Turismo
Domingo 21 de marzo de 2010
LECTORES DE VIAJE ESTUVE EN...
Envíe sus relatos, fotos, consultas, sugerencias y compañeros de ruta a la Redacción de Turismo del diario LA NACION, por carta a Bouchard 557, 5º piso (1106), Capital Federal, o vía e-mail a
[email protected]
Por María Luz Alvino
Brasil
Morro de San Pablo
Compañeros de ruta
Muchas personas me hablaban de este lugar como si fuese una especie de paraíso. Pero realmente cuando llegué allí me di cuenta de que para comprenderlo debía verlo con mis propios ojos. Desde Salvador de Bahía se llega a la isla de Thinaré, tomando una lancha que en dos horas te deja en un amarradero colorido y bullicioso. En el portaló, en medio de las ruinas de la antigua fortaleza que protegía de los frecuentes asaltos de los corsarios, tuve la sensación de estar en las puertas de un paraíso terrenal. Erguida como una mujer elegante, blanca y sencilla está la iglesia del Morro; a unos pasos vive una anciana que cocina la mejor moqueca del lugar. Llegar a las posadas es dificultoso, debido a que el camino es en pendiente y se deben sortear varias elevaciones. Con el agregado de lo pesadas que son las valijas femeninas. Pero allí están ellos, los salvadores, lugareños con sus carretillas de distintos colores que descansan el descanso. El mío fue un hombrecito pequeño, pero muy simpático. El único calzado posible: las ojotas, ya que todo es arena. ¡Qué comodidad! Las calles son más bien callejones arenosos y, como es de imaginar, no hay autos, con todo el alivio que eso implica.
India Deseo contactarme con gente que tenga propuestas concretas para viajar a la India a fines de 2010/11. Escribir a beatrizburroni@ hotmail.com España y Marruecos Quisiera compartir un viaje por el sur de España y Marruecos del
Inmediatamente se siente ese aire placentero del verano. Todo es color, todo está iluminado por el sol de día, aquí y allá. Sin embargo, a la noche, todo cambia; las lucecitas de los restaurantes y bares están encendidas como bichitos de luz, acompañadas por el sonido de los cantantes bahianos que pululan, poniendo la magia necesaria para que la noche sea perfecta. Luego llega el turno de las fiestas en la playa, bien pegaditos al mar, entre caipirinhas. Sucede algo insólito: el paisaje es absolutamente distinto según la hora
22 de junio al 3 de julio; mala onda abstenerse.
[email protected] Europa Soy María, de Mar del Plata. Tengo 50 años y busco compañera/o para caminar Europa y dormir en hostels. Salida, a principios de abril/mayo/junio, por 30 a 40 días. mariadiez_
[email protected]
y los caprichos de la naturaleza. De golpe, el mar se mece a los pies de las posadas. De repente, la bajamar transforma el paisaje en tierras fangosas, con piedras y piletas naturales donde es posible observar los peces. Imperdible, hacer un paseo en kayak. Debuté remando y me encantó. De esa manera se llegaba a unos corales, donde se dejan los remos, para darle paso al snorkel. ¿Qué decir de los atardeceres en la Toca? Inolvidables. Todos tirados en colchonetas, con música para la ocasión. Dejé para el final la visita a Gamboa, donde se puede llegar caminando o en lancha. Generosas playas y arcilla de distintos colores, cada una con sus propiedades, que permiten embadurnarte de manera lúdica, divertirte y quizá rejuvenecer. Es, en resumen, un edén con contrastes rústicos y sofisticados, donde hasta se puede hacer “luaus”: baños bajo la luz de la luna. Volví hace poco tratando de atrapar la memoria con fotos tomadas desde el faro, pero cuando cierro los ojos todavía siento el rumor del mar. ¿Descubrimientos para compartir? ¿Un viaje memorable? Esperamos su foto (en 300 dpi) y relato (alrededor de 3000 caracteres con espacios).
LA NACION/Página 9
Comentarios, observaciones y aportes de lectores escritos en www. lanacion.com.ar/turismo o enviados a
[email protected]
Acerca de la nota Pequeños pueblos con encanto Quien pasa por Pasteur nunca lo olvida. Cuando cumplió 100 años, allí fue la periodista Florencia Ibáñez, invitada por el intendente de Lincoln. Todos se asombraron del trato de la gente. Yo hice la primaria en Pasteur. La secundaria, en Buenos Aires. Fui a España, volví a los 28 años a Buenos Aires, tomé un taxi, a la cuadra un semáforo se puso rojo y el taxista por lo bajo dijo un improperio por tener que frenar. Diálogo: “Vos sos de afuera, ¿no?” Yo: “Sí, pero de un pueblo que no vas a conocer”. Taxista: “¿Cual?” “Pasteur.” Resultó ser Del Río, hermano del sodero del pueblo. También María Elena Walsh filmó Juguemos en el mundo en Pasteur, con actores del lugar. sinserconvidado Les recomiendo que visiten Bartolomé Bavio. Sobre todo cuando se hace la muestra de la Escuela Agraria; además de la exposición hacen carreras cuadreras, de sortija y excelente asado. Se llega por la ruta 11 (la que lleva a Magdalena) y se dobla a la derecha
en el paraje El Pino, o bien por la ruta 66 se dobla a la izquierda, donde está la señal que dice: A Bavio. Es un pueblo con embrujo, no se lo pierdan. sui141 Mechita, pueblo ferroviario, con grandes talleres y depósito de locomotoras, todo antes de 1993, por supuesto. Dicen que se llama así dado que por un laudo sobre una controversia de límites en ese lugar intervino el presidente de la Nación Manuel Quintana y los ingleses, en honor a la hija del presidente de marras, lo denominaron Mechita. albertoaran Por De la Canal, a 30 km de Tandil, pasaba inicialmente el “camino de las carretas” que transportaban mercadería desde Buenos Aires hacia el sur de la provincia, con el peligro de los malones aún latente. A comienzos del siglo pasado, con el auge del ferrocarril Roca, De la Canal tuvo un importante movimiento propio: correo, panadería, peluquería, escuela, iglesia, acopio de cereales, almacén de ramos generales, club. La gente iba al “pueblo,” pero mayormente
¡NO SE P I E R DA N !
la vida transcurría allí mismo, vida de familias completas. Hoy, sin ferrocarril, con éxodo de jóvenes, los campos con muchos más servicios y la posibilidad de comunicarse fácilmente es otra la vida. Pero subsisten las viejas edificaciones, con la misma magia que muestran las crónicas fotográficas de la nota. acangaro A los viajeros que leen esto, les recomiendo que visiten un pueblo llamado Ernestina. Queda en el partido de 25 de Mayo, a tan sólo una hora y media de la Capital. Se puede ir por la RN 205 o en el tren que sale de Constitución y llega a Bolívar. Dicho tren pasa también por pueblitos similares: Carboni, Elvira, Pedernales, Berraondo. Son pueblos encantados. Vale la pena el viaje. Usuario_nuevo Dos Localidades para conocer: Tres Sargentos, ruta 7, kilómetro 157, entre Carmen de Areco y Chacabuco, y Solanet, ruta 29, 40 kilómetros antes de Ayacucho, las dos en la provincia de Buenos Aires. perromarley
Por Ursula Schwarz
Casal di Pari, en la altura de la Toscana Sin duda, al viajar nos proponemos conocer las grandes ciudades motivados por su trascendencia y significado, por cuanto reúnen los tesoros culturales que las hacen únicas: París, Roma, Berlín, Madrid… Sin embargo, para mí los pequeños pueblos guardan un encanto especial y son los que reflejan la vida diaria, y los usos y costumbres milenarios que sus habitantes sostienen y transmiten de una generación a otra. Tal es el caso de Casal di Pari, pueblito en la pendiente de una de las innumerables colinas de la región de la Toscana, al este de Italia, cuya historia data del año 1130. Allí llegamos, mi marido y yo, un anochecer de julio, de la mano de nuestro amigo Alberto, que tiene en ese lugar una casita que balconea sobre un valle amplio y verde. Anochecía y los faroles nos permitieron reconocer calles angostas y empedradas que al día siguiente nos conducirían por este pueblo tan pintoresco, silencioso y tranquilo, que
aún conserva su impronta medieval. A la mañana siguiente desayunamos en el balcón con macetas desbordantes de geranios rosados, fucsias, rojos. Los balcones vecinos lucían igual
de floridos y cuidados. Después recorrimos las callecitas empinadas y serpenteantes. Detrás de cada recodo, una nueva puerta, una nueva ventana de la que colgaba la ropa al sol; más allá, el pozzo de uso público, frente a la Chiesa di San Donato, de fachada sencilla. En la vereda del bar de billar, un grupo de hombres descansaba a media mañana. Todos se conocen, todos se saludan. Pronto habíamos recorrido el pueblo y llegamos a la campiña en las afueras. Una vez allí, Alberto nos contó que anualmente se realizan en ese lugar fiestas comunales al estilo del Palio, que se corre en la plaza central de Siena. Entones, el pueblo se divide en contradas, cada una tiene su nombre y símbolo. Una vez terminadas las carreras en burro se festeja con la gastronomía local. También se hacen espectáculos con los famosos sbandieratori: banderieros con sus trajes típicos medievales, acompañados por una orquesta.