Panorama Sindical y de la Negociaci´ on Colectiva en el Chile de los US$ 22.655 ´ n Sanhueza, Fundacio ´ n SOL Gonzalo Dura Resumen. Fundado en el Plan Laboral de 1979, el actual modelo de relaciones laborales tiene una serie de caracter´ısticas que hacen de Chile – naci´ on que forma parte de los pa´ıses de ingresos altos –, un experimento al momento de revisar experiencias similares. Sin posibilidad de negociar m´ as all´ a de la empresa, con una huelga altamente restringida, con la posibilidad de reemplazar a los trabajadores, la evidencia emp´ırica advierte de un progresivo declive sindical que erosiona un desarrollo verdadero. El art´ıculo presenta un estado del arte en materia de los agregados sindicales como tasa de sindicalizaci´ on, negociaci´ on colectiva y otros Keywords. Plan Laboral, declive sindical, negociaci´ on colectiva, sindicalismo.
1. Introducci´on Considerando los u ´ltimos 20 a˜ nos, Chile emerge como uno de los 25 pa´ıses que m´ as ha crecido a nivel mundial, el segundo que m´as lo ha hecho en la OECD y el que m´ as crece en Am´erica Latina. Es adem´as, de acuerdo al u ´ltimo informe de Panorama Social de OIT, el pa´ıs con mayores grados de formalidad laboral en Am´erica Latina y El Caribe. Entre 1990 y 2012, Chile ha cuadruplicado su ingreso per c´apita. Para 2012, el Banco Mundial estim´ o un PIB per c´ apita de US$ 22.655, situando a Chile en la categor´ıa de pa´ıses con “Ingresos Altos”(m´axima clasificaci´on posible de obtener). * Economista Pontificia Universidad Cat´ olica de Chile y Master of Science in Applied Labour Economics for Development, Universidad de Tur´ın / SciencesPO. Investigador en Fundaci´ on SOL. ´ n: se usa Ingreso per c´ Nota de Redaccio apita como sin´ omimo de PIB per c´ apita, no obstante en t´ erminos precisos no son exactamente lo mismo. Art´ıculo publicado en Revista de Derecho y Seguridad Social Vol.3 - 2013, ´ ginas 85-96. pa
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Pero ¿Qu´e realidad laboral se alberga tras tan altos indicadores? ¿Cu´ al es el panorama en los agregados sindicales tales como densidad sindical y cobertura de negociaci´ on colectiva?, ¿Cu´ ales son sus efectos? Mediante un an´ alisis de indicadores sint´eticos, basado en el procesamiento de registros administrativos p´ ublicos extra´ıdos de la Direcci´on del Trabajo, el siguiente art´ıculo expone un estado del arte de la situaci´on sindical del Chile de los u ´ltimos a˜ nos. Se entrega evidencia respecto a un declive sindical impulsor de un deterioro en las condiciones materiales de trabajo y que tendr´ıa v´ınculos causales con una mala distribuci´on funcional de ingresos. El art´ıculo se organiza de la siguiente manera: el cap´ıtulo 2 esboza un breve contexto de las principales transformaciones en materia de institucionalidad laboral, en el cap´ıtulo 3, se presentan indicadores de actividad sindical y su an´ alisis. Finalmente, en el cap´ıtulo 4, se concluye y sugieren estrategias de salida.
2. El contexto: elementos institucionales En 1990, tras el retorno a la democracia, Chile comienza un proceso de regulaci´ on laboral limitada, que intent´ o dotar de mayor protecci´on a un mercado laboral altamente liberalizado (Dur´ an, 2013). Con el tiempo se suceden cambios menores en el C´odigo del Trabajo, se aumenta el salario m´ınimo, y ya para fines de los ’90, comienza una fuerte utilizaci´ on de pol´ıticas activas de mercado laboral (capacitaciones, planes de empleo, y otros). En este cuadro, el proceso de regulaci´ on limitada mantuvo al margen transformaciones de fondo, que atacasen la estructura e ideolog´ıa del Plan Laboral del a˜ no 1979 (SOL et al., 2013). De este modo, a casi 34 a˜ nos de la implementaci´ on, hoy se mantienen pr´ acticamente intactos los enclaves laborales activados en dictadura, donde algunos conductores que gu´ıan y profundizan la desmovilizaci´ on y atomizaci´ on de los trabajadores son: La prohibici´ on de la negociaci´ on colectiva m´as all´a del nivel de empresas; La habilitaci´ on del reemplazo de los trabajadores en huelga desde el primer d´ıa del conflicto laboral (bajo requisitos muy b´asicos); La formalizaci´ on de un paralelismo de representaci´on en los centros de trabajo (sindicatos/grupos). Se excluye a los trabajadores con contrato de obra o faena, de temporada y contratos de aprendizaje. Se excluyen tambi´en empresas peque˜ nas (en el caso de negociaci´ on colectiva bajo la titularidad del Sindicato). Los beneficios obtenidos por el sindicato se pueden extender a los trabajadores no sindicalizados si se les cobra el 75 % de la cuota sindical, lo cual es otro desincentivo a la acci´ on colectiva y a la organizaci´on de los trabajadores. Se limita el contenido de la negociaci´ on a temas distintos a la facultad de administrar la empresa, para impedir co-gestionar el negocio.
´ n Colectiva en Chile 3 Panorama Sindical y de la Negociacio Es un sistema de n´ omina: los beneficios de la negociaci´on son solo para los trabajadores suscritos en la n´ omina que negocia y no corre para las personas que se van integrando al sindicato con posterioridad. De acuerdo a la tipolog´ıa de poder usada para el an´alisis de clase por el soci´ ologo Erick Olin Wright, este tipo de transformaciones a la estructura normativa, corresponder´ıa a elementos dispuestos a efectos de opacar la capacidad del sindicato de organizar y representar a los trabajadores en distintos esquemas y circunstancias, o, en otras palabras, de “realizar sus intereses de clase”. En dicho sentido, el poder de asociaci´ on queda fuertemente resentido, siendo un recurso no disponible para marcar una diferencia respecto al poder estructural que se tiene de manera intr´ınseca por la posici´on ocupada en la estructura productiva. Los resultados emp´ıricos, confirman esa vocaci´ on desorganizadora o de fractura del poder asociativo que tiene el modelo sindical impuesto en dictadura, a´ un vigente.
3. El declive de la fuerza sindical: hechos estilizados De acuerdo a los registros de la Direcci´ on Nacional del Trabajo (DT), al a˜ no 2012, se contabilizan 10.585 organizaciones sindicales activas que agrupan a 940.603 trabajadores, equivalentes a un 14,6 % del total que potencialmente es sindicalizable, esto es, excluyendo a los trabajadores del sector p´ ublico y a los empleadores. En t´erminos absolutos, el n´ umero de trabajadores organizados al 2011 es menor al logrado en 1973. Reci´en en 2012, se recupera el nivel, s´olo que, teniendo como base, una fuerza de trabajo ocupada de casi tres veces respecto a la de 1973 (en 1973, la tasa de sindicalizaci´ on lleg´o a 33 %).
Figura 1. Total de afiliados a sindicatos (miles de personas)
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En los gobiernos post-Dictadura los resultados en materia sindical, mejoraron a comienzos de los a˜ nos noventa a causa del “efecto compensaci´ on”frente al desmantelamiento llevado a cabo por el r´egimen (Palacios, 2011). No obstante ello, al poco tiempo, el declive sindical adopta un ritmo sist´emico, tanto en la densidad sindical como en la cobertura efectiva de la negociaci´ on colectiva. Todo esto inducido por la maduraci´on de las pol´ıticas neo-liberales adoptadas 10 a˜ nos antes (Alem´ an, 2010) y reforzadas en los a˜ nos sucesivos (SOL et al., 2013).
Figura 2. Tasa de cobertura efectiva negociaci´ on colectiva y tasa de sindicalizaci´ on ( %)
Figura 3. Tasa de cobertura efectiva negociaci´ on colectiva y tasa de sindicalizaci´ on ( %), regiones
´ n Colectiva en Chile 5 Panorama Sindical y de la Negociacio Entre los principales indicadores del declive sindical se pueden mencionar: 1. Disminuci´ on en la cobertura de negociaci´ on colectiva con derecho a huelga (de 12 % a comienzos de los ’90 a un 8,1 % en 2012). 2. Reducci´ on en la densidad sindical, la que pasa de un 18,2 % en 1991 a un 14,6 % en 2012. 3. Atomizaci´ on sindical durante la mayor parte del per´ıodo post-dictadura: entre 1991 y 2006 se crean 1.717 sindicatos pero la masa sindical se mantiene estad´ısticamente constante (701.355 afiliados en 1991 versus 703.706 en 2006). 4. Crece la participaci´ on de los convenios colectivos de trabajo sobre el total de instrumentos colectivos (suma de contratos y convenios). 5. Constante deterioro en los resultados econ´omicos de la negociaci´on colectiva. El reajuste real promedio (10 a˜ nos), es menor a 1 %. 6. Crece el sindicalismo inter-empresa con menores posibilidades de negociaci´ on colectiva, puesto que s´ olo pueden negociar con venia del empleador. 7. Se puede sospechar un sindicalismo de paso al considerar la inestabilidad laboral en ascenso: el 50 % de los trabajadores dependientes tiene una antig¨ uedad promedio menor a dos a˜ nos (Nueva Encuesta de Empleo). 8. Existe una m´ınima participaci´ on de los trabajadores en huelgas. Entre 1991 y 1990, un 1,5 % de los asalariados que potencialmente pueden negociar colectivamente participaron en una huelga. En 2012, la cifra llega a 0,65 %. Dentro de este declive, ciertos aspectos vinculados al ´ ambito econ´ omico de la sindicalizaci´ on ser´ an m´ as desarrollados. 3.1. Auge de la negociaci´ on colectiva sin derecho a huelga Un aspecto especialmente llamativo dentro del panorama de la baja cobertura de los instrumentos colectivos es que con los a˜ nos, los convenios colectivos han tomado mayor importancia relativa frente a los contratos colectivos de trabajo. El convenio, en tanto modalidad que proh´ıbe la huelga, es un tipo de negociaci´ on colectiva que tiene m´ınimo espacio transformador. De acuerdo a los datos de la DT, durante los u ´ltimos 22 a˜ nos, la probabilidad de que un trabajador que negocia colectivamente, lo haga bajo el sistema de huelga prohibida, ha subido en un 120 %. En 1991, de cada 100 trabajadores que negociaban, 13 lo hac´ıan bajo el sistema de negociaci´on no reglada. En 2012, m´ as de 30 de cada 100 trabajadores que negocian, lo hacen bajo esta modalidad. Sin embargo, de los 70 restantes, que s´ı lo hacen bajo un sistema que permite la huelga, existe la posibilidad del reemplazo en caso de hacerse efectiva la huelga.
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Figura 4. Cobertura de convenios colectivos sobre cobertura total
3.2. Baja cobertura de la negociaci´ on colectiva en un pa´ıs de alta asalarizaci´ on A nivel latinoamericano, Chile (75 %), Argentina (77 %) y Uruguay (73 %) son los pa´ıses con mayor asalarizaci´ on (datos CASEN y KILM-OIT V.7). Sin embargo, en materia de negociaci´ on colectiva, Chile tiene s´olo un 8 % de cobertura efectiva1 . En Argentina, la cobertura alcanza un 60 %, mientras que en Uruguay es de 90 % . Al realizar la comparaci´on con los pa´ıses OECD, destacan Austria (95 %) y Francia (98 %), aunque ´este u ´ltimo con uno de los excesos de cobertura m´ as grandes a nivel mundial (diferencia entre la cobertura de la negociaci´ on y la tasa de sindicalizaci´on, Boeri and van Ours (2008)). Los pa´ıses escandinavos, con mucho menos exceso de cobertura, logran tasas que en promedio llegan a 82 % (European Trade Union Institute 2013).
1 Para
efectos de este art´ıculo, cobertura efectiva se define como los trabajadores cubiertos por un contrato colectivo (durante el per´ıodo de dos a˜ nos). Este indicador es el m´ as preciso para elaborar an´ alisis comparado.
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Figura 5. Cobertura de la Negociaci´ on Colectiva ( %)
3.3. Exiguos resultados econ´ omicos de la negociaci´on colectiva La debilidad de la negociaci´ on colectiva, tambi´en se exhibe en los retornos que provoca en t´erminos distributivos, esto es, como aporte a la formaci´on de salarios en la econom´ıa. Los datos administrativos, correspondientes al universo de instrumentos colectivos de trabajos depositados en la DT arrojan cifras exiguas: entre 1990 y 2010, el reajuste real promedio por concepto de negociaci´ on colectiva es inferior al 1 %. En cierto modo, este resultado es la proyecci´ on emp´ırica de un sistema de relaciones laborales cuya filosof´ıa - muy alineada con las ideas de F.A.Hayek - es no distributiva2 . Sin duda, en este resultado, el nivel o grado de centralizaci´on de la negociaci´ on colectiva, ha jugado un rol clave. En Chile, se opera bajo un esquema absolutamente descentralizado d´ onde prima el nivel de empresas, a la usanza de los modelos anglosajones como EE.UU, Inglaterra y Canad´a.
2 El
car´ acter no distributivo queda expl´ıcitamente demostrado en Pi˜ nera (1990) y Gobierno (1979). Para revisar el car´ acter ideol´ ogico, una buena obra es Hayek (2009) y Hutt (2007).
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Figura 6. Porcentajes de reajustes reales por negociaci´ on colectiva, per´ıodo 1989-2010( %)
3.4. Negociaci´ on de micro-nivel: v´ınculos directos con la desigualdad En el debate mundial, hay evidencia que demuestra los efectos de la negociaci´ on colectiva de alto nivel (y alta cobertura) sobre la desigualdad de ingresos. Dahl et al. (2009), tomando el caso de Dinamarca, encuentran que la descentralizaci´ on de la negociaci´ on colectiva aumenta la dispersi´on salarial, esto es, incrementa la desigualdad. Mismas conclusiones obtienen Fitzenberger et al. (2008) que muestran que la dispersi´ on salarial es mayor en la negociaci´on a nivel de empresas versus la negociaci´ on a nivel de rama de actividad econ´omica. Finalmente, DellAringa and Pagani (2005) se˜ nalan que: “. . . la descentralizaci´ on de la negociaci´ on produce m´ as desigualdad de los salarios cuando es generalizada y radical, y cuando se acompa˜ na de un proceso de dessindicalizaci´ on”. En este aspecto, el caso chileno sugiere una transformaci´on asistida por parte del Estado (en Dictadura). Ella da cuenta de una prohibici´on de negociar m´ as all´ a de la empresa (por ejemplo por rama de actividad econ´omica). Al revisar la base de datos del Amsterdam Institute for Advanced Labour Studies (AIAS), Chile aparece como uno de los dos pa´ıses (de un total de 54), donde se ha cambiado dr´ asticamente el nivel de la negociaci´on colectiva desde un nivel superior a uno de m´ axima descentralizaci´on. Junto a Chile, Nueva Zelanda a fines de los ’80, realizando un cambio similar, vio como aument´ o la desigualdad (medida con el GINI). En el caso chileno, el cambio obedeci´ o a un plan de desmovilizaci´ on y de p´erdida progresiva de poder hacia los trabajadores.
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Figura 7. Desigualdad y Cobertura de la Negociaci´ on Colectiva ( %)
Figura 8. Cambio del nivel en la negociaci´ on colectiva, esquemas anglosajones
Dur´ an (2011) explora relaciones causales entre el bajo nivel de la negociaci´ on colectiva y una mala distribuci´ on de ingresos. A trav´es de una micro-simulaci´ on, arriba a que un aumento de la cobertura de negociaci´on colectiva (v´ıa subida de nivel), tiene efectos vis -a -vis, en una mejora del ´ındice de GINI.
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Figura 9. Cambio del nivel en la negociaci´ on colectiva, esquemas EU-No Anglo
3.5. Declive sindical y bajo nivel salarial El declive de los agregados sindicales como densidad y cobertura de la negociaci´ on colectiva, se obtiene en un pa´ıs cuyo ingreso per c´apita ajustado por paridad de poder de compra (PPC) llega a US$ 22.655 (cifra que deja al pa´ıs en el grupo de naciones de mayores ingresos a nivel mundial). Al realizar un an´ alisis sobre la distribuci´on de los salarios, los datos dan cuenta de un problema distributivo que se arrastra por d´ecadas pero que se profundiza en el tiempo. De una parte, si bien el promedio de ingresos asociados a la ocupaci´ on principal es de $438.000, la mediana, es decir, el 50 % de los trabajadores gana menos de $251.620. En caso de considerar a los trabajadores dependientes no estatales, es decir la suma de los asalariados del sector privado m´ as los trabajadores y trabajadoras de servicio dom´estico, la mediana se reduce a $218.800 (cifra muy similar al m´ınimo nacional 2012/2013 $193.000).
´ n Colectiva en Chile 11 Panorama Sindical y de la Negociacio Tabla 1: Ingresos de la ocupaci´ on principal, todos los trabajadores, datos CASEN 2011 Tramo Menor o = a $100.000 $100.001 - $150.000 $150.001 - $200.000 $200.001 - $252.000 $252.001 - $352.000 $352.001 - $452.000 $452.001 - $652.000 $652.001 - $852.000 $852.001 - $1.052.000 $1.052.001 - $1.252.000 $1.252.001 o + Total
Total 470.873 407.250 1.359.349 1.114.817 1.063.779 691.328 574.900 333.824 210.361 139.767 335.427 6.701.675
% del Total 7,00 % 6,10 % 20,30 % 16,60 % 15,90 % 10,30 % 8,60 % 5,00 % 3,10 % 2,10 % 5,00 % 100 %
% acumulado 7,00 % 13,10 % 33,40 % 50,00 % 65,90 % 76,20 % 84,80 % 89,80 % 92,90 % 95,00 % 100 % -
Tabla 2: Ingresos de la ocupaci´ on principal, total de empleados/as dependientes no estatales3 , CASEN 2011 Tramo Total Menor o = a $100.000 295.996 $100.001 - $150.000 246.763 $150.001 - $200.000 1.190.189 $200.001 - $252.000 846.237 $252.001 - $352.000 797.302 $352.001 - $452.000 366.473 $452.001 - $652.000 300.808 $652.001 - $852.000 176.710 $852.001 - $1.052.000 109.520 $1.052.001 - $1.252.000 62.141 $1.252.001 o + 156.666 Total 4.548.805
% del Total 6,50 % 5,40 % 26,20 % 18,60 % 17,50 % 8,10 % 6,60 % 3,90 % 2,40 % 1,40 % 3,40 % 100 %
% acumulado 6,50 % 11,90 % 38,10 % 56,70 % 74,20 % 82,30 % 88,90 % 92,80 % 95,20 % 96,60 % 100 % -
4. Conclusiones Chile se asoma a partir del a˜ no 2013 como un High-Income Country de acuerdo a la clasificaci´ on del Banco Mundial. Sin embargo, al mismo tiempo, de acuerdo a los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es tambi´en, uno de los pa´ıses m´ as desiguales del mundo, cuesti´on que de medirse bajo la brecha de ingresos entre las personas que pertenecen al 5 % m´ as rico versus quienes son del 5 % m´ as pobre, arroja una diferencia de 260 veces (en los u ´ltimos 20 a˜ nos, esa brecha crece en un 100 %, datos CASEN). En esta situaci´ on, de pa´ıs rico, pero desigual, los salarios cumplen 3 dependientes
no estatales = asalariados privados + servicio dom´ estico
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un rol esencial en sostener y profundizar las contradicciones: el 50 % gana menos de $251.620. El presente art´ıculo avanz´ o en entregar antecedentes sobre la situaci´on sindical del Chile de los u ´ltimos a˜ nos, factor determinante en este panorama. En esencia, desde 1979, a˜ no que se impone un nuevo orden laboral para Chile, los trabajadores han quedado institucionalmente coartados en su poder para disputar las decisiones y los ingresos que se generan en las relaciones de producci´ on. Ello repercute de forma directa en el bajo valor del trabajo y una acumulaci´ on por desposesi´ on por parte de los grupos dominantes que hoy detentan el poder. Si bien el panorama de desarticulaci´ on social de los trabajadores no s´ olo se debe al orden institucional vigente, advierte que existe un correlato claro con una acci´ on dirigida desde el aparato estatal para restar poder a los trabajadores. Es en este cuadro donde, desde las organizaciones sindicales y en la sociedad civil, se reivindica la necesidad de un nuevo modelo de relaciones laborales (ver Manifiesto Laboral por un nuevo modelo de RR.LL) que transforme estructuralmente estas relaciones de poder y permita alterar la distribuci´on de los ingresos desde el punto exacto donde se produce la riqueza.
Referencias Alem´ an, J. (2010). Labor relations in new democracies: East Asia, Latin America, and Europe. Palgrave Macmillan. Boeri, T. and van Ours, J. (2008). The economic of imperfect labor markets. Princeton. Dahl, C., le Maire, D., and Munch, J. (2009). Wage dispersion and decentralization of wage bargaining. DellAringa, C. and Pagani, L. (2005). Collective Bargaining and Wage Dispersion. British Journal of Industrial Relations. Dur´ an, G. (2011). Collective Bargaining Structure and the incidence on Income Distribution: some insights to the Chilean case. Master in Applied Labour Economics for Development (Master Thesis). Dur´ an, G. (2013). Does formal employment equal quality employment in Chile? Country case study on labour market segmentation. International Labor Organization, por public edition. Fitzenberger, B., Kohn, K., and Lembcke, C. (2008). Union Density and Varieties of Coverage: The Anatomy of UnionWage Effects in Germany. IZA Discussion Paper No. 3356. Gobierno (1979). Actas del Plan Laboral del a˜ no 1979, ACTA No. 372. Junta Militar de Gobierno. Hayek, F. (2009). Sindicatos, ¿para qu´e? Editorial Uni´on. Hutt, W. (2007). The theory of collective bargaining. Free Press, Glencoe Illinois.
´ n Colectiva en Chile 13 Panorama Sindical y de la Negociacio Palacios, I. (2011). Industrial relations after Pinochet: firm level unionism and collective bargaining outcomes in Chile. Peter Lang International Academic Publishers. Pi˜ nera, J. (1990). La Revoluci´ on Laboral. Zig Zag. SOL, F., Feres, M., Pereira, R., Rojas, I., Caama˜ no, E., Ugarte, J., Gamonal, S., Guglielmetti, P., L´ opez, D., Toledo, C., Puccio, M., Corvera, D., and Carvallo, R. (2013). Manifiesto Laboral. Fundaci´on SOL. Wright, E. O. (2000). Working-Class power, capitalist-class interests, and class compromise. American Journal of Sociology, 105(4):957–1002. Informaci´ on de Contacto ´ n Sanhueza, Fundacio ´ n SOL Gonzalo Dura ´ Investigador en Area Sindicatos y Negociaci´ on Colectiva Miraflores 113, Oficina 48 Santiago Centro Chile e-mail:
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