Óperas argentinas, ahora en CD

4 feb. 2011 - el Teatro Alberdi, de Tucumán. Es la pri- mera grabación de un proyecto mucho más ambicioso que comprende el regis- tro de otros diez ...
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Música Una colección interesante

Óperas argentinas, ahora en CD

POR PABLO GIANERA La Nacion

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a pregunta por la posibilidad o imposibilidad de una música nacional, y sobre todo, por cuál sería la forma que ésta debería adoptar implicó ya desde el principio a la ópera. ¿Sobre qué bases podría fundarse una “ópera argentina”? ¿Cómo reconciliar temas locales con lenguajes europeos? ¿Es válida estéticamente la intersección de telurismo y verismo o wagnerismo? Semejantes preguntas llegan aun hasta el presente y soliviantan de distintas maneras también a los compositores más jóvenes. La cuestión va más allá de la música y toca incluso el problema de los textos sobre los que se componen las óperas; sin ir más lejos, Fogwill solía insistir, contra los ejemplos de Bomarzo y La ciudad ausente, en que en la literatura argentina escaseaban las novelas que

pudieran someterse sin mayor pérdida a las reglas de un libreto. El sello Tradition acaba de reavivar esa discusión con la edición en CD, dirigida por Lucio BrunoVidela, de Chasca, la ópera de Enrique Mario Casella estrenada hacia 1939 en el Teatro Alberdi, de Tucumán. Es la primera grabación de un proyecto mucho más ambicioso que comprende el registro de otros diez títulos. Nacido en Montevido en 1891 y muerto en Tucumán en 1948, Casella, también destacadísimo violinista de su tiempo, fue un compositor ligado personalmente a Luis Gianneo (en las completas notas, Bruno-Videla cuenta que Gianneo actuó incluso como pianista en su boda), y territorialmente, al Noroeste argentino. El acercamiento de Casella a los temas americanos es anterior a Chasca y tuvo un desarrollo progresivo. Ya en 1925, escribió su Suite incaica, en la que aparece por primera vez la voluntad de articular orgánicamente el lenguaje europeo con cierto imaginario precolombino. Pero esto, que de por sí suponía una renovación, era sólo el principio para Casella, que tenía además ideas muy contundentes acerca del genero operístico. Su programa, a contramano en gran medida de la tradición lírica, podría condensarse en cuatro puntos centrales: la eliminación de las grandes masas orquestales, la brevedad (creía que las largas extensiones fatigaban al público), la supresión del verso en el libreto (lo que supone, secundariamente, la ausencia de arias cerradas) y la elección de leyendas nativas para las tramas. De Chasca –primera parte de un tríptico de Leyendas Líricas que completan El irupé y El crespín–, lo primero que llama la atención es el orgánico: tres orquestas con vientos (con cuatro saxofones en dos de ellas) y percusión, pero

sin instrumentos de arco. Por otro lado, se diría que Chasca es una ópera en prosa, con líneas vocales muy cercanas al canto hablado, aunque con un gesto más arioso y sin ser nunca un estricto sprechgesang. La “leyenda” incluye cuatro personajes principales: Viracocha, cacique de un pueblo que habita en Catamarca, su hija Chasca, el guerrero Pachacutec, pretendiente de ella, y el poeta Aravecus, a quien Chasca ama en secreto. Más que en el desarrollo temático, la partitura se sostiene en la recurrencia de motivos característicos, lo que le confiere a la obra un estatismo, podría decirse, mitológico. De todos ellos, el más interesante es sin duda el de Chasca. Casella consigue en este caso una lograda cercanía entre la firmeza del personaje, su ambigua moral (prefiere matar antes que simular la correspondencia de un amor y traicionar al verdadero amado) y la sinuosa línea melódica que la define. Además de su valor patrimonial, la grabación de Tradition es musicalmente irreprochable y no podría tener mejor representados los roles protagónicos, con la soprano Soledad de la Rosa (Chasca), el barítono Víctor Torres (Viracocha), Enrique Folger (Aravecus) y Alejandro Meerapfel (Pachacutec). El momento en el que Viracocha mata a su hija Chasca se vuelve conmovedor en la voz de Torres. Se escucha allí una realización fantasmagórica, de comunicación con instancias oníricas o ultraterrenas. En el final, el latido de la percusión parece querer reconciliar la tradición lírica con el primitivismo mítico.

El rescate Además de Chasca, el director Lucio Bruno-Videla tiene prevista la grabación de otras diez óperas argentinas: La leyenda del urutaú, de Gilardo Gilardi La noche colonial, de Héctor Iglesias Villoud Siripo, de Felipe Boero Aurora, de Héctor Panizza La sangre de las guitarras, de Constantino Gaito Pampa, de Arturo Berutti Martín Fierro, op. 80, de Juan Francisco Giacobbe Chaquira Lieu, de Miguel Rojas El carnaval, de Ernesto Drangosch El timbre, de Juan Carlos Zorzi

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13 Viernes 4 de febrero de 2011

El sello Tradition y el director Lucio Bruno-Videla presentaron Chasca, de Enrique Mario Casella, compuesta en 1939; es el primer título de una serie con obras que sólo se escuchan muy raramente