Liceo Monseñor Enrique Alvear: Todos ayudando para mejorar

qué fallan, y con la Subvención Escolar Preferencial se hacen reforzamientos para ellos. También observamos cuáles fueron las preguntas menos logradas.
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Liceo Monseñor Enrique Alvear: Todos ayudando para mejorar En el Liceo Municipal Monseñor Enrique Alvear existe claridad que el uso adecuado de la información en la comunidad escolar facilita un mejor desempeño educativo y la mejora de los aprendizajes de sus estudiantes. A través de diversas etapas, que involucran progresivamente a los actores de la comunidad en el análisis de los resultados, el establecimiento busca transformar la evaluación en un proceso cotidiano y natural. En este artículo, el equipo directivo del establecimiento, encabezado por Jorge Ibarra, nos da a conocer su experiencia en el uso de los resultados de aprendizaje Simce. Lo anterior no es antojadizo en esta experiencia, pues existe una voluntad permanente por propiciar la reflexión. Directivos y docentes cuentan con un espacio estable para reflexionar sobre su quehacer y los resultados de aprendizaje: “Si un profesor es contratado por treinta horas, el director solicita dos horas adicionales que son exclusivamente para reflexión pedagógica los días miércoles. Allí analizamos la información sobre resultados de aprendizaje del Simce y trabajamos con ella”, explica Albertina González, Jefa de UTP del establecimiento.

Analizando los resultados de aprendizaje El equipo directivo relatando su experiencia en el uso de los resultados Simce.

El Liceo Municipal Monseñor Enrique Alvear de Pudahuel –ubicado en la comuna de Santiago- ha crecido junto a su comunidad. Este establecimiento, que comenzó como escuela básica en 1995, se transformó seis años después en liceo. A pesar de una vida académica no muy prolongada, la institución evidencia que analizar adecuadamente la información de los resultados de aprendizaje permite, junto a otras iniciativas, mejorar los logros de aprendizaje obtenidos, sobre todo en 4.° básico. Jorge Ibarra, director del establecimiento, tiene claridad sobre la importancia del buen uso de la información: “Intentamos usar la información en forma seria, al tomar el Informe de Resultados Simce y darle un sentido pedagógico. No es pasarles los talleres Simce a los profesores y decirles ‘esto es lo que hay que llenar’, al contrario. El equipo directivo se ha esforzado en generar espacios de reflexión y entregar los lineamientos suficientes y necesarios para un buen uso”.

El proceso de análisis de los resultados en el Liceo Enrique Alvear se desarrolla por etapas. Primero, al conocer los resultados Simce del establecimiento, el equipo directivo se reúne para analizar la información cuantitativa e identificar las causas de tales resultados. En estas reuniones además participan el orientador y la coordinadora psicosocial, pues, según la jefa de UTP, “en los resultados Simce están todos los estudiantes, incluyendo a los que tienen necesidades educativas especiales, y de tipo afectivo y social”. Tras el análisis del equipo directivo, los docentes se organizan para conocer, analizar los resultados de aprendizaje, internos y externos, y empezar a tomar las primeras decisiones pedagógicas. En esta etapa, que se desarrolla en dos sesiones de trabajo, los profesores se ubican en equipos según grados o cursos, incorporando a todos en la discusión. Explica González: “Un equipo estuvo integrado no solo por los profesores jefes y aquellos de las asignaturas evaluadas, también participó el profesor de Educación Física. Creemos que él también debe aportar su mirada respecto a los resultados”.

Por otro lado, docentes y directivos dan alta importancia a los datos y sugerencias del Informe de Resultados Simce: “Entregamos los resultados para que los profesores los conozcan, para que sepan qué es lo que estamos logrando, y para clarificar los nuevos conceptos. Después de observar los resultados estadísticos, generamos las actividades basadas en la información del informe y en el Taller Simce”. En el análisis de este año, el equipo directivo y los docentes del liceo apostaron por dar un especial énfasis a la identificación de las habilidades logradas por los estudiantes: “Apuntamos a saber cómo podemos trabajar las habilidades. Les pedimos que analizaran los Estándares de Aprendizaje de las distintas asignaturas y que destacaran cuáles eran las habilidades a trabajar con los estudiantes”. Finalmente, explica la jefa de UTP, que tras dialogar y determinar “en qué fallamos y por qué hay un porcentaje de estudiantes en los niveles Elemental e Insuficiente, trabajamos en determinar las acciones que vamos a desarrollar para mejorar”.

“Estamos con esa mirada: los resultados del Simce los trabajamos todos” En el Liceo Enrique Alvear consideran que no solo es importante que los docentes conozcan y manejen los resultados Simce del establecimiento. También es beneficioso que los padres y apoderados participen en el análisis, más aún si esta es una información que ellos efectivamente utilizan. Los directivos y docentes presentan la información de acuerdo a las características de la audiencia, por ejemplo, a través de gráficos. “Con los apoderados no utilizamos las mismas tablas de trabajo empleadas con los profesores. En la reunión de apoderados, les mostramos la meta (300 puntos en cada prueba), lo que obtuvimos y explicamos los Niveles de Aprendizaje, por ejemplo, les decimos: ‘la mayoría de los niños está en este nivel, que significa que estos solo saben leer y responder preguntas de acuerdo a información que aparece ahí en el enunciado’. Les dijimos que todos debíamos trabajar para llegar lo más cercano a la meta. Estamos con esa mirada: los resultados del Simce los trabajamos todos, es decir, de los directivos, profesores, apoderados y los niños también”, recalcó González. El área de Orientación del establecimiento, a cargo de Sergio Quezada, también apoya el uso adecuado de los datos por parte de los apoderados: “En el ‘Taller para Padres’ también trabajamos los resultados. Además, preparamos hábitos

de estudio, hábitos conductuales dentro del colegio, las expectativas que tienen sobre sus hijos, etc. Aquí en la escuela todos educamos”.

Evaluación permanente “Cuando nos llegan los resultados Simce y la distribución de los estudiantes según cada Nivel de Aprendizaje ya sabemos quiénes necesitan ayuda, pues ya hicimos ese proceso antes”. Así lo declara la líder técnico de este liceo santiaguino. Los procesos de evaluación en la comuna y al interior del establecimiento son permanentes y se relacionan directamente con el diagnóstico de quienes requieren mayor apoyo: “Aquí se hacen ensayos comunales. Con los resultados hacemos una tabla con los nombres de los estudiantes y las preguntas. Así identificamos cuáles son los estudiantes que presentan mayores dificultades y en qué fallan, y con la Subvención Escolar Preferencial se hacen reforzamientos para ellos. También observamos cuáles fueron las preguntas menos logradas. Gracias a los ensayos sabemos qué estudiantes pueden estar en un Nivel Elemental, y los ayudamos para que puedan superarse y lleguen a un Nivel Adecuado”.

Las acciones de mejora en el establecimiento Conocer los resultados de aprendizaje, analizarlos e identificar los factores que los explican, son acciones que permiten a la comunidad escolar poner en marcha variadas acciones e iniciar un proceso de mejora. En el caso del Liceo Enrique Alvear, el análisis de los resultados significó una gran oportunidad para levantar iniciativas, por ejemplo, el acompañamiento de apoyo para los docentes: “Hemos logrado instalar el acompañamiento de nosotros en la sala de clase. Aplicamos la estrategia de apoyo y mejoramiento: yo voy a observar para mejorar, no para despedir o castigar. Así pudimos darnos cuenta de la necesidad de contratar una asistente de aula”, comenta el director. En esta misma línea, los docentes exponen sus necesidades a favor de la mejora con ayuda de la gestión directiva: “A partir de la reflexión y los resultados, les preguntamos a los profesores sobre qué necesitaban desde la gestión para tener mejores resultados. Señalaron que no querían interrupciones al inicio de la jornada, con los atrasos, porque a esa hora está instalada, como práctica de nuestro plan de mejora, la lectura diaria. ¿Qué podíamos hacer? Utilizamos el CRA, y a cargo del orientador, los niños atrasados completan una guía diaria respecto a un libro que ellos deben leer”.

Las acciones de mejora también consideran los proyectos de vida de los estudiantes, la cotidianidad del establecimiento y tareas para los apoderados. Según la jefa de UTP: “Los profesores siempre nos quejamos de la falta de apoyo de los papás en las tareas, de lo que pasa afuera de la escuela. En vista de los resultados Simce, que pueden ser mucho mejores, nos dimos cuenta que no sacábamos nada con culpar a la casa. Decidimos que íbamos a trabajar fuertemente con los niños dentro de la escuela. Primero, les pedimos que pensaran sobre qué querían ser cuando grandes, y se armó un trabajo llamado ‘Las Altas Expectativas’… y todos, nosotros, ellos, íbamos a trabajar para lograr algún día esa meta”. Al respecto, el director Ibarra agrega: “Esta actividad nos ayudó a reorientar nuestro trabajo con los estudiantes. Este estaba enfocado fundamentalmente en los deportes, pensando que esos eran sus intereses. Sin embargo, no solo querían ser deportistas. Un 19% de los estudiantes quería desarrollarse en una tarea vinculada a la medicina. Otros en las Fuerzas Armadas. Nos reunimos con los estudiantes más grandes, y empezamos a hacer contacto con distintas instituciones, matronas, médicos, oculistas, etc. para mostrarles a los niños esa posibilidad que existe”. Este aspecto sugiere que potenciar los talentos de los estudiantes, sus aptitudes y aspiraciones, repercute directamente en el aprendizaje. Los estudiantes y las familias se motivan para asistir al establecimiento. También se propusieron acciones de mejora para los apoderados. Explica el director: “A los padres les pedimos que dedicaran 11 minutos al día ‘a la persona que más quieren en el mundo’: su hijo o hija. Ellos se emocionaron mucho al oír esto. Es otra forma de llegar a ellos. En esos 11 minutos, les pedíamos 10 para que cada uno escuchara cómo lee su hijo, y 1 minuto para que cuente la cantidad de palabras que ha leído”.

“Queremos cambiar la mirada de la evaluación que tienen los estudiantes, y los padres y apoderados” Junto con las acciones implementadas, en esta experiencia surgen nuevos desafíos a superar, dificultades en un aspecto tan relevante como el uso y la función de los resultados de una evaluación como el Simce: “Siempre queremos que sea mejor, pero con los alumnos de octavo básico tenemos hartos problemas. Se va perdiendo el encanto, el interés, y los alumnos de repente confiesan que no contestan el Simce. Nos dicen que es una ganancia solo para nosotros, los profesores”, opina Jorge Ibarra.

El equipo directivo del Liceo Monseñor Enrique Alvear: el orientador Sergio Quezada, el director Jorge Ibarra, la jefa de UTP Albertina González y el Inspector General Luis Hernández.

Según la profesora González esta idea no está solo entre los estudiantes. Es posible oírla también entre los apoderados. No obstante, en este liceo municipal han asumido que la mejor manera de cambiar esta perspectiva es incluyendo a los padres en el análisis, para que puedan conocer los beneficios que les reporta el Simce: “Con esto queremos cambiarles la mirada a los apoderados. Ellos opinaban que el Simce solo nos servía a los profesores y directivos del colegio, y que ellos, como apoderados, no tenían beneficios. Les dijimos que para ellos era más importante que para nosotros, pues ellos debían tener la seguridad de que dentro de la sala de clase se lograban aprendizajes”. Cuentan que, a través de los padres y apoderados, se pretende cambiar esta idea entre los estudiantes. Sin duda, el equipo directivo del Liceo Monseñor Enrique Alvear tiene claro que una orientación sólida sobre un uso adecuado de la información en la comunidad escolar facilita un mejor desempeño educativo y la mejora del aprendizaje de sus estudiantes. Para conocer más de la experiencia del Liceo Monseñor Enrique Alvear de Pudahuel puede escribir al correo electrónico [email protected]. También puede comunicarse al teléfono (02) 28624882.