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“…esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad… y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso” Ezequiel 16:49. John Piper dice: “Varios estudios han mostrado que cuanto más ricos somos menos dinero damos a la iglesia y a las misiones. La parte más pobre ...
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MAYORDOMÍA Y MISIONES “…esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad… y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso” Ezequiel 16:49 John Piper dice: “Varios estudios han mostrado que cuanto más ricos somos menos dinero damos a la iglesia y a las misiones. La parte más pobre de la iglesia da el 3.4% de sus ingresos, en tanto que la parte más rica da el 1.6 % (Estadística de E.U.) Este es un principio muy extraño que probablemente tiene que ver con la pecaminosidad de nuestro corazón, pero también con la suficiencia de Cristo. Las dificultades como la persecución o la escasez suelen ser más eficaces que la comodidad a la hora de motivar a la gente para orar y ofrendar para las misiones. “Jesús dijo que “un rico difícilmente entrará en el reino de los cielos” Mateo 19:23, y parece que también difícilmente ayudará a los demás a entrar. Así lo dijo Jesús en la parábola del sembrador, Marcos 4:19 “pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” Infructuosa para las misiones y casi para cualquier otra buena obra. “La persecución puede tener efectos dañinos sobre la iglesia, pero parece ser que la prosperidad es aún más devastadora para la misión a la que Dios nos ha llamado. No es que debamos buscar la persecución; eso no sería más que arrogancia. Lo que quiero decir es que debemos desconfiar de la prosperidad, la comodidad y la abundancia excesivas. Y no debemos desanimarnos, sino llenarnos de esperanza si nos persiguen por causa de la justicia, porque lo que vemos en Hechos 8:1 es que Dios utiliza la persecución para beneficio de la misión de la iglesia.” El precio para que la obra misionera y de la iglesia avance es inmenso y Dios lo ha suplido desde siempre, en su mayor parte por medio de hermanos como los macedonios que “…con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos” 2 Corintios 8:3-4. La gracia, poder y soberanía que Dios ejerce como cabeza de la iglesia, la cuida y sustenta, y es suficiente para alcanzar a la gente que él ha llamado. Este material fue tomado del Boletín dominical de la Iglesia Bíblica Unidos en Cristo (IBUC) en Monterrey, NL, Méjico. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.