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LUNES 25 Y 06 Y 2012
TENIS: WIMBLEDON
PENSAR EN VERDE EN EL ALL ENGLAND, HOY COMIENZA EL TERCER GRAND SLAM DE LA TEMPORADA; DESDE LAS 9, NALBANDIAN ABRE ANTE TIPSAREVIC, Y JUEGAN OTROS CUATRO COMPATRIOTAS; SE REABRE LA LUCHA POR EL NÚMERO 1 DEL MUNDO
ANDRÉS PRESTILEO ENVIADO ESPECIAL
L
ONDRES.– Abrazado a su novia y pegado a la baranda verde, David Goffin mira cómo Roger Federer practica saques, con Jarkko Nieminen de sparring. El pibe parece un colado que disfruta la cercanía fugaz con el ídolo, pero es el belga de 21 años que por un rato puso en aprietos justamente al gran Roger en Roland Garros, hace unos cuantos días. Hay un reducido enjambre humano distraído entre la conversación y la atención a lo que pasa en las canchas de práctica. Podría ser una placita cualquiera, pero es el corazón de Wimbledon en la víspera del torneo más codiciado del mundo. El lugar tiene un nombre raro, Aorangi, tomado de la lengua maorí (“nubes en el cielo”), y está en la lomadita donde la gente que no tiene entrada para los partidos acostumbra a hacer picnic, observando los juegos y los resultados en las pantallas. La crema del tenis mundial está ahí, pero alrededor de las dos de la tarde se larga un chaparrón que vuelve a todos iguales: hay que buscar rápido dónde cubrirse del agua. Como mundo aparte que es, Wimbledon tiene leyes propias para todo, empezando precisamente por el clima. Si ayer en un puñado de horas hubo calor, fresco, cielo despejado y nubes negras, para hoy nadie se jugaría una libra por acertar si la fiesta se abrirá normalmente. El que tuvo que salir corriendo de una de esas canchas de práctica fue David Nalbandian, que juntó los bolsos con su colega Fernando Verdasco y dio por terminada de golpe su sesión de trabajo. Justamente, el cordobés será hoy el peso pesado criollo de un día inaugural con abundante actividad argentina. A unos cuantos metros de ese lugar, en la hermosa cancha 1, a las 9
DEL POTRO ELOGIÓ A AYMAR Juan Martín del Potro, que estuvo entre los candidatos a portar la bandera nacional en la apertura de los Juegos Olímpicos, tuvo palabras cálidas para con Luciana Aymar, que tendrá ese privilegio: “Lucha lo tiene supermerecido, es un honor que ella nos represente. Para mí igualmente habría sido complicado, porque al otro día tendría partido”.
de nuestro país, el hombre que fue finalista aquí hace diez años empezará sin el round de estudio que suelen tener los mejores en las primeras ruedas: lo espera el serbio Janko Tipsarevic, 8° preclasificado, con quien este año ganó y perdió una vez. Ahí cerca trabajaba también el otro pez gordo nacional. Juan Martín del Potro ya no lleva el vendaje que usó en la rodilla izquierda en Roland Garros. Ese problema le impidió la adaptación previa al césped: eliminó Queen’s de su agenda para reponerse de la molestia en la zona. “Con el tratamiento de kinesiología mejoré bastante. Me gustaría estar mejor, pero para eso necesito tiempo y no podía perderme Wimbledon ni interrumpir la pretemporada”, decía ayer Delpo, que para ilustrar el dolor de esos días volvía a un tema que le gusta: “No era como una patada de Schiavi, pero...”. El tandilense tendrá otro día para entrar en forma; su debut será mañana, contra el holandés Robin Haase, finalista junior aquí en 2005. Delpo será el único argentino en lista de espera. Hoy, el programa incluye un choque entre amigos, el de Juan Mónaco con Leonardo Mayer (“Con Leo es especial porque trabajamos juntos muchas veces y nos conocemos”, decía Pico ayer), en el tercer turno de la cancha 17, y los debuts de Carlos Berlocq (a las 7.30, con el belga Ruben Bemelmans) y Juan Ignacio Chela (ante el eslovaco Martin Klizan, en segundo turno). Las historias argentinas corren por un camino por ahora apartado del nudo central de la trama. Esto es el comienzo de la segunda mitad de la temporada, y acá se librará otra batalla por el número 1. Cada integrante del trío infernal trae su objetivo preciso: Novak Djokovic, campeón defensor, repetir el festejo y retener la cima del ranking, aunque lo disimule (“Perder el núme-
ro 1 no sería un problema. Si me preocupo de más con los cálculos, perderé el enfoque”); Rafael Nadal, sumar su tercer Wimbledon y, si se puede, darle caza a Nole, para lo cual debe ser campeón y esperar que el serbio no llegue a las semifinales (“No puedo cambiar el juego por completo por estar aquí: eres bueno haciendo lo que sabes hacer”), y Roger Federer, ir por el récord de los siete títulos de Pete Sampras (“Estoy en un momento dulce. No tengo que mejorar nada de mi juego, me siento muy bien.”). Nole levantará el telón en la cancha central a las 9 de hoy, contra Juan Carlos Ferrero; el suizo, que también tiene chances de desplazarlo en el tope del ranking (si gana Wimbledon y Nole no llega a la final), juega a continuación de Nalbandian, en la misma cancha.
Es raro, pero hoy este torneo que desde 1877 es la meca del tenis es apenas parte de un gran paquete deportivo que ya empezó a cruzar el planeta. Así como aquí todo el mundo está hipnotizado con la Eurocopa, Wimbledon es una escala hacia los Juegos Olímpicos, que traerán el tenis aquí otra vez dos semanas después de la final del 8 de julio. Más allá de que el contagio callejero todavía no aparece –entre los londinenses aún no se ve la efervescencia que podría imaginarse en otro lado–, empiezan a delatarlo desde los seis aros gigantes que decoran los salones del aeropuerto de Heathrow hasta una publicidad que se multiplica a diario. Recuperar el césped de todas estas canchas para recibir ese segundo gran show es un reto que Wimbledon asumió con su glamorosa altivez de siempre.
LUEGO DE LA POLÉMICA EN QUEEN’S
NO HABRÁ UNA SANCIÓN EXTRA LONDRES (De un enviado especial).– Durante la práctica en el Aorangi Park, David Nalbandian bromeaba y trataba de seguir con el pie el jueguito que había empezado Fernando Vicente, el coach de Marcel Granollers, con la pelotita de tenis. El unquillense ya se permite reírse de sí mismo, disipado el revuelo que se armó por la patada con la que rompió un cajón y lastimó a un juez de línea en la final de Queen’s. Y aunque los comentarios siguen, el cordobés tuvo buenas noticias ayer: la ATP informó que no adoptará ninguna otra sanción disciplinaria contra él tras descalificarlo en ese partido, imponerle una multa global de casi 70.000 dólares y el descuento de 150 puntos para el ranking. La entidad consideró que el daño no fue intencional y que el castigo impuesto ya fue suficiente.
Igual, habrá que ver hoy si en la cancha hay algún rebote, en broma o en serio, del episodio. Al humor inglés le sirvió la anécdota, eso sí. “Frutillas con crema a la Nalbandian”, titulaban en la edición sabatina de The Times. Una gracia con la que el periodista Giles Smith, en alusión a las disculpas que David condimentó con críticas a la ATP, le proponía otras variantes de queja para los próximos días. La del jueves decía, por ejemplo: “El auto de cortesía vino tarde. ¿De quién fue la culpa? ¿Mía? No lo creo... La ATP no da un centavo por nosotros, y se nota”. Seguramente Nalbandian lo tomará con el mismo humor. Por lo pronto, tiene gente importante de su lado. “Nalbandian es un tipo genial y lo que pasó fue un accidente. Estoy ciento por ciento seguro de que no quiso hacerlo”, salió en su defensa Rafael Nadal.