Mujeres bellas en el 50 y en el 2000

¿Marilyn Monroe o Karina Jelinek? Por Anahi N. Rohani

Las personas sienten naturalmente una atracción por la belleza. La quieren para sí y en sí, interiormente y/o exteriormente. La buscan en sus novios/as, en los adornos de la casa y en los cuerpos torneados. Pero, ¿qué es la belleza en realidad? ¿Es moda? ¿Es sensualidad? Desde Marilyn Monroe y el New Look hasta Sabrina Sabrok y los Hot Jeans, el concepto de belleza femenina ha cambiado tanto que ha llegado a convertirse en una noción retorcida y amorfa. Es un hecho, son dos mundos distintos el del `50 y el del 2000 si de belleza se trata. A mediados del siglo pasado las mujeres cambiaron sus atuendos austeros para recibir a sus maridos que regresaban de la Segunda Guerra Mundial. El combate había terminado y ellas iban a ser el icono del nuevo mundo. La mejora económica era generalizada en América y Europa. El “american way of life” fue impuesto como nueva forma de vida. Nació la sociedad de consumo, y con ella una nueva forma de percibir la belleza. Las mujeres de la posguerra iniciaron el camino hacia su feminidad perdida. El camino lo marcó Christian Dior y su “New Look”(nuevo look), nombre dado por la prensa norteamericana por el contraste que significaba con la moda antes de la Guerra. El diseñador ajustó las cinturas de las señoras, aplicó hombreras anchas, volumen en las caderas y polleras amplias hasta por debajo de las rodillas. La imagen era completada con un collar de perlas en el cuello de cada mujer, símbolo de opulencia. Era un festín curvilíneo de actrices de película de la mano de actores apuestos, rebeldes y relajados. El `50 era el culto a la belleza, el regreso del glamour. Era Audrey Hepburn y Marilyn Monroe, James Dean y Elvis Presley. El tiempo pasó y la mujer “muñeca de porcelana” también. La feminidad desbordante de los 50 fue a parar a los pies de una nueva dama, la del nuevo milenio. Cayó el Muro de Berlín y con él pareciera que cayó toda barrera entre naciones. Las mujeres tomaron una posición más comprometida en la historia del mundo; salieron de la comodidad de sus casas para ocupar bancas parlamentarias y puestos de trabajo en fábricas y escuelas. Pronto el mundo se “globalizó”, se digitalizó y se convirtió en la nueva “aldea global”, como solía decir el sociólogo canadiense Marshall McLuhan. El destape de la sexualidad humana (por sobre todo, femenina) y su mediatización produjeron una revolución sin precedentes. El concepto de bello fue reemplazado por el de “sexy”. La mujer linda es la mujer sexy, la 90-60-90 y mejor si es 130-60-90 (como la Récord Guinness, Sabrina Sabrok). La belleza ahora es Karina Jelinek, Evangelina

Anderson, Wanda Nara; es silicona bajo la piel, mucho gimnasio, poca pilcha y economía en razonamiento. ¿Cómo es la mujer bella en el 2000? No es la que quiere encantar con su feminidad y glamour. Ya no existen las Audry Hepburn ni las Sophia Loren (lo lindo); en el 2000 ese lugar lo han ocupado las Luli Zalazar y las Jesica Cirio (lo sexy).