Museo 2.0

24 ene. 2009 - ocurrencias de Jorge Asís, a quien no pocos críticos literarios han co- menzado a revalorizar. Esos críticos lo borraron literalmente del mapa.
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GRITOS Y SUSURROS

Qué están leyendo

De qué habla la gente de la cultura cuando casi nadie la escucha

Cecilia Szperling

PERLAS EN LA RED

METAFÍSICA DE LOS TUBOS, DE AMÉLIE NOTHOMB

“Cuenta su historia en Japón cuando tenía dos años y era tratada como una diosa. No pude dejar de pensar en mi hija Lolita, que cumplió tres, y está en el pasaje de divinidad a nena.”

Museo 2.0 UN CLÁSICO. En las playas argentinas y esteñas se comentan las ocurrencias de Jorge Asís, a quien no pocos críticos literarios han comenzado a revalorizar. Esos críticos lo borraron literalmente del mapa cuando se convirtió en una figura mediática del menemismo, pero pasado aquel momento sus libros Los reventados, La manifestación, Flores robadas en los jardines de Quilmes y el más reciente Lesca, el fascista irreductible volvieron a considerarse títulos importantes de la prosa moderna vernácula. En la era Kirchner, Asís se ha dedicado, sin embargo, a narrar irónica y despiadadamente el gobierno nacional. Esa inmensa y controversial novela ensayística comenzó con La marroquinería política, siguió con El descascaramiento y continúa ahora con La elegida y el elegidor, que vendió tres ediciones en apenas un mes. Asís reivindica, entre otras ocurrencias, la frase “roban pero enjuician”, coartada que los intelectuales rentados del progresismo oficial utilizarían imaginariamente para tragar sapos y hacer oídos sordos a las acusaciones de corrupción y políticas de derecha mientras que en el Gobierno apoyen el enjuiciamiento a los represores de la dictadura militar. El “Turco” estaba levemente mosqueado en Mar del Plata porque no se lo había citado en una nota de La Nacion. Pero la verdad es que su ocurrencia se convirtió ya en un lugar común del mundo de la política. Eso sucede cuando algo se vuelve un clásico. Chapeau.

d EL PRIMER METROSEXUAL. La gente que veranea en Mar del Plata y Pinamar no sólo va al teatro después del día de playa. Son muchos los que corren a sacarse las ojotas, el traje de baño y los restos de arena para llegar a tiempo a las charlas con escritores que organizan las editoriales. La semana pasada, Carlos Balmaceda inauguró el ciclo de Editorial Norma a sala llena en el microcine del Centro Cultural Villa Ocampo. Allí, presentó sus libros Romances turbulentos de la historia argentina e Historias insólitas de la historia argentina. Con

POR CARLOS GUYOT De la Redacción de La Nacion

C

macanudoliniers.blogspot.com

tono coloquial, Balmaceda cautivó al público con sus anécdotas sobre pasiones ocultas, romances clandestinos y parentescos inciertos. Victoria Ocampo, con sus desencuentros amorosos, fue la más evocada de la noche. También habló sobre Lola Mora y su casamiento con un hombre más joven, y no faltó Manuel Belgrano, a quien describió como “metrosexual”: “A pesar de que le decían cotorrita por su paso corto y su voz aflautada, era muy seductor con las mujeres. Cuidaba su apariencia de una forma exagerada para la época. Fue uno de los primeros patriotas en usar perfumes y fragancias. Se dice que los usaba para las batallas”.

d NOCHES DE TEATRO. Cash, el nuevo espectáculo de José María Muscari, tiene a Norma Pons como una de las protagonistas. En la función para prensa e invitados, Pons fue la única integrante del elenco con hinchada propia. Un grupo bullicioso encabezado por su herma-

na Mimí ocupó uno de los palcos laterales del teatro Maipo. Gritos, aplausos, ovaciones y hasta aullidos se escuchaban cada vez que Norma terminaba un monólogo o se tentaba y se salía del libreto. Unos días después, en el estreno de Más respeto que soy tu madre, la adaptación de Antonio Gasalla del libro de Hernán Casciari, hubo una sorpresa. Cuando terminó la función, Gasalla presentó al equipo técnico, a los actores y al autor del texto, que originalmente se publicó en un blog. “No sé si la Mirta Bertotti que hice es como vos la imaginaste –le dijo a Casciari–, pero no importa porque así es la creación.” Fue entonces cuando se levantó una mujer de la platea y gritó: “Sí, te salió igual. Yo soy la verdadera Mirta Bertotti”. Un cronista de esta sección se comunicó al día siguiente con Casciari para averiguar de quién se trataba. “Era mi mamá”, confirmó el escritor y periodista, quien reside en Barcelona y viajó especialmente a Buenos Aires para el estreno. © LA NACION

on tres trazos, Goya pintó el pánico en la mirada de una víctima a punto de ser fusilada, en su obra El 3 de mayo de 1808 en Madrid. El detalle puede verse nítidamente en las imágenes de altísima resolución disponibles en Google Earth y Google Maps. Como fruto de una alianza entre Google España y el Museo del Prado, catorce cuadros pueden “navegarse” hasta un nivel de acercamiento microscópico. El proyecto demandó unas sesenta noches de trabajo en las que se tomaron más de 8000 fotografías (1600 sólo para reproducir El jardín de las delicias, de El Bosco, por ejemplo) con una resolución de 14 gigapixels, 1400 veces mayor a la que se obtiene con una cámara digital de 10 megapíxeles. Parte del trabajo fue filmado y se muestra en un video de dos minutos disponible en YouTube. En Google Maps, el sitio de mapas e información geolocalizada, cada semana se suma una de las imágenes, mientras que desde Google Earth (un programa que se instala gratuitamente y que cuenta con mayores posibilidades de 3D) se accede a todas ellas y a una visita virtual al museo que incluye su reciente ampliación y la ubicación actual de cada una de sus obras. “Una imagen no sustituye la experiencia de la obra en directo, pero estas reproducciones a tamaño natural aportan un realismo prodigioso”, reconoce Miguel Zugaza, el director del museo, y recorrer los cuadros no hace más que darle la razón: en Las Meninas, de Velázquez, puede verse desde el detalle de cada uno de los personajes que la componen hasta las costuras de su última restauración. Otras obras incluidas en esta muestra digital son El caballero de la mano en el pecho, de El Greco; Autorretrato, de Durero; Artemisa, de Rembrandt, y El cardenal, de Rafael. Si bien son muchos los museos que ofrecen parte de su catálogo on-line (la National Gallery de Londres desde hace años tiene el sitio posiblemente más completo y didáctico), el Museo del Prado es el primer museo del mundo en ofrecer obras en este formato (que se suman a las 2000 pinturas disponibles en su sitio) y liderar así la categoría de Museo 2.0 www.google.es/prado www.museodelprado.es/ www.youtube.com/watch?v=zXos0ZQ3W-M www.nationalgallery.org.uk/o © LA NACION

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