LAS MADERAS EN LOS OBJETOS ABORÍGENES CUBANOS

nacional, de los cuales el 75 al 80% eran bosques tropicales. Los primeros ... el 83% de bosques. El desarrollo de la industria azucarera fue el gran destructor ...
1MB Größe 8 Downloads 116 vistas
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FORESTALES MINISTERIO DE LA AGRICULTURA

LAS MADERAS EN LOS OBJETOS ABORÍGENES CUBANOS Autor: Dra. Raquel Carreras Rivery Revisión, corrección y edición: Lic. Lourdes Castillo Rodríguez Diseño: Tec. Claudia Brito Táboas 2

I. MADERAS CUBANAS Y ARQUEOLOGIA ABORIGEN. El desarrollo de la arqueología en Cuba y los nuevos descubrimientos al respecto, han necesitado de pruebas científicas que permitan conocer la identidad de la madera de estos objetos y dar un nuevo concepto museográfico que brinde la información necesaria a investigadores y estudiantes vinculados a la arqueología. Este libro tiene como objetivo principal, apoyar los estudios de maderas arqueológicas aborígenes en Cuba y el Caribe, por su similitud en la flora arbórea. Los aborígenes cubanos empleaban muchos artefactos utilitarios en maderas (Tabío y Rey, 1966). Fabricaron con ellas buenas canoas, coas o palos aguzados para la siembra, azagayas y macanas de maderas duras, guayos con esquirlas de piedras incrustadas, grandes ídolos antropomorfos como el llamado “Idolo del Tabaco”, cemíes y dujos estrechos para ceremonias o jefatura, (Herrera Fritot, 1940). También bastones ceremoniales como los de Cienaga de Zapata, los de Malpotón y cayo Jorajuria. Fray Ramón Pané (1974) reporta

que los arboles usados para tallar los grandes ídolos eran seleccionados previamente siguiendo preceptos religiosos, lo que justifica en parte, la gran presencia de una especie arbórea en particular, dentro de los hallados para la zona del Caribe. Los primeros pobladores cubanos tenían medios muy primitivos de supervivencia y muy poco afectaron los bosques. Se calcula que el territorio estaba casi cubierto por diferentes tipos de ellos (Borhidi, 1991 citado por Del Risco, 1995). La llegada de otros grupos humanos como los taínos y subtaínos que desarrollaban ya cultivos agrícolas tampoco lo afectaron, pues la baja población, las limitaciones materiales y la importancia que daban al bosque, hicieron que a la llegada del conquistador, éstos cubrían entre el 88 y 92% del territorio nacional, de los cuales el 75 al 80% eran bosques tropicales. Los primeros asentamientos europeos en la isla tenían una escasa población con economía de subsistencia muy pobre. Los árboles eran solo para autoconsumo y aquellos de maderas preciosas para las obras de la corona. La construcción del monasterio de San Lorenzo del Escorial implicó la tala y envío de cientos de metros cúbicos de caoba (Swietenia mahagoni Jacq), cedro (Cedrela odorata L.), granadillo (Brya ebenus (L.) DC), ébano (Diospyros sp.) y sabicú (Lysiloma sabicú Benth). Una evidencia de sus preferencias hacia estas maderas se corrobora con el uso que tuvieron en construcciones de la época como las que han sido recientemente estudiadas por el Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de la Ciudad en los restos del Real Castillo de la Fuerza y el de la Cabaña en La Habana (Carreras y Dechamps, 1995). Según Matos (1972), hacia 1774 el territorio nacional tenía cubierto el 83% de bosques. El desarrollo de la industria azucarera fue el gran destructor

de los bosques cubanos. Se calcula que entre 1775 y 1827 se taló el 60% de ellos para la siembra y el consumo de los precarios trapiches (Matos, ob.cit). En 1926, los bosques cubanos se redujeron al 20% y tuvo 3

su cifra mínima en 1990 a raíz de la crisis energética generada por la disolución del campo socialista, llegando a ser del 15% con una recuperación posterior al 18%. (Del Risco, Ob. Cit.) Todo esto ha provocado cambios en ecosistemas con respecto a los que existieron en épocas anteriores al descubrimiento, y por tanto, de las especies que hoy día se encuentran en los sitios arqueológicos estudiados. La introducción de especies foráneas en los planes de rehabilitación forestal y desacertadas políticasdereforestación, quenohancontempladolaregeneracióndelosbosquesconespecie snativas, dificulta hoy día el estudio de las maderas arqueológicas cubanas, al no poseer patrones de identificación o ser difícil su obtención para crearlos. Por ejemplo, la introducción y presencia indiscriminada de Casuarina equisetifolia Forst y Eucalyptus spp., ha cobrado al paisaje actual cubano y a la reserva forestal nacional, un alto precio por detrimento de existencias de las autóctonas y endémicas cubanas.

Fotografía 1: Presencia de Casuarina equisetifolia Forst en paisaje campesino actual (Topes de Collantes).

4

Fotografía 2: Presencia de Eucalyptus spp en plantaciones de Pinar del Rio

son analizadas por métodos clásicos como la espectrometría, cromatografía o combinación de ellos. Estos métodos analíticos requieren un complejo equipamiento que no permite la diaria rutina para la identificación. También en estos casos estarían alterados para las maderas arqueológicas por el proceso de envejecimiento o de interacción con el medio en que se encuentra el objeto en estudio. La fluorescencia es otro método usado para analizar las maderas y esta basada en la capacidad que tienen algunas sustancias presentes en el corazón de ciertas maderas de iluminarse frente a la acción de la luz ultravioleta. Igualmente estas sustancias pueden haber sufrido transformación o disolverse y dar resultados alterados en las maderas arqueológicas. La tecnología del ADN aún se encuentra en fases de desarrollo y es altamente costosa, necesitándose una base de datos que permitan su comparación con patrones ya predeterminados de la cual tampoco se dispone en la actualidad, además, en material arqueológico como maderas sumergidas o húmedas, no es factible por la destrucción del ADN en esas condiciones. 6

Sin embargo, si se observa una madera con un lente de aumento o al microscopio, se puede destacar particularidades de su estructura anatómica que permite identificarlas con alto grado de exactitud. Es por esto que el método que frecuentemente se usa para identificar las maderas es la Anatomía Comparada, ya que es la misma desde que su formación en el tronco y se mantiene mientras no sea degradada.

La madera de cada especie o grupo de ellas está caracterizada por ciertas particularidades de naturaleza y disposición de las células que la constituyen. (Carreras y Dechamps, ob. cit.) Identificar la madera que forma parte de una colección arqueológica conlleva una serie de consideraciones, como tratar de leer al máximo en el propio objeto y tomar solo las muestras imprescindibles de modo que este se afecte lo menos posible. Inevitablemente hay que seleccionar una zona donde el daño desea poco visible y la muestra a tomar en dirección adecuada, cosa que a veces resulta casi imposible. Se trata de obtener la mayor información en el propio objeto, leyéndolo con una lupa o lente de 10 aumentos, y se toman las muestras posibles a partir de zonas donde se expongan las direcciones fundamentales para el estudio. En todos los casos se recomienda sacar láminas microscópicas para confirmar la identidad de las maderas por las razones que anteriormente hemos explicado. El dibujo o veta de la madera esta en función de su estructura anatómica y la forma de corte; también la calidad y en muchas ocasiones el aspecto de una madera puede variar con las condiciones de suelo y clima donde creció el árbol, aportando estructuras más abiertas o cerradas por las dimensiones de las células, lo cual hace variar también sus propiedades tecnológicas. Hay límites para la determinación de la madera, no solo en la toma de muestra, sino en el proceso de identificación. El más frecuente de todos y que imposibilita la determinación es el no poseer el patrón de comparación. El método lleva implícito el material comparativo posible para un objetivo determinado, como por ejemplo, presentar las principales especies maderables que se reportan para una zona

determinada, acotamos en búsqueda los millares de otras maderas que se presentan en la naturaleza. Otra limitante es que las especies pertenecientes a un mismo género, muchas veces son poco distinguibles y entonces nos referimos al menos a éste. (Hoadley, 1990) Para identificar una madera es absolutamente necesario disponer de una lupa; un aumento de diez veces dará un campo de visión no muy pequeño que permite la observación de las estructuras. Un instrumento cortante (cuchilla de doble filo o bisturí) también es necesario. El objetivo es obtener una superficie lo suficientemente limpia sin deformar los elementos constitutivos de la madera y observar cómo estos se distribuyen en ella. Esto debe realizarse para los 3 planos fundamentales: transversal (TR), tangencial (TG) y radial (RD). 7

Algunas especies presentan engrosamientos en las paredes de las traqueidas y lo hacen de forma constante, lo que le da valor analítico a las mismas. Fotografías 13 y 14: Traqueidas en secciones transversal y radial respectivamente de la madera de una conífera - Espacios intercelulares: Son zonas donde no hacen contacto las paredes longitudinales de células vecinas, fundamentalmente, en las esquinas y quedan huecos, de donde reciben el nombre. Caracterizan a algunas maderas de coníferas como al enebro y la sabina (Juniperus spp.)

- Parénquima: Aparece en la sección transversal como células de paredes más finas, de sección rectangular y con contenidos más oscuros. Está formado en las coníferas que lo poseen por bandas de pocas células de espesor. Su aspecto en secciones longitudinales, es el de células rectangulares de paredes superior e inferior horizontales, pero con punteaduras simples (no areoladas), que lo diferencian de las traqueidas en cadena. 13

Fotografía 15: Células aisladas de parénquima axial en maderas de conífera - Canales resiníferos: Pueden o no existir en las coníferas y caracteriza un grupo de ellas. Están formados por un espacio intercelular entre células epiteliales (secretoras) que rodean al canal, las que pueden tener paredes

delgadas (Pinus sp.) o gruesas (Picea sp.) por lo cual pueden tener carácter analítico. Fotografía 16: Canal resinífero axial y radial, respectivamente, en Pinus sp. Los canales resiníferos pueden ser fisiológicos (normales) y patológicos (traumáticos) y se diferencian por sus formas. También hay preferencias dentro de los canales resiníferos normales en unas maderas a formarlos en la madera de otoño, mientras que en otras lo forman en la madera de primavera. - Radios leñosos: Constituyen los elementos transversales de la madera y su constitución en las coníferas es similar a la de los elementos longitudinales anteriormente referidos. En su forma más complicada, un radio leñoso de una conífera puede estar constituido por parénquima radial, traqueidas radiales y células epiteliales formando canales resiníferos radiales. 14

Las descripciones están hecha sobre la base de los caracteres y nomenclatura reportados por la Asociación Internacional de Anatomistas de la Madera (IAWA). Para cada madera se anexan las imágenes microfotográficas de las tres secciones anatómicas (transversal, tangencial y radial respectivamente) así como la fotografía de cada madera reportada en su estado normal a partir de muestra de Xiloteca Hbw del Instituto de Investigaciones Forestales de Cuba. Maderas identificadas: L Caguairán (Guibourtia hymenifolia Moric. J. Leonard.) Caoba (Swietenia mahagoni Jacq.)Cedro (Cedrela odorata L.)Cuyá (Bumelia salicifolia (L.) A DC)

Ébano (Diospyros sp.)Guayacán (Guaiacum sp.)Jiquí (Pera bumeliaefolia Griseb.) Manglesillo (Bonettia cubensis Griseb. ) Roble prieto (Ehretia tinifolia L.) Yaiti (Gymnanthes lucida Sw.) Yana (Conocarpus erecta L.) De las investigaciones realizadas acerca de un centenar de objetos aborígenes de madera, la mayoría de los objetos que han llegado a nuestros días son de madera de guayacán, debido fundamentalmente a características intrínsecas de la madera como el contenido de resina (guayacol), persevantes de su duramen y a la estructura compacta y alta densidad de las paredes de sus fibras que le hacen estar entre las maderas más densas del mundo con una alta resistencia mecánica. Sin embargo, no se debe dudar de la importancia que esta madera tenia desde el punto de vista religioso ya que los objetos de mayor talla encontrados y precisamente utilizados para el culto de la Cohoba, como Dujos e ídolos, son de Guayacán, también reportados en los hallados en República Dominicana (Veloz Maggiolo, 2006) . La presencia de otras 11 especies leñosas en los objetos estudiados, refleja parte del uso que daban los aborígenes cubanos a la rica flora maderable de entonces y se esta consciente de que otras especies como las reportadas en este trabajo, estén aun por hallarse en las nuevas excavaciones que se vayan realizando. 37

1. CAGUAIRAN Nombre Científico: (Guibourtia hymenifolia Moric. J. Leonard.)Familia Botánica: LeguminosaeCaesalpinaceae Nombre común: Caguairán, quiebra hacha Distribución geográfica: Cuba, endémica presente en montes y laderas de Cuba Descripción microscópica: Porosidad difusa. Poros generalmente en grupos radiales cortos (de 2–3 vasos). Placas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas y ornamentadas. Depósitos en vasos del duramen marrón oscuro Fibras y fibrotraqueidas de paredes de espesor medio a gruesas, no septadas Parénquima axial, en bandas aparentemente marginales y paratraqueal vasicéntrico a aliforme, predominantemente en forma de rombo confluente Cristales prismáticos presentes y células cristalíferas del parénquima axial septadas Radios multiseriados, con 1–4–6 células de ancho, homogéneos compuestos por células procumbentes Información en la literatura sobre canales resiníferos de origen traumático, tipo axial, en líneas tangenciales cortas que no han sido observados en las muestras estudiadas. Segun Metcalf y Chalk , ( 1974)Hymenae courbaril y Guibourtia hymenifolia

Moric. J. Leonard. (Copaifera hymeneaefolia ) poseen iguales secciones transversales, una estructura muy semejante en caracteres implásticos para los estudios anatómicos. Prácticamente desde el punto de vista microscópico se habla de mas tendencia a radios heterogéneos en Hymenae sp , menos en Copaifera sp. . Macroscópicamente, el Copaifera hymeneaefolia se observa mas oscuro, rojo negruzco con el tiempo y sobre todo cuando se pone en contacto con el agua. 38

SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL 39