Peio Izcue Basail Cielo y azul

Turismo-Institución Príncipe de Viana. Gobierno de Navarra. ... Frase en esquela publicada en el periódico. Diario de Noticias, 24 de noviembre de 2004.
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Cielo y azul

Peio Izcue Basail

Cielo y azul

Esta exposición se enmarca en la convocatoria de Ayudas a la Creación en Artes Plásticas 2014, Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana. Gobierno de Navarra.

Peio Izcue Basail

“Porque el cielo azul que todos vemos sea cielo y azul”

Anónimo. Frase en esquela publicada en el periódico Diario de Noticias, 24 de noviembre de 2004.

Notas sobre el origen, el dolor y la oscuridad. Carlos Cánovas

Entre las notas que me pasa Peio Izcue sobre su trabajo, hay alguna que no me quiero resistir a comentar. Ésta, por ejemplo, que me parece muy significativa: “El caos debe resplandecer en el poema bajo el velo incondicional del orden”. Fuera del contexto que le supongo, la cita de Novalis resultaría oscura y hasta contradictoria. Sin embargo, aúna muy bien dos elementos presentes, desde hace ya algunos años, en el quehacer fotográfico (?) de Izcue. Por un lado, un planteamiento formal severo, rígido, casi unidireccional, con muy pocas concesiones. Por otro, si se traspasa ese umbral oscuro que nos recibe, entramos una vez más en el fértil y a la vez caótico territorio de las imposibilidades y los deseos. Es evidente que su propuesta tiene mucho que ver con lo profundo propio. En un recorrido contrario al que suele ser habitual, el autor renuncia a exteriorizar sensaciones o emociones personales, más o menos intensas. Vuelvo a hacerme eco de las palabras del poeta: “Es en nosotros donde radica la eternidad de los mundos”. Sus imágenes, -sus “no-imágenes” casi me atrevería a decir– sugieren un itinerario inverso: van desde la luz hacia la oscuridad, hacia lo tenebroso que se refugia en algún lugar

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interno y poco accesible. Tocada la sensitiva levemente, se repliega sobre sí misma y ofrece lo que parece ser una imagen yerta bajo la que se esconde la intensidad de la vida; más allá del envoltorio oscuro y hermético con el que se nos presenta, el trabajo de Izcue es fruto de una meditación consciente y calculada sobre cuestiones que guardamos en nuestro interior. No es una negación de la luz, como podría parecer a primera vista. Es un descrédito de la luz como socia del espectáculo hacia el que el arte, cada vez más, parece inevitablemente orientado. Estamos por lo tanto ante un planteamiento político en ese descrédito de lo luminoso y sus habituales compañías de viaje, un planteamiento que tiene echadas sus raíces en no pocos posicionamientos filosóficos sobre la razón de ser del arte. Hemos citado a Novalis, pero Peio Izcue extrae párrafos de Nietzsche y, sobre todo, de Benjamin, Horkheimer y Adorno. Son citas que le ayudan a establecer las líneas que delimitan su proyecto, que gira obsesivamente en torno a la noción de sufrimiento, bien sea imputable a la sociedad de consumo (artístico), bien lo consideremos propio de las limitaciones del ser humano. Sin embargo, como decía, la luz existe. De lo que se trata en última instancia es de revisar el papel que “se le obliga” a jugar en el arte contemporáneo, en especial desde su contribución en la génesis y en las pretensiones de la imagen fotográfica y cinematográfica. Pero esa dirección “política” –en relación con la luz, aunque no sólo– del trabajo de Peio Izcue no nos da la verdadera clave del mismo. Siendo sustancial, su función es más bien la de actuar

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como recordatorio de un estado de cosas que no le gusta, y ante el que se rebela de la manera en que quiere hacerlo. Desde hace ya unos años, sus proyectos fotográficos vienen representando una proposición continuada al espectador para compartir su propio sufrimiento. En ese sentido “Cielo y azul” es un episodio más de la mutualización del dolor que parece propugnar, de su deseo no disimulado de compartir en sus imágenes la ansiedad que deriva del hecho cultural, en tanto que industria alienante y hasta fraudulenta, y del hecho creador, que identifica y asume como un proceso personal y doloroso de redención. Podríamos decir, por lo tanto, que quedaría un balance ajustado entre la cantidad de dolor imputable a nuestras sociedades de consumo y la que podemos atribuir a nuestra limitada, precaria naturaleza como seres humanos. Pero, en mi opinión, sería faltar a la verdad pretender cualquier tipo de equilibrio, seguramente imposible. Peio Izcue sabe que su voluntad está más cerca de lo ritual que de lo político, sabe que los brazos de esa balanza no son iguales. Una cosa es la posición de partida y otra muy distinta los sucesivos hallazgos que se van produciendo en el recorrido creador y que iluminan, aunque sea escasamente, un camino misterioso que transitar con incertidumbre. El rito constituye el puente, la conexión con lo misterioso, con lo sagrado que nos dirige siempre al comienzo de los tiempos, a la débil luz de alguna aurora inicial, cuando ese principio sagrado era lo único que había. El rito artístico implica el regreso hacia el momento primordial, y representa una voluntad

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de relación con lo oscuro y tenebroso. Hay un cierto sarcasmo en el propio título asignado al trabajo. “Cielo y azul” no es otra cosa que la expresión de un deseo inalcanzable y que, por serlo, no permite más que un recurso a la ironía, que por otra parte podemos detectar en diversos puntos del proyecto como fruto de esa manifestación de impotencia. Lo innombrable, lo que está más allá de la primera chispa de luz, al borde mismo de la negrura infinita, alimenta todo lo ritual por venir. “El arte es la transición de lo tenebroso hacia la luz”, escribió Rodolfo Kush. En realidad, habría que decir que el rito artístico que interesa a Izcue, consciente de que el camino se puede recorrer de otro modo, sugiere un trayecto inverso, de la luz hacia las tinieblas o, como decíamos al comienzo, del orden incondicional al caos primordial que “resplandecerá” debajo de él. Esa especie de regreso hacia el origen supone también lecturas diversas de otra naturaleza, igualmente elocuentes. El control de la luz hasta la reducción a su mínima expresión, sea un minúsculo punto, sea una exigua intensidad no es una novedad en sus planteamientos. Peio Izcue encuentra algún tipo de protección en ese ocultamiento, en ese refugio en la oscuridad. Se podría tener la impresión de que, instalado en las sombras, nos observa, lo que produce cierta incomodidad. Es como si hubiese dejado los focos sobre nosotros, no sobre la obra. Claro que nosotros también podríamos reclamar la protección de una sombra, sobre todo si tenemos en cuenta

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que sus proposiciones no eluden un grado de desconsideración crítica, irónica o no, con el mundo del arte y por ende con el espectador. Esa suerte de ocultamiento quizás es sólo una consecuencia de menor alcance al lado de otras consideraciones. Así, la voluntad de retorno a los orígenes que ya he comentado, establece las tinieblas como destino final del trayecto, como la materia anterior en la que prendió una luz, primera señal de la vida. Es evidente, en ese sentido, el guiño que se propone en las imágenes de la serie “Eclipses”, reducidas las dimensiones cósmicas a un mínimo brote de luz en la negrura anónima del vacío. Por otro lado, creo tener constancia de que Peio Izcue, formado fotográficamente a caballo entre las dos tecnologías, química y digital, hizo tempranamente una renuncia definitiva a la primera de ellas. Sin embargo no puedo evitar la sensación de que sus fotografías establecen un vínculo con la tradición fotográfica del “cuarto oscuro”, y veo sus figuras, sus rostros apenas esbozados en las sombras, viniendo de algún lugar remoto, el mismo lugar del que nacen todas las fotografías en el viejo proceso químico. Es como si al lado del dolor que expresan esos rostros ambiguos hubiese un leve poso de nostalgia. Nostalgia de un proceso en su génesis más adecuado a las pretensiones del trabajo, nostalgia por todo lo que significa la renuncia/pérdida del brillo de la luz, incluso del color (Ha de resultar obvio que

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seguramente soy yo quien no ha superado algunos traumas de su propia infancia fotográfica). La imagen ha sido desposeída de sus brillos, reducida a su mínima estructura, incluso a veces ha sido soliviantada su naturaleza como imagen que resulta así, desprovista de una gran parte de sus atributos, castigada por el autor, condenada lejos de sus oropeles a una pura función ascética. Pero hay mucho más. El descrédito de la imagen va más lejos. En ese recorrido en sentido contrario, la noción de autor es sometida también a un cuestionamiento radical. Peio Izcue no hace sus fotografías o, mejor dicho, las hace utilizando mecanismos en los que la toma fotográfica frecuentemente es suplantada por la apropiación. Las imágenes que le sirven de partida son a menudo imágenes “encontradas” a las que ha desviado de su función inicial o sometido a tratamientos que alteran su uso previsible, de tal modo que lo que reconocemos en ellas es escasamente algún residuo de lo que fue una vez. Así, las imágenes construidas con firmas “concilian” imagen y escritura, sin dejar de interrogarnos al mismo tiempo sobre el origen de una y otra. Las ya comentadas fotografías de la serie “Eclipses” parecen reminiscencias de nuestros orígenes y, sin ir tan lejos, del propio proceso fotográfico. Los rostros sufrientes de los futbolistas resultan sutilmente equívocos y se diría que constituyen, sometidos a esa destrucción/ traslación de contexto, una confluencia de

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sufrimiento y placer. En todo caso, finalmente, se infiere que el autor ya no es tanto quien toma la fotografía como quien la usa para dotarla de algún sentido. A estas alturas, la pérdida de esa noción –por otra parte tan arraigada– de autoría no es excesivamente significante para Peio Izcue, quien se refiere a las fotografías e imágenes que reutiliza como “desechos de reproductibilidad técnica”. En el fondo su propuesta nos involucra en una nueva lectura de lo que igualmente se podrían juzgar como desechos de sentido. Él sabe que algunos aspectos de su proyecto podrían cuestionar al propio Walter Benjamin, lo que le produce algún desasosiego. Si el filósofo alemán levantara la cabeza es probable que sus ideas sobre el arte de hoy nos sorprendiesen más de lo que creemos. Pero no lo hará porque, llegado el caso, su inteligencia preferiría dejarnos a todos –varios siglos más– especulando sobre al aura. Cielo y azul irónicos. Hay, entre las frases que el autor rescata de los obituarios de un periódico, una que, para concluir, quiero parafrasear aquí: la oscuridad es leve y de un confortable desamparo.

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“Todo ser humano es un santo”

9 Copias fotográficas ink-jet, tintas pigmentadas sobre papel algodón 21x29 cm.

ST, a partir de las firmas de una tenista india, un poeta gallego, una psicóloga y presentadora de TV, el director de una asociación para la muerte digna, un banquero de Texas y otras 45 personas desconocidas para el autor. 19

ST, a partir de las firmas de una antropóloga, una actriz, cantante y activista política griega, un cineasta lituano, un consejero, un funcionario, un taxista, una de las voces más poderosas del pop latino y otras 43 personas desconocidas para el autor.

ST, a partir de las firmas de un medico estomatólogo, un dirigente de la Unión Cívica Radical, un piloto de stock cars, una artista multidisciplinar, un profesor brasileño, un director de instituto de Secundaria, un constructor, una princesa y otras 42 personas desconocidas para el autor.

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ST, a partir de las firmas de un poeta uruguayo, un futbolista, una actriz pelirroja, un político marxista, una señora con gafas de avanzada edad, un suicida y otras 44 personas desconocidas para el autor.

ST, a partir de las firmas de un jefe de producto, un escritor alcohólico, un revolucionario, uno de los precursores del naturismo libertario, un lateral, un fotógrafo latino y otras 44 personas desconocidas para el autor.

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ST, a partir de las firmas de un diseñador gay, un cómico obeso, un político ecuatoriano, una traductora, un campeón de los pesos pesados, un guionista mediocre y otras 43 personas desconocidas para el autor.

ST, a partir de las firmas de un diseñador heterosexual, un joven experto en artes marciales, el fundador de la logosofía, una chica Bond, un empresario y dj dominicano, un anarquista y otras 44 personas desconocidas para el autor.

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ST, a partir de las firmas un industrial y filántropo del siglo XIX, un escritor, un presidente de los EEUU, una graduada social, un portero de hockey hielo, una poetisa cubana y otras 44 personas desconocidas para el autor.

ST, a partir de las firmas de los presidentes y CEOs de las 50 Compañías más poderosas del planeta, según informe The Network of Global Corporate Control, informe elaborado por el Instituto Federal de Tecnología suizo en Zúrich.

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“La lengua universal de los pueblos son los suspiros y las lágrimas”

Retícula formada por 200 impresiones a partir de Gráfica de Esperanza de Vida en 200 Países, ordenadas alfabéticamente, años 1974-2012 en folio A4. Fuente Banco Mundial. Dimensiones totales de la retícula 297x420 cm.

ST, a partir de Gráfica de Esperanza de Vida en 200 Países, años 1974-2012. Fuente Banco Mundial 30

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país nº 11

país nº 26

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país nº 30

país nº 41

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país nº 156

país nº 52

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país nº 61

país nº 108

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país nº 78

país nº 82

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país nº 89 42

país nº 95 43

país nº 200

país nº 199

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“Cada fotografía es siempre una catástrofe”

3 Copias fotográficas ink-jet, tintas pigmentadas sobre papel fotográfico algodón, medidas 60x80 cm.

ST, a partir del eclipse solar total de 22 de julio de 2009. 49

ST, a partir del eclipse solar total de 11 de julio de 2010.

ST, a partir del eclipse solar total de 13 de noviembre de 2012.

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“Lo normal es la muerte”

Retícula formada por 91 impresiones en papel de periódico, a partir de diferentes maquetaciones de páginas de esquelas del periódico Diario de Noticias, ordenadas por superficie ocupada, 2004-2014. Tamaño 40x29 cm. Dimensiones totales de la retícula 280x377 cm.

ST, a partir de 91 maquetaciones diferentes de páginas de esquelas, periódico Diario de Noticias, 2004-2014. 54

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Maquetación publicada el 26-11-2006.

Maquetación publicada el 05-12-2004.

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Maquetación publicada el 18-10-2004.

Maquetación publicada el 27-10-2005.

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Maquetación publicada el 20-10-2006.

Maquetación publicada el 10-10-2004.

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Maquetación publicada el 26-02-2006.

Maquetación publicada el 03-12-2009.

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Maquetación publicada el 20-10-2005.

Maquetación publicada el 21-11-2004.

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Maquetación publicada el 05-01-2005.

Maquetación publicada el 12-08-2006.

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Maquetación publicada el 01-02-2004.

Maquetación publicada el 11-10-2004.

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Maquetación publicada el 11-10-2004.

Maquetación publicada el 08-01-2006.

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Maquetación publicada el 02-01-2005.

Maquetación publicada el 08-04-2008.

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Maquetación publicada el 27-04-2005.

Maquetación publicada el 07-03-2005.

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Maquetación publicada el 02-02-2008.

Maquetación publicada el 22-08-2008.

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“Los hechos suelen ofender a la gente. Los hechos, o lo que solía llamarse verdad”

Proyección de 100 frases en pantalla de televisión, a partir de obituarios en las Esquelas del periódico Diario de Noticias, 2004-2014.

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“Todo lo que la historia tiene de intempestivo, de doloroso y fallido se plasma en un rostro; o mejor, en una calavera”

5 Copias fotográficas ink-jet sobre papel algodón, medidas 40x28 cm.

Lionel Andrés Messi Cuccittini, sufre. 97

David Robert Joseph Beckham, sufre. 98

Neymar da Silva Santos Júnior, sufre. 99

Radamel Falcao García Zárate, sufre. 100

David Villa Sánchez, sufre. 101

Autores de las citas:

Theodor Adorno Francis Bacon Roland Barthes

Walter Benjamin Christian Boltanski

Agradecimientos:

A Irene, a mis padres y hermanos, a Mar, a Albaro, y en general a todos los que están metidos en el mundo de la Drogha.