Pastor's Corner What a weekend it has been! I am given the impossible task of tying three important events together in this tiny space, all of which multiple doctorate dissertations could be written…and thus the challenge of being a Catholic Pastor in today’s world. The three events of course, are the Inauguration of President Donald J. Trump, the Women’s March in Washington, and the anniversary of the Supreme Court landmark decision “Roe vs. Wade”, which legalized abortion for all 9 months of life in the womb. We have heard many explanations for the election of President Trump. I happen to believe it was a perfect storm of many reasons, but one that I have yet to hear even mentioned by the main stream in the post-election coverage, is the fact that Hilary Clinton was proudly and militantly pro-choice. For any citizen that finds themselves deeply concerned, that conservatively, since 1973, Fifty-eight million babies have been legally put to death in the United States (Google it), they found themselves in an incredible conundrum. This was especially true, since NEITHER candidate was Pro-Life in the way that our Faith teaches us. To truly live our Catholic Social Teaching we must defend the life and the dignity of every human person from the womb until natural death. We must have a fundamental option for the poor, vulnerable, and those without voice. We must be in solidarity with the human family and take care of God’s Creation. We have an obligation to educate ourselves and our consciences as to what is an authentic Right and have a civic duty to perform our responsibilities as citizens. As Americans we must always defend Life, Liberty and the pursuit of Happiness…in that order. In this sense, neither Candidate was Pro-Life. Yet immediately at stake is the nomination of a member of the Supreme Court. This decision and perhaps others will shape the Supreme Court for the next decade. If we are to have hope of overturning Roe vs. Wade, if we are to stop the genocide that is occurring, if we are to recognize that this Law is unjust as many before it (think women’s right to vote and desegregation) We must turn the tide now. I would like to believe that many voted for Trump for this reason. I know many that did. What does this have to do with the women’s March? Everything. Given the restraints of space, I will say in the forefront that women’s rights are essential. We teach as Catholics that men and women are 100% equal. So an effort to protest a President that has clearly had a disrespectful attitude towards women is not only understandable but required. I would add my protest to theirs…however, I am not invited. Not simply because of my gender but because I am pro-life. In fact, the organizers of this March have distanced themselves from any group they consider “anti-choice”. (You won’t hear this in the main stream.) I quote from an official clarification , “The Woman’s March platform is pro-choice and that has been our stance from day one…we look forward to marching on
behalf of individuals who share the view that women deserve the right to make their own reproductive decisions.” (Read: have an abortion) Four women that I know that would be “persona non grata” at these demonstrations are my mother and my three sisters all of whom are staunchly pro-life. Now you will say that they are welcome to participate anyway. But how can they in conscience lend their voices and their witness to something that involves the killing of babies. Thus we have I reached the ultimate point of this letter. The issue of legal abortion has not only decimated two generations of children it has wounded countless women as well…(for every abortion might have this as a definition: 1 dead, 1 wounded). The legalization of abortion has infected the political process; it has rendered our Nation impotent of moral authority, for we cannot say that we defend human rights much less women’s rights if we do not defend the most innocent and vulnerable among us. The legalization of abortion has helped us to be a divided Nation and it has scattered and confused the message that many well intentioned women will be bringing to Washington on Saturday. (Women ought to be respected period!) Unfortunately this message will be lost, until all women are respected… even those in the womb! Watch the coverage for the women’s Pro-choice March and then watch the coverage for the Pro-life March next Friday. You tell me if you think they are given equal coverage. Then tell me if you think we don’t have our work cut out for us…no matter who the President is!
Fr. Stewart
“Today, I call heaven and earth to witness against you: I am offering you: life or death, blessing or curse. Choose life, then, so that you and your descendants may live.” Deuteronomy 30:19
“Before I formed you in the womb I knew you” Jeremiah 1:5
“For the moment the sound of your greeting reached my ears, the infant with in my womb leaped for joy!” Luke 1:44
“…weeping and great mourning, Rachel weeping for her children and refusing to be comforted, because they are no more.” Matthew 2:18
Pastor's Corner ¡Qué fin de semana hemos tenido! He recibido la imposible tarea de atar tres acontecimientos importantes en un pequeño espacio, todos los cuales se podría escribir disertaciones de doctorado…y así el reto de ser un Párroco Católico hoy en este mundo. Los tres acontecimientos, por supuesto son la Inauguración del Presidente Donald J. Trump, la Marcha de las mujeres en Washington y el aniversario de la decisión del Tribunal Supremo: Roe vs. Wade”, lo que legalizo el aborto durante los 9 meses de vida en el vientre. Hemos escuchado muchas explicaciones para la elección del Presidente Trump. Sucede que creo fue una tormenta perfecta por muchas razones, pero una que todavía tengo que escuchar, incluso mencionada por los medios principales en la cobertura postelectoral, es un hecho que Hilary Clinton fue orgullosa y militante pro-elección. Para cualquier ciudadano que se encuentra profundamente preocupado, que conservadoramente, desde 1973, cincuenta y ocho (58) millones de bebés han sido legalmente ejecutados (abortados) en los Estados Unidos (Búsquelo en Google), se encuentran en un enigma increíble. Esto fue especialmente cierto, ya que NINGUNO de los candidatos eran Pro-Vida en la forma en que la Fe nos enseña. Para vivir verdaderamente nuestra Enseñanza Social Católica debemos defender la vida y dignidad de toda persona humana desde el vientre hasta la muerte natural. Debemos tener una opción para los pobres, vulnerables y los sin voz. Debemos estar en solidaridad con la familia humana y cuidar la Creación de Dios. Tenemos una obligación de educarnos a nosotros mismos y a nuestra conciencia en cuanto a lo que es un Derecho autentico y tener el deber cívico de cumplir nuestras responsabilidades como ciudadanos. Como estadounidenses siempre debemos defender la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad…en ese orden. En este sentido, ninguno de los candidatos era Pro-Vida. Sin embargo, inmediatamente está en juego el nombramiento de un miembro de la Corte Suprema. Esta decisión y tal vez otras darán forma a la Corte Suprema para la próxima década. Si queremos tener la esperanza de derrocar Roe vs. Wade, si queremos terminar el genocidio que está ocurriendo, si debemos reconocer que esta Ley es injusta como muchas antes de ella (piense el derecho de las mujeres al voto y la desegregación) Debemos cambiar ahora la marea. Me gustaría creer que muchos votaron por Trump por esta razón. Conozco muchos que lo hicieron. ¿Qué tiene que ver esto con la marcha de las mujeres? Todo. Dado a la limitación de espacio, diré en la vanguardia que los derechos de las mujeres son esenciales. Nosotros enseñamos como católicos que los hombres y las mujeres son 100% iguales. Por lo tanto, esfuerzo para protestar contra un Presidente que claramente ha tenido una actitud irrespetuosa hacia las mujeres no solo es comprensible, sino requerida. Yo añadiría mi protesta a la suya…sin
embargo, no estoy invitado. No solo por mi género, sino porque soy Pro-Vida. De hecho, los organizadores de esta Marcha se han distanciados de cualquier grupo que consideren “anti-elección”. (Ustedes no escucharan esto en los medios principales.) Cito de una aclaración oficial, “La plataforma de la Marcha de las Mujeres es pro-elección y que ha sido nuestra postura desde el primer día…esperamos marchar en nombre de las personas que comparten la opinión de que las mujeres merecen el derecho de tomar sus propias decisiones reproductivas.” (Lee” Tener un aborto) Cuatro mujeres que sé que serían “personas no gratas” en esta manifestación son mi madre y mis tres hermanas, todas las cuales son firmemente Pro-Vida. Ahora usted dirá que ellas son bienvenidas para participar de todos modos. Pero ¿Cómo pueden ellas en conciencia prestar su vos y su testimonio a algo que implica el asesinato de bebés? Así hemos alcanzado el punto final de esta carta. La cuestión del aborto no solo ha decimado a dos generaciones de niños, sino que también ha herido a innumerables mujeres… (pues cada aborto podría tener esto como definición: 1 muerto, 1 herido). La legalización del aborto ha infectado el proceso político; ha rendido a nuestra Nación impotencia de autoridad moral, porque no podemos decir que defendemos el derecho de las mujeres si no defendemos a los más inocentes y vulnerables entre nosotros. La legalización del aborto nos ha ayudado a ser una Nación dividida y ha dispersado y confundido el mensaje que muchas mujeres bien intencionadas traerán a Washington el sábado. (¡Las mujeres deben ser respetadas!) Desafortunadamente, este mensaje se perderá, hasta que todas las mujeres sean respetadas… ¡incluso en el vientre! Pr. Stewart
“Que los cielos y la tierra escuchen y recuerden lo que acabo de decir; te puse delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia.” Deuteronomio 30:19 “Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía” Jeremías 1:5 “Apenas llego tu saludo a mis oídos, el niño salto de alegría en mis entrañas.” Lucas 1:44
“En Ramá se oyeron gritod, grandes sollozos y lamentos: es Raquel que llora a sus hijos; estos ya no están, y no quiere que la consuelen.” Mateo 2:18