Silvia Mattei • Técnico Cambio Rural
[email protected] Viviana Maldonado • Pasante Área Economía EEA Alto Valle
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Los efectos no deseados de la agricultura de contratos
Si bien en este nuevo escenario los contratos agroindustriales surgen como un instrumento con gran potencialidad para lograr la convergencia de intereses, no siempre los resultados reflejan el esperado equilibrio en la relación. Se ha observado con bastante frecuencia, en varios países y cadenas productivas, que una de las partes ha actuado con capacidad de imponer hacia atrás y adelante su lógica y condiciones. Como resultado, han podido incrementar sus beneficios reduciendo los precios pagados al productor, han impuesto condiciones de calidad, presentación, formas de pago, plazos de entrega, e incluso han establecido unilateralmente las variedades del cultivo e insumos que debe usar el productor. En países como Chile, por ejemplo, se ha observado, además, un incremento adicional en la rigurosidad de las condiciones contrac-
tuales, que ha significado para el pequeño y mediano productor una pérdida significativa en su autonomía de decisión y su rentabilidad. Pagos de créditos o adelantos al productor con altos intereses, comisiones exageradas por ventas a consignación e introducción de cláusulas adicionales que han alentado incluso la hipoteca de la propiedad, son algunos de los puntos más destacados de este tipo de acuerdos, que en los círculos legales chilenos se han ganado el nombre de "contratos león". Se definen como contratos diseñados para funcionar casi exclusivamente a favor de la parte dominante de la relación.
columna económica
La globalización ha dado lugar a una nueva forma de organización en el complejo agroalimentario, que ha sustituido en algunos casos e introducido cambios sustanciales en otros, al tradicional modelo de producción, procesamiento y comercialización de productos agropecuarios. Dicho fenómeno, denominado coordinación vertical, ha permitido a las empresas agroindustriales y/o agrocomerciales intervenir en el proceso de producción y ejercer control sobre este sin necesidad de poseer la tierra o cultivar directamente los predios. En otras palabras, les ha posibilitado concentrar en una única gestión empresarial la "coordinación" de las diversas fases que componen una misma cadena productiva. Entre las consecuencias positivas de este nuevo modelo se pueden mencionar la modernización, el aumento de la competitividad a nivel internacional y el incremento de la rentabilidad general.
Como ya se mencionó en la anterior columna, es indudable el beneficio que trae al complejo agrícola la "coordinación vertical" y la "agricultura de contratos", ya que a través de ellas se incrementan las posibilidades de tornar dicho complejo más eficiente y competitivo en el plano interno e internacional. Su implementación y generalización puede acarrear un aumento de los beneficios en todos los eslabones de la cadena. Sin embargo, dicha implementación no debe llevarse a cabo ajena o aisladamente del resto de las variables que afectan la actividad. Es fundamental entonces establecer acciones que tiendan a morigerar las asimetrías derivadas de la dispar capacidad de negociación imperante. Políticas globales y regionales, fomento de asociaciones de productores, financiamiento, capacitación, medidas tendientes a mejorar la transparencia del negocio, adecuado marco jurídico y regulador, son elementos indispensables que no pueden faltar si se pretende alcanzar una confluencia más equitativa de intereses a la hora de suscribir acuerdos contractuales en el sector agropecuario. >x< Fruticultura&Diversificación
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