Espectáculos

Miércoles 7 de julio de 2010

LA NACION/Página 3

MUSICA POPULAR Julieta Venegas lanzó su nuevo álbum, Otra cosa

“Necesito de la rutina para crear” Mientras espera su primer hijo y con un nuevo disco en la calle, la cantante hace su balance artístico Otra cosa, el nuevo disco de Julieta Venegas, fue concebido, como su hijo, en la más absoluta intimidad de su hogar dulce hogar. La cantautora mexicana dejó las giras hasta 2011 para sumergirse en un tiempo de espera. Pero este nuevo disco no tiene nada que ver con el estado de embarazo del que disfruta plenamente. “En ese momento, no sabía que estaba esperando un bebe. Venía de un largo tiempo haciendo giras y quería parar, hacer mi vida normal y escribir canciones”, cuenta por teléfono desde el DF mexicano Julieta Venegas, desesperada por reencontrarse con la rutina cotidiana del hogar. Algo cambió interna y externamente, de manera casi sutil. Otra cosa es diferente, desde el arte de tapa en la que aparece misteriosa entre la naturaleza salvaje inventada por el diseñador Ale Ros hasta un puñado de letras agridulces en el que luce su desencanto amoroso. Lo que se mantiene intacto es la fórmula exitosa junto con el productor artístico Cachorro López que perfecciona ese pop näive. “Con Cachorro podemos pelearnos por una canción, pero hay un enorme cariño y necesito de su objetividad –dice la artista mexicana–. El trabajo de compositor

requiere de un alemán como él, porque no mete emocionalidad. Ese ida y vuelta es muy rico para encontrar otra mirada sobre las canciones. El sabe cuál es la canción correcta, y yo qué frase no puede desaparecer de una canción.” Julieta tiene muñeca para encontrar el pulso del hit radial en el claroscuro de letras que saltan entre secuencias pop en “Ya conocerán”; ofrecer el complemento de las guitarras acústicas en “Bien o mal”

Dulce y melancólica Oscura, agreste y misteriosa, así se muestra la cantautora mexicana, en el álbum Otra cosa, que recupera cierta estética ochentosa y cuenta con invitados como Ale Sergi de Miranda y Adrián Dárgelos de Babasónicos

(compuesta junto con Ale Sergi de Miranda); aportarle beats electrónicos a “Despedida”; transitar capas sonoras de estética ochentosa en “Otra cosa”; recordar los pianos a lo Regina Spector en “Amores platónicos”, o abrazar la influencia poética de Adrián Dárgelos (Babasónicos) en “Debajo de mi lengua”. “Este disco fue muy diferente”, lanza con el aire del discurso promocional aprendido de los que acaban de sacar un álbum, aunque en su caso la frase suena creíble. Julieta completa la idea: “Desarrollé todo el concepto y el sonido del disco en México, metida en mi casa. Las letras muestran más desencanto. Tenía ganas de contrastar con lo de antes”. En ese antes pueden entrar los dos discos que la catapultaron al súbito ascenso poptimista que despertó Sí! (2003) y que continuó con Limón y sal (2006), pero no incluye el sonido alcanzado en Unplugged (2008), que literalmente le abrió la cabeza. “Estoy más abierta a otras instrumentaciones a partir del Unplugged. Ese trabajo me dio otra perspectiva de mi música, me dio mucha libertad de trabajar y jugar con otras texturas y timbres que le agregan personalidad a la canción. Lo bueno de trabajar sola en tu casa y tocar todos los

instrumentos es que puedes experimentar, probar lo que quieras, hasta divertirte haciendo el ridículo. Total nadie está escuchando.” En ese camino, Venegas se encontró con la posibilidad de regresar a su esencia: “Mi intuición me dijo que tenía que parar un poquito. Me tomé 2009 para escribir, tomar clases de portugués y yoga. Quería cambiar la visión y necesite tomarme mi tiempo de las giras. Es muy loco cuando estás en ese remolino. No hay tiempo de reflexión”. –¿Sentiste la presión de la industria sobre tu cabeza al vender más de un millón de discos con Sí!? –No me presionan porque saben cómo funciono. Si bien la industria tiene sus tiempos, saben que no soy alguien que se entusiasme con la presión. Siempre estuvo primero el proceso artístico, y eso tiene su tiempo. Para mí, sigue siendo importante integrar mi vida artística a la vida casera. La agitación de las giras y las promociones no es algo que me inspire para hacer canciones. Necesito estar en mi territorio para componer. La rutina es importante para la creación.

Gabriel Plaza

(POPurrí) Black Eyed Peas quiere el 3D de Avatar

Prince le suelta la mano a Internet En 2007, con la música digital en auge, Prince apostó por editar su álbum Planet Earth en formato físico y distribuirlo a través del periódico británico Mail On Sunday. Tres años después, el pequeño gran hombre de Mineápolis repetirá su jugada: 20Ten, su nuevo CD, acompañará este sábado los ejemplares del Daily Mirror en Inglaterra y el Daily Record en Escocia. “No veo por qué yo deba dar mi nueva música a iTunes o cualquiera de ellos. La era Internet está terminada. Es como MTV, que en un punto era hip y de repente quedó obsoleta”, dijo este músico que fue pionero en investigar las herramientas de la Red, a mediados de los años 90.

“Tenemos al director más grande, porque somos el grupo más grande del planeta”, dijo Will.I.Am sobre el nuevo y megalómano proyecto de su banda Black Eyed Peas. ¿De qué se trata? James Cameron, el hombre detrás de la grandilocuente imagen 3D de Avatar, será el responsable de un registro del grupo en gira, también en 3D. Si bien aún no se confirmó si el cineasta filmará imágenes nuevas o utilizará material ya grabado, la propuesta promete satisfacer a sus fans.

AP

El Príncipe Pop El príncipe Alberto de Mónaco y su hermana mayor, la princesa Carolina (la de aquel “mi amor entero es de la hija de Rainiero, una chica muy fina, que se llama Carolina”, que cantaba Federico Moura), armaron una fiesta que fue la envidia del rockero globalizado medio: Iggy Pop y ZZ Top tocaron para más de 6500 espectadores en el mismo lugar donde, dentro de un año, se celebrará lo que en este pequeño Estado europeo ya llaman “la boda del siglo”, en la que Alberto contraerá matrimonio con Charlene Wittstock. ¿La nobleza cambió violines por guitarras? Así parece. REUTERS

ARCHIVO

En su último disco, la cantante apela a una sonoridad pop sin abandonar su acordeón ARCHIVO/EFE