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4 DE FEBRERO SAN JUAN DE BRITO, sacerdote; BEATOS RODOLFO ACQUAVIVA, sacerdote, y compañeros; FRANCISCO PACHECO, CARLOS SPÍNOLA, sacerdotes, y compañeros; SANTIAGO BERTHIEU, sacerdote; LEÓN MANGIN, sacerdote y compañeros
Mártires Memoria En esta memoria se celebra a varios mártires de la Compañía de Jesús muertos en tierras de misiones por la profesión de la fe. Tales son: San Juan de Brito († el día 4 de febrero de 1693 en la Misión del Maduré, canonizado por Pío XII, en 1947); Beatos Rodolfo Acquaviva y cuatro compañeros († el día 25 de julio de 1583 en la India, beatificados por León XIII en 1893); Beatos Francisco Pacheco († el día 20 de junio de 1626), Carlos Spínola († el día 10 de septiembre de 1626) y 31 compañeros († el día 8 de junio de 1896 en la Isla de Madagascar, beatificado por Pablo VI en 1965) y tres compañeros († los días 19 de junio y 20 de julio de 1900 en la Misión de China, beatificados por Pío XII en 1955).
ANTÍFONA DE ENTRADA El Dios de toda gracia, que os ha llamado como cristianos a su eterna gloria, os restablecerá, os afianzará, os robustecerá.
1 Pe 5, 10
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ORACIÓN COLECTA Oh Dios, que elegiste a tus bienaventurados mártires, pregoneros y testigos del Evangelio; llena del abundante fruto de tu justicia a los que sin temor anuncian la palabra de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive.
PRIMERA LECTURA Aunque se desmorone la morada terrestre en que acampamos, sabemos que Dios nos dará una casa eterna en el cielo. Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Corintios
4, 16-5,1
Hermanos: Nos no desanimamos. Aunque nuestra condición física se vaya deshaciendo, nuestro interior se renueva día a día. Y una tribulación pasajera y liviana produce un inmenso e incalculable tesoro de gloria. No nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve. Lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno. Aunque se desmorone la morada terrestre en que acampamos, sabemos que Dios nos dará una casa eterna en el cielo, no construida por hombres. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL R,/ Hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador. V./ Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos, tanto ardía su ira contra nosotros. R,/ Hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador. V./ Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes.
Sal 123, 2-3.4-5.7b-8
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R,/ Hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador. V./ La trampa se rompió y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra R,/ Hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador.
ALELUYA
St 1,12
Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque una vez aquilatado recibirá al corona de la vida.
EVANGELIO Si me han perseguido a mí, también a vosotros os perseguirán † Lectura del santo Evangelio según San Juan
15, 18-21
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya; pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi Palabra, también guardarán la vuestra. Y todo esto lo harán cono vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió. Palabra del Señor.
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ORACIÓN DE LOS FIELES Pidamos al Señor la Sabiduría que nos lleva a la Vida verdadera. - Para que, como nuestros mártires, menospreciemos las cosas de esta vida y acertemos a valorar las eternas, roguemos al Señor. - Para que en nuestro apostolado sigamos un proceso de adaptación, con el único objetivo de llevar las gentes a Cristo, roguemos al Señor. - Para que el comportamiento de nuestra vida religiosa sea capaz de suscitar vocaciones misioneras, roguemos al Señor: - Para que nuestro nivel de vida, individual y comunitaria, sea un testimonio claro y convincente de nuestra total entrega a Dios y a los hombres, roguemos al Señor: - Para que, a imitación de San Juan de Brito y sus compañeros, no dudemos en dar nuestra vida por la salvación de aquellos a los que evangelizamos, roguemos al Señor.
Señor, tú sabes que no podemos por nosotros mismos llevar adelante la obra que nos has encomendado. Danos siempre la ayuda que nos falta para ser en todas partes instrumentos útiles de evangelización. Por Cristo, nuestro Señor. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Te suplicamos, Señor, que santifiques con tu bendición los dones que te hemos ofrecido y que robustezcas nuestra voluntad para anunciar el evangelio de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que vive. PREFACIO de los Santos Mártires o Misioneros, págs 211, 213.
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ANTÍFONA DE COMUNIÓN Salieron del Consejo, contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Contemplando el martirio de nuestros hermanos, te pedimos, Señor, la abundancia de tu gracia, para que los creyentes en Cristo le glorifiquemos por nuestra vida y por nuestra muerte. Por el mismo Cristo.
Hch 5, 14