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Nuestra misión

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COMENTARIOS DE LA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA III Trimestre de 2014

Las enseñanzas de Jesús

Prof. Sikberto R. Marks Lección 9 30 de agosto de 2014

Nuestra misión Prof. Sikberto Renaldo Marks Versículo para Memorizar: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).

Introducción En los pocos años en los que Jesucristo estuvo aquí en la tierra, enseñó a algunas personas, las cuales debían ir al mundo entero, enseñando a otros, y estos a otros más, conformando así una corriente que abarcara a toda la población del planeta. Él vino a la tierra para eso, además de morir por los pecadores. “Hay muchas personas que no comprenden las profecías que se refieren a estos días, y por lo tanto deben ser ilustradas. Es el deber de los centinelas y los laicos dar a la trompeta un sonido certero” (Carta 1, 1875; citado en El evangelismo, p. 146). “Alcen la voz los centinelas ahora, y den el mensaje que es verdad presente para este tiempo. Mostremos a la gente dónde estamos en la historia profética” (Joyas de los Testimonios, tomo 2, p. 323). “Hay un día que Dios ha designado, para la conclusión de la historia de este mundo: ‘Será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin’. La profecía se está cumpliendo rápidamente. Debiera decirse mucho, mucho más, sobre estos temas tremendamente importantes. Está cercano el día cuando el destino de las almas se decidirá para siempre...” “Debieran realizarse grandes esfuerzos para mantener este tema ante la gente. El hecho solemne de que el día del Señor vendrá repentina, inesperadamente, debe mantenerse no sólo ante la gente del mundo sino también ante nuestras propias iglesias. La alarmante advertencia de la profecía se dirige a cada alma. Que nadie se considere libre del peligro de ser sorprendido. Que ninguna interpretación de la profecía le robe a usted la convicción del conocimiento de los acontecimientos que muestran que este gran evento está cercano” (Fundamentals of Christian Education, pp. 335, 336; citado en Eventos de los últimos días, pp. 16, 17).

Ser la luz del mundo

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“’Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder’ (Mateo 5:14). Daniel era un estadista en Babilonia... Por su servicio fiel enseñó a los babilonios que su Dios era un Dios viviente, no una imagen como las que ellos acostumbraban adorar. Era el plan de Dios demostrarles a los babilonios que había un Rey que estaba por encima del rey de Babilonia y que era el Dios al cual adoraban los jóvenes hebreos. Estos jóvenes enaltecieron a Dios. Sabían que debían practicar los principios de verdad, por consiguiente, rehusaron la carne de la vianda real y el vino de la bodega del palacio. La abstinencia, por parte de estos jóvenes, de la dieta común, estableció una distinción entre la apariencia de ellos y la de los otros mancebos que optaron por ser indulgentes en sus apetitos”. “Así es como el Señor quiere que los adventistas del séptimo día testifiquen de él. No debieran esconderse del mundo. Deben estar en el mundo, pero no ser del mundo. Deben diferenciarse del mundo en cada actividad que emprendan. Deben manifestar la pureza de sus caracteres, para que el mundo vea que la verdad en la que escrupulosamente creen, los hace honestos en sus relaciones y negocios; se percibirá así que quien cree a la verdad se santifica por ella, que la verdad aceptada y obedecida hace al receptor un hijo o hija de Dios, un hijo del Rey celestial, un miembro de la familia real, una persona fiel, íntegra, honesta y recta, ya sea en las cosas pequeñas de la vida como en las de gran importancia...” “Todo lo que sea digno de hacer, ha de hacerse. Seamos fieles en las cosas pequeñas, así como en las tareas que requieren mayores sacrificios. A todos los que siguen el ejemplo de Daniel, no sólo profesando la verdad, sino practicándola en plena armonía con los principios de la temperancia, el Señor les dará un galardón semejante al que le dio a Daniel” (Manuscrito 47, 1898; citado en El Cristo triunfante, p. 354). “’Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa’ (Mateo 5:14, 15). Dijo Jesús a los discípulos: ‘Vosotros sois la luz del mundo’ (Mateo 5:14). Así como el sol avanza por los cielos, disipando las sombras de la noche y llenando de brillo al mundo, así también los seguidores de Jesús deben brillar para disipar la oscuridad moral de un mundo entregado al pecado. Pero ellos no tienen luz en sí mismos; deben reflejar sobre el mundo la luz del Cielo” (Reflejemos a Jesús, p. 371).

Ser testigos Los discípulos, por falta de conocimiento, y también por falta de atención o por intereses inmediatos, no entendieron que Jesús debía morir para resucitar al tercer día. Él se los había predicho, pero creyeron en la falsa idea de que Él sería un rey que conquistaría el Imperio Romano y establecería el poder político de los judíos aquí en la tierra. Jesús nunca dijo algo así, pero ellos lo creyeron igual, pues era su sueño. Judas era uno de los más ardientes defensores de estas ideas, y cuando se dio cuenta de cuán equivocado había estado, no pudo soportarlo, y se quitó la vida. Entonces, a pesar de que algunas personas relataron haber visto a Jesús, estaban incrédulos de que hubiera sucedido lo que su Maestro había anunciado, y desolados, se reunieron en una habitación, cerraron las puertas con llave, por temor a los líderes judíos que habían promovido la muerte de Jesús. El desánimo era tan grande que simplemente no supieron qué hacer. Pensaban que todo había terminado en un enorme fracaso. Todo lo que parecía tan hermoso, había terminado ese viernes. Recursos Escuela Sabática ©

Prestemos atención a un hecho muy importante: algunas mujeres habían visto a Jesús y hablado con Él. Y vieron un ángel. Pedro y Juan habían ido hasta la tumba, pero la encontraron vacía. Los dos discípulos que habían visto a Jesús bendecir el pan, mostrando sus heridas, ya se habían comunicado con los apóstoles, pero ellos aún permanecían perplejos. No lograron conectar esos hechos con las predicciones anteriores de Jesús, respecto de su resurrección. Finalmente, a pesar de que la habitación estaba bien cerrada, sin golpear ni anunciarse, el Maestro y Salvador se apareció entre ellos, y dijo: “Paz a vosotros”, o sea: “No se desanimen, sean optimistas, pues estoy vivo. Permanezcan tranquilos”. Los discípulos habían visto morir a Jesús, lo vieron al ser enterrado, ellos mismos participaron de la tarea de trasladar su cuerpo. Ahora lo estaban viendo vivo otra vez, tal como Él lo había prometido. Ya no había modo de continuar creyendo en ideas equivocadas, las que habían surgido en sus deseos humanos. Debemos tener gran cuidado con lo que está escrito en la Biblia. Muchos hacen interpretaciones extrañas, equivocadas, porque desean creer conforme sus ideas privadas. Por ejemplo, muchos creen hoy en un Dios “inmanente”, o sea, que está siempre a nuestra disposición, haciendo lo que nosotros queremos, a quien le corresponde librarnos de todo, y muchos defienden la idea de que Él desea enriquecernos y darnos aquí una buena vida. Muchos, entre los adventistas, creen que podemos pertenecer un poco al mundo y un poco al Reino de Dios. Y así viven, no percibiendo cuán equivocados están y que de ese modo se perderán. Si deseamos realmente ser salvos, debemos aceptar los cambios que Dios anhela operar en nuestra vida. Judas se quitó la vida, pero los demás discípulos se salvaron, y se convirtieron en anunciadores del mensaje a todo el mundo. Ese es el único camino. Luego de un fracaso aparente, surgió una trayectoria de victorias. Así también sucedió luego del chasco de 1844.

“Yo os envío” Así como Dios, el Padre, envió a Dios, el Hijo, éste también envió a los apóstoles, los discípulos, y los actuales miembros de su iglesia, al mundo para que anuncien el evangelio de la verdad acerca del pecado y la dramática situación de este mundo a todas las personas del planeta. “Hemos de dar un testimonio tan definido en favor de la verdad como es en Jesús, como lo dieron Cristo y sus apóstoles. Confiando en la eficacia del Espíritu Santo, hemos de testificar de la misericordia, la bondad y el amor de un Salvador crucificado y resucitado, y ser así instrumentos por medio de los cuales se disipe la oscuridad que llena muchas mentes, haciendo que de muchos corazones asciendan a Dios alabanzas y acciones de gracia. Cada hija e hijo de Dios tiene una gran obrar que hacer... En la medida en que el instrumento humano se empeña en su labor, Dios obra en él y por medio de él” (Review and Herald, 25 de junio de 1895; citado en Hijos e hijas de Dios, p. 282). “La obra del Señor es una, y su pueblo ha de ser uno. Él no ha indicado que alguna parte del mensaje se lleve adelante independientemente o llegue a absorberlo todo. En todas sus labores, unió él la obra misionera médica con el ministerio de la Palabra. Envió a los Recursos Escuela Sabática ©

doce apóstoles, y más tarde a los setenta, a predicar el Evangelio a la gente, y les dio también poder para sanar a los enfermos y echar demonios en su nombre. Así también deben los mensajeros del Señor hacer su obra hoy. El mensaje que nos llega hoy es: ‘Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y como hubo dicho esto, sopló y díjoles: Tomad el Espíritu Santo’ (Juan 20: 21, 22)” (Joyas de los testimonios, tomo 2, p. 530).

Hacer discípulos “Las últimas palabras de Cristo a sus discípulos muestran la importancia que tiene la obra de diseminar la verdad. Justamente antes de su ascensión les dio esta orden: ‘Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’ (Mateo 28:19, 20)” (Cada día con Dios, p. 107). “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18), dijo Jesús luego de resucitar, en su encuentro con los discípulos antes de partir. Él les estaba encomendando a esos hombres a que salieran al mundo, y llevaran las noticias de la posibilidad de una vida nueva, eterna y perfecta. En su última instrucción, les dijo que debían ir, enseñar y bautizar a nuevos discípulos para el reino de Dios. Aquí hay un punto que debemos destacar. Jesús no puso, en realidad, toda la autoridad sobre Pedro, supuestamente el primer papa. Él dijo: “Toda autoridad me ha sido dada”, y no “toda la autoridad te ha sido dada a ti, Pedro”. El Hijo de Dios, como el Dios que siempre fue, ya poseía esa autoridad, pero ahora, el representante divino en forma humana también pasó a poseerla, demostrando así su victoria sobre la muerte, a través del amor y la completa obediencia. No sería sobre un hombre pecador que Dios pondría toda autoridad sobre el universo, o sea, sobre el Cielo y la Tierra”. “El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios. Los argumentos ya fueron presentados. Sembrada está la semilla, y brotará y dará frutos” (El conflicto de los siglos, p. 670). “Y mientras esos obreros hablen de la verdad, la pongan en práctica y oren por su progreso, Dios conmoverá los corazones” (Joyas de los testimonios, tomo 3, p. 335). “Los hombres se verán pronto obligados a tomar decisiones importantes y debemos cuidar de que tengan ocasión de comprender la verdad, de manera que puedan decidirse inteligentemente por el lado del bien” (Ibíd., p. 345). “Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplandecientes de santa consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial. Miles de voces predicarán el mensaje por toda la tierra. Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y signos y prodigios seguirán a los creyentes. Satanás también efectuará sus falsos milagros, al punto de hacer caer fuego del cielo a la vista de los hombres (Apocalipsis 13:13). Es así como los habitantes de la tierra tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad” (El conflicto de los siglos, p. 670).

Predicar el evangelio ¿Cómo predicar el evangelio? En cualquier asunto, especialmente en relación al evangelio, las personas prestan más atención si contamos una historia, un hecho, o una expeRecursos Escuela Sabática ©

riencia real. Y prestan más atención si el asunto presentado se relación con la propia experiencia. A esto lo denominamos testimonio, el cual tiene un poder impresionante sobre los oyentes. Siempre que hablemos ante una audiencia, o cuando estamos escuchando a alguien hablar, al hablar de una experiencia propia, la atención aumenta, y el interés por saber más acerca de lo que se está escuchando se amplía. Y en caso de que se trate de algo inusitado, milagroso, o difícil de explicar de manera natural, eso impresiona más a las personas. Extrañamente, nosotros, los adventistas, sentimos una cierta aversión por los testimonios, especialmente cuando se trata de nosotros. Para algunos que escuchan, les parece que quien testifica está mintiendo, o se está exaltando, como si tuviera más fe que los demás. No obstante, muchas sectas falsas utilizan el testimonio todo el tiempo, y ganan miles de adeptos a través de ellos. ¿Podemos confiar en todos esos milagros? “El Evangelio se ha de presentar, no como una teoría inerte, sino como una fuerza viva capaz de transformar la conducta. Dios quiere que sus siervos den testimonio de que por medio de la gracia divina los hombres pueden poseer un carácter semejante al de Cristo y regocijarse en la seguridad de su gran amor. Quiere que atestigüemos que él no puede darse por satisfecho mientras todos los que acepten su salvación no hayan sido transformados y reintegrados en sus santos privilegios de hijos de Dios” (El ministerio de curación, p. 67) Si aliamos nuestro testimonio de vida, aquello que las personas ven, con el poder de Dios, entonces estaremos predicando con el poder del Espíritu Santo. Esa es la fórmula para una predicación eficaz: el poder de Dios con nosotros, conforme ha sido prometido por Jesús. Cuando incluyamos nuestras propias maneras de atraer al público, de agradar a las personas, eso muy probablemente sucederá sin el poder de lo alto, y los resultados serán escasos. A nosotros, los que guardamos los mandamientos, se nos ha confiado la obra de ir a todo el mundo, con diversos métodos, pero siempre bajo la orientación y el poder del Espíritu Santo, llevando el mensaje –lo que en la Biblia se denomina “verdad”– a todas las personas. Es la verdad la que debemos enseñar, especialmente en estos últimos días, porque del otro lado se está divulgando una serie de mentiras muy atractivas, con las que se engaña a las personas con promesas de riquezas y de felicidad, no en la Tierra Nueva, sino aquí y ahora, en este mundo, el cual vemos que va degenerándose todos los días. “Permítame decirle que el Señor actuará en esa etapa final de la obra en una forma muy diferente de la acostumbrada, contraria a todos los planes humanos. Habrá entre nosotros personas que siempre querrán controlar la obra de Dios y dictar hasta los movimientos que deberán hacerse cuando la obra avance bajo la dirección de ese ángel que se une al tercero para dar el mensaje que ha de ser comunicado al mundo. Dios empleará formas y medios que nos permitirán ver que él está tomando las riendas en sus propias manos. Los obreros se sorprenderán por los medios sencillos que utilizará para realizar y perfeccionar su obra en justicia” (Eventos de los últimos días, p. 207).

Viernes - Resumen y aplicación del estudio I.

Síntesis de los principales puntos de la lección 1. ¿Cuál es el principal enfoque? Recursos Escuela Sabática ©

El principal enfoque de esta semana es nuestra misión: predicar el evangelio de Cristo a todo el mundo. Cuando el mundo llegue al punto en el que todos conozcan ese evangelio y sean capaces de tomar una decisión por Cristo, sin importar si finalmente decidan aceptar la salvación o rechazarla, entonces la predicación puede detenerse, y Jesús volverá. En el mundo, se estará imponiendo la santificación del domingo. No obstante, todos conocerán lo suficiente acerca de la verdad, para decidirse por ella, o quedar del lado de Satanás al rechazar la voluntad de Dios. Todos sabrán quién es quién, entre Dios y Satanás, en ese conflicto, y cuáles serán las consecuencias de quedarse con Satanás, y las bendiciones de permanecer con Dios. Cuando se den en el mundo esas condiciones, entonces cesará la predicación. Más aún, desde ese momento en adelante, ya no serviría de mucho predicar, puesto que todos han tomado su decisión, por lo que el mundo estará maduro para el fin y el juicio. 2. ¿Cuáles son los tópicos relevantes? Partiendo de nuestra vida diaria, debemos ser ejemplos como verdaderos seguidores de Cristo. También debemos enseñar lo que Cristo le instruyó a sus apóstoles, para que la obra sea concluida. 3. ¿Has descubierto otros puntos que podrías añadir? ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ II. ¿Qué cosas importantes podemos aprender de esta lección? •

Nos corresponde a nosotros predicar este evangelio a todo el mundo. Así como hemos recibido la salvación, debemos extenderla a otros. Podemos utilizar nuestra creatividad para poner en práctica nuevas maneras de llevar este evangelio a los demás en este mundo.

1. ¿Qué aspectos puedo agregar a partir de mi estudio? ________________________________________________________________ _________________________________________________________________ 2. ¿Qué medidas debemos tomar a partir de este estudio? Hemos sido enviados, esto es, responsabilizados por Cristo, para la salvación de otras personas en este mundo, todos nuestros semejantes. De alguna manera, cada uno con su método o métodos, debe asumir esa responsabilidad, y trabajar con el poder del Espíritu Santo. 3. ¿Qué es lo bueno en mi vida que me propongo a reforzar y lo malo para cambiar? _________________________________________________________________ _________________________________________________________________ 4. Comentario de Elena G. de White “Vi focos de luz que brillaban desde las ciudades y los pueblos, en las montañas y los llanos. La Palabra de Dios era obedecida y como resultado en cada ciudad y Recursos Escuela Sabática ©

cada pueblo se levantaban monumentos a su gloria. Su verdad era proclamada en todo el mundo” (Joyas de los testimonios, tomo 3, pp. 296, 297). 5. Conclusión general Adolescentes, jóvenes, adultos, mayores, todos, con miles de métodos diferentes, deben ir al mundo y predicar el evangelio de Cristo. Por ejemplo, entre las cosas que les gustan a los adolescentes y jóvenes están el celular, la computadora, y la Internet, especialmente las redes sociales. Por ello, si eso tanto les gusta, ¿por qué no realizar la obra a través de esos medios? Millones de otros jóvenes frecuentan esos medios y utilizan esos recursos. Una obra así podría resultar en una explosión de éxito espiritual. 6. ¿Cuál es el punto más relevante al que llegué mediante este estudio? _________________________________________________________________ _________________________________________________________________

Prof. Sikberto R. Marks Traducción: Rolando Chuquimia RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © [email protected]

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