3.8. INTELIGENCIA EMOCIONAL INTERPERSONAL Como ya comentamos anteriormente, cuando hablamos de Inteligencia Emocional, podemos distinguir entre competencias intrapersonales y competencias interpersonales. A su vez, las primeras están formadas por: conciencia emocional, regulación emocional y autonomía personal; aspectos ya abordados anteriormente. Mientras que la Inteligencia Interpersonal, de acuerdo con el modelo propuesto por Rafael Bisquerra, se descompone en competencias sociales y habilidades de vida y bienestar. Podemos definir la Inteligencia Emocional Interpersonal, como el conjunto de habilidades que nos permiten relacionarnos con nuestro entorno y con las personas que lo componen. La capacidad de identificar y manejar las emociones y sentimientos de las personas que nos rodean, para responder adecuadamente e incluso poder modificarlas. Seguidamente presentamos un cuadro que comprende las competencias específicas propias de la Inteligencia Emocional Interpersonal:
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El Desarrollo de la Empatía La empatía es una disposición interior que supone hacer un esfuerzo para comunicarse con otra persona desde lo profundo. Es una actitud que lleva a sintonizar con el sentimiento del otro, permaneciendo conscientes de que se trata de un sentimiento de otro. En este sentido se distingue del contagio emocional o de la simpatía, ya que en estos casos el sujeto se deja penetrar por el sentimiento ajeno (contagio emocional), o entra en sintonía emocional con otra persona en un sentimiento que es común a los dos y no exclusivo de uno de ellos (simpatía). • Simpatía: vivencia positiva del mundo emocional de otra persona, que lleva a un cierto contagio o conexión en los mismos sentimientos. La simpatía proporciona proximidad afectiva con una persona, sentirse bien con ella. • Antipatía: vivencia negativa del mundo emocional de otra persona, que lleva a sentir una distancia emocional con ella.
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Simpatía y antipatía son fenómenos superficiales, que no precisan de elaboración y que, por tanto, se originan en la experiencia emocional del pasado. En cualquier caso se trata de reacciones por contagio. • Inundación empática: fenómeno social en el que un grupo de personas entra en un mismo sentimiento que les hace vibrar en conjunto, por ejemplo, participando en un concierto, etc. Es una actitud que lleva a captar y comprender el mundo del otro, siendo conscientes de nuestro propio mundo interno. La empatía implica meterse en la piel del otro, caminar en sus zapatos, ponerse en la situación existencial del otro, ver las cosas desde el punto de vista del otro. También suponen ponerse a uno mismo entre paréntesis, ya que el objetivo eso comprender más al otro y transmitirle esa comprensión.
FASES DE LA EMPATÍA: El Coach empatiza con su cliente a través de las siguientes fases: Fase 1 de identificación: El coach penetra en el campo del otro. La experiencia que éste vive no le deja indiferente, más bien le acapara, le conmueve y le envuelve. Hasta llegar a sentir: «Verdaderamente yo, si estuviese en su situación, podría reaccionar del mismo modo, actuar como él lo hace» Fase 2 de incorporación: La vibración común en la dificultad. Es un paso adelante. Lo que el otro dice me afecta, me repercute internamente, «yo también ahora, mientras intento comprenderte, siento» Fase 3 de repercusión: Quien ayuda, experimenta en sí mismo sus propios pozos. No solo siento, hay algo más. La experiencia del también yo: «yo mismo he experimentado cosas semejantes, comparables, lo que le pasa no me es ajeno. Yo también tengo pozos en mi vida». Fase 4 de separación: Cada uno sale con sus recursos. Llega el momento de retirarse de la implicación y recurrir a la razón. El cliente debe aprender a utilizar sus recursos, no puedo ayudarle a salir, solo puedo apoyarle para que salga. Debe subir la escalera (utilizar sus recursos) con sus fuerzas, si se lo hago yo, no aprende a salir, no lo incorpora. Restablecer la distancia psicológica y afectiva es necesario para poder ayudar. La empatía se centra en lo que el ayudado vive, en lo que realmente comunica con su lenguaje verbal y no verbal, en su experiencia. Todo esto supone ir más allá de lo
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que dice.
ACEPTACIÓN INCONDICIONAL: Creer en nuestro coachee, aceptarle desde lo profundo, requiere de nuestra aceptación incondicional, libre de mapas y de juicios. Algunas claves de esta aceptación: • Confianza y visión positiva del ayudado • Ausencia de juicio moralizante • Acogida del mundo de los sentimientos • Cordialidad o calor humano Toda relación social tiene que ver con la empatía. Es imposible odiar a alguien si realmente lo entiendes. Todos somos humanos con las mismas emociones y motivaciones. Simplemente, nos han puesto en lugares y situaciones distintas.
El Desarrollo de las Habilidades Sociales ¿Qué son las habilidades sociales? De acuerdo con la definición propuesta por Vicente Caballo en 1.986 “La conducta socialmente habilidosa es ese conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal, que expresa los sentimientos, actitudes, disposiciones, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas”. No hay datos definitivos sobre cómo y cuándo se aprenden las habilidades sociales, pero se considera la niñez como un periodo vital para una adecuada educación interpersonal, pues es donde se establecen los primeros contactos con otros. Todos conocemos a personas que poseen una mayor habilidad para relacionarse adecuadamente con otras; son aquellas de las que decimos que tienen “don de gentes” (mayor facilidad para establecer relaciones). Sin embargo, todos tenemos la posibilidad de capacitarnos en esas habilidades, a través de un aprendizaje adecuado, con el modelado de las experiencias que vamos acumulando al enfrentarnos a diferentes situaciones, puesto que es un entrenamiento que dura toda la vida. Se considera Habilidad Social al conjunto de comportamientos eficaces en situaciones de interacción social.
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Las razones por las que una persona puede no ser habilidosa socialmente pueden agruparse en dos categorías: Causas centradas en el sujeto: las dificultades son del propio sujeto. Se distinguen: • Modelo de déficit: no se poseen las habilidades adecuadas. • Modelo de interferencia: aunque se poseen habilidades adecuadas, existen diversos factores que interfieren su puesta en práctica, y que pueden deberse a: - Discriminación defectuosa (no saber identificar emociones). - Inhibición de respuesta por ansiedad condicionada (por ejemplo, aquellas personas que se paralizan por el grado de ansiedad que conlleva el afrontar esa situación.) - Inhibición de respuestas debido a evaluaciones cognitivas incorrectas (creencias limitadoras). Causas centradas en el ambiente: las dificultades se encuentran en el ambiente, porque le condicione de tal manera que le impida responder o manifestarse de una manera socialmente adecuada.
Características de las habilidades sociales: • Conductas manifiestas: Las Habilidades sociales comprenden conjuntos de capacidades de actuación aprendidas y que se manifiestan en situaciones de interacción social. • Orientación a objetivos: Se orientan a la consecución de determinados objetivos o reforzamientos, o bien del ambiente (materiales y/o sociales), o bien personales (autorrefuerzo, autoestima). • Especificidad situacional: Están determinados por el contexto socio-cultural y la situación en particular en que tienen lugar. • Componentes de las habilidades: Comprenden componentes conductuales, cognitivos y fisiológicos. La exhibición de una habilidad social implica la adecuada combinación de todos los distintos componentes y elementos. Es muy importante tener en cuenta que las HHSS: • Son características de la conducta, no de las personas. • Deben contemplarse en el contexto cultural del individuo, así como en términos de otras variables situacionales.
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• Están basadas en la capacidad de un individuo de escoger libremente su acción.
Entrenamiento en habilidades sociales Nos podemos preguntar ¿Por qué un entrenamiento en HHSS?, la respuesta es sencilla. Las relaciones sociales positivas son una de las mayores fuentes de autoestima y bienestar personal del ser humano. El entrenamiento en HHSS está integrado por un conjunto de técnicas cuya aplicación se orienta a la adquisición de aquellas habilidades que permitan a los sujetos mantener interacciones sociales satisfactorias en su ámbito real de actuación. La consecución de este objetivo implica que el sujeto: • Adquiera y llegue a dominar todos los componentes conductuales que componen las HHSS, exhibiéndolos en la secuencia correcta, de forma coordinada, y sin necesidad de supervisión. • Sea capaz de exhibir las HHSS necesarias, tras analizar las características de la situación real, y la adecuación de sus conductas a dicha situación. • Sea capaz de reproducir las HHSS en momentos y ambientes diferentes (fundamentalmente en situaciones de la vida real), y de forma espontánea, no automática.
Funciones del entrenamiento en HHSS • Solventar déficit. • Perfeccionamiento. • Prevención de problemas de comunicación. • Manejo de la ansiedad. • Relaciones sociales satisfactorias (gratificación social). • Mejorar la autoestima y bienestar personal. • Responder de forma adecuada a situaciones conflictivas. • Expresar desagrado y críticas de forma efectiva.
Componentes de la conducta social El que una interacción nos resulte satisfactoria depende de que nos sintamos valorados y respetados, y esto, a su vez, no depende tanto del otro, sino de que poseamos una serie de habilidades para responder correctamente y una serie de convicciones o esquemas mentales que nos hagan sentirnos bien con nosotros mismos.
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En este sentido, nuestra conducta social y la satisfacción o insatisfacción derivada de ella, está influida por nuestros: • PENSAMIENTOS: Creencias, pensamientos, expectativas, interpretaciones… • SENTIMIENTOS: Ansiedad, miedo, alegría, sorpresa, tristeza, enfado… • ACCIONES: Lo que hago, lo que digo y cómo lo digo.
Técnicas que componen el entrenamiento en HHSS Las técnicas de entrenamiento que se deben emplear variarán en función de las características del sujeto: Cuando las dificultades se deben a déficit de habilidades, resulta más indicado utilizar técnicas conductuales de forma sistemática: estas técnicas son apropiadas cuando la persona carece de habilidades sociales. Entre las más utilizadas están: • Modelado e imitación: Aprendizaje por medio de observación a un modelo que muestra correctamente la conducta habilidosa que posteriormente el sujeto tendrá que imitar. • Role-playing o representación: Aprendizaje por medio de ensayos de conductas habilidosas en situaciones simuladas. • Reforzamiento: Para el mantenimiento de la conducta hábil. Tres tipos: refuerzo material, refuerzo social y autorrefuerzo. Para las dificultades que se deben a interferencias en la puesta en práctica de dichas habilidades, se trabajarían con técnicas cognitivas, que inciden directamente sobre los procesos cognitivos y emocionales que subyacen a la conducta. Destacan: • Reestructuración cognitiva: Conjunto de estrategias que ayudan al sujeto a interpretar las diferentes situaciones de una manera más adaptada (cambio de creencias). • Técnicas de relajación: Estrategias para reducir la ansiedad y, por tanto, controlar la activación fisiológica que la acompaña con el fin de modificar sus pensamientos y de afrontar nuevas conductas (respiración, tensión-distensión). • Entrenamiento en resolución de problemas interpersonales: Cuando las dificultades del sujeto son de carácter perceptivo-cognitivo es aconsejable que el sujeto potencie algunas de las habilidades cognitivas implicadas en la resolución de problemas interpersonales.
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En ambos casos es imprescindible el control del entorno, pues cualquier relación social va a estar determinada por la situación en que tiene lugar (clima de relación, actividades colaborativas, tutorías entre iguales, contexto facilitador y reforzante). En ocasiones no somos hábiles socialmente, pero continuamos repitiendo esas conductas inadecuadas porque obtenemos consecuencias inmediatas positivas. Esas consecuencias positivas son beneficios aparentes a corto plazo, y pueden ser de dos tipos: • Porque obtengo algo que me gusta: aprobación de los demás, cariño, atención, sentirme útil, conseguir un objetivo… • Porque evito algo que me disgusta: discusiones, ansiedad, rechazo, miedo, enfado… Las consecuencias positivas o negativas de esas conductas se evalúan según el triple sistema de respuesta: • NIVEL FISIOLÓGICO: activación del organismo • NIVEL CONDUCTUAL: qué hacemos y cómo lo hacemos • NIVEL COGNITIVO: pensamientos, atribuciones, expectativas, interpretaciones… Atendiendo al corto o largo plazo, si las consecuencias son: C/P + + -
L/P + Conductas hábiles - Beneficio aparente: genera resistencia al cambio. + Debemos tomar conciencia de la dificultad a CP y del beneficio a LP
Diferencias entre personas hábiles y no hábiles Las personas socialmente habilidosas y no habilidosas difieren en una serie de elementos conductuales, cognitivos y/o fisiológicos. Diferencias Conductuales: ALTA HABILIDAD
BAJA HABILIDAD
Mayor contenido asertivo Más gestos con las manos Mayor variación en la postura Mayor mirada / contacto ocular Mayor acento y variación del tono
Mayor contenido de acuerdo Pocos gestos Poca variación en la postura Menor mirada / contacto ocular Poca variación en la expresión facial
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Más sonrisas Menos perturbaciones del habla Respuestas más largas Mayor tiempo de habla Mayor expresión de afecto Más verbalizaciones positivas Mayor auto-revelación Mayor volumen de voz Menor intervalo de respuesta Más preguntas con final abierto Mayor número de palabras Mayor número de interacciones Más experiencias interpersonales Mayor número de amigos
Poca sonrisa Demasiados silencios Poca conversación Silencios más amplios Menor expresión de afecto Más verbalizaciones negativas Más índices de ansiedad Menor volumen de voz Mayor intervalo de respuesta Menos preguntas o finales cerrados Menor número de palabras Menos número de interacciones Menos experiencias interpersonales Menos amigos
En sus estudios, Caballo y Buela (1.989) muestran un conjunto de componentes comportamentales más adecuados en individuos socialmente habilidosos que en comparación con los individuos no habilidosos. Diferencias Cognitivas: ALTA HABILIDAD
BAJA HABILIDAD
Más expectativas sobre otros Más expectativas positivas Más auto-verbalizaciones positivas Mayores puntos de vista Más tolerancia frente a conflictos Más recuerdo positivos Mayor asertividad Más confianza en sí mismos Menos ideas irracionales
Menos expectativas sobre otros Más expectativas negativas Más auto-verbalizaciones negativas Menos puntos de vista de situaciones Menos tolerancia frente a los conflictos Más recuerdos negativos Menor asertividad Menos confianza en sí mismos Más ideas irracionales
Diferencias Fisiológicas: Son pocas y no muy fiables las diferencias fisiológicas encontradas entre sujetos de alta y baja habilidad social. Diferentes estudios han encontrado diferencias en: • Tasa cardiaca: mayor en personas ansiosas en interacciones sociales. • Activación: para sujetos asertivos, la conducta asertiva es reductora de ansiedad; mientras que para sujetos no asertivos la conducta no asertiva es reductora de activación (por evitación, cada vez son más pasivos).
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El etiquetado en las Habilidades Sociales Es un tipo de pensamiento distorsionado acerca de una persona, basado en considerar un error puntual o un hecho aislado ocurrido en un momento determinado, como una característica permanente de la persona. Es decir, como una etiqueta que colgará de ella el resto de su vida. Las etiquetas se establecen con frecuencia en el ámbito familiar. Es muy común observar como los padres clasifican a sus hijos según determinados comportamientos iniciales a los que otorgan mediante una etiqueta un valor permanente. Por ejemplo: "el pequeño es muy inteligente, pero vago", "el mayor es muy desordenado, aunque cariñoso". Consecuencias del etiquetado Esas etiquetas son generalizaciones que impiden abordar situaciones de forma asertiva y son un obstáculo al cambio, ya que muchas veces es cómodo esconderse detrás de esa etiqueta siguiendo un peligroso círculo vicioso que refuerza dicho comportamiento. Por ejemplo, si una madre nos dice "es que mi niño es muy tímido y poco hablador", el niño se acomoda a que si no dice nada está bien, porque actúa conforme a su etiqueta y es difícil que en una reunión salga de su "zona cómoda". Se quedará callado reforzando su conducta de tímido. Lo malo de las etiquetas es que terminamos creyéndonoslas y actuando en función de ellas. Las etiquetas se incluyen dentro de las llamadas "distorsiones cognitivas". Son tipos de pensamiento que nos conducen a una interpretación deformada de la realidad, llevándonos a conclusiones subjetivas e irracionales que en muchos casos no tienen que ver con lo que está ocurriendo. Estas distorsiones cognitivas son automáticas y obedecen a unos esquemas mentales, creencias o valores que hemos ido forjando desde la infancia.
Currículum social De nuestro entorno (familia, amigos, ...) hemos recogido informaciones, opiniones, juicios, etc., que por diferentes motivos, les dimos más o menos credibilidad de tal forma que los hacemos nuestros y actuamos conforme a ellos. Forman nuestro llamado "CURRICULUM SOCIAL". A lo largo de nuestra vida nos hemos acompañado de personas, pensamientos y acciones que han desarrollado nuestra "forma de ser". Hay conductas que nos han ayudado y las consideramos como puntos fuertes en nuestras habilidades sociales. Estas pueden, con el tiempo, transformarse en etiquetas positivas que nos
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acompañan. Por ejemplo si somos "divertidos", aparentemente puede parecer beneficioso, pero no es así porque cualquier clasificación es limitadora y si algún día no te comportaste de modo divertido el resto de las personas de tu entorno no lo aceptarán. En ese repaso de nuestra trayectoria social podemos encontrar dificultades o puntos débiles en nuestras relaciones personales. Algunos nos pueden perseguir como etiquetas que son un verdadero obstáculo al cambio. Son pensamientos que nos acompañarán dentro de nuestro esquema mental y que en un presente o futuro nos impiden comportamos de forma asertiva. Es importante repasar nuestro "currículum social" para lo que tendremos en cuenta: • Si de pequeño nos fomentaron las relaciones sociales o crecimos en un marco cercano al hogar. • Si nuestra familia valoraba las actividades sociales o no las daban importancia. • ¿Qué dificultades tenías en tus relaciones sociales que aún conservas y cuáles has superado? • ¿Qué habilidades has tenido en el pasado que aún te benefician? • ¿Cómo se expresaban las emociones en casa? Si se favorecía la expresión de sentimientos o afectos, o por el contrario se censuraban. Todo lo aprendido de las experiencias propias y de los demás, formarán nuestros pensamientos, creencias, expectativas, opiniones, valores, etc., que nos acompañarán a lo largo de la vida, junto con los pensamientos, creencias, expectativas y opiniones de nuestro entorno que a veces pueden volcar en nosotros como un ETIQUETAJE que será difícil despegarnos. La etiqueta referida a una persona es siempre FALSA. Aunque a veces la conducta se ajuste a esa etiqueta, si la referimos a la persona sigue siendo FALSA. Debemos valorar el comportamiento específico y no generalizarlo. Si por ejemplo una persona ha llegado tarde a una cita significa exactamente eso, que ha llegado tarde y no que sea impuntual. Si alguna vez hemos olvidado algo, no significa que seamos despistados, sino que a veces olvidamos algo. Por cómoda que sea una etiqueta no debemos pegárnosla porque siempre son limitadoras y obstáculo para el cambio y la conducta asertiva.
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¿Cómo despegarnos las etiquetas? El proceso es el siguiente: 1. Reconocer = toma de conciencia 2. Aceptar 3. Acción correctiva Para poder quitarnos esas etiquetas primero deberemos RECONOCER que las llevamos, y además ACEPTAR que si me han puesto ese atributo en algún momento, algo tuvo que ver conmigo, con mi comportamiento (puede ser por acción o por omisión). Se debe tener en cuenta la opinión de los demás y aceptar que si muchos han coincidido en una etiqueta debo cambiar de estilo o adquirir las habilidades (aptitudes) para expresarme o actuar de otro modo, para no contribuir al mantenimiento de esa etiqueta. El tercer paso para despegarme la etiqueta es tomar una ACCIÓN CORRECTIVA. Debemos rebatir racionalmente cada una de las distorsiones que apoyan la etiqueta. Desmontar de forma racional y realista todos los automatismos cognitivos que nos hacen comportarnos de forma clasificada. Cambiar la distorsión implica, intentar ser específico y concreto a la hora de valorar nuestros comportamientos y los ajenos. Dejar sin colgar el abrigo, significa exactamente eso, no debería permitirnos llegar a ningún otro tipo de conclusión. (No somos desordenados por no guardar el abrigo). Finalmente, debemos reconocer y aceptar que nosotros también etiquetamos. Emitimos juicios, valoraciones, pensamientos a veces automáticos que reflejan un diálogo interno no observable desde fuera mediante el cual "el sujeto experimenta los pensamientos como si fueran un reflejo, sin reflexión o razonamiento previo, y se graban como plausibles y válidos" (Aarón Beck, 1976). Estos pensamientos automáticos o interpretaciones subjetivas de la realidad pueden concluir en una etiqueta que pegamos a otra persona. Para actuar de forma responsable y no poner nosotros etiquetas o límites a los demás, debemos realizar un esfuerzo de des-automatización de pensamientos y juicios intentado responder a las siguientes preguntas: • ¿En qué situaciones o con qué personas emito más juicios? • ¿Qué emociones experimento? • ¿Cómo me siento? • ¿Qué pienso en esos momentos?...
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Conocer la existencia de esos pensamientos negativos (o positivos, pero limitadores) es el primer paso para canalizarlos e identificarlos. El indicador más fiable de esos pensamientos son las EMOCIONES, porque como son juicios automáticos no nos damos cuenta de que los emitimos, pero sí de las emociones que desencadenan pudiendo ser de mayor o menor intensidad.
La Asertividad La persona asertiva es: "Aquella (que tiene una personalidad excitativa o activa) que defiende sus propios derechos y no presenta temores en su comportamiento” (Fensterheim y Baer 1976). Opinan además estos autores que las características que desarrollan las personas asertivas son: • Libertad de expresión. • Comunicación directa, adecuada, abierta y franca. • Facilidad de comunicación con toda clase de personas. • Su comportamiento es respetable y aceptan sus limitaciones. Denominamos asertividad a la forma adecuada de comunicarnos y enfrentarnos a las situaciones sociales, expresando abiertamente nuestras opiniones, deseos y/o sentimientos. La persona que responde no-asertivamente tiende a esconder los sentimientos y tensiones y a experimentar emociones tales como miedo, ansiedad, culpa, depresión, fatiga o nerviosismo. Externamente los sentimientos no son expresados verbalmente. Lo primero que debemos aprender cuando queremos desarrollar nuestra asertividad es: • Entender y asimilar qué es un comportamiento asertivo y asumir el coste emocional que puede conllevar el ser asertivo. • Conocer algunas de las técnicas que podemos utilizar para comportarnos de forma asertiva. • Distinguir el comportamiento asertivo de otros comportamientos como el agresivo, el pasivo y el manipulativo. El modelo completo en cuanto a los principios generales de la asertividad sigue la siguiente lógica: • Respetarte a ti mismo. • Respetar a los demás. • Ser directo. • Ser apropiado.
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• Manejo emocional. • Saber decir. • Saber escuchar. • Ser positivo. • Lenguaje no verbal. OTRAS DEFINICIONES de ASERTIVIDAD: “Es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás” Olga Castanyer (1996) “Aquella conducta que permite a la persona expresar adecuadamente* oposición (desacuerdos, críticas, decir No, expresar sentimientos negativos, etc.) y afecto (dar y recibir elogios y sentimientos positivos en general), de acuerdo a sus intereses y objetivos, respetando el derecho de los otros e intentando alcanzar la meta propuesta” Walter Riso (1988) Desde el punto cognitivo, emocional y conductual: sin distorsiones de pensamiento, sin ansiedad, combinando componentes verbales y no verbales. Técnicas de entrenamiento en asertividad La forma de interaccionar con los demás puede convertirse en una fuente considerable de estrés en la vida. El entrenamiento asertivo permite reducir ese estrés, enseñando a defender los legítimos derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido. En definitiva, cuando se es una persona asertiva hay una mayor relajación en las relaciones interpersonales. En la práctica el entrenamiento en asertividad supone el desarrollo de la capacidad para: - Expresar sentimientos o deseos positivos y negativos de una forma eficaz sin negar o desconsiderar los de los demás y sin crear o sentir vergüenza. - Discriminar entre la aserción, agresión y pasividad. - Discriminar las ocasiones en las que la expresión personal es importante y adecuada. - Defenderse sin agresión o pasividad frente a la conducta poco cooperadora o razonable de los demás. Diferenciación conducta asertiva o socialmente habilidosa, agresiva y pasiva. Conducta asertiva o socialm ente hábil Expresión directa de los propios sentimientos, deseos, derechos legítimos y opiniones
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sin amenazar o castigar a los demás y sin violar los derechos de esas personas. La aserción implica respeto hacia unos mismo al expresar necesidades propias y defender los propios derechos y respeto hacia los derechos y necesidades de las otras personas. Las personas tienen que reconocer también cuáles son sus responsabilidades en esa situación y qué consecuencias resultan de la expresión de sus sentimientos. La conducta asertiva no tiene siempre como resultado la ausencia de conflicto entre las dos partes; pero su objetivo es la potenciación de las consecuencias favorables y la minimización de las desfavorables. Conducta pasiva Transgresión de los propios derechos al no ser capaz de expresar abiertamente sentimientos, pensamientos y opiniones o al expresarlos de una manera autoderrotista, con disculpas, con falta de confianza, de tal modo que los demás puedan de tal modo no hacerle caso. La no aserción muestra una falta de respeto hacia las propias necesidades. Su objetivo es el apaciguar a los demás y el evitar conflictos a toda costa. Comportarse de este modo en una situación puede dar como resultado una serie de consecuencias no deseables tanto para la persona que está comportándose de manera no asertiva como para la persona con la que está interactuando. La probabilidad de que la persona no asertiva satisfaga sus necesidades o de que sean entendidas sus opiniones se encuentra sustancialmente reducida debido a la falta de comunicación o a la comunicación indirecta o incompleta. La persona que actúa así se puede sentir a menudo incomprendida, no tomada en cuenta y manipulada. Además, puede sentirse molesta respecto al resultado de la situación o volverse hostil o irritable hacia las otras personas. Después de varias situaciones en las que un individuo ha sido no asertivo, es probable que termine por estallar. Hay un límite respecto a la cantidad de frustración que un individuo puede almacenar dentro de sí mismo. El que recibe la conducta no asertiva puede experimentar también una variedad de consecuencias desfavorables. Tener que inferir constantemente lo que está realmente diciendo la otra persona o tener que leer los pensamientos de la otra persona es una tarea difícil y abrumadora que puede dar lugar a sentimientos de frustración, molestia o incluso ira hacia la persona que se está comportando de forma no asertiva. Conducta agresiva Defensa de los derechos personales y expresión de los pensamientos, sentimientos y
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opiniones de una manera inapropiada e impositiva y que transgrede los derechos de las otras personas. La conducta agresiva en una situación puede expresarse de manera directa o indirecta. La agresión verbal directa incluye ofensas verbales, insultos, amenazas y comentarios hostiles o humillantes. El componente no verbal puede incluir gestos hostiles o amenazantes, como esgrimir el puño o las miradas intensas e incluso los ataques físicos. La agresión verbal indirecta incluye comentarios sarcásticos y rencorosos y murmuraciones maliciosas. Las conductas no verbales agresivas incluyen gestos físicos realizados mientras la atención de la otra persona se dirige hacia otro lugar o actos físicos dirigidos hacia otras personas u objetos. Las víctimas de las personas agresivas acaban, más tarde o más temprano, por sentir resentimiento y por evitarlas. El objetivo habitual de la agresión es la dominación de las otras personas. La victoria se asegura por medio de la humillación y la degradación. Se trata en último término de que los demás se hagan más débiles y menos capaces de expresar y defender sus derechos y necesidades. La conducta agresiva es reflejo a menudo de una conducta ambiciosa, que intenta conseguir los objetivos a cualquier precio, incluso si eso supone transgredir las normas éticas y vulnerar los derechos de los demás. La conducta agresiva puede traer como resultado a corto plazo consecuencias favorables, como una expresión emocional satisfactoria, un sentimiento de poder y la consecución de los objetivos deseados. No obstante, pueden surgir sentimientos de culpa, una enérgica contra-agresión directa en forma de un ataque verbal o físico por parte de los demás o una contra-agresión indirecta bajo la forma de una réplica sarcástica o de una mirada desafiante. Las consecuencias a largo plazo de este tipo de conductas son siempre negativas. EJEMPLOS: Situación 1: Su am igo acaba de llegar a cenar, justo una hora tarde. No le ha llam ado para avisarle que se retrasaría. Usted se siente irritado por la tardanza. Le dice: • Entra la cena está en la mesa. CONDUCTA PASIVA. • He estado esperando durante una hora. Me hubiera gustado que me hubieras avisado que llegabas tarde. CONDUCTA ASERTIVA. • Me has puesto muy nervioso llegando tarde. Es la última vez que te invito. CONDUCTA AGRESIVA.
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Situación 2: Un com pañero de trabajo le da constantemente su trabajo para que Vd. Lo haga. Usted decide term inar con esta situación. Su com pañero acaba de pedirle que haga algo de su trabajo. Usted le contesta: • Estoy bastante ocupado. Pero si no consigues hacerlo, te puedo ayudar. CONDUCTA PASIVA. • Olvídalo. Casi no queda tiempo para hacerlo. Me tratas como a un esclavo. Eres un desconsiderado. CONDUCTA AGRESIVA. • No, Pepe/Ana. No voy a hacer nada más de tu trabajo. Estoy cansado de hacer, además de mi trabajo, el tuyo. CONDUCTA ASERTIVA. Situación 3: Una persona (o fam ilia) desconocida se acaba de mudar al piso de al lado. Q uieres conocerles. • Sonríes al tiempo que tu vecino se acerca, pero no dices nada. CONDUCTA PASIVA. • Usted se acerca a la puerta de ellos y dice: ¡Hola! Soy Antonio/Luisa. Vivo en el piso de al lado. Bienvenidos a la casa. Me alegro de conocerles. CONDUCTA ASERTIVA. • Usted mira a los vecinos por la ventana. CONDUCTA AGRESIVA. Estrategias adicionales de exposición en situaciones sociales • Responda a los síntomas de ansiedad con acercamiento y no con huida o evitación. • Tenga presente dónde se encuentra y no piense que está en algún otro lugar. • Salude a la gente de una forma adecuada y con una mirada a los ojos. • Escuche atentamente a la gente y elabore mentalmente una lista de posibles temas de conversación. • Muestre que quiere hablar. Puede ser bueno hacerlo inicialmente con alguna pregunta (ya que concentra la atención en la persona que realiza la pregunta y en la que se espera que responda). • Hable alto y con una dicción adecuada. No susurre.
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• Intente soportar algunos silencios sin ponerse nervioso. • Espere señales de los demás al decidirse dónde sentarse, cuándo tomar una copa o de qué se va a hablar. • Aprenda a tolerar críticas a base de introducir la discusión deliberadamente en un momento determinado. ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA HACER MAS EFICACES LAS RESPUESTAS ASERTIVAS • Tener un buen concepto de sí mismo. Mucha gente no es asertiva porque carece de autoestima. Es importante recordarse a sí mismo que se es tan importante como los demás y tomar en serio las propias necesidades. • Planificar los mensajes. Conseguir que todos los hechos y puntos estén aclarados con antelación, confeccionando notas de referencia si la situación lo permite. Esto ahorra tiempo, produce confianza y puede disminuir la intimidación por parte de los demás. • Ser educado. Enfadarse provoca confusión en uno mismo y hace que los demás vean al individuo débil, histérico y con una baja credibilidad. Hay que recordar que se deben tomar en consideración los puntos de vista de los demás y comunicarles que se entiende su punto de vista. Negar o ser testarudo no suele funcionar a largo plazo. Es mejor guardar la calma y educada, pero firmemente, exponer la opinión propia. • Guardar las disculpas para cuando sean necesarias. No se debe pedir excusas, a menos que sea necesario hacerlo. Si se reservan las disculpas para cuando sean apropiadas, no se disminuirá ni su valor ni el propio, y los demás tomarán al individuo en serio para otros asuntos. • No arrinconar a los demás. El hecho de hacer esto habitualmente provocará cólera y resentimiento, lo cual siempre dificulta las relaciones. Si uno se quiere asegurar la cooperación de los demás, siempre se les debe proporcionar, cuando sea posible, una salida (con suerte, la salida que uno desea) y se deben esbozar las consecuencias constructivas de tal alternativa para los demás y para uno mismo. • Nunca recurrir a las amenazas. Si se responde a cualquier injusticia con fuertes amenazas, la credibilidad y la cooperación que se pretenden desaparecerán. Una afirmación tranquila de los pasos que se está dispuesto a seguir es mucho más eficaz. También si se afirma que se seguirán una serie de pasos, hay que asegurarse de hacerlo, para que así las respuestas de uno sean tomadas en serio en el futuro. • Aceptar “la derrota” cuando sea necesario. La aserción comporta comprensión
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cuando las acciones subsiguientes no son constructivas, aceptando la derrota con elegancia, en buenos términos con el otro. Los malos sentimientos saldrán más tarde. Si se le ve aceptar situaciones cortésmente tras una discusión, la gente le respetará más. A nadie le gusta ser un mal perdedor. Los derechos asertivos: Un gran paso para aprender a ser asertivos es conocer nuestros derechos que como dice Olga Castanyer “no están escritos, pero que todos poseemos, y que muchas veces olvidamos a costa de nuestra autoestima”. Reflexiona sobre la lista que hace esta misma autora y piensa si los pones o no en práctica y cómo. 1. El derecho a ser tratado con respeto y dignidad 2. El derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones 3. El derecho a ser escuchado y tomado en serio. 4. El derecho a juzgar mis necesidades, establecer Mis prioridades y tomar mis
propias decisiones. 5. El derecho a decir no sin sentir culpa. 6. El derecho a pedir lo que quiero , dándome cuenta de que también mi interlocutor tiene derecho a decir NO 7. EL derecho a cambiar 8. El derecho a cometer errores. 9. El derecho a pedir información y ser informado. 10.El derecho a obtener aquello por lo que pagué. 11.El derecho a decidir no ser asertivo. 12.El derecho a ser independientes. 13.El derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, etc., mientras no se violen los derechos de otras personas. 14.El derecho a tener éxito. 15.El derecho a gozar y disfrutar. 16.El derecho a mi descanso, aislamiento, siendo asertivo 17.El derecho a superarme, aun superando a los demás. (Castanyer: 1996:48)
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