Paradigma - Infouma

ilustración. Moisés Mahiques página 3. TRAS-CABEZA XVII página 7. TRAS-CABEZA XX página 14. TRAS-CABEZA XLIX fotografía. Carlos Bolívar página 18.
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Consejo Editorial - Cristina Consuegra Abal - José J. Reina Pinto - Antonio Heredia Bayona Diseño y maquetación - José J. Reina Pinto Correo electrónico [email protected] DL: MA-1343-2005 ISSN: 1885-7604 El equipo editorial de Paradigma quiere agradecer el esfuerzo realizado por todas aquellas personas que hacen posible esta publicación. Especialmente agradece a Alejandro Heredia su colaboración en la corrección de pruebas que con celeridad y meticulosidad lleva a cabo en cada número. Los miembros del consejo editorial de esta publicación no se hacen responsables de las opiniones vertidas por los autores de los artículos, poemas, u otras formas de expresión incluidas en este número.

p A r A d i g m A s página 4

Los silencios que se llenan de palabras. Benito Garrido

página 8

Sobre la dignidad femenina. Castidad, recato y honra. Erika Pardo Skoug

página 15

Carta a un universitario. José Palacios Royán

página 19

El valor de la palabra y el lenguaje científicos. Antonio Heredia Bayona

página 24

El decir de lo oculto. Una aproximación a la inconsciencia de la palabra. Carlos Javier González Serrano

página 28

Hacia un saber sobre la música: una perspectiva desde el orfismo de María Zambrano. Francisco Martínez González

página 35

La palabra exacta en la época de la globalización y las nuevas tecnologías. Marta López-Luaces

página 37

Nueva insistencia en el placer del texto. Francisco Ruiz Noguera

página 45

Que las palabras no les engañen. Ana I. Bernal Triviño

entrevista

página 49

Albert Chillón El poder de la recreación del lenguaje.

poesía

página 54 página 58

ilustración

Ferrán Fernández Recaredo Veredas Moisés Mahiques página 3 página 7 página 14

fotografía

TRAS-CABEZA XVII TRAS-CABEZA XX TRAS-CABEZA XLIX

Carlos Bolívar página 18 página 27

CON-FUSIÓN SOLEDAD

Sandra Lara página 23 página 48

el carro de heno

Cristina Consuegra

REALIDAD TIERRA Palabra de acorde

TRAS-CABEZA XVII

— M oisés M ahiques —

Los silencios que se llenan de palabras Benito Garrido González

TRAS-CABEZA XX

— M oisés M ahiques —

Sobre

la

dignidad

femenina.

Castidad, recato y honra. Erika Pardo Skoug

TRAS-CABEZA XLIX

— M oisés M ahiques —

C a r t a a u n u n i v e r s i t a r i o José Palacios Royán

— Carlos Bolívar —

El valor de la palabra y el lenguaje científicos Antonio Heredia Bayona

— Sandra Lara —

El decir de lo oculto.

Una aproximación a la inconsciencia de la palabra Carlos Javier González Serrano

— Carlos Bolívar —

Hacia un saber sobre la música: una perspectiva desde el orfismo de María Zambrano Francisco Martínez González

L a p a l a b ra e xa c t a e n l a época de la globalización y las nuevas tecnologías Marta López-Luaces

Nueva insistencia en el placer del texto Francisco Ruiz Noguera

Texto inaugural de la XLII Feria del Libro de Málaga

Q u e l a s p a l a b ra s no les engañen Ana I. Bernal Triviño

— Sandra Lara —

entrevista

Albert Chillón El poder de la recreación del lenguaje

Albert Chillón es escritor y ensayista. Profesor de teoría de la comunicación en la

Universidad Autónoma de Barcelona y director del Máster en Comunicación, Periodismo y Humanidades de la UAB. Es colaborador habitual en La Vanguardia y El País. Es autor de diversas obras como Periodismo y Literatura. Una tradición de relaciones promiscuas (Universidad Autónoma de Barcelona, 1 999), La condición ambigua. Diálogos con Lluís Duch (Herder Editorial, 201 1 ) y Un ser de mediaciones (Herder Editorial, 201 2). En febrero llegará a las librerías su novela El horizonte ayer (Luces de Gálibo).

Donde más me conozco empiezan mis palabras. Quiero escribirme como se escribe el silencio en las piedras o la lluvia en las frentes; igual que el miedo al agua en el embarcadero. ............................................. ............................................. Por ellas tengo días colgados por el pecho, pájaros en la noche, amigos que ya no, aniversarios cada tres minutos. Desde el principio supe que son iguales que el silencio, a su manera. Ahora están viniendo de puntillas para que no les oiga la tristeza, para que no se alarme el hombre al que delatan. Llegan como un calor entre la sombra, como un color en medio de la niebla. ............................................... ...............................................

Manuel Alcántara

Ferrán Fernández

cada vez que parpadeo cada vez que respiro cada minuto que pasa soy un hombre distinto y aunque algunos se confundan yo me reconozco en todos

juego a que lo tengo todo y me quedo sin nada y sin tiempo para recuperarme acaba la partida

dentro de cada noche hay una noche que avanza o una noche que retrocede ambas nos inquietan pero a veces dentro de la noche hay una noche inmóvil esa nos produce pavor

corro y corro para dejar atrás todo lo que habrá de ser pasto del olvido pero solo voy acumulando razones para la melancolía

hay que ponerle pruebas al infinito, para ver si resiste ROBERTO JUARROZ

el principio y el fin de todo se encuentran en un punto el mismo en el que convergen el principio y el fin de nada más o menos ahí estoy yo

un espejo no es una ventana pero yo me asomo a los espejos y contemplo los abismos del tiempo un espejo es una ventana abierta

al vacío

(a Fernando Broncano)

Recaredo Veredas

Las mejores mañanas asume la certeza: cruzará el océano, paseará por avenidas infinitas y su rostro solo será rasgado por las arrugas de la madurez. Viajará sin el lastre de su casa, invadida por insectos con pata serrada. Con la tarde crece, lenta, la evidencia: morirá asediado por las sondas y los insectos abrirán un nido en su espalda. Albergará crías y desechos cuya risa nunca escuchará.

No volveremos a blanquear las paredes. Pequeños monstruos duermen bajo los huecos de los ladrillos. Incluso en los días más secos la pintura se abomba como el vientre de una gestante. La mujer sabe que sueña pero entiende los signos y las consecuencias. Y reza, mientras avanzan los síntomas del despertar, por la rapidez del olvido.

Negar la muerte. Negarla una y otra vez, buscar sus pliegues y esconderse bajo su sombra, anhelando el olvido de nuestros pasos. Detener las pautas del sol aunque sepamos que no declinará su mandato, que seguirá definiendo la tierra con ritmo cerrado, poblando sus dominios con grietas y órbitas. Negar la muerte. Alzar teorías imposibles y creerlas, pese a que conozcamos su mentira. Negar la muerte. Olvidar que cuando su dominio expire la luz soñará y los niños no se alzarán de las cunas, convertidas en tumbas abiertas, llenas de carne viva y dormida.

Adorar las noches de sueños densos, tan parecidos a la muerte que pueden duplicarla. Sueños regalados por somníferos y alcoholes, que caen como mantas de lana y regalan un sosiego dulce, con olor a fruta podrida. Nadie, siquiera el afortunado, sabrá que los pueblan hombres sin manos y niños que moldean colinas taladas.

Me agarré a una Silla que pasaba por aquí.

Emily Dickinson

El carro de h en o Pal abra de acorde