P REPARING FOR THE C ONSECRATION OF THE A RCHDIOCESE OF S AN F RANCISCO TO THE I MMACULATE H EART OF M ARY Part 1 ON THE FEAST of Our Lady of the Rosary, October 7, 2017, Archbishop Cordileone will solemnly consecrate the Archdiocese of San Francisco to the Immaculate Heart of Mary. His consecration of our particular church to Our Lady is part of the celebration of the centenary of the apparitions of Our Blessed Mother to three young shepherd children in Fatima, Portugal, from May to October of 1917. As we prepare for our consecration, we are aware that we are being gathered together in these months by Our Lady of Fatima. To understand Our Lady of Fatima, we must understand the situation of the world 100 years ago. In 1914, the Great War had begun in Europe. World War I, as we call it now, brought untold devastation to the world, with the newest weapons technologies being wielded unto the lowest depths of The Heart of Mary, Peterskirche, Vienna, Austria, human moral depravity. Millions of men, on all sides, were mowed down in by Leopold Kupelwieser (1796-1862) the trenches by machine guns, only to gain or lose a few yards on the battlefield. Pope Benedict XV, through the promotion of the Holy Rosary, and Blessed Charles of Austria, the Holy Roman Emperor, through peace negotiations, sought a swift end to the senseless violence to no avail. Europe was in the process of losing her sanity and her soul. At the same time, the Bolshevik Revolution was brewing in Russia throughout most of 1917, which would become the first Communist country in the history of the world. Russia became Communist on November 8, 1917. Our Lady of Fatima had appeared to the children for the final time one month earlier, on October 13. The ceasefire of World War I was called on November 11, 1918. With Russia Communist and Europe shell-shocked by unprecedented violence, God had brought light into the darkness through the loving presence of His Mother. Next: More of the
fascinating history of Our Lady of Fatima.
EN LA FIESTA de Nuestra Señora del Rosario, el arzobispo Cordileone solemnemente consagrará la Arquidiócesis de San Francisco al Corazón Inmaculado de María. Su consagración de nuestra Iglesia particular a Nuestra Señora es parte de la celebración del centenario de las apariciones de la Virgen a tres jóvenes pastorcillos en Fátima, Portugal, desde mayo a octubre de 1917. A medida que nos preparamos para nuestra consagración, somos conscientes de que estamos reunidos en estos meses por Nuestra Señora de Fátima. Para comprender Nuestra Señora de Fátima, debemos entender la situación del mundo hace 100 años. En 1914, la gran guerra había comenzado en Europa. La Primera guerra mundial, como lo llamamos ahora, trajo la devastación indecible al mundo, con las tecnologías de armas más nuevas manejadas a las profundidades más bajas de la depravación moral humana. Millones de hombres, de todos los lados, fueron segados en las trincheras por ametralladoras, sólo para ganar o perder unas pocas yardas en el campo de batalla. El Papa Benedicto XV, mediante la promoción del Santo Rosario y el Beato Carlos de Austria, emperador romano santo, a través de las negociaciones de paz, buscó un rápido fin de la violencia insensata, pero sin resultado alguno. Europa estaba en proceso de perder su cordura y su alma. Al mismo tiempo, a lo largo de la mayor parte de 1917, la Revolución Bolchevique se preparaba en Rusia, el cual se haría el primer país comunista en la historia del mundo. Rusia se hizo comunista el 8 de noviembre de 1917. El alto al fuego de la primera guerra mundial fue llamado el 11 de noviembre de 1917. Nuestra Señora de Fátima se apareció a los niños por última vez un mes antes, el 13 de octubre. Con Rusia comunista y Europa profundamente consternados por una violencia sin precedentes, Dios ha traído la luz en la oscuridad a través de la presencia amorosa de su madre. † La próxima vez: Más de la fascinante historia de Nuestra Señora de Fátima.