Orar con los salmos
Géneros y Colecciones de los Salmos
Por estructura entendemos la organización de los elementos de un salmo en función de la ceremonia cultual.
Por ejemplo, la estructura de los salmos de acción de gracias se compagina con las diversas fases de un sacrificio de acción de gracias.
Es esta estructura la que permite distinguir los diferentes géneros literarios del salterio.
Reconocer el género literario de un salmo es el primer paso que hay que dar para comprenderlo. No se trata de responder a una exigencia de orden, de clasificación. Se trata, más bien, de captar la intención del salmista, entrar en su ángulo de visión.
La determinación de los géneros literarios es, por consiguiente, primordial y depende de todo un conjunto de investigaciones, muchas veces delicadas, de lingüística, de sociología y de historia.
La súplica y la alabanza son las dos tonalidades diferentes que caracterizan a los salmos de Israel. Así en ellos se refleja la vida del individuo y de la comunidad en toda su diversidad. Reflejan la vida con sus altos y sus bajos, en todos los ambiente, en el mar y en la montaña; la vida vivida en compañía con los animales y las plantas, en los vastos contextos de la historia que se extiende desde la creación hasta la venida de Dios a juzgar el mundo.
Los salmos reflejan las alegrías y dolores del individuo, el nacimiento y la muerte, la fiesta y el trabajo, el sueño y el camino, la enfermedad y la curación, el éxito y el fracaso, la angustia y la confianza, la debilidad y la fuerza.
Los salmos se hacen eco del doloroso problema que supone para el justo tener que vivir en medio de los malvados en cuyas manos ha sido entregado.
En los salmos podemos reconocer formas literarias agrupadas en una serie de categorías. Lo mismo que se puede distinguir distintas especies en los seres vivos (especies que no hay por qué reducir a clasificaciones abstractas), de la misma manera los salmos pertenecen a formas o géneros literarios que permiten, cada uno, un número ilimitado de expresiones únicas y singulares.
El ritmo fundamental que determina la existencia humana, el ritmo de la alegría y el sufrimiento, caracteriza a las dos categorías de salmos más fácilmente discernibles: los salmos de lamento (L) y los salmos de alabanza (A).
Pero hay que añadir que en el mundo de los salmos la alegría y el dolor no son situaciones meramente humanas que más tarde se relacionan con Dios, sino que esa vivencias existen como tales en relación a Dios, procedentes de Dios, en presencia de Dios y en ruta hacia Dios. La alabanza es la alegría vivida en Dios. El lamento es la súplica derramada ante Dios.
Había que llevar a la presencia de Dios mediante la súplica todas las grandes crisis nacionales, la sequía, la amenaza de una invasión, la derrota, cualquier desastre... A partir de estas situaciones se desarrolló el salmo de lamento comunitario LC.
Pero si por el contrario el pueblo lograba la victoria, o alejaba el peligro, o lograba una buena cosecha, también había que ir al templo, esta vez para alabar a Dios...De esta situación nació el canto de acción de gracias que hemos llamado salmo de alabanza colectiva AC.
Lo mismo ocurre en la vida del individuo. Todos los altos y bajos, la angustia y la salvación se experimentaban en su relación con Dios y desembocaban en un lamento o en una alabanza: LI o AI.
Salmo 80 Pastor de Israel, escucha; tú que guías a José como a un rebaño; en tu trono de querubines resplandece 3 ante Efraín, Benjamín y Manasés. Despierta tu valor y ven a salvarnos. 4 ¡Oh Dios, restáuranos, alumbra tu rostro y nos salvaremos! 5 Señor Dios de los Ejércitos, ¿hasta cuándo te envolverás en humo mientras tu pueblo te suplica? 6 Les diste a comer lágrimas, a beber lágrimas a tragos. 7 Nos entregaste a las contiendas de nuestros vecinos y nuestros enemigos se burlan de nosotros. 8 ¡Oh Dios de los Ejércitos, restáuranos, alumbra tu rostro y nos salvaremos! 9 Una vid extrajiste de Egipto, expulsaste pueblos y la plantaste. 10 Le preparaste el terreno, echó raíces y llenó el país. 11 Su sombra cubría montañas, sus pámpanos, cedros altísimos. 12 Extendió sus sarmientos hasta el mar y sus brotes hasta el Río Grande. 13 ¿Por qué has abierto brecha en su cerca para que la vendimien los viandantes, 14 la pisoteen los jabalíes y sea pasto de alimañas? 15 Dios de los Ejércitos, vuélvete, mira desde el cielo. Fíjate, ven a inspeccionar tu viña, 16 la cepa que plantó tu diestra, (el esqueje que has hecho vigoroso). 17 La han talado y le han prendido fuego: por tu bramido van a perecer. 18 Que tu mano proteja al varón de tu diestra, al hombre que hiciste vigoroso. 19 No nos alejaremos de ti; danos vida e invocaremos tu nombre. 20 ¡Señor Dios de los Ejércitos, restáuranos, alumbra tu rostro y nos salvaremos! 2
Salmo 13 ¿Hasta cuándo, Señor?, ¿te olvidas para siempre? ¿Hasta cuándo me escondes tu rostro? 3 ¿Hasta cuándo he de estar cavilando con el corazón apenado todo el día? ¿Hasta cuándo va a prevalecer mi enemigo? 4 Atiende, respóndeme, Señor Dios mío, da luz a mis ojos, que no duerman el sueño de la muerte. 5 Que no diga mi enemigo: Le he podido, ni se alegre mi adversario de mi fracaso. 6 Pues yo confío en tu lealtad, mi corazón goza con tu salvación; cantaré al Señor por el bien que me ha hecho. 2
Salmos de Alabanza
Una estructura
Son himnos propiamente dichos y tienen una estructura muy sencilla: una invitación hímnica dirigida por los levitas a la asamblea; el cuerpo del himno, relacionado con la invitación por un «sí» o por participios llamados «hímnicos», en aposición al YHWH de la invitación: «Alabad a YHWH... , hacedor de grandes maravillas ... , hacedor del cielo ... , desplegador de la tierra sobre las aguas ... , etcétera » puede haber una conclusión, pero no siempre es necesario.
En principio esta invitación a la alabanza va dirigida al pueblo reunido para el servicio cultual, por tanto, es natural que se hable en ellos de Dios en tercera persona; pero son frecuentes las excepciones (Sal 8; 19, 13-15; 33, 22; 65; 92; 104; 138). En cuanto al vocabulario: alabar (alabad a Yah ha dado alleluya), celebrar, proclamar, cantar, narrar, festejar, exultar, alegrarse, danzar. Ocasionalmente se mencionan algunos instrumentos de música.
Salmo 113 1Aleluya.
Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor. 2 Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre. 3 De la salida del sol hasta el ocaso, sea alabado el nombre del Señor. 4 El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. 5 ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que encumbra su trono 6 y abaja su mirada en el cielo y la tierra? 7 Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, 8 para sentarlo con los nobles, con los nobles de su pueblo. 9 y pone al frente de la casa a la estéril, madre feliz de hijos. Aleluya.
Salmo 30 Te ensalzaré, Señor, porque has tirado de mí y no has dado la victoria a mis enemigos. 3 Señor Dios mío, te pedí auxilio y me sanaste. 4 Señor, alzaste mi vida del Abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. 5 Tañed para el Señor, sus adictos, dad gracias a su nombre santo: 6 Un instante dura su cólera, toda la vida su favor; al atardecer se hospeda el llanto, al amanecer el júbilo. 7 Yo pensaba muy seguro: No vacilaré jamás; 8 Señor, con tu favor me estableciste sobre montañas firmes; escondiste tu rostro y quedé desconcertado. 9 A ti, Señor, llamé; a mi dueño supliqué: 10 ¿Qué ganas con mi muerte, con que baje a la fosa? ¿Te va a dar gracias el polvo o va a proclamar tu lealtad? 11 Escucha, Señor, ten piedad, Señor, socórreme. 12 Cambiaste mi luto en danza, me desataste el sayal y me ceñiste de fiesta. 13 Así te canta mi alma sin callarme, Señor Dios mío, te daré gracias siempre. 2
Las colecciones del Salterio Es difícil encontrar una secuencia lógica en el orden actual de los salmos. Parecen estar ordenados puramente al azar, sin ningún principio lógico. La falta de orden interior y de estructura revela el desarrollo que ha tenido el Salterio a lo largo de los siglos. Es imposible rastrear en detalle cómo se ha elaborado la antología actual, por eso el resultado final nos parece tan desorganizado.
Siempre es posible encontrar dentro del Salterio pequeñas unidades que comparten un rasgo común. Así por ejemplo la sección de cantos de peregrinos o Salmos de las subidas (120-134), o los salmos del Aleluya o Hallel (113-118).
Los salmos graduales o “cantos de subida” son quince salmos sucesivos, del 120 al 134 y que, en líneas generales, van marcando las etapas de la subida a Jerusalén. Desde el anuncio de la peregrinación (Sal 120) hasta la despedida en el momento de regresar (Sal 134).
Salmo 126: Canto de peregrinación Cuando cambió el Señor la suerte de Sión, creíamos soñar; 2 se nos llenaba de risas la boca, la lengua de júbilo. Hasta los paganos comentaban: El Señor ha estado grande con ellos. 3 El Señor ha estado grande con nosotros, y celebramos fiesta. 4 Cambia, Señor, nuestra suerte, como los cauces del Neguev. 5 Los que siembran con lágrimas cosechan con júbilo. 6 Al ir iba llorando llevando la bolsa de semilla; al volver vuelve cantando llevando sus gavillas. 1
Canto de peregrinación Lo que resuena en estos salmos son las 4 peregrinaciones-subidas del pueblo de Israel: la peregrinación en curso, la “subida” desde Egipto con la conquista subsiguiente, la “subida” desde Babilonia durante el retorno del destierro y la “subida” escatológica de las naciones en los tiempos mesiánicos
La disposición del salterio en cinco libros marca el final de una larga evolución durante la cual el orden primitivo de las pequeñas colecciones anteriores ha quedado oscurecido por la adición de apéndices, separaciones y agrupamientos.
En cuanto a la fecha de la edición definitiva del Salterio es difícil pronunciarse. Depende de si algunos salmos tales como el 44,74, 79 y 83 son datados al principio del período Macabeo (1ª mitad del s.II). Los que niegan tal datación macabea piensan que el salterio pudo haberse cerrado ya en el s. IV a.C.
En cualquier caso el Salterio estaba ya cerrado al final del siglo II. El libro I Macabeos, escrito alrededor del año 100 a.C., cita ya un salmo como Escritura (Sal 79,2-3). Esto indica que para aquella época el libro de los Salmos estaba ya canonizado y por tanto definitivamente cerrado.
1 Macabeos 7,16-18 16 Ellos le creyeron, pero él hizo arrestar y ejecutar a sesenta de ellos en un solo día, según aquel texto de la Escritura: 17 Desparramaron los cadáveres y la
sangre de tus fieles alrededor de Jerusalén, y nadie los entierra. 18 A la gente le entró pánico ante los invasores. Se comentaba: No tienen sinceridad ni honradez; han faltado a su palabra y a su juramento.
Cabeceras y anotaciones Las cabeceras de los salmos pertenecen a un período posterior en la historia del libro. No datan de los orígenes, sino de la época de las recopilaciones. Son semejantes a las notas sobre la composición y la manera de cantar que han sido añadidas por los recopiladores a los cancioneros litúrgicos de hoy. En la época de la LXX ya se conocían, aunque los traductores no entendían lo que significaban. Hoy es muy difícil entender algunas de las rúbricas.
LAS DISTINTAS COLECCIONES DE SALMOS Árbol de la explanada donde estaba el Templo de Jerusalén, actualmente está la Mezquita de Omar
PRÓLOGO A TODO EL SALTERIO
Feliz el hombre, la mujer, que vive como un árbol cerca del “agua” que sale del “Santuario” (Ezequiel) Ama de corazón la ley, y la practica noche y día.
I - PARTE DEL SALTERIO salmos 1-88
INTRODUCCIÓN
Piedras donde hay esculpidas les estrellas “reales” de David y Salomón
El “Rey-Mesías” es consagrado por Dios como Hijo. Y Dios le da los pueblos por herencia. Estas piedras, evocando David y Salomón, respiran el fervor mesiánico que dominaba en el Pueblo durante la plegaria. Juntamente con el Sal 1, donde se habla de la del “JUSTO”, el Sal 2 dice felices los que tienen a Dios por “REY”. Los dos salmos abren todo el salterio:
Roca del interior de la mezquita de Omar, que corresponde al antiguo Altar de los sacrificios.
DOS COLECCIONES DE SÚPLICAS DE DAVID
Cuando muchos le atacan, el salmista va al Templo para suplicar a Dios para que le ayude. Si ellos son insensatos, él quiere ser inocente (=Jesús). Con Cristo, el , evocado por esta piedra, pedimos a Dios, en estos salmos de súplica, que nos libere del mal.
COLECCIÓN DE LOS HIJOS DE CORÉ
Escritos durante el exilio, cuando Jerusalén estaba en ruinas; estos salmos hablan tanto de la sed de Dios y del Templo, como de la belleza de la Ciudad, que ellos desean reconstruida.
Coré es el pseudónimo que toman estos suplicantes venidos del destierro.
Capitel con el dibujo del Arca de la Alianza que acompañaba el pueblo en su Peregrinar por el Desierto.
COLECCIÓN DE LOS HIJOS DE ASSAF
También en situación de Exilio, estos salmos hacen un repaso de la historia, cuando Dios conducía el Pueblo por el Desierto, con el Arca en medio de ellos. Y piden a Dios que continúe actuando como lo hizo entonces. Igualmente piden a Dios que juzgue a los pueblos de la tierra, para hacer justicia a sus elegidos.
Escaleras de la antigua Ciudad de David por donde se subía al Templo
APÉNDICE a las 4 COLECCIONES
Desear el Templo (Sal 83), celebrar la Salvación (Sal 84), sentirse fiel como David (=Jesús Sal 85), hijo de Sión (Sal 86), pero en una situación plenamente desesperada (Sal 87),
Pastor judío como el joven David. El David que, siendo Rey, sigue considerándose HIJO ante el Padre.
ÚLTIMO SALMO DE LA 1a PARTE
Esta parte del salterio acaba con un salmo “real” tal como había empezado (Sal 2). David, el pastor “según el corazón de Dios”, es el Rey Mesías, que llama PADRE a Dios. Y canta los favores del Señor durante toda la vida: Él lo ha elegido sacándolo del rebaño, y lo ha hecho un hombre fuerte, guía del Pueblo. No obstante, vencido por los enemigos, encuentra a faltar las predilecciones de cuando era joven. A pesar de todo:
II - PARTE DEL SALTERIO salmos 89 - 150
INTRODUCCIÓN
“Trébol” formado por tres flores de los campos de Tierra Santa
Hablan de la precariedad de la vida humana que pasa como la hierba, o como estas flores del campo (Sal 89). Pero si nos ponemos cerca de Dios, Él nos salvará (Sal 90). Dios realmente es la Roca que nos guarda, sin “conocer la injusticia”(Sal 91).
Banias es la antigua Cesarea de Filipo donde no sólo los apóstoles confesaron la divinidad de Jesús, sino que ya desde antiguo, estas fuentes del Jordán habían sido lugar de Culto de Divinidades Cananeas, Griegas y Romanas.
SALMOS DE YAHVÉ REY
Estos salmos inspirados en los poemas dedicados al dios Baal, de los cananeos (el dios de la naturaleza), cantan la Realeza Única de Yahvé que se aparece en “la tempestad y las aguas torrenciales” (Sal 92). Nos invitan a la adoración de Dios (Sal 94), Él que es Salvador (Sal 95 y 97) y hace Justicia (Sal 96), puesto que es Santo (Sal 98).
Mezquita de AlAksa situada en el lugar donde estaba el palacio real, al lado derecho del Templo.
10 SALMOS CENTRALES
El tema de estos 10 salmos es la realeza del Mesías (=Jesús), que siempre acostumbra a seguir a los salmos de la realeza de Yahvé. El rey elogia (Sal 102-103 y 106-107) y ruega a Dios (Sal 101 y 108), repasando la historia de su Fidelidad hacia el PUEBLO (Sal 104-105).
HALLEL DEL ÉXODO
Mar de Juncos (Rojo) y el Sinaí
Salmos que se dicen en la celebración de la Pascua, conmemorando el paso por el Mar de Juncos:
2 – Después de cantar el paso por el Mar y el Jordán (Sal 112-113) viene un doble cántico de acción de gracias por esta salvación (Sal 114-115). 4 - El último salmo resume toda la historia de esta Victoria Pascual (Sal 117).
Cima del Sinaí
MEDITACIÓN SOBRE LA LEY
Este salmo, central en la 2ª parte, nos hace reflexionar sobre la Ley de Dios que Yahvé dió a Moisés en el Sinaí. Cuando nos encontramos con Dios, en el silencio, el Espíritu pone la Ley en nuestro corazón. Por esto se dice de este salmo que es la cima de la MÍSTICA JUDÍA.
Vista de Jerusalén desde el monte de los Olivos, con las murallas en primer término
SALMOS GRADUALES
Este grupo de salmos son los que decían los israelitas subiendo a Jerusalén en peregrinaje, por las fiestas. Muchos judíos, viniendo del norte como todos los galileos, entraban en Jerusalén por el monte de los Olivos, desde donde viendo por 1ª vez las murallas, “cantaban con alegría”.
Puerta de Damasco para entrar en Jerusalén EL GRAN HALLEL
Salmos 134 - 136
Como apéndice a los Graduales - de Subida, los salmos 134 y 135 alaban a Dios por el Éxodo, que se repite en cada peregrinaje. El salmo 135 es como el anterior, pero añadiendo 26 veces (la palabra Yahvé equivale al Nº 26). El salmo 136 tiene un deseo ardiente de
TERCERA COLLECCION de SÚPLICAS DE DAVID
Pendientes de Engadí donde David se escondió de Saúl
Al final del salterio, un último grupo de salmos atribuidos a David nos quiere recordar la autoría davídica de todo el salterio. David se presenta con un “espíritu cansado” (Sal 141-142). Él sabe que Dios le juzga y no se puede esconder (Sal 138). Pero como tiene enemigos que planean el mal, pide la Salvación (Sal 139-140). Y, agradecido, canta la bendición de Dios al rey y al pueblo (Sal 137 y 143).
CONCLUSIÓN a todo el salterio ALABANZA UNIVERSAL que por Israel (y por Jesús) se extiende a TODOS LOS PUEBLOS
Este último grupo de salmos es un apéndice puesto después de la composición del libro, para dar un tono de ALABANZA al conjunto. El Señor es el Rey que reconstruye Jerusalén (Sal 145) y reina sobre los humildes (Sal 146-147). Toda la tierra le tiene que alabar danzando al ritmo del “cántico nuevo” (Sal 148-149) y con TODOS los instrumentos musicales (Sal 150).