entidades de información.

Rifkin, Jeremy. La era del acceso: la revolución de la nueva

1

economía, p. 23. Pasch, Grete. Los metadatos y el reto a las tradiciones

2

bibliográficas [en línea].

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32

Este trabajo en su primera parte explica por qué la catalogación tradicional puede considerarse como ana Taylor, Arlene. The organization of information, p. 3.

3

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crónica en la era del acceso. En la segunda parte se expone que los metadatos están considerándose como la propuesta que deberá prevalecer en la organización de las entidades de información que dominarán en el siglo xxi. Finalmente, se llega a observar que ambas propuestas pueden coexistir en la era del acceso.

Sobre la catalogación en la era del acceso No es necesario contar a detalle lo acontecido en las dos últimas décadas del siglo xx en la catalogación, pero es esencial remarcar algunos hechos fundamentales para entender por qué se convirtió en un problema más que solución la organización de la información de los recursos electrónicos.4 Por ejemplo, la preocupación latente fue la aparición explosiva de los discos compactos, los multimedia interactivos, los recursos electrónicos y los recursos de Internet. En la medida que éstos se integraban en las colecciones de las bibliotecas su presencia se resentiría en el concepto de colección, puesto como lo indica Gorman, “no hace mucho, la colección de una biblioteca podía definirse como los materiales (casi todos textos impresos en papel) localizados en su edificio o edificios. Hoy debemos asumir una visión más amplia. Donde la tecnología ha traído nuevas formas de registrar el conocimiento y la información”.5 A partir de 1995, la catalogación de los recursos electrónicos sería el asunto por resolver, puesto que gran parte de éstos se encontraban almacenados en tarjetas perforadas, cintas de computadora, en la memoria de una computadora local, en los discos ópticos, los cuales algunos de ellos comenzarían a permitir el acceso a los datos por medio de una computadora personal y, eventualmente, podían recuperarse en una red local o internacional (Internet.) A partir de esa fecha, los recursos electrónicos cada día llegarían más rápidamente a las manos de los usuarios y, a diferencia del pasado, ahora lo comenzarían hacer

acompañados precisamente de aplicaciones interactivas que permiten el acceso y la recuperación de la información, en especial aquellas que tiene la posibilidad de modificar el recurso al mismo tiempo que se consulta. Por consiguiente la aparición de Internet traería otro tipo de recursos, tales como los documentos digitales. Estos documentos nacientes se identificarían como los medios electrónicos o “los e-medios.” Es preciso señalar que el calificativo “electrónico” se emplea con el fin de referirse a todo aquel recurso que como común denominador tiene un formato y medio electrónico o digital. Es así como el adjetivo se añadiría a los libros, revistas, mapas, videos y demás recursos que son posibles de acceder por medio de Internet, con el fin de otorgar un significado distintivo a estos nuevos formatos de almacenamiento de información. A las primeras manifestaciones de los recursos electrónicos se han incorporado otras, como lo señala Olson,6 tales como los sitios web, las home pages, las bases de datos dinámicas y los servicios en línea. Cada uno de esos recursos es actualizado o revisado irregularmente o minuto a minuto, pero ninguno de esos cambios afecta “la página del título” o la designación cronológica o numérica. Los recursos electrónicos de acceso remoto, señala Huthwaite,7 son inestables, se desplazan alrededor de sus límites e incluso pueden crear sus propios objetos de descripción. Esto es, que los estándares con los que se desarrollan incluyen internamente elementos de descripción que permiten su lectura e interpretación por medio de los programas con que fueron creados. Los multimedia interactivos, como afirma Sandberg Fox,8 están considerándose como una subclase de los recursos electrónicos. Estos multimedia se integran Olson, Nancy B. Cataloging remote electronic resources. En:

6

The audiovisual cataloging current, p. 101-137. Huthwaite, Ann. aacr2 and other Metadatos standards. En:

7

Idem.

Electronic cataloging: aacr2 and Metadatos for serials and

4

monographs, p. 87-100.

Gorman, Michael. ¿Metadatos o catalogación? Un cuestiona-

5

miento erróneo. En: Internet, metadatos y acceso a la información en bibliotecas y redes en la era electrónica, p. 2-3.

Sandberg Fox, Ann M. The microcomputer revolution. En: The

8

audiovisual cataloging current, p. 85-99.

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con tecnología de audio, video y computación, y en algunos casos cuentan también con texto. Una de sus características es que su soporte no tiene un medio físico, de ahí su calificación de interactivo. De acuerdo con el contexto anterior, se pudo observar que la catalogación de los recursos electrónicos comenzó a plantear una serie de cuestionamientos, por ejemplo ¿qué se entendía por recurso electrónico? ¿cómo describir el recurso, como el tipo documental o como recurso electrónico? ¿cuál será el futuro de la catalogación en presencia de los nuevos medios, formatos y formas que utilizan los recursos electrónicos? Respuestas a este fenómeno de la catalogación de los recursos electrónicos hubo en demasía, pero dos son los asuntos que sobresalen en las discusiones. El primero relacionado con la naturaleza de los recursos electrónicos y la permanencia de la catalogación tradicional, y el segundo respecto a la adopción de otros medios para describir las entidades de información, por ejemplo los metadatos. Al respecto Gorman, editor de las Reglas de Catalogación Angloamericanas, segunda edición (rcaa2), ha indicado que la catalogación se encuentra en su tercer era, la cual se está denominando “la era de los metadatos.” La primera dio origen a la catalogación y en la segunda era, “la época de oro de la catalogación,” se consolidaron todos los esfuerzos para la creación y fortalecimiento de los principios, normas y reglas de catalogación que han servido para unificar y normalizar la descripción bibliográfica y las prácticas catalográficas en la segunda mitad del siglo xx. Los debates entre la comunidad bibliotecológica9 y los creadores de las Tecnologías de la Información y Comunicación (tic) sellarían el fenómeno de distintas maneras. Por ejemplo, se conocería como catalogación en la era digital, catalogación de recursos electrónicos, catalogación en el nuevo orden, catalogación de la web o Internet, entre otros más conceptos. Todos esos debates cuestionarían las tradiciones de la des Internet, metadatos y acceso a la información en bibliotecas

9

y redes en la era electrónica, p. vii.

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34

cripción bibliográfica, al punto de hacer referencia a su reforma basada en la influencia de los metadatos. Por lo que se refiere a los debates, DeWitt10 agrupó las discusiones en tres categorías: 1) la integración de los recursos digitales en las colecciones tradicionales de la biblioteca; 2) la preservación de los recursos digitales; y 3) la selección y conservación de los impresos y materiales gráficos a formatos digitales. Por su parte, El-Sherbini11 señaló que la introducción de las entidades de información digital ha permitido que se aborde el futuro de la catalogación desde la perspectiva del uso y empleo de las tic, las utilerías de los sistemas de recuperación de información y las iniciativas de los metadatos, todo lo anterior con la tendencia a describir lo que se ha denominado como documento electrónico.12 A propósito, diversos autores como Martínez Arellano,13 López Guillamón,14 Rodríguez Bravo,15 Schamber,16 Smiraglia,17 Svenonius,18 entre otros más han señalado que las tendencias y los problemas en la catalogación de los recursos electrónicos son entre otros los siguientes: su facilidad de manipulación; su capacidad de ligarse interna y externamente; su pronta transformación; su estructura lógica que facilita el acceso y la interpretación del contenido; su transmisión instantánea y su infinita replicabilidad. Going digital: strategies for access, preservation, and con-

10

version of collections to a digital format, p. 2. El-Sherbini, Magda. Metadata and the future of cataloging.

11

Library review, 2001, vol. 50, no. 1, p. 12

Rodríguez Bravo, Blanca. El documento: entre la tradición y la renovación, p. 159-205.

Martínez Arellano, Filiberto Felipe. Problemas y retos en la

13

organización de las nuevas entidades de información. Biblioteca Universitaria, Nueva época, 2004, vol. 7, no.1, p. 4. López Guillamón, Ignacio. Evolución reciente de la cataloga-

14

ción. Anales de documentación, 2004, vol. 7, p. 141-152. Rodríguez Bravo, Blanca, op. cit., p. 176.

15

Schamber, Linda. What is a document’? Rethinking the con-

16

cept in uneasy times. jasis, 1996, vol. 47, no. 49, p. 669. Smiraglia, Richard, ed. Work as entities for information retrieval.

17

Cataloging & Classification Quarterly, 2003, vol. 33, no.3 / 4. Svenonius, Elaine. The intellectual foundation of information

18

organization, cap. 3.

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En un principio se pensó que el hecho de seguir empleando las rcaa2 era lo más aconsejable, y con hacerle algunos ajustes bastarían para resolver los problemas. Pero al observar que los recursos electrónicos, principalmente los digitales, se desarrollaban exponencialmente y cada vez mostraban nuevas características, entonces se comenzó a dudar que si el proceso tradicional era el mejor. En la práctica se observaba el fenómeno como una posibilidad para hacer mejoras, no solo a las rcaa2 sino también a las isbd (Normas Internacionales para la Descripción Bibliográfica). Cabe mencionar que, desde 1997 y años subsiguientes, las reglas de catalogación comenzarían a modificar sus capítulos 3, 9 y 12 con base en los acuerdos tomados en la Conferencia de Toronto19 y las actualizaciones de las isbd (er)20 para recursos electrónicos.

International Conference on the Principles and Future De-

19

velopment of aacr (1997: Toronto, Ont.). The principles and future of aacr : proceedings of the International Conference on the Principles and Future Development of aacr, Toronto, Ontario, Canada, October 23-25, 1997.

20

isbd(er):

International Standard Bibliographic Description

for Electronic Resource revised from the isbd(cf), Internatio-

Los problemas en la práctica de la catalogación se concibieron como aquellos que no eran posibles de resolver por las rcaa2, debido a que la aparición de varios formatos para una misma entidad de información, las diferentes condiciones de licitación, las interfases que se emplean para asociar las entidades, la falta de consistencia, es decir, la intangibilidad, la ausencia de elementos descriptivos, el origen de la fuente de datos, entre otras situaciones, fueron suficientes motivos para comprender que este código de catalogación estaba siendo improcedente. Por tal motivo, se tuvo que elegir una solución rápida y oportuna que diera respuesta a las complicaciones que se tenían con los recursos electrónicos, puesto que el proceso de actualización de las rcaa2 demora algunos meses. De tal modo es como nace la posibilidad de emplear los metadatos como una iniciativa que comenzaría a combinar los elementos descriptivos y de contenido que se encuentran en las entidades de información digital. Sin embargo, en sus inicios esos esquemas novedosos estaban sustentados por los elementos tradicionales de la descripción bibliográfica y la estructura de los documentos tangibles. Actualmente, los metadatos se han dividido y diversificado de acuerdo a distintos principios conceptuales, de funcionalidad y de asociación.

nal Standard Bibliographic Description for Computer Files.

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Sobre la actividad de los metadatos en la catalogación Los antecedentes que se tiene sobre la actividad de los metadatos son mínimos, si los queremos comparar con las tradiciones bibliográficas. En el contexto bibliotecológico se ha señalado que no es un tema nuevo, puesto que el término metadatos fue acuñado en la década de los 60 por Myres, citado por Greenberg,21 con el propósito de referirse a la descripción de un conjunto de datos. En la actualidad referirse a éstos es con el fin de significar algo tan sencillo, pero a la vez complejo relacionado con la estructura de la información que, describe, explica, identifica, usa y recupera los datos contenidos en un recurso. Hay quienes afirman, como Wendler,22 que la catalogación son metadatos, aunque no todos los metadatos son catalogación [...] Es decir, desde el contexto bibliotecario es muy amplia: la información necesita ser identificada, localizada, controlada y, a través del acceso de los materiales, la biblioteca desea hacerla disponible a sus usuarios. Taylor23 señala que algunas definiciones de metadatos refieren exclusivamente a los recursos electrónicos, pero el término no es tan restrictivo a los objetos digitales y los recursos de Internet. Es decir, ambos procesos pueden existir porque los objetivos básicos de la creación de los metadatos y la catalogación (proporcionar una descripción y acceso a un ítem) son similares. Ciertamente que los recursos electrónicos presentan diferencias particulares que son importantes de entender, por ejemplo, está aquella en la catalogación que se relaciona con la decisión sobre ¿cuál es la unidad catalogable? Ahora, el problema está con los recursos electrónicos, ¿qué unidad describe el sito Web o el documento digital? ¿Se describe la imagen o la colección de imágenes? Greenberg, Jane. Understanding metadata and metadata

21

schemes. En: Metadata: a cataloger’s primer, p. 19.

Las discusiones sobre la unidad catalogable, la falta de un soporte físico, la divergencia entre versión y edición del recurso electrónico, han cobrado fuerza debido a que gran parte de la normativa internacional de catalogación se desarrolló con base en modelos y estructuras que responde a un tipo de unidad principalmente tangible. Por ello referirse en estos momentos a metadatos24 es hacerlo con el fin de significar las estructuras de los archivos, conjuntos de datos u otra entidad de información que aseguran la descripción técnica que se necesita para representar las partes del objeto digital. Varios autores, como Jeng,25 Taylor26 e Intner27 han concluido que la actividad de los metadatos, en este siglo xxi, se refiere exclusivamente a la creación y diseño de esquemas, formatos y normas para representar entidades de información digital. Hay una carga excesiva de tecnicismos empleados en el entorno de la Tecnología de la Información, por ello es que se advierte que la actividad de los metadatos no surge como algo propio del campo bibliotecológico. Al respecto, Coyle28 refiere que los procesos análogos no son posibles de reemplazarse o contar con equivalencia entre el intercambio de las unidades físicas y el intercambio de bits y bytes, debido a que cada uno responde a contextos particulares para organizar la información, los cuales requieren consistencia y precisión, así como estándares propios. Desde 1999 el desarrollo de metadatos ha sido progresivo. El-Sherbini29 afirma que este desarrollo responde a la necesidad de una comunidad en particular Understanding Metadata [en línea]. niso, 2004. 16 p. Ling, Hwey Jeng. Knowledge, technology, and research in

25

cataloging. Cataloging & Classification Quarterly, 1997, vol. 24, no. 1 / 2. Taylor, Arlene, op. cit., p. 141.

26

Intner, Sheila S. Access to media: a guide to integration and

27

computerizing catalogs. New York: Neal-Schumann Publisher,

Wendler, Robin. Diversificación de actividades: habilidades y

22

funciones catalográficas en la era digital. En: Internet, metadatos y acceso a la información en bibliotecas y redes en la

1984. 301 p. Coyle, Karen. Standard in Time of Constant Change. The

28

journal of academic librarianship, vol. 31, no. 3, p. 280.

era electrónica, p. 36. Taylor, Arlene, op. cit., p. 144.

23

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36

El-Sherbini, Magda, op. cit., p. 16-27.

29

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y a un tipo de recursos en específico. Sin embargo, la mayoría de los metadatos han sido comparados con el formato marc21, debido a que éste último cuenta con una terminología uniforme y entendible para todos aquellos que lo emplean. Además se ha observado que los distintos metadatos son tan diversos que no siguen una misma norma que los administre. Por ejemplo, las prácticas con los metadatos han dictaminado que con ellos se puede hacer fácilmente un registro de metadatos básico para representar las entidades de información. El-Sherbini30 refiere que la mayoría de los metadatos se puede usar para: • • • •

• • •



• •

Organizar y mantener organizados los datos de un inventario. Proporcionar información sobre datos catalogados. Proporcionar información para ayudar en la transferencia de datos. Ayudar al usuario para que encuentre, descubra y recupere los datos que esta buscando. Controlar el acceso a la información y prevenir que cierto usuario tenga acceso a los datos. Proporcionar acuerdos comunes de acceso a los datos y su contenido. Conferir información que afecte el uso que se hace de los datos, como las condiciones de uso, tamaño o edad. Proporcionar datos históricos, como son el origen de la fuente de datos y sus modificaciones posteriores. Transmitir información sobre la propiedad o la creación del texto. Indicar las relaciones con otros recursos, como pueden ser los vínculos con sus versiones previas o subsecuentes.

Algunos de los metadatos sirven para administrar, controlar, describir, y representar técnicamente cualquier tipo de entidad de información digital. También, como lo señala Taylor,31 pueden clasificarse en tres niveles de

complejidad: el primer nivel es un formato simple que es tomado del mismo recurso y tiene los datos desestructurados; el segundo nivel es un formato estructurado que permite crear representaciones y descripciones del recurso. El tercer nivel es un formato enriquecido para ser empleado en cualquier sistema de categorías. En suma, Greenberg32 ha señalado que las “nuevas circunstancias” en el entorno de la organización de los recursos electrónicos y las entidades de información han permitido que, en mayor o menor grado, se establezcan distinciones entre lo que es la catalogación tradicional y lo que se está denominando como la actividad de los metadatos. Estas “nuevas circunstancias” son las siguientes: 1. La introducción de nuevos formatos de información, nuevos lenguajes de codificación y nuevos valores atribuidos a los esquemas creados por el Internet y la tecnología Web. 2. La Web ha iniciado el desarrollo de nuevos esquemas de metadatos basados en las necesidades de diferentes comunidades fuera del entorno de la biblioteca. 3. Existe en la actualidad una importancia sin precedentes en la normalización del esquema de metadatos y la interoperabilidad.

La coexistencia de la catalogación y la actividad de los metadatos En este artículo se ha proporcionado una introducción simple sobre los problemas que hay entre la catalogación de los recursos electrónicos usando las tradiciones bibliográficas contenidas en las rcaa2 y el surgimiento de la actividad de los metadatos como una nueva alternativa para organizar los recursos electrónicos y las entidades de información digital que se encuentran en Internet.

Íbid., p. 25.

30

Taylor, Arlene, op. cit., p. 140.

31

Greenberg, op. cit., p. 24.

32

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La complejidad que existe para emplear una u otra depende de la variedad de información que requiere ser organizada. Es importante recordar que el propósito final de la catalogación y los metadatos es crear un registro por medio del cual el usuario pueda navegar en un sistema de información para buscar, identificar, seleccionar y obtener la entidad de información que necesita. Entonces, los que están a favor de los metadatos sostienen que la descripción es más rica en el contenido de las entidades de información. Mientras que aquellos que están a favor de la catalogación tradicional indican que la descripción bibliográfica es y seguirá siendo la más indicada para la organización de la información, puesto que solamente cambia el soporte y no la entidad. Lo cierto es que actualmente los metadatos aparecen junto con las entidades de información digital, y su constitución principal es el código binario, el cual solamente puede leerse y observarse a través de una computadora. De tal modo que, para aquellos quienes creían que los metadatos es la palabra de moda en el campo bibliotecológico, después de todo podrán enfrentar el asunto desde la perspectiva de la moda impuesta por Internet, la tecnología de la información y comunicación y la información digital. Además, como lo menciona Schottlaender,33 los metadatos responden a un propósito y comunidad específica.

Ejemplos de metadatos en la bibliotecología hay varios, como es el caso de las isbd (Normas Internacionales de Descripción Bibliográfica), las rcaa2 y marc. También se encuentra el Dublin Core, que es un metadato simplificador de elementos descriptivos, es decir, es una propuesta que permite describir cualquier recurso electrónico que por sus características difícilmente puede ser catalogado por las rcaa2. Por consiguiente, hoy es importante distinguir que la catalogación y la actividad de los metadatos emplean métodos. La catalogación está destinada a describir a la entidad que por tradición ha imperado en las bibliotecas, el impreso; en tanto que los metadatos se orientan a la representación de entidades de información digital y recursos electrónicos. En resumen, la coexistencia de la catalogación y la actividad de los metadatos, desde nuestro punto de vista, pueden ser utilizadas al mismo tiempo, siempre y cuando se identifiquen los propósitos que persiguen cada una para organizar la información. No son excluyentes ni independientes una de la otra. Para finalizar, pongo a su consideración la siguiente pregunta ¿son los metadatos la cura o simplemente un remedio a la enfermedad que padece la organización de la información electrónica y digital?

Schottlander, Brian E. C. Why metadata?, why me? why now?

33

Cataloging and Classification Quarterly, 2003, vol. 36, no.3 / 4, p. 22.

Obras Consultadas The Audiovisual Cataloging Current. Sandra K. Roe, ed. New York: The Haworth Information, 2001. 370 p. Coyle, Karen. Standard in Time of Constant Change. The journal of academic librarianship, vol. 31, no. 3, p. 280-83. Electronic Cataloging: aacr2 and Metadatos for serials and monographs. Sheila S. Intner, Sally C. Tseng, Mary Lynette Larsgaard, eds. Binghamton, New York: The Haworth Information Press, 2003. 182 p.

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