Pedro y los gentiles - Recursos Escuela Sabática

29 ago. 2015 - por los seres humanos generó un obstáculo, generó malestar, resistencia y prejuicio. Pedro, uno de los que anteriormente se había resistido, ...
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COMENTARIOS DE LA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA III Trimestre de 2015

Misioneros Lección 9 29 de agosto de 2015

Pedro y los gentiles Prof. Sikberto Renaldo Marks Versículo para Memorizar: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:38, 39).

Introducción En la actualidad la iglesia enfrenta un problema inverso al que tuvieron que enfrentar los primeros cristianos. Ellos debían vencer la resistencia de los judíos que desde hacía siglos se consideraban los únicos en recibir las bendiciones y las promesas de Dios, y que las personas de otras naciones no merecerían dichas bendiciones. En otras palabras, sólo los integrantes del pueblo originalmente escogido por Dios eran los que estaban en condiciones de ser salvas. Y cuando llegó la hora de anunciarle el evangelio de Jesús a los extranjeros, calificados como gentiles, esa creencia desvirtuada e inventada por los seres humanos generó un obstáculo, generó malestar, resistencia y prejuicio. Pedro, uno de los que anteriormente se había resistido, fue el primero en predicar a oyentes entre los cuales se incluían extranjeros. A éstos se los llamaba “gentiles”, es decir, insignificantes ante Dios. Eran considerados inferiores, paganos, adoradores de ídolos y – especialmente– como si fueran personas rechazadas por Dios. Eran incircuncisos, y por ello no formaban parte de la elección divina concretada a través de Abraham (en contraposición, Jesús dijo que habría hijos de Abraham llegados de entre todas las naciones). La elección del pueblo judío tuvo una finalidad, la cual era servir de luz para los gentiles (Isaías 49:1-6). Los gentiles también estaban incluidos en la promesa de Dios (ver Isaías 2:2-4; Amós 9:12 y Zacarías 9:7). La resistencia de los judíos hacia los gentiles había generado amenazas a la difusión y a la consolidación del evangelio. Por ejemplo, Pablo, de pie en los escalones de la torre Antonio, luego de la gran visión que tuvo en el camino a Damasco, declaró a la multitud que Dios lo había comisionado a predicar a los gentiles. Los judíos que escucharon esas palabras gritaron: “¡Quita de la tierra a este hombre! ¡No conviene que viva!” (Hechos 22:21, 22). En nuestros días, ocurre lo contrario. Hoy se pueden ver poderes culturales incompatibles con la adoración a Dios infiltrándose en el cristianismo. Elementos como modas, diversiones, telenovelas, videos y películas, deportes (muchos no se pierden deportes violentos como las artes marciales mixtas, o MMA), reality shows como Gran Hermano (Big Brother), música agitada, alimentación inadecuada, etc. Estamos conviviendo con la mundanalidad dentro de nuestras iglesias. Y ella va entrando a través de personas mal Recursos Escuela Sabática ©

preparadas que una vez bautizadas son abandonadas a su propia suerte de parte de los miembros más antiguos, pero que nunca fueron realmente fieles, y por una infinidad de malos testimonios. Hay un adormecimiento de parte de los líderes al respecto, por lo que casi todo está permitido. No se orienta más, como lo hacían pastores hace décadas atrás, que visitaban a los miembros en sus hogares, y les daban orientación personalizada. Falta creer en el poder del Espíritu Santo. Entonces el camino de la salvación es bastante amplio, casi como el camino del mundo. Tal como en aquellos tiempos de la iglesia apostólica, la cultura vigente en la iglesia debe ser la celestial. Es evidente que hay rasgos culturales diferentes en la práctica en diferentes lugares del planeta, y que son elementos aceptables. Ciertamente deben ser respetados, pero otros deben ser administrados con sabiduría y oración. El evangelio es para todos, por lo que se debe tener en mente que debemos adaptarnos a las diferentes culturas, así como prevenirnos de ellas, aceptando lo que es constructivo, y rechazando lo que es perjudicial y Dios no aprueba.

Pedro en Pentecostés Jesús, en Hechos 1:8, hablando con los discípulos a modo de despedida, les dijo que serían sus testigos, partiendo de Judea, por Samaria y, a continuación, en el mundo entero. Debían esparcirse a partir de un punto inicial. En el día del Pentecostés, que tuvo lugar alrededor de cincuenta días después de la resurrección y diez luego de la ascensión, ellos tuvieron otra motivación para hablarle a personas de todo el mundo, que fue la de recibir el don de lenguas, o sea, la capacidad de hablar en otros idiomas a gente de otros pueblos, aquellos que habían sido considerados como rechazados. Si el evangelio hubiera sido sólo para los judíos, evidentemente no habrían recibido ese don. El don de lenguas es una prueba del recibimiento del Espíritu Santo, y también una determinación de ir hacia otros pueblos, pues la barrera del lenguaje está siendo vencida por el poder de Dios. Como prueba de la posesión del Espíritu Santo, ese don no es el único. Actualmente, la prueba más relevante es el don de profecía (2 Corintios 14:1, 39), y no el don de lenguas, o cualquier otro. En el lugar donde recibieron el don del Espíritu Santo para hablar en otras lenguas, para enseñar con claridad y saber qué decir y para presentar de manera más atrayente el mensaje, Pedro fue el primero en hacer un sermón evangelístico de la naciente iglesia. Esos comienzos fueron sumamente bendecidos por Dios. Nadie fue a distribuir folletos para invitar a las personas a asistir al lugar donde los apóstoles estaban para allí escuchar una predicación. Hubo un sonido como de un fuerte viento. Eso atrajo a gente de toda la ciudad para ver qué había sucedido, y allí vieron a representantes de otras quince naciones. Fue el primer sermón, y allí comenzó la predicación a otros pueblos, desde el primer día en que se iniciaba la nueva iglesia luego de la partida de Cristo. Y comenzó muy bien. En aquél día la iglesia empezó el día con unas setenta personas entre apóstoles y discípulos, terminó con cerca de 3.570 miembros. Comenzó con una iglesia pequeña, que entraba en un salón pequeño, y terminó necesitando un estadio para reunirse. No sabemos cuántos fueron los bautizados provenientes de otras tierras, pero sabemos que provinieron de quince naciones extranjeras. Estos volvieron a sus tierras, y allí esparcieron lo que habían aprendido. Seguramente se quedaron en Jerusalén algunos días más para escuchar y aprender más. Entonces el evangelio comenzó a esparcirse rápidamente. El Espíritu Santo estaba obrando con poder, según la promesa de Jesús. Recursos Escuela Sabática ©

Todo eso volverá a suceder. A esto lo denominamos “derramamiento del Espíritu Santo”, que resultará en el Fuerte Pregón. Se dará con mayor intensidad entre la promulgación del decreto dominical y el fin del tiempo de gracia, luego de que la iglesia haya sido zarandeada para despedir la cizaña. El trigo que quedará, puro, recibirá tal poder que se volcará a alcanzar al mundo entero, ciertamente en mucho menos tiempo que al inicio de la iglesia. Ellos comenzaron con solo setenta personas, nosotros somos hoy algunos millones. Seguramente quedarán como mínimo muchos miles luego del zarandeo. Ellos recibieron poder para afirmar la iglesia, nosotros lo recibiremos para concluir la obra para que Jesús vuelva. “El Señor actuará en esta obra final mucho más, fuera del orden común de las cosas, y de una manera que será contrarias a todos los planes humanos. Habrá entre nosotros personas que siempre querrán controlar la obra de Dios, y dictar hasta qué movimientos deben hacerse cuando la obra progresa bajo la dirección, del ángel que se une al tercer ángel en el mensaje que ha ser dado al mundo. Dios utilizará formas y medios por los cuales se verá que él está tomando las riendas en sus propias manos. Los obreros se sorprenderán por los medios sencillos que él utilizará para realizar y perfeccionar su obra de justicia” (Testimonios para los ministros, p. 305). “[El Señor] llamará a hombres que dejarán el arado y otras ocupaciones para dar la última nota de advertencia a las almas que perecen. Muchas maneras hay de trabajar para el Maestro; el gran Instructor despertará la inteligencia de esos hombres y les hará ver en su Palabra cosas maravillosas” (Joyas de los testimonios, tomo 3, p. 369). “El suscitará hombres que no tengan tanta sabiduría mundanal, pero que estén relacionados con él, que busquen fuerza y consejo de lo alto” (Ibíd., tomo 2, p. 162). “Humildes cristianos, armados con sólo la Palabra de verdad, resistieron los ataques de hombres de saber, que, con sorpresa e ira, tuvieron que convencerse de la ineficacia de sus elocuentes sofismas ante los argumentos sencillos y contundentes de hombres versados en las Sagradas Escrituras más bien que en las sutilezas de las escuelas” (El conflicto de los siglos, p. 508). “El Señor tiene siervos fieles que en el tiempo de prueba del zarandeo serán dados a conocer. Hay siervos preciosos, ahora en oculto, que no han doblado su rodilla ante Baal. No han tenido la luz que ha estado brillando sobre vosotros con un resplandor intenso. Pero puede ser que el brillo puro de un carácter cristiano genuino se revele bajo una apariencia tosca y no atractiva. Durante el día miramos al cielo, pero no vemos las estrellas. Están allí, fijas en el firmamento, pero el ojo no puede distinguirlas. Durante la noche contemplamos su genuino resplandor” (Eventos de los últimos días, p. 185).

La conversión de Cornelio – I Cornelio, tal como lo explica la Lección, era un oficial del ejército romano que tenía su base en Cesarea. Tal como otro centurión romano cuyo siervo paralítico fuera sanado por Jesús, era uno de los seis centuriones de la guarnición romana en esa ciudad, que tendría seis centurias, o sea, unos seiscientos soldados. Parece que estaba en ascenso dentro del ejército romano, pues era descendiente de una tradicional y respetada familia militar. A la par de esto, se había convertido al cristianismo, y tenía algunas informaciones acerca de la adoración al Dios de Israel, aunque no demasiadas. Era un buen marido, un buen padre, y un buen ciudadano, parecido a aquél otro centurión. Anhelaba crecer en el Recursos Escuela Sabática ©

conocimiento y en la práctica cristiana. Le habría gustado recibir más instrucción, y oraba al respecto. También ayudaba a los pobres con limosnas. Todo esto lo podemos ver en el capítulo 10 de libro de Hechos. Dios escuchó sus oraciones y vio su fidelidad. Hizo que tuviera una visión, donde vio a un ángel que le instruyó a que enviara mensajeros a Simón Pedro, indicándole incluso el lugar donde éste estaba, que era la ciudad de Jope (aquella que Jonás había elegido para escapar, aunque Pedro estaba allí, al contrario del profeta, para partir de allí a predicar a los gentiles). Al mismo tiempo, Pedro también tuvo una visión, de un lienzo con muchos animales inmundos, y en la que se dijo que los matara y comiera. Los judíos creían que los gentiles eran como los animales inmundos, pero eso con esta visión quedó desmitificado. Había llegado la hora de enseñarles la verdad acerca de la adoración a personas de todas las naciones. Ellas no eran inmundas, eran tan hijas de Dios como los judíos. Aun a pesar de las evidencias del Pentecostés y las lenguas extranjeras que habían aprendido allí, todavía quedaba cierto prejuicio en contra de los gentiles. Pero todos somos descendientes de Adán y Eva, hijos de Dios. Dios estaba administrando el proceso de expansión de la iglesia pues, mientras orientaba a Cornelio sobre lo que tenía qué hacer, hizo lo mismo con Pedro. El ángel que habló con Pedro le dijo que aquellos hombres que vendrían de parte de Cornelio, lo harían por orden divina. Entonces Pedro fue con ellos. Es de destacar el hecho de que Pedro estaba hospedado en la casa de un curtidor, que trabajaba con cueros de animales muertos. Esta actividad era considerada por los judíos como una práctica impura, incompatible con el judaísmo. Pero Pedro ya estaba actuando con mayor sensatez y aceptó hospedarse en la casa de una persona así, comprendiendo que los curtidores también merecían la atención del plan de salvación. Pedro estaba cambiando sus conceptos; se encontraba en un proceso de revisión de los mismos, para aceptar a los gentiles como tan merecedores de la salvación de Jesús como los judíos.

La conversión de Cornelio – II Pedro se resistía a predicarles a los gentiles, tal como otros de los apóstoles. Él era uno de los más acérrimos en aceptar a los extranjeros como compañeros de adoración. Pero Dios cambió eso con una visión y con la experiencia de Cornelio. Este cambio fue tan radical que Pedro admitió su error, diciendo: “En verdad veo que Dios no hace acepción de personas” (Hechos 10:34). Fue, tal como lo afirma el autor de la Lección (que lamentablemente, ya falleció), una confesión. Aquí aprendemos dos cosas: una, que Pedro cambió, se volvió humilde, admitía sus errores, y declaraba sus cambios en su forma de pensar; otra, que admitió la aceptación de los gentiles como merecedores del perdón de Dios y de la salvación al igual que lo eran los judíos. Cornelio, que ya conocía algunas pocas cosas acerca del cristianismo acerca de la adoración, junto a su familia y algunos amigos, estaba sediento de aprender más. Le dijo a Pero que él quería escuchar “lo que Dios te ha mandado decirnos” Hechos 10:33). A tal punto llegó el ansia de Cornelio por la sabiduría divina que hasta un ángel fue hasta su casa para decirle que Pedro le diría las palabras necesarias para que él y su familia fueran salvas. Cornelio seguía correctamente lo poco que había aprendido acerca de la adoración al verdadero Dios, y deseaba entender mucho más sobre el tema. Era un gentil, también objetivo de la muerte intercesora de Jesús. Recursos Escuela Sabática ©

“Cuando los hermanos de Judea oyeron decir que Pedro había ido a la casa de un gentil y predicado a los que en ella estaban congregados, se sorprendieron y escandalizaron. Temían que semejante conducta, que les parecía presuntuosa, hubiese de contrarrestar sus propias enseñanzas. En cuanto vieron a Pedro después de esto, le recibieron con severas censuras, diciendo: ‘¿Por qué has entrado a hombres incircuncisos, y has comido con ellos?’ (Hechos 11:3)”. “Pedro les presentó todo el asunto. Relató su visión, e insistió en que ella le amonestaba a no observar más la distinción ceremonial de la circuncisión e incircuncisión, y a no considerar a los gentiles como inmundos. Les habló de la orden que le había sido dada de ir a los gentiles, de la llegada de los mensajeros, de su viaje a Cesarea y de la reunión con Cornelio. Relató el resumen de su entrevista con el centurión, en la que este último le había referido la visión donde se le indicaba que mandase llamar a Pedro”. “’Y como comencé a hablar –dijo, relatando el incidente–, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. Entonces me acordé del dicho del Señor, como dijo: Juan ciertamente bautizó en agua; mas vosotros seréis bautizados en Espíritu Santo. Así que, si Dios les dio el mismo don también como a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?’ (Hechos 11:15-17)”. “Al oír esta explicación, los hermanos callaron. Convencidos de que la conducta de Pedro estaba de acuerdo con el cumplimiento directo del plan de Dios, y que sus prejuicios y espíritu exclusivo eran totalmente contrarios al espíritu del Evangelio, glorificaron a Dios, diciendo: ‘De manera que también a los Gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida’ (Hechos 11:18)” (Los hechos de los apóstoles, pp. 114, 115).

La visión de Pedro Aquí abordaremos dos cuestiones cruciales para la predicación del evangelio: el prejuicio y la cultura. El primero, que existe de muchas maneras, en los tiempos de Pedro determinaba que los judíos no debían mezclarse con los gentiles, que no fueran a sus casas, y no les llevaran el mensaje de Dios. A los gentiles se les prohibía participar de los cultos a Dios, y no podían tener parte en el plan de salvación. Esta creencia tradicional estaba tan arraigado que llegaron al punto de ejercer la violencia en caso de que alguno la infringiera. A su vez, la cultura, que también contenía elementos equivocados, llevó –por ejemplo– a que Cornelio pensara que debía adorar a seres humanos, como lo hizo con Pedro. Había aprendido a adorar al emperador como si fuera Dios. Así, intentó adorar a Pedro. Del mismo modo incluso Juan, en otra ocasión, intentó adorar a un ángel. Adorar a otros seres que no fueran Dios era algo normal para mucha gente, formaba parte de su modo de adoración y su cultura. Cornelio, por ejemplo, como romano que era y –especialmente integrando el ejército– debía estar familiarizado con la adoración a Mitra, un dios de origen persa, que había sido incorporado a la mitología romana. Era el dios sol, de la sabiduría y la guerra, y representaba la luz, puesto que en la lengua persa, el nombre significaba “divinidad solar”. El prejuicio, en el caso de Pedro, era tan fuerte que Dios tuvo que actuar de un modo radical. Aunque Pedro ya estaba cediendo en él, pues se había hospedado en la casa de un curtidor, aún faltaban muchos cambios para que pudiera ir y predicarle a los gentiles. Aunque había pronunciado el primer sermón en lengua extranjera, aunque los apóstoles Recursos Escuela Sabática ©

hablaran en diversas lenguas, aunque se convirtieran y fueran bautizadas personas de quince países diferentes, el prejuicio contra los gentiles todavía insistía en persistir. Curtir el cuero era una actividad que los judíos abominaban porque involucraba trabajar con animales muertos. No se podía curtir cueros dentro de la ciudad. Este curtidor hacía su trabajo a la orilla del mar Mediterráneo, en la ciudad de Jope. Además de trabajar con animales muertos, curtían también piel de cerdo y de otros animales, de por sí inmundos. Esto hacía que la casa, el alimento que había allí, y las personas que entraran en ella, fueran también inmundos. En ese lugar Pedro estaba enseñando: era una ciudad donde había judíos, pero la mayoría eran gentiles. Y para ello Pedro se hospedaba en la casa de Simón, el curtidor. Ya era un avance en dirección al triunfo sobre el prejuicio. Pero a Pedro le faltaba superar el resto de su prejuicio, especialmente para construir argumentos para que en el primer concilio de la iglesia defender la predicación a los gentiles, sin exigir de ellos el ritual de la circuncisión. Para superar de una vez el prejuicio contra los gentiles, Dios diseñó un plan muy bien elaborado. Primero envió una misión al propio gentil Cornelio, para que enviara mensajeros a Pedro. Mientras los mensajeros llegaban, Pedro tuvo una visión en la que se le informaba que no hiciera acepción de personas, que no condenara ni despreciara a los gentiles. También vino un ángel que le ordenó a Pedro a que fuera con ellos. Estando en la casa de Cornelio, Dios tuvo el cuidado de enviar el don de lenguas del Espíritu Santo a Cornelio y a las personas allí presentes, así como se lo había dado a los apóstoles y discípulos al comienzo de la predicación, en el Pentecostés. Entonces fue evidente para Pedro que tanto los judíos como los gentiles recibían la misma atención de parte de Dios. Dios unió, a través del mismo don, a la iglesia de Jerusalén con la iglesia extranjera. Pedro ya no tuvo más dudas acerca de predicar o no a los gentiles, esto ya podía ser considerado una actitud riesgosa. El camino a los gentiles, cerrado por el prejuicio y por las tradiciones de la cultura de los hombres, ahora estaba siendo abierto por Dios.

El decreto de Jerusalén Entre los primeros cristianos se suscitó una polémica, ante la conversión de los gentiles, y repercutió de tal modo en Jerusalén, que se convocó a un concilio, el cual tuvo lugar en esa ciudad. Hacia allí fueron Pablo, Bernabé, Pedro y otros apóstoles, además de los hermanos líderes que vivían en Jerusalén. La cuestión era decidir si los gentiles convertidos debían someterse o no al rito de la circuncisión y obedecer todos los mandamientos de Moisés además –por supuesto– de los Diez Mandamientos. Hubo un debate acalorado. Esto es aceptable pues, debido a su celo, las personas tienden a defender ideas por el bien de la iglesia, aunque a veces las ideas están equivocadas. No obstante, en un clima de respeto –como fue el caso de este concilio– se puede llegar a un punto en el que pueda hallarse un consenso, esto es, un acuerdo entre todos los participantes, una idea común y aceptable para todos. Algunos de la secta de los fariseos se exaltaron, y exigían que los gentiles debían ser sometidos al rito de la circuncisión. Entonces Pedro habló (ver Hechos 15:7-11) de que los gentiles habían recibido también el don del Espíritu Santo, incluso la capacidad de hablar en otras lenguas. Ahora bien, si Dios hacía esto con los gentiles, sin estar circuncidados, esto era una evidencia de que Dios, ni siquiera Dios, exigía que fueran circuncidados. Si Él lo hubiera exigido, seguramente no les habría concedido el poder del Espíritu Santo a estas personas. Pablo y Bernabé también hablaron e informaron acerca de cuánto Dios estaba favoreciendo a los gentiles, cuán fervientes eran, y las grandes maniRecursos Escuela Sabática ©

festaciones divinas que se habían dado entre ellos. Así todos se gozaron, y la cuestión quedó resuelta. El concilio decidió enviar a hombres a los gentiles de varios lugares, para explicarles que no era necesario que se circuncidaran, pues estos gentiles también estaban ansiosos por resolver la cuestión. Y les recomendaron que se abstuvieran de comer cosas sacrificadas a los ídolos, que no comieran carne ahogada (que todavía contenía sangre) y que se preservaran de relaciones sexuales ilícitas, que eran recomendaciones del tiempo de Moisés. Y si guardaban estas cosas, harían bien (Hechos 15:29). Al leer esta decisión ante los creyentes de Antioquía, los hermanos se alegraron grandemente, por el ánimo recibido.

Resumen y aplicación del estudio I.

Síntesis de los principales puntos de la lección 1. ¿Cuál es el principal enfoque? El punto más importante, que se vuelve crucial, es la revelación de Dios acerca de cómo considerar a los gentiles. Resumiendo, 1) Dios, de algún modo, hizo que Cornelio supiera la verdad acerca del verdadero Dios y la respectiva adoración, y se convirtió; 2) Cornelio, su familia, y algunos amigos –parece que incluso hasta los soldados– desearon obtener más conocimiento sobre este Camino; 3) Dios le dio una visión a Cornelio, orientándolo a que enviara mensajeros a Pedro, que estaba hospedado en la casa de un curtidor; 4) Paralelamente, Pedro tuvo una visión en la que le orientaba a que no considerara a los gentiles como si fueran inmundos; 5) Un ángel le pidió a Pedro que acompañara a los mensajeros, que lo condujeron hasta la casa de Cornelio; 6) Allí Pedro comenzó a enseñar, y el grupo de los gentiles recibió, al igual que lo que ocurrió con los apóstoles, el poder del Espíritu Santo, llegando incluso a hablar en otras lenguas. Esta gente era incircuncisa, y con esto quedó demostrado que la circuncisión había perdido su importancia junto a las otras leyes ceremoniales, en ocasión de la muerte de Jesús. La conclusión obvia y segura fue: ya no se necesita la circuncisión. 2. ¿Cuáles son los tópicos relevantes? No debemos ser prejuiciosos. Hay muchas clases de personas y conductas directamente condenados por Dios en su Palabra. Pero aun así a nosotros nos corresponde llevarles el mensaje. Si se convierten, y cambian, agradezcamos a Dios, y recibámoslos como hermanos en la fe. 3. ¿Has descubierto otros puntos que podrías añadir? ________________________________________________________________ ________________________________________________________________

II. ¿Qué cosas importantes podemos aprender de esta lección? Dios es quien juzga a las personas, sus motivos, sus actitudes. Él ve lo que pasa en su mente, sus luchas, las influencias, las victorias y las derrotas. Nosotros simplemente somos apenas instrumentos en sus manos para actuar conforme a la sabiduría de lo Alto. No nos corresponde decidir quién puede o no recibir el mensaje. Recursos Escuela Sabática ©

1. ¿Qué aspectos puedo agregar a partir de mi estudio? ________________________________________________________________ _________________________________________________________________ 2. ¿Qué medidas debemos tomar a partir de este estudio? Debemos, por cierto, entregarnos en las manos de Dios, orar para que nuestras decisiones sean orientadas por la sabiduría del Espíritu Santo. 3. ¿Qué es lo bueno en mi vida que me propongo a reforzar y lo malo para cambiar? _________________________________________________________________ _________________________________________________________________ 4. Comentario de Elena G. de White “Cuando relató en aquella ocasión cómo el Espíritu Santo descendió sobre los gentiles, declaró: ‘Así que, si Dios les dio el mismo don también como a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?’ (Hechos 11:17). Ahora, con igual fervor y fuerza, dijo: ‘Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo también como a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando con la fe sus corazones. Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?’. Este yugo no era la ley de los diez mandamientos, como aseveran algunos que se oponen a la vigencia de la ley; Pedro se refería a la ley de las ceremonias, que fue anulada e invalidada por la crucifixión de Cristo” (Los hechos de los apóstoles, pp. 157, 158). 5. Conclusión general La iglesia verdadera, gradualmente está recibiendo el poder del Espíritu Santo. Esto puede ser fácilmente constatado. Por ejemplo, casi de la nada, llegan personas a la iglesia pidiendo recibir más estudios de la Biblia. El mundo entero será iluminado, sin importar la raza, la nacionalidad, el sexo o la preferencia sexual, ni la religión, ni ningún otro factor. Todos recibirán el mensaje. Cada uno tomará su decisión. A nosotros lo que nos corresponde es anunciar; el resto, es obra del Espíritu Santo. Cada persona resolverá qué hacer con ello. 6. ¿Cuál es el punto más relevante al que llegué mediante este estudio? _________________________________________________________________ _________________________________________________________________ Prof. Sikberto R. Marks Traducción: Rolando Chuquimia RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © [email protected] Recursos Escuela Sabática ©