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BUENOS AIRES
| Martes 23 de abril de 2013
BUENOS AIRES Edición de hoy a cargo de Fernando Rodríguez | www.lanacion.com/ciudad
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Proponen expropiar y recuperar la histórica Confitería del Molino patrimonio. Cerrado desde 1997, el clásico café porteño podría reabrir sus puertas si alguno de los
proyectos legislativos que buscan recuperarlo se convirtiera en ley; pasaría a la órbita del Congreso Fernando Castro Nevares LA NACIoN
La Confitería del Molino, edificio emblemático de Buenos Aires y uno de los ejemplos más notables de arquitectura art nouveau de la ciudad, espera una ley de ese Congreso que tiene enfrente para volver a brillar. El Molino cerró sus puertas a comienzos de 1997. Y ahora, tras 16 años de abandono, dos proyectos presentados en el Congreso Nacional intentan recuperarlo e incorporarlo a la órbita del Parlamento. Las iniciativas son del senador Samuel Cabanchik (Probafe) y del diputado Roy Cortina (FAP). El proyecto de Cabanchik, aprobado en el Senado el último 29 de noviembre, declara el inmueble de utilidad pública y sujeto a expropiación por su valor histórico y cultural; autoriza al Poder Ejecutivo Nacional a adquirirlo a un precio establecido por el Tribunal de Tasaciones de la Nación, y ordena al Ejecutivo transferir sin cargo el edificio al patrimonio del Congreso. La iniciativa de Cabanchik prevé que los subsuelos y la planta baja se otorguen en concesión para su uso como confitería y restaurante y pide que en el resto del edificio funcionen un museo dedicado a la historia de la confitería y un centro cultural destinado a difundir obras de artistas jóvenes. Al margen de lo que ocurra con la propuesta del senador, cabe señalar que desde hace tiempo se escuchan en el Senado y en Diputados pedidos de diferentes bloques políticos a favor de la recuperación y puesta en valor del edificio. De hecho, el año pasado, los diputados Roy Cortina (FAP) y Margarita Ferrá de Bartol (FPV), en su carácter de presidente y vicepresidenta de la Comisión de Cultura, respectivamente, presentaron en la Cámara baja un proyecto de expropiación que contiene el espíritu de proyectos anteriores presentados por Héctor Piemonte (CC), el año pasado; Roy Cortina (FAP) y Ricardo Alfonsín (UCR), en 2010; Ferrá de Bartol y Carlos Gioja, en 2010, y Carlos Kunkel y Jorge Coscia (FPV), en 2009. De todos, el de Alfonsín y Cortina llegó a obtener dictamen en las dos comisiones a las que se giró, pero en 2011 perdió estado parlamentario por el recambio de la cámara. La expropiación de la Confitería del Molino fue un tema recurrente en los últimos años. En la Legislatura porteña, de 2006 a 2012 se presentaron seis proyectos en ese sentido. En 2008, la legisladora Teresa de Anchorena (ARI) presentó un proyecto de expropiación del 45% del edificio. En 2010, en tanto, los diputados Eduardo Epszteyn (Diálogo por Buenos Aires) y Antonio Rubén Campos (UCR) también presentaron sendos proyectos.
En el frente de la confitería, en la esquina de Rivadavia y Callao, se advierte el deterioro del predio En diciembre de 2011, el gobierno de la ciudad, a través del Ministerio de Desarrollo Urbano (MDU), elevó a la Legislatura porteña otro proyecto de expropiación. El expediente autorizaba al Poder Ejecutivo a llamar a “concurso para la puesta en valor y explotación del inmueble”, mediante la correspondiente concesión. Sin embargo, ni éste ni los proyectos anteriores obtuvieron dictamen en las comisiones, y finalmente perdieron estado parlamentario. Qué dicen los proyectos El proyecto vigente de Cortina y Ferrá de Bartol asigna a los tres subsuelos, la confitería y los salones los mismos usos que tenía la firma, y destina el resto de los pisos a actividades culturales de extensión legislativa que difundan los valores de la democracia y el federalismo. Mientras el proyecto con media sanción de Cabanchik fue girado a las comisiones de Cultura, Presupuesto y Hacienda, Asuntos Constitucionales y Legislación General, el de Cortina y Ferrá de Bartol ya obtuvo dictamen en la Comisión de Cultura en 2012 y ahora espera ser tratado en Presupuesto y Hacienda, algo que en el despacho del legislador del Frente Amplio Progresista (FAP) creen que ocurrirá en las próximas semanas. Cortina intentará llegar a un acuerdo entre los jefes de bloque y presidentes de las comisiones para que ambos proyectos sean tratados a la
silvana colombo
Un problema: los vecinos que aún viven en el edificio
En 1982, el lugar era parte de la vida porteña vez y, también, para que sólo sean tratados en las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Cultura. “Los proyectos son similares. Sería bueno consensuar y unificarlos”, señaló una estrecha colaboradora de Cortina. Según el diputado socialista, su proyecto, a diferencia del de Cabanchik, contempla la expropiación de la marca para que la confitería funcione con su nombre. De todas formas, señaló el legislador del FAP, “mantener o no tal cual el proyecto de Cabanchik dependerá de los diputados de las comisiones que lo traten”. El senador Cabanchik,
archivo
por su parte, explicó: “Aceptaría algunos cambios menores en mi proyecto siempre y cuando tuviera la garantía de que una vez aprobado con modificaciones en la Cámara de Diputados los senadores de los mismos bloques votarán en coincidencia”. De esta forma, la tan ansiada recuperación de la Confitería del Molino se convertiría en ley. Más allá de todo, a pocos metros del Congreso Nacional, la histórica Confitería del Molino espera una mano que la rescate y le devuelva el esplendor que supo tener durante gran parte de sus 80 años de historia.ß
^b^b^ En el mismo Congreso donde se discuten proyectos de ley para recuperar el Molino, algunos legisladores señalan que en el edificio de Callao 32 hay departamentos ocupados. La versión fue desmentida por Ana Aguilar, esposa del encargado del edificio, para quien “en el tercer y cuarto piso vive gente, pero no se trata de una toma porque pagan alquiler y expensas”. Aguilar no supo decir a qué propietario ni a qué administración de consorcios se realizan esos pagos. ^b^b^ Según Aguilar, en el segundo piso vivieron durante muchos años María Roccatagliata y Ada Brenna de Varese, quienes habrían sido las dueñas del edificio. En el Congreso se dice que la sucesión habría puesto la situación legal del predio en conflicto y por eso se habría demorado tanto el proceso de expropiación y recuperación.
El abandono de un testigo del pasado nacional Por el Molino pasaron Gardel, Evita y Lugones; hoy es puro deterioro Proyecto del arquitecto italiano Francisco Gianotti e inaugurado en 1917, el edificio de la Confitería del Molino contaba con tres subsuelos donde se producía y fabricaba la pastelería, que funcionaba en la Planta Baja de Rivadavia y Callao. Tanto su interior como su exterior presentaban una rica ornamentación, que incluía desde cerámicas y vitrales hasta mosaicos de colores, composiciones en mármol y esculturas de bronce. Por sus mesas pasaron los políticos Marcelo T. de Alvear, Lisandro de la Torre, Alfredo Palacios y Eva Perón , Leopoldo Lugones, los artistas Carlos Gardel, Niní Marshall, Tita Merello y Libertad Lamarque, y los escritores oliverio Girondo, Amado Nervo, Ramón Gómez de la Serna y Leopoldo Lugones, entre muchísimos otros. En el primer piso estaban los salones Versalles y el Gran Molino, por los que hasta bien entrados los años 90 pasaron miles de jóvenes porteños. Las fiestas del Molino eran un clásico de la ciudad y muchos recuerdan la elegancia del lugar y la vista que se tenía de la Plaza de los Dos Congresos desde el amplio balcón central. Sin embargo, la confitería estuvo en declive durante décadas y por eso cerró a comienzos de 1997. No alcanzó con que el magnífico edificio fuera designado Monumento Histórico Nacional ese mismo año ni que, en 1992, el gobierno de la ciudad lo incorporara al Área de Protección Histórica con el grado de protección estructural. Desde entonces, el deterioro ha sido inocultable. En 2005, una grúa de Bomberos retiró trozos de mampostería y de vitrales de la cúpula, ante el riesgo concreto de que cayeran a la calle. Y en 2010, una escultura que estaba dentro de un nicho literalmente desapareció. Un poco antes, se habían retirado de las vidrieras una importante cantidad de piezas de bronce que las decoraban. Y la malla de protección que se le colocó a los vitrales de su marquesina impidió que las teselas de vidrio cayeran sobre los transeúntes. “Ésa fue una solución de compromiso que no solucionó el problema de fondo”, señala el arquitecto Marcelo Magadán, especialista en patrimonio arquitectónico. Y advierte: “La destrucción del Molino es cuestión de tiempo. Todo edificio cerrado y sin uso se deteriora. Desagües tapados y vidrios rotos suelen ser una consecuencia directa de esta situación. Detrás llegan las filtraciones y el agua, más temprano que tarde, hace estragos”.ß
Quejas por demoras de hasta 33 minutos en el tren Sarmiento
Inundaciones: investigan errores en los certificados de defunción
mal servicio. Usuarios y empleados ferroviarios aseguran que las frecuencias no se cumplen; la diputada Ocaña habló de “maquillaje”
sospechas. Un fiscal detectó que hubo muertes traumáticas no judicializadas; una jueza analiza 61 decesos por causas derivadas
Pablo Tomino LA NACIoN
Al conmemorarse ayer 14 meses del trágico accidente de una formación del tren Sarmiento en la estación de once, que les costó la vida a 51 personas y heridas a otras 700, el servicio sigue con numerosas deficiencias. Esa percepción de los usuarios cotidianos de este ramal quedó sintetizada en un informe de la organización Vías Sarmiento. Según sus relevamientos, presentados ayer en la estación de once, la frecuencia entre un tren y otro llega a ser de hasta de 33 minutos en las horas pico. De acuerdo con el relevamiento de Vías Sarmiento (una organización conformada por usuarios, trabajadores ferroviarios y algunos militantes de Libres del Sur–Frente Amplio Progresista), se detectó que en 17 formaciones del Sarmiento 264 puertas estaban averiadas o quedaban abiertas y que había un promedio de “tres ventanas rotas por coche”. Además, se precisó que muchos de los coches que fueron reacondicionados poseen como asientos
“una adaptación de butacas de colectivos, lo que supone un exceso en la precariedad de las reparaciones que se están realizando”. Respecto del servicio, Vías Sarmiento puntualizó que la frecuencia promedio entre formaciones es de 14 minutos. Pero aseguran que el mayor problema es la irregularidad. “En ocasiones, hay tres minutos de diferencia entre una formación y otra, pero en las horas pico puede haber hasta 33 minutos de demora entre un tren y otro.” Consultada la concesionaria, Ugoms, sus voceros dijeron que no iban a responder porque no conocen a los denunciantes ni su método de relevamiento. “Si bien se cambió gran parte de las vías, los viajes son más largos en cuanto al tiempo. Entre Moreno y once, por ejemplo, antes se demoraba 55 minutos. Hoy, rara vez se puede tardar menos de una hora y diez minutos”, dijo Adriana Cuello, usuaria del Sarmiento. La diputada nacional Graciela ocaña (Confianza Pública) también realizó un relevamiento de los
trenes del área metropolitana y denunció distintas irregularidades en la infraestructura, más allá del servicio que se brinda. En cuanto al estado de las estaciones del Sarmiento, por ejemplo, su informe señala que varias rampas para discapacitados están obstruidas por vendedores ambulantes y que la mayoría de los coches “tienen ventanas que no pueden abrirse o puertas que se abren con el tren en funcionamiento”. “El descuido de los trenes, básicamente, tiene que ver con que hay mucho relato y «cosmética», pero no cambios profundos. Y esto debe exigirse en el contexto de la gestión general del Gobierno”, dijo ocaña a LA NACION. La diputada agregó: “El ministro [Florencio] Randazzo lo que hace mal es ingresar en la lógica de la presidenta de la Nación [Cristina Kirchner] en cuanto a que lo importante es el relato. Los cambios en transporte no se producen de un día para el otro, por eso no deberían forzarse con anuncios que no se cumplen”.ß
LA PLATA.– El fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, que investiga las muertes provocadas por la inundación del 2 de este mes, detectó una serie de irregularidades en los certificados de defunción, por lo que puso bajo su lupa a los médicos forenses que firmaron esos documentos y a empresas funerarias que podrían haber participado en esas maniobras sospechosas. Pero según el juez del Juzgado en lo Contencioso Administrativo Nº 1, Luis Federico Arias, que allanó el Registro Provincial de las Personas antes de ser apartado de la investigación por la Suprema Corte provincial, se deben investigar también 61 casos de muertes producidas con posterioridad al 2, la mayoría, por insuficiencias respiratorias o cardíacas, neumonías, infecciones y edemas pulmonares, entre otras causas. Arias, que hace una semana secuestró de la sede descentralizada de Defunciones, que depende del Registro de las Personas, el archivo de muertes entre el 2 y el 13 del corriente, tuvo que dejar ese material
en manos de la jueza en lo contencioso administrativo Ana Logar, que ahora deberá determinar si las razones de los decesos obedecen o no a la inundación. Antes de ser apartado de la causa, Arias contabilizaba 57 muertes directamente relacionadas con la inundación, cinco más que las que cuenta el gobierno. Desde la fiscalía de Condomí Alcorta prefieren no hablar de números hasta que avance la instrucción. Sobre aquellas irregularidades advertidas, dijo una fuente de esa fiscalía: “Son casos que no fueron judicializados. Estamos investigando las muertes ocurridas durante la tormenta y varios días después; no podemos revelar cuántas son las muertes dudosas. Ésta fue otra consecuencia de la inundación, que reveló falencias del sistema: hubo muertes traumáticas que no fueron judicializadas. Llamaremos a cada uno de los médicos que firmaron los certificados y a los familiares de las víctimas”. Condomí Alcorta está revisando esos certificados de defunción, do-
cumentación que obtuvo del Registro Provincial de las Personas. Tiene, además, la lista de 37 personas muertas entre el 2 y el 5 de este mes por causas no vinculadas directamente con la tormenta que le envió el gobernador, Daniel Scioli. Antecedente Arias ya había encontrado un caso, en aquella lista de 37 de Scioli, en el que había discrepancias entre la causa de una muerte y lo que se anotó en el acta oficial. Juan Carlos García, de 62 años, murió durante el diluvio. El certificado de defunción, al que accedió LA NACION, dice que murió por un carcinoma hepático en una casa del barrio de La Loma, a las 11.30 del 3 de este mes, un día después del temporal. Pero los familiares de García, en cambio, declararon que el hombre fue arrastrado por la corriente por la inundación, desde 22 y 34 hasta 21 y 33, donde lo encontró su hija, ya sin vida. Dijeron que tras esperar cinco horas a la policía llamaron a una cochería, que retiró el cuerpo para velarlo y, luego, cremarlo.ß Pablo Morosi y Ramiro Sagasti