Lo primero primero Por Brian Bill Usado con permiso Hace dos semanas, Reed Blunier de 3 años de edad, se me acercó y me dio un regalo. Era un libro titulado “Niños dicen las cosas más graciosas acerca de Dios”. Quisiera leer algunas de las cosas que dicen los niños. Dios quiere que los niños estén quietos en la iglesia para que no despertemos a la gente dormida. A Dios no le molesta si hago algo malo, si pido perdón en la noche. Dios hizo los dinosaurios, pero no funcionaron. Si Dios hace todo, como el sol, la luna y los lagos, ¿por qué no puede hacer mi cama? Nuestro pastor habla y habla, y Dios escucha y escucha. Me gusta la escuela dominical porque allí Dios no nos da problemas de matemáticas. Me encanta la fe de los niños. Oí de una niñita que no le iban a dejar ir al día de campo de su escuela dominical porque se había portado mal en la iglesia. En los siguientes días la niña se portó tan bien que su mama cambió de parecer y dijo que podía ir al día de campo. Sorprendentemente, la reacción de la niña fue de melancolía y tristeza. Su mama le preguntó, “¿Qué te pasa? Pensé que estarías feliz de poder ir al día de campo. En eso la niña contesta, “Ya es tarde…ya oré por lluvia”. Esta mañana quisiera decir que nunca es demasiado tarde para hacer lo apropiado, siempre y cuando mantenemos lo primero primero. Estamos en la tercera semana de nuestra serie sobre el libro de Hageo. Aquí es lo que aprendimos hace dos semanas:
Procedamos y no pospongamos. Debemos tener a Dios por prioridad y dejar de vivir por nuestros propios placeres.
La semana pasada descubrimos que Dios quiere que:
Hagamos pausa y reflexionemos Observemos y aprendamos Vayamos y consigamos
Hoy vamos a ver en Hageo 1:12-15 que el pueblo de Dios respondió rápidamente a los mandatoss de Dios: “Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová. Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote,
y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios, en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío. Su respuesta La predicación de Hageo primero conmovió a los líderes y después a toda la demás gente a responder. 1. Oyen y obedecen. En 1:8, Dios habla muy específicamente acerca de lo que quiere que hagan: “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa: y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová”. A Dios le da gran placer cuando le atesoramos y obedecemos lo que manda. Como resultado de lo que oyeron, obedecieron al mandato de Dios: “Zorobael…Josué…y todo el resto del pueblo…vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios”. Eso me hace recordar las palabras del gran himno: “Obedecer, cumple a nuestro deber; si queréis ser felices, debéis obedecer”. Hemos enseñado a nuestras hijas esta verdad: Obediencia demorada aún es desobediencia. Si estás vagando y quieres regresar, entonces practica la obediencia inmediata. Buenas intensiones no valen para nada; solo vale la obediencia. ¿Hay algo que no has hecho y sabes que Dios quiere que hagas? Me gusta lo que alguien ha dicho: “Solo tenemos un día para seguir a Dios y no es ayer, porque ese día ya se ha ido. No es mañana, porque no podemos estar seguros que llegará. Todo lo que tenemos es hoy”. Como dice Hebreos 3:7-8: “Si oyeres hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones...” ¿Han notado que en el versículo 2, se les llama “este pueblo” y ahora habla de ellos como “el resto”? El primer término revela que algo de distancia había ocurrido en la relación. El segundo muestra que no han sido rechazados, solo dirigidos por otra ruta. Habían sido disciplinados para que hicieran su deber. 2. Temen pero no demoran. Vean la última frase del versículo 12: “…y temió el pueblo delante de Jehová”. Nos han enseñado que la palabra “temer” significa “reverenciar” y eso es verdad…la mayoría del tiempo. Pero aquí se refiere a estar asustados o tener consternación. Literalmente significa “tener miedo en la presencia de”. Como nosotros, necesitaban que el “temor de Dios” les fuera impuesto. Un versículo que es muy importante es Isaías 66:2: “Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.” Vean también Salmo 2:11: “Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor”. Un estudio por el grupo Barna encontró que casi el 60 por ciento de cristianos de las edades 15 a 29 se han distanciado de involucramiento activo en la iglesia. Esa estadística no es nueva para mí, pero las razones de por qué esto está pasando ahora se han revelado. David Kinnaman, presidente del grupo Barna, dice que los jóvenes encuentran que las iglesias son superficiales: “[Ellos] nos dicen que…el cristianismo ha llegado a ser tan de honda, tan diluido, tan centrado en el entrenamiento – y ellos están buscando algo con más sustancia”. Para mí es interesante que cuando las iglesias predican la Palabra del Señor con vigor y sin compromiso, la gente se atrae al Señor de la Palabra. Y así ha sido siempre, según Hechos 9:31: “Entonces las iglesia tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo”. Los jóvenes están abandonando las iglesias llenas de pelusa y ritual rancio. Quisiera dar las gracias públicamente a cada uno de ustedes por su entusiasmo al 2
oír la Palabra del Señor y por su deseo de temer al Señor. Una de mis lemas este año es al envejecer, llegar a ser más valiente. ¿No quieren acompañarme? Escuchen lo que dice Matthew Henry: “Un santo temor de Dios tendrá una influencia grande en nuestra obediencia a él…Si no lo tememos, no lo serviremos”. Quiero que se den cuenta del orden aquí. Cuando oímos y tememos y no demoramos, entonces Dios comienza su obra. Jesús enseñó la misma cosa en Juan 7:17 cuando dijo, “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta”. Cuando obedecemos, Dios nos revela más de su camino. Después de responder, Dios les da más confianza. Cuando oyen y temen, ¡Dios aparece! Déjame decir que cuando hacemos las cosas a la manera de Dios, él provee la manera para que las cosas salgan bien. La confianza que Dios nos da 1. Su presencia está con ellos. Vean el 1:13: “Yo estoy con vosotros”. El Dios de los ejércitos promete estar con nosotros cuando escuchamos y tememos. Aquí hay unos pasajes que afirman esta verdad.
2 Samuel 7:3. Cuando David desea edificar el primer templo, Dios le dijo por medio del profeta Natán, “Jehová está contigo”. Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Mateo 28:20: “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Romanos 8:31: “¿Qué, pues diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
Dios no solo está con ellos, también los despierta. 2. Su poder los despierta. Vemos esto en el 1:14: “Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel…y el espíritu de Josué…y el espíritu de todo el resto del pueblo”. Movieron de la apatía al despertar. Dios mueve en nuestros seres para que sigamos adelante. La palabra “despertó” significa “despertar una persona adormecido para que esté alerta y listo para la acción”. Eso me recuerda del canto de Keith Green que tenía por nombre “Dormido en la luz”. “Cierras los ojos y finges que has terminado tu deber. El mundo está dormido en la oscuridad que la iglesia no puede luchar, porque está dormido en la luz. ¿Cómo puedes estar tan muerto cuando estás saciado? Jesús ascendió de la tumba y tú, tú ni puedes levantarte de la cama”. Vean como Filipenses 2:12-13 lo trae a su conclusión: “…Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Lo podríamos decir así: Donde Dios guía, provee. La obra de Dios finalmente depende de Dios. Él da las ordenes. Él da la energía. Y él obra su voluntad y sus caminos para su placer y su gloria. El resultado El orden aquí es importante. Sabiendo que Dios está con nosotros nos da gran consuelo. Entonces su poder nos despierta para que podamos trabajar por él. Después de que el Espíritu nos despierta, el 1:14 nos dice que “vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios”. Los obreros de Dios fueron de demorar a ser disciplinados a ser desplegados. La confianza de Dios nos lleva a atribución de poder. Hay dos extremos que evitar. Uno es experimentar un despertar y no hacer nada. El otro es servir en nuestras propias fuerzas sin el despertar del Espíritu. Escuchen. El despertar del Espíritu tiene que 3
llevarnos a server. La obra de Dios depende del Espíritu de Dios. Hermanos, no es suficiente ser despertados emocionalmente, sino ser despertados a acción. Es tiempo para hacer pausa y reflexionar, a observar y aprender, y a ¡salir y conseguir! El Espíritu Santo está despertando…¡ahora que hagamos la obra y sirvamos como nunca antes! ¡Tenemos que oír y también temer y también trabajar! Y lo podemos hacer porque él está con nosotros y nos ha despertado. Las buenas noticias de Hageo son que la gente respondió al profeta. ¡Eso rara vez había ocurrido cuando los profetas predicaban! Esto me anima. Cuando se arrepientes y se consagran de nuevo, ¡comienza la restauración! ¿Qué es lo que Dios te está pidiendo que hagas? ¿Cómo o puedes obedecer…hoy? Recuerda que la obediencia demorada es aun desobediencia.
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