Polémica por un joven que está en coma

17 nov. 2009 - Viejas Locas dio en Vélez Sarsfield, ... trasladado al hospital Vélez Sarsfield y luego derivado .... salieron al paso en la avenida Santa. Rosa al ...
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INFORMACION GENERAL

Martes 17 de noviembre de 2009

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VIOLENCIA EN UN RECITAL s INCIDENTES Y REPRESION FRENTE AL ESTADIO DE VELEZ

Polémica por un joven que está en coma Apareció inconsciente, con fractura de cráneo, al día siguiente de los disturbios antes del show de Viejas Locas; acusan a la policía MARINA MARIANETTI

Otra vez las bengalas en un concierto de rock

LA NACION

Se encendieron dentro y fuera del estadio

ANIBAL GRECO

Ana María Tabares, abuela de Rubén Carballo, espera el parte médico junto a familiares y amigos frente a la guardia del Centro Gallego



 



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A dos días de los incidentes ocurridos en la entrada del recital que Viejas Locas dio en Vélez Sarsfield, el caso de un adolescente de 17 años que se había visto envuelto en las corridas previas y que fue encontrado 12 horas después, inconsciente y con muerte cerebral, en un predio lindero al estadio, puso en el centro del debate la actuación de la Policía Federal. El episodio reavivó los fantasmas del caso de Walter Bulacio, el chico que murió hace 18 años tras una razia previa a un recital de los Redonditos de Ricota en Obras Sanitarias. Al cierre de esta edición, la víctima, Rubén Carballo, estaba “muy grave, bajo un estado de coma profundo, sin respuestas neurológicas y con respiración mecánica”, según el último parte médico del Centro Gallego, donde está internado. El joven había sido encontrado inconsciente el domingo, a las 14, por un grupo de chicos que jugaban a la pelota en el Club Ferroviario, situado detrás del estadio velezano. Desde allí fue trasladado al hospital Vélez Sarsfield y luego derivado al Centro Gallego. La única certeza es la que da el parte médico. Lo que causó que Carballo quedara al borde de la muerte es el eje de la polémica. Para su familia, fue víctima de “una terrible represión de la policía” con balas de goma y bastonazos. En cambio, la Federal rechazó ayer las acusaciones de aplicación de severidades indebidas, negó que el cuerpo del chico presente signos de lesiones de proyectiles de goma o golpes de tonfa y atribuyó la fractura de cráneo del joven a una caída desde una altura considerable, quizá desde uno de los muros del lindero Club Ferroviario, que estaba cerrado al momento del recital. La Defensoría del Pueblo de la ciudad comunicó haber recibido varias denuncias de abuso de los derechos humanos por parte de la policía en las inmediaciones del estadio. Rubén Carballo había ido con un grupo de amigos y compañeros de una murga que integra en Campana. El tenía entrada para el recital, aseguró su familia. A las 20.30 comenzaron los incidentes cuando, según la policía, “gente sin entrada quiso ingresar en el campo a las trompadas y, junto con ellos, muchos de los que tenían platea también empujaban para pasar al campo”. Algunos espectadores dijeron que los que iniciaron el desbande “estaban descontrolados”. Rubén, que iba de la mano de una amiga, se soltó, producto de los empujones y las corridas. La chica no lo vio más y sus amigos creyeron que él había sido el único afortunado del grupo que había podido entrar. La acción disuasiva de la policía incluyó gases lacrimógenos, disparos con postas de goma y lanzamientos de pintura azul desde los hidrantes, y terminó con un saldo provisional de 40 detenidos y 30 lesionados. Fuentes policiales estimaron que el joven, al ver cerradas las puertas de acceso, hizo lo mismo que varios jóvenes más y rodeó el estadio hasta llegar a Reservistas Argentinos 219, la entrada del Club Ferroviario, bajo la autopista Perito Moreno, donde intentó entrar trepándose por una pared y agarrándose de una red. En ese momento, estiman, “cayó en la cancha de fútbol del Club Ferroviario”. Explicaron: “El joven tenía traumatismos de cráneo compatibles con una caída, y en uno de los hombros un severo edema”. Calificadas fuentes policiales dijeron a LA NACION que los peritos forenses de la fuerza, que examinaron a Carballo, establecieron que los traumatismos que sufrió son “propios de una caída desde la altura” y que no hay vestigios de que hubiera recibido golpes de ninguna otra característica.

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IMAGEN DE TV

IMAGEN DE TV

Alicia Ortiz, madre de la víctima

Acción de los hidrantes contra el público, en los incidentes del sábado

Mirta Sáenz, directora del Centro Gallego, precisó que el paciente “presenta dos fracturas de cráneo, múltiples contusiones hemorrágicas encefálicas y edemas cerebrales”, por lo cual se realizó “un tratamiento médico para estabilizarlo”. Pero la familia de Carballo aseguró que los médicos les anticiparon que el estado de Rubén es “irreversible”.

comenzaría a culpar a la policía. “Mi hijo fue herido por una terrible represión”, aseguró el padre. “Estoy segura de que lo reprimieron, porque es un chico que no se mete en líos”, dijo su abuela, Ana María Tabares. “Rubén tiene balas de goma por todo el cuerpo, machucones en la cabeza de los palazos que le deben haber dado y su cuerpo tiene partes pintadas de azul. Creo que está claro que la que le hizo esto fue la policía”, sostuvo una de sus tías, Karina. La policía justificó las manchas azules en la posibilidad de que Carballo hubiera estado entre las personas que fueron dispersadas de la puerta del estadio con el hidrante, pero aventuraron que eso no invalidaba que hubiera querido entrar por el Club Ferroviario y que allí se hubiera caído desde lo alto. La familia de Rubén descartó que el chico hubiese intentado colarse, pues tenía la entrada intacta en el bolsillo del pantalón, junto con su celular. Claudia, una de sus tías, dijo: “A nosotros no nos cierran algunas cosas, pero dejamos todo en manos de la Justicia y, sobre todo, en manos de Dios”, dijo Claudia, que luego explicó que en el celular de Rubén aparecieron discados números que, creen, “no pudo haber marcado con una fractura expuesta de cráneo y después vuelto a guardar el celular en el bolsillo”.

“Terrible represión” Alicia Ortiz, la madre de Rubén, había intentado comunicarse con su hijo desde la mañana del domingo hasta que a las 14 una médica del SAME atendió el celular de Rubén y le dio la más terrible de las noticias. Con el correr de las horas, la familia

Una banda que volvió a juntarse El concierto del sábado fue el más multitudinario que haya realizado el grupo Viejas Locas –y el primero luego de su separación en 2000–. Banderas, bengalas, tatuajes con el logo de Viejas Locas, son íconos de la banda. Este año, Pity Alvarez anunció la reunión de la banda en Puerto Madero y ya tienen planeado participar del festival Cosquín Rock, en febrero.

 

“Tenía la entrada en el bolsillo, sin cortar” Rubén estaba feliz porque por fin iba a ver a Viejas Locas. Se puso una remera de la banda y fue con su madre a comprar la entrada. El sábado era el gran día, se juntó con sus amigos y enfilaron desde la localidad de Campana para la cancha de Vélez. “A mi nieto le gusta mucho esa banda”, dijo Ana María Tabares, su abuela. “Estuvo saltando de la alegría todo el día y nos mostraba la entrada a todos, como un trofeo”, contó entre lágrimas. La tristeza de su abuela se repite en el rostro de sus tías y amigos, en la puerta de la guardia del Centro Gallego, donde Rubén Carvallo está internado en gravísimo estado. Allí, su familia remarcó una y otra vez que el joven “tenía encima la entrada sin cortar” y que así fue hallada por una de las médicas del SAME que lo atendieron. Tabares junta sus manos y recuerda la remera de la banda que tenía el día del recital. “Se la había comprado él mismo cuando sacó la entrada”, contó. “Rubén es un laburante, un gran

pibe que trabaja en un taller de chapa y pintura, participa de una murga y está estudiando para terminar el secundario”, relató emocionada Karina Tabares, una de sus tías. La mujer narró también los hechos que una de las amigas de su sobrino había vivido: “Estaban los 8 amigos agarrados de las manos para no perderse, se habían agachado contra las rejas del estadio en el momento en que comenzaron los incidentes. Fue el líquido azul que le tiraron el que hizo que se resbalaran las manos de los amigos, y en un momento Rubén desapareció”. Según la tía, “los chicos se fueron, creyendo que Rubén estaba bien. Todos nos enteramos de lo ocurrido recién el domingo a las 3 de la tarde, mientras él, quizás, estuvo medio día tirado en el pasto inconsciente”. Claudia Ortiz, otra de sus tías, fue más dura: “Esto le pasó a él pero podría haberle pasado a cualquiera de los miles de chicos que fueron al recital. Hay que ponerle un freno a la policía, este tipo de represión se tiene que terminar”.

Otra vez las bengalas. Otra vez un recital de rock que termina mal. Como si nunca hubiera existido una tragedia de Cromagnon, el sábado pasado, durante la presentación de Viejas Locas, en el estadio de Vélez Sarsfield, volvió la pirotecnia al rock sin que la banda siquiera reparara en el hecho y sin que los organizadores del espectáculo tomaran cartas en el asunto. Los mismos chicos que forman parte de la tribu más golpeada por el incendio de Cromagnon reeditaron el peligroso ritual de prender, al menos, tres bengalas dentro del estadio, mientras que afuera, en los quiméricos accesos desbordados, sonaban los peligrosos tres tiros, según revelaron testigos. La empresa organizadora del recital, Fénix Entertainment Group, emitió ayer un comunicado en el que lamenta “los hechos sucedidos en las inmediaciones del estadio durante la presentación de Viejas Locas, concierto que se desarrolló con total normalidad”. Sin embargo, el cronista de la revista Rolling Stone Emilio Zavaley comentó ayer a LA NACION que por lo menos él había visto una bengala encendida apenas empezó la música. “La seguridad no revisaba nada en el ingreso al estadio e incluso se hicieron bromas sobre que podía entrar cualquier cosa; había personas que no tenían ni cortado el ticket de la entrada”, comentó Zavaley. En las inmediaciones del estadio no hubo tampoco demasiados controles en la venta de bebidas alcohólicas: las calles parecían un cementerio de botellas de todo tipo. “En la estación Liniers del tren Sarmiento vendían cerveza sin problema”, dijo un asistente al recital. En septiembre pasado la empresa había solicitado el permiso correspondiente para la realización del recital con una capacidad de 40.585 personas entre campo y tribunas. Según fuentes del gobierno porteño, la empresa fue intimada por falta de documentación y el permiso le fue denegado. El mismo día, según consta en los expedientes, Fénix comunicó la reprogramación del recital y se le otorgó un permiso para realizar el espectáculo con una capacidad de 36.135 asistentes. El sábado la cantidad de público, según estimaciones, fue mayor. El permiso autorizaba al organizador a realizar el espectáculo entre el sábado a las 16 y el domingo a la 1 de la madrugada. El recital terminó a las 2.25 y las autoridades porteñas labraron un “acta de comprobación” por exceder el horario permitido. Según consta en la documentación presentada, la empresa organizadora contrató 220 personas de seguridad a tres empresas habilitadas. Al parecer no alcanzó. En un momento del recital parte del público que estaba en la platea comenzó a ingresar a la fuerza en el campo de juego; afuera la presión de los que querían ingresar tampoco pudo contenerse.

BALEADO POR LA VICTIMA DEL ROBO

Breves

Cayó un prófugo del asalto en Castelar

EN DON TORCUATO

REMISES “TRUCHOS”

Asaltan en su casa a un juez de San Isidro

Secuestran 136 autos y hay 137 detenidos

Un sospechoso fue aprehendido cuando ingresó en el hospital Argerich con un tiro en el rostro

El juez en lo penal de San Isidro Gabriel Alejandro David fue víctima de un asalto en su casa de Don Torcuato. Fuentes policiales citadas por la agencia DyN dijeron que el magistrado fue sorprendido por dos ladrones armados cuando llegaba a su domicilio en un auto. Ya dentro de la casa, fue maniatado por los ladrones, que se llevaron dinero y otros elementos de valor.

Al cabo de decenas de allanamientos en distintos partidos del conurbano, la policía detuvo a 137 personas y secuestró 136 autos usados como “remises truchos” por 114 agencias, que fueron clausuradas, según informó a la agencia DyN el comisario Marcelo Andrade, jefe de la Dirección del Delito Contra la Propiedad del Automotor de la policía bonaerense. “Los vehículos secuestrados eran usados en las agencias como remises, muchos de ellos con documentaciones apócrifas y otros con numeraciones de chasis y motores adulterados”, dijo Andrade.

LA PLATA.– Un hombre herido de bala fue detenido ayer en el porteño hospital Argerich, y se sospecha que es uno de los integrantes de la banda que anteayer intentó asaltar a Federico Garacciolo, el dueño la discoteca Brujas, de Castelar, que desarmó y mató a uno de los ladrones e hirió a otro. El empresario de la noche dijo ayer que lo que vivió fue como “una película de terror”. “Me desesperó ver a mi hermana gritando y llorando. Ni pensé que me estaban apuntando a mí. No sé cómo la saqué. Fue un momento de locura”, contó. Fuentes policiales informaron que la cicatriz que el detenido tiene en la ceja derecha y el lugar donde tiene el balazo (ingresó y salió por el maxilar inferior) coinciden con la descripción que dio Garacciolo a la policía sobre los delincuentes que simulaban ser policías federales y le salieron al paso en la avenida Santa

Rosa al 2100, por donde Garacciolo viajaba en su Alfa Romeo con su hermana y con la recaudación del boliche, unos 10.000 pesos. Los voceros de la fuerza agregaron que el sospechoso ingresó en el hospital una hora y media después del asalto. Los investigadores identificaron al sospechoso como Juan Motta, de 32 años, quien quedó a disposición del fiscal de Morón a cargo de la causa, Mario Ferrario. Tiene domicilio en el barrio de La Boca y, según dijo un familiar del detenido, fue llevado al hospital tras haber sido herido durante un asalto en Constitución. Ayer, la agencia de noticias Télam informó que el delincuente muerto fue identificado por los peritos policiales como Luis Alberto Santillán, de 51 años, quien residía en el barrio porteño de Parque Chacabuco. Según los investigadores, Santillán contaba con antecedentes penales y

además había sido condenado por distintos delitos. La primera condena que tuvo fue de 11 años de cárcel por extorsión, privación ilegítima de la libertad, asociación ilícita, robo y falsificación, en octubre de 1978. En abril de 1988 fue acusado por robo calificado en poblado y en banda, en concurso real con robos reiterados, y fue condenado a 4 años de prisión. Mientras que en abril de 1993 fue imputado en una causa por robo a mano armada. Además, tenía pedido de captura desde febrero del año 2002 por otro hecho.

“Yo sólo quería irme” En declaraciones a medios radiales, el empresario relató ayer: “Salí del negocio y una cuadra antes de llegar a la autopista me hizo frenar una camioneta, adelante, y frenó otro auto al lado. Del auto de al lado se bajaron dos personas que tenían gorritas y

chalecos de la Policía Federal y de la camioneta se bajaron otros dos”. “Me hicieron bajar del auto y yo me di cuenta de que no eran policías. Les dije: «Acá está la plata de la recaudación». Quería irme. Los otros dos le habían abierto la puerta a mi hermana y la habían pasado al asiento de atrás”, contó. Este hecho provocó la reacción de Garacciolo. “La gente que estaba forcejeando conmigo me decía: «Metete en el auto que vamos a matar a tu hermana». Yo sólo quería irme caminando, nada más, la plata va y viene. No sé cómo reaccioné. Me metí porque no quería que le apuntaran a mi hermana.” Ayer, el empresario dijo que no quiere ser ejemplo de nada. “Me agarró la desesperación cuando me gritaban que iban a matar a mi hermana. No soy un loquito, soy una persona normal”, concluyó.

CASO CABEZAS

Un “hornero” con perpetua confirmada La Corte Suprema de la Nación confirmó la sentencia a prisión perpetua que le había sido impuesta a Sergio Gustavo González, uno de los condenados por el homicidio del fotógrafo José Luis Cabezas, ocurrido el 25 de enero de 1997. Declaró la inadmisibilidad de un recurso presentado por el reo contra la anulación de una sentencia de la Casación provincial, que le había reducido la pena a 20 años de prisión.

VENGANZA EN MORON

Asesinan de un tiro a un prestamista Un hombre que, según fuentes policiales se dedicaba a otorgar préstamos, fue asesinado de un balazo en la cara en su casa, en Morón, y por el hecho fue detenido un veterinario conocido de la víctima, identificada como Christian Boria, de 34 años, según informó la agencia DyN.