PAISAJES Y PROCESOS SOCIALES EN TAFÍ DEL VALLE

Centro de Actualización e Innovación Educativa (CAIE) Tafí del Valle- Secretaría ..... México. González Cainzo, M. J. y P. Arenas. 2005 Análisis participativo del ...
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PAISAJES Y PROCESOS SOCIALES EN TAFÍ DEL VALLE Patricia Arenas, Bárbara Manasse y Estela Noli (Comp.) Imprenta de la Universidad Nacional de Tucumán, San Miguel de Tucumán 2007

CONSTRUYENDO PRESENTE EN EL VALLE DE TAFÍ. Bárbara Manasse* y Andrea Camerlingo **

* Escuela de Arqueología – Universidad Nacional de Catamarca; Facultad de Ciencias Naturales e Inst. M. Lillo – Universidad Nacional de Tucumán ** Centro de Actualización e Innovación Educativa (CAIE) Tafí del Valle- Secretaría de Educación de Tucumán. RESUMEN Este trabajo se ubica en la línea del análisis crítico de la “construcción” de la historia del Valle de Tafí y sus implicancias actuales, como vía hacia la comprensión del mismo en el marco de la historia del Noroeste Argentino. Hemos tomado el presente local como objeto de análisis, en tanto construido / producido desde diferentes atravesamientos y tensiones; en vistas a contribuir, desde este tipo de lectura, a una construcción de presente por parte de quienes hoy también conformamos este espacio como habitantes. Abordaremos, por un lado, la delimitación de un campo de problemas que vemos conformarse alrededor de las narrativas sobre el pasado tafinisto. Pasado que, como contenido y en su devenir, ha definido con cierta fijeza posiciones hegemónicas y subalternas entre sus principales actores sociales. Pasado que, en el presente, vuelve a cobrar visibilidad a través de algunas estrategias y narrativas que están circulando en el contexto de una nueva intervención sobre el “paisaje” local, dando cuenta de su complejidad. En tanto la historia suele emplearse de manera sistemática como uno de los instrumentos de mayor eficacia para crear condiciones ideológicas y culturales que faciliten el mantenimiento de las relaciones de dominación caracterizaremos algunos fenómenos actuales que, como efecto de la construcción de historias “naturalizadas”, “oficiales” o sencillamente “omitidas”, generan condiciones de producción de subjetividades en esa línea, así como algunas manifestaciones más recientes, que intentan un reposicionamiento frente a éstas. Palabras clave: narrativas – pasado – Tafí del Valle – educación – turismo

ABSTRACT This work will be held in the line of critical analysis of Tafí Valley history "construction" and its actual implications, as a way towards its comprehension as regards to the history of north west Argentine. We have taken the local present as subject of analysis, as long as built from different cross overs and tensions; in the aim to contribute, from this type of reading, to a construction of present on the part of who, today also conform this space as inhabitants. We will approach, on one hand, on the delimitation of a field of problems that we see conforming around the past narratives about Tafí. Past that, as content and in its course, has defined, with certain firmness, hegemonic and subordinate positions among their main social actors. Past that, in present time, offers new visibility along the strategies and narratives which circulate in the context of a new intervention over local " landscape ", giving account of its complexity. As long as history is being systematically used as one of the more efficiently instruments to create ideological and cultural conditions that facilitate the maintenance of dominance relationships, we will describe some current phenomena which, as an effect of the

construction of naturalized, official or simply omitted histories, generate subjectivity production conditions and, in this way, point out some actual strategies attempting to construct new positions around this subject. Key words: narrative - past - Tafí Valley - education - tourism INTRODUCCIÓN “La ocultación del pasado es un procedimiento favorable del poder.” Chesneaux 1981.

Este trabajo se ubica como punto de cruce entre recorridos que, desde diferentes lugares de inserción a nivel local, venimos realizando en torno al deseo de poder contar con herramientas que nos permitan realizar una lectura del espacio Tafí en el marco de las complejas articulaciones entre lo local y lo global hoy. Lectura que nos invita a un doble ejercicio: el de tomar el presente local como objeto de análisis, en tanto construido / producido desde diferentes atravesamientos y tensiones; a la vez que contribuir, precisamente desde la misma, a una construcción de presente por parte de quienes hoy también conformamos este espacio como habitantes. Decidimos comenzar a trabajar en torno al escenario del actual proceso de reconfiguración del espacio Tafí del Valle, en la delimitación de un campo de problemas que vemos conformarse alrededor de las narrativas sobre el pasado. Pasado vallisto que, como contenido y en su devenir, ha definido con cierta fijeza posiciones hegemónicas y subalternas entre sus principales actores sociales. Pasado que, en el presente, vuelve a cobrar visibilidad a través de algunas estrategias y narrativas que están circulando en el contexto de una nueva intervención sobre el “paisaje” local, dando cuenta de su complejidad. Definimos las narrativas sobre el pasado como representaciones que evocan un sentido de devenir en el tiempo e intervienen en los procesos de delimitación de colectivos de significación (Pizarro 1996), en el marco de procesos de disputa por su definición y sentido en una estructura social dada. En este punto, nos interesa desentrañar cómo se juegan hoy algunas de ellas en dos espacios diferentes: uno de ellos, el de los proyectos y estrategias que ciertos sectores sociales vienen diseñando como propuesta de desarrollo a través de la actividad turística en la zona, en consonancia con las políticas de reorganización de lo global y lo local bajo la lógica del consumo (García Canclini 1990). Nos interesa abordar qué significaciones sobre el pasado se delimitan en este contexto, desde qué lugares se conforman y cómo es su circulación. Y, en tanto el espacio escolar representa en Tafí un lugar privilegiado de producción discursiva, indagamos lo que allí hoy “se dice” sobre la historia local desde las prácticas docentes – el particular tratamiento de contenidos, recursos, fuentes, organización del tiempo pasado – así como la manera en que estas producciones se articulan en la actual coyuntura local.

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Pensamos que la problemática de la que intentamos dar cuenta - las narrativas sobre el pasado en este lugar – cobra carácter de tal, en tanto vislumbramos su implicancia en los procesos de subjetivación a nivel local, cuestión que merecerá un tratamiento posterior. En esta misma línea, quedará para futuras elaboraciones investigar acerca de los procesos de resignificación que los sectores locales subalternos realizan de las narrativas hegemónicas y su posicionamiento en relación a las mismas.

TAFÍ COMO ESPACIO HISTÓRICO

El oeste tucumano ha participado, de manera activa en la producción de hechos políticos y económicos desde los primeros avances de la conquista y el dominio del actual territorio argentino (Racedo 1994). La importancia del Valle de Tafí en el pasado regional está connotada desde la gran cantidad de evidencias arqueológicas e históricas con las que cuenta. Enclave de relevancia prehispánica significativa, ha sido objeto de procesos de delimitación y categorizaciones producidas por sectores dominantes. Algunas definiciones lo ubican como morada de antiguos pueblos “diaguitas”1 que elaboraron fantásticos monolitos grabados con extrañas figuras. En contraposición, otros aseguran que sus pueblos nunca habrían podido ser creadores de esas obras megalíticas y que éstas seguramente habrían sido producto de influencias altoperuanas (Jaimes Freyre 1915), excluyendo saberes y prácticas de la población local temprana. De hecho, su caracterización como “primitiva”, en relación de no pertenencia a las denominadas “altas culturas andinas” justificaba ante la historia el trato recibido por los españoles a partir del siglo XVI y, durante épocas posteriores, por la burguesía criolla pro-hispanista. La época colonial tiene al Valle como área de explotación de pasturas, en donde se engordan mulares y, muy complementariamente, se lleva a cabo una ganadería extensiva de vacunos y yeguarizos. Los pobladores de la zona estaban “encomendados” en el llano tucumano en tanto las actividades en el Valle no requerían de gran cantidad de mano de obra2. En tiempos jesuitas, pasa a ser uno de los ejes territoriales de la economía que giraba en torno a Potosí (Robledo 1996 y en este volumen). A partir del siglo XIX, Tafí integra un espacio social crucial para la historia y el desarrollo de la industria azucarera tucumana (Arenas 2003). La quiebra de esta última conllevó profundas modificaciones en la provincia, generando una redistribución de los roles políticos y económicos dentro de los sectores sociales hegemónicos. Los valles no fueron ajenos a este 1

Se denomina “Diaguitas” a una macroetnía de la época de la conquista, compuesta por numerosos grupos, subdivididos en unidades políticas de diversa complejidad social y política. El lazo de unión se establecería por la lengua kakan (Lorandi 1999). 2

Cruz 1997, Noli en este volumen.

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proceso, en tanto lugares tradicionales de extracción compulsiva de mano de obra; viendo su población, en la emigración, la resolución de sus necesidades de inserción en algún mercado de trabajo. A partir de los 50’ las tierras de Tafí se preparan como espacio de veraneo de la elite provincial 3, delineándose con el tiempo espacios laborales de relativa “autonomía” para algunos sectores de la población local. Los 90’ significaron un reordenamiento económico y político nacional desde el que se delinearon nuevas estructuras sociales y de mercado4. El turismo, como industria, es promovido desde el estado provincial a partir de la Ley 6166/915. Para poder desarrollarla se requiere, entre otras cuestiones, de lugares prístinos, culturalmente pintorescos y el Valle se presenta como el objeto privilegiado para una “explotación” en este sentido. En esta nueva coyuntura, tanto el espacio geográfico como su población se articulan en una dinámica que asume nuevas características. Este tercer milenio da cuenta de la materialización de algunos proyectos delineados a tal fin. El Valle de Tafí configura hoy un espacio particularmente constituido, al que podemos pensar desde la categoría de “heterogeneidad multitemporal ” propuesta por García Canclini (1990) demarcado por heterogeneidad de voces, prácticas sociales y tiempos, y sostenido desde diferentes sectores en tensión y conflicto. Atravesado por la circulación y consumo de tecnologías comunicacionales, por movimientos poblacionales turísticos y de migración, a la vez que por una marcada irregularidad en la tenencia de la tierra, tanto como por la incipiente conformación de movimientos de reivindicación de lo indígena como categoría identitaria6. Sin embargo, pensamos que estos procesos de “heterogeneización” no han alcanzado aún a trastocar cierta fijeza que observamos, persiste en torno al modo de apropiación del pasado entre distintos sectores sociales. Es alrededor de las complejas relaciones que aun persisten entre sectores de la elite provincial, que tienen presencia sostenida en Tafí del Valle, y población lugareña, vinculada a ésta laboralmente a lo largo del tiempo, que nos interesa abrir la interrogación.

EL PASADO EN EL ESPACIO DE LAS POLITICAS DE DESARROLLO LOCAL A TRAVES DEL TURISMO.

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El negocio inmobiliario no contempló compromisos previos, nos referimos al derecho a la tierra por medio del pago de las “obligaciones” de la población lugareña. 4 En 1991 se desregula la industria azucarera trayendo como consecuencia la caída del precio de la caña y del azúcar y la quiebra de seis ingenios. La modernización de las plantas que quedan significó una merma aún más importante de la mano de obra necesaria. 5 Para Tafí del Valle se contempla, en el marco de esta Ley un crecimiento de la capacidad hotelera de un 400% (Directrices para la Ordenación del Territorio de la Provincia de Tucumán 1994). 6 Arenas (2003) sostiene que este tipo de procesos sociales de etnización son parte de tendencias actuales de articulación con el Estado, propias del final del milenio, en los que se territorializan los conflictos a nivel local y comunitario. Ver, también, el trabajo de Grinberg y Lastra (2003) para una discusión sobre la relación entre Diversidad Cultural y Desigualdad Social.

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El recorrido que venimos señalando nos permite entrever que la historia del Valle ha sido tomada como herramienta recurrente de legitimación de posiciones en la construcción de presentes. Pensamos que este mecanismo aún no ha perdido eficacia y, desde aquí, nos proponemos indagar cómo se juega la demarcación de significaciones sobre el pasado en el actual proceso de reconversión económica local, en tanto éste se articula alrededor de la industria del turismo como motor de dicha transformación. Podemos situar este proceso en relación al nuevo rol que el Valle de Tafí entra a jugar en la escena provincial, aproximadamente en la década del 90. Todo esto en el marco de un proyecto político-económico diseñado para la zona, que se viene instalando bajo la nominación “desarrollo del turismo a nivel local ”. Se trata de lineamientos promovidos desde políticas de Estado - nacional y provincial - fomentados por capitales privados ligados al rubro turístico, a la vez que capitalizados principalmente por sectores sociales con presencia hegemónica socio económica y política tanto en el Valle como en la provincia. Es mayormente a través de éstos – grandes propietarios de tierras que ven en el turismo una oportunidad de reconversión económica, productores con incidencia en la política provincial, etc. - que la implantación de dichos proyectos se viene vehiculizando7. Acorde con las tendencias a nivel planetario, este tipo de emprendimientos busca plasmar una marca – imagen de lo que vendrá a conformar el producto turístico para persuadir, seducir y atraer el dinero de los potenciales visitantes. Así, paisaje, infraestructura, festivales, historia y cultura se convierten en los recursos fundamentales de la competitividad (Yudice 2005), los que son transformados en escenarios de espectáculo, consumo y rentabilidad8. En este marco observamos que, el “echar mano” a la cultura local como recurso pasible de ser incorporado al “paquete” turístico, se filtra como un ingrediente en los modos de reconversión económica de este espacio; y que la demarcación de las enunciaciones en relación a los contenidos sobre el pasado narrables para esta nueva coyuntura continuará siendo mediatizada por los sectores sociales que direccionan este proceso. Así, la trama del Tafí turístico se irá tejiendo en la urdimbre de estas complejas relaciones en tanto los actores que pilotean esta reconversión vuelven a requerir de ellas en esta nueva coyuntura. 7

El Programa Cambio Rural del INTA tiene como objetivo el desarrollo integral del productor agrícola. Es una herramienta diseñada para colaborar con los pequeños y medianos empresarios agropecuarios (PyMEs) en la búsqueda de alternativas que permitan incrementar sus ingresos, elevar su nivel de vida, generar nuevas fuentes de empleo, retomar el proceso de inversión y posicionarse mejor en los mercados (González Cainzo y Arenas 2005). A nivel local, el programa ha sido captado por sectores nucleados alrededor del turismo rural y está conformado mayormente por integrantes de las tradicionales familias terratenientes del Valle (Chenaut, Critto Chenaut, Frias Silva, Peña Estévez) de las que venimos hablando. 8 En la sala de la estancia de Los Cuartos, como parte de la oferta encuadrada como “turismo de estancia” se suele convocar - en el marco de antiguas relaciones paternalistas en cuyo contexto aún es embarazoso rehusarse - a lugareños a “que muestren lo suyo”. Esto se materializa en una suerte de “sketch” de prácticas culturales que caracterizaban la vida cotidiana de estos sectores (marcada de animales, un acampe criollo -“hacer el real”-, encendido de fogata, etc.).

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El sector lugareño mencionado ocupará un lugar en la reconstrucción de narrativas, en función de un nuevo diseño del “paisaje”, objetivo principal de este proyecto. En tanto el desarrollo de la industria del turismo requiere materia cultural que pueda asociarse como estilo a una “marca de origen”, los productores de este nuevo recurso económico están apelando a reconvertir parte de la mano de obra en vistas a aprovechar, servirse del “rasgo” y así obtener una historia local que combine relatos oficiales – que no quiten hegemonía - con algunos aspectos de “autoctonidad” como características culturales “vendibles”. El sujeto / objeto ineludible en esta “convocatoria” son los pobladores nativos, otrora peones de estancia, mozos de mano, empleados y empleadas domésticos, quienes “naturalmente”, desde un posicionamiento subjetivo marcado por rasgos de sumisión, se articularán a estos procesos (Camerlingo 2005). Así, pasan a formar parte de un menú “light / ecléctico” delineado para atraer un turismo ávido y desprevenido, condensando versiones de aspectos ligados a sus prácticas culturales “tradicionales” en una especie de sobreactuación de la vida cotidiana. En el mismo sentido, desde la pretensión de “enriquecer” el paisaje como oferta turística, los restos arqueológicos están siendo re–significados, adquiriendo un valor cultural hasta aquí nunca reconocido. De este modo, comienza a configurarse una oferta de circuitos, que los incluyen como referentes históricos o míticos, así como también, de simbolismo e inspiración esotéricos9. De esta manera cerraría una operación de construcción / producción de un pasado local, en donde paisaje, recursos y prácticas culturales quedan “formateados” en un “pastiche” alrededor de la serie: “lo tradicional – criollo – lo nuestro – lo de antes - nuestras raíces – nuestra cosmovisión andina-". La historia se presenta recortada, superpuesta e impuesta.

CONSTRUCCIONES DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO EDUCATIVO LOCAL El ámbito escolar conforma, en el valle, un espacio complejo. La escuela constituye un importante lugar de referencia, en tanto disparador de representaciones, así como lugar de producción discursiva. Instituye un campo que, aunque no escapa de los mandatos implícitos en los lineamientos curriculares del Estado, asume una modalidad propia alrededor de los saberes, conductas, creencias y hábitos que allí se dirimen. Por otra parte, no es ajena a los atravesamientos discursivos entre proyectos político-económicos provinciales, configuración del mercado laboral y la particular apropiación que los educadores hacen de esta coyuntura.

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Ejemplos contundentes de una mirada muy particular sobre los restos arqueológicos lo constituyen, por un lado el proyecto “Turismo y Desarrollo Sustentable d la Comunidad de El Mollar” elaborado por O. Bravo (astrofísico) y J. C. Toledo (2001) citado por Arenas (2003) que pretende una puesta en valor turístico de los menhires; por el otro, textos como “Las piedras talladas en Taktillakta”. de M. Reynoso.2004 Edición del autor.

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Investigaciones recientes, realizadas dentro del ámbito educativo local10, están abriendo visibilidad respecto a nuevos modos de selección y tratamiento de contenidos que se dictan dentro de las Ciencias Sociales, al abordar el estudio del pasado y de la cultura locales. La historia tafinista aparece hoy en las aulas, y se define básicamente - en los discursos captados en nuestras entrevistas - en función de los vestigios arqueológicos que a diario se ven y forman parte de su paisaje11. Así también, por los relatos que, en interpretaciones más o menos ajustadas, se han ido produciendo desde distintos lugares de enunciación12. Lo “aborigen” emerge como componente “esencial” de la cultura vallista, como una parte sobresaliente de esa historia. Los “menhires”, las “tejas” y los “corralitos”, testimonios de un pasado profundo, son ahora valorados; no obstante, lo son sólo en tanto restos, como recursos “en si mismos”; esto es, aparecen desgajados de los sujetos que les otorgaron vida y significado, alejando la posibilidad de alinearlos como “ancestros” en una construcción identitaria actual 13. En esta “ aboriginalidad ” no parece haber mayor nexo cultural e histórico en los enunciados; de hecho, ellos no son trabajados en su evolución en el tiempo, ni en su inserción como parte de los momentos históricos subsiguientes y, aún, del presente del Valle y la región, operando como elementos “arcaicos”, exclusivos del pasado (Briones 1998)14. La falta de historicidad se hace elocuente en el tratamiento de “costumbres” actuales como referentes de una cultura indígena de 10

La discusión que exponemos en este apartado se fundamenta en diferentes experiencias realizadas como docentes de la Escuela Agrotécnica Profesor M. A. Torres de Tafí del Valle; en particular la de una investigación efectuada con alumnos del noveno año del EGB 3 en el marco de la asignatura de Historia. 11 Entre los registros elaborados en entrevistas realizadas por estudiantes del EGB 3 predominan las alusiones a los restos arqueológicos como testimonios por excelencia de la historia tafinista -en todo su desarrollo-. Varias escuelas apelan a elementos materiales arqueológicos (conanas, morteros, “tejas”, los “corralitos” que aparecen en el fondo de la casa de los chicos) para abordar el estudio del pasado local (5º grado Escuela de El Potrerillo, Escuela de Ojo de Agua, Escuela de Las Carreras, 5º grado Escuela de El Rodeo, por ejemplo). Un capítulo especial merece el tratamiento de los “menhires”, que se constituyó como referente indiscutible del pasado local. 12 Los docentes reiteradamente refieren a la escasez de bibliografía para tratar el pasado local y regional. Desde aquí, apelan tanto a libros de texto escolares que abordan el tema de manera muy general como a materiales más específicos, en particular un folleto elaborado por la Municipalidad de Tafí del Valle (1999). Desde este espacio, en donde no se da cuanta de autoría se asevera, por ejemplo, “Hace más de dos mil años se establecieron en estas tierras los primeros habitantes del Reino de Tucma, que los españoles posteriormente llamarían “Tucman” .” (subrayado nuestro) O, también, “Los primitivos habitantes del Valle [se refiere a los que habitaron hace dos mil años estas tierras] , que conocemos como grupo Tafí, o de los Tafíes, ...” (subrayado nuestro). 13 Lo arqueológico no es "naturalizado" como historia local, sino que escapa de los límites temporales y cognoscibles de los pobladores (Pizarro 1996). 14 Escuela de El Potrerillo, 2º Ciclo: “...relacionamos las tradiciones con lo indígena.” “Establecemos la relación entre los elementos indígenas y lo que hoy se ve en el Valle, con sus costumbres.” Cabe señalar que en todo momento se refieren a las evidencias arqueológicas de alrededor de dos mil años de antigüedad. Para abordar el estudio del pasado de los niños, en la Escuela de La Angostura, por ejemplo, se dibujan en el pizarrón - en una mezcla sugestiva - una tinaja arqueológica, una conana con su mano, boleadoras, bombo, poncho, huso de hilar, arco y flecha con punta de proyectil de piedra (“ellos no conocieron el hierro”), entre otros dibujos que realiza la maestra, y se lo culmina con la ilustración gráfica impresa de un hombre vestido con taparrabos que porta una lanza, corriendo por detrás de un guanaco. Todo ello, es presentado como la “herencia” ancestral que los niños de hoy estarían portando. Es frecuente que dichos elementos se vean entremezclados sin distinción alguna con otros, representativos de tiempos históricos más recientes, como casas de adobe con techo de paja, las alpargatas, la cocina con fuego en el piso, etc..

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más de dos milenios y la referencia de “tradiciones” como herencias del mundo prehispánico más antiguo. Otro línea narrativa fuerte surge del tratamiento que, observamos, se da a las prácticas culturales propias del mundo en donde actualmente los alumnos se hayan insertos. Dichas prácticas son cosificadas como “folklore” -a la vez que categorizadas como “costumbres” y “tradiciones”-, apareciendo como desligadas de su propio contexto de producción y de la dinámica que ello supone. En una misma operación discursiva son, también, equiparadas a narrativas de otro carácter tales como las leyendas y los mitos 15. A la vez, los docentes suelen idealizar ciertas prácticas culturales, a las que les suponen cierta vigencia y funcionalidad en el Valle16.

El “respeto” a los mayores, la elaboración de pan casero, el hilado, entre otras

prácticas, son tematizadas en las aulas como recursos culturales a ser reconvertidos en el marco de la oferta turística en Tafí17. Recapitulando, la historia de Tafí aparece hoy en las aulas, y en torno a esta presencia se dirimen saberes y lugares de enunciación. Así también, las estrategias con las que se intenta dar cuenta de este proceso. Éstas se hacen visibles en la “oleada” de proyectos escolares zonales, desde los que se propone incentivar a los alumnos a “prepararse para el turismo” lo cual implicaría además, entre otras cosas, “expresarse correctamente” y “saber explicar las cosas de antes a los turistas”: para el caso, las costumbres / tradiciones / leyendas / mitos insertos en la serie: “tradicional – criollo – lo nuestro – nuestras raíces - lo de antes – lo indígena...”

ABRIENDO LA TRANQUERA.....

El campo de problemas que intentamos demarcar alrededor de las narrativas sobre el pasado local da cuenta de la complejidad que ofrece el actual escenario de re-configuración del espacio Tafí del Valle. Pensamos que el haber abierto una lectura –aún en construcción- de esta

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La referencia a lo que denominan mitos o leyendas es indistinta. Entre los ejemplos que se exponen a los niños hay elementos del folklore del noroeste argentino, en general o, incluso, peruano / boliviano. En algún caso, se ha llegado a tomar elementos guaraníes como referente mítico local. Escuela de El Rodeo, 5º grado: “...lo que más se enseña es sobre las leyendas, los duendes...”, “los mitos y las leyendas de Tafí.”. Escuela de El Rodeo, 1º Ciclo: “...se trabaja sobre leyendas del Valle.“ Escuela de Las Carreras, 1º Ciclo: “...se realizan cuestionarios ‘familiares’ sobre las leyendas, la historia...” 16 La mayoría de los docentes que vienen a trabajar a la zona son provenientes del llano tucumano. Una maestra del 4º grado de la Escuela de El Potrerillo señalaba a los estudiantes del EGB3 de la Escuela Agrotécnica que ella trata con mucho éxito el tema de los indígenas con sus chicos. “Los chicos se interesan mucho por sus antepasados [los indios]. Parece que la sangre les tira...!” 17 Expresiones tales como “ Uds. están bendecidos en este lugar, que todavía no está contaminado con la violencia de la ciudad ”, ó “ ...todavía aquí se conserva el respeto...” son parte de las apreciaciones vertidas en forma permanente por los docentes. “Ustedes tiene que aprender de sus abuelos cosas tan provechosas como la cría de ovejas y llamas....”, siendo que sus familias no tienen tierra donde hacerlo y, de dejarlos sueltos en el cerro su lana es directamente inservible por la cantidad de malezas que quedan adheridas.

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complejidad nos ha permitido definir algunas cuestiones que hoy se nos presentan con mayor nitidez, para seguir trabajándolas en profundidad. Las narrativas sobre el pasado local constituyen un eje de análisis relevante en el presente de la región por su potencial articulación con otras problemáticas, tales como su implicancia en la generación de condiciones de producción de subjetividades, o en los actuales procesos de re-etnización que están comenzando a cobrar cierta consistencia. El itinerario seguido nos ha permitido establecer que las narrativas sobre el pasado que hoy se deslizan a través de los proyectos turísticos se juegan en relación a la pervivencia de desiguales condiciones de enunciación y circulación de tales prácticas discursivas, por parte de los sectores en juego. Observamos que el pasado tafinisto sigue siendo definido desde los sectores hegemónicos de la región, en tanto cuentan con los recursos materiales, simbólicos y de poder para definir sus contenidos, objetivarlos y expandirlos (García Canclini 1990). Por otra parte, encontramos un particular enlace entre la “voluntad” de los docentes de construir una narrativa sobre el pasado local y las estrategias de puesta en valor del pasado y el patrimonio cultural para el desarrollo local del turismo. Observamos que esta adherencia se produciría de modo ciertamente azaroso, en tanto no hay lineamientos curriculares concretos sobre cómo abordar más específicamente estos temas en las escuelas, ni bibliografía disponible. Ello lleva a los docentes a insertarse en esta coyuntura desde un voluntarismo asentado sobre la “creencia” en que estarían contribuyendo a revalorizar la cultura local actual. Los objetivos que afloran en el trasfondo de la mayoría de las propuestas escolares sobre la temática giran alrededor de la construcción de un sujeto “presentable” para el turismo. No tenemos claridad acerca de lo que significa esta “cualidad” para los docentes, pero encontramos cierta funcionalidad con lo que se espera que ocurra desde las estrategias de reconversión de la mano de obra que venimos observando. Por último -tema que amerita un tratamiento específico- vemos que muy recientemente se está comenzando a definir un nuevo espacio discursivo en torno al pasado, motorizado por colectivos locales autodenominados “comunidades indígenas”. Este espacio, no exento de contradicciones, viene siendo sostenido con cierta continuidad y está comenzando a trascender el ámbito estrictamente local, por fuera de intentos de la actual dirigencia política de la provincia de capitalizar estos procesos. En vistas a poder generar un reconocimiento social y, también cultural, observamos la construcción de nuevos discursos que plantean “nuevas historias”, y que están comenzando a revertir /subvertir la fijeza de los espacios de enunciación y significación del pasado vallisto.-

AGRADECIMIENTOS

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Queremos agradecer a nuestros interlocutores del área de turismo en Tafí, a las maestras / maestros y directivos que nos brindaron su tiempo y disposición y, muy especialmente a los estudiantes de la Escuela Agrotécnica Prof. M. A. Torres que en el ciclo lectivo 2003 – 2004 estaban cursando el 9º A del EGB 3, quienes con su entusiasmo y claridad han hecho de estas investigaciones momentos inolvidables. Nuestro agradecimiento especial, también, a Gabriela Lupiañez y Raquel Gil Montero, quienes con su lectura de nuestro borrador han hecho un gran aporte para orientar nuestras miradas y no permitir confundir nuestro lugar. A Freddy y Lalo, su paciencia y apoyo incondicional.

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