LOS MEDIOS Y SU RELACIÓN CON LA ENSEÑANZA A MUJERES Por Karen Siguí de Gómez Usado con permiso En nuestra calidad de dirigentes femeniles, las mujeres tenemos una gran responsabilidad al transmitir la Palabra de Dios a otras mujeres. Por eso, es importante aprovechar todos los recursos que están a nuestro alcance para que nuestra enseñanza sea más efectiva. El ejemplo de nuestro Señor Jesucristo es básico en el uso de los medios y su relación en la enseñanza.

¿Cuál es la importancia de los medios en la educación femenil? Esta interrogante encierra un amplio tema que debe ser considerado como prioritario en el proceso enseñanza-aprendizaje de todo ministerio femenil. La ilustración del contenido del mensaje que el maestro espera que el alumno aprenda refuerza la actividad de aprendizaje. Las parábolas demuestran claramente cómo la ilustración da armonía al contenido del mensaje. En el Antiguo Testamento Dios enseña a su pueblo a través de medios visuales naturales para darle realce a su enseñanza (Gn. 15:5; Ex. 3:2-3; 4:1-7). Asimismo, la educación judía, en la Biblia, utilizó reiteradamente los materiales visuales para que el israelita reforzara su aprendizaje (Dt. 6:6-9). Sin lugar a dudas, la necesidad de utilizar los medios en la educación es muy importante. Los medios audiovisuales ayudan al maestro a que la tarea de la enseñanza sea menos tediosa y rígida. Las líderes femeniles, y en particular las que tienen el privilegio de enseñar, no pueden resistirse a la gran comisión ordenada por el Señor Jesucristo en Mateo 28:19-20. La enseñanza asume el aprendizaje. No puede haber enseñanza sin aprendizaje. El alumno, en este caso llamado discípulo necesita ser impactado por la enseñanza de tal manera que adopte o asimile el conocimiento de manera total y plena. Los medios bien utilizados funcionarán activamente para hacer del contenido una vivencia inolvidable y de esta manera el que recibe la enseñanza pueda hacer del contenido de la lección una parte inherente a su vida. El Señor Jesús encomienda que “obedezcan todas las cosas...” y esto significa que para obedecer, el discípulo tiene que haber asimilado el contenido de la enseñanza a tal grado que voluntariamente produzca una acción inmediata. El uso de los medios audiovisuales en la enseñanza cristiana es un reto que no puede dejar de enfrentarse y tomarse. Las maestras femeniles deben entender que su tarea educativa va mucho más allá de sólo transferir conocimiento bíblico. Su tarea es dinámica y su responsabilidad es presentar delante de Dios y los fieles su labor educativa en un grado alto de excelencia y dejar la mediocridad en el pasado.

La educación cristiana necesita considerar este principio para hacer de la educación una vivencia sana y atractiva. Es necesario levantar la vista y mejorar la labor docente cada día, sabiendo que la venida del Señor está cerca y su responsabilidad como educador es presentar a la iglesia como una virgen pura ante Cristo (2 Corintios 11:2). ¡Aprovechemos los medios que están a nuestro alcance para entregarle al Señor un mejor servicio como líderes femeniles!

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