P REPARING FOR THE C ONSECRATION OF THE A RCHDIOCESE OF S AN F RANCISCO TO THE I MMACULATE H EART OF M ARY Part 17 THE THIRD PART OF THE SECRET WAS RECORDED in writing by Lucia in 1944 and entrusted in a sealed envelope to the Bishop of Leiria. In 1957, the Bishop of Leiria gave the envelope to the Secret Archives of the Holy Office at the Vatican for purposes of greater safekeeping. Two years later, Pope St. John XXIII read the contents of the Secret and chose not to reveal it. In 1965, Pope Blessed Paul VI read the Third Part of the Secret and chose not to reveal it. One imagines that the events prophesied therein strengthened both saintly popes as they suffered much for the Church and the world during their tumultuous pontificates. After the assassination attempt against him on the anniversary of the First Apparition, May 13, 1981, Pope St. John Paul II asked to read the contents of the envelope, which now included a translation of the Secret in Italian. St. John Paul II then undertook to consecrate the world to the Immaculate Heart of Mary, as had been done by Pope Venerable Pius XII (Eugenio Pacelli, the peace-seeking diplomat during the Great War and the Pope who suffered World War II) in 1950. St. John Paul consecrated the world to the Immaculate Heart of Mary on Pentecost in 1981, less than a month after he was shot. About his assassination attempt, he said, “a mother's hand that guided the bullet's path”, enabling “the Pope in his throes” to halt “at the threshold of death,” thus crediting Our Lady of Fatima with saving his life. On May 13, 1982, he placed the assassin’s bullet in the crown of Our Lady’s image at the Shrine in Fatima. Then, on that same day, he repeated the consecration of the world to the Immaculate Heart of Mary and he repeated it again, more solemnly and explicitly, in St. Peter’s Square on March 25, 1984. On October 13, 2013, Pope Francis consecrated again the whole world to the Immaculate Heart of Mary. It seems certain that the Church in the twentieth century and into the twenty-first century has been living in the time of the Third Part of the Secret of Fatima. It is more certain that in the end her Immaculate Heart will triumph. After having communicated the intense realities and prophecies contained in the Secret, Our Lady enjoined on the children absolute confidentiality: “Remember, you must not tell this to anyone except Francisco.” Indeed, Lucia only revealed the Secret to the proper Church authorities and that only with Our Lady’s command later to do so. Then the Blessed Mother continued lovingly to teach her children: “When you pray the Rosary, say after each mystery: O my Jesus, forgive us, save us from the fire of hell. Lead all souls to heaven, especially those who are most in need.”
Here she taught the children the “Fatima Prayer,” which is so wonderfully common in the recitation of the Holy Rosary in the Church today. "Is there anything more that you want of me?" “No, I do not want anything more of you today.” “Then,” Lucia explained, “as before Our Lady began to ascend towards the east, until she finally disappeared in the immense darkness of the firmament.” The possession of the Secret of Fatima was a great trial for the three children. Everyone seemed to be trying to get them to reveal it, against the command of Our Lady. The staggeringly supernatural character of the Secret must not be missed. The children had likely never heard of Russia and the Bolshevik Revolution, in which the errors of Communism would triumph in Russia and begin to be spread throughout the world, was still five months away. †
LA TERCERA PARTE DEL SECRETO FUE REGISTRADA por escrito, por Lucia en 1944 y confiada en un sobre sellado al Obispo de Leiria. En 1957, el Obispo de Leiria entregó el sobre a los Archivos Secretos del Santo Oficio en el Vaticano para propósitos de mayor seguridad. Dos años más tarde, el Papa Juan XXIII leyó el contenido del Secreto y decidió no revelarlo. En 1965, el Papa Pablo VI leyó la Tercera Parte del Secreto y decidió no revelarlo. Uno se imagina que los acontecimientos profetizados allí reforzaron tanto a los santos papas ya que sufrieron mucho por la Iglesia y por el mundo durante sus tumultuosos pontificados. Después del atentado contra él en el aniversario de la Primera Aparición, el 13 de Mayo de 1981, el Papa Juan Pablo II pidió leer el contenido del sobre, que ahora incluía una traducción del Secreto en Italiano. San Juan Pablo II se comprometió entonces a consagrar el mundo al Inmaculado Corazón de María, como lo había hecho el Papa Pío XII (Eugenio Pacelli, el diplomático pacifista durante la Gran Guerra y el Papa que sufrió la Segunda Guerra Mundial) 1950. San Juan Pablo II consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María en Pentecostés en 1981, menos de un mes después de haber recibido un disparo. Sobre su intento de asesinato, dijo, "la mano de una madre fue la que guio el camino de la bala", permitiendo que "el Papa en su agonía" se detuviera "en el umbral de la muerte", dando crédito a Nuestra Señora de Fátima que fue la que salvo su vida. El 13 de Mayo de 1982, colocó la bala del asesino en la corona de la imagen de Nuestra Madre en el Santuario de Fátima. Luego, el mismo día, repitió la consagración al mundo del Inmaculado Corazón de María y lo repitió de nuevo, más solemnemente y explícitamente, en la Plaza de San Pedro el 25 de Marzo de 1984. El 13 de Octubre de 2013, el Papa Francisco consagró de nuevo al mundo entero al Inmaculado Corazón de María. Parece cierto que la Iglesia en el siglo XX y en el siglo XXI ha estado viviendo en la época de la Tercera Parte del Secreto de Fátima. Es más seguro que al final su Inmaculado Corazón triunfará. Después de haber comunicado las intensas realidades y profecías contenidas en el Secreto, Nuestra Señora ordenó a los niños absoluta confidencialidad: "Recuerda, no debes decirle esto a nadie excepto a Francisco." De hecho, Lucía sólo reveló el secreto a las autoridades de la Iglesia apropiada y que sólo con el mandato de Nuestra Señora para hacerlo más tarde. Entonces la Santísima Virgen continuó enseñando amorosamente a sus hijos:
"Cuando recen el Rosario, decimos después de cada misterio: Oh Jesús mío, perdónanos, sálvanos del fuego del infierno. Lleva a todas las almas al cielo, especialmente a los más necesitados.” Aquí enseñó a los niños la "Oración de Fátima", que es tan maravillosamente común en la recitación del Santo Rosario en la Iglesia de hoy. “-¿Hay algo más que quieras de mí?” “-No, no quiero nada más de ti por hoy.” “-Entonces “-comentó Lucia-,” como antes de que Nuestra Señora comenzara a ascender hacia el este, hasta que finalmente desapareciera en la inmensa oscuridad del firmamento.” La posesión del Secreto de Fátima fue una gran prueba para los tres hijos. Todo el mundo parecía estar tratando de conseguir que lo revelaran, en contra del mandato de Nuestra Señora. No debe perderse el carácter sorprendentemente sobrenatural del Secreto. Los niños probablemente nunca habían oído hablar de Rusia y de la Revolución bolchevique, en la que los errores del Comunismo triunfaran en Rusia y comenzarían a extenderse por todo el mundo, pero todavía pasarían cinco meses. †