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Asociación de Investigación y Estudios Sociales - Año 25 - No. 5 - 2010

EDUCACIÓN NO FORMAL EN DERECHOS HUMANOS

SERIE: Educación

Fundación Konrad Adenauer

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UN MOMENTO, POR FAVOR La educación no formal es cualquier esfuerzo organizado, intencional y explícito para promover el aprendizaje, mediante enfoques extraescolares, con el fin de elevar la calidad de vida. Entre sus características destacan que está centrada en el educando, su orientación es comunitaria, la relación entre el coordinador y el educando no es jerárquica, utiliza los recursos locales, se enfoca al tiempo presente y los participantes pueden ser de cualquier edad. En la práctica de la intervención con adultos, influye en los individuos y en el desarrollo de la comunidad de una manera más diversa, útil y profunda. La enseñanza en derechos humanos se convierte en la principal herramienta para alcanzar una conciencia nacional, donde todos los guatemaltecos deben conocer, aprender y asumir sus propias responsabilidades, conforme objetivos sólidos planificados en los Acuerdos de Paz. Es por ello que la verdadera democracia debe construirse paso a paso, con referentes que promuevan el reconocimiento de actitudes recurrentes y adversas provocadas por la inestabilidad, inseguridad y dolor vividos. En el proceso de construcción de Guatemala se impone una autorreflexión del actuar cotidiano en forma individual y colectiva que señale nuevas rutas del accionar humano. Es necesario retomar la convivencia armónica mediante el aprendizaje del verdadero sentido y quehacer de los derechos humanos, no como documentos que se memorizan, sino como acciones de vida que se practican a diario, sustentadas en programas de educación formal y no formal dirigidos a todos los niveles de la sociedad guatemalteca. Un ejemplo de lo anterior es el Proyecto Apoyo a la Educación, Capacitación e Investigación en Derechos Humanos en Centroamérica, que durante nueve años fue financiado por el gobierno de Finlandia y ejecutado por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, ASIES. En este número de Momento se da a conocer en forma breve, la organización del Proyecto y los testimonios de quienes participaron en los diversos programas desarrollados.

MOMENTO Año 25 No. 5 - 2010 DIRECCIÓN: Irma Raquel Zelaya Arnoldo Kuestermann Carlos Escobar Armas Autora: Gladys Figueroa SUSCRIPCIONES Y CORRESPONDENCIA 10a. calle 7-48, zona 9 Apartado Postal 1005 A Guatemala, Centro América PBX 2201-6300 FAX 2360-2259 e-mail: [email protected] http://www.asies.org.gt

Momento es una publicación periódica de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES). Las opiniones vertidas en sus páginas son propias de los autores y no expresan necesariamente las de la Asociación. Se autoriza la reproducción total o parcial del contenido, siempre que se cite la fuente. SE SOLICITA CANJE. La Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES) de Guatemala, surgida en 1979 y fundada en 1982, es una entidad de carácter privado, de servicio, cultural y no lucrativa. Está formada por personas interesadas en la reflexión, análisis e investigación científica de la realidad nacional, con el objeto de estimular el interés general para la búsqueda y realización de soluciones concretas a la problemática atinente al país, inspiradas en el principio de la participación ciudadana. Esta publicación es posible gracias al apoyo de la Fundación Konrad Adenauer de la República Federal de Alemania.

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EDUCACIÓN NO FORMAL EN DERECHOS HUMANOS INTRODUCCIÓN El principal objetivo de educar en derechos humanos es llegar a consolidar una sociedad en donde cada individuo goce de condiciones para ejercitar sus derechos y cumplir con sus obligaciones. Para lograr una exitosa educación en derechos humanos, es conveniente que los agentes educadores se comprometan a impartir los principios en que se basan los derechos, con una actitud de entusiasmo y confianza. En Guatemala la educación en derechos humanos da inicio a un proceso de reconocimiento y compromiso a partir de la Declaración Universal de Derechos Humanos, de la cual Guatemala es signataria. Sin embargo, la Constitución Política de la República, artículo 72, establece que “la educación tiene como fin primordial el desarrollo integral de la persona humana, el conocimiento de la realidad y cultura nacional y universal. Se declaran de interés nacional la educación, la instrucción, la formación social y la enseñanza sistemática de la Constitución de la República y de los derechos humanos”.* A partir de la firma de los Acuerdos de Paz, se han promovido distintas iniciativas en relación al fortalecimiento de la educación en derechos humanos. Esta ha sido labor del Ministerio de Educación, con el objetivo de dar vida a una reforma educativa basada en el articulado del Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. Tal reforma educativa tiene el propósito de “integrar las concepciones educativas mayas y de los demás pueblos indígenas, en sus componentes filosóficos,

científicos, artísticos, pedagógicos, históricos, lingüísticos y político-social; ampliar e impulsar la educación bilingüe intercultural; incluir en los planes educativos contenidos que fortalezcan la unidad nacional en el respeto de la diversidad cultural; facilitar el acceso de los indígenas a la educación formal y no formal”. La reforma educativa ha llevado años en consolidarse, sin embargo, cuenta con una herramienta predominante para la educación formal: el nuevo Currículo Nacional Base de Formación Docente que contiene las necesidades básicas en derechos humanos, señalados por los sectores con mayor participación en la toma de decisiones nacionales. Pero la difusión, enseñanza y capacitación en derechos humanos también cuentan con otros aliados como son la Procuraduría de los Derechos Humanos, PDH; la Comisión Presidencial de los Derechos Humanos, COPREDEH; las universidades pública y privadas; Secretaría Presidencial de la Mujer, SEPREM; Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo hacia a los Pueblos Indígenas en Guatemala, CODISRA; y algunas ONG. Estas instituciones imparten educación formal y no formal a los y las guatemaltecas en materia de derechos humanos. Si bien el Estado, a través de sus ministerios, es responsable de la educación en derechos humanos en la educación formal, muchas instituciones facilitan la educación no formal por medio de programas y capacitaciones acordes a edades y entornos ambientales de diversos grupos sociales carentes de niveles educativos.

* Constitución Política de la República de Guatemala, 1985, Pág. 13

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MOMENTO De esta manera la educación no formal ha resuelto la problemática, logrando llenar algunos espacios en toda la República guatemalteca. Sin embargo, es evidente que dichas aportaciones son limitadas y su trabajo requiere permanencia y continuidad. PROYECTO APOYO A LA EDUCACIÓN, CAPACITACIÓN E INVESTIGACIÓN EN DERECHOS HUMANOS EN CENTROAMÉRICA El proyecto Apoyo la Educación, Capacitación e Investigación en Derechos Humanos en Centro América, nace en el departamento de Huehuetenango para dar cumplimiento al interés manifiesto por el gobierno de Finlandia, de desarrollar un programa de capacitación a mujeres indígenas lideresas en el año 2001, el cual se amplía en cobertura y participación al departamento de Sololá en 2004 y posteriormente en el año 2007 se reproduce en ambos departamentos a población mixta de hombres líderes y mujeres lideresas. Finlandia, el país donante que apoya este esfuerzo de educación no formal para pueblos indígenas, es miembro de la Unión Europea desde 1995 e integra un organismo influyente de la política mundial. Dentro del marco de las responsabilidades europeas y globales, la política exterior finlandesa promueve la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos, en concordancia con antiguos valores de los países nórdicos. El proyecto Apoyo a la Educación, Capacitación e Investigación en Derechos Humanos en Centro América desarrolló un escenario de atención regional desde el año 2004, cuando surge la atención conjunta con la República de Honduras, cuyos componentes de Educación Superior y Educación no formal confluyen en el proceso de atención en ambos países. En Guatemala el componente fue ejecutado por la Asociación de Investigación de Estudios Sociales (ASIES), entidad de servicio privada y no lucrativa, que trata de estimular la participación ciudadana en los procesos de búsqueda e implementación de

soluciones concretas para la problemática del país. Desde el año 2002 y hasta el 2010 se realizaron múltiples programas en Sololá y Huehuetenango que permitieron la asistencia de líderes y lideresas de comunidades que viven lejos de la cabecera departamental. En la fase inicial, las capacitaciones se dividían en Nivel A (alumnas que habían cursado hasta tercero o primaria completa) y Nivel B (alumnas que cursan o culminaron el diversificado) y posteriormente fueron complementadas con programas de “Seguimiento” diseñados para reunir a ambos grupos egresados de los programas “normales” o “iniciales”. El éxito de las intervenciones obligó a ampliar el programa al departamento de Sololá, dirigido igualmente a mujeres, y que posteriormente en el año 2007 se convirtió en una intervención mixta. Las propias alumnas egresadas de los programas iniciales, solicitaron la inclusión de hombres en las capacitaciones, argumentaron que muchas veces se violaban sus derechos humanos por ignorancia, desconocimiento y repetición de patrones machistas por parte del sexo masculino. Además se dedicaron múltiples esfuerzos para fortalecer las capacidades de los y las lideresas de las comunidades, en su participación y quehacer en los Consejos de Desarrollo, así como para apoyar el ejercicio de la equidad de género y la promoción de buenas prácticas en el respeto de los Derechos Humanos. Durante los nueve años de intervenciones directas, la planificación de los contenidos fue objeto de inclusiones y adiciones que respondieron a situaciones de coyuntura comunitaria y además las que fueron solicitadas por los líderes y lideresas que fortalecieron su ejercicio de los derechos humanos. El estudio de los diplomados permitió desarrollar actividades de cumplimiento, ya que la metodología propone tres acciones concretas: conocer, reflexionar y accionar. La última exige un cambio de actitudes para nuevas formas de cumplimiento y respeto, dado que los derechos

MOMENTO humanos son una forma de vida que propician un verdadero ejercicio ciudadano, desde lo personal, familiar y comunitario, en beneficio de vidas armónicas y solidarias. La ejecución de los programas de educación no formal para pueblos indígenas dejó grandes experiencias al Gobierno de Finlandia, donante, y a ASIES, ejecutor del componente de la capacitación, prueba de ello es el documento “Modelo de Educación no formal en Derechos Humanos para Pueblos Indígenas y Afrodescendientes”, que de manera conjunta con Honduras se propone para países con parecidas conformaciones étnicas y que además de representar el producto tangible de las experiencias, sirve de modelo que desde el año 2009 se puso en práctica con un nuevo donante para el Departamento de Quiché. TESTIMONIOS DE VIDA DEL LIDERAZGO EN HUEHUETENANGO Y SOLOLÁ “Antes de estos conocimientos yo no sabía nada, pensaba que no valía nada, pero gracias a estas capacitaciones sé lo que vale una mujer y ahora me siento como una persona que tiene valor y derechos que deben ser respetados por todos. Hoy puedo enseñar a mi familia sobre la dignidad de estos derechos y también compartirlos con mis amigos y vecinos” Paula Briceño, Nentón Huehuetenango. Cuando se iniciaba un Diplomado en Derechos Humanos variaban las expectativas de los alumnos y alumnas. La mayoría ingresaba a las aulas con timidez, frente a la presencia de personas desconocidas que los hacían sentirse nerviosos y tensas. Algunos se vieron vacilantes, inseguros de su participación, temerosos de lo que enfrentarían en ese primer día de capacitación. Lentamente se fue “rompiendo el hielo”, comenzaron a relajarse, se conocieron entre sí, descubrieron aspectos en común, las sonrisas afloraron en los rostros. Las historias de sus vidas se develaron al tomar la palabra y poner ejemplos de su familia, trabajo, estudio y comunidad; poco a poco fueron descubriendo en

3 conjunto una nueva forma de vida y de convivencia. “Al principio me asusté, porque los temas solamente los había oído, pero cuando nos ponían en grupos, aprendía mucho, y más todavía cuando la facilitadora nos enseñaba. Yo pensaba siempre que gracias a Dios yo había sido invitada con mi asociación, pues ahora ya podía platicar con las mujeres y los parientes para que no caigamos en la violación de los derechos humanos. En verdad este diplomado no solo me ha servido para aprender, sino también para no tener miedo de hablar en público”. Elvira María Itsep Chán, Totonicapán. “Cuando yo vine y recibí la capacitación en derechos humanos, comencé a aprender todo lo relacionado a estos temas, me sentí ‘renacido’, porque yo no sabía nada de eso antes. Me llamó tanto la atención que las personas tienen derechos y que nadie debe violarlos. Pero nosotros vivimos sin saber esas cosas y cuando alguien viola nuestros derechos humanos, nosotros hasta creemos que eso es lo normal y como líder comunitario es bien valioso saberlo. Nosotros como somos gente pobre, sin estudios, muchas veces somos humillados por la gente que dice saber más que uno. Aquí conocí tantos compañeros y compañeras que creían los mismo que yo, juntos hemos descubierto que se puede vivir de otra manera.” Juan Ventura Conoz, Quiché. “Yo no sabía mucho de los valores, pero aquí aprendí sobre mis derechos, ahora puedo defenderme y saber a quién acudir y cómo presentar mi denuncia. También puedo dar consejos a mis familiares, en especial a mis hijos (cuatro varones y tres mujeres, del valor que todos y todas tienen por igual. Me siento bien conmigo misma, puedo defenderme, porque aquí me han abierto los ojos y los oídos y he aprendido que no solo es reclamar los derechos, sino cumplir con las obligaciones”. Candelaria Montejo Mendoza, Huehuetenango. “Todo lo entendí muy bien. Ahora veo por qué hay tanto trabajo que no se hace bien, si todos somos ignorantes, pues así son nuestras autoridades, que por lo visto no tienen conocimiento de cómo deben

4 realizar su actividad, pero ahora con los conocimientos que tenemos podemos ir a enseñar al resto de vecinos, para que ellos no sean engañados también y se cumpla con la Constitución y vigilar que se cumpla por parte de los guatemaltecos “. Anastacia Morales, San Andrés Semetabaj, Sololá. “Nunca imaginé qué sencillo es un taller como éste, donde uno llega a aprender tantas cosas que la gente no conoce. Cómo me habría gustado que a mi abuelo y a mi papá les hubieran llevado un taller de derechos humanos a su comunidad, les habría servido mucho, pues ellos se murieron sin saber nada del sistema político de Guatemala y lo que hicieron, lo hicieron por pura convicción”. José Bernabé Pablo, Sololá. Para las y los alumnos la experiencia fue impactante: llegaron a tomar conciencia y se reconocieron a sí mismos como seres humanos, personas ciudadanas con derechos y obligaciones. La mayoría reconoció que no sabía que existían, y en muchos casos ellos eran sometidos a tradiciones familiares y culturales que son violatorias a los derechos humanos. Pero el caso de las mujeres fue mayormente interesante, porque ellas viven una doble discriminación, por el hecho de ser mujeres se les restringe el derecho a la educación, son relegadas a los oficios domésticos sin oportunidad de elección, deben estar subordinadas a las órdenes de las figuras masculinas familiares: padres, hermanos, tíos, abuelos, esposos e hijos. “Yo antes pensaba que sólo los hombres valen. En nuestras familias nos discriminan solo por ser mujeres. Nos enseñan desde chiquitas que no tenemos derechos a muchas cosas, incluso nuestros padres o hermanos nos golpean si no obedecemos a lo que nos dicen. “Después sucede lo mismo cuando nos casamos, el esposo es el que manda en todo. Los hombres nos hacen sentir inútiles para todo. Cuando mi esposo me dejó porque se fue para los Estados Unidos y me quedé sola, pensé que me iba a

MOMENTO morir de hambre junto con mis hijos. Pero hubo gente que me brindó apoyo. Supe de este curso y vine. Ahora sé que no solo los hombres pueden salir adelante, sino también nosotras las mujeres. He compartido experiencias de vida con otras compañeras y ahora sé que se puede triunfar y ser alguien en la vida. He sentido un cambio profundo y sé que de hoy en adelante las cosas para mí serán diferentes y mejores, sobre todo porque con este curso ya hemos conformado un grupo de tejedoras que nunca antes habíamos imaginado.” Angelina Escalante Ortiz, Huehuetenango. “Siempre nos han dicho a las mujeres que los hombres valen más, que solamente ellos pueden hacer las cosas y que nosotras no podemos hacer nada solas. Esa idea se la meten a uno en la cabeza desde pequeña, pero en este diplomado hemos aprendido que en Guatemala y en el mundo, los hombres y las mujeres tenemos los mismos derechos y las mismas oportunidades”. Ana Herminia López, Sololá. “Es muy importante este diplomado. A pesar de que solamente tengo 17 años, quería aprender sobre derechos humanos, porque sabía que con eso podría proteger a mi familia y ayudar a los jóvenes que están en peligro de caer en los vicios. Sabía que podría integrarme a organizaciones y así lo hice en el grupo juvenil al que pertenezco. Tengo la experiencia personal, porque mi padre es muy violento. A su lado vivimos una infancia violenta, aquí vine a aprender que eso se llama violencia intrafamiliar, mi madre y mis hermanas fuimos víctimas de golpes y discriminación de parte de mi padre, nos trataba de lo peor. La única solución fue irnos de la casa, porque era difícil hacerlo entrar en razón. Ahora sé como defenderme de las cosas que dice y hacen los hombres abusadores, sé que tengo derecho a vivir, a estar tranquila y a trabajar para salir adelante, como lo estoy haciendo junto a mi madre y mis hermanas. Esta capacitación me ha dado el valor para cambiar mi vida y la de mi familia, así como la confianza para relacionarme con otras personas y conocer a través del Internet sobre otras

MOMENTO organizaciones que también trabajan el tema de los derechos humanos. Martha Antolina Pérez López, Jacaltenango, Huehuetenango. Pero no sólo las mujeres tomaron conciencia de su vida y sus derechos, también los hombres descubrieronn en las mujeres seres humanos con la capacidad de tomar y ejecutar decisiones, desarrollar proyectos, formarse e instruirse como personas y participar activamente en la vida de la comunidad. Surgió entonces la capacidad de valorar y respetar la equidad de género. “Lo más importante que me ha sucedido con el diplomado es personal, porque me ha cambiado la vida (mis actitudes familiares y sociales). Si yo hubiera conocido estos temas antes, tal vez no habría perdido mi primer hogar. Ahora valoro lo que tengo. Aunque el pasado ya no lo pueda cambiar. Antes de conocer sobre los derechos humanos, pensaba y actuaba considerando que los hombres siempre tienen la razón y que las mujeres solo sirven para estar en la casa haciendo los oficios y cuidando los niños. En mi primer matrimonio ambos violábamos nuestros derechos, no hubo golpes, pero sí ofensas verbales e infidelidades. En esta nueva relación de pareja, ya valoramos nuestra participación familiar, respetamos nuestros derechos. Este curso me está ayudando a tener una mejor relación con mi nueva esposa y a entender mis derechos y obligaciones”. Dennis Omar Morales Seto, La Mesilla, Huehuetenango. “Una de las cosas que más me ha gustado de esta capacitación en derechos humanos es el tema de igualdad entre hombres y mujeres. Yo pienso que lograr la igualdad es difícil en nuestras comunidades, porque hay muchos aspectos de cultura que a uno de hombre le cuesta entender y aprender. Pero cuando uno analiza la vida de nuestras mujeres, en verdad hay mucha discriminación e injusticia. Por ejemplo: cuando se da la repartición de la herencia en las familias, siempre se les da más a los hijos varones. Porque dicen los ancianos que los hombres

5 tendrán que hacer su propia familia y que a las mujeres se las llevará y mantendrá el marido, sin embargo, si el esposo las deja, ellas se quedan sin nada. Lo mismo sucede con la educación, prefieren los padres mandar a estudiar a los varoncitos que a las mujercitas, lo mismo, dicen que las niñas mejor que se queden aprendiendo los oficios de la casa, porque de todas formas ellas se quedarán cuidando su hogar cuando sean grandes. También ahí están en desventaja las mujeres”. Jesús Toc Cosiguá, Chuimanzana, Sololá. “Antes de venir al diplomado yo me comportaba pesado y abusivo con las mujeres de mi casa, a mí me enseñaron que ellas solo sirven para estar en la casa. A veces me daba risa cuando veía una mujer dando órdenes. Cuando comenzaron las clases y las mujeres opinaban, yo pensaba que era mejor que se quedaran calladas. Pero con las clases recibidas aquí, sentí la vergüenza por mi ignorancia, fui cambiando mi mente, en verdad ellas tienen todo el derecho de opinar, estudiar, hacer muchas cosas. En mi casa ahora hasta se quedan asustadas mis hermanas de mi comportamiento, porque soy amable y hasta les digo que voy a ayudarlas en algunas cosas de la casa”. Marcos Pascual Marcos, La Libertad, Huehuetenango. Las y los estudiantes ya capacitados indican cómo la intervención produce un cambio radical en sus vidas, desde las relaciones familiares de pareja hasta las laborales; pero también toman conciencia de los problemas de su entorno, dejan la apatía y descubren que ellos pueden ser vehículos de cambio y desarrollo para sus comunidades. “Aquí hemos aprendido muchísimo más que en la universidad, a donde no podemos ingresar por nuestra escasa educación, pero yo sí estoy convencida de que manejo más leyes que algunos abogados y además puedo visualizar con mi comunidad su propio desarrollo. En este diplomado he aprendido la forma correcta de buscar solución a los problemas que enfrentamos los vecinos en

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MOMENTO nuestra comunidad. Aprendí a no tener miedo para ir a buscar a las autoridades que tienen la obligación de atendernos y resolver los problemas. No importa que no seamos profesionales, si nos preocupamos podemos resolver entre todos aquellas dificultades. Qué bueno que Finlandia y ASIES sí nos han dado la mano y el conocimiento”. Anabely Cano, La Unión Cantinil, Huehuetenango. “Este tipo de diplomados debiéramos recibirlos desde la escuela, ya que allí nos enseñan muchas cosas que no son de tanta utilidad y, en cambio aquí sí se aprende a ser autoridad si uno quiere, o por lo menos aprende uno a ser buena ciudadana. Las mujeres siempre hemos tenido mala suerte, porque no nos toman en cuenta, pero ahora ya sé que no tengo que esperar, sino que también debo levantar el ánimo para estar presente y prepararme más y ayudar a las mujeres que no saben leer ni escribir. Ahora me siento más segura con las herramientas recibidas. No tengo una gran carrera, pero siempre he estado segura de que quiero servir a la comunidad, ya que yo los represento en el Cocode y debo hacer todo lo que esté a mi alcance por darles voz a quienes no la han tenido”. María Marta García López, San Juan Ixcoy, Huehuetenango. “Lo que más me ha gustado de las capacitaciones y actividades relacionadas al tema de los derechos humanos, es descubrir la capacidad que tenemos todos de desarrollarnos, que no somos gente incapaz tan solo porque vivimos en lo rural. Que tenemos derecho a aprender y a tener oportunidades para salir adelante. Estas capacitaciones nos hacen bien, en especial a las mujeres. Cuando tenemos experiencia y conocimiento, podemos salir adelante. Yo quisiera más capacitaciones porque día a día tenemos nuevos retos que enfrentar, sobre todo por las necesidades en las que se vive en las comunidades”. Josefa Mendoza Puzul, Naualà, Sololá. “Lo que sucede es que la gente no conoce los derechos humanos, no sabe que existen leyes, las cuales deben cumplirse. Por eso hay tanta

injusticia y violación a los derechos de las personas, porque la mayoría de veces no saben que pueden defenderse. El ejemplo de esto que le cuento es en época del conflicto armado, cuando mataron y lastimaron a tanta gente. Todas las víctimas nunca se animaron a denunciar muchas veces por miedo y otras por desconocimiento, entonces todo quedó impune. Es muy triste recordar cuánta injusticia hubo y nada se pudo hacer. Todavía en estos días la gente no sabe a dónde acudir o qué hacer cuando le sucede algo malo. No saben cómo hacer una denuncia, o a qué institución acercarse y cómo defenderse, en cambio yo ahora con este diplomado sí sé qué hacer y lo estoy haciendo con mi comunidad”. Martín Morales Ordóñez, Santa Catarina Ixtahuacán,La Vieja, Sololá. “Este año específicamente estoy participando en un partido político y este curso nos ayuda conocer cómo debemos trabajar efectivamente, pues hemos tenido muchas malas experiencias, y yo con lo que he aprendido puedo ahora evitar malos manejos de la verdad o de la opinión dentro del partido, sobre todo en la participación política que recibí y, además ahora ya sé cómo debe ser y cómo debe actuar un líder político democrático.” Marcelino Ajcalón Yaxón, Santa Clara La Laguna, Sololá. Muchos de los y la asistentes en los diplomados habían deseado participar activamente en agrupaciones sociales, religiosas y políticas, buscando resolver problemas o innovando proyectos para beneficio de todos; sin embargo, por falta de conocimiento y fe en sí mismos dejaban a un lado sus intenciones y continuaban marginados de estos quehaceres ciudadanos. “A mí me gusta participar como líder de mi comunidad en muchos eventos, yo participé en CENOC, estuve en la URNG y participo en todas las reuniones que me dicen o llaman, pero siempre estaba callado, no decía nada ni opinaba de lo que en la reuniones decían los demás. Desde que vine a la capacitación en derechos humanos me siento muy profesional en lo que hago y digo, porque ahora tengo muchos conocimientos.

MOMENTO Quiero seguir estudiando, conocer muchas cosas, participar en todas esas reuniones, pero ahora no me voy a quedar callado, voy a decir todo lo que pienso y siento. Después de recibir estas capacitaciones pienso que los habitantes de las comunidades necesitan tanto para aprender, son tan pocas las oportunidades que tenemos aquí en nuestros ranchos. Pienso que hay mucho trabajo por hacer”. Daniel Toc Cosiguá, Sololá. “Un sobrino mío participó en uno de estos diplomados, él me contaba todo lo que se aprendía y yo quise participar para saber también. Lo que más me llamaba la atención era conocer sobre las leyes y los derechos de los ciudadanos. Yo quería saber cómo se forman los COCODES, porque en mi barrio queríamos formar uno. Vine al diplomado y ahora estamos formado el grupo de vecinos para comenzar a buscar soluciones a nuestros problemas.” Lorenzo Martín Antonio, La Libertad, Huehuetenango. “Para mí es muy interesante conocer la diferencia entre un derecho humano y un derecho constitucional, entre qué es un delito y una violación. Ahora sabemos cómo las leyes se aplican en cuanto a derechos humanos se habla. Yo siento que uno se puede preparar aún más, de esta forma uno puede tener intervenciones con fundamento legal y así ayudar a los demás, estos conocimientos le permiten a una poder participar en las reuniones de la Municipalidad, en la de los COCODES, y poder hablar de los temas sin tener miedo y entonces analizar las palabras de las autoridades o de los candidatos cuando vienen las elecciones, así ya no nos engañan. Todo esto me entusiasma, me gusta, me hace sentir diferente”. Catalina Quisquín Tuy, Aldea Guineales, Santa Catarina, Sololá. “Yo estoy agradecida, pues esto me da las herramientas para trabajar con las demás mujeres y compartirles lo que es una organización partidaria y cómo podemos las mujeres trabajar por una organización, pero exigiéndole a los candidatos que nos den a conocer sus pensamiento ideológico y no que a nosotras siempre nos han tomado el

7 pelo, pero es por nuestra ignorancia”. Catarina Tziquní, Nahualá. “Todo lo que he aprendido en este diplomado me está sirviendo mucho en mi trabajo, porque participo en la Comisión de la Mujer. También apoyo a CONIC convocando a las personas y dando capacitaciones si es necesario. Ahora tengo otra forma de ver las cosas, me siento más preparada, consciente de lo que estoy haciendo y desde luego estoy contenta y hago mi trabajo con felicidad, porque estoy segura que si yo transmito a estos grupos mis conocimientos y mi alegría, la gente también tendrá interés y hará cambios muy importantes en su vida”. Rosa Liliana Cuc Chopén, San Pablo La Laguna, Sololá. “Esto es muy bueno, porque ahora hasta podemos pensar en formar un Comité Cívico, pero antes hay que entender el sistema que nos manda en Guatemala y hacer bien las cosas, no que siempre estamos pensando en que el Gobierno de la capital nos resuelva todo”. José Luis Chonay, Santa Catarina Palopó, Sololá. Durante el diplomado impartido en Sololá 2009, se contó con la presencia de autoridades municipales comunitarias y agentes de la Policía Nacional Civil, situación que enriqueció la intervención, porque también ellos manifestaron la necesidad que tienen de capacitarse, aprender nuevos conocimientos en el quehacer ciudadano. También tuvieron la oportunidad de conocer y entablar debates sobre los problemas que afrontan como habitantes de las comunidades con el resto de participantes. “Soy Coordinadora en COCODE por ser Alcaldesa comunitaria y en COMUDE soy suplente. Todos los contenidos llenaron mis expectativas por lo tanto enriquecieron mis conocimientos. Ahora siento que puedo mejorar mi trabajo en las agrupaciones en las que participo. Doy gracias a Dios por haberme permitido participar en este diplomado, pero al mismo tiempo, quisiera que otras mujeres de mi comunidad también vinieran,

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para que aprendan sobre los derechos humanos. Yo estoy segura que mientras más aprendamos sobre cómo ser mejores ciudadanos y mejores personas, los problemas del país se irán resolviendo”. María Antonieta Vásquez Chuj, Alcaldía indígena de Sololá. “Yo estoy agradecido porque solamente estuve un año en la escuela. Ahora que soy Alcalde Comunitario siento una gran responsabilidad, pero gracias a Dios vino este diplomado que me dio las buenas herramientas: 22 problemas me vinieron y 22 soluciones me dio el diplomado. Estoy muy contento y quiero seguir estudiado en donde me puedan recibir, pero este diplomado sí que es como la Universidad de la vida democrática, que nos enseña cómo atender las necesidades de las comunidades.” Esteban Pablo Xoquic, Alcalde Comunitario de Chuiquel de la Alcaldía Indígena de Sololá. “Ha sido una oportunidad única largamente deseada porque a mi alrededor hay muchas mujeres que no tienen quién las ayude, ni siquiera los entes encargados de su protección. Las instituciones no se han ocupado de su progreso. Pero cuando hay que hacer publicidad, entonces sí llegan en camiones a juntar a las mujeres y a llevarlas para que hagan presencia, les dan una su toallita y un su pachón, pero no se preocupan de llenarles el pachón con algún líquido alimenticio. Por eso me estoy preparando, para poder ayudar a esas mujeres que tienen todo el derecho de ser felices y así ponerlas al tanto de sus derechos, de las instancias que las protegen y de las leyes del país.” Edna Velásquez, Alcaldesa del Cantón Zona 2 de Totonicapán. “Yo soy un buen agente, pero ahora me doy cuenta de que recibí instrucción represiva, ahora aprendí que existen los derechos humanos y que aun los delincuentes tienen derechos. Esta capacitación me será muy útil en mi profesión, ahora tendré en cuenta muchas cosas, especialmente que todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derechos y que ellos también

deben cumplir con éstos. En mi casa ahora, después de este diplomado, veo mejor la vida, pues mi esposa tiene el derecho de estudiar y ya platicamos, que en cuanto nuestra hija sea mayorcita, mi esposa irá al Instituto a seguir su preparación. Es mentira que yo cocine y limpie mi casa ahorita mismo, pero les cuento que estoy aprendiendo, pues así nos queda más tiempo a los dos como familia para tomar cursos que nos ayuden y poder disfrutar de momentos familiares”. Genaro Isaac Ovalle, Agente de la PNC, Sololá. “Yo aún soy soltero, pero me preocupa que como agente joven, me toque recibir todos los insultos de la población, por todo lo que han hecho algunos policías de antes. Ahora yo les puedo demostrar que en mi persona hay más respeto por todo ciudadano y ciudadana que me aborda en la oficina y en las calles. Ahora con este diplomado me doy cuenta que es mucho lo que ignoramos como ciudadanos y como representantes de la autoridad, sin embargo es bueno que existan estos cursos para que toda la sociedad tenga este conocimiento, ojalá que este diplomado se instituya como un eje de la educación de adultos y líderes de forma permanente. De la manera que lo hace ASIES, es más sencillo y fácil entender el valor de la vida democrática y sobre todo, porque con muy buen modo nos enseñan que debemos hacer de los derechos humanos nuestra forma de vida, así sí se consigue una buena armonía y no se transgrede la ley por ignorancia. Sobre todo nos ejercitamos con el diálogo, tolerancia y respeto por todos y todas.” José María González, Agente de la Policía Nacional Civil de la Subestación de Sololá. Uno de los módulos con mayor éxito fue el de salud mental cuyo principal objetivo promueve el autoconocimiento y aceptación del ser humano, desarrolla las capacidades de consejería y guía en beneficio de la salud mental de las comunidades y en especial la atención frente al desastre. Induce el proceso de autoconocimiento, sensibiliza y fortalece la aceptación de sí mismo, promueve acciones en salud mental para ejercer un liderazgo

MOMENTO sano y dota de instrumentos idóneos en consejería al guía comunitario. El módulo provoca en los y las alumnas una catarsis existencial del dolor guardado en su corazón y la mayoría ha manifestado sentirse mejor emocionalmente al terminar estos cursos. “En el curso de salud mental, uno aprende a quererse, esto quiere decir a tener una buena autoestima. Estos temas fueron los que más me gustaron durante la capacitación, porque después de recibirlos, uno se valora más y también a las demás personas. Se toma conciencia que hombre, mujer, niño y anciano, todos tenemos los mismos derechos, esto quiere decir: educación, salud, vivienda, etc. En lo personal me ayudó mucho este curso, porque resulta que tenía muchos problemas con mi suegro, cuando yo todavía era novio de mi esposa. Mi suegro no aceptaba nuestra relación de noviazgo. Conforme se fue desarrollando el tema de salud mental, comprendí muchas cosas, entonces también entendí a mi suegro. Cambié mi forma de ser con él, y los resultados fueron inmediatos, porque mi suegro también cambió. Todo salió bien, me casé con mi novia y ahora me llevo bien con mi suegro”. Heriberto Elías Pacal Toj, Sololá. “Durante toda la capacitación de derechos humanos, fue el módulo de salud mental el que me causó mayor atención, porque si alguien se quiere y aprecia puede ayudar a los demás. Pero si no me quiero y no me aprecio, cómo voy a poder ayudar al resto de personas que están a mi alrededor. Ahora yo considero que la base de la felicidad y la armonía es el estar bien consigo mismo, estar de acuerdo en todo lo que hacemos y decimos. Y cuando tenemos problema debemos buscar soluciones, preguntar a las personas indicadas. Yo pienso, a partir del curso de salud mental, que debemos buscar las raíces de la violencia que tanto daña nuestros pueblos en estos tiempos. Debemos meditar en el tipo de vida que han tenido las personas que se dedican a ser delincuentes.

9 Seguramente tuvieron una mala niñez, fueron golpeados, los hacían sentir humillados y despreciados. Creo que debemos buscar la forma de ayudar a esas personas”. Loída Noemí Can Martín, Concepción, Sololá “Me siento muy contenta, porque descubrí que todo lo que sentía no era locura, sino que tiene una razón de ser y es que de niña fui muy maltratada y logré salir adelante, por pura suerte. Ahora con el curso de salud mental me siento más tranquila y puedo compartir con la gente, pues estoy segura que en mis vecindades hay muchas mujeres con el mismo problema y hay que ayudarnos”.Karyn Rosibel Choy García, Cantón Cooperativa, Sololá “Yo ya había recibido cursos de leyes y también sabía sobre derechos humanos, pero no conocía nada sobre el tema de salud mental, cuando lo recibimos eso fue totalmente nuevo para mí. Realmente me impactó mucho, porque durante esas clases aprendimos a ser tolerantes, positivos, a creer en el ser humano, a creer en nosotros mismos y a estar conscientes del desarrollo de las personas”. German Ottoniel Sinic Macario, Santa Lucía Utatlán, Sololá. “Antes era muda, no podía expresarme. Antes tenía miedo. A mí me sucedía esta situación, porque yo viví muchos años con mi suegra y ella me trataba muy mal, no le gustaba nada de lo que hacía, aconsejó a mi esposo que se fuera para los Estados Unidos, y él se fue, me dejó con los cuatro niños, nunca me mandó dinero para mantenerlos. Fueron días muy tristes y de angustia para mí. Un día me llegaron a hablar que formara parte de un comité de agua y por eso fui seleccionada para asistir a este diplomado. Ahora que vine a las capacitaciones pude superar el miedo. Con el curso de salud mental pude dejar de tener miedo, ahora puedo opinar, hasta me animo a hablar de pie frente a grupos de personas, como lo hago con los y las del comité. Trabajo en otras organizaciones de mujeres, puedo compartir, orientar y recomendar a otras mujeres

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lo que se debe hacer en situaciones difíciles o con problemas parecidos a los míos”. Angelina Clara Nicolás Simón, Aguacatán, Huehuetenango.

para que las cosas cambien y sean mejor tratadas las mujeres y los ancianos”. Ana Lucía Chávez, Santa Lucía Utatlán.

Otro módulo que despertó el interés de los y las alumnas del diplomado en derechos humanos fue el de “ciclo de proyectos”, el cual tiene como objetivo fortalecer las capacidades y proyección del liderazgo de los y las participantes en la promoción de las mejores prácticas para la transformación de las realidades comunitarias.

“Considero una excelente oportunidad haber hecho la investigación sobre la violación a los derechos humanos, pues eso me permitió visibilizar más los problemas que tenemos y que por miopía no los vemos o no los queremos ver. La oportunidad de los talleres, a pesar de que imparto clases a mis alumnos, me permitió descubrir cuánta necesidad hay de adultos que no han tenido la ocasión de ser respetados y tomados en cuenta. Esta parte me dio muchísimas satisfacciones y me sentí más comprometido con mi departamento.” Luciano Sicay, Sololá.

“Nunca nos habían enseñado a hacer proyectos ya que en nuestro pueblo siempre teníamos que pagar a un proyectista que nos cobra muy caro y además nos decía que no había salido aceptado y que no nos habían autorizado y de todas maneras teníamos que juntar para pagarle. A saber si él hizo lo correcto, pero ahora ya nosotras sabemos lo básico y podemos hacerlo directamente. Eso nos llena de felicidad, porque para nosotros es un gran paso tanto en nuestra vida como para nuestra comunidad. Gracias a la forma en que los maestros enseñaron podemos darnos cuenta que no es algo tan difícil de hacer, si lo hacemos entre varios vecinos, cada uno aporta sus ideas y conocimientos y el proyecto va quedando mejor”. Rosa Maruca Delgado, de Jacaltenango, Huehuetenango. La multiplicación hacia las comunidades conllevó el compromiso de la lideresa y el líder de dar a conocer lo aprendido dentro del aula, con ejemplos de la comunidad y en el idioma local, además de que se realizó una investigación comunitaria que desarrolló en los y las participantes, mayores calidades para plasmar la realidad que se vive y las soluciones para esa problemática. “El trabajo de los talleres en las comunidades fue duro, pero el interés de las personas me motivó a seguir adelante, sobre todo, porque se imparten en el idioma de la comunidad. Cuando se tocan los temas de los derechos de las mujeres y de los ancianos, los pobladores siempre manifiestan que deben hacerse muchas pláticas con los jóvenes,

“Qué importante es conocer cómo hacer una investigación comunitaria, de esta forma conocemos realmente por qué suceden los problemas y también la forma de resolverlos. Por ejemplo, yo investigué sobre la falta de agua en mi comunidad, ahora hasta creo que tengo algunas ideas de cómo resolver esa situación. Si es tan sencillo que todos colaboremos, pero como estamos en la ignorancia, pues actuamos muy mal con la naturaleza”. Marco Tulio Vásquez, Chiantla. “Participo en organizaciones sociales realizando actividades educativas para la comunidad. Puedo aplicar los conocimientos que he aprendido en el diplomado, ayudando, aconsejando y capacitando para abrir brecha en la vida de cada ser. Aquí vine a conocer y aprender una metodología muy bonita para poder transmitir los conocimientos. Además también se aprende a organizar talleres. Al principio uno tiene temor, piensa que organizar uno es algo muy difícil, pero después resulta que no y la satisfacción es muy grande”. Fredy Alexander Choy García; Sololá. Las intervenciones despertaron el interés y análisis de diversidad de temas, algunos conocidos para las y los participantes y desconocidos para otros. Durante las clases en los debates y talleres se

MOMENTO produjo el intercambio de opiniones, se despejaron dudas y juntos construyeron soluciones a los problemas diarios, comunitarios y hasta nacionales. “Existen muchas autoridades que piensan que somos tontos, creen que dependemos totalmente de ellos y por eso se aprovechan de nuestras necesidades. Los gobiernos hacen lo mismo, es como si se burlaran de nosotros, pero cuando están en campaña política, entonces aparecen queriendo resolver todos nuestros problemas y cuando salen electos, ni se acuerdan de lo que prometieron. Aquí tuvimos la oportunidad de ver cómo nosotros podemos promover la resoluciòn “. Orvil Vásquez, Presidente de Cocode en San Pedro La Laguna. “Muchos de nosotros venimos de una formación de izquierda, pero no habíamos recibido nunca una variedad tan valiosa de temas. Pareciera que solamente fuimos utilizados para “taponear” calles y no se preocuparon por nuestra formación ciudadana, ya que yo solamente leí documentos socialistas y claro, todavía quedan en mi mente muchas ideas, pero este diplomado me ha dejado grandes lecciones. La metodología es muy accesible, aquí se tratan las cosas que nos pasan y entre todos les buscamos soluciones.” Gloria Estela Ixcamparic Tzoc, Sololá. “Al llegar a mi asociación quería aprender mucho, pero allí las cosas se ven limitadas pues nuestros dirigentes no tienen la mentalidad del verdadero líder, pareciera que siguen aprovechando el momento. Sin embargo, gracias a ellos yo he venido a aprender cosas reales de mi Guatemala y eso me da fuerza y valor par acompañar a mis hermanos de las comunidades”. Anita Cárdenas, Jacaltenango. “Yo sabía de la Constitución, pero no sabía para qué era, ni cómo leerla. Cuando me la entregaron en el diplomado me sentí muy contento, pero ahora sí que estoy más feliz, pues sé como leerla y encontrar lo que debo saber y enseñarle a mi familia

11 y a la gente de mis comunidades”. Silvia Petronila Cojón de Tecún, Sololá. “Eso del ambiente sí que es cosa seria y lo peor es que yo soy la primera que viene degradando más la naturaleza, sobre todo con eso de que no tenemos la costumbre de poner la basura en su lugar. La tiramos por todos lados y no nos preocupamos por los nacimientos de agua, ni por los bosques. Entonces ahora, sí que estoy preocupada, pero tengo algún conocimiento después de este diplomado de no continuar siendo una depredadora”. Rosa Lilian Cuc Chopen, Sololá. “Ahora sí me dí cuenta de lo importante que es manejar las crisis y no esperar que ‘nos llegue el agua al cuello’, peor con los conflictos que se dan en nuestras comunidades en donde ya no creemos en la justicia, pues está del lado de los sinvergüenzas que tienen el dinero para comprar a los jueces”. Levy Sutherland, Sololá. EXPERIENCIAS Y ANÉCDOTAS En Huehuetenango y Sololá se sucedieron vivencias que le dieron un valor agregado a la capacitación. “Otra de las cosas que han sido importantes y quiero dejar plasmada es que cuando mi grupo comenzó la capacitación en derechos humanos, las cosas no fueron fáciles, tuvimos muchos obstáculos. Por ejemplo: había derrumbes en las carreteras, para ir y venir a la capacitación los sábados, llegábamos con lodo en los vestidos, pero nos daba aliento venir a aprender cosas nuevas y valiosas. También libramos problemas familiares, en lo particular mi única hija padece de problemas de salud desde que nació, entonces dicha situación me complica más todas mis actividades, además de dejar limpia la casa, hecha la comida y compuesta la ropa. Pero aquí aprendí a seguir adelante, con estas capacitaciones logré desarrollarme y ahora trabajo con jóvenes aplicando mis conocimientos en derechos humanos.” Genoveva Lorenzana, Huehuetenango.

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“Cuando se trabaja en las fincas con las mujeres y se les revela de cómo tienen derechos, dependiendo de la forma en que se les da a conocer esta información, suceden reacciones adversas a las que uno como monitor espera. A veces surgen conflictos muy serios entre las señoras y sus esposos, o las muchachas con sus padres y hermanos. Ellas toman actitudes radicales y comienzan a pelear con los hombres de la casa. Hemos tenido problemas de este estilo y debemos ir después a mediar, a platicar nuevamente con las mujeres y con los hombres también para equilibrar el derecho, respeto y obligación”. Lucas Chiroy Noj, Alumno y Monitor de Talleres, Sololá. “Yo escogí mi tema de violación a los derechos humanos un día que estaba tomándome una gaseosa en una tienda. Enfrente había una cantina donde un señor con unos sus amigos estaban tomando licor. La esposa del señor insistía en llevárselo de ahí. Pasaron mucho rato ahí discutiendo, ella se salía y se sentaba en la calle para esperarlo, él continuaba bebiendo. Al fin ella logró sacarlo de la cantina y llevárselo, se fueron por la calle discutiendo. Me quedé imaginando todo lo que podría suceder cuando esa pareja llegara a su casa, porque el señor iba muy enojado. Seguramente le pegaría a la esposa y a los hijos, pensé. Saqué mis propias conclusiones. Lo manejé como un hecho real. Esta experiencia me hizo reflexionar de tantas cosas que suceden a nuestro alrededor y no nos damos cuenta”. Francisco Ortiz Gómez, Huehuetenango. “Tuve la experiencia de conocer el caso de un muchacho de mi comunidad, le gustaba robar, las autoridades locales lo habían aprehendido varias veces y luego de unos días de estar en la prisión, lo dejaban en libertad, pero volvía a robar. Los miembros de la comunidad estaban muy molestos por esta situación, entonces decidieron aplicarle la justicia maya, la cual consistió en cargarle todos los objetos robados en la espalda y lo

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hicieron caminar por toda la comunidad. Después su mamá le dio 25 azotes y le cortaron el pelo. Yo pregunté si eso era correcto. Entonces me respondieron que sí, con eso el muchacho dejaba de hacerlo, entonces estaba bien. En lo personal, creo que si con eso se logra remediar el problema puede continuar la aplicación”. Giovanni Arturo Aguirre Castillo, Huehuetenango.

CASO PARADIGMÁTICO Todos y cada uno de las y los alumnos durante los Diplomados de Derechos Humanos tienen su historia particular y al finalizar la intervención, el “efecto transformador” es evidente. Sin embargo, es muy importante mencionar el caso del joven José María Jeatz Chalcú, en Sololá, quien a lo largo de las intervenciones “normal” y de “seguimiento” ha desarrollado nuevas aptitudes de vida , su personalidad dio un cambio radical y hoy día es un líder comunal con gran convocatoria y su deseo de superación lo está llevando por nuevos caminos de estudio. “Estuve triste durante muchos años, porque en 1991, cuando se vivía el conflicto armado, machetearon a mi papá y a mi mamá. No pudimos hacer nada para buscar justicia, ni siquiera demandar, porque estábamos demasiado asustados y no teníamos idea de cómo buscar ayuda. Mis hermanos y yo vivimos tiempos muy difíciles, tratando de entender por qué vivíamos así. A pesar de que había participado en grupos como URNG, ha sido la capacitación en Derechos Humanos la que me dio la luz para entender muchas cosas y hacerme sentir que yo puedo hacer cambios en mi comunidad y en Guatemala. Ahora yo pienso que las personas de las comunidades rurales tienen mucha necesidad de aprender, porque si no lo hacen, nunca saldrán de la pobreza. Ahora hago mi tiempo para estudiar, leer varias veces el material que aquí nos dan, participo en otros grupos de mi comunidad y trato de entender lo que dicen y participo

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activamente de lo que dicen y hacen. Aunque yo no soy un profesional con título, ahora tengo muchos conocimientos sobre derechos humanos y quiero aprender aún más, para poder seguir ayudando a mi gente.” José María compuso una canción dedicada especialmente al Programa de Capacitación: Nace el sol con sus rayos brillantes y los campos se llenan de flor campesino despierta, adelante con ASIES y Finlandia que es la solución. Campesinos de oriente, occidente campesinos del norte, y del sur de toda Guatemala que quiere vivir ….ahora vienen los derechos humanos que son la mera, mera verdad y con nuestros esfuerzos unidos, son la mera, mera solución. Por la vida y la tierra nos esforzamos en cambiar… Nada más con un adiós y buena suerte a ASIES y FINLANDIA Que nos vinieron a dar la libertad con los derechos humanos universales.

ASOCIACIÓN DE EGRESADOS EN SOLOLÁ Como fruto de las capacitaciones se conformó en el departamento de Sololá una Asociación que aglutina a participantes de todos los programas desarrollados y es así como durante el mes de junio se recibió la Escritura Pública de la Asociación de Desarrollo Integral de Guatemala, ADIG, entidad que se propone realizar actividades para la promoción de la educación y el desarrollo de las comunidades de Sololá y Totonicapán.

CONCLUSIONES Durante nueve años con el apoyo del Gobierno de Finlandia, ASIES desarrolló programas de educación no formal para pueblos indígenas en Huehuetenango, Sololá y proyección a Totonicapán y Quiché, lo que permitió que el Modelo de Educación no formal, principal producto propuesto de estas intervenciones, se convirtiera en una realidad para fomentar nuevas capacidades en el liderazgo local, en el que hombres y mujeres, representantes de las comunidades del interior de la República, encuentran el conocimiento y el ejercicio de su ciudadanía responsable a través de acciones de formación y apropiamiento de los derechos humanos como sistema de vida, con la transformación de actitudes personales, multiplicación de los conocimientos a sus comunidades y el fortalecimiento de los gobiernos locales.

RESUMEN DE INTERVENCIONES DESDE EL AÑO 2002 AL 2010 Capacitaciones en Huehuetenango y Sololá

800

La Red en Sololá Asociación de Desarrollo Integral de Guatemala, ADIG

40

Conocimientos multiplicados en Talleres Comunitarios

15,000

participantes (egresados de programas) personas

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BIBLIOGRAFIA

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Asociación de Investigación y Estudios Sociales Apartado Postal 1,005 A Ciudad Guatemala Guatemala, C.A.

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Proyecto de Difusión de Derechos Humanos en el Sistema Escolar. Educación en Derechos Humanos. Guatemala.

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Grupo de Apoyo Mutuo. Informe sobre la situación de derechos humanos y hechos de violencia al mes de diciembre 2009. www.gam.org.gt