UNA PERSPECTIVA POSITIVA ACERCA DE LA DISCIPLINA Por Janine Soderberg Usado con permiso
I.
¿Qué es la disciplina? Cuando usted piensa en la palabra “disciplina”, ¿qué es lo que le viene a la mente? Algunos dicen que la disciplina es controlar a los niños, otros dicen que es castigarlos cuando hacen algo que no deben hacer. Por lo general esta palabra tiene connotación negativa, pero le quiero animar a considerar otra perspectiva: que la disciplina se basa en un acercamiento positivo a los niños en la escuela dominical, con metas específicas. Me gustaría proponer la siguiente definición de la disciplina: Es un proceso por el cual los niños aprenden qué es aceptable y correcto. Es enseñar y motivar a cada niño a tener una buena conducta. No es un castigo por desobedecer las reglas, es instrucción que desarrolla dominio propio, orden, eficiencia, obediencia, y conducta ordenada. Se desarrolla a largo plazo, partiendo de una relación de interés personal.
II.
Cómo evitar los problemas de disciplina Estas metas no se lograrán si el maestro piensa en la disciplina solamente como una respuesta o reacción al mal comportamiento de los niños. Quizás sea algo sorprendente para usted saber que los expertos dicen que el 85% de los problemas en el salón de clases son culpa del maestro. Es necesario, entonces, que el maestro se enfoque en cómo puede crear un ambiente propicio al aprendizaje de las cualidades anteriormente mencionadas. Veamos algunos ejemplos de lo que el maestro puede hacer para evitar o prevenir los problemas más comunes. A. El arreglo físico del salón de clase: Las mesas y sillas deben estar en un lugar que provee a cada niño la oportunidad de participar en la clase, escuchar la enseñanza, ver las ayudas visuales, tener acceso a materiales de las manualidades, etc. También deben estar del tamaño adecuado a la edad de los niños. Aparte, el maestro debe buscar la manera de adornar el salón para que sea un lugar interesante que estimule la participación y el aprendizaje. B. Preparación y organización: Los niños pueden ver de entrada si el maestro llega sin haber preparado bien su lección o sin organizar bien los materiales que usará en su enseñanza. Una buena preparación implica invertir tiempo en escudriñar las Escrituras antes de consultar el manual de maestro, dejando que la Palabra de Dios hable a la vida del maestro antes de tratar de aplicarla a la vida de los niños. También implica sacar las copias necesarias y organizar bien los materiales necesarios antes de que los niños lleguen al salón. C. Expectativas claras y realistas: Se dice que los niños que saben lo que se espera de ellos se esfuerzan para llenar esas expectativas. Necesitan límites bien definidos para aprender cuál es el comportamiento adecuado. La responsabilidad del maestro es comunicar de manera clara y consistente lo que espera de sus alumnos. Por ejemplo, ¿cómo deben responder si el maestro hace una pregunta? ¿qué deben hacer si el maestro u otro alumno está hablando? ¿Cómo deben cuidar los crayones, tijeras, libros, etc. que se encuentran en el salón? Si usted fuera a evaluarse a si mismo como maestro pensando en lo que se ha compartido hasta este punto, ¿cuánto se está esforzando para evitar y prevenir los problemas de
disciplina? ¿Se ha puesto a pensar en cómo el arreglo físico del salón de clase impacta el aprendizaje de los niños? ¿Cuánto tiempo invierte en prepararse para su clase? ¿Es de calidad ese tiempo de preparación o se conforma con un repaso rápido del manual del maestro? D. Conocer a los niños y tomar en cuenta sus necesidades: Si bien es cierto que ser maestro es un gran privilegio, también se debe reconocer la gran responsabilidad que implica el enseñar a los niños. No es suficiente llegar a la clase de la escuela dominical preparado para dar la clase, porque su enseñanza no tendrá el mismo impacto en la vida de sus alumnos si usted no invierte tiempo en conocerlos. Hay que conocer su nombre completo, cómo es su familia, cuáles son las cosas que le hacen feliz o triste, y muchas cosas más. La nueva definición de la disciplina que propuse al principio dice que la disciplina “se desarrolla a largo plazo, partiendo de una relación personal.” Cuando un niño sabe que usted se interesa en él como persona y no solamente como alumno, la motivación por seguir sus instrucciones y prestarle atención aumenta de manera sorprendente. Conocer a los niños también implica tomar en cuenta sus necesidades. Hay siete necesidades universales de los niños: sentirse importante, seguridad, ser aceptado, amar y ser amado, ser alabado, disciplina, y conocer a Dios. ¿Cómo puede usted como maestro participar en ver estas necesidades satisfechas en la vida de sus alumnos? Aparte de las necesidades universales, todo niño tiene necesidades personales y específicas: físicas, emocionales, intelectuales, y espirituales. Si estas necesidades no son atendidas, el niño no estará en condiciones para prestar atención en la clase, para aprender, o para aplicar las verdades bíblicas a su vida. Por ejemplo, si un niño llega a la clase sin desayunar, su hambre lo distrae y no permite que participe de lleno en la clase. O, si un niño escucha burlas o insultos de sus papás todos los días, no se creerá capaz de cumplir con las tareas que usted como maestro propone. Le animo a pensar en sus alumnos. ¿Qué tanto los conoce? ¿Cuáles necesidades tendrán que no están satisfechas? ¿Cómo impactan estas necesidades su habilidad y disposición para aprender? ¿Qué puede hacer usted al respecto? E. El uso del espacio durante la enseñanza y actividades: No importa cuán reducido esté el espacio que usted tiene para su enseñanza, debe ser aprovechado al máximo. Cuando el maestro se mantiene sentado o parado en un solo lugar durante toda la clase, los niños se aburren rápidamente y esto da lugar a un comportamiento no deseado, de lo cual muchas veces el maestro no se da cuenta por no acercarse más a sus alumnos. Cuando el maestro planea sus movimientos y el uso de espacio de acuerdo a los eventos de la historia bíblica que tiene como base de su lección, logra mantener el interés de los niños y los involucra más en la historia. Por ejemplo, si le toca enseñar sobre Abraham y el mandato que Dios le da de sacrificar a su hijo Isaac, usted puede empezar en un lugar al relatar la conversación entre Abraham y Dios, y luego moverse al otro lado del salón al relatar la caminata de Abraham e Isaac hacia el lugar que Dios le había indicado. ¡Diviértase con esto! No tenga miedo de salirse del lugar que siempre ocupa al enseñar…sí, los niños estarán sorprendidos la primera vez que lo haga, y de ese momento en adelante estarán ansiosos para ver cómo se va a mover, hacia dónde se va a dirigir. ¡Qué mejor manera de captar y mantener su atención e interés!
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III.
Sugerencias para evitar los problemas más comunes A.
Use maneras creativas de captar la atención de los niños. Por lo general, cuando el maestro quiere la atención de los niños, habla en voz alta, diciendo “¡Silencio! ¡Niños escúchenme por favor! ¡Necesito su atención!” o algo parecido. Los resultados casi nunca son los deseados, la voz del maestro se cansa mucho, y los niños se cansan de escuchar al maestro gritar. Hay muchas maneras de lograr la atención de los niños sin gritar. Por ejemplo, se puede usar un instrumento musical como un pandero o una flauta. El maestro explica que cada vez que se toca el instrumento, los niños deben guardar silencio y prestar atención. Otra manera creativa de captar la atención de los niños es decir en una voz quieta, “Si puedes escuchar mi voz, pon tu mano en la cabeza. Si puedes escuchar mi voz, pon tu mano en la espalda….” Así sigue el maestro hasta que todos guarden silencio mientras siguen sus instrucciones. Verá que aunque al inicio muchos niños no escucharán, pronto se darán cuenta que sus compañeros están haciendo algo con el maestro y dejarán de hablar para poder participar. Otro ejemplo es usar las palmadas: El maestro da cierta cantidad de palmadas y los niños tienen que copiar el ritmo sin decir nada. Luego el maestro cambia la cantidad de palmadas y el ritmo y los niños hacen lo mismo. El ejemplo clásico que se usa en los clubes de OANSA es muy efectivo. El maestro cuenta del 1 al 5, y antes de llegar al 5 los niños deben guardar silencio. Puede alzar la mano y contar con los dedos, y pedirles a los niños que cuenten con sus dedos también. La clave del éxito de estas técnicas es la explicación y la práctica. Debe enseñarles qué es lo que va a hacer como maestro para pedir su atención, y debe practicarlo varias veces hasta que los niños cumplan de manera satisfactoria. Hay que explicar de manera clara el comportamiento esperado: que guarden silencio, que regresen a sus lugares si están haciendo otra actividad, que vean al maestro, etc. Son una infinidad de posibilidades creativas, y aún los niños le pueden dar otras ideas para variar sus métodos de pedir su atención.
B.
Haga su enseñanza vívida e interesante, logrando la participación de los niños con una variedad de métodos. Si nosotros los adultos nos aburrimos en una conferencia donde el conferencista se para en un solo lugar para hablar y hablar y hablar, cuanto más se aburren los niños si usted siempre se sienta en su silla y da la lección de la misma manera cada semana. Una enseñanza eficaz y variada logra la atención y participación de los alumnos y así evita muchas interrupciones y distracciones. A continuación le propongo algunas ideas para variar sus métodos de enseñanza: 1. Vestirse de acuerdo a la época de la lección: Para esto necesita conocer bien la historia y cómo eran las costumbres de vestimenta, pero puede usar objetos comunes como una sábana, una bata, etc. 2. Hacerse pasar por uno de los personajes de la lección: Para esto usted necesita buscar toda la información que pueda conseguir sobre el personaje. Debe relatar los eventos de la historia bíblica como si usted fuera el personaje que representa. 3. Decorar el salón de acuerdo a algún evento en la historia bíblica.
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4. Usar un títere. 5. Con los niños más grandes se puede utilizar un cuestionario para estudiar el pasaje bíblico. 6. Drama: Puede prepara con anticipación algún drama basado en la historia bíblica con la ayuda de algunos jóvenes o hermanos de la iglesia, o bien puede preparar el diálogo y asignar papeles a sus alumnos. Para la segunda opción, no es necesario ensayar el drama, pueden leer sus guiones en el momento de actuar. 7. Un proyecto: Siempre al hacer algo, el alumno profundiza más en el tema y recuerda mejor la enseñanza. Se puede dibujar un mapa o elaborarlo en relieve; hacer una libreta de peticiones de oración; escribir una reseña biográfica o presentar un monólogo de algún personaje bíblico; crear un álbum misionero con datos de varios países, fotos y peticiones de misioneros; escribir un libro para niños pequeños que relata e ilustra alguna historia bíblica; hacer un periódico mural, etc.
III.
C.
Provee retroalimentación a los alumnos para que sepan cuándo están alcanzando las expectativas y cuándo no.
D.
Recuerde que los niños necesitan un maestro, no un compañero de juegos.
E.
Sé modelo para los alumnos de cómo se manejan las frustraciones, las decepciones, y el enojo.
F.
Espere hasta que todos estén demostrando la conducta deseada antes de empezar o continuar la clase. Cómo tratar los problemas con amor. A. Sé amoroso, respetuoso, justo, firme y consistente. B. Use un acercamiento positivo, reconociendo y elogiando a los que siguen las reglas y las instrucciones específicas. C. Trate de encontrar qué hay detrás del comportamiento. 1. ¿Tiene que ver conmigo o mi enseñanza? 2. Piense en las necesidades del niño. D. Asegúrese de no disciplinar a un niño por un disgusto personal, o por algo que forme parte de la personalidad del niño. E. A veces es mejor ignorar una infracción menor. F. Responda al problema paso por paso: Una mirada, guardar silencio un momento, acercarse al niño, tocarle el hombro, decir su nombre, cambiarle de lugar, darle algo que hacer para ayudarle a usted. G. Recuerde que siempre tiene la opción de pedirle al niño que regrese con sus padres, y después hable con ellos.
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H. El niño es parte del problema, por lo tanto es parte de la solución. I.
Nunca humille o avergüence a un niño: El propósito de la disciplina es enseñar, no castigar.
Le animo a seguir desarrollando su creatividad en la enseñanza. Es un arma poderosa en la batalla contra las interrupciones constantes y el aburrimiento de los niños. Además, usted disfrutará más la preparación de su clase y aprovechará mejor su tiempo de enseñanza. ***Para los que viven en México que desean más información acerca del ministerio de CAMINA (Comité de Apoyo de Ministerios Infantiles Nacionales), favor de escribirnos por correo electrónico a
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