OCHO PASOS
–¿Qué marcó la diferencia desde los inicios? –Cuando mi padre se casó con mi madre, Matilda Viñatsky, ella comenzó a ocuparse de la parte creativa. Con taller propio, lograron unir bajo un mismo techo el proceso que antes se hacía afuera, paso por paso. Y además, como plus, tenían un maestro hormero, algo que tienen pocos en el mundo. Viajaban a Europa para ver qué usaban las italianas y las francesas. Y no era fácil hacer esos viajes por ese entonces, había muchas escalas, era muy agotador. Así convirtieron la vidriera de Perugia Bottier en un referente de la moda europea que muchos venían a ver y a copiar.
–¿Cuál es el valor agregado de un zapato Perugia? –Tenemos una obsesión por la calidad. El 80% de los cueros que usamos son italianos, de las mismas curtiembres que usan Jimmy Choo o Manolo
VERANO
“De ser vendedor en una tienda de zapatos con sólo 23 años, mi padre, sin experiencia, tuvo la iniciativa de desarrollar y vender sus propios diseños en forma particular. Y el éxito fue inminente”, sintetiza Leandro Brunoni . Recuerda a su padre, Osvaldo, a 50 años de la creación de Perugia Bottier, una empresa familiar dedicada a la zapateríaSeguro de lo que hacía, el fundador de la marca sabía cuál era su meta: hacer zapatos para mujeres elegantes, de clase alta, que sabían muy bien qué se usaba en Europa. Y con la ayuda económica de un amigo que se dedicaba a la venta de suelas de zapatos, Brunoni padre dio el gran salto. Se transformó en un empresario, porque la aceptación se reflejó en un local en la avenida Alvear al 1800. “Hace cincuenta años que funciona la marca en el mismo lugar. El Gobierno debería darnos un subsidio como premio a la constancia y perseverancia. ¿Qué firma funciona hace tantos años en el mismo local y sobrellevó tantas crisis?”, se ríe. Hoy, la firma se enorgullece de continuar la tradición, conserva un sello distintivo: el hecho de ser una de las pocas zapaterías que trabajan el medio punto, sus confecciones a medida y con cueros traídos de Europa.
POR GABRIELA CICERO HERNAN ZENTENO
Perugia, un sello de zapatería artesanal /
Leandro Brunoni ya anticipa lo que se verá en sus vidrieras de verano. Habrá muchas sandalias y ojotas con el toque moderno de las gladiadoras; tacos cono, plataformas cubiertas en distintos estampados y texturas con dibujo que imita la madera. ¿Colores? Suaves, pastel, tierra, naranja y beige desde el más claro hasta el marrón. Petróleo, metalizados platino y oro. Incluirá, además, estampas como el animal print, leopardo, cebra, reptiles y detalles artesanales como flores o piedras y picados.
–La mujer del presidente de Zimbabwe. Le encantaron los zapatos. Nos ordenó 25 pares. Calza 44.
–¿El gusto de las argentinas? –Tienen preferencia por el zapato clásico europeo con la parte canchera del americano. Es decir, no es tan clásico como el primero ni tan estridente como el segundo.
–¿Qué significa ser el heredero de esta tradición familiar? –Es una conjunción. Representa el desafío de continuar con el legado, y también me mueve mucho la adrenalina... Ensamblar un zapato es como construir un auto, parte por parte. Nada tiene que ver con hacer una prenda de indumentaria. Tiene como ocho pasos, el taco, la suela, el cuero de afuera, la forrería, los accesorios, la plantilla. Y, además, la diversidad que ofrece en cuanto a la variedad y construcción.
–¿Cómo fue tu ingreso? Blahnik. Son suaves, en colores especiales. En la Argentina, todavía no hay máquinas que hagan estas obras de arte en los cueros (muestra la elasticidad de un cuero croco). Por otra parte, realizamos lo máximo que se puede a mano.
–¿Los best sellers? –Desde siempre, los mocasines, las ballerinas clásicas y los zapatos con tacos trotter (de 4 cm y medio, ancho y cómodo).
– Pasé por todas las áreas. Pero mis inicios están asociados con Perugia Express, otra división de la marca, que trajo aires renovados en los años 90. Mi idea cuando empecé fue incorporar zapatos de estantería, con precios más accesibles. Primero los importaba, pero después montamos una línea de producción en la fábrica.
–¿Proyectos?
–¿Cuál fue el pedido a medida más singular que hayas recibido?
– Después de abrir en Alto Palermo y Unicenter, lo que queremos hacer es afianzarnos.
y comunica, ésta será la forma de hacerla circular más urgente que la moda misma. Tal vez nos adelantemos más temporadas que las que realmente nuestra mente pueda alcanzar.
¿Alcanzaremos a usarlas? ¿O será una ilusión óptica o Facebookcística y de tanta velocidad estaremos siempre en el mismo lugar con la misma ropa sin darnos cuenta?
Comentarios de los lectores Sobre la nota Moda en Facebook, costeleta opinó: “ ¿Serán Facebook e Internet la pandemia de este siglo XXI? Así como la moda nos invade
DESPEDIDA
MODA&BELLEZA
Jueves 30 de julio de 2009
I
5
Adiós a la querida Fortuna Dayan El desfile de modelos de primavera-verano de Caramell confirma la vocación de Fortuna Dayan por la costura y luce el buen gusto y la elegancia de su ropa, producto de un taller impecable... Parte de una crónica de la periodista Sara Braceras, en octubre de 1990 en LA NACION, sobre la colección de una de las grandes protagonistas de la moda argentina de los años 80 y 90, que falleció la semana última. De perfil bajo, sencilla y generosa, deja un recuerdo entrañable entre todos los que trabajaron con ella, quienes destacan su sexto sentido para la moda, su gran calidez y su modo de ser prudente y respetuoso. También la evocan como una obsesiva por la perfección de sus prendas, lo que a través de Caramell le valió el mayor prestigio entre la clientela que frecuentaba su local de Quintana y Callao, segura de encontrar allí lo más actual y elegante a partir de una calidad y un taller irreprochables. De hecho, sus desfiles eran uno de los sucesos más esperados del calendario: adaptaba las novedades europeas para el prêt-à-porter y sus vestidos de noche eran de una elegancia sin igual. La productora Lucía Uriburu, que durante muchos años produjo sus presentaciones, la recuerda así: “Fortuna empezó a la vieja usanza, con presentaciones más intimistas y las mejores modelos, Ginette Reynal, Delfina Frers, Teresa Garbesi, Mariana Arias, Tini de Bucourt... Después vino el Alvear, con desfiles importantes. Ella sabía qué era lo que le gustaba a cada una de sus clientas. Esto es para tal, en este color, en este modelo..., solía decir. Viajaba todos los años a Europa, estaba muy actualizada. Tengo un recuerdo fantástico de ella”, dice Uriburu. Recordar a Fortuna para Mariana Arias es evocar su calidez: “Cuando hacía las pruebas en su casa siempre recibía con mucho amor, con algunas cosas ricas que ella preparaba en la
Fortuna, en una prueba con Teresa Garbesi cocina, como un té caliente y masitas de nuez. Y esa misma delicadeza la tenía con la ropa. Lo suyo era de máxima calidad y su boutique, una de las más importantes de Buenos Aires”. “Cada prenda era única”, destaca, por su parte, Teresa Garbesi, que durante años fue su modelo de cabina (trabajaba con la toile sobre su cuerpo). “Las terminaciones, los bordados, los géneros, eran increíbles”, destaca la ex modelo, que desfiló para Fortuna durante 18 años. “Era correcta, muy seria, y si me llamaba por tres horas, cumplía con ese plazo”, añade. En tanto, la productora Josefina Laurent destaca su generosidad: “ Los desfiles los hacía a beneficio. Y, además, no era mediática. No quería salir en las fotos. Fue una gran trabajadora de la moda y muy querida”, concluye. Para ella, nuestro recuerdo más afectuoso.