Murió la mujer que escondió a Anna Frank y a su familia

concentración de Bergen-Belsen, apenas dos semanas antes de que el campo fuera liberado. Cuando Otto Frank, el único sobre- viviente de la familia, regresó ...
2MB Größe 5 Downloads 50 vistas
10

CULTURA

I

Miércoles 13 de enero de 2010

Los intelectuales

A LOS 100 AÑOS s DEDICO SU VIDA A PROMOVER LA MEMORIA DEL HOLOCAUSTO

|

Horacio Salas

Murió la mujer que escondió a Anna Frank y a su familia Miep Gies les llevó alimentos durante dos años y rescató el diario de la adolescente AMSTERDAM.– La última sobreviviente del grupo que ayudó a Anna Frank y a su familia a esconderse de los nazis en Amsterdam, durante la Segunda Guerra Mundial, murió anteayer, a los 100 años. Miep Gies, ex secretaria nacida en Austria, formó parte del grupo de no judíos que facilitaron víveres y ayuda a la familia Frank en un escondite de una casa de Amsterdam, entre julio de 1942 y agosto de 1944, cuando las SS nazis los descubrieron. También ella rescató y conservó el diario de Anna, que desde su primera publicación, en 1947, fue traducido a más de 60 idiomas, llevado al cine y al teatro, y sigue siendo uno de títulos más vendidos de la historia. Gies falleció de una herida en el cuello sufrida durante una caída en su casa poco antes de Navidad, en la ciudad holandesa de Hoorn, según comunicó la vocera del Museo de Anna Frank, Annemarie Bekker. “Yo no soy una heroína”, afirmó Miep Gies, en un comunicado, cuando cumplió 100 años, el 15 de febrero de 2009. “Solamente hice lo que pude para ayudar”, agregó. Hermine (Miep) Gies-Santrouschitz, nacida en Austria, fue enviada a Holanda en 1920, en el marco de un programa de ayuda a los niños debilitados por la desnutrición y por la tuberculosis, después de la Primera Guerra Mundial. Comenzó a trabajar como oficinista en una fábrica textil, pero perdió su trabajo en 1933, cuando se profundizaba la crisis. Ese mismo año, comenzó a trabajar en la fábrica de Otto Frank, el padre de Anna, que vendía pectina (un producto usado en las industrias alimentaria y farmacéutica) en Amsterdam. Tras negarse a sumarse a una organización nazi, Gies evitó ser deportada a Austria al casarse con su novio holandés, Jan, en 1941. Ella y su marido se hicieron amigos de la familia de su jefe. A principios de 1942, cuando la situación de los judíos en Holanda, ocupada por las tropas de la Alemania nazi, se hacía cada vez más difícil, Otto Frank le preguntó si ella aceptaría ayudarlo a esconderse con su familia. “Hay intercambios de miradas que

FOTOS DE EFE

Un libro de condolencias se abrió en el Museo de Anna Frank

Una réplica del Diario, en el país

sólo se producen una o dos veces en la vida. Esa fue una de ellas. Yo le respondí: «Por supuesto»”, escribió Miep Gies en su libro Ella se llamaba Anna Frank, publicado en 1987. En junio de 1942, la familia Frank se instaló en un escondite acondicionado en la parte trasera del local de su empresa, y otros cuatro judíos se les unieron más tarde. Durante dos años, Miep Gies y tres de sus colegas les permitieron sobrevivir. En su libro, ella cuenta que todas las mañana iba al anexo secreto para recoger la lista de pe-

didos de la familia, antes de ir a su oficina. Luego, hacía las compras y regresaba para almorzar con la familia Frank. El 4 de agosto de 1944, la familia Frank fue denunciada, arrestada por la Gestapo y deportada. Miep Gies tuvo tiempo para salvar el diario de Anna y esconderlo sin leerlo bajo llave hasta que la niña regresara después de la guerra. Anna murió de tifus en marzo de 1945, a los 15 años, en el campo de concentración de Bergen-Belsen, apenas dos semanas antes de que el campo fuera liberado. Cuando Otto Frank, el único sobreviviente de la familia, regresó, el 3 de junio de 1945, se instaló con Miep Gies y su marido durante algunos años. Ella le entregó entonces el diario de Anna, que se publicó por primera vez en holandés, en 1947. En 1950 nació Paul, el hijo de Miep, que acaba de abrir un registro de condolencias en su página web. Jan, el marido de Miep, murió en 1993, a los 87 años. Miep tenía tres nietos. Después de la publicación del Diario de Anna Frank, Miep Gies se dedicó a promover la memoria del Holocausto en todo el mundo. Recibió, junto con su marido, varias distinciones internacionales, incluidos el premio Raoul Wallenberg del valor; el reconocimiento del Estado de Israel como “Justos entre las naciones”; la Orden de Caballero de Orange-Nassau en los Países Bajos, en 1995; condecoraciones del gobierno alemán y de su ciudad natal, Viena. El año pasado, al cumplir 100 años, tuvo un reconocimiento singular. La Unión Astronómica Internacional le puso su nombre a un asteroide que se encuentra entre Marte y Júpiter. “Ayudar a las personas que están en peligro no es una cuestión de valentía, sino una elección entre el bien y el mal que toda persona debe hacer una vez en su vida”, decía Miep Gies. “Gracias a nuestra ayuda, Anna vivió dos años más. Años en los que escribió su diario, que representa para millones de personas una fuente de esperanza y de inspiración.”

Agencias AFP, AP y Reuters

POLEMICA POR LA DIGITALIZACION DE TEXTOS

Breve

Francia pone límites a Google

EN LOS MUSEOS

PARIS (AFP).– En medio de la controversia originada por el proceso de digitalización de textos impresos que ha iniciado Google a través de su biblioteca on line, Francia afirmó ayer que apoya una “asociación equilibrada” con el gigante norteamericano, en la que el Estado debe tener un papel preponderante en controlar a qué material se da acceso en la web y cómo se respetan los derechos de autor. “Vamos a proponer a Google un intercambio de material sin exclusividad, en un marco de transparencia y respeto a los autores”, afirmó ayer el ministro de Cultura francés, Fréderic Mitterrand, al presentar un informe sobre la digitalización de los fondos patrimoniales de las

Hoy empieza el ciclo Poesía y música en los jardines de los museos, que se realizará cada miércoles, hasta el 17 de febrero, dentro del programa de verano Aires Buenos Aires, Cultura para Respirar. Desde las 19.30, participarán hoy los poetas Andi Nachón y Daniel Durand y el músico Tomi Lebrero, en en el Museo Larreta, en Vuelta de Obligado 2155, con entrada libre y gratuita.

bibliotecas francesas. “El acceso a la cultura mediante la digitalización es una revolución”, sostuvo Mitterrand, pero marcó la posición del Estado francés –cuya alarma comparten otros países europeos, como Alemania y España–, al afirmar que Google “ha entrado en Europa como un conquistador, y muchos le han abierto las puertas firmando acuerdos que considero inaceptables”.

En toda Europa Mitterand sostuvo que la digitalización de obras impresas “es un asunto demasiado importante como para que el Estado no esté en el centro del proceso de regulación”. Además de la propuesta que Fran-

cia hará a Google en marzo próximo en Estados Unidos, el informe propone impulsar un modelo de control y cooperación en toda Europa.“La perspectiva de digitalización masiva de obras impresas es una oportunidad para la difusión de la cultura francesa”, afirma el informe, por lo cual “Francia tiene que conservar el control de la digitalización y la difusión de contenidos digitales”. El informe se conoció días después de que otra comisión propusiera crear una “tasa Google” sobre los ingresos publicitarios on line, para mejorar las finanzas de diarios, revistas, portales culturales y artistas. La tasa se aplicaría a los grandes grupos, como Google, Microsoft, AOL, Yahoo y Facebook.

Comienza hoy el ciclo de poesía y música

Culto católico Santoral. San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia. Luchó contra la herejía que negaba la divinidad de Cristo. Liturgia. Se leen un fragmento del libro de Samuel (1 Samuel 3, 3b-10,19) y el Evangelio de San Marcos (1, 29-39).

ARCHIVO

“Aceptar el diálogo es hacerlo en favor de la democracia”

“El voto hoy no se conquista con hechos políticos” Continuación de la Pág. 1, Col. 5 expectativas puestas en el futuro. La Argentina prometía ser un polo de desarrollo. Pero, entre todos, los argentinos no dejamos que Frondizi concretara aquel proyecto. Y mientras en la universidad muchos protestábamos contra el frondizismo, nos íbamos quedando sin proyecto de país. Mientras tanto, Brasil crecía, pese a las dictaduras”. –Lula dice que Brasil honra sus compromisos... –Es verdad. En Brasil existe la rivalidad política, pero no con el sentido destructivo que tiene en la Argentina. Cada día amanecemos con un país ocupado por distintos sectores. Pronto cada uno va a tener su piquete para las cosas más ínfimas. –¿Y qué pasa con la responsabilidad del electorado? –El voto hoy no se conquista con hechos políticos, sino con plata. Cuando volví del exilio, un dirigente me dijo que para hacer política hay que tener plata. Eso explica algunas cosas, ¿no? –Néstor y Cristina Kirchner dicen encarnar a los setentistas que habían perdido su oportunidad histórica. Usted vivió el exilio en España. ¿Qué reflexión le merece esto? –Creo que los Kirchner malversaron su oportunidad histórica. Por mucho que gente de los años 70 defienda este modelo, no es el que soñábamos en el exilio. Mi ilusión era volver a un país democrático, en el que no hubiera autoritarismo. Hasta hace apenas un año, no me imaginaba que se podían tomar medidas abiertamente autoritarias por parte de un gobierno democrático. Mi generación, mayoritariamente, creyó en la democracia. –¿Qué lo llevó aceptar cargos políticos siendo un escritor con una obra destacada? –En el país es muy difícil hacer gestión pública. No hice ese trabajo buscando gloria, sino porque era una tarea de utilidad pública. –A veces parece que hubiera una máquina de impedir el diálogo. ¿Nadie quiere sentarse a la mesa para debatir? –En los argentinos aumenta la incapacidad de dialogar. No es casual. Perón no dialogó con la oposición. Pero tampoco es un hecho sólo atribuible al peronismo. Buenos Aires no dialogaba con las provincias en la época de los unitarios y los federales. Después, cuando vinieron los radicales y los conservadores, se llegaba a las urnas a los tiros. El ánimo no es debatir. El mensaje para las minorías es destruirlas. El peso del diálogo

HORACIO SALAS POETA, HISTORIADOR Y PERIODISTA

Edad: 71 años. Cargos: integra las academias Argentina de la Historia, Nacional del Tango y Porteña del Lunfardo, donde ocupa el sillón Roberto Arlt. Fue director de la Biblioteca Nacional. Libros: entre otros, El tiempo insuficiente, La corrupción, El tango, El centenario.

molesta. Pero no debatir ideas es una mala educación cívica. Todos los discursos hablan de pluralismo, pero al menor cambio de ideas los partidos políticos se dividen y sus representantes cambian de bando. Este es un momento de inflexión en nuestra historia. No sé cómo será reflejado en los libros, pero creo que ésta será interpretada como una instancia cuya tendencia es el pensamiento único. –Kirchner ha puesto de relieve cierto travestismo de las ideologías. Radicales que se hacen kirchneristas, peronistas que están con la derecha liberal. ¿Cuál es su opinión? –El mayor error es seguir apostando por viejas antinomias. ¿Qué es hoy ser de derecha o de izquierda? El peronismo es un magma informe, que fue liberal con Menem, desarrollista en la primera presidencia de Perón, de absoluta derecha en la última presidencia de Perón, con López Rega a la cabeza. Pero todos se definían como peronistas. Desde 1945, la Argentina camina al ritmo del peronismo, que es como el espejo del país. Quizás el país y el peronismo sean tan parecidos que han llegado a ser lo mismo... –¿Son comparables en algún sentido las Argentinas del Centenario y del Bicentenario? –En 1910, la Argentina estaba entre los primeros países del mundo y Buenos Aires era la París de América latina. Las palabras futuro, esperanza, porvenir, progreso y modernidad eran sinónimos del país. Llegaban entre 900.000 y un millón de inmigrantes, que más tarde conformaron la clase media argentina. Pero en 2010 nadie cree en la idea de país. Esa es una gran diferencia con Brasil. –¿Cuál debería ser la gran apuesta para el Bicentenario? –Empezar a dialogar sin miedo, conversar entre las distintas fuerzas políticas. Apostar por el diálogo es hacerlo en favor de la democracia. Y hay que entender que rivalizar políticamente no significa destruir al otro.