4.2. Tipos de Creencias: - Las creencias potenciadoras en Coaching Las creencias potenciadoras son permisos que estimulan nuestras capacidades y competencias inconscientes que nunca habían sido movilizadas, creando unos resultados. Las creencias potenciadoras nos permiten descubrir lo que es real y de lo que somos capaces. No nos garantizarán el éxito siempre pero si nos proporcionan recursos para el éxito. Cuando actuamos "como si" ya se hubiese alcanzado el objetivo deseado, se superan resistencias y limitaciones propias del mapa individual de cada persona. Nos permite abandonar nuestra percepción actual de la realidad, que suele ser limitante, experimentando en esa nueva dimensión, las sensaciones y comportamientos específicos que corresponden al objetivo deseado. Desde la PNL podemos aplicar una serie de creencias potenciadoras que influirán directamente en el desarrollo de nuestra profesión como Coaches. Dichas creencias tienen un efecto liberador que se basa en la ACCIÓN y que genera una RETROALIMENTACIÓN y un APRENDIZAJE para continuar avanzando. La acción se basa en avanzar hacia nuestros objetivos, vivir nuestros valores y poner a prueba nuestras creencias respecto a nosotros mismos y respecto a los demás. Como Coach si vives de acuerdo a las siguientes creencias, serás el mejor Coach que puedas llegar a ser: • No existe el fracaso, sólo aprendizaje. Que no hayas conseguido tu objetivo, solo significa que TODAVIA no lo has alcanzado. • Tenemos o podemos crear los recursos que necesitamos. El papel del coach es fundamental para sacarlos a la luz. • Todo comportamiento tiene un propósito o intención positiva. Márcate tus propios objetivos antes de que los demás lo hagan por ti. • Tener alguna opción es mejor que no tener ninguna. • Lo estás haciendo lo mejor posible y aún puedes hacerlo mejor
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• Creamos nuestra propia realidad. El coach respeta el mapa y cosmovisión de su cliente ayudándole a encontrar más opciones en su propio mundo. • El coach tiene todas las preguntas. • El coachee tiene todas las respuestas. El poder de las creencias queda plasmado en multitud de ejemplos que se han ido sucediendo a lo largo de la historia. Recogemos a continuación estos dos ejemplos: "Un grupo de escolares de inteligencia similar se dividió de manera aleatoria en dos grupos similares. Uno fue puesto a cargo de un maestro al que se le dijo que eran "superdotados". Al maestro del otro grupo se le indicó que su grupo era de niños "lentos". La mayoría de los niños catalogados como "superdotados" registraron al final del curso, puntuaciones muy superiores respecto a sus compañeros considerados como "lentos". Las creencias de sus respectivos maestros habían influido sobre su capacidad". "Antes del seis de mayo de 1954 todos el mundo compartía la creencia de que los cuatro minutos marcaban una barrera infranqueable de la velocidad en lo que una persona podía recorrer una milla. En los nueve años previos al día histórico en que Roger Bannister, rompió el techo de los cuatro minutos, ningún corredor se había acercado a esa marca. Sin embargo, tan sólo seis semanas después de la hazaña de Bannister, el corredor australiano John Lundy rebajó una nueva marca en un segundo. En los nueve años posteriores, casi doscientos atletas rompieron lo que parecía una barrera infranqueable". - Creencias limitantes Las creencias nos proporcionan sensación de seguridad y de certidumbre por eso nos aferramos a ellas. Sin embargo, muchas veces nos impiden avanzar y nos mantienen atascados en situaciones que ya no queremos vivir. Son como ese jersey que de niño tanto te gustaba y que ahora no te vale, pero que te empecinas en seguir llevando puesto pese a que ya no te deja moverte. Dijo Henry Fonda “si crees que puedes estás en lo cierto y si crees que no puedes, también”. Las creencias limitantes no son ni verdaderas ni falsas, tan sólo se dan por ciertas de manera inconsciente y sin revisión crítica por
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nuestra parte, son aquellas que nos limitan o nos ponen freno para la consecución de nuestros objetivos. Responden a la pregunta: ¿Qué te impide alcanzar tu objetivo? CREENCIAS LIMITANTES TÍPICAS: • He llegado a mi límite • No puedo lograr lo que deseo • Los demás son mejores que yo • Nunca consigo lo que quiero • No puedo vivir sin este trabajo • La mayoría de la gente tiene más suerte que yo. • No puedes fiarte de nadie. Éstas y otras creencias limitantes sólo son ciertas si actúas como si lo fuesen. Supongamos que no son ciertas... ¿Qué diferencia comporta eso?, ¿Vale la pena la diferencia? Las creencias son las principales culpables de que no logremos nuestros objetivos. Para alcanzar nuestros objetivos necesitamos creer 3 cosas: • Tu objetivo es posible. • Eres capaz de alcanzarlo. • Te mereces alcanzarlo. POSIBILIDAD: Creemos que es imposible. Cuando una persona está desesperanzada siente o cree que no hay ya solución posible. Que no existe ya esperanza alguna. Esta es una creencia sobre el resultado. Si dicho resultado es imposible, ¿para qué molestarse ya? Por ejemplo, nadie ha podido hasta ahora vencer al Sida. ¿Para qué molestarse en intentarlo si es imposible ya recuperar la salud? CAPACIDAD: Creemos que no somos capaces. El cambio en el lenguaje hacia nosotros es vital para cambiar una creencia limitante de capacidad a una potenciadora. Que diferente es decir “no soy capaz” que decir como "aún no he llegado al límite de lo que soy capaz". El lenguaje nos libera de esos auto reconocimientos de incompetencia. Ante la sensación de impotencia, busquemos una nueva fórmula:
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"Es cierto que hay personas han logrado bajar de peso, pero se trata de gente muy especial" "Yo no sería capaz de ahorrar. Sé que es posible, pero yo no soy capaz" "Algunas personas son muy puntuales, pero yo no soy capaz de lograrlo" "De momento no puedo controlar mi peso" "No creo que sepa manejar aún mi dinero" "Todavía no he conseguido llegar a tiempo"
"De momento no puedo controlar mi peso" "No creo que sepa manejar aún mi dinero" "Todavía no he conseguido llegar a tiempo" MERECIMIENTO: Creemos que no merecemos alcanzarlo. La sensación de no valer lo suficiente. Tal vez sea posible, tal vez yo fuera capaz, pero ¿lo merezco? ¿Me lo he ganado? Tal vez no merezco la salud. No he hecho méritos suficientes para lograrla.
Quien cree que no merece algo no se esfuerza por conseguirlo. Sin embargo, cuando creemos que merecemos una cosa, luchamos por ella con uñas y dientes.
¿Qué tendría que pasar para que merecieras esto? ¿Bajo qué circunstancias lo merecerías? ¿Conoces a alguien que lo merezca? Cualquier cosa que nos impida llegar a nuestro objetivo, está en nosotros mismos, no en el mundo real, se crean los obstáculos en el mundo exterior a partir de estas creencias limitadoras. - Identificar las Creencias limitantes
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El primer paso para identificar nuestras creencias es convertirlas en lenguaje... ponerlas en palabras es fundamental, dado que se que convierten en algo que podemos empezar a manejar (Ej.: Puedo/no puedo, Tengo/no tengo, Debo/no debo) "El lenguaje es, como saben, el murmullo de todo lo que se pronuncia, y es al mismo tiempo ese sistema transparente que hace que, cuando hablamos o escribimos, se nos comprenda; en pocas palabras, el lenguaje es a la vez todo el hecho de las hablas acumuladas en la historia y además el sistema mismo de la lengua”. (Foucault, 2002) Para localizar creencias limitantes podemos hacer preguntas como: • ¿cuál es la causa de …? Por ejemplo, ¿cuál es la causa de que no adelgazo? O ¿cuál es la causa de que los hombres/las mujeres me dejen? O ¿cuál es la causa de que no tenga dinero? A lo que nos podemos responder por ejemplo: porque de siempre tengo tendencia a engordar, o porque todos los hombres/mujeres tienen pánico al compromiso, o porque en mi familia nadie se hace rico. Ya tenemos aquí tres ejemplos de creencias limitantes... • ¿qué significa para mi …? Siguiendo con los ejemplos de antes, nos preguntaríamos: ¿qué significa para mi no adelgazar, ser dejado/a por mis parejas, o no ganar dinero? Quizá todo eso es una ratificación de que no nos merecemos amor, o que no valemos lo suficiente, o que somos incapaces "de". De nuevo, ya hemos descubierto tres creencias limitantes más... • ¿cuál es la finalidad de … / qué pretendo obtener con ...? Por ejemplo: ¿cuál es la finalidad de adelgazar? Estar guapa. Luego la creencia limitante sería si estoy gorda, no soy guapa... O ¿cuál es la
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finalidad de ganar dinero? Ser feliz. Luego la creencia limitante sería si no tengo dinero, no soy feliz... Otras preguntas que podemos formularnos son: ¿Qué ocurriría si … (dejo de fumar, adelgazo, tengo pareja)? ¿Qué me lo impide? ¿Alguien de mi familia tiene esa misma creencia? ¿Cómo contribuyo yo a que pase eso que me creo? En coaching basta a veces con ser capaz de expresar las creencias limitadoras y prever sus efectos para que el coachee las pueda cambiar y a su vez, modificar su propia realidad. Al poner en evidencia las creencias limitadoras por medio del lenguaje, podemos examinarlas y analizarlas. A continuación te presentamos un breve cuestionario extraído del libro coaching con PNL de Joseph O´Connor y Andrea Lages, que te puede ser muy útil, para ayudar a tu coachee a identificar sus creencias limitantes, una vez definitivo el objetivo del proceso de coaching.
Formulario para identificación de creencias limitadoras Con tu objetivo en mente, repite en voz alta cada una de estas frases incluyendo tu objetivo en el lugar reservado para ello. Puntúa cada frase del 1 al 10, donde el 1 equivale a no lo creo en absoluto y el 10 a lo creo totalmente. - Me merezco alcanzar (mi objetivo) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - Tengo las habilidades y la capacidad necesaria para alcanzar (mi objetivo) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - Es posible alcanzar (mi objetivo) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - Tengo claro (mi objetivo) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - (Mi objetivo) es deseable
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1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - (Mi objetivo) es ecológico 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - (Mi objetivo) merece la pena 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 ¿Has obtenido alguna puntuación inferior a 7? ¿Cuál? Las puntuaciones menores de 7 indican una creencia limitadora o que la persona no ha pensado suficientemente en el objetivo. El coach debe investigar: "¿Por qué dudas de …?", "¿Qué te hace pensar..?". Si se detecta algún atisbo de duda o indecisión en su lenguaje corporal o tono de voz, puede que puntúes esa afirmación con un 7 aunque el coachee le haya dado un 10. Cuestiónala: "¿Estás seguro?". Asegúrate de estar convencido de la honestidad y de la coherencia de las afirmaciones del cliente. Otra manera de identificar las creencias limitadoras del cliente es preguntarle: ¿Por qué no estás consiguiendo tu objetivo?, ¿Qué crees que te frena? De esta manera se pondrán de manifiesto lo que el coachee percibe como límites u obstáculos, que suelen estar más en la mente del cliente que en el mundo real. CUALQUIER COSA QUE EL COACHEE DIGA QUE LE IMPIDE ALCANZAR SU OBJETIVO PROVIENE DE ÉL MISMO DE “SU MUNDO” REAL
4. 3. Proceso Natural de Cambio de Creencias Las creencias cambian con el tiempo de manera natural. No tenemos las mismas creencias en las diferentes etapas de nuestra vida. Si quieres verificar la afirmación anterior, puedes hacerlo con el Formulario de creencias en el tiempo, que también puedes usar con tus clientes para que tomen conciencia de que cambiar las creencias no solo es posible, sino inevitable. Completa el cuadro que tienes a continuación con tus creencias sobre los temas que te planteamos en cada edad.
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¿Cuáles son tus creencias en estos temas? ¿Cómo han ido cambiando en el paso del tiempo? Si aún no has alcanzado alguna de las edades del formulario, imagina cuáles pueden ser tus creencias cuando llegues a esa edad.
Tenemos una buena noticia ¿recuerdas cuando creías en los Reyes Magos? ¿en Papá Noel? Si, verdad, sin embargo seguramente tu creencia ha cambiado ¿qué ocurrió? recuerdas cuando las personas de más de 30 años te parecían viejos/viejas y les decías señor o señora, seguro que si tienes esa edad o las has sobrepasado tu creencia al respecto ha cambiado ¿qué ha ocurrido? Pues que las creencias cambian y además cambian de forma sencilla, natural. - ¿Y cuál es el proceso por el que nuestras creencias cambian de modo natural? Como hemos dicho, las personas a menudo consideran que el proceso de cambio de creencias va a ser muy difícil y a requerir mucho esfuerzo. Y sin embargo, el hecho es que la gente, de forma natural y espontánea, cambia docenas si no cientos de creencias en su vida. Tal vez el problema es que cuando intentamos conscientemente cambiar nuestras creencias, lo hacemos de una manera en la que no respetamos el ciclo natural del cambio de creencias. Tratamos de cambiar nuestras creencias
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“reprimiéndolas” luchando contra ellas. De acuerdo con la teoría de la auto-organización, las creencias cambian a través de un ciclo natural, en el que las partes del sistema de una persona que tienen la creencia existente, se ven desestabilizadas. Una creencia puede ser considerada como un tipo de imán, alrededor del cual se organiza el sistema de creencias. Cuando el sistema se desestabiliza, la nueva creencia puede superar los conflictos iníciales. Entonces, el sistema se puede permitir volver a estabilizar, en torno a un nuevo punto de equilibrio. Cuantos más “imanes” nuevos se introducen en este estado desestabilizador, en forma de nuevos conocimientos y recursos, el sistema de forma natural y espontánea se reorganiza a través de “corrección asociativa” en un patrón estable. Robert Dilts en su libro “El poder de la palabra”, nos dice que a medida que nos preparamos para las distintas etapas de nuestra vida o de nuestra carrera, vamos repitiendo el mismo ciclo muchas veces: Comenzamos “queriendo creer” que seremos capaces de manejar cada nuevo reto con recursos y con éxito. Al entrar en esta etapa de la vida y aprender las lecciones que precisamos para ese manejo, nos “abrimos a creer” que podemos, realmente, tener las capacidades necesarias para lograr los recursos y el éxito. Cuando nuestras capacidades se confirman confiamos en nuestra creencia de alcanzar los recursos y el éxito, así como de que estamos haciendo lo que nos conviene. A veces sucede que una nueva convicción entra en conflicto con creencias que interfieren y contradicen las nueva generalización o el nuevo juicio que estamos tratando de establecer. A menudo, estas creencias o interferencias son generalizaciones que sirvieron para apoyarnos o protegernos en el pasado. A medida que nos adentramos en una nueva etapa de nuestra vida o de nuestra actividad, comenzamos a estar más “abiertos a dudar” de que las limitaciones y las decisiones asociadas a aquella etapa anterior sigan siendo útiles o prioritarias. Cuando por fin conseguimos pasar a la siguiente etapa, podemos echar la vista atrás y comprobar que aquello que para nosotros fue importante y verdadero ya no lo es. Reconocemos que “solíamos creer” que éramos de determinada manera y que ciertas cosas que creíamos que eran importantes ya no lo son. Y entonces nos damos cuenta que nuestros valores, prioridades y creencias ya no son las mismas.
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Los pasos fundamentales de este ciclo son los siguientes: • Querer creer: Quiero creer que esta nueva creencia es beneficiosa, responde a mis expectativas y producirá efectos positivos en mi vida. • Abiertos a creer: Es una experiencia muy estimulante, cuando estamos abiertos a creer, no tengo pleno convencimiento, pero estoy dispuesto a intentarlo. • Creyendo ya: Nos hemos comprometido con la nueva creencia, ya no hay dudas sobre la nueva creencia. • Abiertos a dudar: Estar abiertos a dudar es el complemento de estar abiertos a creer. Considero si la creencia que quiero reemplazar ya no es útil en la realidad actual. Puedo preguntarme: ¿Cuál es el propósito al que ha servido esta creencia? ¿Existen otros medios para lograr el mismo propósito que sean menos limitantes y más enriquecedores? • Recordar lo que solíamos creer: Cuando dejamos de lado una creencia limitante no la olvidamos de manera automática, sólo cambia el efecto emocional que ejercía en nosotros, no ejerce influencia en nuestros pensamientos y conductas, ya no forma parte de nuestra realidad. • Confianza: Emocionalmente la confianza está relacionada con la esperanza, con la expectativa. La confianza permite que el cambio de creencias sea más ecológico. A continuación te proponemos un ejercicio muy potente para ayudar a tus coachees a recorrer el camino del ciclo natural de cambio de creencias. El procedimiento para transitarlo es el siguiente: 1. Colócate en el espacio correspondiente a “Quiero creer” y piensa en la nueva creencia, en la que desearías confiar más. Mantenla en mente y pasa al espacio correspondiente a “Abierto a creer”. Si has elegido algún “mentor” para ese estado, ponte en su piel en este momento. Obsérvate a ti mismo a través de los ojos de tu mentor. Tal vez puedas darle algún consejo o apoyo útil a ese otro tú que está “abierto a creer”. 2. Siente cómo es eso de estar más abierto a creer esa nueva creencia.
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Cuando intuitivamente creas que es el momento oportuno, desplázate a la localización correspondiente a “Creo ahora”, y concéntrate en esa nueva creencia que deseas tener. 3. Si mientras estás en ese espacio se presenta alguna creencia conflictiva o limitadora, mantenla en tu mente y desplázate con ella al espacio correspondiente a “Abierto a dudar”. De nuevo, si has elegido algún mentor para este espacio, ponte ahora en su piel. Obsérvate a ti mismo a través de los ojos de tu mentor. Tal vez puedas darle algún consejo o apoyo útil a ese otro tú que se está “abriendo a dudar”. 4. Comprueba la ecología: desplázate a la localización correspondiente a “Confío” y reflexiona sobre las intenciones positivas y el propósito tanto de la nueva creencia como de cualquier otra conflictiva o limitadora. Considera si hay algún cambio o revisión que desees incorporar a la nueva creencia. Considera también sí hay alguna parte de las viejas creencias que valdría la pena retener o incorporar a la nueva. 5. Enriquecido por tus descubrimientos en el espacio correspondiente a “Confío”, regresa a las viejas creencias conflictivas o limitadoras que dejaste aparcadas en la localización correspondiente a “Abierto a dudar” y llévatelas al espacio correspondiente a “Solía creer” (tu museo de historia personal). 6. Vuelve a “Creo ahora” y concéntrate en la nueva creencia que deseas reforzar. Experimenta esa nueva sensación de seguridad y verbaliza cualquier inspiración o lección que hayas descubierto en el proceso. 7. Comprueba la ecología: vuelve a colocarte en el espacio correspondiente a “Confío” y reflexiona sobre los cambios que acabas de realizar. No olvides que gracias a este ciclo natural, orgánico e incesante, el proceso puede seguir evolucionando, y que en el futuro, siempre podrás realizar los ajustes que precises para que se adapte a lo que para ti sea más apropiado y ecológico.
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