Proyecto Pehuén
Javier Sanguinetti Biólogo Parque Nacional Lanín, Neuquén;
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Un estudio ecológico en bosques de araucaria del Parque Nacional Lanín
(Este proyecto es posible gracias a la participación de Desde el año 2000, el tiempo parcial de 23 personas entre guardaparques, poblaParque Nacional Lanín dores, voluntarios, técnicos e investigadores). La Araucaria araucana, “pehuén” para el pueblo Mapuche, domina, conjuntamente con bosques de Nothofagus, el centro norte de Neuquén y las vecinas regiones VIII a X en Chile. Las araucarias son plantas ancestrales; formaban parte del paisaje de Sudamérica antes del origen de las plantas con flores, antes de los dinosaurios y antes de que el continente se separara de la Antártida y de Australia. Son árboles gigantes, de forma aparasolada, que pueden alcanzar los 50 m y superar los 1300 años. Sus semillas (“piñones”) miden 4 cm de largo y pesan 3,5 g en promedio. Los pueblos originarios del norte de Patagonia, como los Mapuche, dependen en forma crítica de los piñones, siendo el pehuén un árbol sagrado y el centro de su ancestral cosmovisión del mundo y de tradiciones religiosas. El pehuén presenta una distribución restringida, un lento crecimiento y una baja capacidad de regeneración que lo hacen particularmente susceptible a los impactos humanos. En el siglo XX, el crecimiento económico y el aumento de la población humana provocaron una acelerada explotación de los bosques de pehuén (especialmente en Chile) y una marcada declinación en su estado de conservación y en su distribución geográfica. En las últimas décadas, a pesar de la prohibición de su explotación en Chile y Argentina, del establecimiento de Areas Protegidas, de la regulación de la recolección de sus semillas y de la aplicación de restricciones al comercio internacional (la especie
y el INTA-Bariloche desarrollan conjuntamente un estudio científico y de monitoreo con el objetivo de generar información básica del Ecosistema Araucaria, especialmente en relación a la producción bruta de semillas en bosques utilizados por los Mapuche o con presencia significativa de herbívoros exóticos. Presencia
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está incluida en el apéndice I del CITES para ambos países) el futuro de las poblaciones de pehuén es incierto y precario en muchas zonas por la amenaza que representa la actividad ganadera y las plantaciones con exóticas. A nivel internacional, mediante un análisis global de los biomas del mundo, organizaciones conservacionistas lideradas por la World Wild Fund (WWF) han incluido al ecosistema del noroeste de Patagonia y Chile (Ecorregión Valdiviana) donde habitan los pehuenes, entre las 200 regiones con mayor prioridad de conservación del planeta. El Ecosistema del Pehuén es particular-
mente afectado por el pastoreo de ganado, dado que una enorme cantidad de animales son atraídos por las semillas de pehuén y cuando éstas no están disponibles ramonean sobre toda la vegetación palatable del bosque. El consumo y ramoneo de vegetación por el ganado reduce significativamente la diversidad de especies de plantas y afecta el hábitat de roedores, marsupiales y aves nativas que necesitan la cobertura vegetal para alimentarse, reproducirse y protegerse contra los predadores. En Argentina, menos del 25% de la superficie total de bosques de pehuén está protegida del pastoreo, la mayor parte dentro de Areas Protegidas.
Foto 1: Bosques mixtos de Araucaria y Lenga en el oeste de Rucachoroi, Parque Nacional Lanín. En el otoño, los vientos sacuden los conos del pehuén y el suelo del bosque se cubre con una gran cantidad de nutritivas semillas, creando un período de abundancia para aves y mamíferos. Algunas especies como la cachaña o cotorra austral
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(Enicognathus ferruginea) o el ratón topo grande (Chelemys macronyx) dependen principalmente de estas semillas y las dispersan lejos del árbol materno, cumpliendo un rol ecológico clave para la regeneración sexual del pehuén. El nivel actual de
consumo de semillas por especies exóticas, principalmente jabalí, y por el ganado podría estar afectando la dinámica de regeneración de los bosques y alterando la diversidad biológica de las especies que dependen de las semillas para sobrevivir. El proyecto Pehuén, desarrollado por el Parque Nacional Lanín y el INTA Bariloche desde el año 2000, pretende cuantificar la variación geográfica y anual de la producción de semillas, estimar el consumo de semilla realizado por cada uno de los integrantes del ecosistema (especies nativas, especies exóticas y el hombre) y cuantificar el impacto de las especies exóticas sobre las nativas y sobre la regeneración sexual del pehuén. Esta información es básica y clave para el diseño y ejecución de futuros planes de manejo y de conservación del bosque.
Los estudios de campo se desarrollan en nueve bosques distribuidos en cuatro cuencas del Parque Nacional Lanín y participan en ellos guardaparques, profesionales, pobladores Mapuche, investigadores extranjeros y voluntarios. Para ello se cuenta con financiación internacional proveniente del gobierno de Alemania, del programa Russell E. Train de la WWF y de la Comisión Fullbright además del aporte realizado por el INTA Bariloche y la APN. La cantidad de semillas recolectadas por los Mapuche y los lugares de uso se estiman a partir de entrevistas a pobladores y por intermedio del registro oficial de las toneladas de piñones que son transportadas desde la Comunidad Aigo en la cuenca Rucachoroi del Parque Nacional Lanín. Mediante estudios comparativos de bosques con distinto estado de conservación, con y sin presencia de ganado y/o de especies exóticas silvestres, se pretende evaluar los impactos sobre el ecosistema. La producción de semillas en cada bosque se calcula a partir de la estimación de la densidad de semilleros, del número de conos en ellos, del número de semillas por cono y de su peso promedio. Para el cálculo de esto último se descuelgan los conos del árbol utilizando una técnica tradicional mediante el uso de lazos de cuero aplicada por pobladores de la zona. En cada sitio se cuentan los conos en 50 árboles y se descuelgan entre 15 y 20 conos por sitio.
Foto 2: Descuelgue de conos a baja altura. Cada uno contiene cerca de 200 semillas
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Durante la estación de caída de semillas se estima la predación de semillas por fauna nativa y exótica utilizando semilla marcada con pintura roja. Estas semillas se colocan dentro y fuera de pequeñas clausuras de 1 2
m que evitan el acceso a la fauna exótica. Se monitorea la desaparición de las semillas en ambas situaciones y se puede identificar al consumidor (roedor, jabalí, etc.) evaluando los restos de las mismas. Además, mediante el uso de cámaras automáticas colocadas en las cercanías de las semillas marcadas, se identifican las especies de roedores consumidores de semillas, la velocidad con la que trasladan las semillas a sus cuevas y la frecuencia con la que el jabalí visita los sitios monitoreados. Para estimar el consumo de semillas desde el árbol realizado por la cachaña, se utilizan redes donde se recogen muestras de semillas caídas del árbol para estimar la proporción que se encuentra parcialmente comida o picoteada. En algunos sectores del Parque se instalaron clausuras de 2400 m2 que impiden el acceso de las especies exóticas y permiten monitorear la respuesta del bosque (cambios en la vegetación, en la supervivencia de semillas y en la abundancia de roedores) en ausencia de las mismas. Con las clausuras se evalúa la cantidad de semillas que sobrevive y su ubicación con respecto al árbol materno dado que es importante saber si la dispersión por gravedad y por roedores se ve afectada por las especies exóticas. Luego de cuatro años los resultados muestran que en el Area de Estudio la producción del bosque tiene un máximo productivo cada 3 años aproximadamente y que la variación entre años es grande, pudiendo ser de 5 veces. En comparación con la producción global del bosque, la proporción de semillas que recolectan los Mapuche suele ser significativa únicamente en los años de baja producción, representando cerca del 25% del total. Por el contrario, las tasas de consumo producidas por el ganado y por el jabalí pueden alcanzar el 75% y el 45% respectivamente. El consumo de semillas por esta fauna exótica varía geográficamente dependiendo del tamaño de las poblaciones y de la disponibilidad de otros recursos alimentarios como pasturas para el ganado o abundancia de hongos para el jabalí. Los estudios de la comunidad de roedores nativos muestran que la abundancia y la diversidad de especies que dependen de las semillas disminuye en los bosques más impactados por la ganadería y la extrac-
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ción de leña o donde la densidad de especies exóticas es alta. En estos casos la abundancia de roedores es 70 veces menor y el 70% de las especies desaparece. Existen al menos cuatro especies de roedores nativos que consumen y dispersan las semillas facilitando la regeneración sexual y la supervivencia de las plántulas del pehuén. La extracción de leña junto con la disminución de la cobertura herbácea y de la vegetación subarbustiva y arbustiva, como consecuencia del pastoreo, ramoneo y pisoteo del ganado y de las osadas del jabalí, altera significativamente el hábitat de estas especies. La competencia por las semillas entre las especies nativas y las exóticas es alta especialmente en los sectores del bosque donde existe degradación parcial o total de vegetación y donde hay abundancia de mamíferos exóticos. Por otra parte, la información recabada demuestra que el jabalí y el ganado disminuyen la regeneración sexual del Pehuén e interfieren con la dispersión de las semillas. Este proyecto permite identificar las áreas con mayor valor de conservación, que son aquellas donde los impactos producidos por el hombre y por las especies exóticas son inexistentes o bajos, para garantizar su preservación en el largo plazo. En estas áreas la diversidad biológica asegura el normal funcionamiento de los procesos ecológicos asociados al pehuén.
Por otro lado, el estudio de las áreas más impactadas aporta información valiosa para caracterizar dichos impactos e implementar acciones de manejo y conservación para minimizarlos y cambiar la tendencia negativa en la salud del ecosistema. La información sobre la producción de semillas permite pautar con la Comunidad Mapuche niveles de extracción razonables, teniendo en cuenta cuánto produce el bosque y cuánto tiene que quedar para la regeneración sexual del pehuén y la supervivencia de la fauna nativa, y de esta forma garantizar la conservación de la diversidad biológica asociada a este increíble y único ecosistema protegido en el Parque Nacional Lanín.
El proyecto Pehuén permite identificar áreas más conservadas para garantizar su preservación.
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